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Durante su gira por Coahuila, el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hizo un llamado a todos los militantes del partido a “reforzar el trabajo de organización”, pues indicó “esa es la base para asegurar el triunfo”, y es que insistió en que para las elecciones presidenciales “solo faltan 8 meses, ya no es mucho”.

El tabasqueño aseguró que hay quienes creen que Morena es de los líderes, “y no, Morena no tiene dueño, es un instrumento de lucha al servicio del pueblo, al servicio de la sociedad”, por lo que dio la bienvenida a mujeres y hombres “de buena voluntad”.

Reiteró que Morena solo se reservan el derecho de admisión para personas como Carlos Salinas y Felipe Calderón, que tanto han dañado a la democracia del país.

Puntualizó que el fin principal de Morena es acabar con la corrupción, “con este cáncer que destruye al país”.

 

Con información de El Noroeste / Foto: Archivo APO

Un juez envió a juicio al expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina y a su entonces vicepresidenta Roxana Baldetti acusados de supuesta corrupción.

 

La decisión del juez Miguel Ángel Gálvez ocurre dos años y medio después de que la Fiscalía y la Comisión  Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) hicieran pública una investigación sobre una estructura integrada por los exmandatarios, funcionarios, empresarios y particulares involucrados en una supuesta defraudación aduanera por varios millones de dólares.

 

La fiscalía acusa a Pérez Molina y a Baldetti, quienes gobernaron Guatemala entre 2012 y 2015, de ser los líderes de la estructura denominada “La Línea” que a través de sobornos y comisiones pagadas en las principales aduanas del país defraudaran al Estado.

 

Tanto Pérez Molina como Baldetti han negado los cargos y responsabilizado a la fiscal general Thelma Aldana y al jefe de la CICIG, Iván Velásquez, de “inventar” un caso sin pruebas contra ambos.

 

 

Con información de AP / Foto: Twitter

El encargado del despacho de la Procuraduría General de la Justicia, Alberto Elías Beltrán, sorprendió a cuatro días de haber asumido las funciones, con su decisión de remover al titular de la FEPADE, Santiago Nieto. Sin embargo, Nieto ha sido incómodo para el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y sus aliados.

 

¿Que hay detrás de esta destitución? No te pierdas este análisis en voz de Ana Paula Ordorica.

 

 

De acuerdo a una investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), el ex director de la compañía Braskem, quien se encuentra procesado en Brasil por actos de corrupción, confesó cercanía a la campaña del PRI en 2012, cuando la firma petroquímica transfirió sobornos a empresa ligada a Emilio Lozoya, director de Vinculación Internacional del candidato. Nuevos documentos revelan que Peña se reunió con Marcelo Odebrecht tres veces antes de ser Presidente.

 

Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht, acompañó “de tiempo completo” la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012, de acuerdo con Carlos Fadigas, quien en aquellos días era el director de la compañía y hoy es delator ante la justicia brasileña para esclarecer el gigantesco caso de corrupción internacional conocido como ‘Lava Jato’.

 

“Acompañamos de tiempo completo toda la campaña del PRI, del partido PRI, y del actual presidente Enrique Peña Nieto. No sólo de él, sino también de su equipo”, expresó Fadigas en una reunión privada con inversionistas realizada en febrero de 2013, según consta en la transcripción del encuentro, de la cual MCCI tiene copia.

 

De acuerdo con nuevos documentos obtenidos por MCCI, Braskem intervino durante los días de la campaña presidencial con tres transferencias por 1.5 millones de dólares a la empresa Latin America Asia Capital, afincada en Islas Vírgenes, que ha sido vinculada por delatores o testigos protegidos en Brasil con Emilio Lozoya Austin, quien se desempeñaba como coordinador de Vinculación Internacional del candidato del PRI.

 

Lozoya ha negado en reiteradas ocasiones cualquier vínculo con esa empresa y ha asegurado que demandará a los delatores por dañar su honor. Braskem, por su lado, se ha deslindado de actos ilícitos cometidos por Odebrecht en sus operaciones en México.

 

El pasado 14 de agosto, MCCI publicó que en plena contienda electoral de 2012, la constructora Odebrecht transfirió 3 millones 140 mil dólares en siete depósitos a la empresa ligada por los delatores a Lozoya, en pago por supuestos favores.

 

Con los nuevos documentos, ahora se sabe que tres de esas transferencias por 1.5 millones provenían de Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht, que en aquellos días construía la planta Etileno XXI en el estado de Veracruz, en alianza con la empresa mexicana Idesa.

 

Los documentos revelados por MCCI, que incluyen estados de cuenta de transferencias desde el Meinl Bank, fueron integrados a la carpeta de investigación FED/FEPADE/UNAI-CDMX/0001139/2017 que tiene abierta la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).

 

No es la primera vez que Braskem es investigada por financiamiento de campañas electorales. En la pesquisa del caso Lava Jato, se descubrió que la firma petroquímica financió a candidatos y partidos políticos en Brasil, mientras que en Argentina aportó dinero para la campaña del actual presidente Mauricio Macri.

 

 

El Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova sostuvo que la corrupción e impunidad  han dañado las expectativas que la sociedad tiene sobre la democracia, por lo que hizo un llamado a combatir estos fenómenos a través de una política de estado en materia de cultura cívica. 

 

“Nada ha dañado más las expectativas fincadas en la democracia, como la corrupción asociada al ejercicio del poder y la impunidad con la que se conducen quienes aprovechan sus responsabilidades públicas”, indicó el Consejero Presidente del INE.

 

Córdova Vianello sostuvo que la corrupción e impunidad corroen a la sociedad mexicana y merman la cohesión social, por lo que para combatirlas eficazmente es necesario construir una política de Estado en materia de cultura cívica.

 

El Consejero indicó que la democracia pasa por una red de exigencias recíprocas y “empoderar a los ciudadanos significa que estos estén conscientes de su rol en los procesos de decisión democrática, y esto pasa por hablarse con franqueza, con la verdad, dialogar respetuosamente y de manera incluyente; y finalmente, exigir a las autoridades, pero también exigirse así mismo”. 

El Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que ha sido su Gobierno el que ha decidido “entrarle” al combate a la corrupción, con contundencia y firmeza, y sostuvo que “ha sido este Gobierno, como ninguno lo había hecho antes”, el que ha implementado más acciones para acabar con este mal que afecta al país.

 

El mandatario indicó que el país cuenta actualmente con dos sistemas que ayudan en el combate a la corrupción: un Sistema Nacional de Transparencia, que obliga a que las entidades públicas y a los Poderes del Estado, a rendir cuentas claras y a ser transparentes en su actuar, y permite “que cualquier ciudadano pueda preguntar sobre el destino de recursos, o la aplicación de recursos que se sabe tienen en Administración los distintos Poderes”.

 

Añadió que el otro mecanismo que se tiene, es el Sistema Nacional Anticorrupción, el cual  precisó “está diseñado para que el Estado tome o emprenda políticas públicas, defina acciones a su interior que permitan cerrar las brechas a la discrecionalidad y a espacios donde eventualmente pueda haber corrupción”.

 

“Éste, yo creo, es el avance que no tiene precedente en años recientes en el combate a la corrupción”, subrayó el mandatario.

 

Peña Nieto destacó que  “si ha habido un Gobierno que ha estado resuelto a entrarle al tema con toda contundencia y con firmeza, ha sido este Gobierno, como ninguno lo había hecho antes. Sí se habían hecho esfuerzos, pero evidentemente, ante el reto que esto ha significado, este Gobierno le entró y construimos instituciones para combatir la corrupción, y también para crear un marco legal que ya no sólo sanciona a servidores públicos, sino también a personas del sector privado que eventualmente incurren en corrupción”.

 

Al clausurar el Foro Impulsando a México “La Fortaleza de sus Institucionesel mandatario aseguró que si bien la corrupción es un mal que golpea al país, no todo es culpa de esta práctica. “Casi casi si hay un choque aquí en la esquina, “ah fue la corrupción”, algo pasó en el semáforo, ¿quién compró el semáforo que no funcionó? Hemos tenido los ejemplos de socavones, pues a ver, pasan en todas partes del mundo, uno señalado, pero ha habido varios más, y ahora vimos estos sismos, pero detrás de cada evento quieren encontrar un responsable, un culpable y siempre es decir la corrupción”

 

La noticia de este lunes ha sido la renuncia de Raúl Cervantes a la titularidad de la PGR, con lo que se convirtió en el 3er procurador en dejar el cargo a lo largo de la administración de Peña Nieto. Fueron diversos los factores que Cervantes tenía en contra para convertirse en el próximo Fiscal General y que fueron señalados por los detractores que exigen un Fiscal autónomo.

 

No te pierdas este análisis en voz de Ana Paula Ordorica.

 

 

Este lunes se dio a conocer el más reciente Barómetro Global de Corrupción, Personas y Corrupción: América Latina y el Caribe elaborado por Transparencia internacional, en donde se señala que la corrupción ha presentado un aumento en el último año.

 

Más de la mitad de los ciudadanos consultados, dijo que sus gobiernos no enfrentan la corrupción (53%), además de que una de cada tres personas que habían utilizado un servicio público en los últimos 12 meses aseguró haber pagado algún tipo de soborno (29%). 

 

En el documento se detalla que México (51%) es el país en el que se pagan más sobornos en América Latina, seguido de República Dominicana, Panama y Venezuela con 38%.

 

“Los latinoamericanos y caribeños están siendo defraudados por sus gobiernos, su clase política y los líderes del sector privado (…) el soborno representa un modo de enriquecerse para unos pocos y un gran obstáculo para acceder a servicios públicos clave”, indicó José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional.

 

A través de sus redes sociales, el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aseguró que integrantes “de la llamada clase política” se han comenzado a reunir para comenzar a fraguar quien ocupará la posición de Fiscal General, lo cual indicó, no es tiempo de que se defina.

 

“Se debe esperar a que pasen las elecciones y se elija al nuevo Presidente de México para decidir sobre el nuevo Fiscal general de la República y sobre el Fiscal Anticorrupción, no con ánimo de venganza, no es mi fuerte la veganza, justicia, pero no venganza”, sostuvo AMLO, añadiendo que no se puede mantener el régimen de corrupción y de impunidad.

 

 

 

El tabasqueño hizo un llamado a que sea el próximo Presidente el que envíe una terna de candidatos para ocupar el cargo de Fiscal General, pues “sería incomodo que se elija desde ahora al que será el fiscal por los próximos 10 años”.

 

 

El Senador Miguel Barbosa aseguró que la respuesta de los políticos a la emergencia que dejaron los sismos ha sido equivocada, demagógica y oportunista, además de que sostuvo que la reacción de los gobiernos estatales y federal ha sido insuficiente, populista y desorganizada.

El político indicó que todos los planteamientos que hemos escuchado por parte de los políticos y partidos han sido enfocados a ganar simpatías ante la tragedia, “propuestas sólo de dientes para fuera, sin ninguna posibilidad ni voluntad para concretarse, el objetivo consiste en sobrevivir en este océano de rechazo a la clase política”.

“Después de este evento, el miedo del Gobierno, de los partidos políticos y de las organizaciones sociales privilegiadas -ésas que son funcionales al poder- es enorme ante la posibilidad de que surja una organización real de la sociedad mexicana que tenga la capacidad de asumir el poder. Por eso el aislamiento a la gente para que no participe en la construcción y ejecución de un plan de acción para atender el desastre”, indicó el ex perredista.

Barbosa subrayó que el Gobierno Federal está rebasado por la magnitud del siniestro, pues la tragedia evidenció la corrupción y la pobreza. “Un gran porcentaje de muertos y de daños a casas, edificios, monumentos, escuelas y en general a la infraestructura urbana, se generaron por corrupción y pobreza”.

Ante el desprestigio de la clase política y su derivado, el hartazgo con los partidos y sus integrantes, se han puesto de moda los ciudadanos como impolutos y como la solución a nuestros problemas. Todos los partidos y/o alianzas voltean a ver a la candidatura ciudadana como respuesta para poder ganar en el 2018.

 

El PRI y sus rémoras voltean a ver a José Antonio Meade o a José Narro como sus alternativas ciudadanas. Meade no está afiliado a ningún partido, es cierto. Pero de que es político, no hay duda. Es además un extraordinario servidor público, con décadas de serlo y sin escándalos de por medio. Ni de corrupción, ni personales, ni partidistas o chapulineos. A pesar de haber trabajado con presidentes del PRI, del PAN.

 

José Narro sí acredita ser PRIísta por haber sido titular de lo que hoy conocemos como la Fundación Colosio, antes la Fundación Siglo XXI. Venderlo como ciudadano es intentar hacerlo con calzador. Sería mejor que el PRI lo perfilara como un Bernie Sanders región 4, que, a sus 68 años puede mover los ánimos de jóvenes, como lo hizo el demócrata en la contienda interna del partido en contra de Hillary Clinton. Pero como lo ciudadano está de moda, así quieren que se vea a Narro.

 

En Morena Andrés Manuel López Obrador se presenta como antisistema y conserva la palabra Movimiento como emblema de que lo suyo es distinto a los desprestigiados partidos y que por eso él no se mancha ni con el pétalo de una P de político.

 

Irónico por que él ha sido PRIísta y PRDista y es el ejemplo del político que no ha vivido más que del erario. No conocemos cómo le ha hecho para pagar esa vida de giras a diestra y siniestra. Las sumas no dan, como sucede con muchos otros políticos y es razón importante del desprestigio que hoy aclama cambios. Pero AMLO no le encuentra la incoherencia.

 

Y ahora el Frente Ciudadano por México, que antes se pensó que se llamaría Frente Amplio Opositor, pero, como están de moda los ciudadanos, prefirieron botar eso de Amplio y sumarle la palabra mágica: Ciudadano.

 

 

 

 

Columna completa EL UNIVERSAL

El Presidente Nacional del PAN, Ricardo Anaya, así como militantes y liderazgos de Acción Nacional en la Ciudad de México, se reunieron la noche de ayer en el Ángel de la Independencia, en el marco del aniversario de  la fundación del Partido y conmemorar el Grito de Independencia.

 

“Nos reunimos a reiterar que la Independencia del siglo XXI para la que luchamos y trabajamos es la Independencia que implicara acabar con la corrupción teniendo un gobierno honesto y de resultados”, sostuvo Anaya.

 

El dirigente añadió que la verdadera independencia del siglo XXI será acabar con la impunidad “para vivir en un auténtico estado de derecho”, acompañado del fin de la incongruencia y la desigualdad “que hoy lastima a millones de mexicanas y mexicanos”.

 

“La independencia del siglo XXI será acabar con la violencia y construir una economía fuerte que crezca, pero que crezca para todos”, remató el líder blanquiazul.

 

 

 

 

Foto: Twitter

Vidal Llerenas Morales

EL ECONOMISTA

 

 

 

Me parece que no mucho. Las diferencias entre la propuesta del Ejecutivo y la que aprueba el Congreso se reducen a dos aspectos por el lado del gasto.

 

Uno son los etiquetados a estados y municipios para proyectos específicos, sin planificación alguna, muchas veces ligados a prácticas de corrupción.

 

El otro son incrementos a rubros que la SHCP sistemáticamente recorta en su propuesto original, porque normalmente los diputados los incrementan.

 

Es el caso de los recursos para universidades estatales y los de las organizaciones agropecuarias. Los recursos para financiar dichos cambios en el gasto generalmente provienen de fondos que nadie defiende, como los de medio ambiente, desarrollo urbano o fomento económico.

 

También proviene de que, año con año, se incrementa la estimación del tipo de cambio, lo que lleva a un mayor cálculo de los ingresos petroleros, una parte se registra como ganancia de Pemex, otra nutre el obscuro rubro de aprovechamientos. El resto del paquete permanece intocado. El gobierno compra con los etiquetados y recursos a grupos de interés el evitar que el Congreso se convierta en una arena para la discusión de las finanzas públicas.

 

En el Congreso no se cuestionan con seriedad las variables que determinan el presupuesto, ni el pronóstico de crecimiento, ni el de inflación, ni de tasa de interés, ni la plataforma petrolera, ni la recaudación de cada una de las fuentes de ingresos.

 

Las capacidades técnicas del Congreso son muy limitadas, pero también los espacios de discusión real de dichas variables.

 

Tampoco existe una valoración de las políticas que tenga impacto en las asignaciones presupuestales, incluso en áreas en donde la evaluación es intensa, como en la política social.

 

El proceso de discusión del paquete financiero sirve poco para que las propuestas de ingresos y gasto pasen por el ácido de una revisión profunda.

 

Eso permite que sucedan cosas como que la inversión del gobierno sea menor al costo financiero de la deuda y al propio crecimiento del endeudamiento, o a que no sepamos qué proyectos en específico se pagan con deuda.

 

La otra razón por el que la discusión es relativamente irrelevante es porque el gasto y los ingresos del gobierno son muy distintos a los aprobados por los legisladores.

 

Mientras en el 2015 el gobierno recaudó más de 190,000 millones de pesos del Impuesto Especial a las Gasolinas, en el 2017, tan sólo al tercer trimestre, decidió dejar de ingresar, por medio del famoso subsidio, 33,500 millones, que puede terminar en más de 45,000 millones al final del año. Es un gobierno que en promedio gasta 1 punto del PIB más de lo programado, pero que el año pasado tuvo un excedente de ingresos de más de 3 puntos.

 

Una parte de estos ingresos extras tienen reglas para su ejercicio, otros no, lo mismo sucede con los fideicomisos, cuyo monto supera ya los 680,000 millones de pesos. De hecho, no conocemos exactamente la fuente de financiamiento de cada incremento del gasto.

 

Los que tienen mayores recursos a los aprobados son siempre los mismos, la Presidencia, la propaganda, las oscuras partidas a seguridad y las transferencias discrecionales a los estados. Es decir, discutir el presupuesto sirve de poco porque al final lo importante siempre se modifica durante el ejercicio.

 

 

 

La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) emitió un posicionamiento luego del reportaje que publicó el diario The New York Times en el que se señala la “persecución” de la que ha sido víctima el empresario y activista Claudio X. González, fundador de dicha movimiento.

 

 

 

 

MCCI sostuvo que al igual que muchas otras organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación que documentan la gravedad de los problemas que aquejan a México en sus distintos ámbitos, “enfrentamos un ambiente hostil por parte de diversas autoridades”.

 

Reconocieron que “la presión, las amenazas veladas, el espionaje, el acoso fiscal e inclusive la violencia se han extendido y amenazan el derecho de los ciudadanos y los medios de comunicación y periodistas a la libre expresión”; sin embargo afirmaron que se debe tener el compromiso con “nuestro país y con quienes nos apoyan de seguir cumpliendo con el mandato para el cual nos constituimos, ya sea para informar a la sociedad, defender los derechos humanos, mejorar la educación, atender la salud…”.

 

Reafirmaron que MCCI seguirá cumpliendo con sus actividades de investigación, y denuncia de “actos y redes de corrupción ahí donde se encuentren, sean estos públicos o privados, federales o estatales, partidistas o empresariales”, y aceptaron el reto que conlleva seguir ejerciendo su labor pues esas “alternativas de solución” que ofrecen al exhibir la situación que vive el país, es lo que ayudará a que “México no está condenado a la corrupción”.

 

 

 

Foto: Archivo APO

El presidente Enrique Peña Nieto estaba sentado ante los empresarios más importantes de México y sonrió.

La élite empresarial mexicana ha invertido cantidades récord de dinero en el país y ha apoyado la promesa que hizo el mandatario de un renacimiento económico. Así han generado un espacio de oportunidad en el entorno lleno de escándalos que atormenta al presidente.

Sin embargo, Peña Nieto necesitaba algo más de los principales líderes empresariales del país, quizá sus aliados más importantes. Necesitaba lealtad. De acuerdo con cinco personas que narraron la reunión privada que se realizó en mayo, el presidente se dirigió a Claudio X. González Laporte, un empresario respetado en México.

Tu hijo, le dijo el presidente, debería dejar de ser tan crítico con el gobierno.

Todos guardaron silencio. El hijo de González Laporte, Claudio X. González Guajardo, ha pasado casi dos décadas combatiendo la corrupción y la impunidad que tanto deterioran a México. Pero su proyecto más reciente, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, una organización de periodismo de investigación que ha revelado contratos corruptos de aliados del gobierno, estaba haciendo demasiado ruido para gusto del presidente.

“La sociedad civil no debe pasar tanto tiempo hablando de corrupción”, le dijo el presidente a González Laporte. El poderoso grupo se quedó atónito ante el ataque asestado contra uno de los suyos.

“Estoy orgulloso de mi hijo y del trabajo que está haciendo”, respondió el empresario.

Incluso en México, donde el Estado a menudo ejerce presión con mano dura, se consideró muy extraño que el presidente intentara silenciar, abiertamente, a un miembro de una de sus bases electorales más confiables. La oficina del presidente negó que Peña Nieto estuviera presionando directamente a González Guajardo, sino que simplemente hizo un comentario de manera general ante su audiencia y a la que invitó a enfocarse tanto en los errores como en los logros de su gobierno.

Pero el comentario del presidente solo fue el intento más reciente de silenciar a González Guajardo y obstaculizar su trabajo.

Entre dichos intentos se cuentan auditorías fiscales y haberlo atacado con tecnología de espionaje que el gobierno mexicano adquirió con el propósito de investigar a terroristas y miembros del crimen organizado.

En dos ocasiones en 2016, González Guajardo recibió mensajes en su celular cuyo objetivo era instalar un programa de espionaje; los mensajes llegaron poco después de que su grupo publicara reportajes perjudiciales, de acuerdo con un análisis forense independiente de los mensajes.

“Estamos asediados”, dijo González Guajardo en una declaración escrita a The New York Times; rechazó ser entrevistado. “Sin embargo, seguiremos denunciando la corrupción y la impunidad cuando las encontremos, sean públicas o privadas”.

“México no está condenado a ser corrupto”, agregó.

El escándalo de espionaje ha sacudido a México. Casi dos docenas de personas, incluyendo a algunos de los periodistas más reconocidos del país, académicos y abogados de derechos humanos, así como funcionarios internacionales que investigan crímenes en México han sido blanco de una cibertecnología conocida como Pegasus, que el gobierno adquirió por decenas de millones de dólares.

El gobierno ha dicho que desconoce esta situación y que no es responsable, y ha comenzado su propia investigación para determinar quién autorizó y ejecutó la campaña de espionaje.

No obstante, el caso de González Guajardo quizá sea el más claro ejemplo en que el presidente ha criticado abiertamente a alguien y en que ha intentado silenciar a un objetivo de espionaje, lo que acerca potencialmente a Peña Nieto al escándalo del ataque informático más que ningún otro caso.

Pero esa no es la única medida que el gobierno ha tomado contra González Guajardo.

En este año, en un solo día, las autoridades anunciaron nueve auditorías distintas de organizaciones en las que González Guajardo está involucrado y el gobierno ha indicado que podría revocar a algunas de ellas su estatus de organización no gubernamental (ONG). Algunos donantes ya están considerando frenar sus contribuciones, temerosos de que parezca que están en contra el gobierno.

“Si combates la corrupción, esta te combatirá a ti”, agregó González Guajardo, quien recibió una auditoría personal del gobierno el mismo día en que sus organizaciones. “El cambio tiene un precio”.

La oficina de presidencia rechazó que se haya tratado de intimidar “en modo alguno” a González Guajardo o a cualquier otra persona crítica del gobierno en México. Asimismo, negó haberse referido en específico a González Laporte o a su hijo en la reunión y afirmó que Peña Nieto simplemente le dijo a los asistentes que el reconocimiento de los logros del país “era tan necesario” como destacar “la deficiencias en el quehacer gubernamental”.

“Te aseguro que el presidente no hizo ningún comentario a Claudio X. González sobre el trabajo de su hijo en Mexicanos contra la Corrupción”, dijo Eduardo Sánchez, vocero de la presidencia y quien estuvo en la reunión de mayo.

Peña Nieto llegó al poder hace cinco años con la promesa de solucionar los problemas de México, modernizar su economía, enmendar su reputación de violencia y reparar su deteriorado Estado de derecho. La transparencia acabaría con la corrupción, prometió. Su partido, sinónimo de un gobierno autocrático que estuvo en el poder durante siete décadas, sería el agente de cambio que México necesitaba con tanta desesperación.

Sin embargo, la violencia ha aumentado y la libertad de expresión se ha silenciado con dinero y asesinatos. México es uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas y casi todos los homicidios siguen sin resolverse. En todo el país, la violencia por el narcotráfico ha alcanzado el punto más crítico en 20 años, con lo que se acabó la imagen del nuevo México que Peña Nieto ha intentado promover con tanto esfuerzo.

Las iniciativas contra González Guajardo y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad ponen en evidencia los intentos del gobierno por acabar con las críticas, incluso en los círculos de las élites más altas de la sociedad mexicana.

Claudio X. González Laporte, de 83 años, es una de las figuras más respetadas —y uno de los hombres más ricos— en el mundo empresarial mexicano, fue presidente de Kimberly-Clark de México durante más de 40 años. Su hijo, Claudio, de 54 años, es una rareza en sus círculos de élite. Las personas ricas en México a menudo son criticados por su indiferencia en cuanto a las causas sociales y por su tendencia a someterse a la voluntad del gobierno en asuntos sociales.

Sin embargo, González Guajardo ha aprovechado su posición privilegiada, presionando a sus iguales para que se comprometan. Comenzó una organización sin fines de lucro, Mexicanos Primero, para promover la educación pública en México, que está entre las peores de todos los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Hace dos años cofundó el grupo anticorrupción que se enfoca en el periodismo de investigación, averiguaciones y acciones legales. El grupo contrató a algunos de los periodistas más importantes del país y les dio autorización para ir tras los blancos que creyeran adecuados, una libertad inusual en un entorno mediático que depende de cientos de millones de dólares en publicidad del gobierno. Entre los reportajes que ha publicado Mexicanos Contra la Corrupción están: una investigación sobre toma de tierras por un gobernador en Tulum; revelaciones que empresas cercanas al gobierno recibieron información filtrada para ayudarlos a ganar licitaciones; y un reportaje sobre un engañoso mecanismo de competencia que permitió que Carlos Peralta Quintero, un amigo del presidente, obtuviera contratos públicos que ascienden a más 650 millones de dólares.

González Guajardo ha alzado la voz incansablemente. En la Universidad Iberoamericana en Ciudad de México, el pasado 1 de febrero, señaló personalmente al presidente y le dijo a un pánel que “si existiera un salón de la infamia, Peña Nieto estaría en los diez primeros lugares”.

Semanas más tarde, el 27 de febrero, las autoridades fiscales anunciaron nueve auditorías relacionadas con cinco organizaciones que habían sido fundadas o dirigidas por González Guajardo en los últimos 20 años. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, sorprendentemente, no estaba entre ellas. La auditoría a ese grupo llegó después.

De acuerdo con personas cercanas a él, González Guajardo estaba atónito y le pidió a un economista que calculara las probabilidades de tener siquiera cinco auditorías que ocurrieran aleatoriamente el mismo día, todas contra organizaciones con las que él estaba afiliado. La respuesta que obtuvo: la probabilidad era del 0,0000000000000000000000000204 por ciento.

El gobierno mexicano dice que no puede hablar de casos individuales, pero destacó que las autoridades tributarias iniciaron con una serie de auditorías a organizaciones de la sociedad civil para evitar el lavado de dinero a través de donaciones. La iniciativa se anunció menos de dos semanas después de que González Guajardo y sus organizaciones recibieron las auditorías.

El artículo 69 del Código Fiscal de la Federación impide hacer pública información derivada de la actuación de la autoridad sobre casos específicos de contribuyentes.

Para los involucrados en las organizaciones, las auditorías eran una táctica de intimidación evidente, una manera explícita de amenazar sus actividades.

Pero incluso antes de eso, en el verano de 2016, alguien que utilizó software gubernamental había intentado hackear y tomar el control del celular de González Guajardo.

En julio y de nuevo en agosto de 2016, su celular fue blanco de Pegasus, un software que NSO Group, un fabricante israelí, le vendió al gobierno de México con la condición de que solo se usara para monitorear a criminales y terroristas.

Cuando los que reciben el ataque hacen clic en una mensaje de texto, el software infecta el celular del usuario y registra cada detalle de la vida digital de la persona, incluyendo mensajes cifrados. Incluso puede utilizar la cámara y el micrófono para espiar al usuario.

Los intentos de hackeo llegaron semanas después de la publicación de investigaciones periodísticas hechas por Mexicanos Contra la Corrupción y Animal Político, otro sitio de noticias, que atacaron a aliados del presidente, incluyendo al entonces gobernador de Veracruz, Javier Duarte, quien ahora está bajo arresto y acusado de dirigir un vasto imperio de corrupción.

Dos reporteros de Mexicanos Contra la Corrupción también fueron objetivos del programa espía, de acuerdo con un análisis de investigadores de R3D, un grupo de derechos digitales en México, y el Citizen Lab de la Munk School de la Universidad de Toronto.

En meses recientes, ha surgido evidencia forense de una gran campaña de hackeo contra oponentes del gobierno. Entre los blancos de espionaje hay abogados que investigan los casos de los 43 estudiantes que desaparecieron después de un enfrentamiento con la policía, una periodista que reveló un cuestionable acuerdo de bienes raíces por parte de la esposa del presidente, académicos que combaten la corrupción y los miembros de las familias de los críticos, incluyendo un adolescente.

El gobierno mexicano ha iniciado su propia investigación, pero esta ha consternado a las víctimas de los ataques informáticos: en lugar de pedir a las agencias gubernamentales que compartan los nombres de quienes fueron espiados así como la información que obtuvieron, las autoridades están pidiendo que cualquier persona que crea que fue espiada entregue su teléfono.

Las víctimas del hackeo sienten que la petición tiene la intención de intimidarlos aún más, pues de manera efectiva le proporcionarían al gobierno toda la información que intentaban robar.

En cambio, el gobierno mexicano dice que necesita los teléfonos para verificar la presencia del programa espía en los celulares y dice que es una parte “indispensable” para determinar si se cometió o no un crimen.

Hay evidencia que sugiere que esa petición no es necesaria. En una investigación similar hecha en Panamá, donde se acusa al expresidente de utilizar Pegasus contra más de 150 de sus adversarios, jamás se requirió que las víctimas entregaran sus celulares, de acuerdo con documentos de la corte y entrevistas con varios de los blancos en aquel país.

“Es absurdo que las autoridades de México les pidan a los blancos que entreguen sus celulares”, dijo Balbina Herrera, un blanco de espionaje y candidata presidencial que compitió contra Ricardo Martinelli, el expresidente panameño acusado del espionaje. “Simplemente los están revictimizando”.

Los expertos forenses también dicen que el gobierno de México no necesita los celulares de las víctimas para llevar a cabo su investigación.

“No se necesitan los celulares para demostrar que alguien fue objeto, de manera ilegal, del programa espía de NSO”, dijo John Scott-Railton, un investigador sénior de Citizen Lab que confirmó el uso de Pegasus contra González Guajardo. “En la investigación de Panamá, a las víctimas les mostraron lo que el gobierno había obtenido y les pidieron que confirmaran si era su información”.

“En la investigación mexicana, lo primero que pide el fiscal son los celulares que el mismo gobierno está acusado de haber intentado espiar”, agregó.

Texto publicado en The New York Times por 

Foto: Archivo APO

La ex fiscal de Venezuela, Luisa Ortega, indicó al diario El País que pese a todos los ataque de los que ha sido víctima por parte del gobierno de Nicolás Maduro “Me siento muy fortalecida (…) Me siento fortalecida porque el apoyo ha sido mayor, sobre todo de las personas, del ciudadano venezolano, que está muy esperanzado de que haya libertades, de que haya democracia, que haya paz, que haya tolerancia, que haya respeto, que haya decencia en Venezuela”.

 

Ortega se ha convertido en una de las principales amenazas del gobierno de Maduro, pues luego de haber tenido una de las posiciones políticas más importantes, la venezolana cuenta con información de relevancia en contra del mandatario y funcionarios contra quienes tiene previsto formular varias acusaciones.

 

La ex fiscal asegura que la grave crisis por la que atraviesa su país es resultado de la corrupción que se vive en las altas esferas de su país. “La corrupción es lo que tiene a Venezuela sumida en esta crisis de alimentación y de medicinas, porque los dineros que debieron destinarse para resolver a la población el tema de la salud y de la alimentación están en los bolsillos de un grupo que detenta el poder”, subrayó.

 

“Seguiré por el mundo denunciando que en Venezuela no hay Estado de derecho, que en Venezuela no hay democracia, no hay libertades y que es imposible que se sancionen a los responsables de los delitos, ya sean de corrupción o contra los derechos humanos, porque no hay justicia tampoco. La justicia se ha acomodado para favorecer a un grupo que quiere perpetuarse en el poder”, aseguró Luisa Ortega.

 

Con información de El País / Foo: Archivo APO