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Nicolás Maduro aseguró este martes que si la oposición gana las elecciones legislativas que se realizarán este domingo, él dejará la Presidencia.

El mensaje del mandatario venezolano se da pese a que la mayoría política liderada por Juan Guaidó no participará en la contienda por considerarla fraudulenta.

“Al pueblo se lo digo, dejo mi destino en sus manos, si vuelve a ganar la oposición, yo me voy de la Presidencia; si la oposición gana las elecciones, yo no me quedaré más aquí, dejo mi destino en manos del pueblo de Venezuela”, dijo el mandatario en un acto de campaña, en Caracas.

El planteamiento, explicó, se trata de un “reto” propuesto por algunos de los dirigentes opositores que participarán en la contienda, como el excandidato presidencial Javier Bertucci y el secretario de Acción Democrática (AD), Bernabé Gutiérrez, quien se quedó a cargo de ese partido por decisión judicial.

“Ellos están diciendo que el próximo domingo es un plebiscito (…) a toda la oposición le digo (que) acepto el reto, el domingo que viene, acepto el reto, vamos a ver quién gana. Si ganamos nosotros, vamos para adelante”, expresó.

Aunque los líderes tradicionales del antichavismo no se presentarán en estos comicios, algunas de las formaciones opositoras más grandes sí participarán ya que las directivas de esos partidos fueron intervenidas y sustituidas por militantes que habían sido expulsados por, supuestamente, mantener acuerdos en secreto con el Gobierno.

Maduro no hizo mención a este aspecto, una de las razones por las que el proceso no es visto como democrático por la Unión Europea ni por la Organización de Estados Americanos (OEA), y en cambio se dijo confiado en obtener “un gran triunfo” este domingo.

“Me perdonan lo crudo que soy, pero ya basta, cinco años más con la oposición dirigiendo la Asamblea no, así no (…) si la oposición saca más votos que nosotros y nos gana las elecciones el domingo, ya, tomaremos otro camino, asumo el reto, lo asumo con valentía”, reiteró.

La oposición venezolana que controla el Parlamento y que se mantiene reunida en torno a Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por unos 50 países, no postuló aspirantes a estas elecciones al considerar que el proceso es una farsa que busca legitimar al Ejecutivo de Maduro, al que tachan de dictadura.

El presidente Donald Trump aseguró que dejará La Casa Blanca si el Colegio Electoral formaliza la victoria del demócrata Joe Biden, aunque insistió que esa decisión sería un “error”.

El mandatario pasó el Día de Acción de Gracias reiterando afirmaciones sin fundamento de que su derrota electoral se debió a un “fraude masivo” y a funcionarios deshonestos en estados decisivos.

“Ciertamente lo haré. Pero ustedes saben eso”, dijo Trump cuando le preguntaron si abandonaría el inmueble, permitiendo una transición pacífica en enero. Sin embargo insistió en que “muchas cosas” podrían ocurrir que podrían alterar los resultados antes de que sea hora de entregar el poder. “A esto aún le falta un largo camino por recorrer”, declaró Trump.

Si bien no hay evidencia del fraude generalizado que señala Trump, tanto él como su equipo legal han estado trabajando para poner en duda la integridad de las elecciones y están tratando de revertir la voluntad de los electores en los Tribunales.

Trump habló la tarde de ayer con los reporteros en la Sala de Recepción Diplomática de La Casa Blanca después de sostener una teleconferencia con los líderes militares estadounidenses ubicados en distintas partes del mundo.

Les agradeció su servicio, advirtiéndoles en broma que no comieran demasiado pavo, y tras concluir la llamada volvió a hablar de las elecciones. Repitió sus quejas y criticó a los funcionarios de Georgia y Pensilvania, dos estados clave sin una preferencia política clara que “ayudaron” a Biden.

El republicano afirmó que, pese a los resultados que se tienen, este podría no ser su último Día de Acción de Gracias en La Casa Blanca.

Y aunque se mantiene firme en su posición de que hubo fraude, el gobierno ya autorizó a que comience una transición formal. Trump se dijo en desacuerdo a que Biden siga adelante en su intención de conformar gobierno. “Creo que no es correcto que esté tratando de elegir un gabinete”.

Sobre las elecciones que se llevarán a cabo el 5 de enero en Georgia, y que determinarán qué partido controlará la cámara alta. Trump dijo que los candidatos a senadores republicano “están tratando con un sistema muy fraudulento. Estoy muy preocupado por eso”.

Adicional, el mandatario dijo que la gente está “muy decepcionada de que nos robaron”. Reconoció que probablemente nunca reconocerá formalmente su derrota. “Va a ser algo muy difícil reconocer (la derrota). Porque sabemos que hubo un fraude masivo”.

Pese a sus declaraciones de ayer, esta mañana el presidente dijo en sus redes sociales que Biden solo podrá ingresar a La Casa Blanca como presidente si podía demostrar sus “ridículos” 80 millones de votos. Incluso dijo que debía comprobar que no se obtuvieron de manera fraudulenta o ilegal.

“Cuando vea lo que sucedió en Detroit, Atlanta, Filadelfia y Milwaukee, fraude electoral masivo, ¡tendrá un gran problema sin solución!”.

Arturo Sarukhán

El Universal

“Justo cuando me quería salir, me vuelven a meter”. Así, como Michael Corleone en El Padrino III, me siento esta semana. Mi intención era compartir hoy con ustedes algunas reflexiones sobre el retorno del General Cienfuegos a México (lo haré en mi próxima columna), pero el vandalismo de Donald Trump me obliga a retomar las secuelas que las acciones pueriles y peligrosas de quien será pronto un ex mandatario tienen para la democracia y la política estadounidenses.

El hecho de que al final del día Joe Biden asumirá la presidencia el 20 de enero y que las prácticas e instancias democráticas, las cortes y los medios han ido cortando de tajo el nudo gordiano que Trump le colocó al proceso de calificación poselectoral y a la transición no significa que el presidente y sus facilitadores en el Partido Republicano -y los medios y plataformas digitales de la extrema derecha- no le estén haciendo un daño profundo a Estados Unidos. El mandatario está instalado en un arco de bipolaridad que ha ido de la patraña de que dizque ganó la elección y le robaron el triunfo, al cabreo y pataleta por su derrota y una fijación por obstaculizar la transición, todo ello seguramente acicateado además por el cálculo de cómo reinventarse -y sobre todo cómo blindarse de las deudas que lo acechan y las investigaciones de las que será objeto al dejar la Oficina Oval- a partir de enero. Y en el proceso, se está llevando entre las patas a su país, colocando a EE.UU –y al mundo- en un potencial punto de quiebre, un momento de inflexión en el que o bien se rescata el peso e influencia del mundo democrático liberal o atestiguamos su declive precipitoso.

Trump lleva cinco años -si incluimos su campaña- no solo troleando a quienes lo critican o le desagradan; ha troleado a la democracia así como a las sociedades plurales, tolerantes, abiertas. Pero ahora ya está troleando a la Constitución de los Estados Unidos de América. Después de más de tres semanas, en el transcurso de los últimos días ya se empezó finalmente a reconocer y a hablar abiertamente en Washington de lo que en cualquier otro país y en cualquier otra latitud ya habría sido calificado por la comentocracia y los medios estadounidenses como un golpe de Estado en potencia. Como bien apunta la científica política Anne Applebaum, podrá bien ser un golpe ineficaz, un golpe de ópera bufa, un golpe ridículo y absurdo, pero no deja de ser un intento de golpe. Y si los medios y los políticos no están dispuestos a usar ese término para caracterizar las acciones de Trump y el Partido Republicano, entonces ya no creen en la democracia ni están preparados para defenderla.

En las semanas posteriores a los comicios, Trump y su equipo no han podido impugnar los resultados finales en las cortes. Sin embargo, en la corte de la opinión pública, han logrado un progreso sorprendente, un progreso que podría amenazar la capacidad del presidente electo Biden para gobernar e incluso a la propia democracia estadounidense. Al principio, Trump estaba convencido de que podía revertir el resultado de las elecciones a través de la judicialización del proceso electoral con una serie de amparos. Y no es ninguna sorpresa. Esa ruta estaba cantada desde hace meses y el presidente disfruta, vive, se alimenta de -y a su vez alimenta- el caos y el pleito. A lo largo de su vida, ha sido parte de no menos de 4,000 litigios. En este caso, sin embargo, calculó mal el terreno y va perdiendo o ha perdido más de 25 casos y amparos detonados a partir del 3 de noviembre hasta la fecha. Y en Georgia, el recuento -ahora sí, voto por voto, casilla por casilla- refrendó la victoria de Biden en ese estado.

Si Trump tuviese un mínimo de clase, madurez, sentido de Estado, decoro o respeto por la investidura presidencial, habría aceptado su derrota desde hace días, habría dado vuelta a la página y habría ofrecido apoyo a su sucesor, tradiciones que se remontan a más de dos siglos en la vida política de EE.UU. Pero el narcisista en jefe tal vez esté jugando a ganar tiempo, esperando a ver cómo se desarrolla un segundo frente de batalla que ha abierto y que ciertamente parece más prometedor para él. Solo hay que considerar una encuesta de Monmouth Poll publicada el miércoles pasado, que encontró que el 32% de los estadounidenses cree que Biden ganó como resultado de un fraude electoral; el 77% de los partidarios de Trump piensan lo mismo. Estos datos dañinos encuentran aún más resonancia en entrevistas que Reuters condujo con 50 personas -de distinta edad, grupo sociodemográfico y procedencia geográfica- que votaron a favor de Trump. El común denominador fue que “todos dijeron que creían que las elecciones fueron manipuladas o eran de alguna manera ilegítimas”. Algunos agregaron que ahora estaban boicoteando a Fox News -que finalmente ha marcado distancias con Trump- y sintonizando a los medios emergentes de la extrema derecha, Newsmax y One American News Network, que han estado apoyando y regurgitando las patrañas y las falsas e infundadas afirmaciones de Trump de fraude electoral. Y en un sondeo de Harris Poll este lunes, 47% de los votantes registrados encuestados afirma estar a favor de una nueva candidatura presidencial de Trump en 2024. Y esto esboza quizá la hoja de ruta en la cabeza del mandatario; dejar la Casa Blanca habiéndose negado a reconocer que fue derrotado (lo que más detesta en la vida es el calificativo de “loser”) y usar los recursos que está recaudando para financiar sus procesos de litigio para saldar las deudas que le caerán encima como el famoso yunque marca “ACME” de las caricaturas y lanzar su propia plataforma mediática.

Nunca antes en la historia de EE.UU la oposición había socavado la legitimidad de un presidente electo antes de que éste asumiese el cargo de la manera en que este presidente y su partido lo han hecho ahora. Es importante recordar que esto no es un accidente. Durante meses -y lo advertimos muchos- Trump y su campaña han desplegado un esfuerzo sistemático para minar a Biden y su eventual presidencia. En el período previo a las elecciones, Trump cuestionó reiteradamente la legitimidad de las boletas por correo y sugirió que no aceptaría los resultados de las elecciones si perdía. En resumen, esta ha sido una campaña deliberada de sabotaje, emprendida con un nulo miramiento por el daño que podría infligir a la democracia. Desde su temprana adopción de la mentira de que Barack Obama no había nacido en EE.UU (que luego retractó) hasta las miles de falsedades que ha difundido en Twitter, mítines y conferencias de prensa, Trump ha construido un imperio político mentira sobre mentira. Pero no tiene la menor intención de abandonar la escena pública. Espera ganar influencia política a través de las millones de personas que creen en él con más fervor que en las propias tradiciones y procesos democráticos de la nación.

Este es un problema endiablado para la vida nacional estadounidense. El rechazo generalizado de los resultados de las elecciones entre los simpatizantes de Trump y, con contadas excepciones, en el GOP en general refleja -a pesar de que los sistemas de pesos y contrapesos siguen funcionando, si nos atenemos a los fallos en las cortes y el rechazo incluso de gobernadores Republicanos a que haya habido irregularidades y mucho menos fraude en sus estados- una dinámica nueva y peligrosa en la política del país. La decisión de subvertir la elección en el GOP se extiende más allá de Trump, ya sea por sicofancia o porque como he señalado previamente en esta página de opinión, el partido ya está cooptado -por miedo o por convicción- por el mercachifle convertido en presidente. Si la mayoría de los votantes Republicanos, que no forman una mayoría electoral en el país pero sí son críticos para la viabilidad electoral futura del GOP, realmente no creen en la democracia y no pueden ser convencidos de datos duros, realidades y hechos descaradamente obvios, los políticos Republicanos permanecerán atrapados en el universo político paralelo de Trump.

Por ello, la próxima ocasión en la que militantes del GOP -que había sido el partido de la legalidad, el orden y el Estado de derecho- se arranquen con la oda a la Constitución y a la sabiduría sempiterna de sus redactores, habrá que recordarles que se comportaron como una cofradía de cobardes descarados en el momento tan delicado en el cual el sistema que diseñaron los llamados

padres de la patria enfrentó uno de sus retos más seminales. Y a diferencia de Las Vegas, lo que sucede en EE.UU no se queda en EE.UU; la erosión democrática ahí conlleva consecuencias para la democracia liberal en otras partes del mundo y para la recalibración que harán muchas otras naciones acerca de lo que esto implica para el equilibrio de poder internacional

Las autoridades de los estados de Nevada y Pensilvania certificaron este martes los resultados de la elección presidencial del pasado 3 de noviembre, confirmando que el ganador fue el demócrata Joe Biden.

La secretaria de Estado de Nevada, Barbara Cegavske, compareció ante el Tribunal Supremo estatal para presentar el escrutinio definitivo y darle carácter oficial con la firma de los jueces, lo que blinda la victoria de Biden por más de 30,000 votos, sobre un total de un millón 400 mil 000 sufragios.

Y es que el equipo del presidente Donald Trump puso en duda en un primer momento hace semanas la legitimidad de los resultados en Nevada, al asegurar que había votado una gran cantidad de personas que no residían en el estado, lo que llevó el tema a los tribunales.

Con la certificación de hoy, Biden se llevará definitivamente los seis votos del colegio electoral que otorga el estado. Del total de votos emitidos en Nevada, la mitad fueron por correo, mientras que un 41% votaron por adelantado, de manera que sólo el 9% del electorado acudió a las urnas el día mismo de las elecciones, algo insólito y que se explica por los efectos de la pandemia de Covid-19.

Por su parte el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, anunció este martes que el estado también había certificado el resultado de las elecciones presidenciales a favor de Biden, que suma los 20 votos del Colegio Electoral que asigna.

“De acuerdo con lo requerido por la ley, he firmado la certificación para el nombramiento de electores (delegados del Colegio Electoral) para Joe Biden y Kamala Harris”, afirmó el gobernador en Twitter.

Esto pone fin a los intentos de Trump de detener la certificación del resultado. Wolf agradeció a los trabajadores electorales por haber “administrado una elección imparcial y libre en un momento increíblemente difícil” para la historia del país y recordó que los empleados encargados del proceso han estado “bajo constantes ataques” en las últimas semanas.

El cierre del escrutinio oficial en Pensilvania da finalmente a Biden un ventaja de más de 80,000 votos sobre Trump.

La oficialización de los resultados en estos dos estados se dan después de la anunciada ayer por Michigan y el pasado viernes por Georgia, tres de los estados que Biden arrebató a Trump en las elecciones y que apuntalan la victoria del demócrata.

No obstante, Trump sigue sin reconocer su derrota y hasta ha apoyado un nueva petición de recuento en Georgia, que con toda seguridad solo servirá para retrasar el cierre definitivo del escrutinio, pero que no cambiará el resultado final.

Sobre lo que ocurre en Georgia, trabajadores electorales de algunos condados iniciaron este martes un recuento con máquinas de los cerca de 5 millones de votos de la elección presidencial, días después de completar un conteo manual que confirmó la ventaja del presidente electo Joe Biden.

El recuento fue solicitado por el equipo del presidente Donald Trump luego que los resultados certificados lo colocaron por debajo de Biden por 12,670 votos, equivalente al 0.25%. Bajo la ley del estado, el candidato perdedor puede pedir un recuento cuando el margen es menos de 0.5%.

En el marco de los anuncios, el presidente electo Joe Biden aseguró este martes que “Estados Unidos está de vuelta”, esto al confirmar la nominación de figuras claves de su equipo de trabajo que, destacó, está “listo para liderar el mundo”.

En un encuentro con periodistas, Biden presentó sus elegidos para integrar el gabinete que lo acompañará a partir del próximo 20 de enero, entre ellos Antony Blinken como futuro secretario de Estado y el cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas al frente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

“Es un equipo que refleja el hecho de que Estados Unidos está de vuelta. Listo para liderar el mundo, no para retirarse de él. Listo para enfrentar a nuestros adversarios, no para rechazar a nuestros aliados. Y listo para defender nuestros valores”, sentenció Biden.

Para el líder demócrata, su equipo reúne “experiencia y liderazgo” y anticipó que dará ejemplo. “Vamos a tener a la primera mujer al frente de la comunidad de inteligencia, al primer latino e inmigrante en dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, y a una diplomática innovadora en las Naciones Unidas”, agregó.

El presidente Donald Trump sigue insistiendo en que ganó las elecciones del pasado 3 de noviembre y en que hubo un “fraude” generalizado que dio la victoria a su rival demócrata, Joe Biden.

“Gané las elecciones. ¡Fraude al votante en todo el país!”, escribió este miércoles Trump en su cuenta de Twitter junto a una serie de comentarios en los que pone en entredicho la limpieza de los recuentos y las decisiones sobre impugnaciones que ha presentado su equipo de campaña.

“Esta fue una elección amañada. Prohíben a los observadores electorales republicanos, las máquinas de votación fallan por todas partes (¡lo que significa que los atraparon haciendo trampa!)”, escribió el mandatario reaccionando a una encuesta que apunta a que sus denuncias pueden estar socavando la confianza en el sistema.

La encuesta indica que cerca de la mitad de los republicanos cree en la veracidad de las denuncias de Trump de que ganó las elecciones y que le fueron robadas por un fraude generalizado que favoreció a Biden, pese a que no se haya demostrado que así sea.

Los comentarios de Trump, marcados por Twitter con una leyenda de que sus denuncias de fraude son cuestionables, también aluden a la decisión de la Junta Electoral del Condado de Wayne, en Michigan, que la noche del martes certificó unánimemente los resultados, tras haber estado bloqueada debido a la negativa de los republicanos a hacerlo.

“¡Incorrecto! Al principio votaron en contra porque había muchos más VOTOS que GENTE (¡Triste!). Luego fueron amenazados, les gritaron y fueron hostigados brutalmente, y fueron FORZADOS a cambiar su voto, pero luego SE NEGARON, como patriotas estadounidenses, a firmar los documentos”, escribió Trump.

El de Wayne, donde se encuentra Detroit, es el condado más poblado de Michigan, con un 80% de población negra, que se supone que en su mayoría votó a Biden, quien se llevó los 16 votos electorales en disputa con una ventaja de 2.7 puntos porcentuales.

Trump también se quejó de nuevo de que en Pensilvania a los observadores electorales republicanos “ni siquiera les permitieron entrar al edificio para mirar”, algo que han negado las autoridades electorales de ese estado, que también ganó Biden.

Finalmente, sobre el recuento de los votos en Georgia debido a lo ajustado del resultado, dijo que “es una broma y se hace BAJO PROTESTA. Aunque se han encontrado miles de votos fraudulentos, el número real está en firmas coincidentes”.

Pese a las denuncias de Trump, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, ha indicado que los secretarios electorales deben comparar las firmas de los sobres de votación y cotejarlos con los de los votantes.

La campaña de Trump también ha anunciado que hoy presentará una petición de recuento en dos condados de Wisconsin, Milwaukee y Dane, por considerar que hay “votos ausentes alterados ilegalmente y emitidas ilegalmente”.

Biden ganó los 10 votos electorales de Wisconsin con una diferencia de unos 20,500 votos.

Este martes, el equipo de Trump también presentó una nueva querella por supuestas “irregularidades sustanciales” y “fraude” por la “falta de fiabilidad” de las máquinas de procesamiento y escaneo de votos en Nevada. En ese estado, Biden obtuvo el 50.1% de los votos, frente al 47.7% de Trump.

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió este domingo la victoria de su rival demócrata, Joe Biden, en las elecciones del pasado 3 de noviembre, aunque lo atribuyó, sin pruebas, a un presunto fraude electoral.

Trump aclaró enseguida que esto no significa que reconozca su derrota; replicó que Biden ganó porque las elecciones estuvieron “amañadas”. Insistió en que no se permitieron observadores electorales del partido republicano, además de que los votos fueron contados por una compañía vinculada a la izquierda radical Dominion.

Acusó que dicha empresa tiene “una mala reputación y equipo engañoso que no pudo siquiera cumplir con los requisitos para Texas (¡Que yo gané por mucho!), ¡los Medios de Comunicación Falsos y Callados, y más!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

Trump acompañó su mensaje de un extracto de una intervención en la cadena de televisión Fox News del comentarista político conservador Jesse Waters, en el que apuntaba de manera infundada que Biden triunfó por un supuesto fraude.

Lo que llamó la atención de su mensaje fueron las dos primeras palabras de su tuit: “He won” (Él ganó), pues por primera las pronunciaba tras el anuncio de los resultados que se niega a reconocer.

El recién nombrado jefe del futuro gabinete de Biden, Ron Klain, dijo a la cadena NBC que el comentario de Trump era “una confirmación más de la realidad de que Joe Biden ganó las elecciones”. “Si el presidente está preparado para empezar a reconocer esa realidad, es positivo”, dijo.

Sin embargo, horas después, y frente a las reacciones que generó su tuit, Trump aclaró que Biden “solo ganó a ojos de los MEDIOS FAKE NEWS”. “¡No concedo NADA! ¡Tenemos todavía un largo camino por recorrer. La elección estaba AMAÑADA!”, insistió el magnate.

Donald Trump se ha mostrado muy activo ayer en sus redes sociales, en donde volvió a insistir en que él es el verdadero vencedor de la elección presidencial; acusó a los medios de “ascender” a la Presidencia  antes de tiempo a Biden.

“¿Por qué los medios de noticias falsas asumen continuamente que Joe Biden ascenderá a la Presidencia, sin siquiera permitir que nuestro lado muestre, lo cual nos estamos preparando para hacer, cuán destrozada y violada ha sido nuestra gran Constitución en las elecciones de 2020?”, preguntó Trump.

China felicitó este viernes al candidato demócrata, Joe Biden, por su triunfo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, siendo una de las últimas potencias que lo hace y de la que se esperaba fijara postura.

Analistas prevén que Biden haga escasas modificaciones a la actual política de Washington hacia China en materia de comercio, tecnología y seguridad.

China, al igual que México y Rusia, evitó sumarse a las felicitaciones a Biden y a su compañera de fórmula Kamala Harris el pasado fin de semana luego de que, según las proyecciones, en los comicios del 3 de noviembre obtuvieron suficientes votos del Colegio Electoral para llegar a La Casa Blanca.

“Respetamos la elección del pueblo estadounidense”, dijo el vocero del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin. “Felicitamos al señor Biden y a señora (Kamala) Harris”.

Sin ofrecer un motivo para la demora en su reconocimiento, Wang agregó que el gobierno chino espera que “el resultado se confirmará, de acuerdo con las leyes y procedimientos estadounidenses”.

Recordemos que las relaciones entre Washington y Beijing están en su punto más bajo de las últimas décadas en medio de una guerra arancelaria sobre las ambiciones chinas en materia tecnológica y de superávit comercial, acusaciones de espionaje y tensión sobre los derechos humanos, la pandemia de coronavirus, Hong Kong y el control del Mar Meridional de la China.

El presidente Donald Trump también calificó al gigante asiático de amenaza para la seguridad, impuso limitaciones a las exportaciones y sancionó a firmas chinas. Apenas ayer emitió un decreto que prohíbe a los estadounidenses invertir en valores de empresas que según Washington pertenecen a las fuerzas armadas chinas o están bajo su control.

Los analistas prevén que Biden, quien debe asumir el poder el próximo 20 de enero, tratará de reanudar la cooperación con Beijing en los ámbitos de cambio climático, Corea del Norte, Irán y el coronavirus.

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF),confirmó este miércoles el acuerdo de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE), relativo a los resultados de la última encuesta abierta para elegir a la nueva dirigencia de Morena.

Y es que luego de que se dieron a conocer los resultados de dicho ejercicio metodológico, el aspirante Porfirio Muñoz Ledo realizó la impugnación al proceso de renovación de la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, organizado por el INE.

La Sala Superior confirmó esta tarde que el acuerdo generado por la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE del pasado 23 de octubre, por el que se tuvieron por recibidos los resultados de la nueva encuesta por traslape de intervalos de confianza para la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del partido político Morena.

Las magistradas y los magistrados estimaron ineficaces los argumentos de Porfirio Muñoz Ledo sobre la ausencia de reglas en materia de equidad en la contienda en el proceso de renovación de la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, y el tema referente a la indebida participación de las mismas casas encuestadoras en la organización de la última encuesta.

Al respecto, se consideró que son temas que la Sala Superior ya había estudiado y atendido previamente en distintos medios de impugnación.

Ante los señalamientos de un presunto uso indebido de recursos públicos en el proceso de renovación de la dirigencia de Morena, además de inequidad en la contienda y una afectación en sus derechos a votar y ser votado, el Tribunal dijo que Muñoz Ledo no acompañó los medios de prueba para respaldar sus afirmaciones

El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, ha ordenado este miércoles realizar un recuento completo de los votos, ante la estrecha ventaja que separa al candidato demócrata, Joe Biden, del presidente Donald Trump.

“Con un margen tan pequeño es necesario llevar a cabo un recuento en cada uno de los condados del estado”, ha dicho Raffensperger durante una rueda de prensa en Atlanta. “Este recuento permitirá construir una mayor confianza”, añadió.

Así, ha señalado que la diferencia entre Biden y Trump es de tan solo 14,111 papeletas. No obstante, Biden ya no necesita ganar en Georgia para llevarse las elecciones dado que actualmente, y tras triunfar en Pensilvania, cuenta con más de los 270 votos electorales necesarios para ganar las presidenciales.

En Georgia se habrían presentado unos 5 millones de votos. “Esta carrera tiene relevancia a nivel nacional, lo sabemos”, ha dicho el secretario de Estado local. La importancia de Georgia solo aumentaría si los estados de Carolina del Norte y Arizona se dieran para Trump.

Asimismo, Raffensperger ha asegurado que se investigarán todas las acusaciones de fraude vertidas por Trump a pesar de que no existen indicios aparentes de que se hayan producido irregularidades en el estado.

Por otro lado, se informó esta mañana que Donald Trump se llevó los tres votos en el Colegio Electoral que otorga el estado de Alaska, al ganar dicho estado, donde los republicanos también se impusieron en la batalla por el Senado y quedaron a un paso de conseguir la mayoría en esa Cámara.

La victoria de Trump en Alaska no cambia el panorama en el Colegio Electoral. Después de más de una semana de conteo de votos en el estado, y con el 75% escrutado, las cadenas de televisión NBC, ABC y CNN proyectaron este miércoles que Trump se se impuso.

Eso eleva a 217 el número de delegados que tiene asegurados Trump en el Colegio Electoral, lejos del mínimo de 270 que se necesitan para ganar las elecciones.

Aún quedan por decidir Carolina del Norte, Georgia y, según algunos medios, también Arizona, aunque otros ya han proyectado que Biden se llevará ese estado.

Trump hará este miércoles su primera aparición oficial después de las elecciones, en el marco del Día de los Veteranos.

El mandatario republicano prevé visitar el cementerio nacional de Arlington, cuatro días después de que los medios estadounidenses declararan, en base a proyecciones de resultados oficiales, que su rival demócrata ganó la Casa Blanca.

Desde entonces, Trump no se ha dirigido a la nación más que a través de Twitter, y no aceptó su derrota frente a Biden, como es tradicional en Estados Unidos una vez que se proyecta un ganador en una elección.

Trump parece haber dejado de lado los deberes presidenciales normales. Ha permanecido encerrado en la mansión presidencial, sosteniendo que está a punto de ganar y presentando demandas en las que alega fraude electoral, hasta ahora respaldadas solo por evidencia muy endeble.

La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, explicó que México está preparado para trabajar de forma constructiva con el próximo gobierno de Estados Unidos, aunque reiteró la posición ya expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el canciller Marcela Ebrard, sobre esperar para felicitar al ganador de la elección presidencial.

“La posición del Gobierno de México de esperar para felicitar al ganador de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos está basada en los principios de política exterior consagrados en nuestra Constitución, particularmente el principio de no intervención, así como en nuestra historia”, dijo la embajadora a través de una nota diplomática.

En un esfuerzo de explicar a interlocutores estadounidenses la posición de México, Bárcena Coqui dijo que la posición mexicana funge como un marco del involucramiento del país a nivel internacional, especialmente cuando otras naciones celebran procesos políticos internos.

“México considera que emitir opiniones, comentarios o posiciones respecto a procesos internos puede ser considerado como intervencionista”.

Insistió en que la felicitación llegará cuando todos los asuntos legales relacionados a la elección hayan sido resueltos y uno de los candidatos, Biden o Trump sea certificado como el ganador oficial.

Aseguró que dicha decisión subraya el respeto al sistema político estadounidense, a sus instituciones y a los partidos Demócrata y Republicano, así como al Presidente Donald Trump y al “presunto” presidente electo Joseph Biden, término que fue utilizado por la propia cancillería en su traducción del texto publicado por la embajadora.

Sobre el uso “presunto”, la diplomática fue cuestionada en redes sociales, a lo que explicó que existen varios sinónimos para la palabra “prospective”, utilizada en la versión original en inglés. “Puede traducirse de varias maneras, presunto es una de ellas, virtual sería otra, probable, eventual, futuro”, aclaró la funcionaria mexicana.

Martha Bárcena enfatizó que López Obrador está convencido de que la relación bilateral entre México y Estados Unidos será tan fructífera y productiva como debe serlo; en ese sentido dijo que nuestro país está listo para trabajar con el futuro gobierno de Estados Unidos de manera constructiva, “con base en los lazos de amistad y buena vecindad que unen a las dos naciones”.

El diario El Universal reporta este miércoles que el equipo de Joe Biden buscó una llamada telefónica entre el demócrata y el presidente mexicano, sin embargo, la propuesta fue rechazada bajo el argumento de que dicho contacto se  dará cuando se resuelva toda la parte legal de la elección.

Fue el director General para América del Norte, Roberto Velasco, quien habría detallado que no era posible la comunicación por un principio histórico asentado en la Doctrina Carranza, que data de 1918: la no intervención, razón que se le comunicó al equipo de Biden a través de Martha Bárcena.

En la nota enviada por Velasco, se puntualiza que México no hace una valoración sobre la validez de la elección, sus resultados o los procesos que pudiesen derivar de ésta, y se señala que el gobierno mexicano es respetuoso de la voluntad popular estadounidense.

El equipo del virtual presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, estudia medidas legales para obligar al presidente Donald Trump, quien denuncia un fraude electoral sin pruebas, que deje de bloquear y facilite la transición al nuevo gobierno.

Según los medios locales, el equipo de transición del líder demócrata cree que ha llegado el momento de que la Administración de Servicios Generales (GSA) “confirme rápidamente a Joe Biden y Kamala Harris como presidente electo y vicepresidenta electa”, y si se niega a hacerlo, emprender acciones legales para que lo haga.

La GSA, un organismo que depende del gobierno y cuya certificación rutinaria del ganador de las elecciones permite al equipo del presidente electo acceder a recursos y a las agencias gubernamentales para preparar la transición, se ha negado a hacerlo ante la insistencia del presidente Donald Trump en no aceptar su derrota electoral.

Mientras su campaña entabla numerosos procesos judiciales para anular votos o realizar recuentos en algunos estados, Trump ha continuado tuiteando acusaciones infundadas de fraude y ha llegado a decir que ganó las elecciones, pese a que todas las proyecciones de resultados dan la victoria a su oponente.

En las últimas horas llegó a acusar a la farmacéutica Pfizer y a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), una agencia gubernamental, de haber retenido a propósito los resultados de la vacuna de la farmacéutica para perjudicarlo en las elecciones.

“Hay una serie de opciones sobre la mesa. La acción legal es ciertamente una posibilidad, pero también hay otras opciones que estamos considerando”, dijo a la cadena de televisión ABC News un miembro del equipo de transición de Biden.

Los congresistas demócratas con jurisdicción sobre la GSA también han reclamado a la administradora de la GSA, Emily Murphy, quien fue nombrada por el presidente Donald Trump en 2017, que deje de bloquear y firme la transición.

El representante demócrata Gerry Connolly, miembro del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, aseguró a ABC News que Murphy “dirige una agencia no partidista del poder ejecutivo que se supone que facilitará (…) la transición a la administración entrante” y ella “la ha convertido en algo partidista”.

Sin esa certificación, el equipo de transición no puede ponerse en contacto con las agencias de la administración para recibir informes sobre su funcionamiento interno sobre asuntos que van de presupuestos a relaciones con el Congreso o apoyo administrativo.

El equipo de Biden tampoco puede ver información clasificada detallada, enviar representantes para integrarse en las agencias gubernamentales o contar con el apoyo del Departamento de Estado para realizar llamadas con líderes extranjeros

Al respecto, ayer se informó que el fiscal general, William Barr, ha instruido a los fiscales federales para que investiguen rápidamente “las acusaciones claras y aparentemente creíbles” de irregularidades en las votaciones que denuncia Trump, pese a no haber concluido que hayan “afectado el resultado de ninguna elección”.

Líderes y altos representantes de gobiernos de todo el mundo han felicitado en las redes sociales al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, según las proyecciones de la mayoría de los medios estadounidense.

El primero en felicitarle ha sido el primer ministro irlandés, Micheal Martin. “Joe Biden ha sido un verdadero amigo de este país durante toda su vida y estoy deseando trabajar con él los próximos años”, dijo en Twitter, asegurando que también quiere “invitarle de vuelta a casa cuando las circunstancias lo permitan”.

Uno de los primeros mensajes que también llegaron fue el de Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, subrayando que Estados Unidos es el “aliado más importante” de su país. “Estoy deseando trabajar estrechamente juntos en nuestras prioridades compartidas, desde el cambio climático al comercio y la seguridad”.

Johnson se refirió al trinfo de Bidden-Harris como un histórico logro.

A las felicitaciones a Biden y Harris también se sumó la del primer ministro  de Canadá, Justin Trudeau. “Nuestros dos países son amigos cercanos, socios y aliados. Compartimos una relación que es única en el escenario mundial. Tengo muchas ganas de trabajar juntos y desarrollarla con ustedes dos”.

Por su parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha expresado su deseo de reunirse con Biden “a la primera oportunidad  posible” dado que la UE y Estados Unidos “son amigos y aliados”. “A medida que el mundo cambia y surgen nuevos retos y oportunidades, nuestra renovada alianza será de particular importancia”, ha
subrayado.

En la misma línea se ha pronunciado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. “La UE está lista para entablar una fuerte alianza transatlántica”, ha escrito, incidiendo que entre los temas que Europa quiera abordar junto a Estados Unidos figuran “la pandemia de COVID-19, el multilateralismo, el cambio climático y el comercio internacional”.

A su vez, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha puesto en valor que “el liderazgo de Estados Unidos es mas importante que nunca en un mundo impredecible” y ha expresado su deseo de trabajar con la nueva Administración.

Por su parte, el primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, ha descrito a Biden como “un verdadero amigo de Grecia, y se dijo seguro de que bajo su presidencia, la relación entre ambos países se fortalecerá aún más.

Su homólogo italiano, Giuseppe Conte, ha felicitado al “pueblo estadounidense y a las instituciones por la impresionante participación de vitalidad democrática”. Además, ha expresado su deseo de trabajar con el nuevo presidente para fortalecer aún más la relación que mantienen los ´países.

“Los estadounidenses han elegido a su presidente. Felicidades Joe Biden y Kamala Harris”, ha señalado por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron. “Tenemos mucho por hacer para superar los desafíos de hoy. Trabajemos juntos”, ha defendido.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha deseado “suerte y éxito desde el fondo del corazón” a Biden y ha felicitado a Harris por el hito de ser la primera vicepresidenta. “Estoy deseando trabajar con el presidente Biden en el futuro. Nuestra amistad transatlántica es irremplazable si queremos superar los grandes desafíos de este tiempo”.

También han llegado felicitaciones de otras partes del planeta. El presidente colombiano, Iván Duque, ha deseado a Biden y Harris “los mejores éxitos en su gestión”.

A su vez, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha felicitado a los estadounidenses por el récord de participación en las elecciones, que dijo, es “una clara expresión de la voluntad popular”.

También han felicitado al nuevo presidente electo y su vicepresidenta el mandatario de Chile, Sebastián Piñera, y el de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou.

En África, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha manifestado su deseo de trabajar con Biden y Harris y “profundizar nuestros lazos de amistad y cooperación”, mientras que su homólogo de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha deseado éxito al nuevo presidente y también ha confiado en poder trabajar juntos para “aumentar la cooperación entre nuestras dos naciones”.

El presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, y su homólogo de Líbano, Michel Aoun, también han mandado felicitaciones al demócrata. El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, también se unió a los mensajes,

El primer ministro indio, Narendra Modi, felicitó a Joe Biden por su victoria en los comicios, y en especial a su compañera de fórmula, Kamala Harris, de orígenes indios, por su éxito “rompedor”. “¡Felicidades @JoeBiden por su victoria espectacular”, tuiteó Modi. En un tuit por separado se dirigió a Harris: “Su éxito es rompedor y fuente de un inmenso orgullo… para todos los indio-estadounidenses”.

El candidato demócrata a La Casa Blanca, Joe Biden, se alzó con el triunfo este sábado, de acuerdo a las proyecciones de distintos medios como CNN, MSNBC, AP, entre otras.

Así, el exvicepresidente se convertirá en el 46to presidente de Estados Unidos, un país políticamente dividido y golpeado por la pandemia de Covid-19.

La victoria del demócrata ocurre luego de más de tres días de incertidumbre ya que las autoridades de distintos estados seguían con el recuento de votos, principalmente de aquellos que fueron por correo.

Biden necesitaba 270 votos del Colegio Electoral, mismos que superó una vez se le dio el triunfo en el estado de Pensilvania.

Poco después del anuncio, Biden declaró que se siente “honrado” por la victoria electoral e hizo un llamado a la unidad nacional. “Ahora que ha concluido la campaña, es hora de dejar atrás el rencor y la áspera y unirnos como nación”, dijo Biden en un comunicado.

“Somos los Estados Unidos de América”, continuó. “Nada es imposible para nosotros si lo hacemos unidos”.

Biden, de 77 años, hizo campaña no tanto en base a promesas políticas o ideológicas sino a la idea de que había que forjar una coalición nacional para derrotar a Trump, al considerarlo una amenaza para la democracia norteamericana.

Su estrategia parece haber funcionado al arrebatarle a Trump el triunfo en estados como Michigan, Wisconsin y Pensilvania, que en 2016 se inclinaron por el republicano.

Biden se encamina a ganar el voto popular por más de 4 millones de votos y esa cifra podría aumentar a medida que continúa el escrutinio.

Ante la incertidumbre que se vivía, Biden trató de calmar los ánimos y de proyectar la imagen de político sereno y responsable, haciendo llamados a la unidad a fin de sanar las heridas de una nación profundamente dividida. “Debemos recordar que el propósito de la política no es librar la guerra eterna e implacable”, expresó anoche en un mensaje desde Delaware.

Trump es el primer presidente estadounidense en perder la reelección desde que lo hizo George H.W. Bush en 1992.

El presidente Donald Trump insistió este viernes en recurrir a la vía legal para lograr la reelección a medida que se reducen sus opciones de ganar, y volvió a cuestionar sin pruebas la integridad del proceso electoral en su país.

“Seguiremos en este proceso a través de todos los aspectos de la ley, para garantizar que el pueblo estadounidense tenga confianza en el gobierno. Nunca dejaré de luchar por ustedes y por nuestro país”, dijo Trump en un comunicado distribuido por su campaña.

Hasta este jueves, la campaña de Trump insistía en que el presidente tenía todavía opciones de reelección a través del escrutinio en los estados clave donde todo está ajustado, pero según el comunicado del mandatario, parece que se ha abandonado esa idea.

Horas después de que el candidato demócrata Joe Biden tomara la ventaja en Pensilvania y Georgia, dos estados clave que el presidente necesita ganar para seguir en la competencia, su declaración se centró solo en la batalla legal y en sus acusaciones sin pruebas de fraude.

“Creemos que el pueblo estadounidense merece tener una transparencia completa sobre todo el conteo de votos y la certificación de las elecciones, y esto ya no se trata solo sobre unas elecciones en concreto. Esto se trata de la integridad de todo el proceso electoral”, afirmó Trump.

El presidente volvió a cuestionar la integridad del proceso electoral sin aportar ninguna prueba, e insistía de nuevo en que “deben contarse todas las papeletas legales y ninguna ilegal”.

El mandatario ha cuestionado la legitimidad de todo el sistema de voto por correo, que han utilizado un récord de 65 millones de estadounidenses en estas elecciones, y las normas establecidas por varios estados clave para contar esas papeletas.

La campaña de Trump ha presentado demandas cuestionando el escrutinio en Pensilvania y otros estados clave, como Nevada, Michigan y Georgia, aunque en estos dos últimos los tribunales han desestimado sus demandas; mientras que en Wisconsin, el equipo del presidente ha pedido un recuento de los votos.

Este lunes es el último día de la campaña electoral, en que los estadounidenses deberán decidir entre el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden para dirigir La Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Más de 93 millones de personas ya han votado y ambas campañas aseguran que tienen las de ganar, aunque las opciones de Biden para conseguir los 270 votos del Colegio Electoral son más amplias.

Trump apuesta a que un repentino entusiasmo de sus militantes se traducirá en votos.

Hoy, Trump participará en cinco mítines desde Carolina del Norte hasta Wisconsin. Biden estará la mayoría del tiempo en Pensilvania donde si gana, Trump quedaría casi sin opciones para ganar. Biden pasará tiempo también en Ohio, un estado que Trump ganó por 8 puntos porcentuales cuatro años atrás.

En las últimas horas de la campaña, ambos candidatos se acusaron mutuamente no ser aptos para ejercer la presidencia del país, y pintaron un cuadro apocalíptico de lo que será el futuro de la nación si su rival llegase a ganar.

“Biden convertirá a este país en un campo de detención donde ustedes tendrán que estar confinados a sus casas mientras los amotinados ultraizquierdistas quedarán libres para saquear y quemar”, exclamó Trump ayer en un mitin en Iowa.

Biden, por su parte, vaticinó que el país está a punto de poner fin a una presidencia que ha avivado las llamas del odio. “Cuando se escuche la voz del pueblo, el mensaje quedará claro: es hora de que Donald Trump empaque sus maletas y se vaya”, expresó Biden en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, el estado que bien podría decidir la contienda.

La campaña llega a su final en momentos en que la pandemia del coronavirus está en auge, al haber matado a más 231,000 personas en el país y haber dejado a unas 20 millones sin empleo.

Ha sido un año extraordinario, en que Trump fue enjuiciado por el Congreso, la candidatura de Biden sufrió una dura prueba durante las primarias y la pandemia del coronavirus trastocó totalmente el panorama electoral.

La cantidad de personas que ya han votado es inédita en la historia del país, ya sea de forma temprano o por correo, algo que podría demorar el conteo.

Al respecto, Trump ha pasado meses lanzando denuncias, sin ofrecer evidencia alguna, de que las elecciones podrían ser fraudulentas, y se ha negado a prometer una transición pacífica del poder en caso de que pierda.

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó a la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) registrar a Mario Delgado como presidente nacional de Morena, luego del ejercicio que se llevó a cabo para renovar la dirigencia del partido.

El Pleno de la Sala Superior también ordenó registrar a Citlalli Hernández como secretaria general de Morena.

La resolución del TEPJF llegado luego de que el pasado 24 de octubre recibiera un oficio del Secretario Técnico de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE, mediante el cual informó cuestiones relacionadas con el cumplimiento de la sentencia incidental del 20 de agosto.

Recordemos que Mario Delgado resultó ganador de la presidencia nacional de Morena, luego de una segunda encuesta abierta ante el traslape de resultados de la primera donde obtuvo un empate con el también diputado Porfirio Muñoz Ledo.

Citlalli Hernández ganó la encuesta desde el primer ejercicio, por lo que al ser un hombre quien ocupó la presidencia, automáticamente quedó como secretaria general del partido.

Al respecto, Delgado Carrillo aseguró que con la ratificación del TEPJF de los resultados de la encuesta final, se está reconociendo el triunfo de la propuesta de unidad, integración y diálogo.

“Con esto se ratifica también la democracia, la decisión de nuestras y nuestros simpatizantes que quieren que cerremos este capítulo de una vez, para irnos con todo hacia la gran batalla electoral del 21″, dijo el coordinador parlamentario en un mensaje difundido en sus redes sociales.

El virtual presidente nacional de Morena sostuvo que con esta acción Morena se encuentra nuevamente en movimiento para poder hacer frente a la derecha que y tiene sus ojos puestos en la elección de 2021, razón a la que atribuyó la maniobra de “una minoría de gobernadores bravucones” a quienes acusó de estar haciendo el trabajo sucio.

Sostuvo que en 2021 no sólo están en juego más de 20 mil cargos públicos, sino lo que realmente está en juego es que se consolide y continúe la Cuarta Transformación para curar a un país desgarrado por la corrupción y la injusticia.

“Morena va a estar del lado correcto de la historia, va a estar a la altura del pueblo y se va a dejar el alma y la piel en cada uno de los rincones de México el año que entra”, manifestó.