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ANDRES OPPENHEIMER

MIAMI HERALD

 

Ha pasado un año desde que se eligió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la buena noticia es que no se ha convertido, como temían algunos, en un gobernante de izquierda radical como el venezolano Nicolás Maduro. Pero también hay malas noticias, y muchas.

Por lo que hemos visto desde su elección del 1 de julio de 2018, y especialmente desde que asumió el 1 de diciembre, López Obrador está gobernando como un populista narcisista que desdeña las instituciones democráticas clave y que está regresando al nacionalismo de los años setentas.

Esos fueron algunos de los pensamientos que me vinieron a la mente esta semana cuando entrevisté a la ex embajadora de los Estados Unidos en México, Roberta Jacobson. Ella es una diplomática de carrera que se desempeñó como embajadora del presidente Trump en México antes de retirarse en mayo de 2018.

Cuando le pregunté si existe el peligro de que López Obrador gire bruscamente hacia la izquierda una vez que se quede sin dinero para continuar financiando sus subsidios populistas, Jacobson respondió que el mayor peligro no será si el líder mexicano se mueve hacia la izquierda o hacia la derecha. .

“Desde el principio, el peligro ha sido que no es un hombre de mentalidad institucional. Realmente no cree en las instituciones gubernamentales independientes, como el poder judicial o los reguladores, etc., que México necesita con urgencia”, me dijo Jacobson.

“Y si realmente quiere acabar o reducir la corrupción en México, lo que necesita es fortalecer las instituciones”, agregó. “No veo que eso suceda. Veo a un hombre que a veces cree que ‘solo yo puedo hacer esto o aquello’ y que las instituciones gubernamentales son solo un obstáculo para lograr sus objetivos”.

Jacobson concluyó que México corre el riesgo de avanzar “hacia un tipo de autoritarismo que realmente podría dañar aún más las instituciones mexicanas, que aún son débiles y necesitan ser fortalecidas”.

De hecho, a pesar de controlar el Congreso y disfrutar de una alta popularidad que promedia el 62% en varias encuestas, López Obrador ha tomado muchas decisiones a través de cuestionables “consultas populares” dirigidas por sus seguidores. Ha apilado los tribunales y las agencias gubernamentales con el partido gobernante, y está atacando a organizaciones no gubernamentales.

Es el desprecio público de López Obrador por las instituciones, más que su retórica de izquierda contra lo que él llama gobiernos “neoliberales” del pasado, lo que está asustando a los inversionistas nacionales y extranjeros. Muchos empresarios temen que haya menos controles,  y que los inversores no tendrán protecciones legales.

Muchos prevén un regreso a los viejos tiempos de México, cuando el autoritario Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que López Obrador comenzó su carrera política, dirigió un sistema autoritario elegido democráticamente. El premio Nobel Mario Vargas Llosa, una vez, describió burlonamente ese sistema como “la dictadura perfecta”.

En abril, el Fondo Monetario Internacional revisó a la baja sus proyecciones de crecimiento económico para México en 2019 de 2.1 por ciento a 1.6 por ciento, argumentando una caída esperada en las inversiones. La semana pasada, el Banco de México publicó una encuesta de economistas que predijo una caída adicional del crecimiento del país a 1.1 por ciento este año. Algunos economistas independientes dicen que la economía solo podrá crecer un 0.5 por ciento este año.

Lo que es igual de preocupante es el desmantelamiento de López Obrador a los recientes esfuerzos del país para mejorar sus sistemas de educación, ciencia y tecnología.

Para ganar el apoyo de los sindicatos de maestros radicales, López Obrador echó atrás una reforma educativa que había instituido las evaluaciones de los maestros, y está reincorporando a los maestros que habían suspendido sus exámenes de evaluación.

En una economía de conocimiento global en la que los robots están asumiendo un número cada vez mayor de empleos poco calificados y los países necesitarán una fuerza laboral altamente calificada, el giro educativo de López Obrador puede condenar a México a décadas de atraso.

En el resumen recientemente presentado por el presidente de 18,222 palabras de su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, solo hay cinco líneas sobre ciencia y tecnología. La palabra “innovación” aparece solo una vez, y las palabras “robótica” e “inteligencia artificial” no aparecen en absoluto.

Además, el gobierno de López Obrador no ha logrado hasta ahora reducir las tasas de homicidios en el país, que han aumentado un 4.2 por ciento durante los primeros cinco meses de este año.

Es demasiado pronto para proclamar el fracaso del gobierno de López Obrador. Pero a menos que haga algo pronto para restablecer la confianza de los inversionistas y centrarse en una educación de calidad, solo un milagro evitará que México pase gradualmente hacia una mayor mediocridad y pobreza a largo plazo.

 

Artículo original AQUÍ

MIAMI HERALD

Cuando Andrés Manuel López Obrador perdió la elección en el año 2006, se proclamó Presidente Legítimo y tomó Avenida Reforma para protestar lo que él calificó de fraude electoral. La historia en la elección del 2012 fue similar. AMLO acusó que se volvió a cometer fraude.

Finalmente ganó la elección de este 2018 y todo ha sido tranquilidad. Nadie le regateó un triunfo arrasador en el que obtuvo el 53 por ciento del voto. Por el contrario, el candidato del PRI, José Antonio Meade, salió incluso poco antes de las 8pm a reconocer su derrota, poniendo el ejemplo para Ricardo Anaya, quién hizo lo mismo más de una hora después.

Además de ganar la presidencia, la Cámara de Diputados y el Senado, AMLO y Morena arrasaron en las elecciones estatales y municipales. De no tener una sola gubernatura, hoy Morena gobierna 5 estados y 19 legislaturas locales. Además, ganó 23 de las 25 capitales que renovaron su ayuntamiento.

De las nueve gubernaturas que estuvieron en juego en julio pasado, Morena ganó la CDMX, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Morelos.

Entonces, habiendo arrasado de esa manera y reconociendo que las autoridades electorales supieron contar los votos de la elección presidencial, uno esperaría que AMLO acepte las pocas derrotas que tuvo. Pero no.

Primero está el caso Puebla. Ahí AMLO apoyó las impugnaciones del candidato de Morena, Miguel Barbosa, hasta el final. Hoy el Tribunal Electoral ha quedado sumamente fragmentado, con uno de los magistrados, José Luis Vargas, pidiendo la renuncia de la magistrada presidenta, Janine Otálora, quien tuvo el voto que definió que la elección no se anulaba ni repetía y que la ganadora es Martha Erika Alonso, de la coalición PAN, PRD, MC y dos partidos locales.

López Obrador ha cuestionado la actuación del Tribunal Electoral y se rehusó no solo a acudir a la toma de protesta de Alonso, sino que ni enviado del gobierno federal hubo. No todas se pueden ganar y esto, claramente no le gusta a AMLO.

Pero este desprecio por la derrota va más allá de Puebla. Con la figura de los Delegados de Programas Integrales de Desarrollo, mejor conocidos como los virreyes o súper delegados, AMLO pone una cuña en los gobernadores que no son de Morena disfrazado de ser una medida de austeridad.

 

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Esta tarde, luego de que regresara de su encuentro con el Presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, el virtual ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), recibió en su casa de campaña la visita de su hermana Candelaria López Obrador.

Como cualquier otro ciudadano, “Candi” como le llaman sus cercanos, llegó en un auto compacto hasta el inmueble ubicado en la colonia Roma, ayudada por un par de personas pues se desplaza en silla de ruedas debido a una reciente operación, procedió a identificarse tras una reja blanca que hay en el lugar.

Pasados unos minutos, el virtual candidato electo bajó y saludo a su hermana; se dieron un abrazo e intercambiaron unas palabras.

Se sabe que Andrés Manuel y Candelaria tenían tiempo de no verse, sin embargo causó asombro la forma en que se produjo el encuentro.

 

Foto: Twitter @danielojedaju

El presidente francés, Emmanuel Macron, platicó hoy telefónicamente con Andrés Manuel López Obrador, virtual ganador de la contienda presidencial, y aprovechó para invitarlo a visitar Francia próximamente.

De acuerdo a fuentes de la presidencia francesa, López Obrador habría aceptado la invitación del presidente galo, quien lo felicitó hoy “calurosamente en su cuenta de twitter “por su bella victoria democrática en México.

Macron y López Obrador, platicaron “de la calidad y profundidad de los vínculos de amistad entre Francia y México y se mostraron dispuestos a trabajar “en la profundización de la cooperación franco-mexicana en todos los ámbitos, precisaron las fuentes del Palacio presidencial del Elíseo.

Previamente, el presidente francés, había afirmado en redes sociales que su país continuará la “excelente cooperación que mantiene con México.

“Continuaremos nuestra excelente cooperación en todos los campos” afirmó Macron, quien aseveró que Francia está unida al pueblo mexicano por una amistad fuerte y antigua.

 

Con información de Notimex / Foto: Archivo APO

A 36 días de que se realicen las elecciones, el candidato presidencial de Morena-PT-PES, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pidió no confiarse pese a la ventaja que tienen, pues dijo se lucha en contra de una mafia del poder que no tiene llenadera, que no quieren dejar de robar, ni perder el privilegio de mandar.

“Tenemos que apurarnos en estos 36 días, cuidar que no engañen a la gente con la compra del voto, porque ese es el truco que tienen bien ensayado estos corruptos, empobrecen al pueblo y cuando hay elecciones reparten dinero, compran los votos 500 pesos, mil pesos, 2 mil pesos, entregan: despensas, frijol con gorgojo, láminas de zinc, láminas de cartón”, comentó.

Pidió su ayuda a sus simpatizantes para que le expliquen a la gente que lo que “dan es pan para hoy y hambre para mañana”; afirmó que el pueblo lo que pide es justicia, por lo que llamó a cuidar las casillas para demostrar el triunfo el próximo 1 de julio.

“Y en la tarde noche del día primero de julio va a empezar correrá la noticia por todo México, por todo el mundo: ganó el Movimiento de Regeneración Nacional, ¡Viva México! Nos vamos a sentir muy orgullosos, porque va a iniciar una etapa nueva de justicia con paz y con dignidad para nuestro pueblo”, indicó.

Exhortó a votar parejo por los candidatos de la coalición “Juntos haremos historia”, ya que solo así se logrará la transformación del país.

Sobre las descalificaciones en contra de Nestora Salgado, AMLO indicó que quien la crítica es Meade, que solo ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.“Piensan que con las campañas de desprestigio a los dirigentes sociales con eso van a remontar su ventaja, que van a poder engañar a la gente, esa guerra sucia nunca ha funcionado, la verdad siempre se abre paso y llega hasta el último rincón de nuestro territorio”, remató.

De visita por Jalisco, el candidato presidencial del PRI-PVEM-PANAL, José Antonio Meade, asumió diversos compromisos como el generar empleo, impulsar el desarrollo de infraestructura y promover una educación de excelencia.

 

 

En el municipio de El Salto, Meade dijo que ganará la elección del primero de julio porque la gente no quiere a un Andrés Manuel López Obrador que se pelea con los empleos y con la educación. “Andrés Manuel, vas a volver a perder”, subrayó.

 

Adicional esta mañana a través de sus redes sociales, el ex titular de Hacienda aseguró que mientras él suscribe el ‘Pacto Por La Primer Infancia’ y se compromete con guarderías con preescolar de tiempo completo a partir de 2019, López Obrador se pronuncia por boicotear junto a sus aliados (la Sección 22 de la CNTE) y con lujo de violencia la Reforma Educativa.

 

En menos de cinco meses, México tendrá una elección presidencial que los analistas de los medios de comunicación de Estados Unidos y otros países describen en su mayoría como una apuesta arriesgada. Para algunos, es parte de la “tormenta perfecta” que podría causar estragos en la economía mexicana (junto con la reforma tributaria de Trump y las amenazas al TLCAN); para la prensa de negocios, existe una amenaza para la inversión extranjera, especialmente en la industria petrolera estatal, que ha tenido una apertura sin precedentes a dicha inversión desde 2013; para otros analistas, es una amenaza para la seguridad, es decir, la política exterior de los Estados Unidos.

 

El problema, según los expertos y la propia administración Trump, es que el candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien tiene una ventaja considerable en las encuestas, y bien podría ser el próximo presidente de México. Pero, ¿su posible elección como presidente realmente es la amenaza que se supone que es?

 

Aunque López Obrador se ha movido hacia el centro durante el proceso electoral, su partido Morena tiene una base izquierdista que se parece a algunos de los movimientos y gobiernos a los que Washington se ha opuesto desde que comenzaron a extenderse por Latinoamérica en los primeros años del siglo XXI. López Obrador fue un popular jefe de gobierno de la Ciudad de México de 2000 a 2005; se postuló para presidente en 2006 y 2012 como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de centro-izquierda. Cuando López Obrador decidió formar Morena en 2014, lo hizo con una gran parte del apoyo del PRD.

 

El propósito declarado de Morena era formar una alternativa a los partidos políticos existentes a fin de reformar no solo la gobernanza de México, sino también su política económica. El objetivo era mover la economía de México hacia un modelo más desarrollista, de mercados internos más sólidos a través de la política industrial y la inversión pública y la planificación, y proporcionar un estado de bienestar y llevar a México en una dirección más social-democrática.

 

Al igual que Bernie Sanders en las elecciones presidenciales de 2016, López Obrador se está oponiendo, en este caso contra lo que él afirma es una élite corrupta representada por todos los partidos principales que no pueden proporcionar seguridad económica o física para los ciudadanos del país. Promete “eliminar la corrupción en el gobierno de arriba hacia abajo, como si limpiaras las escaleras”. Y propone la reasignación de alrededor del 4 por ciento del PIB de México a programas sociales e infraestructura, incluida una pensión universal; política similar a la que implementó para los habitantes de la Ciudad de México, la cual fue uno de sus logros más populares e influyentes cuando gobernó la Ciudad.

 

Los otros partidos se unen cada vez más a pesar de sus ideologías dispares. Lo que queda del PRD, que anteriormente era izquierda, se está aliando con el Partido de Acción Nacional (PAN), un partido de derecha con vínculos con la Iglesia Católica. El PAN rompió el control de más de setenta años de gobierno unipartidista por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2000 con la elección del presidente Vicente Fox. Pero la administración del PAN de Fox fracasó en su intento de mejorar el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos, y su “guerra contra las drogas” auspiciada por los Estados Unidos. No logró frenar la ola de violencia. En 2012, el PRI volvió a ganar la presidencia con la elección de Enrique Peña Nieto.

 

Pero Peña Nieto resultó ser el presidente menos popular en décadas, gracias al continuo fracaso económico y una serie de escándalos de corrupción, así como a la incapacidad de su gobierno para controlar los altos niveles de violencia. En enero, datos preliminares del gobierno mostraron que en 2017 México sufrió el mayor número de asesinatos registrados. La reunión de Peña Nieto con el entonces candidato Donald Trump en 2016 también se convirtió en un desastre, agregando las múltiples lesiones que dejó el encuentro entre el presidente mexicano y Donald Trump, quien afirmó que durante el encuentro no se discutió sobre quién pagaría el muro fronterizo, mientras que Peña Nieto aseguró que había dejado claro que México no pagaría por ello.

 

El candidato del PRI para estas elecciones, José Antonio Meade, por lo tanto, está padeciendo en un distante tercer puesto en las encuestas (también es ampliamente visto como un contendiente mediocre). Se habla de que el PRI apoyará al candidato del PAN, Ricardo Anaya, completando así la descripción de un grupo indiferenciado de políticos, como lo han calificado López Obrador y sus partidarios.

 

Mucha gente creía que México comenzó una transición a la democracia en 2000, cuando el PRI perdió la presidencia. Pero esto ha resultado ser algo así como un mito. La promesa de esa transición nunca se materializó, y México se convirtió en un narcoestado cada vez más violento y profundamente corrupto. Las reformas económicas neoliberales fracasadas que inició el PRI, a partir de la década de 1980, se consolidaron con el acuerdo del TLCAN, que ayudó a acercar a México a los Estados Unidos, económica y políticamente.

 

Primero, la economía. De 1960 a 1980, bajo el antiguo régimen del PRI, el ingreso promedio de los mexicanos casi se duplicó. Si la economía hubiera seguido creciendo a ese ritmo, los mexicanos tendrían hoy un nivel de vida comparable al de Europa. Solo podemos especular sobre si México se habría vuelto más democrático a medida que se desarrolló; la mayoría de los países lo han hecho, aunque a ritmos variables.

 

En cambio, la década de 1980 fue una “década perdida”, con un crecimiento negativo del ingreso per cápita, con México bajo la presión de los acreedores extranjeros, entre ellos el transformado FMI su economía con reformas neoliberales, la liberalización de los flujos comerciales y de capital internacionales, la privatización de empresas estatales, y abandonando las políticas de desarrollo e industriales.

 

Los veintitrés años transcurridos desde la entrada en vigor del TLCAN han sido un fracaso económico, ante cualquier comparación histórica e internacional. La tasa de pobreza nacional es más alta hoy de lo que era en 1994, y los salarios reales (ajustados por inflación) apenas han aumentado. Durante el período, México ha llegado a ocupar el decimoquinto lugar de los veinte países latinoamericanos en crecimiento del PIB por persona. Casi cinco millones de agricultores perdieron sus medios de subsistencia, sin poder competir con el maíz subsidiado de los EUA. Aunque algunos encontraron empleo en las nuevas industrias agroexportadoras, el desplazamiento contribuyó a un aumento de la emigración a los Estados Unidos de 1994 al 2000.

 

¿Qué tipo de democracia se ha desarrollado a partir de este continuo experimento económico fallido? Podríamos esperar que los gobiernos tuvieran que encontrar otras formas de mantenerse en el poder ya que no han estado entregando resultados. The New York Times informa que el gobierno mexicano gastó, asombrosamente, casi $2 mil millones en los últimos cinco años para comprar  a los medios de comunicación, en parte, pagando por publicidad con la condición de que recibiera una cobertura favorable.

 

Según el Times, al menos 104 periodistas han sido asesinados desde 2000, y alrededor de otros veinticinco han desaparecido. En 2017, México fue el segundo país más peligroso del mundo, después de Siria, para ejercer el periodismo. Aunque muchas personas tienen la impresión de que los cárteles de la droga son los principales responsables de la violencia y el clima de miedo, el Times informa que “según los datos del gobierno, los funcionarios públicos como alcaldes y policías han amenazado a los periodistas con más frecuencia que los cárteles de la droga, los delincuentes menores o alguien mas.”

 

No solo los periodistas, sino también los ciudadanos y activistas pueden ser asesinados por sus actividades constitucionalmente protegidas. La desaparición y masacre en 2014 de cuarenta y tres estudiantes en Iguala, en el estado de Guerrero, trajo la represión violenta de México a la atención mundial, debido a la escala del crimen y la participación documentada de las fuerzas y agentes de seguridad del gobierno.

 

La falta de medios independientes, el casi monopolio de dos redes partidarias sobre la televisión abierta, la compra generalizada de votos y el uso de recursos estatales por parte del gobierno en campañas electorales hacen que la democracia electoral en México sea especialmente débil. Y luego está el proceso de votación en sí. En una cerrada elección presidencial en 2006, López Obrador perdió por menos del 0.6 por ciento del voto popular. Pero había un problema de “suma”: en cada mesa electoral, se supone que el número de papeletas emitidas, más el número de papeletas en blanco restantes, deberían de coincidir con el número de papeletas en blanco al inicio de la jornada. Pero  casi la mitad de las mesas de votación, no lo hicieron.

 

A pesar de las denuncias de manipulación de votos y fraude, y de cientos de miles de personas en las calles que exigían un recuento, la administración Bush de inmediato dio su apoyo a una campaña para declarar legítima la elección de Felipe Calderón del PAN. (Un recuento parcial, cuyos resultados no se dieron a conocer mientras las elecciones aún se disputaban, planteó más preguntas serias sobre el conteo). La administración Bush funcionó a partir del libro de jugadas que había usado para las elecciones disputadas por Bush en el 2000, e hicieron un buen trabajo. Pero al igual que con la transformación económica de México de un estado desarrollista a uno neoliberal, la influencia de los Estados Unidos en la política de México ha pasado desapercibida.

 

Muchos mexicanos están nuevamente preocupados por la posibilidad de un fraude en las elecciones de julio próximo. Pero los funcionarios de la administración Trump, incluido el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, han expresado otras preocupaciones. Están preocupados de que López Obrador pueda ganar. Previsiblemente, los funcionarios de los Estados Unidos han alegado que habrá interferencia rusa en las elecciones. Siguió una avalancha de artículos tontos y sin contenido en los medios estadounidenses, y en México las acusaciones se volvieron virales, como se pretendía. López Obrador ha respondido con burla, llamándose a sí mismo “Andrés Manuelovich” y diciendo que está deseoso de que un submarino ruso salga a la superficie con su oro. (En las elecciones de 2006, los medios de comunicación se vieron inundados de falsas acusaciones de que López Obrador tenía vínculos con el gobierno chavista venezolano, esta campaña de difamación también ha resurgido).

 

Curiosamente, a pesar de todas las fanfarronadas de Trump sobre la construcción de un muro y la renegociación del TLCAN, combinado con sus insultos y amenazas, la cooperación de México con la política exterior maligna de Washington en la región sigue siendo fuerte. Casi nadie creyó los resultados de las elecciones del 26 de noviembre en Honduras; incluso el liderazgo extremadamente favorable a Washington de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha pedido una nueva elección allí. Pero México fue uno de los primeros en emitir una fuerte declaración en apoyo del “ganador”, el presidente en ejercicio y aliado de los EUA, Juan Orlando Hernández, cuyo partido llegó al poder tras un golpe militar en 2009.

 

Reuters informó en diciembre que la declaración oficial de México “fue intermediada en coordinación con Estados Unidos”. En un movimiento suave al día siguiente, un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos citó la declaración de México como una razón para rechazar las convocatorias para una nueva elección en Honduras. Este es exactamente el tipo de coordinación que le gusta a Washington, y que la administración Trump debe temer que desaparezca con un presidente mexicano menos dócil.

 

Es difícil decir cuánto podría hacer, o haría, López Obrador si es elegido, dadas las fuerzas desplegadas contra él, tanto en casa como desde el país vecino. Pero si hay un candidato a la reforma y un partido en la carrera, es López Obrador y su partido Morena.

 

En julio, los mexicanos decidirán si pueden mejorar como nación más independiente, si pueden defender su derecho a una elección libre y justa.

 

Texto publicado en The New York Review of Book por Mark Weisbrot

Tal como lo había anunciado, de revelar información desconocida de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el portal Pejeleaks.org dio a conocer una investigación en la que aborda la relación entre el precandidato presidencial y Carmen Lira Saade, directora general de La Jornada, asegurando que más allá de ser una simple alianza ideológica, se ha convertido en una relación personal y de negocios.

 

El portal asegura que entre Lira y AMLO existe un conflicto de interés y posibles actos de corrupción.

 

La investigación nace cuando “un vecino que pidió mantenerse en el anonimato”, hizo llegar a PejeLeaks un recibo de teléfono como prueba de que José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO vive en Filosofía y Letras 92, inmueble que de acuerdo al Registro Público de la Propiedad, es propiedad de Guillermina Aurea Álvarez Cadena, la asistente y mano derecha de Carmen Lira.

 

Pejeleaks asegura que la relación de beneficios entre López Obrador y La Jornada va más allá de la publicidad, pues Morena contrató directamente a Imprenta de Medios, SA de CV, que forma parte del grupo de La Jornada, para la impresión de su periódico Regeneración.

 

Adicional revelan que entre 2003 y 2017, el PRD, PT, Convergencia/MC, y MORENA, partidos en los que AMLO ha militado y hecho campaña, se destinaron al menos $29,853,188.25 pesos a las distintas empresas del grupo de La Jornada.

 

A la relación actual entre Morena y La Jornada, se añaden antecedentes de cuando López Obrador fungió como Jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), donde se benefició al periódico con casi la mitad de los 10.5 millones de pesos que el gobierno de López Obrador gastó en medios impresos en 2003. “Para el siguiente año, de enero a julio de 2004, La Jornada continuó siendo el medio impreso con mayor recepción de recursos públicos del gobierno capitalino, recibiendo 3.4 millones de pesos de un total de 7.2 del presupuesto destinado a dicho rubro”.

 

Otro ejemplo del intercambio de favores personales entre López Obrador y Carmen Lira que revela Pejeleaks ocurrió en 2017, cuando éste le dio su apoyo a Lira durante la huelga de los trabajadores de La Jornada, generando polémica ya que López Obrador respaldó a los directivos del periódico y no a los trabajadores que defendían sus derechos laborales. Otro de los beneficios que recibió La Jornada por parte de López Obrador fue la candidatura de Norma Esperanza Lira Saade, hermana de Carmen Lira, a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México en 2016 por Morena, donde ya había figurado como miembro del Consejo Consultivo en 2011.

El líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, indicó que la propuesta de seguridad que presentó esta mañana Andrés Manuel López Obrador (AMLO), “generará impunidad porque se basa en liberar a los criminales: sacar a violadores, secuestradores y asesinos de la cárcel y ponerlos en la calle”.

 

Ochoa Reza afirmó que “lo que provocará su propuesta es impunidad. Recordemos que durante su gestión pública como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, los resultados fueron irresponsables: se duplicó el número de extorsiones.

 

Aprovechó para criticar el anuncio de que Alfonso Durazo será el próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), pues dijo, “López pretende poner en la SSP a una persona que no tiene experiencia ni conocimiento en el tema de seguridad (…)  quien ha estado incrustado en todos los partidos políticos, sin haber acreditado ningún servicio en materia de seguridad a favor de la nación”

 

 

Por otra parte, Enrique Ochoa reiteró que México tiene dos caminos: el populismo autoritario de López y el camino del trabajo, el esfuerzo y la preparación que representa Pepe Meade. Tiene la visión para llevar a México al siguiente nivel de desarrollo.

 

“Pepe Meade es claramente la alternativa para que México no caiga en el populismo autoritario al que quiere llevarnos López y su partido político MORENA, que quieren una Revolución Bolivariana en México”, aseguró.

 

 

 

El Congreso Nacional de Morena, encabezado por su líder Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presentó el Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024, mismo que contó con la colaboración de intelectuales, empresarios y expertos.

 

El tabasqueño aseguró que para las propuestas que están vertidas en el documento,”no nos inspiramos en ningún Gobierno extranjero, ni Maduro, ni Donald Trump, para que quede claro”, y puntualizó “para que quede claro, no estamos en contra de empresarios, al contrario, se necesita del sector empresarial, estamos en contra de los políticos corruptos, de los traficantes de influencia, cosas así, que deben de quedar muy claras”.

Se informó que para recabar los análisis, diagnósticos y propuestas contenidos en este documento, López Obrador nombró a Alfonso Romo Garza como coordinador general del Proyecto de Nación, construido en torno a cuatro ejes principales.

 

 

Los ejes principales y los encargados de desarrollarlos son:

  • La Comisión de Economía y Desarrollo, a cargo de Adrián Rodríguez-Macedo
  • La Comisión de Desarrollo Social, encabezada por Esteban Moctezuma Barragán
  • La Comisión de Política y Gobierno, cuya titular es Claudia Sheinbaum Pardo
  • La Comisión de Educación, Valores, Cultura y Ciencia, presidida por Laura Esquivel Valdez

 

Previo al evento, adelantó que el candidato presidencial del partido será electo mediante una encuesta, ejercicio que el partido ha puesto en marcha ya en diversas ocasiones para elegir a representantes locales. “Con quien se quiera inscribir, es libre, aquí va a ser por encuesta, no va a haber imposición, el que quiera inscribirse se inscribe en la encuesta”.

 

También se detalló que será el próximo 14 de diciembre cuando Morena presentará a los integrantes del que será su gabinete, en caso de que ganen las elección presidencial en 2018.

 

Con información de Medios / Foto: Twitter