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Los principales aliados ideológicos de Evo Morales en Latinoamérica, Cuba, Venezuela, Nicaragua y México calificaron de de “golpe de Estado” los acontecimientos vividos este fin de semana en Bolivia, que desembocaron en la renuncia del mandatario.

A ellos se sumaron el presidente electo argentino, Alberto Fernández, y el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.

“Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente @evoespueblo”, escribió en Twitter el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Paralelamente, países como Colombia o Perú también pidieron una transición pacífica y nuevas elecciones.

Por su parte el gobierno ruso, también aliado de Morales, dijo que las acciones violentas de la oposición forzaron la salida de Morales, mientras que la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamaron a la “moderación” a la “responsabilidad” y a nuevas elecciones.

El ministerio de Exteriores español, que había celebrado el anuncio de unas nuevas elecciones formulado horas antes por el ya expresidente, condenó que este proceso “se haya visto distorsionado por la intervención de las fuerzas armadas y de la policía sugiriendo a Evo Morales que presentara su renuncia”.

Nuestro país, confirmó esta mañana el canciller Marcelo Ebrard, ya le ofreció asilo a Morales. Según Ebrard, que indicó que “20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia” se habían refugiado en la embajada mexicana de La Paz.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, aseguró que con la renuncia de Evo Morales se quebró la legalidad, por lo que llamó a que vele por la integridad física de Evo, otros líderes y pueblo boliviano.

Sobre las muestras de apoyo que ha recibido, Morales ocupó su cuenta de Twitter para agradecer las “sugerencias, recomendaciones y expresiones de reconocimiento” que ha recibido.

Morales dijo que todas las comunicaciones que ha recibido le llenan de aliento, fortaleza y energía. “Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré”.

 

La renuncia a la presidencia de Evo Morales, que este lunes llamó “racistas y golpistas” a dirigentes opositores, dejó un vacío de poder como desenlace a tres semanas de disturbios desencadenados por unas elecciones irregulares en las que Morales buscó perpetuarse en el poder.

El exmandatario envió un tuit desde la región cocalera del Chapare, en el centro del país, donde se refugió desde su sorpresiva dimisión la tarde de ayer, horas después de convocar a nuevas elecciones tras las “irregularidades graves” denunciadas por los observadores de la OEA en los comicios del 20 de octubre.

“Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo”, tuiteó Morales. “Mesa y Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas”, añadió.

Recordemos que Morales dimitió presionado por militares, policías y por la oposición, que le exigieron dejar el puesto que ocupaba desde 2006 con el fin de pacificar el país.

En ausencia del presidente, la Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.

La dimisión del vicepresidente Álvaro García, de la presidenta y el vicepresidente del Senado, Adriana Salvatierra y Rubén Medinacelli, y del titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, crearon por tanto una situación de incertidumbre en la cadena de sucesión constitucional.

En ese contexto, la segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, reivindicó su derecho a asumir la presidencia de Bolivia. “Ocupo la segunda vicepresidencia y en el orden constitucional me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones”, afirmó Añez.

No está claro qué destino va a correr el exmandatario. Morales dijo que no abandonaría Bolivia, pero México ya le ofreció asilo, según anunció el canciller Marcelo Ebrard, que indicó que “20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia” se habían refugiado en la embajada mexicana de La Paz.

Morales, forjado políticamente como sindicalista cocalero, se fue defendiendo su legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.

Y es que los resultados de una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) difundidos este domingo, que hablaban de “serias irregularidades” en las elecciones, desencadenaron los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Morales.

El domingo, tras conocerse ese informe, el expresidente ofreció celebrar nuevos comicios, pero no logró aplacar la ira de la oposición.

El canciller de Bolivia, Diego Pary, denunció ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) un intento de golpe de Estado, mientras los líderes de grupos cívicos bolivianos anunciaron que “radicalizarán” sus protestas contra la reelección del presidente Evo Morales.

La sesión de ese organismo internacional fue convocada tras el pedido que hizo la Misión Permanente de Bolivia ante la OEA, para denunciar que grupos cívicos junto al candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, quien perdió los comicios, han generando convulsión en el país con enfrentamientos entre bolivianos, destacó la Agencia Boliviana de Información (ABI).

El canciller señaló que los cívicos encabezados por el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Fernando Camacho, realizan llamados a la confrontación, violencia, desacato civil y derrocamiento del presidente Evo Morales, constitucionalmente elegido.

Agregó que el plazo de 48 horas que dieron para que Morales deje el Gobierno venció la noche de este lunes y mostró ante los delegados de los países miembros del consejo permanente que hay un intento de golpe de Estado en curso en Bolivia.

Asimismo, enfatizó que Bolivia convocó a la OEA para que realice una auditoría integral a los comicios, que actualmente está en proceso, pero ese y otros esfuerzos “no sirvieron” para que los grupos de oposición radical dejen su accionar y medidas antipopulares.

La crisis política que registra Bolivia desde el 20 de octubre al concluir el proceso electoral se profundizó esta semana, con la tensa espera del emplazamiento al presidente Evo Morales para que renuncie, el llamado a nuevas elecciones y los enfrentamientos en varias partes del país.

Morales anunció “resistencia ante el ultimátum otorgado por los cívicos para que renuncie y aseguró que el “pueblo está organizado para defender el denominado “proceso de cambio”.

El helicóptero del presidente boliviano Evo Morales sufrió este lunes “una falla mecánica del rotor de cola” al despegar en un poblado andino, por lo que tuvo que realizar “un aterrizaje de emergencia” sin consecuencias para sus pasajeros, informó la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

La aeronave EC-145 que trasladaba a Morales en una gira “presentó una falla mecánica del rotor de cola durante el despegue, motivo por el cual realizó un aterrizaje de emergencia”, señaló la FAB en un comunicado. “No se registraron daños personales”, agregó.

De acuerdo a normas vigentes, la FAB procederá a “activar la Junta de Accidentes” para luego entregar “mayores detalles” relativos al incidente “de acuerdo a los avances de la investigación”.

Morales había inaugurado poco antes una carretera para unir las poblaciones andinas de Caracollo con Colquiri, al sur de La Paz, cuando se desató una intensa lluvia en la región.

El incidente ocurrió mientras el presidente enfrenta protestas en varias ciudades contra su reelección en los cuestionados comicios del 20 de octubre, que la oposición exige anular.

El hecho llevó al exministro de Gobierno, Hugo Moldiz a afirmar que se trataba de un “atentado” contra el presidente izquierdista indígena.

“Esto es un atentado criminal. A Omar Torrijos le pasó lo mismo en Panamá (en 1981). Da una idea de los que están y de lo que buscan de @evoespueblo. Movilización y lucha contra el golpismo imperial y conservador”, escribió Moldiz en su cuenta de Twitter.

El principal líder de las protestas en Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, dio plazo al mandatario hasta la noche de este lunes para que renuncie, en medio de protestas en varias regiones contra su polémica reelección.

Una misión técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA) inició este jueves la auditoría de las cuestionadas elecciones en Bolivia, que dieron un nuevo mandato al presidente Evo Morales, informó el canciller boliviano, Diego Pary.

“El día de hoy inicia esta auditoría, se tiene previsto desarrollar en un tiempo aproximado de dos semanas”, dijo Pary acompañado del jefe de la misión, Arturo Espinoza, quien expresó que el grupo hará un trabajo “eminentemente técnico y profesional”.

La revisión de las elecciones del 20 de octubre fue acordada entre el gobierno boliviano y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pero la oposición la califica de inconsulta y exige la anulación de la votación.

La misión la integran 30 personas, algunas de las cuales irán llegando en los próximos días y las próximas horas, dijo Pary.

La OEA indicó que el trabajo del equipo se basará en la verificación de cómputos, lo cual incluye actas, papeletas, votos; la verificación del proceso, lo cual incluye, entre otros, aspectos informáticos; el componente estadístico y de proyecciones, así como el componente de cadena de custodia de las urnas.

Subrayó que dichos puntos fueron expresados en conversación telefónica con el ex Presidente Carlos Mesa, quien había expresado su acuerdo respecto a los mismos.

Sin embargo, la auditoría se realizará en medio de protestas y choques en las calles entre oficialistas y opositores por la cuestionada reelección de Morales, que han dejado hasta ahora dos muertos y más de 130 heridos.

Ambos bandos se culpan mutuamente por la violencia desatada al día siguiente de los comicios.

El rival de Morales, el expresidente Carlos Mesa declaró este jueves que “esta movilización debe continuar” hasta doblegar al mandatario izquierdista, pero pidió a sus seguidores tomar más resguardos tras las muertes, el miércoles en la noche, de dos manifestantes opositores en un pueblo cercano a la ciudad oriental de Santa Cruz, bastión opositor.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, aseguró que el candidato opositor Carlos Mesa es bienvenido a participar en una auditoría de las elecciones presidenciales a la que están convocando, esto tras las jornadas de violencia que se han producido por el descontento social, derivado de la la conducción de las elecciones y sus resultados.

Bolivia ha estado bajo una ola de protestas desde el 20 de octubre, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió sorpresivamente la publicación de los resultados de un recuento electrónico de votos que finalmente otorgó al presidente Evo Morales un cuarto mandato.

La interrupción, tras la cual hubo un cambio de tendencia en favor del mandatario, llevó a Mesa y sus partidarios a denunciar un fraude electoral.

“El señor Carlos Mesa ha hecho un esfuerzo violento, terrible y abusivo para desconocer esta victoria”, dijo García Linera a periodistas en la llamada Casa Grande del Pueblo.

“Y es por eso que nosotros, de la manera más transparente, segura y confiada en la soberanía del pueblo es que hemos invitado a una auditoría internacional (…) El día de hoy queremos pedirle al señor Carlos Mesa, al candidato perdedor, que se sume a la auditoría que llevará adelante la OEA”, indicó.

Recordemos que el recuento final de votos dio a Morales un 47.08% de los votos frente al 36.51% a Mesa, la ventaja de 10 puntos necesaria para evitar una segunda vuelta y darle otro mandato de cinco años.

Tras las denuncias de fraude, Morales, de 60 años, invitó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a realizar una auditoría y dijo que si esa revisión arroja alguna irregularidad convocaría a una segunda vuelta.

Mesa, de 66 años y que gobernó Bolivia del 2003 al 2005, dijo que los manifestantes de la oposición no aceptarían negociaciones para poner fin a la crisis y acusó que Morales quería permanecer en el poder indefinidamente.

El presidente Evo Morales ganó la elección presidencial en la primera vuelta, según el cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el 99.82% de los votos escrutados.

Según los resultados que se muestran en la página electrónica oficial del TSE, Morales obtuvo el 47.07% de los sufragios, mientras que el opositor Carlos Mesa habría sumado 36.52%.

Las cifras incluyen los votos válidos de quienes viven en Bolivia y de los bolivianos que radican en el exterior.

Según la tendencia le resultaría imposible a Mesa revertir el resultado oficial, de manera que Morales obtendría el triunfo para un nuevo mandato hasta 2025.

Sin embargo, los resultados están seriamente cuestionados por sectores bolivianos, que mantienen una huelga en varias ciudades del país.

La Unión Europea (UE) se sumó este jueves al pedido de la OEA para que Bolivia vaya a una segunda vuelta electoral, con el fin de restablecer la confianza en el proceso electoral considerado escasamente transparente.

Por su parte el candidato opositor, realizó este jueves la presentación oficial de la Coordinadora de Defensa de la Democracia la cual pidió la realización de una segunda vuelta electoral en Bolivia y llamó a la movilización pacífica en defensa del voto.

La Coordinadora “exige la convocatoria inmediata a la segunda vuelta electoral administrada de manera idónea, independiente e imparcial, por las autoridades electorales, indicó Mesa al dar lectura a la primera resolución de la Coordinadora de Defensa de la Democracia.

Convocó a la ciudadanía, a organizaciones sociales, instituciones y personalidades a sumarse a la Coordinadora de Defensa de la Democracia y mantenerse movilizada pacíficamente hasta lograr el respeto de la voluntad popular, luego de manifestar su descontento con los resultados de los comicios del domingo que dan una ventaja de poco más de 10 puntos porcentuales al mandatario y candidato oficialista Evo Morales.

Agregó que así coincidieron las empresas que realizaron el conteo rápido de votos y lo ha ratificado el informe de la misión de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), “que el partido de gobierno ha ejecutado el gigantesco fraude electoral y que las autoridades electorales han llevado el proceso plagado de irregularidades.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, se dijo este miércoles “casi segurísimo” de ganar en primera vuelta la reelección para un cuarto mandato, mientras en diversas regiones del país comienza una huelga general convocada por la oposición y comparada por el mandatario con un “golpe de estado”.

“Yo estoy casi segurísimo que con los votos de áreas rurales vamos a ganar en la primera vuelta” frente al candidato centrista Carlos Mesa, dijo el mandatario en una declaración desde la casa de Gobierno, cuando el cómputo oficial de votos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) apunta a una segunda vuelta.

El mandatario izquierdista acumula un 46.03% de los votos frente al 37.35% de Mesa, cuando faltan por escrutarse alrededor del 3% de los sufragios válidos nacionales, según datos actualizados del TSE a las 08:25 hora local. Para evitar la segunda vuelta, necesita un mínimo de 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales respecto al segundo candidato.

Morales denunció además que “está en proceso un golpe de estado”, en aparente referencia a las protestas opositoras y la huelga indefinida anunciada a partir de este miércoles. “Quiero que sepa el pueblo boliviano, que hasta ahora humildemente soportamos para evitar violencia y no hemos entrado en confrontación”, sostuvo.

Una ola de violencia estalló en diversas regiones tras los comicios del domingo y ha tenido como blanco las sedes de los tribunales electorales. La protesta de la noche del martes en La Paz congregó a miles de personas que gritaban “¡Fraude, fraude, fraude!”.

El mandatario boliviano, a diferencia de sus dos períodos anteriores, no pudo lograr en primera vuelta el 50% más uno de los votos que lo reelegiría automáticamente y le haría además mantener el control del Congreso, allanándole el camino para aprobar leyes sin oposición.

El domingo por la noche, basándose en un conteo electrónico rápido de votos organizado por el TSE, Carlos Mesa celebró su paso a segunda vuelta.

“Un triunfo incuestionable que nos permite decir con absoluta certeza y seguridad, tanto por la información de los medios, como por nuestro propio cálculo interno: ¡Estamos en segunda vuelta!”, sostuvo.

Sin embargo, tras esos datos parciales, el TSE detuvo durante 20 horas el conteo, provocando recelo y rechazo en la oposición; así como peticiones de organismos internacionales, comenzando por la Organización de Estados Americanos (OEA), y países como Estados Unidos, Argentina, Brasil y Colombia, de respetar la transparencia del escrutinio.

El controvertido giro que dio el resultado parcial de los comicios, que llegó a proyectar temporalmente a Morales como ganador en primera vuelta, será analizado esta jornada en Washington en una reunión extraordinaria de la OEA, que aceptó hacer una auditoría del proceso electoral a pedido del gobierno boliviano.

Morales agradeció al pueblo y a los sectores sociales por el “nuevo triunfo”, y aseguró que es la cuarta elección consecutiva que gana democráticamente. “Nos impusimos con más de medio millón de votos al segundo y tenemos mayoría absoluta en diputados y senadores”.

Los resultados electorales parciales en Bolivia están a punto de confirmar este martes la victoria del presidente Evo Morales en la primera vuelta de las elecciones, aunque la oposición denuncia un fraude y protesta en las calles, mientras observadores internacionales cuestionan la ventaja repentina del mandatario.

Estados Unidos acusó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) de tratar de “subvertir la democracia en Bolivia” y lo instó a “restaurar la credibilidad” del escrutinio. La Unión Europea, en tanto, exigió “respetar la voluntad del pueblo boliviano” y advirtió que su cooperación con La Paz “se basa en un compromiso compartido de valores y principios democráticos”.

También España, Argentina, Brasil y Colombia expresaron inquietudes sobre la marcha del conteo de votos en Bolivia, que vivió una jornada violenta el lunes, en la que manifestantes quemaron urnas y sedes electorales.

Mientras, en Bolivia, la oposición, sindicatos, organizaciones empresariales y ciudadanos preparan nuevas protestas para este martes. Las movilizaciones en las calles comenzaron cuando las autoridades electorales, sin explicación alguna, reanudaron el lunes por la noche el recuento de votos interrumpido el día anterior.

El recuento rápido de actas (TREP) dio sorpresivamente a Morales un 46.87% de los votos y a su rival, Carlos Mesa, el 36,73%, una vez escrutado el 95,30% de los sufragios.

Morales, en el poder desde 2006, está a punto de ser reelegido. Según la ley, si el ganador en primera vuelta obtiene el 50% más uno de los votos válidos o al menos 40% de los sufragios, con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo, se evita el balotaje.

La ventaja de Morales fue cuestionada por la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que observa las presidenciales y legislativas del domingo.

“La Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas” el domingo, y que estaban orientados hacia una segunda vuelta, dijo en un comunicado.

La difusión del escrutinio fue paralizada el domingo, tras un primer y único informe de conteo rápido del 84% de las actas que daba un 45,28% a Morales y un 38,16% a Mesa, anticipando una segunda vuelta para el 15 de diciembre.

Mesa, que gobernó Bolivia de 2003 a 2005, denunció un “fraude” y anunció que no reconocería los últimos resultados provisionales.

“No vamos a reconocer esos resultados que son parte de un fraude consumado de manera vergonzosa y que está colocando a la sociedad boliviana en una situación de tensión innecesaria”, declaró Mesa la noche de ayer.

El cómputo de resultados oficiales de las elecciones en Bolivia se encuentra a poco más del 22%, con ventaja momentánea para el opositor Carlos Mesa sobre el presidente Evo Morales, mientras siguen las sospechas de un intento de fraude.

La web del órgano electoral de Bolivia mostró a las 10:00 hora local con el 22.17% de los votos escrutados, un 47.12% para Mesa y un 37.21% para Morales, sumando los votos en el país y recibidos el exterior.

Estos porcentajes representan cerca de 1.4 de los más de 7.3 millones de electores llamados a las urnas en Bolivia, donde el voto es obligatorio para los residentes en el país y voluntario para quienes viven en el exterior.

El ganador necesita al menos el 50% de los sufragios o el 40 con diez puntos de ventaja sobre el segundo; de no lograr estos porcentajes, los dos más votados van a una segunda vuelta.

Los datos preliminares ofrecidos por el órgano electoral tras la jornada de votación, antes de que empezara el cómputo oficial, apuntaban a una victoria de Morales con cerca del 46% de los sufragios, por alrededor del 38% de Mesa, lo que supondría una segunda vuelta que se celebraría en diciembre.

El Tribunal Supremo Electoral detuvo el recuento preliminar con aproximadamente el 83% de actas escrutadas, lo que provocó  las denuncias de Mesa de un intento de manipular los resultados del llamado de los observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de la necesidad de un cómputo ágil y transparente.

El expresidente Carlos Mesa, candidato de la alianza Comunidad Ciudadana, tiene previsto comparecer ante los medios en La Paz para pronunciarse sobre el recuento en las próximas horas. Igualmente, el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) anuncia una comparecencia para detallar acciones en defensa de los resultados por las sospechas de fraude.

Evo Morales dijo anoche ante sus seguidores que confía que el recuento final le dé el porcentaje suficiente para evitar una segunda vuelta y conservar la mayoría parlamentaria, ahora de dos tercios para el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).

Morales lleva en el poder desde 2006 y siempre había ganado con mayoría en primera vuelta en tres elecciones consecutivas, por lo que de confirmarse una nueva cita con la urnas, sería la primera vez desde que la Constitución que promulgó en 2009 introdujo la posibilidad de una segunda vuelta.

Este domingo el presidente de Bolivia, Evo Morales dijo que su gobierno está abierto a recibir la ayuda internacional para combatir los incendios forestales que continúan en el oriente del país y anunció la suspensión de la campaña electoral para su reelección, a menos de dos meses de los comicios generales.

El sábado por la noche, autoridades de la región amenazada por el fuego pidieron al gobierno aceptar la ayuda ofrecida por los países vecinos, una opción que Morales había desestimado a inicios de semana.

“Por medios de comunicación me informé que Argentina quiere cooperar, totalmente abierto. Nadie está prohibiendo la cooperación voluntaria, espontánea, aunque no me comunique con el presidente Macri”, dijo Morales.

Agregó que “también acabo de informarme que el presidente de Perú está dispuesto a cooperar. He dado tarea al Ministerio de Defensa y al Ministerio de Relaciones Exteriores en qué medida nos pueden cooperar para apagar estos incendios que siguen apareciendo en la zona de Chiquitanía”.

Por el momento Bolivia lucha contra el fuego con el apoyo más de 2 mil personas y de pequeñas aeronaves, además contrató el avión cisterna ‘Supertanker’ que comenzó a operar el sábado.

En una conferencia de prensa desde el trópico de Cochabamba, Morales también anunció que el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) suspenderá sus actividades de proselitismo electoral.

Al menos un millón de hectáreas de bosque y pastizales fueron afectadas por los incendios en las tierras bajas del oriente boliviano, hasta la anterior cifra de 744 mil 711 hectáreas del jueves.

Ante los graves incendios que afecta los bosques de Sudamérica, Morales reiteró su llamado a una reunión entre los países integrantes de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), la misma que, a su juicio, es bloqueada por las diferencias ideológicas con el presidente venezolano Nicolás Maduro.

Luego de que ayer arrancara su campaña para conseguir la nominación del partido demócrata para disputar la elección presidencial del 2020, el senador de Estados Unidos, Bernie Sanders, recibió el respaldo del presidente de Bolivia, Evo Morales.

“Saludamos al hermano @BernieSanders, de quien los medios afirman que avanza a grandes pasos hacia la candidatura presidencial en #EEUU”, dijo Morales a través de sus redes sociales.

Confió en que Sanders, al que calificó como un político progresista, tendrá un fuerte respaldo del pueblo estadounidense. “La revolución democrática se hace con votos”.

Por su parte, Sanders retomó la llamada ‘revolución política’ que comenzó en 2016 cuando compitió junto a Hillary Clinton por la candidatura.

El independiente afirmó durante su evento de ayer, que  es él el mejor preparado para vencer al mandatario Donald Trump, quien ha confirmado que buscará la reelección en 2020.

Entre las promesas que lanzó en su primer evento de campaña están la cobertura médica universal, impuestos para las grandes corporaciones, ayuda a los emigrantes, educación pública y reducción del gasto militar.

 

El Frente de Unidad Nacional (UN) de Bolivia, el Partido Acción Nacional (PAN) de México y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Nicaragua emitieron este lunes un comunicado conjunto, en que manifestaron su rechazo a la posición de sus respectivos gobiernos respecto a la crisis que se vive en Venezuela.

Los tres partidos indicaron que reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y expresaron su apoyo y respaldo a los parlamentarios de la Asamblea Nacional de dicho país.

“Condenamos sin matices la postura de nuestros respectivos gobiernos sobre la crisis venezolana. Su complicidad con la tiranía de Nicolás Maduro no representa el verdadero sentimiento de nuestras naciones”, indicaron las formaciones políticas.

Adelantaron su apoyo a los venezolanos para enfrentar las “batallas” por la recuperación de la democracia, hasta que la institucionalidad retorne a Venezuela.

Finalmente, aseguraron que trabajarán en conjunto para impedir que el populismo siga creciendo en la región, en nombre de una falsa democracia.

 

La Policía de Bolivia hoy una investigación para determinar cómo José González Valencia, considerado el líder de uno de los cárteles más importantes del narcotráfico en México, ingresó al país y consiguió una autorización para radicar legalmente, informó una fuente oficial.

 

El comandante de la Policía de Santa Cruz (este), Rubén Suárez, en un contacto con los medios, indicó que el ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero, ordenó que se haga una “investigación profunda” respecto a la permanencia de González en Bolivia.

El miércoles la Policía Federal brasileña detuvo a González Valencia, de 42 años, en un lujoso complejo turístico de la ciudad de Fortaleza. El arrestado portaba un documento expedido por Bolivia, en el que se identificaba como ciudadano mexicano pero con el falso nombre de Jefett Arias Becerra.

El jefe policial boliviano explicó que en los siguientes días se tendrá una información oficial que determinará “desde cuándo esta persona ingresó, por dónde ingresó” a Bolivia.

 

Con información de Agencias / Foto: Archivo APO

El gobierno boliviano dijo el viernes que no tenía antecedentes y tampoco fue alertado de la presencia en su territorio de un supuesto capo del cartel mexicano Jalisco Nueva Generación, quien residía en Bolivia con una identidad falsa, y en recientes días salió del país para reunirse con su familia en Brasil.

 

José González Valencia, alias “Chepa”, presunto operador financiero de esa organización y buscado por la justicia estadounidense, fue detenido el miércoles en la ciudad brasileña de Fortaleza tras ingresar desde Bolivia, según la policía federal de Brasil.

 

González vivía en Bolivia con el nombre falso de Jofett Arias Becerra al parecer desde principios de año. Solicitó residencia en Bolivia y la obtuvo por dos años, explicó el ministro de Gobierno Carlos Romero. “No teníamos ningún antecedente, ninguna alerta” sobre González, dijo Romero en declaraciones a periodistas.

 

Romero admitió “probables fallas” de instituciones del gobierno al otorgar una cédula de residencia temporal al presunto narcotraficante.

 

Con información de AP / Foto: Archivo APO

El presidente de Bolivia, Evo Morales, cuestionó  la labor del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro tras  la detención de los nueve bolivianos en Chile.

El mandatario boliviano criticó las acciones de Almagro por la detención de dos militares y siete civiles, así como  la “agresión política, económica, diplomática y a los derechos humanos” de Chile.

 

 

Los nueve bolivianos están acusados de robar camiones con violencia, portación de armas y contrabando. La detención se realizó en la zona fronteriza de Chile el pasado 19 de marzo y desde el 22 de marzo están recluidos en la prisión preventiva en el penal Alto Hospicio de Tarapacá.

Hasta el momento la OEA no se ha pronunciado sobre el incidente, pese a que  el gobierno de Bolivia implementa una campaña internacional para dar a conocer el caso en busca de acciones que coadyuven a solucionar la situación de los bolivianos detenidos hace más de 50 días.

En días pasados, Evo Morales  solicitó al Papa Francisco mediante una carta que interponga sus buenos oficios para su liberación y pidió que envíe un delegado de la Santa Sede para que “verifique en Iquique-Chile su estado de situación”.

Finalmente, este jueves el gobierno de Bolivia envió a la misma región donde fueron detenidos los nueve bolivianos a la Compañía Conjunta de Fuerza Antiterrorismo y Antisubversión F10, un grupo élite para frenar el contrabando en la frontera con Chile

 

Con información de Agencias / Foto: Twitter