La obra del Paso Express de Cuernavaca que esta semana ha sido noticia por un socavón tiene todos los ingredientes para ser considerada un caso más de enorme corrupción. Un caso más que en esta ocasión implicó la muerte de dos personas.
Fue un proyecto licitado en el 2014 que ganaron dos empresas. La subsidiaria en México de la española Aldesa; y Epccor, de Juan Diego Gutiérrez Cortina.
La obra la ganaron ambas empresas aun cuando en la licitación su propuesta no fue ni la más económica, ni quedó en primer lugar. De hecho, quedaron en 5º lugar con una propuesta de mil 45 millones de pesos ($1,045,857,952.45). Hubo propuestas más económicas, pero en el entendido que las licitaciones se ganan no solo por el monto que presentan, sino por otros requisitos legales y técnicos como tiempo de entrega, la de Aldesa y Epccor fueron las ganadoras.
Al final, la obra ni costó los mil 45 millones de pesos, ni se entregó en julio del 2016, fecha que marcaba la licitación. Terminó costando 2 mil 213 millones de pesos la construcción de los 14.5 kilómetros que representa y se entregó hasta abril del 2017 con trabajos a marchas forzadas porque el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, prometió un día sí y al otro también, que la obra estaría concluida para las vacaciones de Semana Santa cuando tantas familias toman su automóvil para irse a Acapulco y pasan justo por este tramo.
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Foto: Archivo APO