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La fase de alegatos iniciales del juicio penal que enfrenta el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusado de falsificar documentos para comprar el silencio de una actriz porno y proteger su campaña electoral de 2016, comenzó este lunes en un tribunal de Manhattan con gran expectación mediática.

El proceso, que entra en su segunda semana y contempla hoy las intervenciones de la fiscalía y de la defensa del magnate, inició mientras un pequeño grupo de manifestantes anti-Trump protestaba en la entrada de la sede judicial al grito de: “Nadie está por encima de la ley”.

Dentro de la sala, una de las imágenes del arranque fue la cara de Trump con los ojos entrecerrados de forma breve, mientras Todd Blanche, uno de sus abogados, le daba un pequeño codazo para entregarle una nota.

Minutos antes, Trump había decidido no contestar las preguntas de los periodistas sobre el paradero de su esposa, Melania Trump, que ha estado ausente de las jornadas previas y en general se ha dejado ver en muy pocas ocasiones a su lado los pasados meses.

Según decía la pasada semana The New York Times, Melania teme que el juicio reabra ciertas heridas en el matrimonio ya que sacará a la luz la relación extramarital que Donald Trump tuvo con la actriz porno Stormy Daniels en 2006, que él niega.

Y es que recordemos que esta supuesta relación habría tenido lugar solo un año después de haberse casado con Melania y cuando ella estaba embarazada de Barron, hijo menor del republicano.

Trump, aun sin saltarse la orden mordaza, no ha dejado de quejarse sobre las implicaciones del juicio: “No se equivoquen, este es un juicio de Biden, todos lo son. Se trata de una interferencia electoral. ¡Triste!”, publicó también el otrora mandatario estadounidense en su red social, Truth Social, esta mañana.

En el inicio de esta fase de alegatos iniciales, el juez encargado Juan Merchán informó que la sesión de hoy terminará antes de las dos de la tarde hora local, como se preveía, por una urgencia médica de un miembro del jurado suplente.

Bautizado por la prensa como ‘El Juicio del Siglo’, este proceso judicial se trata del primero de carácter penal que enfrenta un expresidente de Estados Unidos.

Foto: X @TeamTrump

Dos miembros del jurado en el juicio al expresidente Donald Trump por los pagos hechos  para silenciar acusaciones fueron descartados este jueves, uno de ellos tras expresar dudas sobre su capacidad para ser justo e imparcial y otro por preocupaciones de que algunas de sus respuestas ante el tribunal podrían no haber sido precisas.

El retiro redujo a cinco el número de miembros del jurado que han sido asignados para el primer juicio penal contra un expresidente.

La complicación en el proceso de selección surgió paralelamente a que los fiscales pidieran que Trump sea declarado culpable de desacato y multado por una serie de publicaciones en las redes sociales esta semana.

En tanto, el juez prohibió a los periodistas identificar a los empleadores de los integrantes del jurado por cuestiones de privacidad.

La asignación del jurado, cuando sea que se complete, será un momento clave en el caso, pues prepara el escenario para un juicio que pondrá al expresidente ante un riesgo legal en medio de su campaña para enfrentar al demócrata Joe Biden y con semanas de testimonios sobre la vida privada de Trump antes que se convirtiera en presidente.

El juez Juan Merchan reveló en la Corte que uno de los siete integrantes del jurado, una enfermera especializada en oncología, había “manifestado que después de pensarlo durante la noche le preocupaba su capacidad para ser justa e imparcial en este caso”.

Aunque los nombres de los miembros del jurado se mantienen confidenciales, la mujer dijo al juez y a los abogados que aún tiene dudas sobre su desempeño.

“Tan solo ayer tuve amigos, colegas y familiares que me enviaron cosas a mi teléfono sobre el cuestionamiento de mi identidad como jurado”, dijo. “No creo que en este momento yo pueda ser justa e imparcial y permitir que las influencias externas no afecten mi toma de decisiones en la corte”.

Un segundo miembro del jurado fue descartado después que los fiscales expresaron su preocupación de que podría no haber sido honesto al responder una pregunta durante el proceso de selección al decir que nunca había sido acusado ni condenado por un delito.

El profesional de tecnología de la información fue citado ante el tribunal para responder preguntas luego que los fiscales indicaron que hallaron un artículo sobre una persona con el mismo nombre que fue arrestada en la década de 1990 por destruir carteles políticos pertenecientes a la derecha política en los suburbios del condado Westchester.

El proceso de selección de un jurado es una fase crítica de cualquier juicio penal, pero especialmente cuando el acusado es un expresidente y el presunto candidato republicano.

Los posibles miembros del jurado han sido interrogados sobre sus publicaciones en las redes sociales, su vida personal y sus opiniones políticas, al tiempo que los abogados y el juez buscan prejuicios que les impidan ser imparciales.

Trump realizó sus publicaciones en redes sociales desde el lunes, cuando los fiscales solicitaron por primera vez una multa de 3,000 dólares para el expresidente por tres publicaciones en Truth Social que, afirman, violaron la orden.

El juicio penal contra Donald Trump inició este lunes en un tribunal de Nueva York, convirtiéndose en el primer expresidente de la historia de Estados Unidos que se sienta en el banquillo de los acusados, lo que impactará en la campaña presidencial de 2024.

El juez que instruye el caso, el colombiano Juan Manuel Merchan, dio inicio al juicio tras leer los cargos contra el magnate republicano de 77 años.

“Esto es un asalto a Estados Unidos. Nunca había ocurrido nada parecido”, dijo el magnate a su llegada al tribunal donde será juzgado por ocultar un pago de 130,000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para supuestamente comprar su silencio sobre una relación extramatrimonial y proteger así su campaña de 2016, que finalmente ganó contra la demócrata Hillary Clinton.

Para el republicano, casi seguro candidato de su partido para la elección presidencial del 4 de noviembre, el juicio es una “persecución política” orquestada por los demócratas para truncarle su deseo de volver a la Casa Blanca.

El magnate no está acusado por el pago en sí para ocultar una relación sexual que él siempre ha negado, sino por haberlo disfrazado como gastos legales de la Organización Trump, la empresa familiar, lo que puede ocasionarle una condena de hasta cuatro años de cárcel.

Sin embargo, la sentencia no sería obstáculo para que se presente a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. También podría llegar a ser presidente, aunque sería una situación sin precedentes.

El juicio inicia con la selección de los doce jurados que tendrán la responsabilidad de declarar por unanimidad al magnate “culpable” o “no culpable”, un proceso que puede llevar varios días.

Los doce finalistas y seis suplentes serán seleccionados después de responder a un minucioso cuestionario sobre sus simpatías políticas en una ciudad mayoritariamente demócrata y, sobre todo, sobre su imparcialidad y capacidad para definir la suerte de uno de los políticos más influyentes de los últimos tiempos, tanto en Estados Unidos como en el mundo.

El millonario está acusado de 34 falsificaciones de documentos contables de la Organización Trump para camuflar como “gastos legales” los pagos realizados a Stormy Daniels, que adelantó de su bolsillo el entonces abogado de Trump y hombre de confianza, Michael Cohen, actualmente enemigo jurado y quien será uno de los testigos claves de la acusación.

El juicio tendrá que demostrar qué sabía Trump de dichos pagos, por los que Cohen ya fue condenado.

Este es uno de los numerosos frentes abiertos del magnate neoyorquino que amasó su fortuna en el sector inmobiliario y la construcción de los campos de golf que denuncia ser víctima de “una cacería de brujas”.

Probablemente, sea el único juicio que se celebre antes de las elecciones del 5 de noviembre, pese a los intentos de los abogados de retrasar su inicio.

El candidato republicano también tiene pendientes otros juicios por tratar de revertir los resultados de la presidencial de 2020 y de su gestión de documentos clasificados que se llevó a su casa cuando dejó la Casa Blanca.

Pero lejos de impactar en su carrera a la presidencia, cada problema con la justicia parece reforzar su popularidad entre sus seguidores.

El sábado por la noche, en un mitin en Pensilvania, Trump se volvió a declarar víctima de una persecución judicial y política de los demócratas.”Nuestros enemigos quieren quitarme mi libertad porque nunca los dejaré que les quiten la suya”, dijo a sus seguidores.

Trump aseguró que declarará en el juicio, que puede durar entre seis y ocho semanas.

En medio de su campaña electoral para la elección presidencial de noviembre próximo, el lunes comienza el esperado juicio por el pago para evitar un escándalo sexual a Donald Trump, el primer expresidente estadounidense en sentarse en un banquillo de la justicia penal.

A poco menos de siete meses para la jornada electoral, el multimillonario republicano se enfrenta a una pena de prisión, una situación sin precedentes que plantea muchos interrogantes sobre la campaña y su probable duelo con el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden.

Trump está citado en el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York a partir de las 09:30 de la mañana hora local del lunes 15 de abril para responder de las acusaciones de falsificación de documentos comerciales de la Organización Trump, su empresa familiar.

Según la acusación, el republicano ocultó el pago de 130,000 dólares en la recta final de la campaña presidencial de 2016 a la exactriz porno Stormy Daniels para que callara una relación sexual extramatrimonial que habían mantenido diez años antes y que Trump siempre ha negado.

Ni la relación extramatrimonial ni el pago a Daniels son un delito, pero sí lo es haber intentado presuntamente falsificar documentos de su empresa familiar para no declarar el reembolso de la cantidad inicialmente pagada de su propio bolsillo por su entonces abogado personal, Michael Cohen, actualmente su enemigo.

Para el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, fue “una conspiración para amañar las elecciones presidenciales, y mentir en documentos comerciales para encubrirlo”. La defensa de Trump sostiene que los pagos respondieron a un intento de extorsión por parte de Daniels.

La fiscalía pretende demostrar que Trump orquestó otros dos pagos para encubrir asuntos embarazosos con el fin de engañar a los estadounidenses de cara a las elecciones presidenciales de 2016 contra la demócrata Hillary Clinton.

Acusado hace un año por este caso de 34 cargos por “falsificación de documentos contables”, cada uno de ellos castigado con hasta 4 años de cárcel, Trump se declara inocente y se siente víctima de una “cacería de brujas” de los demócratas para impedirle volver a la Casa Blanca.

Este caso está considerado por los expertos como el más débil de los cuatro procesos penales que pesan sobre Trump. Pero puede suponer una piedra en su camino electoral, ya que los otros tres, vinculados a sus intentos presuntamente ilegales de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, se han retrasado tanto debido a los múltiples recursos presentados de su equipo legal.

Es poco probable que se por los otros casos se le juzgue antes de las elecciones del 5 de noviembre.

Si todo marcha según lo previsto, el juicio por este caso comenzará el lunes 15 con la selección de los 12 miembros del jurado, un proceso que puede prolongarse hasta dos semanas. Estos ciudadanos, que se mantendrán en el anonimato por razones de seguridad, dictarán la suerte del multimillonario republicano al término de un proceso que puede durar entre seis y ocho semanas.

Las consecuencias del juicio son difíciles de predecir. Según varias encuestas, un parte de los electores estadounidenses (el 32% según una de Ipsos realizada en marzo) aseguraron estar menos inclinados a votar por Trump si es declarado culpable.

La empresa matriz de la red social de Donald Trump, Truth Social, cotizará en la bolsa de Wall Street a partir de este martes, lo que podría generar al expresidente, a mediano plazo, ingresos por cerca de 3,000 millones de dólares.

En un documento de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), la compañía indicó que la red cotizará en el índice Nasdaq a través de Trump Media & Technology Group (TMTG), una fusión entre Truth Social y la sociedad Digital World Acquisition Corp (DWAC), sociedad instrumental para propiciar operaciones de bolsa que se llevó a cabo el viernes pasado.

En el parqué neoyorquino, la empresa cotizará bajo el símbolo DJT, las iniciales del republicano.

Tras la noticia, las acciones de DWAC subían más de un 20%, recuperando las pérdidas que sufrió el viernes tras la aprobación de la fusión.

Se espera que Truth Social, que replica el modelo de X (antes Twitter) en la que Trump publica a diario, comience a cotizar con una valoración de 5,500 millones de dólares.

La participación de Trump de aproximadamente el 60% de la red social se valora en unos 3,000 millones de dólares, dependiendo de cómo se negocien las acciones.

No obstante, a Trump se le prohibirá vender acciones de la empresa fusionada durante al menos seis meses, lo que le impedirá usar el dinero de su venta para afrontar sus numerosas causas judiciales; aunque existe la posibilidad de que la junta directiva vote para permitir que Trump venda acciones antes de esa fecha.

La salida a bolsa de Truth Social tiene lugar en una semana turbulenta para el virtual candidato presidencial republicano. Este lunes, un tribunal de apelaciones de Nueva York le autorizó a pagar una fianza menor de la establecida en un principio en un caso de fraude civil.

Ahora, Trump debe pagar una fianza de 175 millones de dólares en un plazo de diez días (en lugar de 464 millones de dólares), mientras se resuelve la apelación por la sentencia que le obliga a pagar 454 millones de dólares.

Además, hoy se supo que su juicio penal en Nueva York por 34 delitos relacionados con los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels en 2016 empezará el próximo 15 de abril, según anunció el juez del caso, Juan Merchan.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó este jueves que el Gobierno de México “no cometerá el error” de apoyar ni al actual mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, ni a su antecesor, Donald Trump, de cara a las elecciones presidenciales en ese país de noviembre próximo.

“Nosotros no vamos a cometer el error que se cometió en el pasado de apoyar a ningún candidato de Estados Unidos, esa es una decisión que corresponde a los ciudadanos de Estados Unidos, solo nos reservamos el derecho de hacer cuestionamientos cuando se le falte el respeto al pueblo de México, sea quien sea”, dijo AMLO.

López Obrador se refirió a las elecciones en Estados Unidos, donde Biden y Trump comenzaron el miércoles sus campañas tras afianzar el martes el número necesario de delegados de sus partidos para ser los candidatos oficiales de sus respectivos partidos.

Y es que recordemos que el mandatario ha criticado a la oposición por apoyar en 2016 a la candidata demócrata Hillary Clinton, quien perdió contra Trump.

“Fueron más las cosas buenas para los dos pueblos, tanto para Estados Unidos como para México, que las diferencias que tuvimos con el presidente Trump (2017-2021). Y con el presidente Biden también (ha habido) muy buena relación”, manifestó.

López Obrador descartó que surjan tensiones con Estados Unidos si gana Trump, pese a que ha intensificado su retórica antimexicana y antiinmigrante con promesas como cerrar la frontera y enviar tropas para combatir a los cárteles mexicanos.

“No (habrá tensiones), yo pienso que llevamos muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, esto es muy importante que lo sepan en Baja California y nuestros paisanos que viven, trabajan, honradamente en California, en Estados Unidos”, manifestó.

Insistió en que es muy buena la relación con el Gobierno estadounidense y recordó que con el Gobierno del presidente Trump solo tuvo “un problema”: los aranceles que impuso en mayo de 2019 para exigir que México detuviese el flujo migratorio.

“El presidente Biden ha sido muy consecuente, ahora que está intentando presentar una iniciativa de reforma migratoria, se comprometió a que, antes de enviar la iniciativa, que entrara a discusión, iba a pedir nuestro punto de vista. De manera muy respetuosa, dijimos que no estábamos de acuerdo”, relató.

Las tensiones bilaterales por migración, narcotráfico y armas amenazan con ocupar gran parte de la agenda este 2024, cuando coinciden las elecciones presidenciales de Estados Unidos y México.

Joe Biden y Donald Trump aseguraron su nominación presidencial la noche de ayer, al sumar los delegados necesarios para convertirse en los candidatos de la elección de noviembre próximo, según las proyecciones de medios estadounidenses.

Los resultados de las cuatro elecciones primarias de ayer eran una conclusión previsible a los procesos de los partidos Demócrata y Republicano.

Biden cruzó el umbral de los 1,968 delegados necesarios al ganar Georgia, un estado bisagra donde Trump enfrenta un juicio por una supuesta conspiración para alterar los resultados de las últimas elecciones.

Por su parte, la victoria de Trump en el estado de Washington le ayudó a asegurarse los 1,215 delegados necesarios para obtener la nominación republicana, y a impulsarle a él y a su movimiento “Make America Great Again” de nuevo a la carrera presidencial.

Con una revancha de su contienda de 2020, Biden arremetió en un comunicado contra su contrincante en las elecciones de noviembre.

“Me siento honrado de que la amplia coalición de votantes que representa la rica diversidad del Partido Demócrata en todo el país haya depositado su confianza en mí una vez más para liderar nuestro partido -y nuestro país- en un momento en el que la amenaza que representa Trump es mayor que nunca”, dijo Biden.

Georgia, Misisipi, Washington y Hawái, los estado que ayer celebraron sus primarias, ofrecían un total combinado de 161 delegados en el bando republicano; Trump, sin oposición, necesitaba 137 de ellos para poner la carrera matemáticamente fuera de alcance.

La notable barrida de Trump en casi todas las primarias estatales hasta la fecha lo llevó a asegurarse la nominación mucho antes que la mayoría de los candidatos en campañas anteriores.

“Ahora nos toca volver al trabajo porque tenemos al peor presidente de la historia de nuestro país, se llama Joe Biden, también conocido como el torcido Joe Biden, y debemos derrotarlo”, dijo Trump en un video que publicó en redes sociales.

Estos resultados garantizan una lucha extremadamente larga, de casi ocho meses, por la Casa Blanca que se disputan los dos hombres de más edad que jamás hayan iniciado sus presidencias en Estados Unidos.

Con múltiples casos judiciales abiertos en su contra, Trump insistió en un comunicado que el Partido Republicano está fuerte y unido en torno a él. “¡Bajo el corrupto Joe Biden, somos un país del tercer mundo, que usa el sistema de injusticia para perseguir a su oponente político, YO!”, escribió en su plataforma Truth Social.

Georgia, estado del sureste del país fronterizo con Florida y con el que Trump mantiene una relación complicada, suele inclinarse por el candidato republicano en las elecciones presidenciales. Sus habitantes se decantaron por él frente a Hillary Clinton en 2016, pero le dieron la espalda en 2020 votando por Biden.

El margen de votos entre ambos fue pequeño, menos de 12,000, y Trump nunca reconoció su derrota. Incluso, presionó a los encargados electorales estatales, pidiéndoles en una llamada telefónica que “encontraran” el número de votos que necesitaba para ganar.

Como en 2020, Georgia también podría ser decisiva en las elecciones de noviembre. El duelo anunciado es el mismo: Donald Trump, de 77 años, contra Joe Biden, de 81, y la diferencia es muy estrecha, según las encuestas.

Además de Georgia, se consideran “estados bisagra” Pensilvania, Michigan, Arizona, Carolina del Norte, Wisconsin y Nevada.

Aunque nadie pone en duda que Donald Trump será el candidato republicano en la elección presidencial de noviembre próximo, es muy probable que se haga oficial este martes si el magnate consigue los votos que estarán en juego hoy en las primarias en cuatro estados, incluido Georgia.

El expresidente es el único republicano en la carrera para los comicios de noviembre después de eliminar a la competencia durante los últimos meses. Su última rival, Nikki Haley, se retiró de la contienda el pasado 6 de marzo.

Pero para ser designado candidato oficial del partido todavía necesita ganar un cierto número de delegados, es decir los representantes encargados de nominar al candidato durante una convención a mediados de julio.

Donald Trump necesita 1,215 delegados para garantizar la nominación, un umbral que podría superar este martes, cuando cuatro estados estadounidenses celebran primarias: Georgia, Mississippi, Hawái y Washington. Georgia es un estado con el que Trump mantiene una relación complicada. Los cuatro estados reparten en total 161 delegados.

Trump tiene hasta el día de hoy 1,078 delegados, necesita 137 de los 161 en juego para llegar a la cifra mágica de 1,215 delegados que requiere para convertirse en el candidato republicano.

Este estado del sureste del país, fronterizo con Florida, suele inclinarse por el candidato republicano en las elecciones presidenciales. Sus habitantes se decantaron por él frente a Hillary Clinton en 2016, pero le dieron la espalda en 2020 votando por Joe Biden.

El margen de votos entre ambos fue pequeño, menos de 12,000, y Donald Trump nunca reconoció su derrota. Presionó a los funcionarios electorales estatales, pidiéndoles en una llamada telefónica que “encontraran” el número de votos que necesitaba para ganar.

La conversación telefónica se hizo pública y las autoridades de Georgia presentaron una denuncia por la que Donald Trump se expone a una pena de cárcel.

Como en 2020, Georgia también podría ser decisiva en las elecciones de este noviembre. El duelo anunciado es el mismo: Donald Trump, de 77 años, contra Joe Biden, de 81, y la brecha es muy estrecha, según las encuestas.

Los dos dieron mítines en este estado el pasado fin de semana. Se enfrentan en dos temas recurrentes, la edad del presidente estadounidense y la migración.

Reforzado por un discurso combativo la semana pasada ante el Congreso, Joe Biden viajó a Atlanta para movilizar al electorado afroestadounidense e hispano. Trump ha intensificado sus ataques contra los migrantes que cruzan la frontera con México, que considera que “envenenan la sangre” del país.

En el lado demócrata, hoy celebran primarias Georgia, Mississippi y Washington, que reparten 235 delegados. Biden tiene 1,872 por lo que solo necesita 96 para llegar a los 1,968 necesarios para asegurarse la candidatura.

El presidente Joe Biden convirtió su discurso del Estado de la Unión de la noche de ayer en un desafiante mensaje para su reelección y arremetió contra Donald Trump, que todo apunta será de nueva cuenta su rival, por promover el resentimiento, la revancha y las represalias y poner en riesgo las libertades dentro y fuera del país.

Aprovechando el momento político, Biden lanzó múltiples ataques contra su predecesor, sin mencionar a Trump por su nombre. Utilizó el término 13 veces en total.

Según analistas, Biden hizo un manejo de su voz, alzando la voz repetidamente, para tratar de acallar la preocupación de los votantes acerca de su edad y de su capacidad, al tiempo que reforzaba el contraste con su más que probable rival en la boleta en noviembre.

El tono duro de Biden supuso una brusca ruptura con sus apariciones diarias, a menudo monótonas, y buscaba disipar las dudas acerca de si el mandatario, de 81 años, el de más edad que ha tenido nunca el país, sigue teniendo la fuerza y capacidad para ocupar el cargo.

Durante sus 68 minutos en el estrado de la Cámara de Representantes, Biden criticó a los republicanos por sus políticas migratorias y fiscales, entre otras; bromeó con sus colegas demócratas, lo que hizo ver confiado y seguro.

“Sé que no lo parece, pero llevó un tiempo en esto”, ironizó Biden. “Y cuando se llega a mi edad, ciertas cosas se vuelven más claras que nunca”.

Tras señalar que nació durante la Segunda Guerra Mundial y que llegó a la edad de implicarse en política durante la agitación de la década de 1960, declaró: “Mi vida me ha enseñado a creer en la libertad y la democracia. Un futuro basado en los valores fundamentales que han definido a Estados Unidos: honestidad, decencia, dignidad, igualdad. Respetar a todo el mundo. Darle a todos una oportunidad justa. No dar refugio al odio. Ahora bien, otras personas de mi edad ven una historia diferente: una historia estadounidense de resentimiento, venganza y represalias. Yo no soy así”.

El presidente vinculó los elogios de Trump a quienes asaltaron en Capitolio en un intento por revertir el resultado de los comicios de hace cuatro años, con las amenazas a la democracia en el extranjero.

“La libertad y la democracia están siendo atacadas tanto aquí como en el extranjero al mismo tiempo”, apuntó mientras pedía al Congreso que respalde los esfuerzos de Ucrania para defenderse de la invasión de Rusia, que cumplió dos años. “La historia está observando”.

Biden se refirió directamente a la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal y llamó la atención a quienes le han restado importancia.

“Mi predecesor, y algunos de los aquí presentes, intentan enterrar la verdad sobre el 6 de enero. Yo no haré eso”, dijo Biden. “Este es un momento para hablar con la verdad y enterrar las mentiras. Aquí les tengo una verdad simple. No puedes amar a tu país sólo cuando ganas”.

El mandatario anunció además que las fuerzas armadas de su país desplegarán un puerto temporal frente a la costa de Gaza para facilitar la llegada de ayuda humanitaria en plena ofensiva israelí contra el grupo insurgente Hamás.

Biden insistió en pedir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que cambie la manera en que lleva a cabo la guerra, incluyendo la entrada de ayuda humanitaria y las medidas para proteger a los trabajadores humanitarios en la zona.

El presidente destacó sus logros en infraestructura y manufactura, y presionó al Congreso para que apruebe más ayuda para Ucrania, normas migratorias más estrictas y precios más bajos para los medicamentos. También trató de recordar a los votantes la situación que heredó cuando asumió el cargo en 2021, en medio de una pandemia y con una economía en contracción.

Uno de los momentos más tensos de su discurso fue al hablar sobre inmigración, cuando Biden mencionaba el apoyo de grupos conservadores a una iniciativa bipartidista en materia fronteriza que los republicanos rechazaron el mes pasado.

Algunos de los asistentes parecieron gritarle, a lo que el mandatario les respondió: “Sé que saben leer”.

Mientras la representante Marjorie Taylor Greene, quien vestía prendas alusivas de Trump seguía gritándole a Biden, el presidente sostuvo en alto un botón blanco que un republicano de Georgia le había entregado momentos antes y que llevaba el nombre de Laken Riley, quien, de acuerdo con las autoridades, fue asesinada por un migrante venezolano que ingresó sin autorización al país en septiembre de 2022.

Biden parecía ansioso de enfrentarse a sus críticos. “Di su nombre”, le gritó Greene al presidente.

“Laken Riley”, replicó Biden, “una joven inocente que fue asesinada por un ilegal”. Expresó sus condolencias a su familia, y dijo que su corazón estaba con ellos. Esto generó algunas discrepancias entre los demócratas, quien evitan la palabra ilegal para referirse a los inmigrantes.

El acceso al aborto y a los tratamientos de fertilidad fue otro elemento clave de la intervención de Biden, especialmente tras la polémica sentencia de la Corte Suprema de Alabama que ha puesto fin al acceso a los tratamientos de fecundación in vitro en el estado.

“A mis amigos al otro lado de la cámara, no hagan esperar más a las familias”, apuntó dirigiéndose a Latorya Beasley, una invitada de la primera dama, Jill Biden, cuyo tratamiento fue cancelado tras el fallo judicial en Alabama. “¡Garanticen el derecho a la fecundación in vitro en todo el país!”.

El presidente estadounidense, Joe Biden, invitó este miércoles a los votantes de Nikki Haley a sumarse a su propia campaña tras la retirada de la precandidata republicana, subrayando que “lo que está en juego para Estados Unidos no podría ser más importante”.

“Todos sabemos que esta no es una elección cualquiera. Sé que los demócratas, los republicanos y los independientes no están de acuerdo en muchos temas y tienen convicciones sólidas. Eso es bueno. Eso es lo que representa Estados Unidos. Pero también sé esto: lo que une a demócratas, republicanos e independientes es el amor por Estados Unidos”, dijo en un comunicado.

Biden se pronunció poco después de que Haley abandonara las primarias republicanas tras sus fallidos resultados en la jornada de ayer, en el supermartes, donde solo se impuso frente al expresidente Donald Trump en el estado de Vermont.

“Trump dejó claro que no quiere el apoyo de los votantes de Nikki Haley. Quiero ser claro: hay un lugar para ellos en mi campaña”, sostuvo el mandatario demócrata.

Biden admitió que aunque “hay muchas cosas” en la que los partidarios de Haley y él no coincidirán, espera poder encontrar puntos en común “en las cuestiones fundamentales como preservar la democracia estadounidense, defender el Estado de derecho, (…) preservar la OTAN y enfrentar a los adversarios de Estados Unidos”.

Haley era hasta ahora la única aspirante que quedaba en la batalla contra Trump para hacerse con la nominación republicana de cara a las presidenciales de noviembre; Biden alabó su valentía por haberlo intentado.

“Se necesita mucho coraje para postularse a la presidencia; eso es especialmente cierto en el Partido Republicano de hoy en día, donde muy pocos se atreven a decir la verdad sobre Trump. Pero no Nikki Haley. Nikki Haley demostró ser valiente”, apuntó.

Haley, en su opinión, “estuvo dispuesta a decir la verdad sobre Trump: sobre el caos que siempre lo rodea, sobre su incapacidad para distinguir el bien del mal, sobre su cobardía ante Vladímir Putin”, remató.

“Ha sido una noche y un día increíbles”, resumió Donald Trump, quien tiene prácticamente garantizado un duelo con Joe Biden en la elección presidencial de noviembre próximo tras arrasar en el llamado Súper Martes.

El expresidente fue declarado vencedor en 14 estados de los 15 en disputa: Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia.

Solo Vermont privó a Trump de una victoria absoluta y se decantó por Nikki Haley, la última que hasta ahora se interponía en su camino por la nominación presidencial del partido.

Ante el arrasador avance de Trump, Haley anunció este miércoles su retiro de las primarias republicanas. “Ha llegado el momento de suspender mi campaña”, dijo Haley. “No me arrepiento de nada”.

“Felicito al señor Trump, le deseo que le vaya bien”, sostuvo la ahora exaspirante republicana, quien destacó que aunque es probable que Trump sea el candidato republicano, no lo apoyó.  “Ahora le toca a Donald Trump ganarse los votos de los que están en nuestro partido y fuera de él”, remarcó. “Y espero que lo haga”.

El exmandatario queda así como el único aspirante del partido republicano para las contienda presidencial.

Ha sido un Súper Martes sin misterio. Ni el republicano, de 77 años, ni el demócrata, de 81, tienen a nadie que les haga sombra en las primarias, durante las que se designa a los candidatos de ambos partidos para los comicios.

“Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país”, afirmó Trump ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

Desde el 15 de enero y, a pesar de sus problemas legales, Trump ha ganado casi todas las primarias. Se enfrenta a 91 cargos por delitos graves. Esto no impide que tenga gran popularidad entre los votantes de clase trabajadora, blancos y de las zonas rurales.

Por su parte, Biden afirmó que Trump “está decidido a destruir nuestra democracia” y “hará o dirá cualquier cosa para alcanzar el poder”.

El demócrata también pidió fondos porque “Trump está arrasando en las primarias”. “Seremos nosotros contra toda la derecha trampista en estas elecciones (…). Necesito tu ayuda”. Hace ya semanas que Biden había dado por perdida la batalla de Haley.

En teoría, las primarias pueden prolongarse hasta julio. Pero el equipo de Trump predice una victoria “el 19 de marzo” a más tardar, después de que voten Georgia y Florida.

El millonario quiere centrarse en una revancha con Joe Biden antes de tener que enfocarse en sus problemas legales. Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.

Del lado demócrata, Biden puede estar tranquilo. No tiene rivales de peso. Las candidaturas de dos demócratas, el congresista Deán Phillips y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson, nunca han suscitado entusiasmo a pesar de las críticas recurrentes de los votantes a la edad del presidente o a su apoyo a Israel.

Como se esperaba, Biden ganó ayer en todos los estados, menos en un territorio: la Samoa Americana, donde fue derrotado por un empresario prácticamente desconocido.

Mañana será la próxima gran noche del presidente: defenderá su visión para Estados Unidos durante un discurso ante el Congreso, el tradicional “Estado de la Unión”.

Es la migración. Eso respondió el 28 por ciento de los encuestados por Gallup a la pregunta de ¿Cuál cree que es el problema más importante que enfrenta el país hoy? La famosa frase de James Carville de “Es la economía, estúpido”, puede hoy modificarse por “es la migración”.

En segundo lugar (20 por ciento) quedó el gobierno como problema importante a resolver y en tercer lugar, con apenas 12 por ciento, los encuestados respondieron que el problema es la economía. Esto mete de lleno a México en las campañas electorales de nuestros vecinos, en un año en el que también celebraremos elecciones federales.

¿Qué implica que México entre en las campañas? Por un lado, que tanto Andrés Manuel López Obrador como Donald Trump se verán beneficiados entre más caótica se encuentre la frontera. Si. Los intereses de AMLO y Trump se alinean. Para el ex presidente de Estados Unidos, el que la frontera sea un problema no resuelto le permite atacar a Biden y subir sus probabilidades de reelegirse dada la importancia que el electorado estadounidense le da al tema.

Por ello, aun cuando el Senado de EUA estaba por aprobar una iniciativa bipartidista que pondría algo de orden en materia migratoria, con la señal que envió Trump a la Cámara de Representantes – en donde los Republicanos tienen una pequeña mayoría – de que no quería que eso sucediera, la propuesta se vino abajo. Los senadores republicanos no quisieron jugar su capital político si sabían que en la Cámara baja la iniciativa no prosperaría.

Trump quiso tumbar esta iniciativa porque sabe que si Biden se anota un gol en materia migratoria/fronteriza, aumentan sus posibilidades de reelegirse.

Y en el caso de AMLO, el caos en la frontera le permite mantener el sartén por el mango ante un Biden que sabe que si México juega su parte en detener el flujo migratorio desde la frontera sur con Centroamérica, el caos para la frontera con EUA es mucho menor. Por ello Biden ha decidido mirar hacia otro lado en derechos humanos; democracia y libertad de expresión en México. No se quiere meter en pleitos que para él son menores y que le podrían complicar la cooperación de AMLO en migración.

En México López Obrador está usando todos los recursos del Estado para que en las elecciones de junio su sucesora, Claudia Sheinbaum, gane. El que La Casa Blanca haga como que no ve y no escucha estas acciones antidemocráticas es invaluable para el presidente mexicano. Es un logro para AMLO poder chantajear al hombre más poderoso del planeta gracias a una caótica frontera: el flujo de migrantes sube o baja dependiendo qué tanto coopere el gobierno mexicano en ello.

Para muestra, su reciente filtración de los datos personales de Natalie Kitroeff, la corresponsal del NYTimes en México, durante su conferencia mañanera. López Obrador se enojó por el artículo del diario en el que mencionó que el gobierno de EUA había abierto investigaciones sobre vínculos del crimen organizado con su campaña del 2018.

Lejos de que La Casa Blanca condenara esta filtración y defendiera la libertad de expresión, el embajador de EUA en México, Ken Salazar, prefirió salir a decir que no hay ninguna investigación de vínculos de AMLO con el crimen organizado.

Lamentable, pero cierto. AMLO y Trump se benefician del caos en la frontera y con ello México se inserta de lleno en las elecciones de noviembre próximo en EUA.

Apostilla: El presidente López Obrador vuelve a querer jugar a ser empresario…con el dinero de los mexicanos. Ahora quiere comprar el aeropuerto de Toluca para que lo opere la Marina. Se nota que no es su dinero y que nunca ha vivido más que del erario.

Columna completa en El Universal

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su gran rival, el exmandatario Donald Trump, llegan hoy al llamado Súper Martes, día en que se celebrarán el mayor número de primarias para las elecciones presidenciales de noviembre, en las que las nominaciones de ambos están prácticamente garantizadas.

Biden no tiene adversario dentro de las filas demócratas porque es el presidente en ejercicio, mientras que Trump goza de una inusual ventaja en las primarias republicanas, donde ya solo queda la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, intentando hacerle sombra al magnate.

El Súper Martes es el día en el que más estados votan para definir a los candidatos presidenciales: este año son 15 de los 50 que forman el país, entre ellos, California y Texas, los más grandes de Estados Unidos.

También acuden a las urnas los votantes demócratas y republicanos de Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia.

Alaska celebra además las primarias republicanas y también votan los demócratas en el extranjero y en los territorios de Samoa Americana y de las Islas Marianas del Norte.

Están en juego más del 35% de los delegados que se reunirán en las convenciones republicana de Milwaukee y demócrata de Chicago para elegir a su candidato a la Casa Blanca.

Tradicionalmente, el Súper Martes ha servido como un punto de inflexión en la elección del candidato de la oposición por el gran número de delegados que están en juego.

Sin embargo, Trump llega a este día con la etiqueta de imbatible, después de haber arrasado en casi todas las citas desde que arrancaron las primarias republicanas con los caucus de Iowa del 15 de enero.

Todos sus rivales se han ido bajado de la contienda excepto Haley, quien hasta ahora se ha impuesto al magnate neoyorquino en las primarias del Distrito de Columbia el pasado fin de semana; sin embargo, expertos señalan que esa victoria es sólo simbólica, pues no tiene gran peso político.

De hecho, la gran incógnita es si la candidatura de Haley sobrevivirá a la jornada de hoy o si cederá a las crecientes presiones de su partido y de los donantes para que abandone la contienda.

Además, Trump se somete envalentonado a las urnas tras su victoria judicial de ayer, cuando el Tribunal Supremo ordenó levantar su inhabilitación de las primarias de Colorado, estado que también vota este martes.

El fallo, adoptado por unanimidad, puso fin además a los intentos de Illinois y Maine de sacar al expresidente republicano de la boleta electoral.

Por su parte, Biden se impuso en el Súper Martes de 2020 a su entonces rival demócrata, el senador Bernie Sanders;  cuatro años después llega a esta cita sin casi disputa interna.

Desde que arrancaron las primarias demócratas el pasado 3 de febrero en Carolina del Sur, solo ha perdido dos delegados en juego en las elecciones internas de Míchigan, donde se organizó un voto de protesta por la guerra de Gaza.

A pesar de su indiscutible ventaja, ni Biden ni Trump lograrán este Súper Martes ganar matemáticamente la nominación y tendrán que esperar unos días más.

Ni en el hipotético caso de que se hicieran con todos los delegados en juego, ni Biden lograría todavía la cifra mágica de 1,968 que debe conseguir para hacerse con la candidatura demócrata ni Trump los 1,215 que necesita.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Enrique Perret, internacionalista, director de la US-Mexico Foundation, sobre el Súper Martes; de cómo la migración se ha convertido en el tema que más preocupa a los estadounidenses y de qué sigue en la contienda electoral de Estados Unidos.

El presidente Joe Biden y su posible rival republicano para las elecciones de noviembre próximo, Donald Trump, realizarán visitas paralelas a la frontera con México, en búsqueda del respaldo ciudadano en uno de los temas más álgidos de la campaña electoral: migración.

Esta especie de duelo tendrá lugar en Texas, y se produce cuando un número récord de cruces de migrantes por pasos no autorizados hacia Estados Unidos es  una gran amenaza para las posibilidades de Biden de impedir el regreso de Trump al poder.

Biden se reunirá con agentes de la patrulla fronteriza y agentes del orden en Bronwnsville, Texas. Mientras el republicano Trump se dirige a Eagle Pass, donde su aliado, el gobernador texano Greg Abbott, tiene parte del área fronteriza controlada con militares, desafiando la jurisdicción del gobierno federal en esa zona.

Biden, acusado por sus opositores de permitir una “invasión” al país, ha tratado de calmar el tema culpando a los republicanos en el Congreso por no respaldar sus reformas al criticado sistema de inmigración de Estados Unidos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que en Brownsville Biden pronunciaría comentarios para resaltar la necesidad de que los republicanos “lo hagan”. El presidente les pedirá que “dejen de jugar a la política y proporcionen los fondos necesarios para agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más oficiales de asilo, tecnología de detección de fentanilo, que es traficado por la frontera, y más”.

Pero para Trump mantener una postura férrea contra la ola migratoria ha sido fundamental para su identidad política durante años, y ha prometido el mayor programa de deportación jamás realizado en Estados Unidos si vuelve a la Casa Blanca.

“Ningún país puede sostener lo que le está sucediendo a nuestro país”, dijo el expresidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington a principios de este mes.

Para Trump, los inmigrantes están “matando a nuestra gente, están matando a nuestro país”, en una retórica cada vez más de extrema derecha que lo llevó a decir el año pasado que los inmigrantes estaban “envenenando la sangre” de Estados Unidos.

Estas visitas, a menos de ocho meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas, resalta lo mucho que está en juego en la cuestión fronteriza.

Los republicanos culpan del flujo de inmigrantes a las políticas de Biden que favorecen el derecho a solicitar asilo, modalidad a la que se acoge la mayoría de los migrantes, que provienen principalmente de países de América Latina, en busca de mejores condiciones de vida. Para la Casa Blanca, el partido de Trump está saboteando deliberadamente un intento bipartidista de encontrar una solución.

La cuestión fronteriza también se ha visto enredada en una amarga disputa sobre la ayuda estadounidense para la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. Para los republicanos, primero se debe abordar la migración antes de desbloquear la financiación.

Donald Trump y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lograron una victoria en las primarias en Míchigan, aunque el demócrata recibió un voto de castigo por su gestión en la guerra de Gaza por parte de la significativa población árabe-estadounidense de dicho estado.

Hubo poco suspenso sobre de los resultados para ambos partidos: Biden prácticamente no tuvo rivales en la nominación demócrata y Donald Trump declaró su victoria anticipada en una votación republicana a dos tiempos que concluirá el fin de semana.

Decenas de miles de votantes demócratas optaron por marcar la casilla de “sin compromiso” como parte de una campaña lanzada en protesta por el apoyo brindado por Biden a Israel en la guerra en Gaza.

Con casi dos tercios de los colegios electorales todavía por contabilizar, la opción “sin compromiso” recogía más de 50,000 votos, más del doble que en los recuentos finales de los tres últimos ciclos electorales.

A medida que suben los muertos en la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, se erosiona el apoyo de los musulmanes y de los árabes estadounidenses hacia Biden, que fue crucial para su victoria sobre Trump en 2020 en Míchigan.

Este estado del Medio Oeste es el que cuenta con una mayor proporción de residentes que se identifican con ascendencia de Oriente Medio o del norte de África.

Los activistas de Míchigan habían pedido a los habitantes votar “sin compromiso” en señal de protesta y para empujar al presidente a exigir a Israel un alto el fuego inmediato.

El grupo ‘Escucha a Míchigan’ aspiraba a reunir a 10.000 votantes “sin compromiso” para transmitir un “mensaje potente e inequívoco” de que financiar y apoyar la guerra está “reñido con los valores del Partido Demócrata”.

La protesta nunca amenazó el camino fácil de Biden hacia la nominación. Su principal rival, el congresista por Minnesota Dean Phillips, no superaba el 3% de los votos en el recuento provisional.

Sin embargo, el número significativo de votos “sin compromiso” podría encender las alarmas de cara a las elecciones de noviembre, cuando Biden no podrá darse el lujo de erosionar a su partido en ese estado bisagra.

Durante las primarias de New Hampshire se lanzó una campaña similar con escasa repercusión, pero Míchigan tiene más población musulmana y árabe.

En cuanto a los republicanos, las cadenas CNN y NBC proyectaban la victoria de Trump a pocos segundos del cierre de las urnas.

Recordemos que el expresidente ha arrasado en los primeros estados de votación y nunca se esperó que Míchigan interrumpiera su marcha hacia la nominación.

Su única rival, su exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, perdió en su estado natal de Carolina del Sur el fin de semana pero se ha negado a renunciar porque duda que Trump pueda derrotar a Biden.

Ambos partidos celebraron votaciones ayer, pero los republicanos han adoptado un complejo sistema híbrido que concluye las primarias en este estado cuatro días después mediante asambleas en cada uno de los 13 distritos.

Joe Biden y Donald Trump visitarán la frontera con México esta semana, en el mismo día, en una muestra de cómo la crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más importantes de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Biden visitará el jueves la ciudad fronteriza sur de Brownsville, en Texas, para reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales, informó un funcionario de la Casa Blanca.

Ese mismo día, el expresidente Donald Trump, que se ha mostrado muy crítico con la política fronteriza de su sucesor demócrata y con el número de inmigrantes ilegales que llegan al país, visitará Eagle Pass, en Texas, dijo uno de sus asesores de campaña.

Trump está cerca de hacerse de la nominación presidencial tras una serie de victorias en las primarias sobre la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, su última rival. El republicano está centrando ahora sus ataques en Biden, a quien las encuestas muestran vulnerable en el tema de la inmigración.

El índice de aprobación del presidente demócrata se hundió hasta el 38% en enero pasado debido a la preocupación por la inmigración, según el último sondeo de Reuters/Ipsos.

La encuesta reveló un aumento de la preocupación por la inmigración, que el 17% de los encuestados calificó como el problema más importante del país en la actualidad, frente al 11% que lo citó como el problema más acuciante en diciembre. Fue la principal preocupación de los encuestados republicanos, con un 36%, por encima del 29% que citó la economía.

El Gobierno de Biden ha tenido problemas para hacer frente al aumento de los solicitantes de asilo en la frontera con México, mientras que los republicanos en el Congreso, alentados por Trump, han amenazado con echar por tierra un intento bipartidista de abordar el problema.

El jueves, Biden reiterará su llamado a los republicanos del Congreso para que proporcionen los fondos necesarios para que haya más agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más funcionarios de asilo, tecnología de detección de fentanilo y otras herramientas.

El asesor de Trump dijo que el hecho de que Biden visite la frontera el mismo día que el expresidente “muestra lo grande que es este problema para él”.