El estrés hídrico y las sequías severas están afectando incluso a países tradicionalmente frescos, que han impuesto restricciones de consumo de agua para asegurar el abastecimiento por un fenómeno que empieza a tener carácter global.

En Europa, países como Alemania o el Reino Unido, más allá de los del sur del Mediterráneo y de las regiones más cálidas de América, Oriente Medio y la castigada África, están padeciendo temperaturas mucho más altas de lo normal, con efectos en sus reservas de agua y el suministro hídrico y también en la actividad económica y social, entre otras.

Además, proliferan los megaincendios, avivados por las altas temperaturas, que este verano se repiten en el mundo, y que contrastan con las lluvias torrenciales en otros puntos.

“Las sucesivas olas de calor este verano pueden considerarse excepcionales, sin duda. Es bastante extraordinario que coincidan valores tan altos en los tres parámetros con las que medimos la gravedad de una ola de calor: la intensidad, la extensión y la duración”, explicó la catedrática española de Geografía Humana de la Universidad y responsable del Observatorio Humano de la Sequía, Pilar Paneque, en entrevista con la agencia Efe.

En Europa meridional, tras tres olas de calor desde que empezó el verano, España ha visto ya mermado el volumen de agua en sus pantanos hasta alrededor del 40% de su capacitad total y son varias las comunidades autónomas con restricciones al consumo del agua, no solo en la tórrida Andalucía.

En Portugal, casi la mitad del territorio padece sequía extrema, y el actual año hidrológico es, hasta la fecha, el segundo más seco desde 1931. En Italia, la ribera del Po sufre la peor sequía de los últimos setenta años y se acaba de aprobar el estado de emergencia en cinco regiones, con 36 millones de euros destinados sobre todo a los agricultores.

En Francia, el territorio metropolitano se encuentra oficialmente en estado de sequía, con 57 de los 96 departamentos del mismo en alerta roja y 32 en naranja. En Alemania la sequía complica la navegación por el Rin, cuyo caudal es menor del habitual aunque sin llegar al mínimo histórico de 2018.

En Polonia cientos de municipios tienen restricciones a ciertos usos del agua y su río más largo, el Vístula, se aproxima a niveles mínimos históricos de caudal. En Reino Unido, según la agencia meteorológica Met Office, el pasado mes fue el julio más seco en Inglaterra desde 1935.

Pero no solo es Europa, en Estados Unidos la sequía sigue haciendo estragos, aunque existen grandes diferencias en cuanto a estrés hídrico. En uno de los estados más afectados, California, varios territorios del sur han establecido límites al consumo de agua este verano.

En nuestro país, el mes pasado se declaró la emergencia por sequía, y como un claro ejemplo de la situación, Nuevo León, más específicamente en Monterrey, más de 5 millones de habitantes carecen de suministro de agua potable gran parte del día porque las presas se han secado.

Según el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no se harán más concesiones de explotación de agua a empresas privadas en los estados con sequía.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Mario Campa, economista y politólogo, especialista en temas de justicia social, fiscal y ambiental, sobre las altas temperaturas en Europa y Estados Unidos y si tienen relación con el calentamiento global.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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