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El presidente ruso, Vladímir Putin, recibió este viernes a su homólogo y aliado bielorruso, que insinuó que Minsk podría sumarse a los esfuerzos de Moscú para revivir una antigua alianza con Pyongyang luego de la cumbre de esta semana con el mandatario norcoreano Kim Jong Un.

El presidente Alexander Lukashenko hizo la propuesta durante su reunión con Putin en Sochi, sobre el Mar Negro, donde el mandatario ruso dijo que le entregará un informe sobre las conversaciones con Kim en el puerto espacial de Vostochny, en el extremo oriente ruso.

“Quisiera informarle de la discusión sobre la situación en la región, que fue muy importante, y también mencionar el problema más grave, la situación en Ucrania”, afirmó Putin al iniciar el encuentro.

Lukashenko respondió que “podríamos pensar en la cooperación tripartita”, y añadió que “pienso que se podría encontrarle una tarea a Bielorrusia allí también”.

Kim Jong-un continuó su viaje por Rusia este viernes con una visita a una fábrica de aviones en la ciudad de Komsomolsk del Amur a fin de conocer los cazas rusos de última generación. Mañana se espera su arribo al puerto de Vladivostok para ver los buques de la flota del Pacífico y visitar una universidad.

Estados Unidos y aliados creen que Kim probablemente suministrará municiones a Rusia para usar en Ucrania a cambio de armas o tecnología de Moscú, un acuerdo que violaría las sanciones de la ONU a Pyongyang que vedan el comercio de armas con Corea del Norte.

Putin dijo después de la reunión con Kim que Rusia acatará las sanciones de Naciones Unidas y lo reiteró este viernes.

“Nunca violamos nada y en este caso no tenemos la intención de violar nada”, sostuvo Putin ante los medios. “Pero, sin duda, buscaremos oportunidades para desarrollar las relaciones ruso-norcoreanas”.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, admitió hoy por primera vez que varias unidades militares rusas penetraron en Ucrania desde territorio bielorruso en el marco de la operación militar que Rusia inició el año pasado..

“Sí, algunas unidades (del Ejército ruso) cruzaron la frontera de Ucrania”, afirmó en una entrevista con la exiliada periodista ucraniana Diana Pánchenko, antigua presentadora del canal prorruso NewsOne, clausurado por Kiev, publicada en YouTube.

Hasta el momento, Bielorrusia, el aliado más cercano de Rusia en su invasión a Ucrania, no había admitido públicamente haber permitido a Moscú usar su territorio para atacar el país vecino.

Lukashenko instó a la periodista a preguntarle al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, “por qué las tropas rusas cruzaron la frontera entre Bielorrusia y Ucrania por la región de Chernóbil”.

“Nadie puede reclamarme nada, ningún soldado bielorruso cruzó la frontera. Pero ustedes (los ucranianos) nos provocaron. Cuatro unidades ucranianas armadas con misiles Tochka U se emplazaron junto a nuestra frontera. Mucho antes del 24 de febrero”, fecha en que comenzó la ofensiva rusa, dijo.

Según el presidente bielorruso, “para muchos esto fue una sorpresa y para nosotros fue una sorpresa”, pese a que Occidente llevaba meses advirtiendo sobre las intenciones rusas de atacar a Ucrania.

Lukashenko denunció que estas unidades ucranianas apuntaron los misiles contra territorio bielorruso, pero “los militares rusos las destruyeron en cuanto entraron”.

“Nos acusan de que nosotros promovimos el comienzo de la guerra. Pero no, la guerra ya estaba en marcha. Y ustedes la desataron, los ucranianos la desataron, la guerra con Bielorrusia. La guerra económica, ante todo”, reclamó.

Recordó que Ucrania declaró el bloqueo aéreo a Bielorrusia “antes de que lo hicieran los europeos”, y requisó miles de vagones con fertilizantes bielorrusos en el puerto de Odesa, en el mar Negro.

Según el mandatario, “esto podía y debía de haberse evitado” y recalcó que cualquier negociación entre Ucrania y Rusia debe arrancar “sin condiciones previas”.

Mercenarios del Grupo Wagner han comenzado a entrenar a las tropas bielorrusas en un campamento cerca de la ciudad de Osipóvichi, a 230 kilómetros de la frontera ucraniana, confirmó este viernes el Ministerio de Defensa bielorruso.

“Cerca de Osipóvichi tienen lugar entrenamientos de las defensas territoriales”, señala un mensaje de Defensa en Telegram, en el que se indica que las tropas locales son entrenadas en algunas disciplinas militares por “instructores de la empresa militar privada Wagner”.

El ministerio publicó también un vídeo de los entrenamientos con comentarios de algunos de sus soldados sobre los mercenarios.

“Ellos participaron en acciones de combate y esto, claro está, es una experiencia muy útil para nuestro Ejército bielorruso, que no participó en combates reales desde la guerra (soviética) de Afganistán”, señaló un soldado.

“Son gente muy preparada, que saben lo que hacen, pueden enseñarnos muchas cosas. Es una herramienta muy útil”, indicó otro de los soldados.

Esta semana el Ministerio de Defensa bielorruso adelantó que planeaba aprovechar la llegada de Wagner al país para realizar un “intercambio de experiencias” entre el Ejército regular bielorruso y los paramilitares rusos.

Hace una semana las autoridades bielorrusas afirmaron que los mercenarios de Wagner, que debían trasladarse a ese país tras el fracaso de la sublevación de junio pasado, aún no se encontraban en la base ofrecida por Minsk.

El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, dijo previamente que el Grupo Wagner es la unidad “más experimentada en combates” y que “puede servir a la defensa de Bielorrusia si el país es atacado”.

La Agencia de Seguridad del Estado de Bielorrusia (KGB) dio a conocer que ayer logró detener a varias personas que planeaban un ataque terrorista en el país durante el Día de la Victoria.

El Día de la Victoria se celebra este martes, una fecha en la que las antiguas repúblicas soviéticas conmemoran la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Según indicó el jefe de la KGB bielorrusa, Ivan Tertel, la agencia de seguridad cuenta con información suficiente para asegurar que los detenidos tenían previsto atentar durante la jornada de este martes, aunque señaló que la información completa sobre la operación se dará a conocer mañana miércoles.

“Estos fueron intentos de organizar ataques terroristas en nuestro territorio. Y creemos que estuvieron ligados precisamente al Día de la Victoria”, ha manifestado a la agencia bielorrusa de noticias BelTA el máximo responsable de la KGB, quien además alertó sobre una escalada de las tensiones a nivel nacional.

Según Tertel, Bielorrusia también está sufriendo las consecuencias de que “la situación en el mundo ahora sea muy inquieta”.

“Estamos esperando la escalada de la situación en nuestro país”, reconoció el jefe de la KGB, quien ha asegurado estar trabajando en nombre del presidente Alexander Lukashenko para garantizar la calma.

La Agencia de Seguridad del Estado ha confirmado que esta operación se ha llevado a cabo con la colaboración del Ministerio del Interior y el Comité Estatal de Fronteras.

Finalmente dijo que se ha ordenado reforzar los controles de seguridad en las fronteras del país.

El Comité Olímpico Internacional (COI) levantó el veto a los deportistas rusos y bielorrusos, sancionados desde la invasión a Ucrania, y recomendó a las federaciones que autoricen su participación en competencias internacionales como “deportistas neutrales individuales”.

También se solicitó permitir que compitan en el proceso de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024 y los Juegos de Invierno Milán-Cortina 2026, aunque sin garantizar su presencia en esas citas.

De esta manera, la Junta Ejecutiva del COI responde a la solicitud de la 11ª Cumbre Olímpica, que se reunió el pasado 9 de diciembre, tras consultas con miembros del COI, de los Comités Olímpicos Nacionales (CON), de las federaciones y de representantes de los deportistas.

Sin embargo, precisó que la participación de deportistas con pasaporte ruso o bielorruso en los Juegos Olímpicos de París 2024 y en los Juegos Olímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026 “no fue considerada ni en las consultas ni en sus deliberaciones de hoy”.

“El COI se reserva expresamente el derecho de decidir sobre su participación en el momento adecuado, aunque se considerara que se han clasificado de acuerdo con los criterios de clasificación establecidos por sus respectivas federaciones internacionales”, señaló en un comunicado.

Como parte de las reflexiones, se reiteró que los Juegos Olímpicos no pueden prevenir guerras y conflictos, ni abordar todos los desafíos políticos y sociales.

“Los Juegos Olímpicos pueden servir de ejemplo para un mundo en el que todos respeten las mismas reglas y se respeten unos a otros. Pueden inspirarnos a resolver problemas construyendo puentes, lo que
lleva a una mejor comprensión entre las personas. Pueden abrir la puerta al diálogo y la construcción de la paz de una manera que no lo hacen la exclusión y la división”, sostuvo.

A pesar de las medidas adoptadas, el COI insistió en su condena a la invasión rusa de Ucrania, que dijo es “una flagrante violación de la tregua olímpica”, por lo que mantiene sus sanciones a los gobiernos de Rusia y Bielorrusia, entre las que se incluyen no organizar eventos deportivos internacionales en cualquiera de los dos países; no exhibir ninguna bandera, himno u otro símbolo nacional en ninguna competencia internacional; y no invitar a ningún político o mandatario de los dos países a ningún evento deportivo internacional.

Sobre los deportistas rusos o bielorrusos, el COI aseguró que los deportistas que apoyen “activamente la guerra” no podrán competir, como tampoco los que estén contratados por las fuerzas armadas rusas o bielorrusas o las agencias de seguridad nacional.

En este sentido, pidió a las federaciones que consideren la participación de estos “en función de sus méritos deportivos y no por motivos políticos o por sus pasaportes”, recordando que actualmente hay otros 70 conflictos armados y guerras en el mundo y que “nadie está solicitando la exclusión” de los deportistas de esos países por ello.

Por último, reiteró su apoyo a los deportistas ucranianos, para los que ha dotado un Fondo de Solidaridad de hasta 7,.5 millones de dólares.

El Tribunal de Leninski, en Minsk, ha condenado este viernes al premio Nobel de la Paz bielorruso, Alés Bialiatski, a diez años de prisión por contrabando y pertenencia a un grupo organizado en el marco de un caso relacionado con la ONG Viasna.

Junto a él han sido condenados otros tres activistas; su adjunto, Valiantsin Stefanovich, el coordinador de la campaña a favor de unas “elecciones libres”, Vladimir Labkovich, y Dimitri Soloviov.

La Fiscalía había solicitado doce años de prisión para Bialiatski, que permanecía en prisión desde julio de 2021, al que acusaban también de financiar protestas antigubernamentales y evadir impuestos.

Según los fiscales, entre 2013 y 2020 “junto a otras personas que no han sido identificadas” formaron una red que permitió obtener más de 800,000 rublos bielorrusos de ganancias.

Los investigadores han señalado que Bialiatski y sus compañeros no dieron de alta la organización en Hacienda y no presentaron los documentos pertinentes ante las autoridades. Así, fueron acusados de evadir unos 113,000 rublos bielorrusos. Sin embargo, todos ellos se han declarado inocentes de los cargos
imputados.

La propia Viasna ha defendido que la ONG “únicamente realiza actividades pacíficas para proteger los Derechos Humanos y las libertades en Bielorrusia, recogidas en la Constitución del país”.

“Rechazamos categóricamente la presión y persecución de miembros de nuestra organización y otros defensores de los Derechos Humanos que llevan a cabo actividades similares, lo cual consideramos como actos de persecución política”, precisaron.

Bialiatski obtuvo el premio Nobel en 2022 junto a las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties y se convirtió en la cuarta persona reconocida con el galardón mientras se encuentra encarcelada.

El Gobierno de Bielorrusia criticó el mismo día el premio Nobel y aseguró que reconocimientos como éste hacen que Alfred Nobel se “revuelque en su tumba”.

Al respecto, la Unión Europea (UE) expresó su rechazo a la condena a diez años de prisión da Bialiatski y pidió su liberación.

“Condeno enérgicamente el veredicto del régimen de (el presidente bielorruso, Alexandr) Lukashenko contra los activistas Ales Bialiatski y (la ONG) Viasna, galardonados con el Premio Nobel de la Paz”, indicó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de su perfil oficial en Twitter.

La política alemana insistió en que “deben ser liberados” y subrayó que “su lucha por los derechos humanos y la justicia en Bielorrusia continuará”. “Los intentos de silenciarlos fracasarán. Nosotros llevaremos sus voces”, apuntó.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, indicó en la misma red social que la condena de Bialiatski y otros miembros del centro de derechos humanos Viasna de Bielorrusia “es una vergüenza”.

En una declaración, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, condenó “en los términos más enérgicos” los juicios “farsa” a los que han sido sometidos los activistas, que son “otro ejemplo atroz de cómo el régimen de Lukashenko intenta silenciar a quienes se levantan en defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales” de los bielorrusos.