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El Comité Olímpico Internacional (COI) levantó el veto a los deportistas rusos y bielorrusos, sancionados desde la invasión a Ucrania, y recomendó a las federaciones que autoricen su participación en competencias internacionales como «deportistas neutrales individuales».

También se solicitó permitir que compitan en el proceso de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024 y los Juegos de Invierno Milán-Cortina 2026, aunque sin garantizar su presencia en esas citas.

De esta manera, la Junta Ejecutiva del COI responde a la solicitud de la 11ª Cumbre Olímpica, que se reunió el pasado 9 de diciembre, tras consultas con miembros del COI, de los Comités Olímpicos Nacionales (CON), de las federaciones y de representantes de los deportistas.

Sin embargo, precisó que la participación de deportistas con pasaporte ruso o bielorruso en los Juegos Olímpicos de París 2024 y en los Juegos Olímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026 «no fue considerada ni en las consultas ni en sus deliberaciones de hoy».

«El COI se reserva expresamente el derecho de decidir sobre su participación en el momento adecuado, aunque se considerara que se han clasificado de acuerdo con los criterios de clasificación establecidos por sus respectivas federaciones internacionales», señaló en un comunicado.

Como parte de las reflexiones, se reiteró que los Juegos Olímpicos no pueden prevenir guerras y conflictos, ni abordar todos los desafíos políticos y sociales.

«Los Juegos Olímpicos pueden servir de ejemplo para un mundo en el que todos respeten las mismas reglas y se respeten unos a otros. Pueden inspirarnos a resolver problemas construyendo puentes, lo que
lleva a una mejor comprensión entre las personas. Pueden abrir la puerta al diálogo y la construcción de la paz de una manera que no lo hacen la exclusión y la división», sostuvo.

A pesar de las medidas adoptadas, el COI insistió en su condena a la invasión rusa de Ucrania, que dijo es «una flagrante violación de la tregua olímpica», por lo que mantiene sus sanciones a los gobiernos de Rusia y Bielorrusia, entre las que se incluyen no organizar eventos deportivos internacionales en cualquiera de los dos países; no exhibir ninguna bandera, himno u otro símbolo nacional en ninguna competencia internacional; y no invitar a ningún político o mandatario de los dos países a ningún evento deportivo internacional.

Sobre los deportistas rusos o bielorrusos, el COI aseguró que los deportistas que apoyen «activamente la guerra» no podrán competir, como tampoco los que estén contratados por las fuerzas armadas rusas o bielorrusas o las agencias de seguridad nacional.

En este sentido, pidió a las federaciones que consideren la participación de estos «en función de sus méritos deportivos y no por motivos políticos o por sus pasaportes», recordando que actualmente hay otros 70 conflictos armados y guerras en el mundo y que «nadie está solicitando la exclusión» de los deportistas de esos países por ello.

Por último, reiteró su apoyo a los deportistas ucranianos, para los que ha dotado un Fondo de Solidaridad de hasta 7,.5 millones de dólares.

Estados Unidos y Europa no quieren por ningún motivo que se llegue a negociaciones de paz para poner fin al conflicto en Ucrania, afirmó hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

«Washington, las capitales europeas, pero en primer lugar Washington, no permiten por ningún motivo que se llegue a conversaciones de paz», dijo Peskov en declaraciones a un programa de la televisión estatal rusa.

Agregó que «a Kiev simplemente no le permiten pensar» en una solución negociada.

Peskov comentó así las declaraciones de John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, quien este lunes afirmó que «cualquier alto el fuego que no aborde la eliminación de las fuerzas rusas de Ucrania ratificaría efectivamente la conquista ilegal de Rusia».

Y es que Estados Unidos ha declarado que espera que China aproveche la visita de su presidente, Xi Jinping, a Rusia para reiterar los llamamientos a un alto el fuego, pero subrayó que el elemento fundamental para una paz duradera debe ser la defensa y la integridad territorial de Ucrania.

«Ahora, cuando se han despojado de sus máscaras, (los países occidentales) muestran sus dientes de fiera», dijo el portavoz del Kremlin.

Las declaraciones se dan en el marco de la reunión del presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, en el Kremlin, donde hablan del conflicto en Ucrania y de su relación «estratégica» frente a Occidente.

Junto a responsables de los dos países, los mandatarios empezaron este martes una reunión a puerta cerrada.

Xi y Putin ya habían celebrado un encuentro ayer, con el que quisieron mostrar su alianza como contrapeso a las potencias occidentales.

Este martes, segunda jornada de su visita oficial de tres días, Xi señaló que las relaciones «estratégicas» entre Pekín y Moscú, dos grandes potencias vecinas», eran una «prioridad» para China.

Xi también dijo que había invitado a su homólogo ruso a China, «este año, cuando pueda», a pesar de la orden de arresto emitida la semana pasada por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el jefe del Kremlin.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Stephanie Henaro, analista internacional, sobre la la visita de Xi a Moscú, y cómo podría ayudar a encontrar una solución para la guerra en Ucrania.

Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y China, Xi Jinping, se reunieron este lunes en el Kremlin, con la iniciativa de paz china para Ucrania sobre la mesa y las miradas de la comunidad internacional puestas en la visita de Estado.

Los dos mandatarios, sentados uno al lado del otro en el Kremlin, según las imágenes difundidas por la televisión pública rusa, celebrarán primero una reunión «cara a cara» y después continuarán su encuentro con una cena.

Putin dio la bienvenida a Xi, y le felicitó por su reelección como presidente de China. «Estoy seguro de que bajo su liderazgo, China dará más pasos en su desarrollo y logrará los objetivos que se ha fijado», subrayó Putin.

Añadió que Rusia y China «tienen muchas tareas y objetivos conjuntos», además de valorar la «gran atención» que Xi presta al desarrollo de las relaciones ruso-chinas.

Putin también consideró que Pekín adopta siempre una postura «justa y equilibrada ante los problemas internacionales más apremiantes».

El mandatario ruso explicó a Xi que abordará con él el plan de paz chino para poner fin a la guerra en Ucrania.

«Hemos estudiado cuidadosamente sus propuestas para resolver la grave crisis en Ucrania», dijo Putin. «Por supuesto, tendremos la oportunidad de discutir esto», subrayó.

Recordemos que China ha mantenido una postura ambigua, ya que defiende por un lado la integridad territorial ucraniana y por otro aboga por tener en cuenta las preocupaciones de seguridad de Rusia.

La iniciativa de paz de China ha sido acogida en Rusia con matices, porque respetar la integridad territorial supondría devolver a Ucrania los territorios ocupados, mientras que en Kiev considera que el plan chino carece de lógica y está lleno de contradicciones, porque no se pueden tener en cuenta los intereses del país agresor.

Putin recalcó que, en general, la interacción de Rusia y China en el ámbito internacional, «por supuesto contribuye a fortalecer los principios fundamentales del orden mundial y la multipolaridad».

El presidente ruso afirmó además que los dos países tienen muchos temas que discutir en el campo de la cooperación económica. «Mañana podremos hablar de esto con la participación de nuestros socios y colegas» en una reunión en formato ampliado con las respectivas delegaciones, explicó.

Xi a su vez se mostró «muy complacido» por la invitación a Rusia, especialmente inmediatamente después de su reelección.

El mandatario chino, que llamó «querido amigo» a Putin durante sus palabras iniciales, subrayó que China «valora mucho las relaciones con Rusia», ya que tienen una lógica histórica» como los vecinos más grandes y socios estratégicos, dijo.

Xi destacó además que Rusia, bajo el liderazgo de Putin, ha conseguido «logros significativos». «El próximo año ustedes celebrarán elecciones (presidenciales). Estoy seguro de que el pueblo ruso le apoyará», dijo Xi a su anfitrión.

Putin y Xi, que han tenido en los últimos meses unas tensas relaciones con Estados Unidos, celebrarán una rueda de prensa al término de sus conversaciones mañana.

Antes del viaje de Xi, el ministro de Exteriores chino, Qin Gang, mantuvo en la madrugada del jueves una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Dmitró Kuleba, en la que aseguró que China intentará ayudar a «un cese de las hostilidades, el alivio de la crisis y el restablecimiento de la paz entre Ucrania y Rusia».

Xi aún no se ha comunicado con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, tal y como habían adelantado medios estadounidenses, aunque Kiev ya está preparando dicha videoconferencia.

La Corte Penal Internacional anunció este viernes que ha emitido una orden de detención contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por crímenes de guerra, debido a su presunta implicación en el secuestro de niños en Ucrania.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Rusia no reconoce a la Corte Penal Internacional y considera que sus decisiones son «legalmente nulas».

Añadió que la decisión de la Corte de emitir una orden de arresto contra Putin es «indignante e inaceptable».

En un comunicado, el tribunal afirmó que Putin «es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población (niños) y del de traslado ilegal de población (niños) desde las zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación Rusa».

La CPI también emitió este viernes una orden de detención contra Maria Alekseyevna Lvova-Belova, comisionada para los derechos de la infancia de la Oficina del Presidente de la Federación Rusa, por imputaciones similares.

El presidente de la corte, Piotr Hofmanski, dijo en un video que si bien los jueces de la CPI emitieron las órdenes, dependerá de la comunidad internacional hacerlas cumplir. La CPI no tiene una fuerza policial propia para hacer cumplir las órdenes.

«La CPI está haciendo su parte de trabajo como tribunal de justicia. Los jueces emitieron órdenes de arresto. La ejecución depende de la cooperación internacional», declaró.

Un posible juicio a algún ruso en la CPI sigue siendo una posibilidad muy remota, ya que Moscú no reconoce la jurisdicción del tribunal, una posición reafirmada a principios de esta semana por el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, y no extradita a sus ciudadanos.

Ucrania tampoco es miembro de la corte, pero le ha otorgado a la CPI jurisdicción sobre su territorio y el fiscal de la CPI, Karim Khan, la ha visitado cuatro veces desde que abrió una investigación hace un año.

La CPI dijo que su sala de cuestiones preliminares halló que existían «fundamentos suficientes para creer que cada sospechoso tiene responsabilidad por el crimen de guerra de deportación ilegal de población y transferencia ilegal de población de las zonas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusia en perjuicio de niños ucranianos».

Ayer, una investigación respaldada por la ONU mencionó los ataques rusos a civiles en Ucrania, así como tortura sistemática y matanzas en zonas ocupadas, entre otros presuntos actos que constituyen crímenes de guerra y posiblemente de lesa humanidad.

La amplia investigación también descubrió crímenes contra ucranianos cometidos en territorio ruso, como impedir que niños ucranianos deportados se reunieran con sus familias, un sistema de «filtración» que apuntaba a identificar a ucranianos para encarcelarlos, torturarlos y someterlos a condiciones de detención infrahumanas.

Sin embargo, la CPI puso el viernes el rostro de Putin en las denuncias de secuestro de niños.

La orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es «una importante decisión» que marca el inicio de la rendición de cuentas por la guerra en Ucrania, dijo por su parte el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.

«Es una importante decisión de justicia internacional y para el pueblo de Ucrania (…) Es sólo el comienzo del proceso (…) para que Rusia y su líder rindan cuentas por los crímenes y atrocidades que están cometiendo en Ucrania», añadió Borrell.

El Kremlin aseguró este miércoles que sus relaciones con Estados Unidos se encuentran en un «estado lamentable», esto luego de los señalamientos de Washington a Rusia por el dron que tuvo que derribar tras ser golpeado por uno de sus aviones en el Mar Negro.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que las relaciones bilaterales están «en su punto más bajo, en un estado muy lamentable», pero que «al mismo tiempo, Rusia nunca se ha negado a un diálogo constructivo, y no se niega ahora».

Al respecto, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, admitió que cualquier incidente con Estados Unidos, como el ocurrido el martes entre un dron estadounidense y dos cazas rusos en el mar Negro, conlleva «muy grandes riesgos».

«Cualquier incidente que provoque un enfrentamiento entre dos grandes potencias, dos potencias nucleares, las mayores del mundo, siempre conlleva riesgos muy grandes. Ellos no pueden no entenderlo», dijo Lavrov en declaraciones al canal de televisión Rossía-1.

Lavrov aseguró que, siguiendo la lógica de Washington de volar «donde les viene en gana», entonces «el espacio aéreo en torno a Estados Unidos tiene el mismo estatus que el mar Negro».

«Pero ellos ignoran totalmente el hecho de que desde el comienzo de la operación militar especial (en Ucrania) se declaró que ciertas zonas del mar Negro (…) tiene un estatus restringido para el empleo de cualquier aparato volador», señaló.

Por ello, el jefe de la diplomacia rusa sospecha que Estados Unidos intenta constantemente instigar la confrontación, lo que consideró contradictorio con sus afirmaciones de que son una potencia responsable e interesada en la estabilidad estratégica.

El Ministerio de Defensa informó que su titular, Serguéi Shoigú, mantuvo esta tarde una conversación telefónica al respecto con el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. La conversación, la primera que mantienen ambos funcionarios desde octubre de 2022, tuvo lugar a iniciativa estadounidense.

Recordemos que Estados Unidos acusó a uno de los dos cazas rusos Su-27 que escoltó el martes su dron, de golpear la hélice del MQ-9, motivo por lo que éste se precipitó contra aguas internacionales del mar Negro.

En cambio, el Ministerio de Defensa de Rusia negó cualquier contacto entre sus cazas y el dron, que dijo, habría entrado en un brusco vuelo incontrolado y colisionó contra el mar tras perder repentinamente altura.

El incidente tuvo lugar cerca de la anexionada península ucraniana de Crimea, donde el Kremlin ve con malos ojos la presencia de la OTAN, sean buques de guerra o aparatos de inteligencia.

Rusia se mostró este lunes a favor de una prorrogar al acuerdo de exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro, pero sólo por 60 días y no 120 como se hizo previamente.

«La parte rusa (…) no se opone a una nueva prórroga de la ‘iniciativa del mar Negro’ después de la expiración de su segundo mandato el 18 de marzo, pero sólo por 60 días», declaró el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Vershinin.

Ucrania dijo que este plazo ofrecido por Rusia «contradice» el acuerdo inicial, y dijo esperar ahora «la posición oficial» de Naciones Unidas y de Turquía, garantes de la iniciativa.

Y es que la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 se tradujo en un bloqueo de los puertos ucranianos del mar Negro por parte de los buques de guerra rusos, hasta que se firmó el acuerdo en julio del año pasado.

El pacto fue cerrado por un plazo de 120 días el 22 de julio entre Kiev y Moscú con mediación de Turquía, y contribuyó a aliviar la crisis alimentaria mundial provocada por la invasión rusa de Ucrania.

El acuerdo se renovó luego en noviembre por 120 días más, el cual está próximo a expirar el 18 de marzo, es decir este fin de semana.

Según la ONU, que supervisó también el acuerdo, este ha permitido exportar hasta la fecha más de 24 millones de toneladas de grano. China es el primer destinatario de las exportaciones realizadas en el marco del acuerdo, seguida de España y Turquía.

El Kremlin había mantenido la incertidumbre sobre su autorización a una prórroga, y afirmó que no se ha respetado el pacto paralelo relativo a las exportaciones rusas, en particular de fertilizantes y de productos agrícolas.

En ese sentido, Vershinin dijo este lunes que la «postura futura de Rusia dependerá de los avances tangibles en la normalización de nuestras exportaciones agrícolas».

La cuestión de estos avances «incluye pagos bancarios, logística de transporte, seguros, ‘descongelar’ actividades financieras y el suministro de amoníaco a través del oleoducto Togliatti-Odesa».

El Ministerio de Cultura de Rusia anunció hoy la creación de brigadas de agitación y propaganda en colaboración con el Ministerio de Defensa para levantar el ánimo de las tropas en medio de la campaña militar en Ucrania.

«En algunos lugares hay que visitar a los chicos durante la rehabilitación, en otros se trata de grandes conciertos, pronunciar discursos en plazas o viajar a las regiones», explicó Olga Liubímova, ministra de Cultura.

Liubímova destacó que los artistas que formarán dichas brigadas provendrán de diferentes regiones, géneros artísticos y edades, aunque no mencionó nombres concretos.

Subrayó que los propios artistas rusos se dirigen al ministerio para «participar y contribuir a la causa con lo que mejor saben y les gusta hacer».

Por orden de la Administración presidencial, brigadas propagandísticas ya visitaron las guarniciones y polígonos militares donde eran instruidos los reservistas en el marco de la movilización parcial ordenada por el presidente, Vladímir Putin.

Rusia ha reconocido oficialmente la muerte de menos de 6,000 soldados en el campo de batalla, aunque otras fuentes rusas y extranjeras hablan de decenas de miles de bajas entre muertos y heridos en acción.

A su vez, la ministra negó que hubiera ordenado la elaboración de una lista negra de escritores que se oponen a la guerra y cuyas obras tienen que ser requisadas de las bibliotecas, entre los que figurarían Boris Akunin, Liudmila Ulítskaya, Joanne Rowling o George Orwell, entre otros.

Recientemente, sustituyó a la directora de la mayor pinacoteca de Moscú, la Galería Tretiakov, Zelfira Tregúlova, por la hija de un general del Servicio Federal de Seguridad que sirvió con el presidente, Vladímir Putin, antiguo oficial del KGB soviético.

En agosto del pasado año diputados y senadores rusos crearon el Grupo de Investigación de Actividades Antirrusas en la Esfera de la Cultura (GRAD), a imagen y semejanza de la comisión creada por el macartismo para perseguir a los comunistas en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.

Diputados y senadores rusos han denunciado que muchas personalidades de la cultura promueven valores y tendencias occidentales, que van en contra de la moral tradicional que promueve el jefe del Kremlin, muy crítico con la defensa occidental de las minorías sexuales y los matrimonios no tradicionales.

Además, esos políticos han instado a las instituciones culturales a darle la espalda a la cultura occidental después de que Estados Unidos y la Unión Europea aprobaran sanciones contra Rusia por la campaña militar en Ucrania y supuestamente intentaran vetar la cultura rusa en Occidente.

La resolución de la Asamblea General que pide el «cese de hostilidades» en Ucrania y la retirada de las tropas rusas ha cosechado este jueves un total de 141 votos a favor y 7 en contra, mientras que 32 países se abstuvieron.

La resolución fue finalmente copatrocinada por 75 países, entre ellos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos y varios latinoamericanos (Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay).

El resultado ha sido muy parecido a las votaciones del pasado marzo y del pasado octubre, también para poner fin a la guerra en Ucrania, y los países que este jueves votaron en contra fueron -como entonces- los aliados más firmes de Rusia en el mundo: Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Mali, Nicaragua y Siria.

Entre los abstencionistas se encontraron China, India, Sudáfrica, Cuba y una mayoría de países africanos.

Durante los dos días de intervenciones, muchos países han lanzado repetidos llamamientos a la paz de forma genérica y la apertura de negociaciones, pero el Alto Representante de la política exterior europea, Josep Borrell, dijo que esos llamamientos eran fruto de la «ingenuidad», pues insistió en que «Rusia no ha mandado ni la mínima señal de que quiere la paz».

Los europeos, que promovieron la resolución junto con Ucrania desde el principio, habían advertido de que la abstención no serviría porque sería inmediatamente anotada por Rusia como una postura a su favor, según dijo el miércoles el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.

El punto central de la resolución es el quinto, que pide a Rusia «una retirada inmediata, completa e incondicional de todas sus fuerzas militares del territorio ucraniano dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente», y llama luego a un «cese de hostilidades».

Aunque también pide apoyar «los esfuerzos diplomáticos para lograr una paz global, justa y duradera en Ucrania», también subraya la necesidad de que «se rindan cuentas por los crímenes más graves bajo la ley internacional (…) y que se persigan a nivel nacional e internacional», una frase que ha sido criticada por varios países.

La resolución partió de Ucrania y fue inmediatamente apadrinada por la Unión Europea, y terminaron sumándose a ella 75 países. En un principio recogía el llamado «plan de paz de Zelenski» pero fue retirado en beneficio de unos términos más diplomáticos o menos «antirrusos», según explicaron a EFE fuentes europeas.

El resultado de este jueves se acercó mucho al del pasado 12 de octubre, en la votación de la Asamblea tras los referéndums de anexión de cuatro provincias ucranianas: entonces votaron contra la anexión 143 países, 5 lo hicieron en contra (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria) y 38 se abstuvieron, la mayoría de ellos africanos o asiáticos.

Aquel resultado fue incluso más abultado que el conseguido el 24 de marzo, un mes después de la invasión: aquella resolución que exigía «un cese inmediato de hostilidades», fue apoyada por 140 países, 5 votaron en contra (Rusia, Bielorrusia, Eritrea, Corea del Norte y Siria) y 38 abstenciones.

El recurso a la Asamblea General (aunque sus resoluciones son simbólicas) se ha convertido en habitual desde el comienzo de la guerra ante la inoperancia del Consejo de Seguridad, lastrado por el derecho a veto de Rusia, que ha impedido que se apruebe una sola resolución (que en su caso son de obligatorio cumplimiento).

El presidente Volodimir Zelenski aseguró que «¡Ucrania vencerá!», previo al primer aniversario de la invasión rusa, y poco antes de que la Asamblea General de la ONU vote una resolución que «exige» una retirada de las tropas rusas.

«No nos hemos quebrado. Hemos superado muchas pruebas y triunfaremos. Pediremos cuentas a todos los que trajeron este mal y esta guerra a nuestra tierra. Todo el terror, todos los asesinatos, todas las torturas y todos los saqueos», subrayó el mandatario en un mensaje publicado en las redes sociales.

El mensaje de Zelenski se produjo en el marco dela visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien afirmó desde Kiev la determinación de su gobierno de permanecer «al lado de Ucrania y de su gente hasta que la paz regrese a Europa».

En tanto, el primer ministro de Estonia, Kaja Kallas, afirmó que la defensa de su país, que también fue una república soviética y forma parte actualmente de la OTAN, «empieza en Ucrania».

La resistencia ucraniana ha contado con un fuerte respaldo militar y financiero de Occidente, quienes este jueves urgieron al FMI a poner en marcha un nuevo paquete de ayuda a Kiev antes de que finalice marzo.

El G7, que está conformado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón, consideró además que las sanciones impuestas a Moscú «han socavado significativamente las capacidades de Rusia en su guerra ilegal».

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, también destacó el impacto de la sanciones para el gobierno de Vladimir Putin, y se declaró partidaria de una nueva tanda de medidas.

«Rusia tiene ahora un déficit presupuestario significativo» y a su Ejército le «está resultando extremadamente difícil (…) obtener los materiales para reponer su munición y, por ejemplo, reparar los 9,000 tanques destruidos durante la guerra», declaró.

En ese sentido, Putin prometió aumentar la producción industrial militar y anunció la entrada en servicio este año de misiles balísticos intercontinentales, el Sarmat, un sistema superpotente pero que según fuentes estadounidenses habría experimentado fallos.

«Prestaremos atención prioritaria al fortalecimiento de nuestras capacidades de defensa», añadió Putin en un vídeo difundido con motivo del Día de los Defensores de la Patria.

La Asamblea General de la ONU se pronunciará este jueves sobre una resolución respaldada por Ucrania y sus aliados que aboga por una paz «justa y duradera» y «exige» la retirada inmediata de las fuerzas rusas y pide un «cese de hostilidades».

Kiev y sus aliados esperan que el texto, no vinculante, obtenga al menos tantos votos como una resolución de octubre en la que 143 países condenaron las anexiones rusas de varias regiones ucranianas.

Las tres resoluciones vinculadas a la invasión rusa votadas en la Asamblea General en el último año sumaron entre 140 y 143 votos a favor, menos de 40 abstenciones y los votos en contra de cinco países (Rusia, Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea).

En tanto, el gobierno estadounidense anunció que presentará este viernes un nuevo paquete de ayuda humanitaria a Ucrania.

Así lo anunció este jueves la viceadministradora de la Agencia para Desarrollo Internacional (Usaid), Isobel Coleman, que aunque no ofreció detalles del nuevo paquete, precisó que contendrá alguna ayuda relacionada con el sector energético.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Estados Unidos ha destinado 29,300 millones de dólares en ayuda militar a Kiev, lo que le convierte en el mayor donante de asistencia castrense desde el inicio de la contienda.

Biden visitó la capital ucraniana esta semana, en un viaje que se mantuvo en secreto hasta que estuvo en curso, y con el que quiso dejar claro que Estados Unidos permanecerá al lado de Ucrania «el tiempo que sea necesario».

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Stephanie Henaro, analista internacional, sobre la invasión rusa a Ucrania, la resistencia del pueblo ucraniano y las implicaciones de esta guerra a nivel mundial.

El presidente Vladímir Putin ofreció su mensaje anual sobre el estado de la nación ante ambas cámaras del Parlamento ruso, en el que informó que se suspendía el cumplimiento por parte de su país del último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EEUU, Nuevo START o START III.

«Nos quieren asestar una derrota estratégica y se meten en nuestras instalaciones nucleares. Por ello, me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el Tratado sobre Armamento Estratégico Ofensivo», dijo Putin.

Durante una hora y 45 minutos de discurso no hizo ni una sola mención a un posible diálogo, defendió «el derecho de Rusia a ser fuerte» y acusó a Occidente de ser el único responsable de la tensión geopolítica en el mundo, incluido en Ucrania.

Putin, que insiste en que Moscú dispone de armamento hipersónico sin comparación en el mundo, matizó que «Rusia no abandona, sino que sólo suspende» el cumplimiento del tratado suscrito en 2010, prorrogado en 2021 por el líder ruso y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y que expira en 2026.

Entre otras cosas, el Nuevo START reduce en un 30% el número de cabezas nucleares, hasta 1,550 por país.

Putin adelantó que «si Estados Unidos realiza ensayos nucleares con nuevo tipo de armamento estratégico, Rusia efectuará también pruebas» de esa clase.

«Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo (…). Nadie debe albergar la peligrosa ilusión de que la paridad global estratégica puede ser destruida», sostuvo.

El líder ruso tachó de «teatro del absurdo» la declaración en la que la OTAN demandó a Rusia que cumpla dicho tratado y abogó por la inclusión de la Alianza Atlántica en el Nuevo START ya que, recordó, Francia y el Reino Unido también cuentan con arsenales estratégicos.

Recordemos que Estado Unidos suspendió el diálogo sobre control de armas tras el inicio hace casi un año de la «operación militar especial» en Ucrania, y el último intento de reanudarlo en noviembre pasado fue pospuesto indefinidamente por Moscú.

Además, Rusia informó en agosto a Washington de su decisión de prohibir las inspecciones estadounidenses in situ de su arsenal nuclear, al alegar dificultades para hacer lo propio en Estado Unidos debido a las sanciones occidentales.

Al respecto, los diputados y senadores rusos rechazaron que la decisión de Putin represente «una amenaza a la seguridad» mundial, sino un aviso a Occidente. «Las potencias nucleares no pierden guerras», dijo Leonid Slutski, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma.

En su mensaje, el presidente ruso acusó a Occidente de querer «acabar» con Rusia «de una vez por todas», lo que amenazaría la «existencia del país», condición para el empleo de armas nucleares, según la doctrina militar rusa.

También denunció que la OTAN quiere convertir un conflicto local en una «confrontación global». Advirtió que la derrota de Rusia en el campo de batalla «es imposible».

«Una cosa debe quedarles clara a todos: cuanto mayor sea el alcance del armamento suministrado a Ucrania, más nos veremos obligados a alejar la amenaza de nuestros fronteras», afirmó.

El líder ruso denunció que «Occidente utiliza a Ucrania como un polígono, como un ariete contra Rusia» y sostuvo que, incluso antes del inicio hace casi un año de la campaña militar rusa, Kiev ya negociaba con sus patrocinadores el suministro de armamento.

Putin no aludió directamente a la campaña militar, en la que el Ejército ruso no toma una ciudad ucraniana importante desde julio de 2022, aunque dio a entender que «va para largo».

«Y paso a paso, cuidadosa y consistentemente, cumpliremos las tareas que afrontamos», recalcó, a tres días del primer aniversario de la campaña en Ucrania que él ordenó iniciar el 24 de febrero de 2022.

Insistió en que fue Occidente quien «desencadenó la guerra», que Rusia hizo «todo lo posible, realmente todo lo posible para resolver este problema por medios pacíficos» y adujo que ha recurrido a la fuerza «para detenerla».

Al respecto, adelantó que los rusos que combaten en Ucrania tendrán vacaciones de «al menos» dos semanas cada seis meses y propuso crear una fondo estatal para ayudar a los veteranos y a las familias de los caídos en Ucrania, cuyo número el Kremlin se niega a revelar.

Los ciudadanos de México y otros 18 países podrán recibir visados turísticos de hasta 6 meses en Rusia con tan solo reservar un hotel en dicho país.

Según un decreto firmado hoy por el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, además de México, se beneficiarán de esta medida Baréin, Brunéi, la India, Indonesia, Irán, Camboya, China, Corea del Norte, Kuwait, Laos, Malasia, Birmania, Omán, Arabia Saudí, Serbia, Tailandia, Turquía y Filipinas.

Recordemos que en agosto de 2021 Rusia aprobó una ley que simplifica la obtención de visados para los turistas extranjeros y que permite recibir una visa de hasta seis meses en base a una reservación de un hotel.

Posteriormente, en diciembre de 2022 fue aprobada una ley que otorga al gobierno el derecho a aprobar el listado de países cuyos turistas pueden aspirar a un visado simplificado de ese tipo.

Se precisa que los ciudadanos de los países no incluidos en esta lista no disponen de la posibilidad de acceder a esos visados.

Y es que el turismo extranjero se redujo en Rusia considerablemente en 2020 debido a la pandemia del coronavirus y nunca se recuperó debido al comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania.

Por ello, el gobierno busca implementar medidas que ayuden a atraer visitantes, esto cuando se va a cumplir un año de la guerra de Rusia contra Ucrania, que se cumple este próximo viernes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió este viernes a sus aliados «acelerar» el apoyo a Ucrania, a casi un año de la invasión rusa, en un discurso por video ante la Conferencia de Seguridad de Múnich.

«Necesitamos acelerar. Velocidad para concluir nuestros acuerdos, velocidad de entregas para reforzar nuestra lucha, velocidad de decisiones para limitar el potencial ruso. No hay alternativa a la velocidad, porque de ella depende la vida», afirmó el líder ucraniano.

Tras un año de guerra, no hay señales de que los combates vayan a terminar pronto y las posibilidades de una resolución diplomática del conflicto son casi nulas.

Desde el comienzo de la ofensiva, el número de muertos se ha elevado a decenas de miles y la OTAN teme una nueva ofensiva rusa.

En este contexto, Zelenski estimó además que «no hay alternativa a la victoria ucraniana» y denunció que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, «intenta ganar tiempo para su agresión».

«Está claro que Ucrania no será su última etapa. Va a continuar su ofensiva hacia otros Estados del antiguo bloque soviético», afirmó.

Por su parte el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, presente en esta conferencia anual de tres días sobre cuestiones de seguridad internacional, aseguró a Ucrania el apoyo de Alemania, tanto financiero como humanitario y militar. Dijo que Berlín y sus aliados apoyarán a los ucranianos «todo el tiempo que sea necesario».

El canciller pidió a los países occidentales que puedan enviar tanques a Kiev «que lo hagan realmente ahora».

Recordemos que después de que todas las partes le instaran a entregar tanques Leopard 2 de fabricación alemana, el sucesor de Angela Merkel dio luz verde a finales de enero. Pero las conversaciones posteriores con los socios de la OTAN aún no han permitido completar un batallón de unos 30 tanques Leopard 2A6, más modernos.

Estados Unidos y sus aliados están preparando «un nuevo gran paquete de sanciones»,programado para el 24 de febrero, declaró Victoria Nuland, secretaria de Estado adjunta.

Las drásticas sanciones ya en vigor contra Rusia desde su invasión de Ucrania afectan a los más altos niveles del Estado ruso, así como a su industria, a sus bancos y a su sector petrolero.

Los países europeos, sobre todo Alemania y Francia, siguen esperando convencer a China, aliada de Moscú, de que presione al presidente Vladimir Putin para poner fin a la guerra.

La presidenta de Moldavia detalló este lunes lo que calificó como un plan ruso para derrocar su gobierno con saboteadores extranjeros a fin de poner al país «a disposición de Rusia» y frustrar sus planes de incorporarse algún día a la Unión Europea.

El anuncio de la presidenta Maia Sandu ocurre una semana después de que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que su país había interceptado planes de los servicios secretos rusos de destruir Moldavia, lo que fue luego confirmado por funcionarios de la inteligencia moldava.

«El plan para la próxima fase involucra acciones de saboteadores con entrenamiento militar, camuflados con ropa de civil, que emprenderían acciones violentas, atacando edificios públicos e incluso tomando rehenes», declaró Sandu en conferencia de prensa.

Desde que Rusia invadió Ucrania hace casi un año, Moldavia, una exrepública soviética de unos 2.6 millones de habitantes, ha tratado de acercarse a Occidente.

En junio pasado se le confirió estatus de país candidato para ingresar a la Unión Europea, el mismo día que a Ucrania.

Sandu sostuvo que el propósito del supuesto plan ruso era «derrocar el orden constitucional, cambiar el poder legítimo (de la capital de Moldavia) a uno ilegítimo … que colocaría al país a disposición de Rusia a fin de frenar el proceso de integración europea».

Con tono desafiante, añadió: «Los intentos del Kremlin de sembrar la violencia en nuestro país no prosperarán».

Sandu afirmó que entre octubre y diciembre la policía y el Servicio de Inteligencia intervinieron en «varios casos de elementos de crimen organizado y frustraron intentos de violencia».

En el último año, Moldavia se ha visto aquejada por diversos problemas, entre ellos una severa crisis energética luego que Moscú redujo drásticamente los suministros de gas, una inflación galopante y la detección de misiles que han cruzado su espacio aéreo.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, designó hoy a Nikolái Sofinski como nuevo embajador ruso en México, que reemplazará a Víktor Koronelli, quien estuvo a cargo de la legación diplomática rusa desde el 2018.

El  decreto por el cual se formaliza el nombramiento fue publicado hoy en el portal de informaciones legales del gobierno ruso.

Además, en otro decreto presidencial publicado este mismo viernes, Sofinski fue designado como embajador concurrente de Rusia en Belice.

Sofinski, de 65 años, cuenta con una experiencia diplomática de más de tres décadas; fue embajador en Perú y Uruguay, además de ser consejero delegado en la Embajada de Moscú en España y cónsul general en Houston, en Estados Unidos.

Para Rusia, el trato con México y América Latina en general son de gran importancia, declaró el pasado 18 de enero el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, quien destacó que «las relaciones con América Latina están en auge».

El anuncio llega en el marco de que el gobierno de nuestro país ha afrontado la invasión rusa a Ucrania con «pasividad», sin imponer represalias económicas a Rusia como la mayoría de los países de Occidente, limitándose a llamar al diálogo y la mediación para frenar la guerra.

Vladímir Putin aseguró este jueves que Rusia tiene «con qué responder» al envío de tanques a Ucrania por parte de sus aliados de Occidente, y advirtió de que no solo será con (tanques) «blindados».

«Nosotros no enviamos tanques a sus fronteras, pero tenemos con qué responder» dijo el jefe del Kremlin en Volgogrado, durante un acto conmemorativo del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania en la batalla de Stalingrado.

La respuesta «no se limitará al uso de (tanques) blindados», dijo el jefe del Kremlin, que depositó previamente una ofrenda floral ante la llama eterna en la Sala de la Gloria Militar del complejo memorial «Mamayev Kurgán» y rindió tributo a la memoria de los soldados soviéticos muertos en Stalingrado con un minuto de silencio.

En ese sentido, Putin lanzó una advertencia a los que «arrastran a países europeos, incluida Alemania, a una nueva guerra con Rusia» y quienes «esperan ganar a Rusia en el campo de batalla».

«Por lo visto, no entienden que la guerra moderna con Rusia será completamente diferente para ellos», afirmó.

Putin hizo especial mención a los tanques alemanes Leopard que Berlín enviará a Ucrania y que también podrán suministrar a Kiev otros países europeos que los tienen en su poder.

«Increíble, pero cierto: nos vuelven a amenazar con los tanques alemanes Leopard», dijo.

Según Putin, «la ideología del nazismo, ya en su forma moderna, una vez más está creando amenazas directas a la seguridad» de Rusia.

Las declaraciones del líder ruso podrían interpretarse como una alusión al poderío nuclear del país del que Moscú y que sus dirigentes han presumido en múltiples ocasiones, sobre todo, tras alargarse el conflicto en Ucrania.

A la vez, Putin aseguró en varias ocasiones, la última a finales del año pasado, que Rusia «bajo ninguna condición» sería la primera en emplear sus armas nucleares, ya que su doctrina militar prevé tales ataques solo en forma de respuesta.

El presidente aprovechó también su intervención para negar el aislamiento de Rusia y asegurar que el país sigue teniendo muchos amigos. Señaló que «pese a los esfuerzos de la propaganda» occidental, Moscú tiene amigos «en todo el mundo», incluido en Norteamerica y Europa.

El máximo responsable de la Unión Europea, Josep Borrell, considera que el alto el fuego unilateral declarado por Rusia en Ucrania no es más que un intento del Kremlin para «ganar tiempo para reagrupar sus tropas y tratar de restaurar su reputación internacional gravemente dañada».

El Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, de visita en Marruecos, habló también del impacto de la guerra en la economía mundial, en especial en el Mediterráneo.

«Debemos tener en cuenta que las repercusiones negativas de esta guerra van más allá de las fronteras de Europa y son globales», manifestó.

En este aspecto, Borrell aprovechó para condenar la «propaganda» rusa; una campaña que «quería hacernos creer que las sanciones europeas fueron las responsables del aumento de los precios de la energía y los alimentos».

«Fue el Ejército ruso el que destruyó los silos de grano, destruyó y sembró minas en los campos, destruyó las carreteras y bloqueó los puertos de Ucrania», señaló Borrell.

Recordemos que Putin ordenó un alto el fuego de 36 horas a partir de este viernes a las 12:00 hora local de Moscú, en toda la línea de frente en Ucrania, en repuesta al llamado del patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, para establecer una tregua de Navidad, que los creyentes ortodoxos celebran mañana 7 de enero.

Quien también criticó el anuncio del gobierno ruso fue Francia, quien calificó la medida como una nueva prueba de «cinismo» por parte de Vladímir Putin.

El gobierno galo insistió en que Rusia demuestra una vez más desde la invasión de Ucrania en febrero que no quiere la paz.

Un portavoz del Ministerio francés de Exteriores subrayó este viernes en una conferencia de prensa que ese anuncio unilateral «no puede engañar a nadie» y que en realidad «constituye una burda tentativa de Rusia para ocultar su responsabilidad».

Precisamente -señaló la cartera- porque Rusia sigue «multiplicando las exacciones y bombardeando sin descanso el conjunto del territorio ucraniano, atacando en particular, en pleno invierno, las instalaciones fundamentales y a la población civil».

En tanto, la OTAN recordó fue Rusia quien comenzó la guerra en Ucrania y que el presidente ruso, Vladimir Putin, «puede detenerla hoy» sacando sus tropas del país.

El presidente Volodimir Zelenski acusó a Rusia de querer «usar la Navidad como una tapadera» para detener el avance del ejército ucranio en el Donbás y acercar equipos y municiones a sus posiciones.