Si bien la captura de los gobiernos locales puede ocurrir en cualquier momento, los procesos electorales ofrecen la oportunidad perfecta para instaurar o prolongar la autoridad criminal desde el principio de las nuevas administraciones.

Los grupos criminales someten principalmente a los gobiernos municipales para establecer su autoridad, ya que de este modo acceden a recursos cuantiosos para operar con plena impunidad, diversificar sus actividades, y neutralizar a sus rivales. A esto hay que sumar buscan colaboración de policías locales.

De acuerdo con el Primer reporte de violencia política de Integralia Consultores, existen, el menos, cinco mecanismos a través de los cuales los grupos criminales intervienen en las elecciones:

  • Violencia política, que implica amenazas, secuestros, agresiones y asesinatos en contra de funcionarios públicos, precandidatos o candidatos, para obligarlos a cooperar o eliminarlos. Es el mecanismo más visible.
  • Financiamiento de campañas, por medio del cual aportan recursos económicos para costear las campañas de sus candidatos.
  • Imposición de candidatos, que es el proceso por el cual el crimen organizado tiene injerencia en el proceso de definición de candidatos al interior de los partidos políticos para postular a personas vinculadas con los grupos criminales.
  • Movilización o inhibición del voto. Se refiere a la entrega de despensas, dinero en efectivo, así como amenazas o agresiones a la población, para incrementar o disminuir la votación para beneficiar a candidatos vinculados con grupos criminales.
  • Intervención en casillas, que no es más que la destrucción de boletas, casillas o instalaciones electorales, así como amenazas y agresiones al personal electoral, para beneficiar a candidatos vinculados a grupos criminales.

Integralia advierte que el crimen organizado intervendrá, como nunca antes, en las elecciones locales de 2024 por tres motivos: una gran cantidad de grupos criminales en conflicto armado; la proliferación de mercados ilícitos, además del narcotráfico, y la mayor cantidad en la historia de presidencias municipales en disputa.

De acuerdo con Data Cívica, datos recogidos por Integralia, las víctimas de violencia político electoral aumentaron 235.7% de 2018 a 2023. Tan solo en lo que va de 2024, la consultora contabiliza 32 víctimas, de las cuales 7 son aspirantes asesinados, sumando 8 desde el comienzo del proceso electoral.

El reporte añade que se han contabilizado 21 eventos de violencia político-electoral, asociados con 32 víctimas; los homicidios contra funcionarios públicos y aspirantes han sido la manifestación más frecuente.

Así, Integralia señala que se identifican seis entidades con un riesgo muy alto de intervención del crimen en las elecciones: Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Chiapas y Morelos, cinco de ellas gobernadas por Morena. También se clasifican nueve entidades con un riesgo alto: Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Tabasco y Veracruz.

En el caso de Jalisco, precisa que es una entidad con riesgo muy alto pues en dicho estado el Cártel Jalisco Nueva  Generación (CJNG) mantiene el control de aproximadamente 80% de los municipios de la entidad, donde administra toda clase de economías a través de jefes de plaza.

En tanto, las fronteras con Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, mantiene disputas, respectivamente, con el Cártel de Sinaloa, La Nueva Familia Michoacana y el Cártel de Santa Rosa Lima.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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