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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reafirmó este lunes su compromiso con las negociaciones para lograr un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza y la liberación de rehenes israelíes, al mismo tiempo que subrayó que Washington “está comprometido con la seguridad de Israel” tras el ataque de Irán.

“Estamos comprometidos con la seguridad de Israel”, dijo en declaraciones a los medios de comunicación antes de empezar en el Despacho Oval de la Casa Blanca una reunión con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani.

“Estamos comprometidos con un alto el fuego que traiga de vuelta a los rehenes y evite que estos conflictos se extiendan más allá de lo que ya se han extendido”, añadió Biden.

Y es que Estados Unidos actúa desde hace meses como mediador junto a Egipto y Qatar en negociaciones entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás para lograr una tregua en la guerra en Gaza, un diálogo que se encuentra en un punto muerto después de que el sábado Hamás rechazara la última propuesta.

Sin embargo, Biden elogió “el esfuerzo militar sin precedentes para defender a Israel” que fue emprendido por Estados Unidos y sus aliados, que junto con Israel lograron derribar casi todos los drones, misiles y misiles balísticos que lanzó Irán contra territorio israelí, en el primer ataque directo de Teherán contra Israel.

La reunión con Al Sudani había sido agendada antes del ataque de Irán a Israel y su objetivo era centrarse en las relaciones entre EUA e Irak, con el foco en seguridad y las tropas estadounidenses en Irak, pero también en cuestiones energéticas, económicas y de inversión.

Recordemos que Israel,con ayuda de Estados Unidos, el Reino Unido y Jordania, logró interceptar casi todos esos misiles, la mayoría fuera del espacio aéreo israelí, de forma que la ofensiva iraní no causó muertos, pero sí dejó herida de gravedad por metralla a una niña y se registraron daños leves en una base de la Fuerza Aérea en el sur del país.

Irán afirmó que la oleada de ataques, que incluyó más de 170 drones, 120 misiles balísticos y unos 30 de crucero, fue una represalia al ataque del 1 de abril contra su consulado iraní en Damasco, atribuido a Israel y que causó la muerte de seis sirios y siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní, entre ellos dos generales.

Irán ha dado por concluida su ofensiva, pero advirtió que contraatacará si Israel responde.

Sin embargo, este mismo lunes, el jefe del ejército israelí, Herzi Halevi, prometió una “respuesta” al inédito ataque de Irán.

Israel “contestará al lanzamiento de estos numerosos misiles, misiles de crucero y drones sobre el territorio del Estado de Israel”, declaró el general Halevi en una visita a la base de Nevatim, en el sur del país, según un comunicado difundido por el cuerpo armado.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que se lleva bien con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, además de que sostuvo que es alguien que “cumple su palabra”.

“Él ha sido franco, jamás me ha engañado. Sabe lo que quiere, y cumple con su palabra. ¿Qué más puedo pedir?”, indicó Biden al ser cuestionado sobre la relación con AMLO en una entrevista con TelevisaUnivision.

Recordemos que la Administración de Biden ha mantenido un relación correcta y de cooperación con López Obrador pese a las diferencias y a críticas del tabasqueño a algunas de las políticas estadounidenses en inmigración o seguridad.

Ayer, por ejemplo, López Obrador reprochó a Estados Unidos y Canadá el expresar una “postura ambigua” tras el asalto del Gobierno de Ecuador a la embajada de México en Quito el viernes pasado, contraviniendo la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, para apresar al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

En la entrevista con el periodista Enrique Acevedo, Biden también se refirió a la propuesta de López Obrador para contener la inmigración irregular que llega hasta la frontera sur de Estados Unidos y que, según AMLO, debe incluir una inversión de 20,000 millones de dólares y el fin de las sanciones a Venezuela y Cuba.

“Antes de que a Obrador se le ocurriera ese plan, yo ya lo había iniciado hacía años”, aseguró el demócrata, quien reiteró su postura de que los migrantes se dirigen a Estados Unidos porque “no tienen alternativa”.

“Lo que hemos hecho y que estaba funcionando hasta que lo cortaron (por la falta de fondos del Congreso) es proveer la capacidad de crear trabajos en los países que abandonan. La gente no se quiere ir de donde es. La gente quiere saber que tiene una oportunidad de ganarse la vida y prefiere hacerlo donde está”, sostuvo Biden.

En 2021, Biden presentó un plan migratorio que incluía la regularización de personas llegadas al país de manera indocumentada de menores, los llamados ‘dreamers’ (soñadores), y recogía propuestas para reforzar la seguridad fronteriza y planes de inversión en Centroamérica para afrontar el problema de la inmigración de raíz, algo que no logró los apoyos del Congreso.

En medio de los procesos electorales que ambos países viven, López Obrador ha dicho que “no cometerá el error” de apoyar al demócrata en su reelección este noviembre o a su rival, el expresidente republicano Donald Trump.

Entre los temas que abordó durante la entrevista, el presidente Joe Biden dijo que pese a que la mayoría de los políticos de su país apoyan el suministro de ayuda a Ucrania, la influencia de Donald Trump ha impedido que ésta continúe, en referencia a la oposición republicana de aprobar más recursos, condicionándolos a otros temas que ellos han subido al ring electoral.

Además, comentó sobre la guerra de Israel y Hamás, sobre la cual dijo que el primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu, “está cometiendo un error. No estoy de acuerdo con su estrategia” sobre su manejo del conflicto en Gaza.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo el miércoles que la cancelación de una visita prevista a Washington por parte de sus principales colaboradores esta semana tenía como objetivo demostrar a Hamás que Israel no cedería a la creciente presión internacional para detener la guerra en Gaza.

“Fue un mensaje ante todo para Hamás: ‘No apuestes por esta presión, no va a funcionar'”, dijo en comentarios grabados durante una reunión con el senador estadounidense Rick Scott, que está de visita en el país.

Recordemos que EUA se abstuvo esta semana al momento de votar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU por un alto el fuego en la Franja de Gaza, que salió adelante por primera vez.

En tanto, Hamás rechazó una nueva propuesta de tregua de Israel, diseñada junto con EUA, después de que la resolución del Consejo de Seguridad saliera adelante, gracias a que por primera vez Estados Unidos no la vetó.

Las conversaciones para un acuerdo de tregua en la Franja de Gaza y canje de rehenes por presos palestinos han vuelto a naufragar esta semana después de que Hamás no haya cedido en sus exigencias de un alto el fuego “integral” y retirada de las tropas israelíes.

Hamás comunicó la noche de lunes a los mediadores (EUA, Qatar y Egipto) que mantiene su postura de semanas atrás y no acepta la contrapropuesta presentada el fin de semana por Israel y Estados Unidos.

La Oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, tildó las demandas de los islamistas de “delirantes” y “extremas”, y ordenó el regreso de su equipo negociador de Doha.

Netanyahu añadió que la negativa de Hamás es “un triste testimonio del daño causado por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”.

Sin embargo, un oficial estadounidense indicó luego a medios israelíes que “la respuesta de Hamás no estaba vinculada a los últimos acontecimientos y que fue preparada incluso antes de que tuviera lugar la votación de la ONU”.

La relación entre Joe Biden y Benjamín Netanyahu no ha sido la mejor. Esta se ha complicado con el respaldo de EUA a la primera exigencia de un cese al fuego en la Franja de Gaza del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Maruan Soto Antaki, escritor y analista internacional,  sobre la relación de Estados Unidos e Israel.

 

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió este miércoles en su objetivo de invadir Rafah, en el extremo sur de la Franja, pese al rechazo de Estados Unidos, uno de sus principales aliados, aunque aclaró que los preparativos “tomarán tiempo”.

“En su día le dije al presidente Biden que Hamás no podía ser derrotado sin que las Fuerzas de Defensa de Israel entren en la Franja de Gaza. En nuestra última conversación le dije que es imposible completar la victoria sin que las FDI entren en Rafah para eliminar al resto de los batallones de Hamás”, afirmó.

Netanyahu envió hoy un videomensaje a los ciudadanos israelíes para “actualizarles” sobre su conversación con el presidente Joe Biden el lunes pasado, en la que abordaron la ofensiva en Rafah, a la que EUA se opone y considera una “línea roja”.

“Desde el principio acordamos que había que eliminar a Hamás. Pero durante la guerra, no es ningún secreto, hemos tenido diferencias de opinión sobre la mejor manera de lograr este objetivo”, indicó el primer ministro.

Netanyahu apuntó que ya ha dado luz verde al plan militar del Ejército para la ofensiva dentro de Rafah, donde hay 1.4 millones de desplazados, más de la mitad de la población del enclave, y que pronto aprobará el plan para evacuar a los civiles de las zonas de combate.

“El presidente Biden, cuyo apoyo agradezco, pidió presentarnos sus propuestas tanto en el ámbito humanitario como en otros temas”, señaló Netanyahu sobre el envío de una delegación gubernamental a Washington los próximos días para abordar estas cuestiones con el gobierno estadounidense y consensuar estrategias.

El primer ministro ha elegido a dos de sus más cercanos aliados, el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; y el asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi; mientras que el titular de Defensa, Yoav Gallant, anunció hoy que viajará a Washington la próxima semana para reunirse con su homólogo, Lloyd Austin.

“Mientras nos preparamos para entrar en Rafah, lo que tomará algo de tiempo, seguimos operando con todas nuestras fuerza en Jan Yunis y en los campos de refugiados del centros, además de en la eliminación y captura de altos funcionarios de Hamás como lo hicimos ahora en el hospital Shifa, donde eliminamos a cientos de terroristas”, remató.

“Solo hay una opción y tu voto hace la diferencia”, asegura en un nuevo spot el presidente Joe Biden, quien lanza su nuevo promocionar para seducir a millones de hispanos que pueden votar en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

El anuncio “Una opción”, que se lanza en spanglish, una mezcla de español e inglés, se centra en el electorado de la tercera edad y las mujeres.

“Para nuestros abuelos la insulina a 35 dólares”, se escucha decir a dos voces en off. Destacan así uno de los logros de Biden: bajar el precio de la insulina para los afiliados a un programa federal de seguro médico.

El demócrata presionó a las farmacéuticas para que bajaran los precios, algo muy importante en un país donde casi 26 millones de personas carecían de seguro médico en 2022, según la Oficina del censo, y más de 37 millones son diabéticos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

El derecho al aborto es el otro tema del anuncio, en el que se apoya el presidente para seducir a las mujeres.

“Para las mujeres la libertad de decidir sobre nuestros cuerpos” o “cárcel para doctores que practiquen abortos, esa es la diferencia entre Joe Biden y Donald Trump”, su probable rival en los comicios, afirma el demócrata.

El demócrata promete restaurar en todo el país la protección del derecho al aborto, dinamitada por la Corte Suprema, de tendencia conservadora tras ser reformada durante la presidencia de Trump.

Pese a ser un mensaje dirigido a la comunidad latina, no hace mención a la migración, otro de los temas cruciales de la campaña, que obliga al demócrata a hacer equilibrismo entre reducir la llegada de migrantes desde la frontera con México y la política migratoria “humana” que ha prometido.

En el anuncio los demócratas cuidan cada detalle: las imágenes son en color cuando hablan de Biden, que aparece sonriente y cercano, y en blanco y negro cuando mencionan a Trump, a quien muestran serio y distante.

“Soy Joe Biden y apruebo este mensaje”, se escucha decir al presidente en inglés al final del video de unos 30 segundos.

El mensaje en spanglish va dirigido a los millones de latinos bilingües de estados disputados como Arizona y Nevada, a los que ha viajado este martes, y forma parte de una millonaria inversión en medios tradicionales y digitales hispanos.

Aunque tradicionalmente los hispanos votan por los demócratas, desde hace unos años aumenta el apoyo de esta comunidad a los republicanos, como se vio en las elecciones de 2020 con Trump.

Más de 30 millones de latinos pueden votar en las presidenciales, una cifra superior a la de afroestadounidenses, estima el Pew Research Center (Pew)

Sobre la contienda electoral estadounidense, la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, prometió ayer desde la frontera que, si gana las elecciones del próximo 2 de junio, se acercará a quien resulte electo como presidente de Estados Unidos, ya sea el exmandatario republicano Donald Trump o el actual jefe de Estado, Joe Biden.

“Vamos a insistir, sea quien llegue, presidente Trump o presidente Biden, quienes ellos (los estadounidenses) decidan quién sea su presidente, nos vamos a acercar y vamos a trabajar en lo que nosotros pensamos que es la solución integral del problema general de la migración, que es la cooperación para el desarrollo”, dijo en una rueda de prensa desde Reynosa, Tamaulipas.

La morenista señaló que de llegar a la presidencia de México va a apoyar a los migrantes que están en las zonas fronterizas para que estos reciban un trato humanitario.

“Vamos a apoyar a los migrantes, pero vamos a seguir insistiendo en que la solución de fondo es que se evite la migración”, explicó.

Asimismo, señaló que la cooperación para el desarrollo será la principal política migratoria que va a tener con Estados Unidos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó este jueves que el Gobierno de México “no cometerá el error” de apoyar ni al actual mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, ni a su antecesor, Donald Trump, de cara a las elecciones presidenciales en ese país de noviembre próximo.

“Nosotros no vamos a cometer el error que se cometió en el pasado de apoyar a ningún candidato de Estados Unidos, esa es una decisión que corresponde a los ciudadanos de Estados Unidos, solo nos reservamos el derecho de hacer cuestionamientos cuando se le falte el respeto al pueblo de México, sea quien sea”, dijo AMLO.

López Obrador se refirió a las elecciones en Estados Unidos, donde Biden y Trump comenzaron el miércoles sus campañas tras afianzar el martes el número necesario de delegados de sus partidos para ser los candidatos oficiales de sus respectivos partidos.

Y es que recordemos que el mandatario ha criticado a la oposición por apoyar en 2016 a la candidata demócrata Hillary Clinton, quien perdió contra Trump.

“Fueron más las cosas buenas para los dos pueblos, tanto para Estados Unidos como para México, que las diferencias que tuvimos con el presidente Trump (2017-2021). Y con el presidente Biden también (ha habido) muy buena relación”, manifestó.

López Obrador descartó que surjan tensiones con Estados Unidos si gana Trump, pese a que ha intensificado su retórica antimexicana y antiinmigrante con promesas como cerrar la frontera y enviar tropas para combatir a los cárteles mexicanos.

“No (habrá tensiones), yo pienso que llevamos muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, esto es muy importante que lo sepan en Baja California y nuestros paisanos que viven, trabajan, honradamente en California, en Estados Unidos”, manifestó.

Insistió en que es muy buena la relación con el Gobierno estadounidense y recordó que con el Gobierno del presidente Trump solo tuvo “un problema”: los aranceles que impuso en mayo de 2019 para exigir que México detuviese el flujo migratorio.

“El presidente Biden ha sido muy consecuente, ahora que está intentando presentar una iniciativa de reforma migratoria, se comprometió a que, antes de enviar la iniciativa, que entrara a discusión, iba a pedir nuestro punto de vista. De manera muy respetuosa, dijimos que no estábamos de acuerdo”, relató.

Las tensiones bilaterales por migración, narcotráfico y armas amenazan con ocupar gran parte de la agenda este 2024, cuando coinciden las elecciones presidenciales de Estados Unidos y México.

Joe Biden y Donald Trump aseguraron su nominación presidencial la noche de ayer, al sumar los delegados necesarios para convertirse en los candidatos de la elección de noviembre próximo, según las proyecciones de medios estadounidenses.

Los resultados de las cuatro elecciones primarias de ayer eran una conclusión previsible a los procesos de los partidos Demócrata y Republicano.

Biden cruzó el umbral de los 1,968 delegados necesarios al ganar Georgia, un estado bisagra donde Trump enfrenta un juicio por una supuesta conspiración para alterar los resultados de las últimas elecciones.

Por su parte, la victoria de Trump en el estado de Washington le ayudó a asegurarse los 1,215 delegados necesarios para obtener la nominación republicana, y a impulsarle a él y a su movimiento “Make America Great Again” de nuevo a la carrera presidencial.

Con una revancha de su contienda de 2020, Biden arremetió en un comunicado contra su contrincante en las elecciones de noviembre.

“Me siento honrado de que la amplia coalición de votantes que representa la rica diversidad del Partido Demócrata en todo el país haya depositado su confianza en mí una vez más para liderar nuestro partido -y nuestro país- en un momento en el que la amenaza que representa Trump es mayor que nunca”, dijo Biden.

Georgia, Misisipi, Washington y Hawái, los estado que ayer celebraron sus primarias, ofrecían un total combinado de 161 delegados en el bando republicano; Trump, sin oposición, necesitaba 137 de ellos para poner la carrera matemáticamente fuera de alcance.

La notable barrida de Trump en casi todas las primarias estatales hasta la fecha lo llevó a asegurarse la nominación mucho antes que la mayoría de los candidatos en campañas anteriores.

“Ahora nos toca volver al trabajo porque tenemos al peor presidente de la historia de nuestro país, se llama Joe Biden, también conocido como el torcido Joe Biden, y debemos derrotarlo”, dijo Trump en un video que publicó en redes sociales.

Estos resultados garantizan una lucha extremadamente larga, de casi ocho meses, por la Casa Blanca que se disputan los dos hombres de más edad que jamás hayan iniciado sus presidencias en Estados Unidos.

Con múltiples casos judiciales abiertos en su contra, Trump insistió en un comunicado que el Partido Republicano está fuerte y unido en torno a él. “¡Bajo el corrupto Joe Biden, somos un país del tercer mundo, que usa el sistema de injusticia para perseguir a su oponente político, YO!”, escribió en su plataforma Truth Social.

Georgia, estado del sureste del país fronterizo con Florida y con el que Trump mantiene una relación complicada, suele inclinarse por el candidato republicano en las elecciones presidenciales. Sus habitantes se decantaron por él frente a Hillary Clinton en 2016, pero le dieron la espalda en 2020 votando por Biden.

El margen de votos entre ambos fue pequeño, menos de 12,000, y Trump nunca reconoció su derrota. Incluso, presionó a los encargados electorales estatales, pidiéndoles en una llamada telefónica que “encontraran” el número de votos que necesitaba para ganar.

Como en 2020, Georgia también podría ser decisiva en las elecciones de noviembre. El duelo anunciado es el mismo: Donald Trump, de 77 años, contra Joe Biden, de 81, y la diferencia es muy estrecha, según las encuestas.

Además de Georgia, se consideran “estados bisagra” Pensilvania, Michigan, Arizona, Carolina del Norte, Wisconsin y Nevada.

El presidente Joe Biden convirtió su discurso del Estado de la Unión de la noche de ayer en un desafiante mensaje para su reelección y arremetió contra Donald Trump, que todo apunta será de nueva cuenta su rival, por promover el resentimiento, la revancha y las represalias y poner en riesgo las libertades dentro y fuera del país.

Aprovechando el momento político, Biden lanzó múltiples ataques contra su predecesor, sin mencionar a Trump por su nombre. Utilizó el término 13 veces en total.

Según analistas, Biden hizo un manejo de su voz, alzando la voz repetidamente, para tratar de acallar la preocupación de los votantes acerca de su edad y de su capacidad, al tiempo que reforzaba el contraste con su más que probable rival en la boleta en noviembre.

El tono duro de Biden supuso una brusca ruptura con sus apariciones diarias, a menudo monótonas, y buscaba disipar las dudas acerca de si el mandatario, de 81 años, el de más edad que ha tenido nunca el país, sigue teniendo la fuerza y capacidad para ocupar el cargo.

Durante sus 68 minutos en el estrado de la Cámara de Representantes, Biden criticó a los republicanos por sus políticas migratorias y fiscales, entre otras; bromeó con sus colegas demócratas, lo que hizo ver confiado y seguro.

“Sé que no lo parece, pero llevó un tiempo en esto”, ironizó Biden. “Y cuando se llega a mi edad, ciertas cosas se vuelven más claras que nunca”.

Tras señalar que nació durante la Segunda Guerra Mundial y que llegó a la edad de implicarse en política durante la agitación de la década de 1960, declaró: “Mi vida me ha enseñado a creer en la libertad y la democracia. Un futuro basado en los valores fundamentales que han definido a Estados Unidos: honestidad, decencia, dignidad, igualdad. Respetar a todo el mundo. Darle a todos una oportunidad justa. No dar refugio al odio. Ahora bien, otras personas de mi edad ven una historia diferente: una historia estadounidense de resentimiento, venganza y represalias. Yo no soy así”.

El presidente vinculó los elogios de Trump a quienes asaltaron en Capitolio en un intento por revertir el resultado de los comicios de hace cuatro años, con las amenazas a la democracia en el extranjero.

“La libertad y la democracia están siendo atacadas tanto aquí como en el extranjero al mismo tiempo”, apuntó mientras pedía al Congreso que respalde los esfuerzos de Ucrania para defenderse de la invasión de Rusia, que cumplió dos años. “La historia está observando”.

Biden se refirió directamente a la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal y llamó la atención a quienes le han restado importancia.

“Mi predecesor, y algunos de los aquí presentes, intentan enterrar la verdad sobre el 6 de enero. Yo no haré eso”, dijo Biden. “Este es un momento para hablar con la verdad y enterrar las mentiras. Aquí les tengo una verdad simple. No puedes amar a tu país sólo cuando ganas”.

El mandatario anunció además que las fuerzas armadas de su país desplegarán un puerto temporal frente a la costa de Gaza para facilitar la llegada de ayuda humanitaria en plena ofensiva israelí contra el grupo insurgente Hamás.

Biden insistió en pedir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que cambie la manera en que lleva a cabo la guerra, incluyendo la entrada de ayuda humanitaria y las medidas para proteger a los trabajadores humanitarios en la zona.

El presidente destacó sus logros en infraestructura y manufactura, y presionó al Congreso para que apruebe más ayuda para Ucrania, normas migratorias más estrictas y precios más bajos para los medicamentos. También trató de recordar a los votantes la situación que heredó cuando asumió el cargo en 2021, en medio de una pandemia y con una economía en contracción.

Uno de los momentos más tensos de su discurso fue al hablar sobre inmigración, cuando Biden mencionaba el apoyo de grupos conservadores a una iniciativa bipartidista en materia fronteriza que los republicanos rechazaron el mes pasado.

Algunos de los asistentes parecieron gritarle, a lo que el mandatario les respondió: “Sé que saben leer”.

Mientras la representante Marjorie Taylor Greene, quien vestía prendas alusivas de Trump seguía gritándole a Biden, el presidente sostuvo en alto un botón blanco que un republicano de Georgia le había entregado momentos antes y que llevaba el nombre de Laken Riley, quien, de acuerdo con las autoridades, fue asesinada por un migrante venezolano que ingresó sin autorización al país en septiembre de 2022.

Biden parecía ansioso de enfrentarse a sus críticos. “Di su nombre”, le gritó Greene al presidente.

“Laken Riley”, replicó Biden, “una joven inocente que fue asesinada por un ilegal”. Expresó sus condolencias a su familia, y dijo que su corazón estaba con ellos. Esto generó algunas discrepancias entre los demócratas, quien evitan la palabra ilegal para referirse a los inmigrantes.

El acceso al aborto y a los tratamientos de fertilidad fue otro elemento clave de la intervención de Biden, especialmente tras la polémica sentencia de la Corte Suprema de Alabama que ha puesto fin al acceso a los tratamientos de fecundación in vitro en el estado.

“A mis amigos al otro lado de la cámara, no hagan esperar más a las familias”, apuntó dirigiéndose a Latorya Beasley, una invitada de la primera dama, Jill Biden, cuyo tratamiento fue cancelado tras el fallo judicial en Alabama. “¡Garanticen el derecho a la fecundación in vitro en todo el país!”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tratará este jueves captar la simpatía de los votantes para las elecciones presidenciales de noviembre próximo durante el tradicional discurso del estado de la Unión ante el Congreso, que millones de estadounidenses siguen con lupa.

“Me han elegido para hacer el trabajo, construir una economía que funcione para los trabajadores y mejorar la vida de las familias”, escribió Biden en X. “Les informaré sobre nuestro progreso y les trazaré el camino a seguir”, dijo el presidente.

Biden hará un repaso de su política de inversión en infraestructuras y el derecho al aborto, así como sus esfuerzos por reducir el precio de los medicamentos y de la deuda estudiantil.

Tradicionalmente, el discurso, que el año pasado superó los 70 minutos, también se centra en política exterior. El demócrata seguramente mencionará la ayuda a Ucrania, bloqueada por los republicanos de la Cámara de Representantes.

Y la crisis migratoria en la frontera con México, uno de los temas que más preocupa a los estadounidenses.

Su rival, el candidato republicano Donald Trump, no tendrá el escenario solemne del Capitolio ni la atención de millones de espectadores, pero prometió “corregir” el discurso en directo. El expresidente republicano llamó ayer a debatir “en cualquier lugar y en cualquier momento” a Biden.

Las encuestas demuestran que los estadounidenses preferirían otro duelo, pero hace meses que intuyen lo que les depara el destino: un nuevo enfrentamiento entre Joe Biden y Donald Trump.

Biden tiene 81 años y un nivel de popularidad bajo. Su contrincante y predecesor, 77, y arrastra cuatro inculpaciones penales además de poner en duda su derrota en 2020.

Ambos ganaron por amplio margen durante el “supermartes”, una jornada en la que 15 estados celebraron primarias el mismo día. Esto les garantiza prácticamente la nominación en las convenciones republicana y demócrata.

El presidente quiere convencer de que él es el baluarte de la democracia estadounidense y el garante de la prosperidad económica.

El discurso sobre el estado de la Unión rara vez tiene repercusiones, pero en esta ocasión “podría ser un punto de inflexión” para Biden.

Estados Unidos estará atento a la más mínima señal de cansancio y a cualquier problema de elocución, una crítica constante al mandatario.

La Casa Blanca recibe cada año invitados que encarnan prioridades políticas. En esta ocasión junto a la primera dama Jill Biden se sentará la texana Kate Cox, quien tuvo que salir de su estado para abortar tras enterarse de que el feto era inviable.

Biden también invitó a Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexéi Navalni muerto en prisión el mes pasado, y a Olena Zelenska, esposa del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Sin embargo ninguna de ellas asistirá al discurso, dijo la Casa Blanca, sin dar explicaciones.

El presidente estadounidense, Joe Biden, invitó este miércoles a los votantes de Nikki Haley a sumarse a su propia campaña tras la retirada de la precandidata republicana, subrayando que “lo que está en juego para Estados Unidos no podría ser más importante”.

“Todos sabemos que esta no es una elección cualquiera. Sé que los demócratas, los republicanos y los independientes no están de acuerdo en muchos temas y tienen convicciones sólidas. Eso es bueno. Eso es lo que representa Estados Unidos. Pero también sé esto: lo que une a demócratas, republicanos e independientes es el amor por Estados Unidos”, dijo en un comunicado.

Biden se pronunció poco después de que Haley abandonara las primarias republicanas tras sus fallidos resultados en la jornada de ayer, en el supermartes, donde solo se impuso frente al expresidente Donald Trump en el estado de Vermont.

“Trump dejó claro que no quiere el apoyo de los votantes de Nikki Haley. Quiero ser claro: hay un lugar para ellos en mi campaña”, sostuvo el mandatario demócrata.

Biden admitió que aunque “hay muchas cosas” en la que los partidarios de Haley y él no coincidirán, espera poder encontrar puntos en común “en las cuestiones fundamentales como preservar la democracia estadounidense, defender el Estado de derecho, (…) preservar la OTAN y enfrentar a los adversarios de Estados Unidos”.

Haley era hasta ahora la única aspirante que quedaba en la batalla contra Trump para hacerse con la nominación republicana de cara a las presidenciales de noviembre; Biden alabó su valentía por haberlo intentado.

“Se necesita mucho coraje para postularse a la presidencia; eso es especialmente cierto en el Partido Republicano de hoy en día, donde muy pocos se atreven a decir la verdad sobre Trump. Pero no Nikki Haley. Nikki Haley demostró ser valiente”, apuntó.

Haley, en su opinión, “estuvo dispuesta a decir la verdad sobre Trump: sobre el caos que siempre lo rodea, sobre su incapacidad para distinguir el bien del mal, sobre su cobardía ante Vladímir Putin”, remató.

“Ha sido una noche y un día increíbles”, resumió Donald Trump, quien tiene prácticamente garantizado un duelo con Joe Biden en la elección presidencial de noviembre próximo tras arrasar en el llamado Súper Martes.

El expresidente fue declarado vencedor en 14 estados de los 15 en disputa: Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia.

Solo Vermont privó a Trump de una victoria absoluta y se decantó por Nikki Haley, la última que hasta ahora se interponía en su camino por la nominación presidencial del partido.

Ante el arrasador avance de Trump, Haley anunció este miércoles su retiro de las primarias republicanas. “Ha llegado el momento de suspender mi campaña”, dijo Haley. “No me arrepiento de nada”.

“Felicito al señor Trump, le deseo que le vaya bien”, sostuvo la ahora exaspirante republicana, quien destacó que aunque es probable que Trump sea el candidato republicano, no lo apoyó.  “Ahora le toca a Donald Trump ganarse los votos de los que están en nuestro partido y fuera de él”, remarcó. “Y espero que lo haga”.

El exmandatario queda así como el único aspirante del partido republicano para las contienda presidencial.

Ha sido un Súper Martes sin misterio. Ni el republicano, de 77 años, ni el demócrata, de 81, tienen a nadie que les haga sombra en las primarias, durante las que se designa a los candidatos de ambos partidos para los comicios.

“Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país”, afirmó Trump ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

Desde el 15 de enero y, a pesar de sus problemas legales, Trump ha ganado casi todas las primarias. Se enfrenta a 91 cargos por delitos graves. Esto no impide que tenga gran popularidad entre los votantes de clase trabajadora, blancos y de las zonas rurales.

Por su parte, Biden afirmó que Trump “está decidido a destruir nuestra democracia” y “hará o dirá cualquier cosa para alcanzar el poder”.

El demócrata también pidió fondos porque “Trump está arrasando en las primarias”. “Seremos nosotros contra toda la derecha trampista en estas elecciones (…). Necesito tu ayuda”. Hace ya semanas que Biden había dado por perdida la batalla de Haley.

En teoría, las primarias pueden prolongarse hasta julio. Pero el equipo de Trump predice una victoria “el 19 de marzo” a más tardar, después de que voten Georgia y Florida.

El millonario quiere centrarse en una revancha con Joe Biden antes de tener que enfocarse en sus problemas legales. Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.

Del lado demócrata, Biden puede estar tranquilo. No tiene rivales de peso. Las candidaturas de dos demócratas, el congresista Deán Phillips y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson, nunca han suscitado entusiasmo a pesar de las críticas recurrentes de los votantes a la edad del presidente o a su apoyo a Israel.

Como se esperaba, Biden ganó ayer en todos los estados, menos en un territorio: la Samoa Americana, donde fue derrotado por un empresario prácticamente desconocido.

Mañana será la próxima gran noche del presidente: defenderá su visión para Estados Unidos durante un discurso ante el Congreso, el tradicional “Estado de la Unión”.

Es la migración. Eso respondió el 28 por ciento de los encuestados por Gallup a la pregunta de ¿Cuál cree que es el problema más importante que enfrenta el país hoy? La famosa frase de James Carville de “Es la economía, estúpido”, puede hoy modificarse por “es la migración”.

En segundo lugar (20 por ciento) quedó el gobierno como problema importante a resolver y en tercer lugar, con apenas 12 por ciento, los encuestados respondieron que el problema es la economía. Esto mete de lleno a México en las campañas electorales de nuestros vecinos, en un año en el que también celebraremos elecciones federales.

¿Qué implica que México entre en las campañas? Por un lado, que tanto Andrés Manuel López Obrador como Donald Trump se verán beneficiados entre más caótica se encuentre la frontera. Si. Los intereses de AMLO y Trump se alinean. Para el ex presidente de Estados Unidos, el que la frontera sea un problema no resuelto le permite atacar a Biden y subir sus probabilidades de reelegirse dada la importancia que el electorado estadounidense le da al tema.

Por ello, aun cuando el Senado de EUA estaba por aprobar una iniciativa bipartidista que pondría algo de orden en materia migratoria, con la señal que envió Trump a la Cámara de Representantes – en donde los Republicanos tienen una pequeña mayoría – de que no quería que eso sucediera, la propuesta se vino abajo. Los senadores republicanos no quisieron jugar su capital político si sabían que en la Cámara baja la iniciativa no prosperaría.

Trump quiso tumbar esta iniciativa porque sabe que si Biden se anota un gol en materia migratoria/fronteriza, aumentan sus posibilidades de reelegirse.

Y en el caso de AMLO, el caos en la frontera le permite mantener el sartén por el mango ante un Biden que sabe que si México juega su parte en detener el flujo migratorio desde la frontera sur con Centroamérica, el caos para la frontera con EUA es mucho menor. Por ello Biden ha decidido mirar hacia otro lado en derechos humanos; democracia y libertad de expresión en México. No se quiere meter en pleitos que para él son menores y que le podrían complicar la cooperación de AMLO en migración.

En México López Obrador está usando todos los recursos del Estado para que en las elecciones de junio su sucesora, Claudia Sheinbaum, gane. El que La Casa Blanca haga como que no ve y no escucha estas acciones antidemocráticas es invaluable para el presidente mexicano. Es un logro para AMLO poder chantajear al hombre más poderoso del planeta gracias a una caótica frontera: el flujo de migrantes sube o baja dependiendo qué tanto coopere el gobierno mexicano en ello.

Para muestra, su reciente filtración de los datos personales de Natalie Kitroeff, la corresponsal del NYTimes en México, durante su conferencia mañanera. López Obrador se enojó por el artículo del diario en el que mencionó que el gobierno de EUA había abierto investigaciones sobre vínculos del crimen organizado con su campaña del 2018.

Lejos de que La Casa Blanca condenara esta filtración y defendiera la libertad de expresión, el embajador de EUA en México, Ken Salazar, prefirió salir a decir que no hay ninguna investigación de vínculos de AMLO con el crimen organizado.

Lamentable, pero cierto. AMLO y Trump se benefician del caos en la frontera y con ello México se inserta de lleno en las elecciones de noviembre próximo en EUA.

Apostilla: El presidente López Obrador vuelve a querer jugar a ser empresario…con el dinero de los mexicanos. Ahora quiere comprar el aeropuerto de Toluca para que lo opere la Marina. Se nota que no es su dinero y que nunca ha vivido más que del erario.

Columna completa en El Universal

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su gran rival, el exmandatario Donald Trump, llegan hoy al llamado Súper Martes, día en que se celebrarán el mayor número de primarias para las elecciones presidenciales de noviembre, en las que las nominaciones de ambos están prácticamente garantizadas.

Biden no tiene adversario dentro de las filas demócratas porque es el presidente en ejercicio, mientras que Trump goza de una inusual ventaja en las primarias republicanas, donde ya solo queda la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, intentando hacerle sombra al magnate.

El Súper Martes es el día en el que más estados votan para definir a los candidatos presidenciales: este año son 15 de los 50 que forman el país, entre ellos, California y Texas, los más grandes de Estados Unidos.

También acuden a las urnas los votantes demócratas y republicanos de Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia.

Alaska celebra además las primarias republicanas y también votan los demócratas en el extranjero y en los territorios de Samoa Americana y de las Islas Marianas del Norte.

Están en juego más del 35% de los delegados que se reunirán en las convenciones republicana de Milwaukee y demócrata de Chicago para elegir a su candidato a la Casa Blanca.

Tradicionalmente, el Súper Martes ha servido como un punto de inflexión en la elección del candidato de la oposición por el gran número de delegados que están en juego.

Sin embargo, Trump llega a este día con la etiqueta de imbatible, después de haber arrasado en casi todas las citas desde que arrancaron las primarias republicanas con los caucus de Iowa del 15 de enero.

Todos sus rivales se han ido bajado de la contienda excepto Haley, quien hasta ahora se ha impuesto al magnate neoyorquino en las primarias del Distrito de Columbia el pasado fin de semana; sin embargo, expertos señalan que esa victoria es sólo simbólica, pues no tiene gran peso político.

De hecho, la gran incógnita es si la candidatura de Haley sobrevivirá a la jornada de hoy o si cederá a las crecientes presiones de su partido y de los donantes para que abandone la contienda.

Además, Trump se somete envalentonado a las urnas tras su victoria judicial de ayer, cuando el Tribunal Supremo ordenó levantar su inhabilitación de las primarias de Colorado, estado que también vota este martes.

El fallo, adoptado por unanimidad, puso fin además a los intentos de Illinois y Maine de sacar al expresidente republicano de la boleta electoral.

Por su parte, Biden se impuso en el Súper Martes de 2020 a su entonces rival demócrata, el senador Bernie Sanders;  cuatro años después llega a esta cita sin casi disputa interna.

Desde que arrancaron las primarias demócratas el pasado 3 de febrero en Carolina del Sur, solo ha perdido dos delegados en juego en las elecciones internas de Míchigan, donde se organizó un voto de protesta por la guerra de Gaza.

A pesar de su indiscutible ventaja, ni Biden ni Trump lograrán este Súper Martes ganar matemáticamente la nominación y tendrán que esperar unos días más.

Ni en el hipotético caso de que se hicieran con todos los delegados en juego, ni Biden lograría todavía la cifra mágica de 1,968 que debe conseguir para hacerse con la candidatura demócrata ni Trump los 1,215 que necesita.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Enrique Perret, internacionalista, director de la US-Mexico Foundation, sobre el Súper Martes; de cómo la migración se ha convertido en el tema que más preocupa a los estadounidenses y de qué sigue en la contienda electoral de Estados Unidos.

El presidente Joe Biden y su posible rival republicano para las elecciones de noviembre próximo, Donald Trump, realizarán visitas paralelas a la frontera con México, en búsqueda del respaldo ciudadano en uno de los temas más álgidos de la campaña electoral: migración.

Esta especie de duelo tendrá lugar en Texas, y se produce cuando un número récord de cruces de migrantes por pasos no autorizados hacia Estados Unidos es  una gran amenaza para las posibilidades de Biden de impedir el regreso de Trump al poder.

Biden se reunirá con agentes de la patrulla fronteriza y agentes del orden en Bronwnsville, Texas. Mientras el republicano Trump se dirige a Eagle Pass, donde su aliado, el gobernador texano Greg Abbott, tiene parte del área fronteriza controlada con militares, desafiando la jurisdicción del gobierno federal en esa zona.

Biden, acusado por sus opositores de permitir una “invasión” al país, ha tratado de calmar el tema culpando a los republicanos en el Congreso por no respaldar sus reformas al criticado sistema de inmigración de Estados Unidos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que en Brownsville Biden pronunciaría comentarios para resaltar la necesidad de que los republicanos “lo hagan”. El presidente les pedirá que “dejen de jugar a la política y proporcionen los fondos necesarios para agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más oficiales de asilo, tecnología de detección de fentanilo, que es traficado por la frontera, y más”.

Pero para Trump mantener una postura férrea contra la ola migratoria ha sido fundamental para su identidad política durante años, y ha prometido el mayor programa de deportación jamás realizado en Estados Unidos si vuelve a la Casa Blanca.

“Ningún país puede sostener lo que le está sucediendo a nuestro país”, dijo el expresidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington a principios de este mes.

Para Trump, los inmigrantes están “matando a nuestra gente, están matando a nuestro país”, en una retórica cada vez más de extrema derecha que lo llevó a decir el año pasado que los inmigrantes estaban “envenenando la sangre” de Estados Unidos.

Estas visitas, a menos de ocho meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas, resalta lo mucho que está en juego en la cuestión fronteriza.

Los republicanos culpan del flujo de inmigrantes a las políticas de Biden que favorecen el derecho a solicitar asilo, modalidad a la que se acoge la mayoría de los migrantes, que provienen principalmente de países de América Latina, en busca de mejores condiciones de vida. Para la Casa Blanca, el partido de Trump está saboteando deliberadamente un intento bipartidista de encontrar una solución.

La cuestión fronteriza también se ha visto enredada en una amarga disputa sobre la ayuda estadounidense para la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. Para los republicanos, primero se debe abordar la migración antes de desbloquear la financiación.

Donald Trump y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lograron una victoria en las primarias en Míchigan, aunque el demócrata recibió un voto de castigo por su gestión en la guerra de Gaza por parte de la significativa población árabe-estadounidense de dicho estado.

Hubo poco suspenso sobre de los resultados para ambos partidos: Biden prácticamente no tuvo rivales en la nominación demócrata y Donald Trump declaró su victoria anticipada en una votación republicana a dos tiempos que concluirá el fin de semana.

Decenas de miles de votantes demócratas optaron por marcar la casilla de “sin compromiso” como parte de una campaña lanzada en protesta por el apoyo brindado por Biden a Israel en la guerra en Gaza.

Con casi dos tercios de los colegios electorales todavía por contabilizar, la opción “sin compromiso” recogía más de 50,000 votos, más del doble que en los recuentos finales de los tres últimos ciclos electorales.

A medida que suben los muertos en la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, se erosiona el apoyo de los musulmanes y de los árabes estadounidenses hacia Biden, que fue crucial para su victoria sobre Trump en 2020 en Míchigan.

Este estado del Medio Oeste es el que cuenta con una mayor proporción de residentes que se identifican con ascendencia de Oriente Medio o del norte de África.

Los activistas de Míchigan habían pedido a los habitantes votar “sin compromiso” en señal de protesta y para empujar al presidente a exigir a Israel un alto el fuego inmediato.

El grupo ‘Escucha a Míchigan’ aspiraba a reunir a 10.000 votantes “sin compromiso” para transmitir un “mensaje potente e inequívoco” de que financiar y apoyar la guerra está “reñido con los valores del Partido Demócrata”.

La protesta nunca amenazó el camino fácil de Biden hacia la nominación. Su principal rival, el congresista por Minnesota Dean Phillips, no superaba el 3% de los votos en el recuento provisional.

Sin embargo, el número significativo de votos “sin compromiso” podría encender las alarmas de cara a las elecciones de noviembre, cuando Biden no podrá darse el lujo de erosionar a su partido en ese estado bisagra.

Durante las primarias de New Hampshire se lanzó una campaña similar con escasa repercusión, pero Míchigan tiene más población musulmana y árabe.

En cuanto a los republicanos, las cadenas CNN y NBC proyectaban la victoria de Trump a pocos segundos del cierre de las urnas.

Recordemos que el expresidente ha arrasado en los primeros estados de votación y nunca se esperó que Míchigan interrumpiera su marcha hacia la nominación.

Su única rival, su exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, perdió en su estado natal de Carolina del Sur el fin de semana pero se ha negado a renunciar porque duda que Trump pueda derrotar a Biden.

Ambos partidos celebraron votaciones ayer, pero los republicanos han adoptado un complejo sistema híbrido que concluye las primarias en este estado cuatro días después mediante asambleas en cada uno de los 13 distritos.

Joe Biden y Donald Trump visitarán la frontera con México esta semana, en el mismo día, en una muestra de cómo la crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más importantes de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Biden visitará el jueves la ciudad fronteriza sur de Brownsville, en Texas, para reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales, informó un funcionario de la Casa Blanca.

Ese mismo día, el expresidente Donald Trump, que se ha mostrado muy crítico con la política fronteriza de su sucesor demócrata y con el número de inmigrantes ilegales que llegan al país, visitará Eagle Pass, en Texas, dijo uno de sus asesores de campaña.

Trump está cerca de hacerse de la nominación presidencial tras una serie de victorias en las primarias sobre la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, su última rival. El republicano está centrando ahora sus ataques en Biden, a quien las encuestas muestran vulnerable en el tema de la inmigración.

El índice de aprobación del presidente demócrata se hundió hasta el 38% en enero pasado debido a la preocupación por la inmigración, según el último sondeo de Reuters/Ipsos.

La encuesta reveló un aumento de la preocupación por la inmigración, que el 17% de los encuestados calificó como el problema más importante del país en la actualidad, frente al 11% que lo citó como el problema más acuciante en diciembre. Fue la principal preocupación de los encuestados republicanos, con un 36%, por encima del 29% que citó la economía.

El Gobierno de Biden ha tenido problemas para hacer frente al aumento de los solicitantes de asilo en la frontera con México, mientras que los republicanos en el Congreso, alentados por Trump, han amenazado con echar por tierra un intento bipartidista de abordar el problema.

El jueves, Biden reiterará su llamado a los republicanos del Congreso para que proporcionen los fondos necesarios para que haya más agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más funcionarios de asilo, tecnología de detección de fentanilo y otras herramientas.

El asesor de Trump dijo que el hecho de que Biden visite la frontera el mismo día que el expresidente “muestra lo grande que es este problema para él”.