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SpaceX aplazó este lunes el primer vuelo de prueba de Starship, el cohete más poderoso jamás construido y concebido para enviar astronautas a la Luna, Marte y más allá.

El despegue se suspendió minutos antes de la hora prevista debido a un problema de presurización en la etapa de impulsión, según informó SpaceX.

El fundador de SpaceX, Elon Musk, dijo que una válvula de presión parecía estar congelada, lo que obligó a posponer el lanzamiento desde Starbase, el puerto espacial de SpaceX en Boca Chica, Texas.

“Anticipamos un mínimo de 48 horas antes de que podamos intentar este vuelo de prueba nuevamente”, señaló un empleado de SpaceX en un video en vivo emitido por la compañía.

De todas formas, estaban fijadas fechas para próximas pruebas durante la semana, algo que Musk, ya había considerado. Ayer, durante un evento en la red Twitter Spaces, dijo que “es un vuelo muy riesgoso”, pues “es el primer lanzamiento de un muy complejo y gigantesco cohete”, destacó.

“Hay un millón de formas en las que este cohete puede fallar. Vamos a ser muy cuidadosos y si vemos cualquier cosa que nos preocupe, lo pospondremos”, había adelantado.

La agencia espacial estadounidense NASA escogió la nave espacial Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de 2025, en una misión bautizada Artemis III, por primera vez desde que el programa Apolo finalizó en 1972.

Con su altura de 120 metros, Starship pertenece a la categoría de lanzadores superpesados, capaces de transportar más de 100 toneladas de carga a la órbita. Su potencia de despegue debe ser más del doble que la del legendario Saturno V, el cohete del famoso programa lunar Apolo.

La NASA llevará astronautas a la órbita lunar en noviembre de 2024 usando su propio cohete llamado Space Launch System (SLS), que tiene más de una década de desarrollo. Pero Starship es más grande y potente que el SLS.

Genera 17 millones de libras de empuje, más del doble que los cohetes Saturno V utilizados para enviar a los astronautas de las misiones Apolo a la Luna.

SpaceX espera poner en órbita una nave Starship y reabastecerla con otra para que pueda continuar su viaje a Marte o más allá.

Eventualmente, el objetivo es establecer bases en la Luna y Marte y poner a la humanidad en el “camino de ser una civilización multiplanetaria”, afirmó Musk.

De acuerdo con el borrador de un informe de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono, publicó el pasado 7 de marzo, los extraterrestres podrían estar visitando nuestro sistema solar y liberando sondas, tal como ocurre en las misiones realizadas por la NASA cuando estudian otros planetas.

El informe, escrito por Sean Kirkpatrick, director de la AARO que depende del Pentágono, se centra en una investigación de las limitaciones físicas de los fenómenos aéreos no identificados.

En él se indica que un “objeto interestelar artificial podría ser potencialmente una nave principal que libera muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA”.

Dichas sondas se desprenderían de la nave principal por la “fuerza gravitatoria de las mareas del Sol o por una capacidad de maniobra”, añade el informe en el que también colabora Abraham Loeb, presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard.

La AARO se creó en julio de 2022 con la intención de rastrear objetos en el cielo, bajo el agua y en el espacio, o cualquier otro objeto que tenga la capacidad de moverse de un dominio a otro.

Adicional, se señala que el Congreso de Estados Unidos encargó en 2005 a la NASA que identificara todos los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros, lo que resultó en telescopios Pan-STARRS. Siete años más tarde el telescopio detectó un objeto interestelar inusual al que se nombró ‘Oumuamua’, que en hawaiano significa ‘explorador’.

Se trataría de una nave espacial nodriza, proveniente de una galaxia lejana, la cual podría llevar varias décadas en el sistema solar, desde donde salen otras naves más pequeñas o sondas que serían las encargadas de estudiar los planetas.

Se registró que dichas sondas no dejaba cola o rastro a su paso, como lo hiciera un cometa, por lo que los científicos concluyeron que se trataría de una nave.

Según el borrador del que reporte el New York Post, las sondas son invisibles para los telescopios de rastreo porque cuentan con un sistema de camuflaje que no refleja la luz del sol, de modo que se vuelven invisibles para los instrumentos que la humanidad usa para monitorear el cosmos.

Finalmente, el documento aclararía que las naves sean parte de algún proyecto de invasión extraterrestre, sino que se trataría de un esfuerzo científico similar al que actualmente tiene la NASA con sus diferentes misiones a otros planetas.

Con información de New York Post

La agencia espacial estadounidense NASA anunció este viernes el lanzamiento de páginas web en español con información sobre aeronáutica con el propósito de “inspirar a la próxima generación de exploradores”.

“Se trata de un paso adelante significativo en nuestros esfuerzos por poner los conocimientos que hemos acumulado en la NASA a disposición de la gente de todo el país, y del mundo”, dijo el administrador asociado de la agencia, Bob Pearce.

“Nos estamos asegurando de que a medida que exploramos y abordamos los mayores retos a los que se enfrenta la aviación, estamos proporcionando beneficios para todos”, añadió.

Las páginas en español presentan material educativo acerca de la labor de la Dirección de Misiones de Investigación Aeronáutica de la NASA, con una descripción de las prioridades de la agencia, incluida la aviación sostenible.

“Al presentar información sobre aeronáutica y materiales educativos en español, estamos esforzándonos por fomentar una próxima generación de exploradores diversa, audaz y capaz”, declaró el funcionario. “Contamos con esta generación para ayudar a la NASA a llevar su visión hacia el futuro”.

La agencia recordó que “la NASA se ha comprometido a conseguir que las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la aviación sean nulas en 2050”.

Finalmente, dijo que la NASA se esfuerza por alcanzar ese objetivo liderando campos que van desde las tecnologías ecológicas y el diseño de aeronaves hasta la fabricación de materiales compuestos y las pruebas de combustibles sostenibles.

La compañía estadounidense Boeing será la encargada de construir el Demostrador de Vuelo Sostenible, un avión desarrollado junto a la agencia espacial estadounidense (NASA), que tiene como finalidad que su diseño y tecnología sirvan de modelo para la aviación del futuro.

Con el Demostrador, la NASA espera reducir hasta un 30% el consumo de combustible y las emisiones de los aviones de fuselaje estrecho, un único pasillo, destinados frecuentemente a cubrir rutas nacionales, y que son los más utilizados.

“Solemos pensar en la NASA como una agencia espacial, una agencia aeronáutica, pero la NASA también es una agencia climática”, aseguró este miércoles el administrador de la agencia, Bill Nelson, en conferencia de prensa.

Nelson explicó que el concepto de Boeing, que se espera pueda volar en 2028, es un avión de demostración a escala real del tipo ala transónica arriostrada (TTBW, en inglés), con vigas que se colocan de forma oblicua para asegurar una armazón.

Por su parte Boeing explicó que integrará elementos de vehículos que ya existen con componentes totalmente nuevos en la construcción de la aeronave.

“Las alas ultrafinas arriostradas por puntales, con mayores luces y relaciones de aspecto más elevadas, podrían dar cabida a sistemas de propulsión avanzados que se ven limitados en la actualidad por la falta de espacio bajo las alas en las configuraciones de aviones de ala baja”, explicó la empresa.

La NASA también espera que este diseño incorpore una serie de avances tecnológicos que permitan reducir el consumo de combustible y hacer que la aviación sea más sostenible, que servirán de modelo para la aviación comercial.

Para Nelson, el proyecto “revolucionará el tipo de avión que la gente usa con más frecuencia cuando vuela”, y pondrá a Estados Unidos más cerca de alcanzar el objetivo del gobierno de cero emisiones en la industria de la aviación para 2050.

La NASA dio a conocer un video que muestra un ‘time-lapse’ de 12 años de todo el cielo, que muestran cómo nuestro cosmos se mueve y cambia con el tiempo. El material se logró captar usando las imágenes tomadas por su observatorio espacial NEOWISE.

Cada seis meses, la nave espacial Near-Earth Object Wide Field Infrared Survey Explorer, completa un viaje a la mitad del Sol, tomando imágenes en todas las direcciones. Juntas, esas imágenes forman un mapa de “todo el cielo” que muestra la ubicación y el brillo de cientos de millones de objetos.

Usando 18 mapas de todo el cielo producidos por la nave espacial (el 19 y el 20 se lanzarán en marzo de 2023), se ha creado la película.

Cada mapa es un gran recurso para los astrónomos, pero cuando se ven en secuencia como un ‘time-lapse’, sirven como un recurso aún más fuerte para tratar de comprender mejor el universo.

Comparar los mapas puede revelar objetos distantes que han cambiado de posición o brillo con el tiempo, lo que se conoce como astronomía en el dominio del tiempo.

“Si sales y miras el cielo nocturno, puede parecer que nada cambia nunca, pero ese no es el caso”, dijo en un comunicado Amy Mainzer, investigadora principal de NEOWISE en la Universidad de Arizona en Tucson. “Las estrellas están brillando y explotando. Los asteroides pasan zumbando. Los agujeros negros están destrozando estrellas. El universo es un lugar muy ocupado y activo”.

NEOWISE fue originalmente un proyecto de procesamiento de datos para recuperar detecciones y características de asteroides de WISE, un observatorio lanzado en 2009 y encargado de escanear todo el cielo para encontrar y estudiar objetos fuera de nuestro sistema solar.

La nave espacial usó detectores enfriados criogénicamente que los hicieron sensibles a la luz infrarroja.

No visible para el ojo humano, la luz infrarroja es radiada por una plétora de objetos cósmicos, incluidas estrellas frías cercanas y algunas de las galaxias más luminosas del universo.

La misión WISE terminó en 2011 después de que se agotara el refrigerante a bordo, necesario para algunas observaciones infrarrojas, pero la nave espacial y algunos de sus detectores infrarrojos aún funcionaban.

Entonces, en 2013, la NASA lo reutilizó para rastrear asteroides y otros objetos cercanos a la Tierra, o NEO. Tanto la misión como la nave espacial recibieron un nuevo nombre: NEOWISE.

A pesar del cambio, el telescopio infrarrojo ha continuado escaneando el cielo cada seis meses y los astrónomos han seguido utilizando los datos para estudiar objetos fuera de nuestro sistema solar.

Por ejemplo, en 2020, los científicos lanzaron la segunda versión de un proyecto llamado CatWISE: un catálogo de objetos de 12 mapas de todo el cielo de NEOWISE. Los investigadores usan el catálogo para estudiar las enanas marrones, una población de objetos que se encuentran en toda la galaxia y que acechan en la oscuridad cerca de nuestro Sol.

Observar el cielo cambiar durante más de una década también ha contribuido a los estudios sobre cómo se forman las estrellas.

NEOWISE puede mirar dentro de las mantas polvorientas que envuelven a las protoestrellas, o bolas de gas caliente que están en camino de convertirse en estrellas.

Los datos de NEOWISE también han mejorado la comprensión de los agujeros negros. El estudio WISE original descubrió millones de agujeros negros supermasivos en el centro de galaxias distantes. En un estudio reciente, los científicos utilizaron datos de NEOWISE y una técnica llamada mapeo de eco para medir el tamaño de los discos de gas caliente y brillante que rodean los agujeros negros distantes, que son demasiado pequeños y demasiado distantes para que los resuelva cualquier telescopio.

“Nunca anticipamos que la nave espacial estaría operando tanto tiempo, y no creo que pudiéramos haber anticipado la ciencia que seríamos capaces de hacer con esta cantidad de datos”, dijo Peter Eisenhardt, astrónomo del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA y científico del proyecto WISE.

El telescopio espacial James Webb tomó su primera imagen de un exoplaneta, informó la agencia espacial de Estadios Unidos (NASA).

El planeta, situado por fuera del sistema solar y bautizado HIP 65426 b, es un gigante gaseoso sin superficie rocosa que no podría ser habitable.

“Estamos ante un punto de inflexión, no solo para Webb sino también para la astronomía en general”, dijo la profesora de astronomía de la Universidad de Exeter Sasha Hinkley, quien dirigió el equipo de observación.

Webb fue lanzado en diciembre de 2021 y desde entonces ha sido elogiado por la comunidad astronómica por su desempeño y aportaciones.

Se trata del telescopio espacial más poderoso jamás construido y sus imágenes han emocionado a los observadores en los últimos meses, mientras órbita el Sol a 1,6 millones de kilómetros de la Tierra.

Webb cuenta con accesorios telescópicos que bloquean la luz de las estrellas, como la mirada infrarroja y los coronógrafos, que le permiten tomar imágenes directas de exoplanetas.

HIP 65426 b tiene ente seis y 12 veces la masa de Júpiter y es joven, al contar con entre 15 y 20 millones de años, sobre todo en comparación con la Tierra, de 4,500 millones de años.

El telescopio, que publicó sus primeras imágenes en julio, también ha revelado nuevos detalles deslumbrantes de la llamada Galaxia Fantasma y del planeta Júpiter.

Antes, el telescopio espacial Hubble había capturado imágenes directas de exoplanetas, pero con mucho menos detalles.

El proyecto de ingeniería que incluye al telescopio Webb tuvo un costo estimado de 10.000 millones de dólares y es una colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense. Se espera que funcione durante aproximadamente 20 años.

La NASA otorgó a la compañía SpaceX cinco misiones adicionales para servicios de transporte de tripulación a la Estación Espacial Internacional (EEI) como parte del contrato de transporte de personal comercial (CCtCap) de la agencia estadounidense.

La entidad científica señaló en un comunicado este jueves que la modificación del contrato eleva el total de misiones de SpaceX, fundada por el magnate Elon Musk, a 14,  que permite a la NASA mantener una capacidad ininterrumpida para el acceso humano a la Estación Espacial hasta 2030.

La ampliación del contrato con SpaceX incluye las futuras misiones Crew-10, Crew-11, Crew-12, Crew-13 y Crew-14, detalló la NASA.

El valor de esta modificación de contrato para los cinco vuelos y los servicios de misión relacionados es de más de 1,400 millones de dólares, que incluye operaciones terrestres, de lanzamiento, en órbita, de retorno y recuperación, transporte de carga para cada misión y de asistencia mientras se acopla a la EEI.

El periodo de contratación se extiende hasta 2030 y eleva el valor total del contrato de CCtCap con SpaceX a más de 4,900 millones de dólares. Las nuevas misiones a SpaceX siguen al anuncio de la NASA, el pasado junio, de nuevas misiones adicionales con la compañía de Musk.

La modificación actual no impide que la NASA busque futuras modificaciones de contrato para servicios de transporte adicionales, según sea necesario, precisa el comunicado.

En 2014, la NASA otorgó los contratos de CCtCap a Boeing y SpaceX a través de una asociación público-privada como parte del programa de tripulación comercial de la agencia.

Bajo CCtCap, la NASA certifica que el sistema de transporte espacial de un proveedor cumple con los requisitos de la agencia antes de misiones con astronautas. SpaceX fue certificado por la NASA para el transporte de tripulación en noviembre de 2020.

El lanzamiento del nuevo megacohete de la NASA a la Luna fue cancelado este lunes debido a un problema técnico con uno de sus motores principales, un duro golpe para la agencia espacial de Estados Unidos, que ahora tendrá que esperar a las próximas fechas posibles de despegue.

Cincuenta años después de que astronautas pisaran la Luna por última vez en la misión Apolo 17, Artemis 1 debería marcar el lanzamiento del programa estadounidense para regresar a la Luna, con miras a permitir a la humanidad llegar eventualmente a Marte a bordo de la misma nave.

“La directora de lanzamiento pidió cancelar por el día”, dijo la NASA. Las próximas fechas posibles de despegue son el 2 y el 5 de septiembre. Pero el problema tendrá que ser evaluado en detalle por los equipos de la agencia espacial antes de determinar cuándo ocurrirá.

El lanzamiento estaba originalmente programado para las 08:33 hora desde la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy en Florida.

Pero a medida que amanecía sobre el enorme cohete naranja y blanco de 98 metros de altura el despegue se hacía cada vez más improbable.

Los depósitos del cohete, el más potente del mundo, se fueron llenando durante la noche con más de tres millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos ultra fríos.

Sin embargo, el abastecimiento comenzó con una hora de retraso debido al alto riesgo de relámpagos.

Luego, una fuga provocó una pausa durante el llenado del segmento principal con hidrógeno, antes de que se encontrara una solución y se reanudara el flujo.

Sobre las 07:00, se investigaba un nuevo problema. Uno de los cuatro motores RS-25, debajo del segmento principal del cohete, no pudo alcanzar la baja temperatura deseada, condición necesaria para poder encenderlo.

La cuenta regresiva se detuvo y, después de más de una hora y media de espera mientras se intentaba solucionar el problema, la directora de lanzamiento de la NASA, Charlie Blackwell-Thompson, tomó la decisión de cancelar.

Entre 100,000 y 200,00 personas, incluida la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se esperaba que presenciaran en vivo el despegue el lunes.

El objetivo de Artemis 1 es probar el cohete SLS y la cápsula de tripulación Orion en su parte superior. Orion se lanzará sin tripulación en órbita alrededor de la Luna, para verificar que el vehículo sea seguro para los futuros astronautas, entre los que se prevé enviar la primera mujer y la primera persona de color a la superficie lunar.

“Esta misión lleva consigo los sueños y esperanzas de muchas personas”, dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson. “Ahora somos la generación Artemis”.

El principal objetivo de Artemis 1 es probar el escudo térmico de la cápsula, que regresará a la atmósfera terrestre a casi 40,000 km/h, y a una temperatura la mitad de la de la superficie del Sol.

En lugar de astronautas, se colocaron maniquíes a bordo, equipados con sensores que registran las vibraciones y los niveles de radiación.

Tras esta primera misión, Artemis 2 llevará astronautas a la Luna en 2024, sin llegar a alunizar, un honor reservado para la tripulación del Artemis 3, pero que no será antes de 2025.

Para esa fecha, la idea de la NASA es lanzar cerca de una misión cada año con el objetivo de establecer presencia humana y constante en la Luna, construir la estación espacial Gateway que orbite a su alrededor e instalar una base en la superficie lunar.

En ese escenario la humanidad debería aprender a vivir en el espacio y probar la tecnología necesaria para un viaje de varios años de ida y vuelta a Marte, que podría cumplirse “a finales de la década de 2030”, según Nelson.

En el Centro Espacial Kennedy de la NASA, los ingenieros ultiman los preparativos para el lanzamiento de la Misión Artemis I, programada para el próximo 29 de Agosto.

Tras completar la pruebas finales, el cohete SLS y la nave espacial Orión han sido trasladados ya a la plataforma de lanzamiento para realizar las últimas revisiones antes del lanzamiento.

Artemis I será la primera prueba integrada de los sistemas de exploración del espacio profundo de la NASA: la nave espacial Orión, el cohete SLS y los sistemas de tierra en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. La primera de una serie de misiones cada vez más complejas, Artemis I será una prueba de vuelo sin tripulación que proporcionará una base para la exploración humana del espacio profundo.

Durante este vuelo, la nave espacial se lanzará en el cohete más poderoso del mundo y volará más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave espacial construida para humanos. Viajará a más de 450,000 kilómetros desde la Tierra, miles de kilómetros más allá de la Luna en el transcurso de una misión de cuatro a seis semanas.

Orión permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial y regresará a casa más rápido y soportando más temperatura que nunca, detalló la NASA.

SLS y Orión despegarán desde el Complejo de Lanzamiento 39B en el puerto espacial modernizado de la NASA en el Centro Espacial Kennedy en Florida. El cohete SLS está diseñado para misiones más allá de la órbita terrestre baja que transportan tripulación o carga a la Luna y más allá, y producirá 4 millones de kilos de empuje durante el despegue y el ascenso para llevar a la órbita un vehículo que pesa casi 2.7 millones de kilos.

El viaje de ida a la Luna llevará varios días, tiempo durante el cual los ingenieros evaluarán los sistemas de la nave espacial y, según sea necesario, corregirán su trayectoria. Orión volará a unos 100 kilómetros sobre la superficie de la Luna, y luego usará la fuerza gravitatoria de la Luna para impulsar a Orión a una nueva órbita retrógrada profunda, u opuesta, a unos 70,000 kilómetros de la Luna.

El segundo vuelo del programa, Artemis II, llevará a la tripulación en una trayectoria diferente y probará los sistemas críticos de Orión con humanos a bordo. El cohete SLS evolucionará desde una configuración inicial capaz de enviar más de 26 toneladas métricas a la Luna, hasta una configuración final que puede enviar al menos 45 toneladas métricas.

Las futuras misiones de exploración con tripulación a bordo de Orión se ensamblarán y acoplarán con la futura Estación Orbital de enlace lunar Gateway. La NASA y sus socios la utilizarán como una puerta de enlace para operaciones en el espacio profundo, incluidas misiones hacia y en la Luna con una dependencia cada vez menor de la Tierra.

Usando la órbita lunar, se obtendrá la experiencia necesaria para extender la exploración humana y adentrarnos más que nunca en el sistema solar.

Una tripulación estadounidense, francesa y japonesa emprendió este viernes desde Florida un viaje de 23 horas hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) en una cápsula reutilizada de SpaceX, como parte de la alianza de la NASA con socios comerciales y agencias internacionales para multiplicar las misiones espaciales.

“Estas sociedades son críticas”, expresó emocionado Steve Jurczyk, administrador interino de la NASA minutos después del despegue del SpaceX Crew-2 desde el Centro Espacial Kennedy, en la costa este de Florida.

Un cohete Falcon 9 de SpaceX despegó a temprana hora para llevar al espacio una cápsula Dragon tripulada de la misma compañía privada y que ya se había utilizado en la misión Demo-2 el año pasado.

El propulsor del cohete, visiblemente sucio, pues también se había usado noviembre pasado para el lanzamiento de la SpaceX Crew-1 a la EEI, aterrizó unos nueve minutos y medio después en la plataforma marítima “Por supuesto que todavía te amo” en el Océano Atlántico, tras desprenderse de la segunda etapa de cohete Falcon 9.

Se trata de la primera vez que se reutiliza tanto la cápsula como la primera etapa del cohete con una misión humana, y también que dos naves espaciales de la tripulación comercial estarán acopladas al mismo tiempo a la estación.

La NASA ha señalado que esta reutilización, para abaratar los costos, es clave para multiplicar los vuelos a la EEI para avanzar en experimentos científicos y en las futuras misiones a la Luna y Marte.

También es la primera vez en veinte años que viaja un equipo compuesto por tres agencias espaciales: los estadounidenses Shane Kimbrough y Megan McArthur; el japonés Akihiko Hoshide, de la agencia espacial JAXA, y el francés Thomas Pesquet, de la Agencia Europea Espacial (ESA).

Los cuatro experimentaron esta madrugada un lanzamiento “extremadamente suave” a bordo de la cápsula Dragon, llamada Endeavour, según dijo Steve Stich, jefe del Programa de Tripulación Comercial de la NASA.

Un somnoliento Elon Musk, que acaparó las preguntas de la prensa después del lanzamiento, recordó que hacía 19 años había fundado SpaceX y que se hoy sentía “orgulloso” de trabajar con la NASA.

La segunda misión comercial tripulada de la NASA y SpaceX, la Crew-2, tiene previsto acoplarse de forma autónoma aproximadamente a las 09:10 de mañana  sábado en el módulo Harmony de la estación espacial.

En la estación, un proyecto de más de 150,000 millones de dólares, integrada por 15 módulos permanentes, siete astronautas avanzaban en los preparativos para recibir a la visita, entre ellos la creación de “dormitorios”.

La EEI, que tiene el tamaño un campo de fútbol, apenas está adecuada para siete astronautas que comparten tres baños, no los 11 que estarán durante unos cinco días, mientras los cuatro del Crew-1 regresan Tierra, lo que está previsto para el próximo miércoles 28 de abril.

Los cuatro astronautas se unirán a la tripulación de la Expedición 65, compuesta por la Crew-1: Shannon Walker, Michael Hopkins, Victor Glover y Mark Vande Hei, de la NASA; como también por Soichi Noguchi, de JAXA, y los cosmonautas Oleg Novitskiy y Pyotr Dubrov.

Los miembros de la Crew-2 llevarán a cabo la ciencia y el mantenimiento durante una estadía de seis meses a bordo del laboratorio en órbita y no regresarán antes del 31 de octubre.

Se trata de la segunda de las al menos seis misiones que SpaceX realizará a la EEI en razón de un contrato de 2,600 millones de dólares firmado con la NASA en 2014.

La agencia espacial estadounidense, la NASA, divulgó este lunes el primer audio de Marte, un leve sonido de viento captado por el róver Perseverance.

La NASA también divulgó el primer video de la llegada del róver al planeta rojo.

Un micrófono dejó de funcionar durante el descenso, pero el róver fue capaz de captar audio una vez que ya estaba detenido sobre la superficie.

Ingenieros de la NASA reprodujeron un pequeño clip de audio que, según dijeron, responde a una racha de viento en Marte.

Por otra parte el video, que dura 3 minutos y 25 segundos, muestra el despliegue del paracaídas y el contacto del vehículo con la superficie del planeta.

“Son videos realmente asombrosos”, dijo Michael Watkins, director de laboratorio de propulsión a chorro de la NASA en un conferencia con periodistas. “Es la primera vez que hemos podido capturar un acontecimiento como la llegada a Marte”.

Jessica Samuels, gerente de la misión del Perseverance en la superficie marciana dijo que el róver operaba tal como se esperaba. “Me alegra reportar que Perseverance goza de buena salud”, agregó.

El vehículo Perseverance aterrizó en Marte este jueves tras superar con éxito los “siete minutos de terror” que implicaron atravesar la delgada atmósfera del planeta rojo y descender en la superficie rocosa del cráter Jezero, confirmó la NASA.

El Perseverance es el laboratorio de astrobiología más avanzado jamás enviado a otro mundo, y es su primera parada en la búsqueda de rastros de antigua vida microbiana en el Planeta Rojo.

Los responsables de la misión, quienes se encontraban en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, cerca de Los Ángeles, rompieron en aplausos y porras cuando las señales de radio confirmaron que el rover de seis ruedas había superado el peligroso descenso y había llegado a su objetivo.

El descenso autoguiado y el amartizaje de la nave durante una compleja serie de maniobras que la NASA bautizó como “los siete minutos de terror”, se convierte en la hazaña más elaborada y desafiante en los anales de los vuelos espaciales robóticos.

El amartizaje representó la parte más arriesgada de un esfuerzo de dos años y 2,700 millones de dólares cuyo objetivo principal es buscar posibles rastros fósiles de microbios que pudieran haber florecido en Marte hace unos 3,000 millones de años, cuando el cuarto planeta en distancia del sol era más cálido, húmedo y potencialmente hospitalario para la vida.

Los científicos esperan encontrar biofirmas incrustadas en las muestras de sedimentos antiguos que Perseverance podría extraer de las rocas marcianas para su futuro análisis en la Tierra, las primeras muestras de este tipo recogidas por la humanidad en otro planeta.

Está previsto que dos misiones posteriores a Marte recuperen las muestras y las devuelvan a la NASA en la próxima década. Lo sucedido el jueves supuso un triunfo para Estados Unidos.

El vehículo robótico navegó por el espacio durante casi siete meses, recorriendo 472 millones de kilómetros antes de atravesar la atmósfera marciana a 19,000 kilómetros por hora para iniciar su aproximación a la superficie del planeta.

Cinco minutos después de aterrizar en Marte, Perseverance se encontraba ya listo para iniciar su exploración luego de enviar la primera imagen de la superficie marciana que registra, después publicada en la cuenta oficial en Twitter del robot acompañado del mensaje: “Hola Mundo. Mi primer vistazo al que será mi hogar para siempre”.

 

El más grande y sofisticado explorador de Marte jamás construido, un vehículo del tamaño de un coche lleno de cámaras, micrófonos, taladros y láseres, despegó este jueves hacia el planeta rojo como parte de un ambicioso proyecto de largo alcance de la NASA para traer las primeras muestras de roca marciana a la Tierra a fin de ser analizadas en busca de evidencia de vida antigua.

La sonda Perseverance de la NASA despegó a bordo del cohete Atlas V en el cielo matutino en el tercer y último lanzamiento del verano a Marte.

China y Emiratos Árabes Unidos se adelantaron la semana pasada con sus propias misiones, pero las tres deberían llegar al planeta rojo en febrero después de un viaje de siete meses y 482 millones de kilómetros. China envía tanto un explorador como un orbitador, mientras que Emiratos Árabes Unidos, un país que inicia sus exploraciones espaciales, tiene un orbitador en camino.

El explorador de seis ruedas impulsado por plutonio perforará el suelo marciano y recolectará pequeñas muestras que llegarán a la Tierra aproximadamente en 2031, en una especie de carrera de relevos interplanetarios que involucra a muchos países.

El proyecto sin precedentes incluye múltiples lanzamientos y varias naves espaciales, y costará más de 8,000 millones de dólares.

El jefe de la misión científica de la NASA, Thomas Zurbuchen, catalogó el lanzamiento como el inicio del “primer vuelo redondo de la humanidad a otro planeta”.

Además de abordar la cuestión de la vida en Marte, la misión dará lecciones que podrían allanar el camino para la llegada de astronautas a partir de principios de la década de 2030.

“Hay una razón por la que llamamos Perseverance (Perseverancia) a la sonda. Porque ir a Marte es difícil”, dijo el administrador de la NASA Jim Bridenstine justo antes del despegue. “Siempre es difícil. Nunca ha sido fácil. En este caso, es más difícil que nunca porque lo estamos haciendo en medio de una pandemia”.

Una vez en la superficie, Perseverance buscará evidencia de vida microscópica pasada en el antiguo lecho de un lago, y reunirá las muestras más prometedoras de rocas para que sean recogidas en un futuro. La NASA se ha asociado con la Agencia Espacial Europea para traerlas a la Tierra aproximadamente en 2031.

Estados Unidos, el único país que ha logrado colocar una nave sobre la superficie de Marte sin contratiempos, pretende lograr su novena misión en el planeta rojo, que se ha convertido en el Triángulo de las Bermudas de la exploración espacial con más de la mitad de las misiones estallando, chocando o terminando en fracasos.

Se trata de la estampida más grande a Marte en la historia de los viajes espaciales. La oportunidad de volar entre la Tierra y Marte se da sólo una vez cada 26 meses, cuando los dos planetas se encuentran en el mismo lado del Sol y prácticamente lo más cerca posible entre sí.

Después de que el clima impidiera el miércoles pasado el despegue de la misión Demo-2 desde Cabo Cañaveral, la NASA y la compañía aeronáutica SpaceX volverán a intentarlo mañana pese al reto que representa el clima en Florida, Estados Unidos

El equipo ha informado que hay un 50% de probabilidades de que se produzca el lanzamiento.

“Es un verdadero desafío el intentar competir con el clima aquí en Florida durante el verano, pero vamos hacer lo correcto. Todo sigue hacia adelante y tenemos un cincuenta por ciento de posibilidades con el tiempo mañana, así que veremos lo que pasa”, aseguró el director del Centro Espacial Kennedy, Bob Cabana, en una rueda de prensa este viernes.

Está previsto que el cohete Falcon 9 despegue a las 15:22 hora local, desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy si las condiciones meteorológicas lo permiten, que al parecer serán más favorables que las del día 27 cuando la nubosidad y la electricidad en el ambiente lo impidieron.

Aproximadamente a las 10:29 de la mañana del domingo (14:29 GTM) se espera que la cápsula Crew Dragon con los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley llegará a la Estación Espacial Internacional (EEI) y procederán a acoplarse a ella tras lo cual serán bienvenidos por la tripulación de abordo.

“Nuestra mayor prioridad siempre ha sido Bob y Doug y unos días atrás teníamos mucha electricidad en la atmósfera. No había rayos, pero el lanzamiento podía haber producido una tormenta eléctrica. La NASA y SpaceX sabían que debían cumplirse determinados parámetros para el despegue”, subrayó el administrador de la NASA, Jim
Bridenstine.

Sin embargo, dada la incertidumbre meteorológica el despegue se podría retrasar hasta el domingo a las 15:30 cuando habría otra ventana para el lanzamiento e incluso se están valorando algunas fechas posteriores en caso de que no se pudiera realizar este fin de semana.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) sigue de cerca un sistema de bajas presiones que se está desarrollando en el océano Atlántico y que tiene un 50% de probabilidades de convertirse durante el fin de semana en la tercera tormenta tropical.

Al igual que en el intento del miércoles, el presidente Donald Trump acudirá este sábado para presenciar el lanzamiento de la cápsula Crew Dragon.

La misión, denominada como “histórica” por el administrador adjunto de la Agencia aeroespacial estadounidense, Jim Morhard, busca volver a enviar a astronautas desde Estados Unidos a la EEI nueve años después de que se cancelara su programa de transbordadores espaciales.

Desde el último vuelo del transbordador Atlantis a la órbita terrestre en 2011, la NASA se ha visto obligada a utilizar los sistemas de lanzamiento rusos como el Soyuz para poner en órbita a sus astronautas.

Durante la misión se pondrá a prueba el sistema de lanzamiento de SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk y que junto a Boeing obtuvieron en 2014 los dos contratos del gobierno para poner a prueba la comercialización de los viajes espaciales.