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El presidente Donald Trump anunció este jueves que impondrá nuevamente aranceles de 10% al aluminio canadiense a partir del 16 de agosto, pues dijo, Canadá “se aprovecha” de Estados Unidos.

El republicano dijo que con la condición de que Canadá “no inundara” su país con sus exportaciones y no destruyera los empleos en el sector del aluminio, su gobierno decidió levantar los aranceles; pero acusó, “los productores canadienses de aluminio rompieron ese compromiso”.

Trump anunció su decisión “que defiende a la industria estadounidense reimponiendo aranceles al aluminio de Canadá. Canadá se aprovecha de nosotros, como siempre”, expresó.

Recordemos que el pasado primero de julio entró en vigor el TMEC, el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte que reemplazó al TLCAN.

Los aranceles, que entrarán en vigencia el 16 de agosto, son una respuesta a lo que Washington califica como una “disparada” en las importaciones de aluminio desde Canadá el año pasado, que “amenaza con perjudicar a la producción doméstica” de ese elemento.

Según el texto presidencial, las importaciones de aluminio canadiense entre junio de 2019 y mayo de 2020 aumentaron 87% con relación a los 12 meses anteriores.

“Decidí que las medidas acordadas con Canadá no son suficientemente eficaces para remediar la amenaza que las importaciones de aluminio desde Canadá suponen para nuestra seguridad nacional”, escribió el mandatario.

A inicios de julio, el primer ministro canadiense Justin Trudeau comentó sobre los rumores que apuntaban a que Trump podría reimponer los derechos de aduana, asegurando que Estados Unidos no tiene la suficiente capacidad de producción de aluminio, y necesita el producto canadiense para sus industrias automotriz y de alta tecnología.

La Cámara Estadounidense de Comercio criticó esta decisión que considera aumentará los costos para los fabricantes locales. También señalo que la mayor parte de los productores estadounidenses de aluminio se oponen a la disposición, que generará medidas recíprocas contra las exportaciones de Estados Unidos.

Trudeau no viajó a Washington para celebrar la entrada en vigor del T-MEC con Trump y el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sí visitó La Casa Blanca el mes pasado.

La entrada en vigor del T-MEC el día de hoy es una buena noticia para México, sin duda. De las pocas buenas noticias que hacen falta en donde todo parece ser negativo. Desde que se concibió el TLCAN, la idea fue acercar a México a Norteamérica. Somos uno de dos países en el mundo que nos encontramos en medio de dos continentes. El otro es Turquía, que está entre Europa y Asía. México está entre el Norte y el Sur del continente americano. Si había que escoger entre melón y entre sandía – como dice el ex Canciller, Jorge G. Castañenda – México escogió melón: Norteamérica, cuando buscó el TLCAN.

Es incongruente que al mismo tiempo que el presidente Andrés Manuel López Obrador cancela inversiones en el país, incumpliendo acuerdos contractuales, presume que a partir de hoy con el arranque del T-MEC, el Tratado México; Estados Unidos y Canadá, el país vivirá un auge de inversiones.

¿Cómo va a ser útil el T-MEC si México lleva no respetando sus acuerdos con empresas que invierten en México desde hace 18 meses? Desde el Nuevo Aeropuerto; la Cervecería de Constellation Brands y los múltiples acuerdos energéticos, por mencionar algunos. La respuesta es muy sencilla. Las inversiones van a seguir llegando, pero van a ser inversiones más volátiles, de las que entran y salen con un costo financiero elevado para las finanzas mexicanas.

Actualmente estamos tan integrados con Estados Unidos y Canadá que aun con un Trump o un AMLO en el gobierno, ya no es posible producir un automóvil o un insumo médico que no requiera componentes de los tres países y por ello, aun con los instintos nacionalistas de estos presidentes en el poder, la integración es imparable. Violar el marco normativo simplemente le costará más a México.

Además hay que tomar en cuenta que el TMEC entra en vigor en medio de un panorama altamente cargado en el ámbito político. Los demócratas querrán argumentar que México está incurriendo en violaciones al tratado para golpear a Trump. El sector agropecuario de ese país es un buen ejemplo. Competimos con una parte de ese mercado durante todo el año, sobretodo en Florida, que además involucra un tema político importante porque es un estado competido entre demócratas y republicanos al cual Donald Trump intentará darle más poder.

Todo esto ocurre cuando AMLO se sienta en sus laureles y presume que el TMEC hará que lleguen inversiones a México. Las cuáles sin duda van a llegar. El problema es que mientras seamos un país en el cual no se respete el Estado de Derecho, quienes vengan a invertir a México, van a ser quienes asuman pagos por ese tipo de panorama incierto. Van a invertir en productos financieros que puedan entrar y salir fácilmente. Olvidémonos de plantas productivas o empresas de servicios que generen empleos y desarrollo a largo plazo.

Hoy hay inversiones en países como Venezuela o Nigeria, que tienen poco Estado de Derecho y no cuentan con un acuerdo con Norteamérica. Lo que pasa ahí es que las inversiones que llegan son volátiles, es decir, pueden irse apenas vean que hay una dificultad. Venden y se van.

Si esa es la idea del presidente, flaco favor nos hizo al haber firmado un tratado como el TMEC, que además de invitar inversiones poco sólidas, nos obliga como país a pagar a los inversionistas como si México fuese un paraíso para quienes deciden meter su dinero cuando él es el primero en no respetar lo acordado.

 

Columna completa en El Universal

Fue un día de fiesta en Palacio Nacional. Para firmar el adendum de la ratificación del TMEC se reunieron las delegaciones de México, Estados Unidos y Canadá, encabezadas por el presidente López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y el Subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, por la parte mexicana; Robert Lighthizer y Jareed Kushner, por parte de EUA; y Chrystia Freeland del lado canadiense.

Sabemos que en la recta final de la negociación sobre la ratificación hubo cuatro temas espinosos. El laboral; el ambiental; el de medicamentos y los aranceles al acero y al aluminio. Sobre estos temas se logró un adendum en donde los canadienses se sentaron a esperar qué lograban acordar primero los demócratas con los sindicatos de Estados Unidos; luego los demócratas con La Casa Blanca y por último voltearon a ver qué es lo que diría México sobre las nuevas exigencias que se le harían al país.

Todo indica que van a ser fuertes las exigencias para México. Que si bien no entraran inspectores estadounidenses al país para revisar que se cumplan las leyes laborales, sí habrá un mayor escrutinio en este sentido lo que será probablemente un golpe a algo que nunca he entendido como orgullo nacional: “la mano de obra barata mexicana”.

La verdad es que el mundo ha cambiado. Las ganancias del libre comercio que han dejado atrás a los trabajadores que simplemente ven como se enriquecen los dueños de las grandes multinacionales ya no es un escenario sostenible.

Quien crea que sí, puede voltear a ver a las dos grandes democracias: Estados Unidos y Gran Bretaña. En ambos países han ganado liderazgos llevados hasta el poder por el hartazgo de las clases medias trabajadoras. En EUA los trabajadores de cuello azul de estados como Ohio, Wisconsin y Pennsylvania que eran leales a los demócratas pero que se cansaron de condiciones lamentables de trabajo y prefirieron votar por Trump. En Gran Bretaña, los cansados con una situación económica precaria de cuyas causas culpaban a los migrantes, votaron por el Brexit y mañana muy probablemente lo ratifiquen en las elecciones convocadas por Boris Johnson.

En México urgen mejoras laborales desde hace décadas. Entiendo que parte del descontento con lo acordado ahora tiene que ver con la preocupación de que Estados Unidos utilice argumentos de incumplimientos laborales para justificar un proteccionismo comercial, pero si no queremos que estos argumentos sean utilizados, lo mejor que podemos hacer es que se mejoren las condiciones laborales y que los sindicatos sirvan para representar a los trabajadores. ¡Adiós a los millonarios liderazgos sindicales (Romero Deschamps; Napoleón Gómez Urrutia) con trabajadores en situaciones precarias!

Columna completa en El Universal

Este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el jefe de la AFL-CIO, la mayor central sindical estadounidense.

El mandatario le prometió a Richard Trumka que México aplicará leyes laborales más estrictas, señaló la oficina de la presidencia, y también exhortó a ratificar el acuerdo del libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.

Las modificaciones a la ley laboral pretenden eliminar la práctica en que sindicatos partidarios de las compañías firman contratos a espalda de los trabajadores. Con frecuencia, las empresas hallan o forman sindicatos que no les causen problemas y celebran contratos incluso antes de abrir fábricas en México.

Ahora los sindicatos tendrán que publicar avisos acerca de próximas votaciones sobre contratos y proporcionar información previa a sus afiliados.

La nueva ley llega en una época en que el país enfrenta presiones para que endurezca sus normas laborales como parte del nuevo acuerdo comercial.

El Presidente Enrique Peña Nieto recibió esta tarde en la Residencia Oficial de Los Pinos, al equipo negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), a quienes expresó su reconocimiento por el trabajo realizado.

Durante el mensaje que ofreció, dijo que el proceso de negociación fue arduo y complejo. “No es un logro individual, es un logro de equipo, es un logro de todos; fue una tarea compleja”, reconociendo a los secretarios de Economía, Ildefonso Guajardo; Relaciones Exteriores, Luis Videgaray; del Trabajo y Previsión Social, Roberto Campa Cifrián; de Agricultura, Baltazar Hinojosa Ochoa; a Jesús Seade, representante del equipo de transición del gobierno electo, así como a empresarios que conformaron el llamado “cuarto de junto”.

El mandatario aseguró que el T-MEC deja bases sólidas, de estabilidad y de certeza para los inversionistas y para la generación de más empleo en los próximos años en el país.

Peña Nieto destacó que su gestión se ha caracterizado por cuatro premisas en el ámbito económico: mantener la estabilidad macroeconómica, lo que dijo significó una Reforma Fiscal, “en su momento no muy aplaudida; elevar o liberar el precio a los energéticos, y especialmente a los hidrocarburos en enero del año pasado”. Emprender toda una agenda de Reformas transformadoras en diferentes ámbitos, tanto en lo social, en lo político y en lo económico.

La tercera premisa fue el desarrollo de una importante infraestructura en el país. Enfatizó que la inversión tanto pública como privada que se ha realizado en los últimos seis años no tenía precedente” y por último, dar paso a la modernización de diferentes acuerdos.

El Presidente Peña Nieto reiteró su reconocimiento “a lo que entre todos, Gobierno y sector privado, negociadores, han hecho posible para realmente asegurar que esta apertura comercial, y el acuerdo más importante que México tiene celebrado con alguna región del mundo, llegara a un punto de entendimiento”.

Afirmó que los integrantes del equipo negociador eran personas profesionales, preparadas, con trayectoria y amplia experiencia.

Hizo un especial agradecimiento a Jesús Seade Kuri, integrante del equipo de transición, pues dijo, que lejos de haber tenido diferencia, pudo aportar acentos entre lo que el Gobierno de la República venía negociando y la visión que tiene el próximo Gobierno. Indicó que las coincidencia permitieron que México se mostrara ante Estados Unidos y Canadá en un solo frente, “con un solo rostro de dos Gobiernos, uno saliente y otro por entrar”.

Adicional aprovechó para hacer un reconocimiento al presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de quien dijo, mostró una gran apertura que permitió establecer un frente común.

 

La Secretaría de Economía anunció esta tarde que tras consultar con el Presidente Constitucional, Enrique Peña Nieto, y con Andrés Manuel López Obrador, se acordó adoptar el título del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), como el nombre y acrónimo con los que coloquialmente se hará referencia en español al nuevo tratado comercial entre los tres países de América del Norte.

La dependencia indicó que el nuevo nombre se acordó al tomar en consideración las mejores formas del idioma español.

Señaló que el T-MEC fue acordado entre los tres países, el pasado 30 de septiembre de 2018; e insistió en que tras la revisión legal de los textos del acuerdo y su correspondiente traducción a los idiomas español y francés, el Tratado será firmado en noviembre próximo.

La propuesta del nombre resultó de la encuesta que el presidente electo de México publicó en sus redes sociales para definir cuál se´ria la mejor forma de llamar al acuerdo, pues USMCA, como inicialmente fue bautizado el acuerdo, no resultaba adecuado.

Al respecto recordemos que previo a la sugerencia de AMLO, funcionarios de la Secretaría de Economía se referían al acuerdo comercial como AMEC (Acuerdo México, Estados Unidos, Canadá); y a pesar de que ofrecieron una explicación sobre dicho acrónimo, la propuesta no prosperó.