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La tasa de inflación se desaceleró en octubre a 8.41% anual, por debajo del 8.7% registrado en agosto y septiembre, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Aún así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un alza mensual del 0.57% frente a septiembre, cuando la tasa de inflación era la más alta desde el año 2000.

El INEGI recordó que en el mismo periodo de 2021, hace un año, la inflación mensual fue de 0.84% y la anual quedó en 6.24%.

En tanto, el Índice de Precios Subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, subió un 0.63% mensual y un 8.42% anual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron 0.87% mensual y 11.15% anual, mientras que los servicios aumentaron un 0.33% mensual y un 5.30% anual.

Mientras que el Índice de Precios no Subyacentes avanzó un 0.38% a tasa mensual y un 8.36% interanual. En este rubro, los agropecuarios cayeron 0.52% respecto al mes anterior, pero se elevaron un 14.25% anual. Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subieron un 1.17% en el mes y un 3.77% anual.

El Índice de Precios de la Canasta de Consumo Mínimo, conformada por 176 productos y servicios, aumentó un 0.50% mensual y un 9.09% a tasa anual.

Por grupo de consumo, los productos con los mayores aumentos anuales fueron los alimentos y bebidas no alcohólicas (14.54%), los restaurantes y hoteles (12.26%), y los bienes y servicios diversos (10.18%).

Los productos genéricos con los mayores aumentos mensuales fueron la calabaza (23.16%), el tomate (18.80%) y la electricidad (17.46%).

El INEGI también anunció que en octubre el Índice de Precios al Productor, incluyendo el petróleo, bajaron un 0.18% mensual aunque se elevó un 7.20% anual.

Así, el dato de inflación de octubre se colocó por debajo de las expectativas del mercado tras dos meses consecutivos de la tasa más alta en los últimos 22 años.

Recordemos que los precios al consumidor cerraron 2021 con un aumento del 7.36%, un nivel no visto en dos décadas, ante el alza de insumos básicos como agropecuarios o energía. La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 fue del 2.83%.

El dato se conoce un día antes del anuncio de política monetaria del Banco de México (Banxico), que tiene una meta de inflación del 3% anual, por lo que el banco central ha elevado 11 veces consecutivas la tasa de interés, hasta un récord de 9.25%.

La inflación se desaceleró en la primera quincena de octubre hasta el 8.53% interanual, informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Se trata de su tercer registro (quincenal) consecutivo a la baja desde el 8.77% que se alcanzó en la segunda mitad de agosto.

El dato contrasta con el 8.76% de la primera quincena de septiembre, cuando se alcanzó el índice más alto para un periodo igual desde el año 2000, y con la tasa de 8.7% de todo el mes pasado.

Aún así, hubo un incremento de 0.44% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) respecto a los 15 días anteriores, según detalló el organismo en su reporte.

El INEGI recordó que en la misma quincena de 2021, hace un año, la inflación quincenal fue de 0.54% y la anual de 6.12%.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general dado que elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó un 0.42% quincenal y un 8.39% anual. En tanto, el no subyacentes subió un 0.48% a tasa quincenal y un 8.95% interanual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron el 0.53% en la quincena y un 11.10% anual, mientras que los servicios avanzaron un 0.3% quincenal y un 5.29% anual.

En los no subyacentes, los precios de los agropecuarios cayeron un 0.46% respecto al periodo inmediato anterior, pero subieron un 15.09% frente al mismo lapso del año pasado.

Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron un 1.3% en la quincena, aunque se elevaron un 4.18% anual.

El índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, aumentó un 0.43% quincenal y un 9.26% a tasa anual.

Recordemos que los precios al consumidor cerraron 2021 con un aumento del 7.36%, un nivel no visto en 20 años por el alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.

La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 la inflación fue del 2.83% y en 2018 los precios al consumidor se elevaron un 4.83%.

El Banco de México (Banxico) elevó el pasado 29 de septiembre la tasa de interés a un récord de 9.25%, lo que representa el undécimo incremento consecutivo del objetivo para tratar de contener la inflación.

El presidente Joe Biden ordenó este miércoles la liberación de 15 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas para intentar bajar los precios de la gasolina tras los recortes de producción anunciados por la OPEP+ y a menos de un mes de las elecciones legislativas.

En un discurso en La Casa Blanca, señaló a Rusia como el principal culpable en el alza de la gasolina por la guerra en Ucrania y, aunque reconoció que los precios han bajado durante los últimos meses, consideró que no están disminuyendo lo suficiente.

“Este anuncio hoy sirve para continuar estabilizando los mercados y para bajar los precios en un momento en el que las acciones de otros países han provocado esta volatilidad”, dijo Biden, en referencia a los países de la OPEP+, pero sin llegar a mencionar a la alianza petrolera por su nombre.

Recordemos que la OPEP+, con Rusia y Arabia Saudí a la cabeza, anunció la semana pasada un recorte de dos millones de barriles diarios de la producción mundial de petróleo, lo que provocó una subida del precio medio de la gasolina en Estados Unidos, que ha ido bajando en los últimos días y actualmente se sitúa en los 1.02 dólares por litro.

Según detalló La Casa Blanca, los 15 millones de barriles llegarán al mercado en diciembre y serán liberados a un ritmo de 500,000 al día.

Esta última venta de petróleo forma parte del paquete de 180 millones de barriles que, en marzo, Biden prometió que iría poniendo en los mercados de manera progresiva para suavizar los precios, en lo que supuso una liberación récord de petróleo por parte de Washington.

Como ya se ha agotado la cantidad inicialmente autorizada, el presidente abrió la puerta a futuras inyecciones de petróleo en los mercados, pero no ofreció detalles sobre las cantidades o fechas que baraja.

Según reconoció Biden, la liberación de petróleo en tan pocos meses ha provocado que las reservas estratégicas de su país estén en sus niveles más bajos desde 1984: 400 millones de barriles de petróleo.

Biden anunció que su gobierno repondrá ese petróleo, pero solo cuando el precio por barril sea inferior a 70 dólares. El precio del barril está actualmente en los 85.55 dólares.

Minutos después del anuncio, varios republicanos, incluidos miembros de los comités de energía del Congreso, criticaron a Biden por haber ordenado la liberación de petróleo en vísperas de las elecciones del próximo 8 de noviembre y en un momento en el que las encuestas muestran que la economía es uno de los temas que más preocupa a los estadounidenses.

Cuestionado al respecto, Biden afirmó que su anuncio “no responde a motivos políticos” y se engloba en los esfuerzos que su gobierno ha hecho en los últimos meses para rebajar los precios.

La alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, acordó reducir su producción en 2 millones de barriles diarios (mbd), lo que supone el mayor recorte de la oferta petrolera desde mayo de 2020.

La decisión se adoptó en una conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez naciones productoras aliadas, entre ellas Rusia, México y Kazajistán, siendo el primer encuentro presencial del grupo desde el inicio de la pandemia.

Además, los ministros participantes acordaron extender un año más su cooperación, con lo cual la alianza, creada en 2016 para hacer frente a la caída de los “petroprecios”, se mantendrá al menos hasta fines de 2023.

En su declaración final, precisan que han acordado “ajustar a la baja la producción global en 2 mbd (…) a partir de noviembre” próximo.

Nominalmente, ese volumen equivale al 2% de la oferta mundial de crudo y es cerca del doble del que se esperaba en los mercados internacionales.

La razón es que la mayoría de los productores ya están bombeando menos de la cuota nacional establecida debido a problemas técnicos de capacidad derivados de inversiones insuficientes.

Así, se estima que en su conjunto, la alianza bombea entre 3.5 y 4 mbd por debajo de la cuota total establecida para octubre, de 43.85 millones de barriles diarios (mbd), que abarca el bombeo de 20 países, todos menos los miembros de la OPEP Venezuela, Irán y Libia, que están exentos del compromiso de limitar sus extracciones).

“No llegaremos a recortar 2 mbd, pero nos esforzaremos en esa dirección”, admitió el presidente de turno de la OPEP, Bruno Jean-Richard Itoua.

Tras destacar que se ha intentado ajustar las cuotas a la capacidad de cada país, estimó que el recorte real será “algo entre uno y dos millones” de barriles diarios.

Aun cuando el recorte real vaya a ser al final menor que el anunciado, la medida supone un claro “no” a las naciones occidentales que vienen desde hace tiempo pidiendo a la OPEP que aumente la producción para abaratar los combustibles y la energía, y frenar así la inflación, en medio de la actual crisis energética.

Estados Unidos consideró que la OPEP y sus aliados “se han alineado con Rusia” al recortar la producción.

“Está claro que con la decisión de hoy la Opep+ se alinea con Rusia”, dijo la portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre.

Por su parte el presidente Joe Biden calificó la decisión como un “error”, mientras que el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan y el principal consejero económico de Biden, Brian Deese, afirmaron en un comunicado que el mandatario “está decepcionado por la decisión corta de miras de la Opep+”.

Todos los ministros presentes coincidieron en reiterar que el grupo solo tiene consideraciones técnicas, y no políticas, cuando toma sus decisiones, y defendieron el recorte con el argumento de que quieren atraer inversiones al sector.

“No estamos poniendo en peligro el mercado energético. Estamos suministrando seguridad y estabilidad al mercado de la energía”, declaró en rueda de prensa el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais.

La OPEP+ volverá a reunirse el próximo 4 de diciembre.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, (AMLO) informó sobre una reunión que sostendrá hoy con productores y distribuidores de alimentos, “los más importantes” del país, para analizar medidas de contención de la inflación, ante el aumento de precios que se ha registrado.

Y es que a pesar de que el gobierno anunció un plan antiinflación en mayo pasado, los precios han seguido aumentando y el indicador alcanzó en agosto a su nivel más alto en casi 22 años, un 8.70% anual.

“Ahí vamos avanzando; no hay que descuidarnos, atender el problema de la inflación, que se tiene control en energéticos, pero nos falta control, reducir los precios de alimentos. (…) Vamos a tomar una serie de medidas para buscar que no aumenten los precios de los productos básicos”, dijo el mandatario.

Detalló que espera que las compañías no suban los precios e incluso los bajen para 24 productos que integran la canasta básica, particularmente de la tortilla.

En ese sentido, López Obrador dio a conocer que la empresa Maseca, cuyo director estará presente en la reunión de hoy, se comprometió a no aumentar el precio de la harina de maíz al menos hasta febrero de 2023.

“Ya nos mandó decir el director de Maseca que se compromete a que no haya aumento en harina de maíz cuando menos hasta febrero (2023) y eso es importante porque estamos hablando de la tortilla y de quien distribuye como el 80 por ciento de la harina de maíz que se distribuye en las tortillerías”, dijo el mandatario.

López Obrador aprovechó el tema para asegurar que la economía del país se encuentra en condiciones favorables gracias a la administración responsable del presupuesto, que se han aplicado medidas de austeridad y no se ha permitido la corrupción o la condonación de impuestos a grandes empresarios.

“Nuestra economía es sólida, nuestras finanzas son sólidas. Nos ayudó mucho el combate a la corrupción, que se terminaran los privilegios fiscales, porque ahora tienen que pagar los que antes no pagaban y es bastante, por eso no se nos cayó la recaudación”, afirmó.

AMLO afirmó que hay gobernabilidad y paz social en el país, cualidades que afianzan la confianza de inversionistas. Además, resaltó que México forma parte del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y no se ha solicitado deuda adicional a pesar del contexto internacional adverso.

La inflación en Estados Unidos continúa a la baja y la tasa interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) cayó dos décimas en agosto, hasta el 8.3%, aunque en términos mensuales los precios subieron una décima respecto a julio pasado.

La disminución mensual del 10.6% en el precio de la gasolina no fue suficiente para compensar el aumento de otros productos, como los alimentos, cuyos precios continúan al alza, según los datos publicados este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de Estados Unidos.

Esta es la segunda baja continua de la tasa interanual de inflación, que en junio alcanzó su cifra más alta en cuarenta años, ubicándose en 9.1%, y un mes después bajó al 8.5%.

La disminución reportada da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran una recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del PIB.

Sin embargo, ese diagnóstico no fue compartido por La Casa Blanca, quien este martes dijo que los datos de hoy muestran el “progreso” de la economía estadounidense reduciendo el problema global de la inflación.

“En general, los precios se han mantenido esencialmente estables en nuestro país estos últimos dos meses: esa es una buena noticia para las familias estadounidenses, aunque aún hay mucho trabajo por hacer”, apuntó el presidente en un comunicado.

Así, “llevará más tiempo y determinación reducir la inflación”, reconoció Biden, quien recordó su recientemente aprobada Ley para la Reducción de la Inflación, con la que prevé reducir los precios a largo plazo, con inversiones centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y en reducir las emisiones de gases contaminantes.

Los datos ofrecidos por BLS destacan que mientras que en julio los precios se mantuvieron estables a nivel mensual, en agosto registraron un aumento de una décima.

De hecho, todos los conceptos subieron menos los vehículos usados, cuyo precio bajó una décima, y la energía, que en su conjunto descendió el 5%. La gasolina bajó el 10.6% (aunque registra una subida interanual del 25.6%), mientras que la electricidad subió el 1.5% y el gas el 3.5%.

La elevada inflación sigue siendo la principal preocupación del gobierno de Biden y también de la Reserva Federal, que el pasado 27 de julio volvió a subir la tasa de interés en 75 puntos base, la cuarta subida consecutiva y la segunda de la misma magnitud.

La pasada semana, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, insistió en la necesidad de que la Fed continúe llevando a cabo una política monetaria restrictiva para bajar los precios, con el fin de evitar que los ciudadanos acaben acostumbrándose a la alta inflación.

La nueva primera ministra británica, Liz Truss, anunció este jueves medidas contra la crisis energética que enfrenta el país, que incluyen la congelación de precios durante dos años para los hogares, el fin de una moratoria al fracking y reexaminar los objetivos climáticos del Reino Unido.

La congelación de precios representará un ahorro de unas 1,000 libras al año para un hogar medio, en comparación con la subida de 80% del tope tarifario que estaba prevista el 1 de octubre, precisó Truss en el parlamento dos días después de su nombramiento en reemplazo de Boris Johnson.

Las empresas e instituciones como las escuelas y hospitales recibirán por su parte una “ayuda equivalente durante seis meses”, precisó.

“Es el momento de ser audaz. Nos enfrentamos a una crisis energética (…) y estas intervenciones tendrán un costo”, advirtió después de haber eludido preguntas de la oposición sobre cómo piensa financiar unas políticas que se encaminan a incrementar la deuda pública británica.

El gobierno pagará a las empresas energéticas la diferencia de precios, precisó, sin dar una cifra de cuánto puede costar al erario público, a la espera de que su nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, presente este mes un presupuesto.

Truss, exejecutiva del gigante petrolero Shell, que durante su campaña para convertirse en nueva líder del Partido Conservador defendió políticas ultraliberales, se ha declarado férreamente en contra de aplicar más impuestos a las compañías energéticas para ayudar a los hogares.

Las medidas que anunció incluyen también suprimir temporalmente los impuestos sobre la energía destinados a financiar la transición hacia la neutralidad de carbono, que el Reino Unido se había comprometido a alcanzar en 2050 con una trayectoria que Truss dijo querer reexaminar.

Asegurando estar “totalmente comprometida” con la idea de alcanzar cero emisiones netas de CO2 en esa fecha, la nueva primera ministra explicó querer asegurarse de que no suponga una carga excesiva para las empresas y los consumidores.

Truss no precisó tampoco cuánto costará el paquete total, que varios medios británicos estimaron en 150,000 millones de libras.

Esta cifra es más del doble que los 70,000 millones de libras que se gastaron para pagar los sueldos de los empleados que se quedaron sin trabajo durante los confinamientos por la pandemia.

También supone un cambio drástico respecto a la campaña de Truss, que calificó las ayudas públicas de “apósito” inútil para resolver los problemas de fondo.

Reino Unido es muy dependiente del precio del gas, que se ha multiplicado por siete en un año, sobre todo por los problemas de suministro por la guerra en Ucrania.

Truss anunció también la creación de un fondo de 40,000 millones de libras con el Banco de Inglaterra para garantizar que los proveedores de energía no carezcan de liquidez ante la volatilidad de los mercados mundiales.

La primera ministra anunció también un incremento de las licencias para la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte y el fin de una moratoria sobre la fracturación hidráulica, mejor conocido como ‘fracking’, un controvertido método de extracción de combustibles fósiles que estaba hasta ahora prohibido en el Reino Unido.

Los países de la Unión Europea deberían poner un tope a los precios del gas natural ruso y solicitar un “aporte solidario” a las empresas europeas de petróleo y gas que están obteniendo ganancias a medida que la guerra en Ucrania eleva los costos de la energía, dijo este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

De cara al periodo invernal, los 27 países miembros de la UE se esfuerzan por contener una crisis energética que podría conducir a apagones, fábricas cerradas y una recesión profunda.

Y es que Rusia ha cortado parcial o totalmente el suministro de gas a 13 países europeos que utilizan el combustible para calentar hogares, generar electricidad y hacer marchar las fábricas.

“Enfrentamos una situación extraordinaria porque Rusia es un proveedor en el cual no se puede confiar, pero también porque manipula activamente el mercado del gas”, advirtió von der Leyen en conferencia desde Bruselas.

“Debemos reducir los ingresos de Rusia, que (el presidente ruso Vladimir) Putin utiliza para financiar su guerra atroz en Ucrania”, añadió.

Sin embargo, se negó a recomendar topes de precios y dijo que estos se deben acordar durante las conversaciones de emergencia de los ministros de energía de la UE que tendrá lugar el próximo viernes.

El organismo ejecutivo de la UE someterá una serie de propuestas a debatir entre los ministros.

Y es que el gas que llegaba por el ducto ruso representaba el 40% del fluido importado por Europa hasta que Putin ordenó la invasión de Ucrania, pero ahora representa el 9%, según Von der Leyen. Ahora, Noruega vende más gas al bloque que Rusia.

Al respecto, el presidente Vladímir Putin amenazó hoy a Occidente con cortarle la llave del gas y el petróleo si pone un tope a los precios de los hidrocarburos de su país, y también con romper el contrato de exportación de cereal con Ucrania si no levanta las sanciones.

“Existen obligaciones contractuales, contratos de suministro. Y si se toma algún tipo de medida política que contradiga los contratos, simplemente no los cumpliremos”, dijo Putin durante el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.

Rusia “no suministrará nada si va en contra de nuestros intereses, en este caso económicos. Ni gas, ni petróleo, ni carbón”, agregó.

Putin insistió en que el Kremlin tiene intención de cumplir con sus compromisos, pero si alguien intenta imponerle su voluntad al margen de los contratos adquiridos, advirtió que responderá como en el famoso cuento ruso popular ruso sobre el zorro y el lobo, en el que el primero invita al segundo a pescar metiendo la cola en un agujero de hielo en el río y al final lo pilla congelado por ingenuo.

“¡Congélate, congélate, cola de lobo!”, recitó, en alusión a los europeos.

El líder ruso no dudó en considerar una “tontería” la iniciativa de limitar el coste del gas suministrado por el consorcio estatal Gazprom, aduciendo que eso “únicamente provocará un aumento de los precios”.

Putin culpó del dramático encarecimiento del hidrocarburo a los propios clientes europeos de Gazprom, que les ofreció contratos con precios fijos a largo plazo cuando la tarifa era de 300 dólares, pero Europa optó por pagar al contado.

Recordó que durante décadas la UE contó con una “ventaja competitiva” gracias a los hidrocarburos rusos, ya que son mucho más rentables que el gas natural licuado de Estados Unidos.

“Si quieren renunciar a esa ventaja, nosotros no nos enfadaremos. El mercado de Europa siempre se consideró premium, pero la situación en el mundo cambia muy rápido y desde hace no mucho, al comienzo de la crisis en torno a Ucrania, dejó de serlo”, señaló.

Negó que el Kremlin utilice la energía como arma contra Europa, a la que acusó de meterse en un callejón sin salida debido a las sanciones adoptadas por la campaña militar rusa en Ucrania.

La tasa de inflación subió en la primera quincena de agosto hasta el 8.62% anual, el índice más alto para un periodo igual desde el año 2000, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El aumento se explica por un incremento de 0.42 % en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) respecto a los 15 días anteriores, según detalló el organismo.

El dato anual de esta primera quincena de agosto supone también un incremento frente al dato de todo el mes de julio, cuando la inflación se ubicó en 8.15 % interanual, su entonces mayor nivel desde el 2000.

El Inegi recordó que en la misma quincena de 2021, la inflación quincenal fue de -0.02% y la tasa anual quedó en 5.58%.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó un 0.49% quincenal y un 7.97% anual; mientras que el índice no subyacentes subió un 0.22% a tasa quincenal y un 10.59% interanual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron 0.72% en la primera quincena de agosto y un 10.43% anual, mientras que los servicios crecieron un 0.22% quincenal y 5.16% anual. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.45% respecto al periodo inmediato anterior y un 14.5% frente al mismo lapso del año pasado. En tanto, los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron un 0.03% en la primera quincena y un 7.48% anual.

Por último, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, escaló un 0.61% quincenal y un 9.48% a tasa anual.

Recordemos que los precios al consumidor cerraron 2021 con un aumento del 7.36%, un nivel no visto en 20 años por la alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía. La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 fue del 2.83% y en 2018 los precios al consumidor se elevaron un 4.83%.

La meta del Banco de México (Banxico) es del 3% anual, por lo que, para contener la inflación, el banco elevó el 11 de agosto la tasa de interés al 8.5%, lo que representa el décimo incremento consecutivo del objetivo.

Tal como diversos analistas lo habían adelantado, la inflación de Estados Unidos registró un ligero descenso, al reportar una tasa interanual de 8.5%, seis décimas menos que lo registrado en junio, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

Respecto al mes anterior, los precios de consumo se mantuvieron estables (0%), gracias principalmente a la caída de los precios de la gasolina, que fue del 7.7% en julio.

En su conjunto, los precios de la energía se redujeron 4.6% el mes pasado. Y, mientras la gasolina y el gas bajaron, el precio de la electricidad aumentó, al igual que los precios de los alimentos, que se siguieron encareciendo, 1.1% en un mes.

La inflación subyacente, que mide el aumento de los precios de consumo quitando los de mayor volatilidad, se situó en una tasa interanual del 5.9%, equivalente a un aumento mensual del 0.3.

La baja de la tasa de inflación, que en junio había alcanzado su cifra más alta en cuarenta años, da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran una recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del Producto Interior Bruto (PIB).

Sin embargo, dicho diagnostico no fue compartido por el gobierno estadounidense, que no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión dada la robustez de su economía, especialmente de su mercado de trabajo, que registra una tasa de desempleo del 3.5%.

En cualquier caso, la elevada inflación sigue siendo la principal preocupación de la administración Biden, y también de la Reserva Federal (Fed), que el pasado 27 de julio volvió a subir la tasa de interés, que ahora se encuentran entre el 2.25% y el 2.50%.

El incremento en los precios de la gasolina, los alimentos y el alquiler impulsó la inflación de junio en Estados Unidos, alcanzando su mayor nivel en cuatro décadas.

Los precios al consumidor en junio se dispararon 9.1% en comparación con el año anterior, dio a conocer el Departamento del Trabajo del gobierno de Estados Unidos este miércoles.

Se trata del mayor aumento anual desde 1981, superior al alza de 8.6% que se registró en mayo. Sobre una base mensual, los precios subieron 1.3% de mayo a junio, otro aumento sustancial; los precios subieron 1% de abril a mayo.

Los precios de la energía subieron 41.6%  interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980, en tanto los precios de los alimentos experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10.4% en un año.

Es posible que el dato dado a conocer lleve a la Reserva Federal, la Fed, a elevar nuevamente las tasas de interés, lo que a su vez encarecería los créditos.

El dato de la inflación en junio se encuentra por encima de la previsión que el mercado tenía. En un consenso de analistas encuestados por Bloomberg se proyectaba una inflación anualizada a junio de 8.8% y de 1.1% en un mes.

Sin embargo, algunos economistas no descartan que la inflación esté alcanzando o acercándose a su pico en el corto plazo. Como muestra, han señalado que los precios de la gasolina, por ejemplo, han bajado un poco desde los 5 dólares por galón alcanzados a mediados de junio.

Sin embargo, por ahora, el aumento de la inflación ha provocado una fuerte caída en la confianza de los consumidores en la economía y ha hecho caer los índices de aprobación del presidente Joe Biden en año de elecciones legislativas.

Al respecto, Biden dijo que el dato de inflación de Estados Unidos correspondiente a junio es “inaceptablemente alto” pero no refleja las recientes mejoras. “Si bien el registro de la inflación general de hoy es inaceptablemente alta, también está desactualizado”, dijo Biden en un comunicado.

“Las cifras de hoy no reflejan el impacto total de casi 30 días de caídas de los precios de la gasolina”, defendió el presidente.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), aseguró que el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), que se presentó hace cerca de dos meses, está dando buenos resultados.

En redes sociales la dependencia señaló que en la primera quincena de junio se registró una inflación anual de 10.14%, inferior al 12.47% correspondiente a la misma quincena de 2021.

Este dato corresponde a los 24 genéricos que corresponden a la canasta básica que Profeco estableció, y que forman parte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), así como con los energéticos: electricidad, gas, gasolina, y las cuotas de autopista.

Dentro de los genéricos incluidos en el PACIC, destacó Hacienda, por su deflación respecto a la quincena anterior, resaltan el  limón, azúcar, cebolla, huevo, jitomate y papel higiénico.

Añadió que otros productos del PACIC que sobresalen por su incidencia de cero en la inflación quincenal son el arroz en grano, atún en lata, bistec de res, frijol, manzana, pasta para sopa, sardina en lata, y zanahoria.

Recordemos que fue el 4 de mayo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezó la presentación del Paquete contra la Inflación, con el que dijo, se busca hacer frente a la elevada inflación, y el cual fue pactado con la Iniciativa Privada (IP).

El PACIC incluía un aumento en la producción de granos como maíz, frijol y arroz, y descartaba la aplicación de controles de precios, según indicó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O.

El funcionario detalló que las medidas tendrían una duración inicial de seis meses, que pueden ser prorrogable, y tiene cuatro ejes: producción, distribución de los alimentos, comercio exterior y otras medidas.

La tasa de inflación bajó en la primera quincena de mayo hasta el 7.58%, al registrar una disminución de 0.06% respecto a la quincena anterior, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El dato anual de la primera quincena de mayo supone también una ligera reducción frente al dato de todo el mes de abril, cuando la inflación quedó en un 7.68% interanual, su mayor nivel desde enero de 2001.

El INEGI recordó que en la misma quincena de 2021 hubo una disminución quincenal del 0.01% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), con lo que la inflación quedó entonces en el 5.8% anual.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó un 0.31% quincenal y dejó la tasa anual en el 7.24%, mientras que el índice de precios no subyacentes retrocedió un 1.15% a tasa quincenal, pero se incrementó un 8.60% interanual.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron el 0.35% en la quincena y un 9.45% anual, mientras que los servicios crecieron un 0.25% quincenal y 4.76% anual. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.47% respecto al periodo inmediato anterior y un 12.67% frente al mismo lapso del año pasado. Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno decrecieron un 2.45% en la quincena, pero subieron un 5.46% anual.

Pese a la ligera desaceleración en la inflación, los niveles de inflación permanecen en los más altos de hace dos décadas. Los precios al consumidor cerraron 2021 con una subida del 7.36%, un nivel no visto en 20 años por la alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.

La meta del Banco de México (Banxico) es del 3 % anual. Para responder a la alza de precios, Banxico elevó el pasado 12 de mayo la tasa de interés al 7%, lo que representa el octavo incremento consecutivo del objetivo.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se moderó ligeramente en abril hasta el 8.3%, dos décimas por debajo de la de marzo, confirmó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales. El incremento mensual de los precios de consumo fue del 0.3%.

Es la primera vez que la tasa interanual de inflación registra una disminución, aunque ligera, tras siete meses anteriores de aumentos, y según especialistas representa una buena señal que de repetirse mostraría un freno para los precios de consumo en Estados Unidos.

En cualquier caso, se ha advertido que la inflación sigue disparada y en sus niveles más elevados en cuarenta años.

Los precios de la energía, que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural, subieron en los últimos doce meses un 30.3%, empujados por el encarecimiento del crudo, del 80.5%, mientras que la gasolina subió un 43.6%.

En cuanto al cambio mensual, los precios de consumo energético bajaron en abril un 2.7% con respecto a los de marzo, siendo la energía uno de los principales responsables de que la inflación se moderase el mes pasado.

Los precios de los alimentos subieron un 9.4% en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 10.8%, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 7.2%.

Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue del 6.2% en tasa interanual.

El precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5.1% en un año, y su incremento mensual fue del 0.5%. En el sector automovilístico, los precios de los vehículos nuevos subieron un 13.2% en un año.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en marzo hasta el 8.5%, seis décimas por encima de la de febrero, informó este martes la Oficina de Estadísticas Laborales.

Se trata del mayor aumento interanual desde diciembre de 1981, es decir, desde hace más de 40 años, y viene impulsada sobre todo por el encarecimiento de la energía, los alimentos y la vivienda.

El aumento mensual de los precios de consumo (de febrero a marzo) fue del 1.2 %. Los precios de la energía, que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural, subieron en los últimos 12 meses un 32%, empujados por el encarecimiento del crudo, del 70.1%, mientras que la gasolina subió un 48%.

En cuanto al aumento mensual, los precios de consumo energético subieron en marzo un 11% respecto a los de febrero, según los datos revelados por la oficina de gobierno,

Los precios de los alimentos subieron un 8.8% en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 10%, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 6.9%. Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue del 6.5% en tasa interanual.

El precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5% en un año, y su incremento mensual fue del 0.5%.

El gobierno de Estados Unidos había anticipado ayer que el dato de inflación iba a ser “extraordinariamente elevado”, y culpó de ello fundamentalmente a la invasión rusa de Ucrania.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se refirió en todo momento a la alta inflación como “el aumento de precios de Putin”, en referencia al presidente de Rusia, y a la invasión de Ucrania que su país empezó el pasado 24 de febrero.

Sin embargo, especialistas indican que los precios ya estaban disparados en Estados Unidos antes de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania.

La tasa de inflación subió en la primera quincena de marzo hasta el 7.29%, tras un aumento de los precios en este periodo del 0.48% respecto a la quincena anterior, impulsado por los energéticos y los alimentos, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En la misma quincena de 2021 hubo un aumento del 0.53% en el índice de precios al consumidor (IPC), con lo que la inflación quedó entonces en el 4.12% anual.

El dato anual de esta primera quincena de marzo supone también un ligero aumento frente al de febrero, cuando la inflación quedó en un 7.28% interanual.

El índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para medir la carestía general porque elimina artículos de alta volatilidad en sus precios, aumentó el 0.35% quincenal y dejó la tasa anual en el 6.68%, precisó el INEGI.

Dentro del subgrupo de bienes y servicios subyacentes, las mercancías aumentaron el 0.49% y los servicios crecieron un 0.20%, con una tasa anual del 8.54% y del 4.57%, respectivamente. En los no subyacentes, los agropecuarios aumentaron un 0.24% respecto al periodo anterior y los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 1.35%. A nivel anual, los precios de los agropecuarios aumentaron un 15.93%, mientras que las tarifas energéticas se elevaron un 4.28%.

Por último, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, presentó un aumento del 0.51% quincenal y del 7.88% interanual.

La directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller, destacó que pese a que la inflación no subyacente quincenal se ubicó “por debajo de lo esperado”, fue su mayor alza desde la segunda quincena de noviembre.

Los precios al consumidor cerraron 2021 con una subida del 7.36%, un nivel no visto en dos décadas, debido al alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.

La inflación de 2020 cerró en un 3.15%, mientras que en 2019 la inflación fue del 2.83% y en 2018 los precios al consumidor se elevaron un 4.83%. Los precios al consumidor escalaron hasta el 6.77% a finales de 2017, la tasa más alta desde 2000, que fue motivada por un alza en el precio de los combustibles.

Recordemos que la meta del Banco de México (Banxico) es del 3% anual más menos un punto por ciento.

En más temas económicos, se informó que la economía latinoamericana crecerá un 2.3% en 2022, según las estimaciones de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que bajó tres décimas sus perspectivas para la región con respecto a las calculadas hace seis meses, debido a los efectos negativos de la guerra de Ucrania en el panorama global.

El informe de UNCTAD revisó al alza el crecimiento esperado para el país del Cono Sur, del 2.9% calculado en septiembre al 4.6% en el informe publicado hoy. El estudio de previsiones también subió el porcentaje de crecimiento esperado para Centroamérica y el Caribe, del 2.9% de hace medio año al 3.5%, aunque bajó un punto y medio sus perspectivas para México, del 2.8% al 1.3%, y redujo en medio punto su previsión para Brasil, del 1.8% al 1.3%).

UNCTAD analizó que el consumo en tres de las principales economías regionales, Argentina, México y Brasil, sigue manteniéndose por debajo de los niveles previos a la pandemia, mientras que en otros ha habido fuerte recuperación, caso de Chile y Colombia.