El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)  aseguró este lunes que “es muy positivo” el balance de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se realizó el sábado en al capital del país, aunque reconoció “diferencias”.

“Hubo un buen encuentro a pesar de las diferencias, llevaba ya mucho tiempo que no se llevaba a cabo una reunión así porque no había coincidencias, había confrontación, esto se expresó en la reunión Celac, pero es parte de la diversidad”, afirmó el mandatario.

La cumbre de la Celac se efectuó el sábado con la presencia de 18 presidentes o jefes de Estado, 12 cancilleres y otros funcionarios de un total de 31 países de la región.

Llamado a que Estados Unidos cambie su relación con la región y renovadas críticas al papel de la OEA se hicieron presentes en la cumbre de la Celac, en que también surgieron cuestionamientos contra los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

López Obrador pidió a Washington el fin de las políticas de embargo y propuso una “nueva y vigorosa relación entre los pueblos de América”.

“Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar nuestras soberanías”, afirmó López Obrador.

López Obrador ha sugerido que la OEA es intervencionista y una herramienta de Estados Unidos; y aunque el gobierno federal lo había dejado entrever, durante la cumbre no se propuso formalmente dejar la organización. Más bien, se opuso a cualquier tipo de sanciones y dijo que las cuestiones de derechos humanos y democracia sólo deben considerarse si un país acusado de violaciones lo solicita y que en todo caso deberían dirimirse en “instancias verdaderamente neutrales”, como las de la ONU.

Sin embargo, Venezuela y Cuba fueron el punto de choque durante la cumbre, luego de que los presidentes de Paraguay y Uruguay cuestionaron la legitimidad democrática de sus pares Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel.

Las fricciones en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños arrancaron cuando el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, reafirmó que no reconoce a Maduro como presidente de Venezuela.

“Le digo al presidente de Paraguay: ¡ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre la democracia en Paraguay, en Venezuela y América Latina! (…). ¡Ponga usted, presidente Lacalle (de Uruguay), la fecha y el lugar!”, respondió Maduro ante el pleno.

Recordemos que Paraguay rompió relaciones con Caracas tras reconocer al opositor Juan Guaidó, quien en 2019 se autoproclamó presidente interino de la otrora potencia petrolera, sumida en una grave crisis que ha empujado a emigrar a millones de venezolanos.

Por su lado el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, afirmó que participar en la cumbre no significaba ser “complaciente” con países donde “no hay una democracia plena (…), se utiliza el aparato represor para acallar las protestas, cuando se encarcelan opositores”.

“Vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”, subrayó Lacalle ante sus colegas.

Estados Unidos elogió dicha condena. “Presidente de Uruguay @LuisLacallePou diciendo las cosas como son”, tuiteó Juan González, jefe para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de La Casa Blanca, junto a un video del discurso.

En marzo de 2020, el Departamento de Justicia estadounidense acusó a Maduro de “narcoterrorismo”, tráfico de drogas y posesión de armas, y ha ofrecido 15 millones de dólares por su captura.

Díaz-Canel también rechazó las declaraciones de Lacalle, afirmando que denotan su “desconocimiento de la realidad”, y lo acusó de imponer un “paquetazo neoliberal” en Uruguay.
“En mi país por suerte la oposición tiene resortes democráticos para quejarse. Esa es la gran diferencia con el régimen cubano”, reviró Lacalle, quien leyó un fragmento de la canción “Patria y vida”, himno de las protestas de julio en Cuba que dejaron un muerto, decenas de heridos y centenares de detenidos.

La declaración final de la cumbre llamó a un acceso justo y equitativo a las vacunas contra el COVID-19 y a democratizar su producción.

La VI cumbre respaldó además la creación de un fondo de la Celac para responder a los desastres naturales derivados del cambio climático, para el cual, según Ebrard, ya se han reunido 15 millones de dólares.

Integrada por 33 países, la Celac surgió en 2011 con el impulso del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, y otros gobernantes de izquierda como un contrapeso a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que forman parte Estados Unidos y Canadá.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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