Los ríos y ríos de dinero que se le han invertido a los procesos electorales en México han sido recursos tirados a la basura. De haber tenido un sistema electoral ejemplar, con instituciones que gozaban de la confianza de los ciudadanos, hoy tenemos elefantes blancos – INE; TEPJF; Fepade – que cuestan mucho y aportan poco a la democracia.
Sé que hay quienes dicen que esta visión es una exageración. Que cuando menos hoy no sabemos quién va a resultar ganador desde meses antes, cuando siempre ganaba el PRI. Esto porque en México el dedazo ya no define al siguiente gobernante necesariamente, y porque vivimos en un país en donde la alternancia ha dejado de ser la excepción.
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