El peso se depreció con fuerza la noche de ayer domingo, superando la barrera de 20 por dólar, debido a un clima adverso para los activos de riesgo ante crecientes preocupaciones de que Estados Unidos podría estar camino a una recesión y otros factores internos y externos.

En operaciones en el exterior,  el peso cotizó en 20.0430 por dólar, con una pérdida del 4.6% frente al precio de referencia de Reuters del viernes, un nivel no visto desde octubre de 2022.

El peso se perfilaba a su tercera jornada consecutiva de pérdidas después de conocerse el jueves que la actividad manufacturera de Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en ocho meses. A las malas perspectivas se sumó el viernes un débil reporte del mercado laboral.

México es particularmente sensible al panorama sobre la economía de Estados Unidos, quien es su principal socio de negocios y el destino de más de un 80% de sus exportaciones.

El peso, que durante un largo tiempo fue una de las monedas más estables frente al dólar, ha estado bajo fuerte presión desde las elecciones locales del 2 de junio cuando la aplastante victoria de Morena abrió la puerta a una polémica reforma al sistema de justicia que hace temer por el ambiente de negocios en el país latinoamericano.

Recordemos que el 31 de mayo pasado, la jornada previa a la elección, el peso cotizaba en 16.96 unidades por dólar, nivel que había mantenido por un buen tiempo, dando paso al llamado “superpeso”, al que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha referido en distintas ocasiones.

Desde entonces, el peso acumula una pérdida de casi un 18% golpeado también por preocupaciones en torno a las próximas elecciones en Estados Unidos.

La depreciación del peso se debe, además de lo que pasa en Estados Unidos, al fortalecimiento del yen japonés. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Base, hace un análisis sobre el desempeño del peso y las previsiones para los próximos días:

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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