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El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) desmintió la nota periodística publicada por el diario Reforma, en donde aseguraron que se le exigió a los jueces no criticar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aclarando que se trata de una nota falsa, pues cada juzgador cuenta con la autonomía de emitir sus sentencias.

Lo anterior, luego de que el medio asegurara que la magistrada Claudia Mavel Curiel López comunicó a sus homólogos que, por instrucciones de la presidencia de la Corte, los jueces debían evitar críticas y comentarios públicos contra el mandatario federal, pues de lo contrario serían sujetos a procedimientos administrativos de responsabilidad.

A través de un comunicado, el CJF indicó que no ha emitido señalamiento alguno en ese sentido ni cuenta con las facultades para hacerlo. Agregó que Reforma no buscó que emitiera una postura al respecto, además de que su función es encargarse de que los jueces federales cuenten con las herramientas necesarias para emitir sentencias con plena autonomía que estas sean acatadas.

Asimismo, destacó que la postura del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar que a su vez preside el CJF, es pública: “El poder judicial de la Federación es un contrapeso constitucional que se hace efectivo a través de las resoluciones de sus juzgadores. Su función no está en la arena política partidista, sino en la actividad jurisdiccional; es decir dictando sentencias con apego a la Constitución”.

La Secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, reconoció que será difícil aplicar la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos entre miembros del Poder Judicial, toda vez que los jueces pueden presentar recursos contra ella.

En declaraciones a medios de comunicación tras la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos, la funcionaria señaló que el tema es “un poco complicado porque tenemos una norma constitucional que protege a ministros y jueces. No es fácil”.

La también ex ministra de la Suprema Corte recalcó que el Artículo 94 constitucional “protege las remuneraciones de jueces, magistrados y ministros, mientras estén en el desempeño de su cargo”.

Esto, pese a que el Artículo 127 de la carta magna establece que “ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente”.

Los miembros del Poder Judicial, dijo Sánchez Cordero, cuentan con “un fundamento constitucional” para proteger sus intereses, por lo que hay que establecer un diálogo con ellos para encontrar una solución.

El grupo parlamentario de Morena en el Senado buscará que los magistrados en el Poder Judicial esten sujetos a la aprobación de evaluaciones de control de confianza, como el detector de mentiras.

Por lo que Ricardo Monreal Ávila, coordinador del grupo parlamentario de Morena, presentó en tribuna un proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 81 y 112 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

La iniciativa parte de la base de que México vive una crisis de violencia y criminalidad, la cual no se podrá detener hasta erradicar la corrupción y la impunidad que la alimentan y fortalecen, por lo que Morena indica que es necesario establecer evaluaciones de control de confianza a quienes participen en los procesos de ingreso, permanencia y promoción en el Poder Judicial.

“La falta de controles de confianza efectivos sobre servidores públicos que se encargan de la prevención del delito y de la procuración e impartición de justicia, han contribuido de manera importante a condenar al fracaso los esfuerzos para construir un país más seguro y en paz. No podemos cerrar los ojos ante esta realidad”, manifestó Monreal.

La magistrada presidenta de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine M. Otálora Malassis, aseguró que, en el proceso electoral de este año, las instituciones de justicia electoral tendrán la misión de garantizar los derechos político-electorales de  los ciudadanos, sin embargo serán estos quienes elegirán al próximo presidente de la República.

 

“Recordemos que las elecciones se deciden en las urnas, no en los tribunales, la deciden los ciudadanos, lo único que hace el juez electoral es resolver las controversias en torno a las elecciones, no decidir quién gobernará”, reiteró Otálora Malassis.

 

La magistrada presidenta del TEPJF subrayó que las autoridades electorales se mantendrán “imparciales y neutrales y estarán por encima de las disputas políticas, actuando siempre con apego a la ley”.

 

La funcionaria electoral reconoció que el panorama que se avecina en este proceso electoral de 2018 “estará lleno de grandes desafíos, que pondrán a prueba a las instituciones electorales de la República”.

 

El diario estadounidense The Washington Post (WP), publicó este viernes un artículo en que indica que México, en su primer año de haber implementado el nuevo sistema penal acusatorio, “hasta ahora, los resultados han sido caóticos”.

 

Indicó que las disputas y la confusión reinan en cada enlace de la cadena legal mexicana. “La policía se queja de horas perdidas en formas laboriosas; los fiscales culpan a los jueces por liberar a los delincuentes; los jueces acusan a la policía mal formada de cometer errores en las escenas del crimen. Los poderosos cárteles de la droga, mientras tanto, están explotando las debilidades en el nuevo sistema y las autoridades siguen recibiendo amenazas de muerte y sobornos”.

 

El diario relata que el caos por el que atraviesa el país, se vive paradójicamente en el año más mortal en la historia moderna de México. “Los políticos achacan cada vez más los cambios judiciales para vaciar las cárceles y avivar el crimen. Incluso aquellos que abrazan el nuevo sistema legal se preocupan por sus fiascos de primer año.

 

“La reforma está yendo mal”, dijo José Ramón Cossío, ministro de la Corte Suprema de México, en una entrevista. “Hay muchos pequeños problemas que, en conjunto, están causando lo que creo que es una crisis importante”.

 

El WP señala que el nuevo sistema “busca convertir a la policía, notoriamente ineficaz, en investigadores profesionales. Fortalece la independencia de los jueces. Proporciona más derechos a los acusados en un país donde se sabe que las autoridades exigen sobornos, obtienen confesiones bajo tortura y evidencia médica”.

 

Asegura que el gobierno de los Estados Unidos está profundamente involucrado en el proyecto, pues desde el 2008, han aportando más de $300 millones de dólares para equipar juzgados y entrenar a la policía y al personal legal, incluso para dotar a los juzgados de zonas rurales con cámaras de vigilancia y sensores de huellas digitales; sin embargo considera que “los nuevos y exigentes procedimientos han sido injertados en instituciones débiles y plagadas de corrupción creadas hace décadas por un estado autoritario”.

 

Los jueces exigen el tipo de precisión legal que se encuentra en Washington o Londres, de parte de la policía, que a veces apenas puede leer y vivir en lugares que pueden sentirse como zonas de guerra. El impulso para reformar el sistema legal de México comenzó hace una década cuando la violencia se extendió por todo el país. El ex presidente mexicano Felipe Calderón había declarado la guerra a los cárteles de la droga en 2006, y el número de muertos comenzó a aumentar. La vieja estructura legal no podía hacer frente al derramamiento de sangre. Se basó en el sistema inquisitorial, también utilizado en otras partes de América Latina, pero fue modelado por el sistema autoritario del partido único que definió a México durante la mayor parte del siglo XX. La policía a menudo era vista como un instrumento de control, no de investigación. Mientras tanto, se esperaba que los funcionarios judiciales fueran leales al PRI. Los jueces raramente estuvieron en desacuerdo con los casos escritos reunidos por los fiscales.

 

El reportaje del WP hace hincapié en que la fecha límite para adoptar el sistema penal fue junio de 2016, y muchos estados esperaron solo unos meses antes del plazo para comenzar la transición. “Los gobiernos federal y estatal gastaron una fracción de lo que se requería, según Héctor Díaz Santana, ahora titular de la FEPADE.

 

“Tenemos policías mal entrenados y poco profesionales, fiscales mal pagados acostumbrados a las viejas costumbres, jueces que se sentían muy cómodos antes porque nunca los vieron”, dijo. “Crearon un sistema muy exigente cuando prácticamente no tenemos las herramientas”.

 

El caos en el nuevo sistema judicial y el aumento de las tasas de delincuencia en México han llevado a los políticos a solicitar revisiones importantes en los protocolos; algunos hasta anhelan abiertamente los viejos procedimientos.

 

Texto completo en The Washington Post

 

Este viernes se informó que el Departamento de Justicia de Estados Unidos se encuentra analizando la posibilidad de reasignar jueces de inmigración de forma temporaria a 12 ciudades, con el objetivo de avanzar con los procesos de deportación de los inmigrantes ilegales que hayan sido acusados de cometer delitos.

 

Debido a la cantidad de casos que se tienen, las autoridades han solicitado voluntarios para las reasignaciones sin especificar el número de jueces que serán reubicados, ni los lugares a los que serán enviados. Entre las ciudades apuntadas destacan Nueva York, Los Angeles, Miami, Nueva Orleáns, San Francisco, Baltimore, El Paso, Nebraska y Phoenix.

 

De acuerdo a un portavoz de la oficina del Departamento de Justicia que administra las cortes de inmigración,  confirmó que las ciudades fueron elegidas que apesar de tener una lista de probables ciudades, aun no se elabora el plan definitivo.

 

Se ha reportado que la intensificación de las deportaciones y la necesidad de agilizar los casos, está en línea con las medidas que ha puesto en marcha el presidente Donald Trump, ya que a pesar de ser algo inusual, esta acción se toma como parte del decreto firmado por Trump en enero, en el que se especifica que los inmigrantes con casos criminales pendientes son prioridad para deportación.

 

 

 

 

Con información de El Universal / Foto: Archivo APO

Luego que el juez de distrito James Robart determinó mantener el bloqueo a las restricciones migratorias ordenadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empezó a recibir amenazas en internet.

 

En Twitter lo llamaron “HOMBRE MUERTO QUE CAMINA” y en Facebook un usuario sugirió que debería ser encarcelado en el centro militar de detención de la Bahía de Guantánamo “donde están retenidos otros enemigos de Estados Unidos”.

 

Esta situación aumentó las preocupaciones sobre seguridad entre jueces del país. Incluso, los expertos temen que los ataques de Trump conviertan a los magistrados en un objetivo más atractivo.

 

“Sé que hay un temor entre la judicatura con lo que se está diciendo”, dijo John Muffler, ex alguacil de Estados Unidos y que enseña temas de seguridad en el National Judicial College en Reno, Nevada.

 

Agregó que los comentarios críticos del Presidente tienen consecuencias, porque “es fácil empujar a la gente al límite a cruzar la línea una vez que se pone en marcha la retórica”.

 

 

 

Con información de Excelsior  / Foto: Archivo APO