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Es la migración. Eso respondió el 28 por ciento de los encuestados por Gallup a la pregunta de ¿Cuál cree que es el problema más importante que enfrenta el país hoy? La famosa frase de James Carville de “Es la economía, estúpido”, puede hoy modificarse por “es la migración”.

En segundo lugar (20 por ciento) quedó el gobierno como problema importante a resolver y en tercer lugar, con apenas 12 por ciento, los encuestados respondieron que el problema es la economía. Esto mete de lleno a México en las campañas electorales de nuestros vecinos, en un año en el que también celebraremos elecciones federales.

¿Qué implica que México entre en las campañas? Por un lado, que tanto Andrés Manuel López Obrador como Donald Trump se verán beneficiados entre más caótica se encuentre la frontera. Si. Los intereses de AMLO y Trump se alinean. Para el ex presidente de Estados Unidos, el que la frontera sea un problema no resuelto le permite atacar a Biden y subir sus probabilidades de reelegirse dada la importancia que el electorado estadounidense le da al tema.

Por ello, aun cuando el Senado de EUA estaba por aprobar una iniciativa bipartidista que pondría algo de orden en materia migratoria, con la señal que envió Trump a la Cámara de Representantes – en donde los Republicanos tienen una pequeña mayoría – de que no quería que eso sucediera, la propuesta se vino abajo. Los senadores republicanos no quisieron jugar su capital político si sabían que en la Cámara baja la iniciativa no prosperaría.

Trump quiso tumbar esta iniciativa porque sabe que si Biden se anota un gol en materia migratoria/fronteriza, aumentan sus posibilidades de reelegirse.

Y en el caso de AMLO, el caos en la frontera le permite mantener el sartén por el mango ante un Biden que sabe que si México juega su parte en detener el flujo migratorio desde la frontera sur con Centroamérica, el caos para la frontera con EUA es mucho menor. Por ello Biden ha decidido mirar hacia otro lado en derechos humanos; democracia y libertad de expresión en México. No se quiere meter en pleitos que para él son menores y que le podrían complicar la cooperación de AMLO en migración.

En México López Obrador está usando todos los recursos del Estado para que en las elecciones de junio su sucesora, Claudia Sheinbaum, gane. El que La Casa Blanca haga como que no ve y no escucha estas acciones antidemocráticas es invaluable para el presidente mexicano. Es un logro para AMLO poder chantajear al hombre más poderoso del planeta gracias a una caótica frontera: el flujo de migrantes sube o baja dependiendo qué tanto coopere el gobierno mexicano en ello.

Para muestra, su reciente filtración de los datos personales de Natalie Kitroeff, la corresponsal del NYTimes en México, durante su conferencia mañanera. López Obrador se enojó por el artículo del diario en el que mencionó que el gobierno de EUA había abierto investigaciones sobre vínculos del crimen organizado con su campaña del 2018.

Lejos de que La Casa Blanca condenara esta filtración y defendiera la libertad de expresión, el embajador de EUA en México, Ken Salazar, prefirió salir a decir que no hay ninguna investigación de vínculos de AMLO con el crimen organizado.

Lamentable, pero cierto. AMLO y Trump se benefician del caos en la frontera y con ello México se inserta de lleno en las elecciones de noviembre próximo en EUA.

Apostilla: El presidente López Obrador vuelve a querer jugar a ser empresario…con el dinero de los mexicanos. Ahora quiere comprar el aeropuerto de Toluca para que lo opere la Marina. Se nota que no es su dinero y que nunca ha vivido más que del erario.

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reprochó este jueves al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, por la imposición de nuevos requisitos de visa a mexicanos por parte de Ottawa.

El mandatario recordó que en el pasado intercedió para que Canadá no quedara excluido del tratado comercial de América del Norte.

“Tenemos que actuar con prudencia, con serenidad; si acaso, un pequeño reproche, fraterno, respetuoso, al primer ministro, porque nosotros les ayudamos para que se aceptara que Canadá participara en el tratado de libre comercio (con Estados Unidos) porque el presidente (Donald) Trump no quería (…) y él lo sabe”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

Esta mañana, Canadá anunció que volverá a exigir visas a los mexicanos que quieran ingresar a su territorio, debido a una explosión de pedidos de asilo de ciudadanos provenientes de ese país.

“Los ciudadanos mexicanos deberán obtener una visa para venir a Canadá a partir de ahora”, anunció en conferencia de prensa el ministro de Inmigración, Marc Miller, quien dijo que la medida busca preservar “la viabilidad del sistema de asilo y de inmigración”.

Según el gobierno canadiense, los mexicanos representaron el 17% de todas las solicitudes de asilo en 2023. La mayoría fueron rechazadas o retiradas por los solicitantes.

Recordemos que Canadá había retirado la exigencia de visas para los mexicanos en diciembre de 2016.

Los ciudadanos mexicanos que viajen a Canadá podrán solicitar una autorización de viaje electrónica simple si han tenido una visa canadiense en la última década o si tienen una visa estadounidense válida.

“Damos gran importancia a nuestros estrechos vínculos con México. México es y seguirá siendo un socio importante”, insistió el ministro.

Ottawa está bajo presión desde hace semanas, en particular por parte del primer ministro de Quebec, François Legault, según el cual su provincia ha llegado a un punto crítico en materia de inmigración y está desbordada por las solicitudes de asilo.

Ayer, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que las nuevas condiciones de visa que impondría Canadá, y que esta mañana las confirmó el Gobierno canadiense, afectaría al 40% de mexicanos que viajan a dicho país.

La cancillería advirtió que “se reserva, por supuesto, la potestad de actuar en reciprocidad”.

AMLO había advertido ayer que, “si no hay un trato respetuoso”, no acudiría a la Cumbre de Líderes de América del Norte, prevista para abril en Quebec. Ahora comentó que la razón por la que él duda de la viabilidad de la cumbre es porque coincide con las campañas presidenciales de este año en México y Estados Unidos.

“Va a ser muy difícil ya que haya cumbre, pero no por nosotros, sino por las campañas, ese es otro asunto que no se cuidó, con todo respeto lo digo”, justificó.

López Obrador expresó su “respeto” a la decisión, aunque insistió en que buscará “alternativas” al visado.

El presidente Joe Biden y su posible rival republicano para las elecciones de noviembre próximo, Donald Trump, realizarán visitas paralelas a la frontera con México, en búsqueda del respaldo ciudadano en uno de los temas más álgidos de la campaña electoral: migración.

Esta especie de duelo tendrá lugar en Texas, y se produce cuando un número récord de cruces de migrantes por pasos no autorizados hacia Estados Unidos es  una gran amenaza para las posibilidades de Biden de impedir el regreso de Trump al poder.

Biden se reunirá con agentes de la patrulla fronteriza y agentes del orden en Bronwnsville, Texas. Mientras el republicano Trump se dirige a Eagle Pass, donde su aliado, el gobernador texano Greg Abbott, tiene parte del área fronteriza controlada con militares, desafiando la jurisdicción del gobierno federal en esa zona.

Biden, acusado por sus opositores de permitir una “invasión” al país, ha tratado de calmar el tema culpando a los republicanos en el Congreso por no respaldar sus reformas al criticado sistema de inmigración de Estados Unidos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que en Brownsville Biden pronunciaría comentarios para resaltar la necesidad de que los republicanos “lo hagan”. El presidente les pedirá que “dejen de jugar a la política y proporcionen los fondos necesarios para agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más oficiales de asilo, tecnología de detección de fentanilo, que es traficado por la frontera, y más”.

Pero para Trump mantener una postura férrea contra la ola migratoria ha sido fundamental para su identidad política durante años, y ha prometido el mayor programa de deportación jamás realizado en Estados Unidos si vuelve a la Casa Blanca.

“Ningún país puede sostener lo que le está sucediendo a nuestro país”, dijo el expresidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington a principios de este mes.

Para Trump, los inmigrantes están “matando a nuestra gente, están matando a nuestro país”, en una retórica cada vez más de extrema derecha que lo llevó a decir el año pasado que los inmigrantes estaban “envenenando la sangre” de Estados Unidos.

Estas visitas, a menos de ocho meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas, resalta lo mucho que está en juego en la cuestión fronteriza.

Los republicanos culpan del flujo de inmigrantes a las políticas de Biden que favorecen el derecho a solicitar asilo, modalidad a la que se acoge la mayoría de los migrantes, que provienen principalmente de países de América Latina, en busca de mejores condiciones de vida. Para la Casa Blanca, el partido de Trump está saboteando deliberadamente un intento bipartidista de encontrar una solución.

La cuestión fronteriza también se ha visto enredada en una amarga disputa sobre la ayuda estadounidense para la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. Para los republicanos, primero se debe abordar la migración antes de desbloquear la financiación.

El gobierno canadiense reimpondrá algunos requisitos de visado a los ciudadanos mexicanos que visiten Canadá, a partir de este jueves, confirmó el ministro de Inmigración, Marc Miller esta mañana.

La medida entrará en vigor hoy a partir de las 11:30 de la mañana. “Los ciudadanos mexicanos deberán obtener una visa para venir a Canadá a partir de ahora”, anunció Miller, quien dijo que la medida busca preservar “la viabilidad del sistema de asilo y de inmigración”.

El jefe de Gobierno de Quebec, François Legault, llevaba tiempo solicitando al Ejecutivo federal que hiciera más para disminuir el flujo de solicitantes de asilo que llegan a su provincia, y propuso entre otros puntos que se reintrodujera el requisito de visado para los ciudadanos mexicanos.

“La posibilidad de llegar a Canadá desde México sin visado ciertamente explica parte del flujo de solicitantes de asilo”, dijo Legault en una carta dirigida al primer ministro, Justin Trudeau.

El año pasado, según cifras de la Oficina de Migración canadiense, 25,236 mexicanos solicitaron asilo en Canadá: 2,894 se han aceptado y otras 2,424 se han rechazado.

Recordemos que Canadá eliminó el requisito de visado en diciembre de 2016. En reciprocidad, México adoptó una medida similar.

Según dijo entonces el Ejecutivo mexicano, la decisión fue muestra del momento de “entendimiento y amistad renovada” que atravesaban ambos países y del esfuerzo coordinado de sus respectivas administraciones.

Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) advirtió que no acudiría a la Cumbre de Líderes de América del Norte que se tiene programa a realizarse en Canadá “si no hay un trato respetuoso” para sus nacionales.

La decisión canadiense sobre los visados coincide en un momento en que la canciller mexicana, Alicia Bárcena, se encuentra en Estados Unidos. Ayer se reunió en Washington con sus homólogos de Estados Unidos y de Guatemala para impulsar la cooperación trilateral en cuestión migratoria y en ese encuentro, entre otros puntos, se decidió la creación de un grupo de trabajo para abordar de forma conjunta los asuntos migratorios.

El presidente mexicano adelantó el lunes que Bárcena también iba a estar esta semana en Canadá.

Canadá sólo concede asilo a las personas que considera que no pueden vivir con seguridad en ninguna parte de su país de origen porque las autoridades no pueden o no quieren proporcionarles esas condiciones.

Los mexicanos que viajen a Canadá podrán solicitar una autorización de viaje electrónica simple si han tenido una visa canadiense en la última década o si tienen una visa estadounidense válida.

“Damos gran importancia a nuestros estrechos vínculos con México. México es y seguirá siendo un socio importante”, insistió el ministro, admitiendo que el gobierno mexicano ya había expresado su descontento con este cambio.

Joe Biden y Donald Trump visitarán la frontera con México esta semana, en el mismo día, en una muestra de cómo la crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más importantes de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Biden visitará el jueves la ciudad fronteriza sur de Brownsville, en Texas, para reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales, informó un funcionario de la Casa Blanca.

Ese mismo día, el expresidente Donald Trump, que se ha mostrado muy crítico con la política fronteriza de su sucesor demócrata y con el número de inmigrantes ilegales que llegan al país, visitará Eagle Pass, en Texas, dijo uno de sus asesores de campaña.

Trump está cerca de hacerse de la nominación presidencial tras una serie de victorias en las primarias sobre la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, su última rival. El republicano está centrando ahora sus ataques en Biden, a quien las encuestas muestran vulnerable en el tema de la inmigración.

El índice de aprobación del presidente demócrata se hundió hasta el 38% en enero pasado debido a la preocupación por la inmigración, según el último sondeo de Reuters/Ipsos.

La encuesta reveló un aumento de la preocupación por la inmigración, que el 17% de los encuestados calificó como el problema más importante del país en la actualidad, frente al 11% que lo citó como el problema más acuciante en diciembre. Fue la principal preocupación de los encuestados republicanos, con un 36%, por encima del 29% que citó la economía.

El Gobierno de Biden ha tenido problemas para hacer frente al aumento de los solicitantes de asilo en la frontera con México, mientras que los republicanos en el Congreso, alentados por Trump, han amenazado con echar por tierra un intento bipartidista de abordar el problema.

El jueves, Biden reiterará su llamado a los republicanos del Congreso para que proporcionen los fondos necesarios para que haya más agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más funcionarios de asilo, tecnología de detección de fentanilo y otras herramientas.

El asesor de Trump dijo que el hecho de que Biden visite la frontera el mismo día que el expresidente “muestra lo grande que es este problema para él”.

Donald Trump, favorito para hacerse con la candidatura presidencial republicana, ha dejado claro que, de regresar a la Casa Blanca, su política migratoria irá más allá del famoso muro fronterizo que lo catapultó a la presidencia en 2016.

En sus mítines de campaña, ha adoptado una fuerte retórica antimigratoria, llegando a afirmar que los extranjeros “envenenan” la sangre de Estados Unidos, y ha mencionado planes que van desde deportaciones masivas hasta la construcción de centros gigantes para detener a migrantes indocumentados.

Trump ha prometido repetidamente en sus eventos de campaña que, si regresa a la Presidencia, llevará a cabo la “mayor operación de deportación” en la historia de Estados Unidos.

Para hacerlo, el Gobierno federal pediría ayuda a los reservistas de la Guardia Nacional, detalló Stephen Miller, el principal ideólogo de las propuestas xenófobas de Trump, hace solo tres días durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), la gran cita de la derecha estadounidense.

Según Miller, Trump desplegaría a las Fuerzas Armadas en la frontera para negar la entrada a aquellos que necesiten solicitar asilo y deportaría automáticamente al interior de México a quienes intenten cruzar.

Trump ha citado como ejemplo de este tipo de deportaciones la conocida como ‘Operación Wetback’, ejecutada en 1954 por el entonces presidente Dwight D. Eisenhower y que resultó en la deportación de más de un millón de personas, en su mayoría mexicanos.

Para ejecutar esa gigantesca operación, la campaña de Trump ha dejado entrever sus planes para construir grandes centros para detener a los migrantes y después expulsarlos de Estados Unidos.

La idea sería establecer instalaciones “a gran escala” donde los migrantes aguardarían para ser deportados con vuelos de expulsión programados de manera continua, explicó en la conferencia CPAC Stephen Miller, quien previamente asesoró a Trump durante su mandato y que podría volver a la Casa Blanca.

Sin embargo, la legalidad de estos centros podría ser cuestionada en los tribunales, como ya ocurrió con algunos de los planes más radicales de Trump cuando estaba en la Casa Blanca.

Anticipándose a esos desafíos legales, Trump ha prometido invocar una sección de las leyes de extranjería y sedición aprobadas por el Congreso en 1789, que otorgan al presidente un mayor poder para deportar y detener a individuos que no son ciudadanos estadounidenses en tiempos de guerra.

Esa ley fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por el presidente Franklin D. Roosevelt para establecer centros de internamiento donde fueron detenidos miles de migrantes japoneses y sus descendientes nacidos en Estados Unidos.

La campaña de Trump no ha especificado cuántos migrantes serían objeto de estas políticas. Sin embargo, se estima que actualmente 11 millones de inmigrantes indocumentados viven en Estados Unidos.

Trump tampoco ha descartado la posibilidad de volver a separar a las familias de migrantes que llegan a la frontera, una política que ya implementó durante su tiempo en la Casa Blanca.

Durante una intervención el año pasado en CNN, Trump admitió que la idea de separar familias “suena dura”, pero luego añadió: “Cuando les dices a las familias que si vienen las vamos a separar, ellos no vienen. Y no podemos permitirnos tener más”.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encargado de migración, ha reconocido que se separaron a 4,227 niños de sus familias durante la Administración de Trump.

Tras la llegada al poder del presidente Joe Biden, en enero de 2021, se creó un grupo de trabajo para abordar esta cuestión y, según un informe del DHS de noviembre de 2023, ya se han logrado reunir a 3,147 niños con sus padres.

La campaña de reelección de Biden ha levantado la voz sobre las políticas de Trump y las ha calificado de “racistas, antiestadounidenses e ineficaces”.

La migración irregular a través de México subió un 77.2% en 2023, según cifras del Gobierno federal reveladas este viernes, un fenómeno que mantiene a la frontera sur del país en niveles inéditos de saturación.

La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob) registró 782,176 “eventos de personas en situación migratoria irregular en México” en 2023, cerca de 340,000 más que los 441,409 que hubo en 2022.

El mayor incremento ocurrió en la migración irregular proveniente de África, que se disparó casi un 797% hasta los 59,834 migrantes detectados, por encima de los 6,672 que se reportaron en 2022, mientras que la de Asia aumentó más del 342% hasta las 45,877 personas.

En tanto, la migración irregular de Suramérica se elevó cerca de 117% hasta las 345,941 personas, con lo que desplazó a Centroamérica como la principal región de origen de los migrantes indocumentados.

La migración de América Central subió un 17.6% hasta las 246,371 personas, y la del Caribe avanzó casi 55% hasta las 80,861.

El principal país de origen de los migrantes irregulares fue Venezuela, con 222,994, un aumento de 131.81% respecto a 2023. Le siguen Honduras (119,402), Guatemala (81,535), Ecuador (70,790) y Haití (45,091).

Las cifras se reportan tras un año con un flujo migratorio “sin precedentes” en México y Centroamérica, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el arribo de hasta 16,000 migrantes diarios a las fronteras del país en el punto más álgido, de acuerdo con el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Donald Trump reiteró que los países miembros de la OTAN deben contribuir más a la Alianza, caso contrario Estados Unidos nos los debería proteger ante una agresión.

Durante un mitin que ofreció en Carolina del Sur, el favorito en las primarias republicanas para elegir al candidato de ese partido en las próximas elecciones presidenciales, insistió en que Estados Unidos no debe proteger a los países que no paguen su cuota.

En la ciudad de North Charleston, Trump incluso opinó que la cuota del 2% del PIB que cada país miembro de la OTAN hace en Defensa debería subir al 4%.

Y es que el pasado sábado, en otro mitin electoral también en Carolina del Sur, el expresidente arremetió contra la OTAN y dijo que permitiría que Rusia hiciera lo que quisiera, incluso atacar a los miembros de la Alianza que no realicen el pago del 2% de su PIB, objetivo establecido por la organización transatlántica y que una veintena de miembros no cumplen.

El rechazo de varios líderes europeos no se hizo esperar, al igual que el del actual presidente de EUA, el demócrata Joe Biden, quien calificó el comentario de “estúpido” y “vergonzoso”.

Durante el acto de campaña de ayer por la noche, y como lo ha manifestado en otras ocasiones, Trump señaló que una administración suya resolvería de manera rápida la guerra entre Ucrania y Rusia.

En esta ocasión, saludó que no tenga posibilidad de prosperar en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, el proyecto aprobado por el Senado con un paquete de ayudas por 95,300 millones de dólares, de las cuales 60,000 millones son para Ucrania.

Trump volvió a calificar los procesos legales que afronta como casos de “interferencia electoral”, debido a que concurre a las elecciones generales del próximo noviembre y, agregó que algunas encuestas le dan un triunfo sobre Biden.

“Quieren silenciarme”, señaló Trump al tiempo que llamó a sus simpatizantes a votar en las primarias republicanas de Carolina del Sur, previstas para el próximo 24 de febrero, a las que llega como claro favorito frente a la otra aspirante a la nominación, la exembajadora de EUA ante la ONU, Nikki Haley.

Trump está muy cerca de hacerse con la nominación de su partido después de sus éxitos rotundos en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada e Islas Vírgenes.

El expresidente también aprovechó para arremeter contra Biden, a quien criticó en varios momentos del mitin por la “trágica” gestión de la frontera con México.

El Senado de Estados Unidos, liderado por los demócratas, aprobó esta mañana, a primera hora, un paquete de ayuda de 95,340 millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán, en un contexto de crecientes dudas sobre su destino en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos.

Los legisladores aprobaron la medida en una votación de 70-29, lo que superó el umbral de 60 votos de la cámara para su aprobación, y enviaron el proyecto a la Cámara de Representantes. 22 republicanos se unieron a los demócratas para apoyar el proyecto de ley.

“Hacía años, quizá décadas, que el Senado no aprobaba un proyecto de ley que afecta tanto no sólo a nuestra seguridad nacional, no sólo a la seguridad de nuestros aliados, sino también a la seguridad de la democracia occidental”, dijo Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado.

La votación en el Senado inició la madrugada de este martes, después de que ocho republicanos de línea dura contrarios a la ayuda a Ucrania extendieron la sesión con discursos durante más de seis horas.

Recordemos que el presidente demócrata Joe Biden lleva meses instando al Congreso a que apure la nueva ayuda a Ucrania y a los socios de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, incluido Taiwán. Tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, también solicitó fondos para el aliado de Estados Unidos, junto con ayuda humanitaria para los palestinos de Gaza.

El presidente Volodímir Zelenski reaccionó a esta aprobación. Agradeció el apoyo y la “asistencia continua a Ucrania mientras luchamos por la libertad, la democracia y los valores que todos apreciamos”.

En su mensaje de redes sociales, dijo que la continua asistencia estadounidense ayuda a salvar vidas humanas del terrorismo ruso. “Significa que la vida continuará en nuestras ciudades y triunfará sobre la guerra. La asistencia estadounidense acerca la paz justa en Ucrania y restablece la estabilidad global”.

Sin embargo hay que recordar que ambas cámaras del Congreso estadounidense deben aprobar el proyecto para que se convierta en ley. En ese sentido, analistas refieren que el proyecto de ley tiene pocas probabilidades de llegar al pleno de la Cámara de Representantes, pues Mike Johnson, líder de los republicanos, lo ha criticó por carecer de medidas para frenar el flujo récord de inmigrantes a través de la frontera entre Estados Unidos y México, algo que habían puesto como condición.

Sobre el tema migratorio, se informó que los solicitantes de asilo que se encuentran en México han ingresado más de 64.3 millones de peticiones en la aplicación oficial implementada por la Administración del presidente Joe Biden, de las cuales unas 450,000 han derivado en el ingreso al país.

Según informó la cadena CBS News, en el poco más de un año de la puesta en marcha de la aplicación para teléfonos y dispositivos inteligentes CBP One, con la que el Gobierno ha buscado agilizar el proceso migratorio en la frontera sur, se han producido de media cada mes unos cinco millones de solicitudes.

La cifra total de más de 64 millones registrada desde la implementación de esta herramienta digital, en enero de 2023, y hasta el pasado 8 de febrero abarca intentos repetidos del mismo solicitante.

La lista de países de origen de los solicitantes está encabezada por Venezuela, México, Haití, Cuba y Honduras, además de Rusia, El Salvador, Colombia, Chile y Guatemala.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió este jueves a los políticos de Estados Unidos dejar de usar a México como “piñata” tras el fracaso del plan migratorio en el Senado estadounidense que permitía cerrar la frontera y expulsar a más migrantes hacia nuestro país.

“Ayer hubo una votación en el Congreso de Estados Unidos y se rechazó una propuesta que presentó el presidente Biden en materia migratoria porque todo es ya política electoral y quieren utilizar, cosa que no vamos a permitir, el tema migratorio, como otros asuntos, para sacar raja en lo electoral”, dijo López Obrador.

El mandatario fue claro en señalar que “México no es piñata de nadie, entonces vamos a estar pendientes”, de lo que ocurra en el país vecino, añadió.

AMLO se refirió al fracaso del proyecto de ley de seguridad fronteriza en el Senado de Estados Unidos, donde no consiguió los 60 votos necesarios para pasar a debate. Obtuvo 50 votos en contra y sólo 49 a favor.

La propuesta contemplaba expulsar a México a solicitantes de asilo y cerrar la frontera común si se superaba el umbral de 5,000 cruces irregulares en un día, pero los republicanos dejaron de respaldarla porque el expresidente Donald Trump se pronunció en contra porque espera impulsar el tema en su campaña presidencial.

“Ayer ya se rechazó esa propuesta migratoria y la rechazaron, porque son de esas cosas surrealistas, los republicanos, era supuestamente la reforma más enérgica de los demócratas, se habló hasta de cerrar la frontera y los republicanos la rechazan”, comentó López Obrador.

La presión de Estados Unidos a México se ha elevado porque, además de los niveles récord de migración, con más de 300,000 cruces irregulares en diciembre pasado, este 2024 coinciden las elecciones presidenciales de ambos países.

Aún así, López Obrador consideró que “no hay nada que temer”. “Es parte del tejemaneje de la política en tiempos electorales. La rechazaron (la reforma) porque quieren tener la bandera antiinmigrante en lo alto y, si llegan a un acuerdo, ya no pueden utilizar como bandera el tema migratorio”, señaló.

El mandatario reiteró su propuestas de que se regularice a los migrantes mexicanos que llevan más de cinco años en Estados Unidos y aprobar un plan de desarrollo para países pobres de Latinoamérica; incluso, alentó a los connacionales a votar por quien haga un planteamiento en ese sentido.

“Si me invitan yo voy, cuando un partido se comprometa a eso, cualquier partido que sea, si se comprometen a regularizar a nuestros paisanos que trabajan honradamente, que aportan mucho al desarrollo de esa gran nación y que es injusto que no se les reconozcan esos derechos”, concluyó.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) informó que recibirá a una delegación de Estados Unidos a petición de su homólogo, Joe Biden, para dar seguimiento al tema de inmigración, uno de los principales temas entre los dos países.

“Hoy viene una comisión de Estados Unidos y me pidió el presidente Biden, quería hablar conmigo, hablamos por teléfono, y una de las cosas que se trató es que yo reciba a la representante, que es Elizabeth (Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional)”, dijo el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

AMLO afirmó que no quería recibir a la comisión estadounidense tras el artículo publicado la semana pasada por el periodista Tim Golden en ProPublica, basado en fuentes de la Agencia de Control Antidrogas (DEA), que señala que el Cártel de Sinaloa presuntamente aportó 2 millones de dólares a su campaña en 2006.

Pero expuso que finalmente aceptó recibir a la delegación ante la petición que le hiciera el propio Biden.

“Porque no los iba yo a recibir (pero) ya hice el compromiso que sí (…) Porque ¿cómo voy a estar ahí sentado si soy un sospechoso?”, cuestionó. López Obrador fue enfático en señalar que no quería recibir a los funcionarios por “cómo la DEA actúa”.

“Y si ellos tienen sospechas de mí, cómo los voy a recibir, cómo van a estar sentados con un presidente vinculado al narcotráfico. Así se los mandé a decir con la secretaria de Relaciones Exteriores a los asesores de Casa Blanca”, expresó.

Sin embargo, señaló que en la llamada telefónica que tuvo el fin de semana con Biden omitió hablar del tema e, incluso, descartó exigirle que le ofrezcan disculpas por lo publicado; aunque advirtió que este tipo de asuntos sí afecta la relación bilateral.

“No hablé de ese tema con el presidente Biden, hablamos del tema migratorio y ya que estamos en ese tema también les voy a puntualizar cuál es nuestra postura en el tema migratorio, pero bueno, sí afecta la relación”, dijo.

Afirmó que la llamada de su homólogo estadounidense fue para informarle sobre asuntos de “negociación migratoria”.

Fiel a su discurso, el mandatario fue más allá señalando que el periodista Golden y los agentes de la DEA citados en el texto de ProPublica están “metidos en esos sótanos del poder” con sus opositores. “Lo contrataron o lo convencieron de que les ayudara a hacer esa investigación, entre comillas, que armara esta difamación, montaje, un golpe. Pero miren lo que pasó: ¡Nada!”, acotó.

Asimismo, dijo que una de las posibilidades por las que se soltó el rumor de que su campaña recibió dinero del Cártel de Sinaloa es porque los de la DEA están “molestos porque ya no pueden entrar y salir sin pedir permiso” de México.

Los Republicanos tienen un tema que es un garbanzo de a libra para ellos de cara a la elección presidencial de noviembre 8: el migratorio. Es un garbanzo de a libra porque es el gran problema que le interesa de manera especialmente importante al electorado y en el que este partido goza de una ventaja de 30 puntos sobre los demócratas en la opinión pública cuando se les pregunta cuál partido es el que mejor puede manejar el tema.

La migración es el gran pendiente por resolver. Y en éste logran mayor aceptación los Republicanos sobre los Demócratas. El discurso que pueden y están utilizando para echarle gasolina a una hoguera de por sí encendida es ideal para estos tiempos de odio hacia lo extranjero: ¡Paren la invasión! Es lo que ha dicho Trump y lo que los republicanos, que están a los pies del expresidente, no paran de repetir.

Ahora que Trump ha ganado las primarias de Nuevo Hampshire y los caucuses de Iowa es prácticamente seguro que los estadounidenses verán una repetición de Trump vs. Biden en su elección presidencial. Con ello el banderazo de salida de las campañas generales se ha dado. Y tanto Biden como Trump han adoptado el discurso de dureza y firmeza para decir que quieren arreglar el caos de un sistema migratorio roto.

La realidad es que ninguno está pensando en arreglar nada. Los Demócratas saben que deben empujar políticas más severas y menos humanitarias hacia los migrantes pero entienden que los Republicanos ahora mismo se van a negar a aprobarles nada con tal de seguir utilizando a la migración como herramienta de golpeteo al gobierno de Biden. Las campañas políticas estarán por encima de cualquier tipo de acuerdo bipartidista.

Atrás ha quedado el Biden humanista que quería demostrar que era diferente a Trump en materia migratoria. Ahora tenemos a un presidente demócrata hablando de cerrar la frontera porque sabe que si quiere reelegirse, tiene que demostrar que puede arreglarla. El presidente ya no está escuchando a quienes en su partido y en su gobierno abogan por políticas que respeten los Derechos Humanos y honren el sentido de Estados Unidos como un país de migrantes. En pocas palabras, Biden se han endurecido en el tema migratorio.

Del lado de Trump ya sabemos que hay: gritos que señalan a México como culpable de la invasión a Estados Unidos. Y conocemos sus tácticas intimidatorias que prometen desde ya que, si regresa a La Casa Blanca, podría hasta invadir México con tal de arreglar la frontera.

¿Qué significa esto para México? Que sin quererlo ni pedirlo, formaremos parte de las campañas políticas estadounidenses. Y lo haremos por las razones equivocadas. Porque representamos un problema para Estados Unidos. Así que más nos vale irnos preparado para una temporada muy turbulenta que puede convertirse en huracán categoría 5 si llega a reelegirse Trump.

¿Se estarán preparando para ello en Palacio Nacional?

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció este lunes que “es probable” que sostenga una reunión mañana con los congresistas estadounidenses texanos Michael McCaul y Randy Weber, quienes están de visita en México, en medio de las tensiones por la crisis migratoria.

“Posiblemente mañana, martes (será la reunión). Apenas me acaban de informar y es probable que sea martes la reunión, son congresistas de Estados Unidos, de Texas”, expuso durante su conferencia de prensa matutina.

El mandatario expuso su optimismo por dialogar con los legisladores texanos pues representan a la comunidad mexicana en ese estado, aunque no ahondó sobre los temas que abordará en su encuentro.

“Qué bueno que voy a poder hablar con ellos, porque son como nuestros paisanos, nos vamos a entender bien”, indicó.

El encuentro se da apenas unos días después de que México condenara los comentarios antiinmigrantes del gobernador de Texas, Greg Abbott, quien sugirió el pasado 11 de enero que las autoridades de su estado no disparan contra los migrantes porque la Administración de Joe Biden las acusaría de asesinato.

Los roces entre el Gobierno de México y el de Texas por las políticas migratorias han crecido en el último año.

El Gobierno mexicano expresó su rechazo en noviembre pasado porque el Congreso de Texas aprobó la Ley SB 4, que permite a autoridades estatales detener y deportar migrantes.

Antes, a mitad de 2023, envió varias notas diplomáticas a Washington para quejarse porque Texas colocó boyas y alambre de púas en el río Bravo o Grande, incluyendo en el área que corresponde a México, para disuadir a migrantes de cruzar.

Además, López Obrador ha atribuido en diversas ocasiones que las medidas del gobernador texano se deben al contexto electoral de 2024.

La canciller Alicia Bárcena afirmó este lunes la migración que atraviesa el país hacia Estados Unidos se ha reducido a la mitad desde diciembre, un hecho que la Casa Blanca reconoció en la reunión bilateral que tuvo lugar el viernes pasado.

“Se agradeció mucho los resultados logrados por México en este periodo para reducir a la mitad (la migración), nosotros el 18 de diciembre tuvimos una presión en la frontera de 12,498 migrantes y se logró disminuir a 6,751 (al día) y esto se reconoció”, aseguró Bárcena al intervenir en la conferencia matutina.

La funcionaria destacó que fue “muy buena” la reunión del viernes pasado en Washington, en seguimiento del primer encuentro del 27 de diciembre, cuando una delegación de Estados Unidos, liderada por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitó México.

Bárcena detalló que ambos países reconocieron que la migración no es un tema exclusivo entre México y Estados Unidos, porque la mayoría de los migrantes proceden de países como Colombia, Ecuador, Venezuela, Centroamérica, por lo coincidieron en que el problema exige una mirada regional en su solución y en su atención.

La canciller indicó que desde la Cumbre Migratoria en Palenque, en la que México recibió a cerca de una decena de países latinoamericanos en octubre pasado, “el paradigma ha cambiado” porque ahora acordaron abordar las causas estructurales y colaborar en vuelos de repatriación pero asociados a paquetes de desarrollo.

“México ya está haciendo esto con Venezuela, con Guatemala, con Honduras, con todos los países que retornamos inmigrantes pero ya con un paquete de desarrollo”, expuso.

La titular de la SRE detalló que el encuentro en Washington resultó en 10 acuerdos, entre los que están homologar las cifras migratorias a partir de un panel conjunto, y sostener una reunión trilateral entre México, Guatemala y Estados Unidos “lo más pronto posible” a nivel de ministros.

También definirán que el CBP One, la plataforma donde migrantes se inscriben para entrar a Estados Unidos, funcione desde el sur, además de colaborar contra las redes de trata y tráfico de personas.

Del mismo modo, investigarán la entrada de armas a México que son de uso exclusivo del Ejército estadounidense y darán seguimiento a las acciones “realmente discriminatorias” del gobernador de Texas, Greg Abbott.

Asimismo, dijo que Estados Unidos sancionará a empresas centroamericanas y sudamericanas que transporten migrantes irregularmente y la Casa Blanca pidió que México haga lo mismo.

Acordaron también una visita conjunta al estrecho del Darién en Panamá, emitir declaraciones públicas cuidadosas “y de preferencia acordadas”, y reunirse de nuevo, probablemente en febrero.

La reunión ocurrió después de un repunte histórico de la migración irregular en diciembre, cuando se registró un promedio de 10,000 personas diarias que llegaron a la frontera de Estados Unidos y México, según reconoció el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Además, este tema ha tomado mayor fuerza, pues la presión sobre migración se ha elevado dadas las elecciones presidenciales que de forma simultánea se vivirán este año en México y Estados Unidos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) debería rechazar un acuerdo con Estados Unidos que restrinja el asilo e incremente las deportaciones sumarias, afirmó este viernes Human Rights Watch (HRW).

La ONG envió una carta a López Obrador y a la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, quien se reunió este viernes en Washington con el secretario de Estado, Antony Blinken.

La reunión ocurre mientras el Gobierno de Joe Biden y el Congreso estadounidense negocian un acuerdo sobre el presupuesto para el período fiscal 2024 que vincula la ayuda a Israel y Ucrania con la política migratoria.

Los legisladores republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, condicionan su apoyo a la provisión de más de 100,000 millones de dólares a Ucrania e Israel, a la restricción del derecho de asilo y del otorgamiento de residencia temporal a extranjeros por razones humanitarias.

“El presidente López Obrador tiene la oportunidad de defender los derechos de miles de migrantes y solicitantes de asilo vulnerables, en su mayoría latinoamericanos, negándose a acceder a otro acuerdo que permita a Estados Unidos expulsar migrantes hacia México”, indicó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch.

Añadió que el presidente debería dejar en claro que no pretende ser cómplice de este intento, por parte de congresistas estadounidenses, de despedazar el sistema de asilo de Estados Unidos.

HRW indicó que, bajo las medidas propuestas, los funcionarios de inmigración tendrían atribuciones para expulsar a los solicitantes de asilo sin una evaluación de sus casos, y restringirían el programa de permisos humanitarios que beneficia a personas de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua.

“Las propuestas que se están considerando en Estados Unidos podrían tener consecuencias devastadoras para los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo, socavarían el derecho a solicitar asilo y expondrían a miles de personas a graves peligros”, remató Goebertus.

Las delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y de México retoman este viernes en Washington las conversaciones migratorias con las que intentan reducir los cruces fronterizos tras las cifras récord de finales del año pasado.

La comitiva del Gobierno mexicano, liderada por la canciller Alicia Bárcena, llegó a la capital estadounidense para reunirse con sus contrapartes, entre ellos el secretario de Estado, Antony Blinken.

Con este encuentro se reanudarán las conversaciones del pasado 28 de diciembre, cuando ambas delegaciones se reunieron de urgencia en Ciudad de México después de que Estados Unidos cerrara varios cruces fronterizos debido al gran número de llegada de migrantes.

El diálogo entre ambos países transcurre de forma paralela a las negociaciones que mantienen los demócratas y los republicanos en el Senado estadounidense sobre la aprobación de nuevos fondos para la frontera y para Ucrania.

El tema de los migrantes es utilizado en ambos lados de la frontera con fines políticos, pues recordemos que tanto México como Estados Unidos tendrán elecciones presidenciales este año.

Los republicanos han puesto la inmigración como un tema central de cara a las elecciones presidenciales del próximo noviembre. México lo sabe, y según diversos expertos, el tema migratorio lo ha dado a México y a López Obrador, una carta para presionar o chantajear al gobierno de Joe Biden.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Arturo Sarukhán, fundador y presidente de Sarukhan+Associates, y ex embajador de México en Estados Unidos, sobre cómo la migración juega un papel fundamental en el entorno político actual.