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La inflación en Estados Unidos continúa a la baja y la tasa interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) cayó dos décimas en agosto, hasta el 8.3%, aunque en términos mensuales los precios subieron una décima respecto a julio pasado.

La disminución mensual del 10.6% en el precio de la gasolina no fue suficiente para compensar el aumento de otros productos, como los alimentos, cuyos precios continúan al alza, según los datos publicados este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de Estados Unidos.

Esta es la segunda baja continua de la tasa interanual de inflación, que en junio alcanzó su cifra más alta en cuarenta años, ubicándose en 9.1%, y un mes después bajó al 8.5%.

La disminución reportada da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran una recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del PIB.

Sin embargo, ese diagnóstico no fue compartido por La Casa Blanca, quien este martes dijo que los datos de hoy muestran el “progreso” de la economía estadounidense reduciendo el problema global de la inflación.

“En general, los precios se han mantenido esencialmente estables en nuestro país estos últimos dos meses: esa es una buena noticia para las familias estadounidenses, aunque aún hay mucho trabajo por hacer”, apuntó el presidente en un comunicado.

Así, “llevará más tiempo y determinación reducir la inflación”, reconoció Biden, quien recordó su recientemente aprobada Ley para la Reducción de la Inflación, con la que prevé reducir los precios a largo plazo, con inversiones centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y en reducir las emisiones de gases contaminantes.

Los datos ofrecidos por BLS destacan que mientras que en julio los precios se mantuvieron estables a nivel mensual, en agosto registraron un aumento de una décima.

De hecho, todos los conceptos subieron menos los vehículos usados, cuyo precio bajó una décima, y la energía, que en su conjunto descendió el 5%. La gasolina bajó el 10.6% (aunque registra una subida interanual del 25.6%), mientras que la electricidad subió el 1.5% y el gas el 3.5%.

La elevada inflación sigue siendo la principal preocupación del gobierno de Biden y también de la Reserva Federal, que el pasado 27 de julio volvió a subir la tasa de interés en 75 puntos base, la cuarta subida consecutiva y la segunda de la misma magnitud.

La pasada semana, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, insistió en la necesidad de que la Fed continúe llevando a cabo una política monetaria restrictiva para bajar los precios, con el fin de evitar que los ciudadanos acaben acostumbrándose a la alta inflación.

La nueva primera ministra británica, Liz Truss, anunció este jueves medidas contra la crisis energética que enfrenta el país, que incluyen la congelación de precios durante dos años para los hogares, el fin de una moratoria al fracking y reexaminar los objetivos climáticos del Reino Unido.

La congelación de precios representará un ahorro de unas 1,000 libras al año para un hogar medio, en comparación con la subida de 80% del tope tarifario que estaba prevista el 1 de octubre, precisó Truss en el parlamento dos días después de su nombramiento en reemplazo de Boris Johnson.

Las empresas e instituciones como las escuelas y hospitales recibirán por su parte una “ayuda equivalente durante seis meses”, precisó.

“Es el momento de ser audaz. Nos enfrentamos a una crisis energética (…) y estas intervenciones tendrán un costo”, advirtió después de haber eludido preguntas de la oposición sobre cómo piensa financiar unas políticas que se encaminan a incrementar la deuda pública británica.

El gobierno pagará a las empresas energéticas la diferencia de precios, precisó, sin dar una cifra de cuánto puede costar al erario público, a la espera de que su nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, presente este mes un presupuesto.

Truss, exejecutiva del gigante petrolero Shell, que durante su campaña para convertirse en nueva líder del Partido Conservador defendió políticas ultraliberales, se ha declarado férreamente en contra de aplicar más impuestos a las compañías energéticas para ayudar a los hogares.

Las medidas que anunció incluyen también suprimir temporalmente los impuestos sobre la energía destinados a financiar la transición hacia la neutralidad de carbono, que el Reino Unido se había comprometido a alcanzar en 2050 con una trayectoria que Truss dijo querer reexaminar.

Asegurando estar “totalmente comprometida” con la idea de alcanzar cero emisiones netas de CO2 en esa fecha, la nueva primera ministra explicó querer asegurarse de que no suponga una carga excesiva para las empresas y los consumidores.

Truss no precisó tampoco cuánto costará el paquete total, que varios medios británicos estimaron en 150,000 millones de libras.

Esta cifra es más del doble que los 70,000 millones de libras que se gastaron para pagar los sueldos de los empleados que se quedaron sin trabajo durante los confinamientos por la pandemia.

También supone un cambio drástico respecto a la campaña de Truss, que calificó las ayudas públicas de “apósito” inútil para resolver los problemas de fondo.

Reino Unido es muy dependiente del precio del gas, que se ha multiplicado por siete en un año, sobre todo por los problemas de suministro por la guerra en Ucrania.

Truss anunció también la creación de un fondo de 40,000 millones de libras con el Banco de Inglaterra para garantizar que los proveedores de energía no carezcan de liquidez ante la volatilidad de los mercados mundiales.

La primera ministra anunció también un incremento de las licencias para la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte y el fin de una moratoria sobre la fracturación hidráulica, mejor conocido como ‘fracking’, un controvertido método de extracción de combustibles fósiles que estaba hasta ahora prohibido en el Reino Unido.

Los países de la Unión Europea deberían poner un tope a los precios del gas natural ruso y solicitar un “aporte solidario” a las empresas europeas de petróleo y gas que están obteniendo ganancias a medida que la guerra en Ucrania eleva los costos de la energía, dijo este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

De cara al periodo invernal, los 27 países miembros de la UE se esfuerzan por contener una crisis energética que podría conducir a apagones, fábricas cerradas y una recesión profunda.

Y es que Rusia ha cortado parcial o totalmente el suministro de gas a 13 países europeos que utilizan el combustible para calentar hogares, generar electricidad y hacer marchar las fábricas.

“Enfrentamos una situación extraordinaria porque Rusia es un proveedor en el cual no se puede confiar, pero también porque manipula activamente el mercado del gas”, advirtió von der Leyen en conferencia desde Bruselas.

“Debemos reducir los ingresos de Rusia, que (el presidente ruso Vladimir) Putin utiliza para financiar su guerra atroz en Ucrania”, añadió.

Sin embargo, se negó a recomendar topes de precios y dijo que estos se deben acordar durante las conversaciones de emergencia de los ministros de energía de la UE que tendrá lugar el próximo viernes.

El organismo ejecutivo de la UE someterá una serie de propuestas a debatir entre los ministros.

Y es que el gas que llegaba por el ducto ruso representaba el 40% del fluido importado por Europa hasta que Putin ordenó la invasión de Ucrania, pero ahora representa el 9%, según Von der Leyen. Ahora, Noruega vende más gas al bloque que Rusia.

Al respecto, el presidente Vladímir Putin amenazó hoy a Occidente con cortarle la llave del gas y el petróleo si pone un tope a los precios de los hidrocarburos de su país, y también con romper el contrato de exportación de cereal con Ucrania si no levanta las sanciones.

“Existen obligaciones contractuales, contratos de suministro. Y si se toma algún tipo de medida política que contradiga los contratos, simplemente no los cumpliremos”, dijo Putin durante el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.

Rusia “no suministrará nada si va en contra de nuestros intereses, en este caso económicos. Ni gas, ni petróleo, ni carbón”, agregó.

Putin insistió en que el Kremlin tiene intención de cumplir con sus compromisos, pero si alguien intenta imponerle su voluntad al margen de los contratos adquiridos, advirtió que responderá como en el famoso cuento ruso popular ruso sobre el zorro y el lobo, en el que el primero invita al segundo a pescar metiendo la cola en un agujero de hielo en el río y al final lo pilla congelado por ingenuo.

“¡Congélate, congélate, cola de lobo!”, recitó, en alusión a los europeos.

El líder ruso no dudó en considerar una “tontería” la iniciativa de limitar el coste del gas suministrado por el consorcio estatal Gazprom, aduciendo que eso “únicamente provocará un aumento de los precios”.

Putin culpó del dramático encarecimiento del hidrocarburo a los propios clientes europeos de Gazprom, que les ofreció contratos con precios fijos a largo plazo cuando la tarifa era de 300 dólares, pero Europa optó por pagar al contado.

Recordó que durante décadas la UE contó con una “ventaja competitiva” gracias a los hidrocarburos rusos, ya que son mucho más rentables que el gas natural licuado de Estados Unidos.

“Si quieren renunciar a esa ventaja, nosotros no nos enfadaremos. El mercado de Europa siempre se consideró premium, pero la situación en el mundo cambia muy rápido y desde hace no mucho, al comienzo de la crisis en torno a Ucrania, dejó de serlo”, señaló.

Negó que el Kremlin utilice la energía como arma contra Europa, a la que acusó de meterse en un callejón sin salida debido a las sanciones adoptadas por la campaña militar rusa en Ucrania.

La tasa de inflación subió en la primera quincena de agosto hasta el 8.62% anual, el índice más alto para un periodo igual desde el año 2000, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El aumento se explica por un incremento de 0.42 % en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) respecto a los 15 días anteriores, según detalló el organismo.

El dato anual de esta primera quincena de agosto supone también un incremento frente al dato de todo el mes de julio, cuando la inflación se ubicó en 8.15 % interanual, su entonces mayor nivel desde el 2000.

El Inegi recordó que en la misma quincena de 2021, la inflación quincenal fue de -0.02% y la tasa anual quedó en 5.58%.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó un 0.49% quincenal y un 7.97% anual; mientras que el índice no subyacentes subió un 0.22% a tasa quincenal y un 10.59% interanual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron 0.72% en la primera quincena de agosto y un 10.43% anual, mientras que los servicios crecieron un 0.22% quincenal y 5.16% anual. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.45% respecto al periodo inmediato anterior y un 14.5% frente al mismo lapso del año pasado. En tanto, los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron un 0.03% en la primera quincena y un 7.48% anual.

Por último, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, escaló un 0.61% quincenal y un 9.48% a tasa anual.

Recordemos que los precios al consumidor cerraron 2021 con un aumento del 7.36%, un nivel no visto en 20 años por la alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía. La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 fue del 2.83% y en 2018 los precios al consumidor se elevaron un 4.83%.

La meta del Banco de México (Banxico) es del 3% anual, por lo que, para contener la inflación, el banco elevó el 11 de agosto la tasa de interés al 8.5%, lo que representa el décimo incremento consecutivo del objetivo.

Tal como diversos analistas lo habían adelantado, la inflación de Estados Unidos registró un ligero descenso, al reportar una tasa interanual de 8.5%, seis décimas menos que lo registrado en junio, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

Respecto al mes anterior, los precios de consumo se mantuvieron estables (0%), gracias principalmente a la caída de los precios de la gasolina, que fue del 7.7% en julio.

En su conjunto, los precios de la energía se redujeron 4.6% el mes pasado. Y, mientras la gasolina y el gas bajaron, el precio de la electricidad aumentó, al igual que los precios de los alimentos, que se siguieron encareciendo, 1.1% en un mes.

La inflación subyacente, que mide el aumento de los precios de consumo quitando los de mayor volatilidad, se situó en una tasa interanual del 5.9%, equivalente a un aumento mensual del 0.3.

La baja de la tasa de inflación, que en junio había alcanzado su cifra más alta en cuarenta años, da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran una recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del Producto Interior Bruto (PIB).

Sin embargo, dicho diagnostico no fue compartido por el gobierno estadounidense, que no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión dada la robustez de su economía, especialmente de su mercado de trabajo, que registra una tasa de desempleo del 3.5%.

En cualquier caso, la elevada inflación sigue siendo la principal preocupación de la administración Biden, y también de la Reserva Federal (Fed), que el pasado 27 de julio volvió a subir la tasa de interés, que ahora se encuentran entre el 2.25% y el 2.50%.

El incremento en los precios de la gasolina, los alimentos y el alquiler impulsó la inflación de junio en Estados Unidos, alcanzando su mayor nivel en cuatro décadas.

Los precios al consumidor en junio se dispararon 9.1% en comparación con el año anterior, dio a conocer el Departamento del Trabajo del gobierno de Estados Unidos este miércoles.

Se trata del mayor aumento anual desde 1981, superior al alza de 8.6% que se registró en mayo. Sobre una base mensual, los precios subieron 1.3% de mayo a junio, otro aumento sustancial; los precios subieron 1% de abril a mayo.

Los precios de la energía subieron 41.6%  interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980, en tanto los precios de los alimentos experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10.4% en un año.

Es posible que el dato dado a conocer lleve a la Reserva Federal, la Fed, a elevar nuevamente las tasas de interés, lo que a su vez encarecería los créditos.

El dato de la inflación en junio se encuentra por encima de la previsión que el mercado tenía. En un consenso de analistas encuestados por Bloomberg se proyectaba una inflación anualizada a junio de 8.8% y de 1.1% en un mes.

Sin embargo, algunos economistas no descartan que la inflación esté alcanzando o acercándose a su pico en el corto plazo. Como muestra, han señalado que los precios de la gasolina, por ejemplo, han bajado un poco desde los 5 dólares por galón alcanzados a mediados de junio.

Sin embargo, por ahora, el aumento de la inflación ha provocado una fuerte caída en la confianza de los consumidores en la economía y ha hecho caer los índices de aprobación del presidente Joe Biden en año de elecciones legislativas.

Al respecto, Biden dijo que el dato de inflación de Estados Unidos correspondiente a junio es “inaceptablemente alto” pero no refleja las recientes mejoras. “Si bien el registro de la inflación general de hoy es inaceptablemente alta, también está desactualizado”, dijo Biden en un comunicado.

“Las cifras de hoy no reflejan el impacto total de casi 30 días de caídas de los precios de la gasolina”, defendió el presidente.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), aseguró que el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), que se presentó hace cerca de dos meses, está dando buenos resultados.

En redes sociales la dependencia señaló que en la primera quincena de junio se registró una inflación anual de 10.14%, inferior al 12.47% correspondiente a la misma quincena de 2021.

Este dato corresponde a los 24 genéricos que corresponden a la canasta básica que Profeco estableció, y que forman parte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), así como con los energéticos: electricidad, gas, gasolina, y las cuotas de autopista.

Dentro de los genéricos incluidos en el PACIC, destacó Hacienda, por su deflación respecto a la quincena anterior, resaltan el  limón, azúcar, cebolla, huevo, jitomate y papel higiénico.

Añadió que otros productos del PACIC que sobresalen por su incidencia de cero en la inflación quincenal son el arroz en grano, atún en lata, bistec de res, frijol, manzana, pasta para sopa, sardina en lata, y zanahoria.

Recordemos que fue el 4 de mayo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezó la presentación del Paquete contra la Inflación, con el que dijo, se busca hacer frente a la elevada inflación, y el cual fue pactado con la Iniciativa Privada (IP).

El PACIC incluía un aumento en la producción de granos como maíz, frijol y arroz, y descartaba la aplicación de controles de precios, según indicó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O.

El funcionario detalló que las medidas tendrían una duración inicial de seis meses, que pueden ser prorrogable, y tiene cuatro ejes: producción, distribución de los alimentos, comercio exterior y otras medidas.

La tasa de inflación bajó en la primera quincena de mayo hasta el 7.58%, al registrar una disminución de 0.06% respecto a la quincena anterior, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El dato anual de la primera quincena de mayo supone también una ligera reducción frente al dato de todo el mes de abril, cuando la inflación quedó en un 7.68% interanual, su mayor nivel desde enero de 2001.

El INEGI recordó que en la misma quincena de 2021 hubo una disminución quincenal del 0.01% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), con lo que la inflación quedó entonces en el 5.8% anual.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó un 0.31% quincenal y dejó la tasa anual en el 7.24%, mientras que el índice de precios no subyacentes retrocedió un 1.15% a tasa quincenal, pero se incrementó un 8.60% interanual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron el 0.35% en la quincena y un 9.45% anual, mientras que los servicios crecieron un 0.25% quincenal y 4.76% anual. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.47% respecto al periodo inmediato anterior y un 12.67% frente al mismo lapso del año pasado. Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno decrecieron un 2.45% en la quincena, pero subieron un 5.46% anual.

Pese a la ligera desaceleración en la inflación, los niveles de inflación permanecen en los más altos de hace dos décadas. Los precios al consumidor cerraron 2021 con una subida del 7.36%, un nivel no visto en 20 años por la alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.

La meta del Banco de México (Banxico) es del 3 % anual. Para responder a la alza de precios, Banxico elevó el pasado 12 de mayo la tasa de interés al 7%, lo que representa el octavo incremento consecutivo del objetivo.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se moderó ligeramente en abril hasta el 8.3%, dos décimas por debajo de la de marzo, confirmó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales. El incremento mensual de los precios de consumo fue del 0.3%.

Es la primera vez que la tasa interanual de inflación registra una disminución, aunque ligera, tras siete meses anteriores de aumentos, y según especialistas representa una buena señal que de repetirse mostraría un freno para los precios de consumo en Estados Unidos.

En cualquier caso, se ha advertido que la inflación sigue disparada y en sus niveles más elevados en cuarenta años.

Los precios de la energía, que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural, subieron en los últimos doce meses un 30.3%, empujados por el encarecimiento del crudo, del 80.5%, mientras que la gasolina subió un 43.6%.

En cuanto al cambio mensual, los precios de consumo energético bajaron en abril un 2.7% con respecto a los de marzo, siendo la energía uno de los principales responsables de que la inflación se moderase el mes pasado.

Los precios de los alimentos subieron un 9.4% en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 10.8%, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 7.2%.

Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue del 6.2% en tasa interanual.

El precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5.1% en un año, y su incremento mensual fue del 0.5%. En el sector automovilístico, los precios de los vehículos nuevos subieron un 13.2% en un año.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en marzo hasta el 8.5%, seis décimas por encima de la de febrero, informó este martes la Oficina de Estadísticas Laborales.

Se trata del mayor aumento interanual desde diciembre de 1981, es decir, desde hace más de 40 años, y viene impulsada sobre todo por el encarecimiento de la energía, los alimentos y la vivienda.

El aumento mensual de los precios de consumo (de febrero a marzo) fue del 1.2 %. Los precios de la energía, que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural, subieron en los últimos 12 meses un 32%, empujados por el encarecimiento del crudo, del 70.1%, mientras que la gasolina subió un 48%.

En cuanto al aumento mensual, los precios de consumo energético subieron en marzo un 11% respecto a los de febrero, según los datos revelados por la oficina de gobierno,

Los precios de los alimentos subieron un 8.8% en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 10%, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 6.9%. Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue del 6.5% en tasa interanual.

El precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5% en un año, y su incremento mensual fue del 0.5%.

El gobierno de Estados Unidos había anticipado ayer que el dato de inflación iba a ser “extraordinariamente elevado”, y culpó de ello fundamentalmente a la invasión rusa de Ucrania.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se refirió en todo momento a la alta inflación como “el aumento de precios de Putin”, en referencia al presidente de Rusia, y a la invasión de Ucrania que su país empezó el pasado 24 de febrero.

Sin embargo, especialistas indican que los precios ya estaban disparados en Estados Unidos antes de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania.

La tasa de inflación subió en la primera quincena de marzo hasta el 7.29%, tras un aumento de los precios en este periodo del 0.48% respecto a la quincena anterior, impulsado por los energéticos y los alimentos, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En la misma quincena de 2021 hubo un aumento del 0.53% en el índice de precios al consumidor (IPC), con lo que la inflación quedó entonces en el 4.12% anual.

El dato anual de esta primera quincena de marzo supone también un ligero aumento frente al de febrero, cuando la inflación quedó en un 7.28% interanual.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó el 0.35% quincenal y dejó la tasa anual en el 6.68%, precisó el INEGI.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron el 0.49% y los servicios crecieron un 0.20%, con una tasa anual del 8.54% y del 4.57%, respectivamente. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.24% respecto al periodo anterior y los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 1.35%. A nivel anual, los precios de los agropecuarios aumentaron un 15.93%, mientras que las tarifas energéticas se elevaron un 4.28%.

Por último, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, presentó un aumento del 0.51% quincenal y del 7.88% interanual.

La directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller, destacó que pese a que la inflación no subyacente quincenal se ubicó “por debajo de lo esperado”, fue su mayor alza desde la segunda quincena de noviembre.

Los precios al consumidor cerraron 2021 con una subida del 7.36%, un nivel no visto en dos décadas, debido al alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.

La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 la inflación fue del 2.83% y en 2018 los precios al consumidor se elevaron un 4.83%. Los precios al consumidor escalaron hasta el 6.77% a finales de 2017, la tasa más alta desde 2000, que fue motivada por un alza en el precio de los combustibles.

Recordemos que la meta del Banco de México (Banxico) es del 3% anual más menos un punto por ciento.

En más temas económicos, se informó que la economía latinoamericana crecerá un 2.3% en 2022, según las estimaciones de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que bajó tres décimas sus perspectivas para la región con respecto a las calculadas hace seis meses, debido a los efectos negativos de la guerra de Ucrania en el panorama global.

El informe de UNCTAD revisó al alza el crecimiento esperado para el país del Cono Sur, del 2.9% calculado en septiembre al 4.6% en el informe publicado hoy. El estudio de previsiones también subió el porcentaje de crecimiento esperado para Centroamérica y el Caribe, del 2.9% de hace medio año al 3.5%, aunque bajó un punto y medio sus perspectivas para México, del 2.8% al 1.3%, y redujo en medio punto su previsión para Brasil, del 1.8% al 1.3%).

UNCTAD analizó que el consumo en tres de las principales economías regionales, Argentina, México y Brasil, sigue manteniéndose por debajo de los niveles previos a la pandemia, mientras que en otros ha habido fuerte recuperación, caso de Chile y Colombia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se reunió este martes con los encargados de las seis refinerías del país, con el objetivo de avanzar en la “autosuficiencia energética” y controlar así el alza de los precios de las gasolinas.

El mandatario explicó que los gerentes se reunieron para definir una estrategia debido al aumento del precio del crudo. Aprovechó para señalar que se están “rehabilitando las refinerías para avanzar más con el propósito de la autosuficiencia y de no aumentar los precios de los combustibles”.

El presidente insistió una vez más en que no van a aumentar los precios de los energéticos: gasolinas, diésel, gas y la luz, pese a las presiones que ocasiona el conflicto armado en Ucrania.

“No van a aumentar a pesar de la nueva crisis provocada por la invasión y la guerra en Ucrania. Vamos a seguir manteniendo estos precios. Y por eso la reunión con los gerentes de las seis refinerías”, sostuvo López Obrador, quien añadió que en dicha reunión también estuvieron presentes el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y Rocío Nahle, la secretaria de Energía.

AMLO indicó que ahora las refinerías están operando al 76% de su capacidad y se quiere mejorar incluso esta capacidad para producir más gasolinas.

También dijo que, mejorando y modernizando las refinerías y las plantas coquizadoras, se logrará mejorar la calidad del refinado y tener “menos combustóleo”, que es más contaminante.

El plan que se discutió, dijo López Obrador, es el que estará vigente hasta el 2024.

Y es que desde la invasión de Rusia en Ucrania los precios del petróleo han ascendido sustancialmente, situándose varios días por arriba de los 100 dólares por barril de Brent e incluso para el barril de mezcla mexicana, que actualmente se ubica en 99.48 dólares.

Esta situación ha disparado en varios países los precios de las gasolinas y la inflación, aunque López Obrador ha asegurado en varias ocasiones que la situación no afectará a México.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en febrero hasta el 7.9%, cuatro décimas por encima de la de enero, con una enorme subida de los precios de la energía impulsada por la invasión rusa de Ucrania.

Se trata de la mayor subida interanual desde enero de 1982, según informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales, y refleja el efecto en los precios de las materias primas de los ataques rusos a Ucrania, que empezaron el 24 de febrero, pero que ya se preveían a lo largo de todo febrero.

Sin embargo, cabe resaltar que la cifra reportada por el Departamento del Trabajo abarca los 12 meses concluidos en febrero y no incluye los efectos de los aumentos de los precios del gas y petróleo a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

Desde entonces, los precios de la gasolina en Estados Unidos han aumentado en promedio unos 62 centavos por galón 4.32 dólares, según AAA.

Los precios de la energía, que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural, se dispararon en febrero un 25.6%, liderados por el precio del crudo, con un aumento del 43.6% interanual, mientras que el gas subió un 23.8%.

Rusia es uno de los mayores exportadores de petróleo y gas del mundo y la guerra en Ucrania ha desestabilizado estos mercados en todo el planeta.

En cuanto a la subida mensual, los precios de consumo subieron en febrero ocho décimas con respecto a los de enero, según los datos proporcionados.

Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en febrero fue del 0.5%, con una tasa interanual del 6.4%.

Los precios de los alimentos, por su parte, subieron un 7.9%, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 8.6%, mientras que los de la comida en restaurantes subieron un 6.8%.

El martes y el miércoles de la próxima semana se producirá una reunión de la Reserva Federal, la Fed, en la que ya se ha adelantado que se anunciará una subida de las tasas de interés para luchar contra la inflación.

De confirmarse, el alza de tipos será la primera desde que empezó la pandemia, fecha desde la que se mantienen en un rango de entre el 0% y el 0.25% para dar impulso a la economía.

La inflación se ha vuelto la principal amenaza política para el presidente Joe Biden y los demócratas en el Congreso de cara a las elecciones de noviembre.

El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró este jueves que los gobiernos occidentales están intentando “engañar” a sus ciudadanos al culpar a Rusia y no a sus “errores de cálculo” de la escalada en los precios en los energéticos, ya que Moscú por ahora estaría “cumpliendo”.

“Nosotros estamos cumpliendo con nuestras obligaciones”, dijo el mandatario, durante una reunión en la que ha respondido a los mensajes que llegan desde Europa y que instan a “apretarse el cinturón” y “abrigarse más” para reducir la dependencia de la energía rusa.

Si los precios suben, “no es por nuestra culpa”, ha sentenciado Putin, en el marco de un mensaje que hace extensible también a Estados Unidos y que llega dos días después de que el presidente norteamericano, Joe Biden, anunciara un veto a la importación de gas y petróleo procedente de Rusia.

En este sentido, recordó que el peso de la energía rusa en el mercado estadounidense es “insignificante”. “Se esconden detrás de estas decisiones para engañar una vez más a sus propios población”, ha criticado, según agencias de noticias rusas.

Putin también indicó que su país mantiene todas sus entregas de hidrocarburos, a pesar del conflicto en Ucrania y de las sanciones occidentales.

Insistió en que “todos los volúmenes” se estaban entregando a Europa y a otros lugares y que “el sistema de transporte de gas de Ucrania está lleno al 100%”, constituyendo esta red de gasoductos una de las arterias clave del gas para abastecer al continente europeo, del que el 30% proviene de Rusia.

Añadió que las sanciones de Occidente son ilegítimas y que su país resolverá con calma los problemas derivados.

Reconoció que las sanciones impuestas desde el comienzo de lo que Rusia califica como una operación militar especial en Ucrania se están dejando sentir.

“Es obvio que en momentos así la demanda popular de ciertos grupos de bienes siempre aumenta, pero no tenemos duda de que resolveremos estos problemas mientras seguimos trabajando con calma”, afirmó. “La gente empezará a orientarse de forma gradual y entenderá que simplemente no hay situaciones que no podamos cerrar y solucionar”, agregó.

Afirmó que Moscú puede gestionar los activos de las empresas extranjeras que están cesando sus operaciones en Rusia o abandonando el país como respuesta a la invasión de Ucrania.

“Nosotros no vamos a cerrarnos a nadie, estamos abiertos a trabajar con todos nuestros socios extranjeros que lo deseen. Los derechos de los inversores y colegas extranjeros que permanecen en Rusia y trabajan en Rusia deben protegerse de manera confiable”, dijo el mandatario ruso.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una subida del 1.49% y se situaba en 117.40 dólares ante la posibilidad de que Estados Unidos y sus aliados occidentales impongan sanciones a las importaciones de petróleo y gas natural ruso.

Esta mañana, en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en abril añadían 1.72 dólares por barril respecto al cierre del viernes, que terminó con una subida semanal en torno al 25% debido a la guerra en Ucrania.

Durante la sesión en Europa y Asia, el crudo Brent alcanzó los 139.13 dólares el barril, en tanto que los futuros del West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos llegaron a 130.50 dólares. Los dos contratos de referencia tocaron techos no vistos desde julio de 2008.

Los precios del crudo, el gas natural y la gasolina se han disparado hasta sus niveles más altos en una década tanto en Estados Unidos como en Europa por el temor a una reducción en el suministro derivada del conflicto armado que inició el gobierno ruso en Ucrania, que cumple hoy su día 12.

Los precios mundiales del petróleo se han disparado más del 60% desde principios de 2022, junto con otros productos básicos, lo que genera preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial y una estanflación.

Analistas de JP Morgan dijeron que el petróleo podría subir a 185 este año dólares, en tanto que expertos de Mitsubishi UFJ Financial Group Inc (MUFG) estimaron que el crudo podría llegar a 180 dólares y provocar una recesión mundial.

Rusia, uno de los líderes en exportación de crudo y productos petrolíferos del mundo, enfrenta duras sanciones por parte de Estados Unidos, Europa y sus aliados por la invasión a Ucrania y está experimentando dificultades para vender sus combustibles aunque el castigo no se aplique a su sector energético.

Los aliados occidentales estarían contemplando ahora dar un paso más en esa dirección y prohibir de manera coordinada las importaciones de petróleo y gas rusos, según dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una entrevista con CNN.

Al respecto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reivindicado este lunes la importancia de imponer un nuevo paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania y ha exigido boicotear las importaciones y exportaciones, especialmente de petróleo, procedentes del país.

En un nuevo mensaje a la nación, Zelenski señaló que” si la invasión continúa y Rusia no abandona sus planes contra Ucrania será necesario imponer una nueva batería de sanciones contra la guerra y a favor de la paz”, además de “boicotear las exportaciones”.

Así, ha manifestado que muchos lo llamarán “embargo”, pero también podría llamarse “moralidad”. “Se trata de negarse a dar dinero a un terrorista”, sostuvo en relación al presidente ruso, Vladimir Putin.

“Si no quieren seguir las reglas del mundo civilizado, no deben recibir bienes y servicios del mundo civilizado. Que la guerra les alimente”, añadió.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) descartó que el conflicto entre Ucrania y Rusia, que involucra a Estados Unidos, pueda generar una crisis energética en nuestro país.

“No hay nada que temer en cuanto a que nos falte energía eléctrica en el caso de un agravamiento del conflicto entre Rusia, Estados Unidos u otros países por la situación en Ucrania”, dijo el mandatario al ser cuestionado sobre el tema.

AMLO dijo que en materia energética no hay ningún problema porque “nosotros tenemos contratos para recibir gas y, en caso de que aumentara el precio del gas, tenemos otras energías y otras formas de generar energía eléctrica”.

Explicó que México tiene las hidroeléctricas, el combustóleo  y el carbón “en caso extremo”. “No nos quedaríamos sin energía eléctrica, incluso aumentando el precio del gas”, agregó.

López Obrador insistió en que México, actual miembro temporal del Consejo de Seguridad de la ONU, es partidario de la paz y del diálogo, de los acuerdos.

“Sobre todo que actúen de manera responsable las potencias, las naciones hegemónicas, y que ya se abandone para siempre la costumbre del intervencionismo, de las invasiones”, dijo el presidente. Agregó que “no queremos invasiones y no aceptamos que un país invada a otro. No hay ninguna razón. Es contrario al derecho internacional de las naciones y esa es la política que México ha sostenido”.

Recordemos que el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia este lunes para estudiar la situación en Ucrania, después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, reconociera la independencia de las autoproclamadas territorios separatistas de Donetsk y Lugansk, todo ello en medio de rumores de una inminente invasión.

Al respecto, se informó que el peso se apreciaba este miércoles ante un mejor ánimo de los inversionistas globales después de que distintos países, impusieran a Moscú sanciones más suaves de lo esperado, lo que avivó el apetito por activos de riesgo.

La moneda cotizaba en 20.1601 por dólar, con una ganancia del 0.64% frente al precio de referencia de Reuters del martes, en línea con el comportamiento de otras divisas emergentes.

“Durante la sesión no se espera información económica relevante para los mercados en México o Estados Unidos, por lo que los participantes del mercado permanecerán atentos a la evolución de las tensiones entre Rusia y Occidente”, dijo Gabriela Siller, jefa de análisis de Banco Base.