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El canciller Marcelo Ebrard minimizó las declaraciones del secretario de Estado nortamericano, Antony Blinken, quien admitió este miércoles en una comparecencia ante el Senado que el gobierno de México ha perdido el control de algunas partes del país frente a los cárrteles.

“Yo lo veo a él muy presionado, pero dijo que México está haciendo mucho”, esgrimió Ebrard en declaraciones a medios tras un evento sobre la Revista Mexicana de Política Exterior en el marco del bicentenario de las relaciones de Estados Unidos y México.

El senador republicano Lindsey Graham, uno de los promotores de las polémicas propuestas legislativas que buscan declarar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas para emplear las fuerzas armadas para combatirlos, preguntó a Blinken si existen partes de México que controla el crimen organizado.

“Creo que es justo decir que sí”, contestó Blinken ante el comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.

No obstante, Blinken también destacó las “cantidades récords” de fentanilo que México ha incautado, y reivindicó que ambos países están colaborando “muy de cerca” para combatir el tráfico de esta droga sintética.

Mencionó las labores de inteligencia financiera para golpear a las redes criminales, así como los operativos que se han llevado a cabo contra los laboratorios donde se produce la droga.

Y es que el gobierno de nuestro país sostiene que ha incautado más de seis de toneladas de fentanilo en los últimos meses, que equivaldrían a unas 6.6 millones de pastillas, en diferentes operativos.

Así, el secretario de Relaciones Exteriores destacó estos comentarios positivos frente a las críticas, y defendió que Blinken “lo que está haciendo es comparecer (ante el Senado), y eso no es politiquería”.

“Politiquería es el senador (Graham) que estaba haciendo las preguntas, que está armando su campaña en base a descalificar a México, él sabe que es falso lo que está haciendo”, expresó el canciller.

Las declaraciones de Ebrard sobre Blinken contrastan con las del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien insistió esta mañana en señalar al Departamento de Estado de Estados Unidos de “mentirosos” por su reciente informe sobre derechos humanos, que el mandatario tachó de “bodrio”.

La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos dio a conocer este miércoles su decisión de aumentar la tasa de interés en 0.25 puntos, para situarse así en un rango entre el 4.75% y el 5%.

Se trata del noveno aumento en un año que la Fed acuerda con el objetivo de combatir la inflación.

Sin embargo, analistas apuntan a que es menor que el anticipado por la propia Fed, que había hablado de acelerar el ritmo de las subidas cuando todavía no había estallado la crisis bancaria.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, que tomó la decisión tras una reunión de dos días, aseguró que el sistema bancario de Estados Unidos es “sano y resistente”.

“Es probable que los acontecimientos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y empresas, y que pesen en la actividad económica, la contratación y la inflación. El alcance de estos efectos es incierto. El comité sigue muy atento a los riesgos de la inflación”, dijo en su comunicado la Fed.

También adelantó que puede ser adecuado un cierto endurecimiento adicional de su política monetaria para lograr su objetivo de inflación, aunque subrayó que seguirá vigilando las repercusiones que pueda tener; es decir, anticipó que los aumentos podrían seguir en los próximos meses.

Luego del anuncio oficial, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, ofreció una conferencia de prensa en la que intentó tranquilizar a los depositantes, consumidores y empresas sobre la solidez del sistema bancario, tras la serie de medidas que junto a otros reguladores han tomado en las últimas dos semanas.

“Estas acciones demuestran que todos los ahorros de los depositantes en el sistema bancario están seguros”, dijo Powell.

El jefe de la Fed dijo que los funcionarios “están dispuestos a utilizar todas nuestras herramientas según sea necesario para mantenerlo seguro y sólido.”

Recordemos que para tratar de controlar la inflación, la Fed inició en marzo de 2022 los aumentos con un tímido 0.25. En mayo elevó la tasa en 50 puntos y en junio ya comenzó una racha de aumentos de 0.75 enteros, antes de bajar el ritmo a 0.50 en diciembre y reducirlos aún más, a 0.25 en febrero.

Previo a la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, cuya situación financiera empeoró por la política monetaria del organismo, la pregunta que se hacían los expertos era si la Fed optaría por un aumento de 0.25 o 0.50 puntos.

Incluso se había especulado con la posibilidad de que el banco central pausara los aumentos.

La inflación en Estados Unidos todavía está muy por encima de su objetivo del 2%. En febrero, la inflación se situó en 6% interanual, su tasa más baja desde septiembre de 2021, tras bajar cuatro décimas respecto a enero.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, destacó este miércoles que México ha incautado “cantidades récord” de fentanilo y reivindicó que ambos países están colaborando “muy de cerca” para combatir el tráfico de esta droga sintética.

Blinken hizo estas declaraciones durante una comparecencia ante un comité del Senado, que se da en medio de la creciente tensión entre México y Estados Unidos, que en las últimas semanas se han acusado mutuamente de no hacer suficiente contra el trafico de esta droga.

“Hemos hecho diferentes cosas para centrarnos de manera intensa en este tema con México. Estamos trabajando en colaboración muy estrecha”, afirmó el líder de la diplomacia estadounidense.

El secretario de Estado afirmó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “ha arrestado durante el último año a docenas de líderes de organizaciones criminales” y ha desmantelado laboratorios de fabricación de fentanilo con la “asistencia” de Estados Unidos.

También subrayó que México ha incautado “cantidades récord” de fentanilo, aunque admitió que todavía hay una producción muy elevada de esta droga que provoca miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos.

La Unidad de Inteligencia Financiera de Estados Unidos trabaja, además, con su par mexicana para “desmantelar las redes” económicas del narcotráfico, añadió el funcionario.

Blinken dijo que el combate al fentanilo debe ser global, por lo que ha propuesto al G20 una coalición para compartir información y protocolos, incluido con China, de donde salen los precursores que usan los cárteles de nuestro país para fabricarlo.

La tensión entre Estados Unidos y México se ha elevado desde el asesinato a principios de marzo de dos de los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros, Tamaulipas.

Algunas voces de la Administración de Joe Biden han sugerido que México debería hacer más en el combate al narcotráfico, mientras que legisladores de la oposición republicana han pedido declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que les permitiría intervenir militarmente en nuestro país, algo que ha descartado la Casa Blanca.

Por su parte el presidente López Obrador ha prometido defender la soberanía de México, y ha expuesto que las autoridades de nuestro país han decomisado seis toneladas de fentanilo en los últimos años.

Además, ha acusado a Estados Unidos de no atender el problema e incluso ha negado que en su país se consuma o se fabrique el fentanilo; ,sin embargo, estos señalamientos los ha contradicho él mismo pues en otras ocasiones ha reconocido lo contrario.

Blinken señaló este miércoles ante el comité del Senado que el consumo de fentanilo también “está matando a mexicanos” y que este es “un problema que va en aumento” en nuestro país.

Sobre la petición de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, dijo que sí se ha analizado, abriendo la puerta a que la propuesta siga sobre la mesa.

El secretario dijo sin embargo que dicha acción no daría a su gobierno “nuevas herramientas” para combatirlos. Apostó por invertir en nuevas tecnologías de detección en la frontera, ya que el 96% del fentanilo entra a Estados Unidos por los puertos fronterizos oficiales.

En los cuestionamientos de los senadores, el republicano Lindsey Graham preguntó: “¿los cárteles de la droga controlan partes de México?”, a lo que  Blinken se limitó a decir que: “creo que es justo decir que sí”.

El Departamento de Estado del gobierno de Joe Biden, defendió su informe anual sobre Derechos Humanos, tras las críticas recibidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Fue el viceportavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, quIen en conferencia de prensa se refirió a los señalamientos de AMLO, quien acusó a Estados Unidos de mentir y de creerse “el gobierno del mundo” con ese informe.

“Nosotros nunca hemos dicho que seamos el Gobierno del mundo ni nada de este tipo”, respondió Patel, quien recordó que el Departamento de Estado está obligado a elaborar cada año este documento para el Congreso estadounidense.

El viceportavoz afirmó que “la participación de miembros de la Policía, del Ejército y de otras instituciones en serios actos de corrupción y en asesinatos arbitrarios suponen un reto para México y por esos aparece en el informe”.

Incluso el funcionario afirmó que su país nunca ha sugerido que no tenga sus propios “retos internos”, aunque dijo, Estados Unidos no intenta “esconderlos debajo de la alfombra”.

Ante el cuestionamiento que hiciera López Obrador, el funcionario defendió que Estados Unidos “ha trabajado durante décadas para fortalecer el respeto de los Derechos Humanos”, una tarea que forma parte de “los valores estadounidenses”.

Y es que en el informe de 2022, publicado ayer, Estados Unidos expresa preocupación por la alta impunidad que se vive en México, por la participación de autoridades en crímenes y por los señalamientos de López Obrador contra periodistas y activistas.

“No es cierto, están mintiendo, es pura politiquería, con todo respeto. Es que es su naturaleza, no quieren abandonar la Doctrina Monroe y antes el llamado Destino Manifiesto, no quieren cambiar, entonces se creen el Gobierno del mundo”, respondió AMLO al ser cuestionado sobre el tema.

López Obrador dijo que en el Departamento de Estado son unos “mentirosos” y destacó el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, buscado en Estados Unidos por revelar información confidencial.

“Oye, ¿por qué no liberas a Assange si estás hablando de periodismo y de libertad?”, manifestó.

Recordemos que el reporte anual sirve de guía al Congreso estadounidense para determinar la ayuda exterior que se concede a cada nación.

Los agentes de las agencias de Estados Unidos no pueden introducirse en México sin el conocimiento del gobierno federal, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

“Que no puedan introducirse en nuestro territorio sin que nosotros sepamos, como pasaba anteriormente, entraban sin pedir permiso, se metían hasta la cocina e incluso daban ordenes y dirigían operaciones. Eso ya no se permite”, comentó el mandatario.

López Obrador dijo que, durante la reunión de ayer con legisladores y otros representantes del gobierno estadounidense en Palacio Nacional, se habló de seguridad y también sobre fentanilo, tema sobre el cual se produjo una polémica en las últimas semanas, ante la presencia en México de esta droga que ha matado a más de 80,000 personas en Estados Unidos el año pasado.

A raíz de esto, legisladores republicanos estadounidenses anunciaron una iniciativa para que las Fuerzas Armadas de su país intervinieran en México. “Quedó claro que eso no lo aceptamos”, sentenció López Obrador, aunque, dijo, ese tema no se trató el domingo.

Sobre este tema, el mandatario volvió a cambiar el discurso del gobierno, al volver a señalar que en México no se produce fentanilo, sino que se introduce de Asia y llega al país, pero también llega “de manera directa” a Estados Unidos.

“De manera muy irresponsable culpan a México”, lamentó, y dijo que en el país ha habido una incautación de seis toneladas de fentanilo. Cada kilo, dijo, sirve para 1 millón de dosis de la droga.

La insistencia de López Obrador sobre el tema se da a pesar de que la semana pasada reconoció que sí se producía en México fentanilo, además de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha informado en varias ocasionas haber desmantelado laboratorios en el norte del país.

Estas declaraciones se suman al debate entre los gobiernos de Estados Unidos y México respecto al combate al fentanilo, pues ambos han asegurado que faltan acciones para enfrentar esta problemática y se han acusado mutuamente de no atender la situación debidamente.

La polémica se agudizó tras el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados.

Estados Unidos señaló este lunes en su informe anual sobre derechos humanos al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por “desacreditar” a periodistas y organizaciones de la sociedad civil en sus conferencias de prensa matutinas

El documento, elaborado por el Departamento de Estado y relativo a 2022, vuelve a expresar preocupación por los altos niveles de impunidad en México y por la violencia perpetrada por el crimen organizado.

Sobre la situación de la libertad de prensa en el país, refiere que 15 periodistas fueron asesinados el año pasado y que 11 de esos crímenes estuvieron relacionados con su labor.

Estados Unidos considera que “los altos niveles de impunidad” en estos crímenes generan “autocensura y reducen la libertad de expresión y de prensa”.

“Los periodistas pueden criticar al gobierno y discutir asuntos de interés general sin restricciones”, añade el informe, pero añade que “políticos, incluso el presidente López Obrador, los desacreditaron públicamente para presentarlos como parciales, partidistas y corruptos”.

Sobre los defensores de derechos humanos, el documento destaca que “el presidente López Obrador reprendió a grupos de la sociedad civil en sus conferencias de prensa matutinas”.

El documento también destaca que el crimen organizado perpetra crímenes violentos en nuestro país como homicidios, torturas, secuestros, extorsiones y tráfico de personas.

“El gobierno investigó y persiguió algunos de esos crímenes, pero la mayoría permanecen sin investigar”, sostuvo el Departamento de Estado.

Menciona la colusión de criminales y autoridades en algunos crímenes que “a menudo quedan impunes”.

El informe recoge reportes de ataques contra migrantes y solicitantes de asilo por parte del crimen organizado, policía y agentes migratorios en las zonas fronterizas y en los aeropuertos.

Pese a lo expuesto, el gobierno de Joe Biden destaca que México llevó a cabo esfuerzos para “combatir las organizaciones que trafican con personas pero han dado resultados limitados”.

Este reporte del Departamento de Estado sirve de guía al Congreso de Estados Unidos para determinar la ayuda exterior que se concede a cada nación.

La plataforma de videos YouTube anunció este viernes que puso fin a la suspensión de la cuenta del expresidente estadounidense Donald Trump, tras más de dos años de prohibición a raíz del asalto de sus seguidores al Capitolio.

El magnate de 76 años, que ya ha anunciado que buscará la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024, no pudo publicar en ese período ningún contenido y sus 2.6 millones de seguidores no pudieron comentar videos antiguos.

YouTube suspendió a Trump días después de que una ola de partidarios suyos atacara el Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 para intentar detener la certificación de su derrota electoral frente a Joe Biden.

Fue suspendido por publicar contenido que, según la plataforma, incitaba a disturbios. Le informó entonces de que le permitiría reutilizarla cuando “el riesgo de violencia hubiera disminuido”.

Trump afirmó durante semanas que le habían robado las elecciones presidenciales y se le acusó de instigar los disturbios.

“A partir de hoy, el canal de Donald J. Trump ya no está restringido y puede subir contenido nuevo”, señaló YouTube este viernes a través de un comunicado.

“Evaluamos cuidadosamente el riesgo continuo de violencia en el mundo real, mientras equilibramos la posibilidad de que los votantes escuchen por igual a los principales candidatos nacionales en el período previo a las elecciones”, añadió la plataforma.

Otras plataformas ya han restaurado las cuentas de Trump tras haberlas congelado por los mismos motivos que YouTube. Meta anunció en enero que restablecería las cuentas del expresidente en Facebook e Instagram con “nuevas medidas de seguridad”.

Su cuenta de Twitter, que tiene 87 millones de seguidores, también fue bloqueada después de los disturbios. Trump abrió entonces la plataforma Truth Social, donde menos de cinco millones de personas lo siguen.

El observatorio de medios de comunicación Media Matters for America se opone a permitir que Trump se beneficie de las redes sociales, dado el papel que tuvieron en su victoria electoral en 2016.

Trump no ha publicado contenido en Facebook, Instagram ni Twitter desde su reincorporación.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) manifestó este viernes que, a diferencia de Estados Unidos, el consumo de drogas, especialmente de fentanilo, no está extendido en todo el país y es solo en algunos estados o ciudades.

“Nosotros no tenemos el problema que, lamentablemente, padecen en Estados Unidos. Volvemos a lo mismo: por nuestra cultura y donde tenemos nosotros mayor consumo de drogas es en algunos estados o ciudades, pero no está extendido en el país”, afirmó el mandatario esta mañana.

López Obrador reiteró, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, que se deben atender las causas del consumo de drogas no solo los efectos.

“No es: a ver, vamos a decomisar fentanilo. ¡Claro que lo vamos a hacer! Pero lo que nos debe de importar más es que no haya quien consuma fentanilo ni de ninguna droga”, añadió.

Afirmó que la solución no es acabar con las drogas químicas, porque se pueden crear unas nuevas, sino que lo que hay que buscar es que “no haya consumo y algo está sucediendo si crece el consumo”, enfatizó.

Estas declaraciones se dan en medio de las críticas que se han hecho políticos de Estados Unidos respecto al combate al fentanilo, pues ambos países se han señalado de que faltan acciones para enfrentar esta problemática y se han acusado de no atender la situación debidamente.

La polémica se agudizó tras el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados, y la consecuente propuesta de congresistas republicanos de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas para que su Ejército pueda combatirlos.

López Obrador ha negado en distintas ocasiones que en México se produzca fentanilo, aunque el pasado jueves afirmó que “sí hay producción” de esta sustancia en el país, pero puntualizó que la materia prima proviene de Asia.

Asimismo, ha dicho que seguirá cooperando para que el fentanilo que el crimen organizado produce en el país no llegue a Estados Unidos, y mantuvo sus reproches al vecino del norte que cargue toda la culpa sobre ellos.

Y es que México y Estados Unidos llevan días buscando esfuerzos conjuntos para detener el tráfico de armas y de fentanilo, pese a que los reclamos en Washington en contra del gobierno de López Obrador aumentan.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Eric Olson, Global Fellow en el Instituto México del Wilson Center, sobre los retos en materia de seguridad entre ambos países.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció este jueves que en México sí se produce fentanilo, pese a que en los últimos días lo había negado, llegando incluso a reclamarle este punto al gobierno estadounidense.

Cuestionado sobre si en México hay laboratorios que producen fentanilo, el mandatario dijo que sí, pero sostuvo que la mayoría de esta droga que llega a Estados Unidos y Canadá no proviene de ellos.

“No es México el país que más introduce fentanilo a Estados Unidos, sostengo que llega más fentanilo de manera directa a Estados Unidos y Canadá que lo que llega a México. Aquí lo que se hace son pastillas, las troquelan”, dijo en su mañanera.

Aunque López Obrador admitió que en México “sí hay productores” de esta sustancia, justificó que las autoridades “destruyen laboratorios” de forma constante.

Apenas la semana pasada, el jueves 9 de marzo aseguró que México no producía y consumía fentanilo.

“Aquí nosotros no producimos fentanilo, no tenemos consumo de fentanilo. Y lamentamos mucho lo que está pasando en Estados Unidos, pero ¿por qué ellos no atienden el problema? ¿Por qué no combaten la distribución de fentanilo en Estados Unidos?”, reprochó entones el presidente.

Ese mismo día, autoridades de nuestro país se reunieron con la encargada de La Casa Blanca contra el fentanilo, Elizabeth Sherwood-Randall, para abordar el tráfico de este opioide sintético fabricado en México con químicos de China, que ha causado cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.

Un día después, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien también estuvo presente en el encuentro, dijo que México sí reconocía que el fentanilo es un problema en el país. “En nuestras conversaciones puedo decir que hay reconocimiento de que el fentanilo es un problema en México”, expuso.

Todo ello en medio de la polémica desatada por el secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados, y que derivó en la propuesta de congresistas republicanos para designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo cual permitiría que su Ejército pueda combatirlos, incluso en nuestro país.

Tras los dimes y diretes, López Obrador incidió esta mañana que México seguirá cooperando para que el fentanilo que el crimen organizado produce en el país no llegue a Estados Unidos, pero reprochó al vecino del norte que cargue toda la culpa a nuestro país.

“No se si ustedes sepan, pero allá no hay carteles, allá (el narcotráfico) es por telepatía. No hay narcotráfico ni laboratorios, no hay mafias allá”, dijo de forma irónica, al señalar que el fentanilo también entra directamente a Estados Unidos desde Asia.

Ayer, el mandatario propuso buscar un sustitutivo al fentanilo que se emplea con fines médicos, y aseguró que científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ya trabajan en ello.

El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió este miércoles una nueva alerta de viaje para los estadounidenses que planeen pasar las vacaciones en México, los llamados Spring Breakers.

La notificación advierte a los viajeros que tengan mayor precaución, especialmente después del anochecer, en varios destinos turísticos del Caribe mexicano que se han visto afectados por la violencia de los cárteles del narcotráfico.

La alerta les advierte a los ciudadanos estadounidenses “extremar sus precauciones en las zonas céntricas de los lugares más frecuentados durante las vacaciones de primavera, incluyendo Cancún, Playa del Carmen y Tulum, especialmente al anochecer”.

El Departamento de Estado señaló también que varios ciudadanos norteamericanos “se han enfermado gravemente o han muerto en México después de consumir drogas sintéticas o píldoras recetadas adulteradas”.

Esa advertencia siguió a informes de que algunas farmacias en México ofrecen libremente sedantes y otros medicamentos que en Estados Unidos sólo se pueden vender con receta. Sin embargo, estas pastillas podrían ser falsificadas y contener el letal opioide sintético fentanilo.

La alerta también señaló que “el alcohol no regulado podría estar adulterado”, y que “ciudadanos estadounidenses informaron haber perdido el conocimiento o lesionarse después de consumir alcohol que posiblemente estaba adulterado”.

Y es que ha habido una serie de actos de violencia a lo largo del Caribe, la joya de la corona del sector turístico de nuestro país.

En 2022, dos canadienses fueron asesinados en Playa del Carmen, aparentemente por deudas entre bandas internacionales de traficantes de drogas y armas.

En 2021, más al sur, en Tulum, dos turistas, una bloguera de viajes de California nacida en la India y una alemana, quedaron atrapadas en un aparente fuego cruzado de narcotraficantes rivales y murieron.

Sobre el caso del fentanilo, que se menciona en la alerta de viaje, el canciller Marcelo Ebrard calificó como una “ingratitud” las críticas que México ha recibido por parte de Estados Unidos por su supuesta falta de cooperación en el combate contra el fentanilo.

Ebrard aseguró que México ha decomisado más que aquel país e incluso ha sufrido 75 bajas de elementos policiacos en esta estrategia.

“Es una ingratitud, por decir lo menos, que algunos representantes populares (de Estados Unidos), que están en campaña, digan que México no hace nada o no hace lo suficiente cuando nosotros incautamos más fentanilo que ellos”, dijo Ebrard durante un breve encuentro con medios tras participar en el STS Forum Latinoamérica y el Caribe.

El funcionario destacó que México ha incautado seis toneladas y media de fentanilo, lo cual ha evitado que esta sustancia llegue al mercado estadounidense.

Es por ello, que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) anunció que iniciarán 692 reuniones a lo largo y ancho de la Unión Americana para dar a conocer los esfuerzos que se realizan en México.

El titular de la SRE mencionó que este eje de acción se da a la par del interés de México de que el consumo de esta droga no crezca, así como por ser parte de los compromisos alcanzados entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden.

Esta mañana, el mandatario mexicano criticó la falta de acciones del gobierno de Estados Unidos en la lucha contra el y dijo que se les hace “fácil culpar a México” por el tráfico de este producto en territorio estadounidense.

Ebrard adelantó que también se lanzará una campaña informativa de forma binacional para alertar sobre el consumo de esta sustancia, así como de otras que utilizan al fentanilo para enganchar a más ciudadanos en ambas naciones.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en sus criticas sobre lo que él considera la falta de acciones del gobierno de Estados Unidos en la lucha contra el fentanilo.

López Obrador acusó que a los políticos les hace “fácil culpar a México” por el tráfico de este producto en territorio estadounidense.

“Estamos haciendo mucho en México. Ahora los políticos republicanos, y algunos también demócratas, en Estados Unidos que no han hecho nada porque allá se distribuye esta droga y no se sabe de decomisos, ni de detenciones a los que se dedican a su distribución, ni siquiera hay difusión en los medios informativos del daño que causa este fentanilo”, reclamó.

López Obrador dijo que en Estados Unidos “se les hace fácil culpar a México”, de manera injustificada, “por politiquería, por hipocresía” del tráfico del fentanilo.

AMLO aprovechó para reiterar que se rechaza que el gobierno estadounidense intervenga en territorio mexicano para combatir a los cárteles del narcotráfico.

“Bueno se han atrevido a decir que van a presentar una iniciativa para que el Ejército estadounidense detenga a las bandas mexicanas, violando nuestra soberanía. Eso nunca, jamás lo vamos a permitir”, sostuvo.

Las declaraciones de López Obrador se dan luego de que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, asegurara que el combate contra el fentanilo y el tráfico ilegal de armas son una prioridad para el gobierno del presidente Joe Biden.

López Obrador también acusó además que los legisladores y autoridades estadounidenses “no están haciendo su trabajo” ya que no están atendiendo las causas que originan esta problemática.

“No hay programas de atención a los jóvenes de EE.UU. ¿Por qué es la adicción? ¿Por qué el joven recurre a las drogas?”, cuestionó.

López Obrador agregó que solicitará a médicos y científicos del país analizar la posibilidad de que se pueda sustituir al fentanilo que llega al país con fines médicos, por otros analgésicos para “dejar de usarlo”.

“A ver si es posible, porque antes se usaban otros analgésicos y entonces, aunque tenemos el control que no se tenía antes sobre el ingreso del fentanilo con uso médico, de todas formas, al estar prohibido, ya no habría ninguna posibilidad de que pudiese importarse y lo sustituimos por otro analgésico. A ver si esto es viable”, reveló.

El compromiso, agregó, será que todo lo que ingrese al país de manera ilegal será combatido.

Finalmente, señaló que si la propuesta avanza, se va a solicitar que en Estados Unidos hagan lo mismo, “que prohíban el fentanilo para usos médicos”, remató.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

Una serie de diatribas y exabruptos la semana pasada de nueva cuenta subrayan lo que ha sido una de las inconsistencias y contradicciones persistentes a lo largo de este sexenio desde el atril presidencial en Palacio Nacional de la Ciudad de México cuando de política exterior se trata. La presión desde Washington a raíz de la política de seguridad pública mexicana, particularmente por el tráfico de fentanilo y sus precursores a través de nuestro territorio, se ha venido acrecentando desde hace meses. Con ello ha resurgido un debate que se ha dado en coyunturas anteriores -algunas veces motivado con ánimo de apoyar a México (Bush, Obama) y en otras como resultado de la fanfarronería (Trump) o de la politización o diagnóstico equivocado (ahora, con legisladores y ex funcionarios Republicanos)- en torno a si la designación de grupos criminales trasnacionales en México como organizaciones terroristas internacionales (mi columna de 2019 en estas páginas explica el proceso y los inconvenientes de esa medida) movería o no la aguja en su degradación operativa. Ahora, ambos temas han sido turbocargados por el secuestro de cuatro -y asesinato de dos- estadounidenses en Matamoros. En respuesta a esta confluencia de eventos, el Presidente López Obrador mandó al diablo los principios de política exterior en los que, como muletilla, se escuda pero observa a contentillo.

Y es que parece que por fin sí vamos a intervenir abierta y proactivamente en los asuntos internos de Estados Unidos. El que López Obrador exija que funcionarios, legisladores, ONG y medios de comunicación estadounidenses no lo hagan en lo que él considera son temas que solo atañen a México y a los mexicanos es lo de menos. El presidente rápidamente dijo el viernes que hará un llamado a los “40 millones” (sic) mexicanos en EE.UU para que castiguen con su voto a los Republicanos que ahora proponen -de manera descabellada e irresponsable, sin duda alguna- acciones militares unilaterales. El que Trump en 2019 hubiese amagado con hacer lo mismo que sus correligionarios del GOP hoy -designar a grupos criminales como organizaciones terroristas- y que luego ya como expresidente haya fanfarroneado con el uso de la fuerza militar en México y el inquilino de Palacio Nacional no dijese ni pío (bueno, si hasta subrayó en ese momento que el ex mandatario “me cae bien”), no deja de ser una incongruencia más. Pero este episodio de renovado brío intervencionista en la política exterior presidencial requiere de dos apuntes.

Primero, los datos duros y la terca realidad. Hay cerca de 39 millones de mexicanos y méxicoamericanos (ciudadanos estadounidenses que tienen raíces u origen mexicano) en EE.UU. De ese total, 11 millones son nacidos en México, de los cuales 5 millones son indocumentados; es decir, evidentemente no pueden votar ahí. Del restante, no todos ostentan la doble nacionalidad y un buen número de ellos son aún menores de edad. Por ende, estamos hablando de cerca de un universo de aproximadamente 15 millones a lo sumo que podrían votar. Si bien la mayoría lo hacen por el Partido Demócrata, y ello explica ganancias importantes en estados como Arizona, Colorado, Nevada y Georgia, en 2016 y 2020 el número de votantes de origen mexicano votando por el Partido Republicano ha aumentado significativamente (sobre todo entre hombres adultos jóvenes) sobre todo en Florida y el sur de Texas. En esta última zona en particular, cabe destacar que el aumento del voto a favor del GOP -y de Trump- en 2020 está relacionado con los abrazos de López Obrador a Trump en la Casa Blanca en plena campaña electoral ese año y el alcahueteo electoral vía spots que la campaña de reelección de Trump hizo de las declaraciones zalameras del mandatario mexicano.

Los hispanos en general, que se estima que 34.5 millones de ellos fueron elegibles (poco más de la mitad de todos los hispanos en el país, 53 por ciento) para votar en 2020, constituyen un 14.3 por ciento del total de votantes elegibles en Estado Unidos. A nivel nacional, emitieron 16.6 millones de votos en 2020, un aumento del 30.9 por ciento con respecto a las elecciones presidenciales de 2016, y apoyaron a Biden sobre Trump por un margen de casi 3 a 1 en Arizona, California, Colorado, Illinois, Nuevo México, Nevada, Nueva York, Pensilvania y Wisconsin. Los hispanos eligieron a Biden sobre Trump con un margen de 2 a 1 o más en los estados de Texas, Georgia, Washington y Florida. Una cómoda mayoría de votantes de origen hispano, aproximadamente el 61 por ciento, apoyó al presidente Biden, pero hubo un giro de aproximadamente 8 puntos porcentuales hacia Trump, según datos a boca de urna comparando candidatos Demócratas y Republicanos en 2016 y 2020.

Segundo apunte. Particularmente en los temas de seguridad binacional, los episodios de tensión tienden a favorecer posiciones de los extremos en ambos países. Asignar culpas nacionales a los que son sin duda problemas trasnacionales ha sido una posición default -y errónea- a ambos lados de la frontera en momentos distintos de la relación bilateral. Si el problema es común, la solución tiene que ser común, y solo avanzaremos si asumimos una responsabilidad compartida. Pero de por sí Trump evisceró ese principio no escrito de la relación bilateral a largo de su mandato; ahora, los legisladores Republicanos que han abogado por acciones unilaterales -y contrarias al derecho internacional- y López Obrador que declara que el fentanilo no es nuestro problema, lo están profundizando. Esta dinámica en la que nos estamos metiendo no conviene a ninguno de los dos países, pero me temo que estamos desafortunadamente en un contexto así en este momento.

Y con sus declaraciones de que México cabildeará en contra de candidatos Republicanos en las elecciones de 2024, el presidente amenaza con contaminar aún más la agenda bilateral con EE.UU camino a dos procesos electorales presidenciales simultáneos en una y otra nación y en el contexto de la peor relación -desde los ochenta- de un titular del Ejecutivo mexicano con el Congreso estadounidense, un actor central y clave de la agenda con nuestro país. De por sí los Demócratas, cabreados por la manera en la cual López Obrador se posicionó con respecto a Trump, la campaña electoral de 2020, la victoria de Biden y los actos sediciosos del 6 de enero de 2021, tienen una larga lista de tintorería. Ahora con este llamado para hacer campaña contra el GOP, junto con sus ataques ad hominem constantes en contra de legisladores Republicanos y Demócratas por igual que se han venido acumulando, el presidente está haciendo que críticas y cuestionamientos legislativos de ambos partidos sobre México y la relación bilateral crecientemente converjan, de paso colocándonos sobre una pista de patinaje de hielo quebradizo cara a 2024, sobre todo si llegase a imponerse un candidato Republicano.

Al final del día, este nuevo y complejo episodio en la relación con EE.UU pone de relieve una gran paradoja. Para un presidente que afirma como posición de arranque que la mejor política exterior es la política interna, son precisamente las debilidades estructurales internas del país y muchas de las políticas públicas del mandatario mexicano las que se erigen como vulnerabilidades y flancos de presión cara al extranjero, particularmente en una relación tan esencial, asimétrica e interméstica (sí, a pesar de lo que quisiera López Obrador, no hay manera de separar los temas de política interna de cada país del impacto e incidencia que tienen en la agenda bilateral) como la que hay con Estados Unidos.

El combate contra el fentanilo y el tráfico ilegal de armas son una prioridad para el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el embajador en México, Ken Salazar.

Sobre el primer tema, Salazar señaló que su país invirtió más de 25,000 millones de dólares en tratamientos para adicciones e interdicción de narcóticos ilícitos.

Mientras que en el segundo, indicó que las autoridades estadounidenses “han incrementado en 300% el decomiso de armas de fuego que, sin estos esfuerzos, habrían llegado a México”.

En un comunicado emitido por la embajada de Estados Unidos en México, el diplomático recordó que en la reciente reunión entre Biden y del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se comprometieron para unir esfuerzos contra el tráfico ilegal de fentanilo y armas por el daño que representan para el bienestar de ambas naciones.

“El combate contra el fentanilo es una prioridad para el presidente Biden, en la cual México es un socio crucial”, remarcó Salazar.

Expuso que entre las acciones para atender la crisis del fentanilo en Estados Unidos está la propuesta para el año fiscal 2023 que incluye 42,000 millones de dólares para esfuerzos de política de drogas para vencer la epidemia de sobredosis.

Dijo que también está el Plan de Rescate estadounidense en el que invirtieron “5,000 millones de dólares en servicios de adicción y salud mental, incluida una inversión histórica de 30 millones de dólares en reducción de daños”.

Salazar recordó que en 2021, el gobierno del presidente Biden destinó más de 93 millones de dólares en el programa Comunidades Libres de Drogas de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP), la cifra más alta para este programa enfocado a jóvenes y familias.

Sobre el tráfico ilegal de armas, dijo que en la Ley Bipartidista de Comunidades Más Seguras “por primera vez, se le tipifica como un delito con sanciones que pueden llegar hasta los 25 años de cárcel”, y apuntó que año con año se decomisan en Estados Unidos más de 600,000 armas.

Este lunes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el canciller Marcelo Ebrard, mantuvieron una conversación telefónica para abordar la cooperación en materia de seguridad, en medio de la tensión entre ambos países por el secuestro y asesinato de dos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas.

Además, comentaron la visita de la semana pasada a México de la encargada de La Casa Blanca para este asunto, Elizabeth Sherwood-Randall, para “interrumpir la cadena de suministro de drogas sintéticas y reducir los riesgos del consumo”.

Luego del secuestro de los cuatro estadounidenses, la oposición republicana pidió declarar como organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos, lo que permitiría una intervención militar en territorio mexicano. Sin embargo, esta propuesta ha sido descartada por La Casa Blanca.

La sola propuesta causó el enojo del presidente López Obrador, quien ha calificado a los republicanos de “mequetrefes” e “intervencionistas”.

Ana Paula Ordorica platica con Eric Olson, Global Fellow en el Instituto México del Wilson Center, sobre los esfuerzos conjuntos de México y Estados Unidos para detener el tráfico de armas y de fentanilo, pese a los reclamos que crecen en Washington en contra del gobierno de López Obrador.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este martes una orden ejecutiva en la que anuncia nuevas acciones para endurecer el acceso a las armas de fuego en su país.

Biden compartió detalles de su orden durante una visita a Monterey Park, California, donde un tiroteo acabó con la vida de 11 personas en enero pasado.

La orden ejecutiva, hecha pública por La Casa Blanca, tiene como objetivo reducir la violencia armada con, entre otras medidas, mejoras para apoyar a supervivientes de tiroteos y familiares de víctimas durante sus procesos de recuperación en términos de salud mental.

Para ello, la Secretaría de Salud y la Fiscalía General deberán presentar a la Presidencia una propuesta con ese objetivo antes del 15 de septiembre de este año.

Además, Biden encargará al fiscal general, Merrick Garland, que ajuste la definición legal actual de las empresas que venden armas para que se ciñan en mayor medida a la ley que les obliga a verificar los antecedentes penales de todo potencial comprador.

“Esta medida significa que se venderán menos armas sin una revisión de antecedentes penales y por lo tanto, habrá menos armas que acaben en manos de criminales y abusadores”, dijo una funcionaria de La Casa Blanca que adelantó las acciones en una llamada con medios.

A su vez, Biden instruyó poner en marcha campañas de información sobre las denominadas leyes de “alerta de peligro (Red Flag)”, que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.

“19 estados y el Distrito de Columbia han aprobado leyes de este tipo (…) pero no son efectivas si el público no sabe cuándo y cómo usarlas”, agregó la funcionaria.

Con respecto a los fabricantes, Biden pedirá a la Comisión Federal de Comercio elaborar un informe sobre cómo estas empresas promueven el uso de armas de fuego entre los menores de edad.

Y es que recordemos que en junio se cumplirá un año desde que el Congreso aprobara un limitado, pero histórico acuerdo legislativo para el control de las armas de fuego.

Esa ley incluyó una revisión del proceso de compra de armas para los menores de 21 años y estableció incentivos para los estados que aprobasen las llamadas leyes de “alerta de peligro”.

Sin embargo, este tipo de restricciones se ha encontrado con la oposición de algunos miembros del partido republicano, quienes han argumentado que viola los derechos constitucionales.

El pasado 21 de enero, un hombre mató a 11 personas en la ciudad de Monterey Park, a 15 kilómetros de Los Ángeles, y se suicidó poco después cuando fue acorralado por la Policía.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó a su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, que la cooperación en seguridad es “una prioridad”, según informó este martes el Departamento de Estado.

Blinken conversó ayer con Ebrard “sobre la cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México y los esfuerzos conjuntos para desbaratar los precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo y otras drogas sintéticas ilícitas”, afirmó el portavoz Ned Price en un comunicado.

La crisis de los opioides alarma a Estados Unidos, donde el año pasado más de 100,000 personas fallecieron por sobredosis de drogas o envenenamiento accidental, de las cuales más de 70,000 por fentanilo, hasta 50 veces más potente que la heroína.

Ante este panorama, varios congresistas del Partido Republicano han aprovechado para presentar iniciativas que permitan designar como organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos, lo que abriría la puerta a una intervención directa de Estados Unidos en nuestro país, para destruir los laboratorios donde se fabrica esta sustancia con precursores químicos procedentes sobre todo de China.

Días antes la agencia antidrogas estadounidense DEA instó al gobierno mexicano a “hacer más” contra el tráfico de fentanilo.

Blinken reafirmó “el compromiso de Estados Unidos de apoyar a nuestros socios mexicanos y proteger a nuestras comunidades de las redes criminales, y puso énfasis en que la cooperación en seguridad sigue siendo una prioridad”, señaló Price.

El canciller Marcelo Ebrard confirmó esta mañana la conversación con Blinken, y dijo que llevó a cabo con miras al próximo encuentro del Entendimiento Bicentenario que se llevará a cabo en Washington. “Tema principal cooperación contra fentanilo y armas entre ambos países”, destacó.

Según el gobierno estadounidense, ambos funcionarios hablaron asimismo del secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los cuales dos perdieron la vida.

Este secuestro desató una ola de indignación en Estados Unidos, que llamó de nuevo a sus ciudadanos a extremar las precauciones o evitar viajar a 30 de los 32 estados de nuestro país. Incluso hay vigentes alertas de viaje sobre seis estados mexicanos.

Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reaccionó diciendo que México es “más seguro” que Estados Unidos.

Blinken y Ebrard abordaron asimismo la reciente visita de una delegación de alto nivel a México encabezada por la asesora de La Casa Blanca Elizabeth Sherwood-Randall, que se centró en “fortalecer la aplicación de la ley y reforzar la seguridad ciudadana para interrumpir la cadena de suministro de drogas sintéticas”, informó Price.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos siguió bajando en febrero, por octavo mes consecutivo, y se situó en el 6%, cuatro décimas por debajo de la de enero, según los datos ofrecidos este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

Así, la inflación se ralentizó alcanzando su nivel más bajo en casi año y medio, en un momento en que la Fed, encargada de frenar el aumento de precios, está contra la espada y la pared tras la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB).

La inflación subyacente, que mide el aumento de los precios de consumo menos los de los alimentos y la energía, los más volátiles, bajó una décima y situó su tasa interanual en febrero en 5.5%, la cifra más baja desde diciembre de 2021, señala la BLS.

El encarecimiento de los precios relacionados con la vivienda fue, con mucho, el que más contribuyó a la subida de precios registrada en febrero, ya que supuso un 70% del aumento del índice, explicó la BLS. Subió ocho décimas hasta situarse en una tasa interanual del 8.1%

El precio de los alimentos, por otro lado, creció cuatro décimas y ha subido un 9.5% en el último año, mientras que el de la energía subió seis décimas hasta ubicarse en un 5.2% interanual.

Los datos de la inflación se conocen en un momento clave, en el que se analiza si los constantes aumentos en la tasa de interés llevados a cabo por la Fed están teniendo el deseado efecto de contención de los precios y en qué medida están afectando a la evolución económica.

Además hora también se cuestiona si la política monetaria restrictivas está contribuyendo a los recientes temores de una crisis bancaria.

De hecho, a raíz del colapso la pasada semana del Sillicon Valley Bank, que tuvo que ser intervenido por las autoridades tras desplomarse sus acciones en bolsa, varios analistas esperan que la Fed se vea obligada a reducir todavía más, o incluso pausar, sus aumentos a las tasas de interés.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Luis Gonzali, analista financiero, sobre los cierres de Silicon Valley Bank y Signature Bank, y la actuación de las autoridades estadounidenses para proteger a los clientes afectados.