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La OCDE ha reducido de nuevo sus expectativas de crecimiento para Europa, de forma que será la zona, dentro de las economías avanzadas, que más tardará en recuperarse,; mientras Estados Unidos muestra una vez más su capacidad de resistencia.

En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) anticipa “un aterrizaje suave” para las economías avanzadas como conjunto, tras constatar que los aumentos de las tasas de interés están produciendo los efectos buscados en la contención de la inflación.

Los países emergentes deberían tener globalmente un comportamiento más dinámico y eso permitirá a la economía mundial un crecimiento del 2.9% en 2023, que se ralentizará en 2024 para quedar en el 2.7%, antes de recuperarse el año siguiente, con un 3%.

Estados Unidos está demostrando ser más fuerte de lo que se había previsto y por eso los autores del estudio prevén un aumento del PIB del 2.4% este año (dos décimas más de lo que calcularon en septiembre y tres más que en junio) y del 1.5% en 2024 (dos décimas más de lo que dijeron en septiembre).

La situación es claramente menos favorable en el Viejo Continente. En la zona euro este año el crecimiento, según la OCDE, se limitará a 0.6% (tres décimas menos que lo estimado en junio), con la caída de la actividad en un país clave como Alemania (-0.1%) y cifras relativamente decepcionantes en Francia (0.9%) e Italia (0.7%).

Fuera de la Unión Europea, pero también en el Viejo Continente, las cosas no van a ir mejor en el Reino Unido, con una expansión económica de únicamente el 0.5% este año, del 0.7% en 2024 y del 1.2% en 2025.

Para América Latina, la OCDE no incluye una previsión de crecimiento en su último informe de previsiones, aunque espera que la mayoría de países de la región tengan un crecimiento del PIB de entre el 2% y 3% en 2024 y 2025. Mientras, en términos generales, se espera que la inflación siga disminuyendo, lo que facilitará la recuperación de los ingresos reales.

Costa Rica será el país de la OCDE con el mayor ritmo de crecimiento económico no sólo este año (5.1%, frente al 4.9% de Islandia, en segunda posición y al 1.7% de media de los 38 miembros), sino también en 2024 (3.5%, comparado con el 1.4% de media) y en 2025 (3.6%, comparado con el 1.8% en la OCDE).

Las proyecciones para México también son favorables y mejores que hace seis meses, con un aumento del PIB que debería ser del 3.4% este año, del 2.5% en 2024 y del 2% en 2025.

La situación de los otros miembros latinoamericanos es bastante diferente. Para Brasil, la OCDE espera una expansión del PIB del 3% en 2023 (dos décimas menos que en su anterior informe) y del 1.8% en 2024.  En tanto, Colombia tendrá un crecimiento relativamente bajo en 2023, quedándose en el 1.2% y la recuperación será lenta en 2024, cuando solo llegará al 1.4%.

En el lado opuesto, Chile o Perú tendrán un crecimiento nulo este año, del 0% (la OCDE esperaba una expansión del 1.1% en 2023 en Perú), aunque ambos países llegarán al 1.8% y 2.3% en 2024, respectivamente.

La OCDE considera que las tasas de interés están en el pico del ciclo o muy cerca en la mayor parte de las economías avanzadas, aunque no quiere descartar que sea necesario encarecer el precio del dinero si persistieran las presiones inflacionistas.

Una de sus principales preocupaciones ahora es la debilidad del comercio mundial, que no se debe a factores cícliclos sino estructurales por la aplicación de medidas restrictivas proteccionistas.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) elevó este viernes a 1.1% el crecimiento definitivo del Producto Interno Bruto (PIB) en el tercer trimestre de 2023, tras estimar en octubre un incremento preliminar del 0.9%.

El aumento, por encima de las expectativas del mercado, se origina gracias a los avances trimestrales de todos los sectores: el agropecuario (2.6%), la industria (1.3%), y los servicios (0.9%), detalló el INEGI.

Este crecimiento trimestral supone un ritmo sostenido frente al periodo abril-junio, cuando el PIB se incrementó un 0.8% en términos reales, según cifras definitivas del INEGI.

Por otro lado, el Instituto mantuvo en 3.3% el crecimiento interanual del PIB para el periodo julio-septiembre, según cifras originales, aunque rebajó a 3.4% el incremento acumulado del PIB en lo que va del año, desde una estimación previa de 3.5%.

El crecimiento interanual del tercer trimestre fue resultado de los avances del sector agropecuario (5.7%), la industria (4.3%) y, por último, de los servicios (2.7%).

Con estos datos, las actividades primarias acumulan un crecimiento de 2.7% en lo que va del año, las actividades secundarias habrían subido 3.7% y las terciarias 3.2%.

El avance de la economía está en sintonía con la de Estados Unidos, que creció a una tasa anualizada de 4.9% de julio a septiembre, con lo que aumenta el número de analistas que descartan una recesión.

El PIB de México también se divulga en medio de mejoras en sus pronósticos para este 2023. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) elevaron el mes pasado a 3.2% el pronóstico de crecimiento para 2023 de nuestro país, que crecerá por encima de la media de América Latina.

En tanto, la Secretaría de Hacienda estima que el PIB aumentará “al menos” un 3% en 2023.

El Banco de México (Banxico) destacó este jueves que “la reducción de la inflación ha sido significativa”, pero consideró necesario mantener “por cierto tiempo” la tasa de interés que actualmente se encuentra en 11.25%, su mayor nivel en la historia.

“Todos (en la Junta de Gobierno) manifestaron que, a pesar del avance en la desinflación, el panorama continúa implicando retos. Al respecto coincidieron en que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza”, expuso Banxico en un informe.

Los miembros del banco central destacaron que “la inflación general mantiene una tendencia descendente”. La mayoría mencionó que se continúa previendo que las inflaciones general y subyacente muestren una trayectoria descendente, por lo cual se dijeron confiados en que la tasa converja a la meta del 3 % en el segundo trimestre de 2025.

La minuta publicada corresponde a la reunión del pasado 9 de noviembre, cuando la Junta de Gobierno mantuvo sin cambios, por quinta vez consecutiva, la tasa de interés en 11.25%.

El documento se publica horas después de difundirse que la inflación repuntó en la primera quincena de noviembre al 4.32%, un aumento por encima de las expectativas del mercado con el que rompió con 19 quincenas consecutivas de descenso.

Pero Banxico redujo su pronóstico sobre la inflación general, al estimar ahora que promediará un 4.4% anual en el último trimestre de 2023, desde una proyección previa de 4.7%. Mantuvo su expectativa para el cierre de 2024, cuando la inflación promediaría un 3.4%.

La próxima decisión sobre política monetaria del Banco de México será el 14 de diciembre.

Tras recuperarse de la pandemia, el crecimiento económico de América Latina se moderará del 4.1% de 2022 a 2.3% este año y el próximo, a causa de la desaceleración sufrida por los principales socios y las tensiones geopolíticas, entre otros factores, indicó este viernes el FMI.

En su informe sobre perspectivas económicas para las Américas, el FMI señala que la inflación general de la región, excluyendo Argentina y Venezuela, se situará en torno al 5% en 2023 y en 3.6% en 2024, en comparación con el 7.8% de 2022.

“América Latina ha enfrentado exitosamente los recientes shocks mundiales y tuvo un sólido desempeño en 2022 y a comienzos de 2023, aunque el crecimiento se está debilitando”, indicó el director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés.

Esto es debido al debilitamiento de la demanda externa e interna, por un lado, y por otro a los efectos rezagados de la apreciación de las monedas en algunos países, según el documento presentado.

El Fondo señala que aunque parece que los riesgos para las perspectivas económicas están más equilibrados que en abril pasado cuando publicó sus últimas estimaciones, estos permanecen “sesgados a la baja”.

Entre los riesgos externos, el informe menciona un menor crecimiento en los principales socios comerciales, la volatilidad de los precios de las materias primas, choques inflacionarios, la turbulencia en los mercados financieros mundiales y un incremento de las tensiones geopolíticas.

A nivel regional, los principales riesgos están vinculados a la inflación y a las tensiones sociales, además de los relacionados con el clima, que supondrán retos a corto y medio plazo, sobre todo en América Central y el Caribe.

El informe también advierte del impacto que podría tener el fenómeno meteorológico de El Niño en la región, lo cual “podría incidir negativamente en la actividad económica”.

En el caso de México, el FMI proyecta un crecimiento de 3.2% para 2023, menos que el registrado en 2022 (3.9%) pero mejor que las expectativas iniciales.

El informe señala que, aunque nuestro país se demoró en recuperarse de la pandemia de COVID, sectores que antes estaban rezagados, como la construcción, ahora van en cabeza.

El crecimiento de Brasil también fue “más resiliente de lo esperado”, indica el informe, situándose en 3.1% en 2023, frente al 2.9% del año pasado. Para 2024, en cambio, el Fondo prevé que se desacelere a 1.5%. En Colombia, tras el fuerte crecimiento de 2022 (7.3%), la economía se está desacelerando y el Fondo prevé que en 2023 el índice se sitúe en 1.4%, antes de repuntar el año que viene, a 2.0%.

Y en Chile, que en 2022 tuvo un crecimiento de 2.4%, el FMI espera una contracción del 0.5% este año, antes de rebotar a 1.6% en 2024, impulsado por las exportaciones y la recuperación del consumo.

El Fondo destaca que “la rápida respuesta de los bancos centrales de la región fue decisiva para controlar la inflación” y apunta que la evolución de economías como la chilena, la colombiana, la brasileña y la mexicana es acorde con la del resto del mundo, excepto en los mercados emergentes europeos, donde la inflación aumentó a causa de la invasión rusa de Ucrania.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó significativamente su previsión de crecimiento para México en 2023 al 3.2% desde el 2.6% previsto en julio.

El organismo internacional citó la fortaleza del consumo privado, los servicios, la construcción y la producción de automóviles en el país.

En un comunicado, el FMI señaló que, tras su misión anual de revisión económica del “Artículo IV” a la Ciudad de México, también aumentó su perspectiva de crecimiento en 2024 para nuestro país al 2.1% desde el 1.5% de julio.

Las nuevas estimaciones indican una fortaleza mayor de la esperada en Norteamérica, en momentos en que el Fondo se prepara para publicar la próxima semana una nueva actualización de sus previsiones de crecimiento global de las Perspectivas de la Economía Mundial.

Apenas ayer, el Banco de México (Banxico) publicó la encuesta mensual a especialistas del sector privado, quienes elevaron a 3.15% el pronóstico de crecimiento para 2023, desde su estimación previa que era del 3.04%.

De igual forma, la previsión de crecimiento para 2024 se ajustó a 1.91% tras una estimación anterior del 1.66%.

Ambas proyecciones se mantienen en línea con las nuevas estimaciones del FMI, y las dos se conocen tras revelarse la semana pasada que el PIB creció un 3.6% interanual y un 0.8% trimestral en el segundo trimestre del año.

Así, la economía acumula un crecimiento del 3.7% en lo que va del año, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La economía mundial crecerá en 2023 a un ritmo del 3% del PIB, indicó este martes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La nueva previsión de crecimiento es mayor en tres décimas a su anterior proyección, aunque se muestra más prudente para 2024.

“El impacto de una política monetaria más restrictiva es cada vez más visible”, señala el organismo internacional, con sede en París, en su último informe sobre las perspectivas de crecimiento y de inflación en el mundo.

El crecimiento mundial será mayor en 2023 gracias a Estados Unidos, cuya economía podría crecer un 2.2%, 0.6 puntos más respecto a la anterior proyección dada a conocer en junio pasado; además de los países emergentes.

Brasil crecerá este año un 3.2% del PIB (+1.5 puntos); India, un 6.3% (+0.3 puntos); Rusia, un 0.8% (+2.3 puntos); y Sudáfrica, un 0.6% (+0.3 puntos).

Entre los países BRICS, solo China tuvo una revisión a la baja, al 5.1% del PIB (-0.3 puntos).

Del resto de países latinoamericanos analizados, México crecería en 2023 un 3.3%, esto equivale a 0.7 más que la proyección previa; y al 2.5% en 2024, cuatro décimas más para el próximo año, lo que globalmente en esos dos ejercicios supone la revisión más importante de uno de sus países miembros que a su vez forma parte del G20.

El 3.3% de incremento esperado en 2023 es el segundo más elevado entre los miembros de la OCDE que también forman parte del G20, sólo por detrás de Turquía (4.3%).Sobre todo es un ritmo netamente superior al de Estados Unidos (2.2%) y al de Canadá (1.2%), sus principales socios del T-MEC.

En la zona euro, “donde la demanda ya es moderada”, según la OCDE, la expansión será este año del 0.6% (-0.3 respecto a las perspectivas de junio), afectada por Alemania que podría caer en recesión. España registra el crecimiento más fuerte de los principales países del euro, con un 2.3% del PIB (+0.2).

En 2024, la expansión mundial será del 2.7% (-0.2 puntos respecto a la anterior proyección), golpeada todavía por la inflación y las elevadas tasas de interés.

Desde hace más de 18 meses, los bancos centrales de todo el mundo han aplicado fuertes aumentos en las tasas de interés para frenar la inflación, reavivada por la pandemia y la guerra en Ucrania.

El gobierno de México está proyectando un crecimiento económico del 2.4% el próximo año, inferior al 3% con el que espera cerrar 2023, según las premisas macroeconómicas del proyecto de presupuesto para 2024.

Esta tarde, la Secretaría de Hacienda presenta a la Cámara de Diputados el paquete presupuestario para el ejercicio fiscal de 2024, que deberá ser aprobado por el legislativo.

Según el documento, el Gobierno estima que la inflación general se ubique al final de 2024 en un 3.8% desde el 4.5% con el que proyecta cierre este año, en medio de una moderación del indicador en las últimas semanas.

El Banco de México (Banxico) informó la semana pasada que estimaba que la inflación general se ubique en el cuarto trimestre del presente año en un 4.6% y reiteró que espera que se acerque a la metal del 3% en el cuarto trimestre de 2024.

Además, dijo que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estará dentro de un rango de 1.3%-2.9% el próximo año.

Según el documento, el gobierno proyecta un precio de exportación de la mezcla petrolera mexicana de 56.7 dólares por barril (dpb) para el próximo año, muy por debajo del precio promedio observado en los ocho primeros meses de 2023 de alrededor de 68.26 dpb.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ajustó este martes a 0.8% el crecimiento definitivo del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre de 2023 respecto a trimestre previo, tras estimar el mes pasado un incremento preliminar de 0.9%.

El INEGI también rebajó a 3.6% el crecimiento interanual del PIB en el lapso abril-junio, menor a la estimación oportuna de 3.7%, según cifras originales.

Aún así, se mantuvo el incremento acumulado de 3.7% del PIB en lo que va del año.

El avance de la economía mexicana está en sintonía con Estados Unidos, que creció a una tasa anualizada de 2.4% de abril a junio, con lo que aumenta el número de analistas que descartan una recesión.

El PIB de México también se divulga en medio de mejoras en sus pronósticos para este 2023.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó en julio a 2.6% el pronóstico de crecimiento desde una cifra previa de 1.8%. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estima ahora que el PIB aumentará “al menos” un 3% en 2023.

Recordemos que la economía mexicana creció un 3.1% en 2022 impulsada por todos los sectores, mientras que en 2021 se incrementó en 4.8%, menor a la expectativa del Gobierno.

Nuestro país fue uno de los países de Latinoamérica que tardó más en recuperar su PIB tras la pandemia de COVID-19, que causó una contracción histórica de 8.2% en 2020.

La economía del país creció un 2.1% en 2018, pero se contrajo 0.3% en 2019, el primer año de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) rebajó levemente este jueves su proyección de crecimiento del PIB regional para 2023 del 1.3% estimado el pasado diciembre, a un 1.2%, debido a “crecientes incertidumbres externas y restricciones internas”.

El organismo de Naciones Unidas, con sede en Santiago de Chile, alertó que el escenario es “complejo” porque, a las alzas en las tasas de interés a nivel mundial, “se agregaron las turbulencias financieras observadas a comienzos de marzo”, como la quiebra de distintos bancos, entre ellos el Silicon Valley Bank, en Estados Unidos.

“La proyección de crecimiento de 2023 está sujeta a riesgos a la baja ante la posibilidad de que resurjan y se acentúen las turbulencias del sistema bancario global, lo que resultaría en un endurecimiento más persistente de las condiciones financieras mundiales”, alertó Cepal.

Según la institución, la región vuelve a tener este año un espacio “limitado” para la política fiscal y “no es de esperar que se generalice todavía un ciclo de relajamiento monetario en la región”.

“La inflación en la región muestra una tendencia a la baja y, si bien se espera que podría estar próxima la conclusión del proceso de alzas de tasas de interés en varios países de la región, los efectos de la política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza este año”, agregó el organismo.

La Comisión estima que todas las subregiones evidenciarían menor crecimiento en 2023 en comparación con 2022. América del Sur crecerá un 0.6% en 2023 (3.8% en 2022), el grupo conformado por Centroamérica y México lo hará en un 2.0% (en comparación con un 3.5% en 2022) y el Caribe (sin incluir Guyana) crecerá un 3.5% (en comparación con un 5.8% en 2022).

En sus proyecciones por países, la Cepal señala que Venezuela (5%), Panamá (4.6%) y República Dominicana (4.6%) liderarán el crecimiento económico este año, seguidos de Paraguay (4.2%), las islas del Caribe (3.5%), Guatemala (3.2%), Honduras (3%), Costa Rica (2.7%) y Nicaragua (2.3%).

En medio de la tabla se encuentran El Salvador, Uruguay, Perú Ecuador y Bolivia, todos con un crecimiento estimado del 2%, seguidos de Cuba y México, ambos con un alza del 1.5%.

La proyección de diciembre pasado de la Cepal para nuestro país era de 1.1%, por lo que la nueva proyección representa un aumento de 0.4 puntos.

Al final de las proyecciones, pero aún con cifras positivas, están Colombia (1.2%) y Brasil (0.8%), mientras que Chile (-0.3%), Haití (-0.7%) y Argentina (-2%) son los únicos que decrecerán este año, según el organismo de Naciones Unidas.

Recordemos que Latinoamérica, la región más desigual del mundo y la más afectada por la pandemia, creció un 6.9% en 2021, como rebote tras el desplome del 6.8% registrado en 2020, la mayor recesión en 120 años.

La desaceleración en la región comenzó en el segundo semestre de 2022, que cerró con un crecimiento estimado del 3.7%, según la Cepal, que aún no ha entregado la cifra final.

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El panorama de la economía mundial para este año luce incierto debido a la alta inflación, los aumentos de las tasas de interés y las repercusiones del colapso de dos grandes bancos estadounidenses, alertó el Fondo Monetario Internacional (FMI) este martes.

La institución redujo su pronóstico de crecimiento mundial para este año, y ahora espera que el crecimiento será de 2.8%, cifra por debajo del 3.4% registrado en 2022 y del 2.9% que había estimado para este año en enero pasado.

El fondo dijo que la posibilidad de un “aterrizaje duro”, en que el aumento de las tasas de interés inhibe el crecimiento económico al punto de causar una recesión, ha “aumentado marcadamente”, especialmente en los países más acaudalados.

“La inflación es más alta de lo anticipado hace unos pocos meses”, escribió Pierre-Olivier Gourinchas, el principal economista del FMI, en el más reciente informe “Panorama Mundial Económico” divulgado por la institución.

El FMI vaticina una inflación mundial de 7% para este año, una reducción comparada con el 8.7% de 2022 pero un aumento con respecto al 6.6% pronosticado a inicios de año.

La inflación persistentemente alta probablemente obligará a la Reserva Federal y a otros bancos centrales a seguir aumentando las tasas y a mantenerlas altas por más tiempo, indicó la organización prestamista de 190 países.

El encarecimiento del crédito probablemente inhibirá el crecimiento económico y podría desestabilizar a bancos que dependían de las tasas históricamente bajas, añadió.

Desde ya, advirtió Gourinchas, las altas tasas de interés “están empezando a tener efectos graves en el sector financiero”.

El FMI ve una probabilidad de 25% de que el crecimiento económico mundial caerá por debajo del 2% en 2023. Ello ha ocurrido solo cinco veces desde 1970, siendo la más reciente cuando la pandemia del COVID-19 frenó el comercio mundial en 2020.

El FMI también prevé una probabilidad de 15% de una “contracción severa”, comúnmente asociada con una recesión global, en que la producción económica mundial per cápita disminuiría.

La economía mundial, advirtió el FMI en su reporte “está entrando en una fase peligrosa en que el crecimiento económico sigue bajo según estándares históricos y los riesgos financieros han aumentado, pero la inflación aun no ha empezado a disminuir”.

Finalmente, el Fondo rebajó su previsión de crecimiento de América Latina y el Caribe para este año a un 1.6%, desde un 1.8% de enero pasado, pero elevó en una décima de punto porcentual sus expectativas para 2024 a un alza de un 2.2% del Producto Interno Bruto (PIB).

Brasil, la mayor economía regional, crecerá un 0.9% este año y un 1.5% el próximo, mientras que en el caso de México, la economía se expandirá un 1.8% en 2023 y un 1.6% en 2024.

La inflación en América Latina y el Caribe bajará a un 13.3% en 2023, según los datos del informe del FMI.

El recuento oficial de muertos por los terremotos del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria ha rebasado los 35 mil. Sin embargo, una empresa alemana de análisis de riesgos advierte de que el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

Hasta ahora el peor terremoto del siglo XXI fue el que se produjo en la región china de Sichuan en mayo de 2008, que tuvo una magnitud de 8 y que dejó más de 90,000 muertos.

Aunque en Turquía y Siria la potencia de los sismos fue algo menor: 7.7 y 7.6, y la región tiene menos densidad de población que la provincia china, hubo otros elementos que elevaron la mortalidad.

La empresa de análisis de riesgo por catástrofes Risklayer, con sede en Karlsruhe, Alemania, vaticinó en un primer momento una cifra de fallecidos de más de 52,000, con un rango superior de sus cálculos superando incluso los 100,000.

La base del cálculo es un modelo que combina bases de datos globales con imágenes de drones y satélites para valorar la extensión de los daños.

Sin embargo, días más tarde, elevaron sus estimaciones debido a que los daños fueron mayores a los que inicialmente tuvieron en cuenta y a que el derrumbe completo de numerosos edificios de viviendas elevaba la cifra de fallecidos.

“La mayoría de las muertes habrían ocurrido en esos edificios de apartamentos de varios pisos”, indicaron los expertos de Risklayer en redes sociales.

Los últimos análisis de la compañía sitúan el número de víctimas al mismo nivel que en Sichuan “lo que significa que, lamentablemente, es probable que haya entre 75,000 y 90,000 muertos”.

Según datos oficiales, más de 11,000 edificios se vinieron abajo durante los terremotos, muchos de ellos eran bloques de apartamentos de varios pisos en los que los esfuerzos de rescate son muy complicados, ya que se necesita maquinara pesada.

Recordemos que los sismos se produjeron la madrugada del lunes, a las 04:17 hora local, cuando la mayoría de las personas dormían en sus casas, lo que dificultó que pudieran ponerse a salvo, un factor que, según los expertos, ha elevado mucho las víctimas.

A falta de estimaciones oficiales en Turquía de desaparecidos, no solo la firma alemana ha hecho sus proyecciones; algunos expertos locales han realizado cálculos propios que apuntan a que todavía quedan decenas de miles de muertos debajo de los escombros.

Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul estimó que puede haber aún unos 155,000 cadáveres bajo las ruinas de los edificios.

Según Ercan, sus números salen de un cálculo matemático en el que tiene en cuenta el número de edificios derrumbados, la media de apartamentos en cada edificio y el número promedio de personas que habita cada vivienda.

Con esos datos llegó a la cifra de 264,000 personas atrapadas bajo las ruinas, a la que restó la cifra de muertos y la de 80,000 heridos. La estimación inicial parte de un cálculo basado en estadísticas que puede dar un gran margen de error.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Moisés Soffer, rescatista de CADENA Internacional, sobre las labores de rescate y ayuda en Turquía y Siria.

El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas pronostica un crecimiento mundial de sólo 1.9% este año, una de las tasas más bajas de las últimas décadas.

Latinoamérica y el Caribe crecerá en 2023 solo un 1.4%, según cálculos presentados por Naciones Unidas, que alerta de un rápido deterioro en la economía de la región y de las difíciles decisiones a las que se enfrentan las autoridades para hacer frente a la situación.

Tras crecer a un ritmo estimado del 3.8% en 2022, este año los países latinoamericanos y caribeños experimentarán una fuerte desaceleración como consecuencia de la compleja coyuntura a nivel global, una inflación que continuará siendo muy elevada, a lo que se unen el poco espacio fiscal y otros problemas estructurales.

Según la ONU, las mayores economías de la región verán un crecimiento muy limitado durante 2023, afectadas tanto por factores externos como internos y con importantes riesgos de que la situación empeore aún más.

En Brasil, se prevé que el PIB crezca un 0.9 % en medio de una fuerte inflación, tasas de interés más altas y un menor crecimiento de las exportaciones.

En el caso de Argentina, Naciones Unidas habla de una “crisis” marcada por niveles récord de inflación y un ajuste de la política monetaria que hará que el país crezca un 1%, aunque con altas posibilidades de que la cifra final sea peor.

Para México, la ONU proyecta que la economía crezca un 1.1% como consecuencia del freno económico en Estados Unidos, un menor acceso al crédito y problemas en la cadena de suministro que limitarán la actividad industrial.

Aunque se espera que comience a calmarse, la inflación seguirá siendo en 2023 un grave problema en toda la región, con una tasa prevista del 16.3% para este año, ligeramente por debajo de la de 2022, y disparada en el caso concreto de algunos países como Argentina y Venezuela.

En su informe de perspectivas para la economía global, la ONU subraya que Latinoamérica tiene que acelerar de forma urgente su crecimiento económico, que se mantiene en niveles insuficientes para mejorar los estándares de vida y las condiciones socioeconómicas.

De cara a 2024, Naciones Unidas espera que el crecimiento económico en Latinoamérica y el Caribe mejore algo, hasta el 2.5%, como consecuencia de unas condiciones globales menos negativas.

La región, sin embargo, seguiría progresando a un ritmo ligeramente inferior al del conjunto de la economía mundial y muy lejos de las cifras de otras regiones en vías de desarrollo.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó este miércoles que prevé que la desaceleración se acentúe en América Latina y el Caribe, con un crecimiento de 1.4% en 2023, aunque espera un crecimiento de 3.2% para este año, superior a lo proyectado en agosto pasado.

El organismo dependiente de la ONU, con sede en Santiago de Chile, aseguró en un nuevo estudio que “el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectó negativamente el crecimiento global, y con ello la demanda externa que enfrentó la región este año, junto con acentuar las presiones inflacionarias, la volatilidad y costos financieros”.

A esto, agregó la Cepal, se suman una “mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo”, por lo que el crecimiento .

Lo anterior, señaló el organismo, perjudicó los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales y tornar más onerosa la obtención de financiamiento para los países de la región.

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Para 2023, los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global, añadió la Cepal.

El bajo dinamismo de la economía China afectará particularmente a varios países de América del Sur, en tanto el gigante asiático es uno de los principales mercados para la exportación de sus bienes y materias primas.

Para esta región, la CEPAL proyecta un crecimiento en 2022 del 3.4%, mientras que para el próximo año lo ajusta a 1.2%.

“América del Sur se verá afectada también por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política pública tiene para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y los efectos sobre el consumo privado ya se han observado en algunos países a partir de la segunda mitad de este año”, advirtió el organismo

De igual manera, la ralentización económica de Estados Unidos tendrá especial impacto en América Central y México.

En este caso, para América Central y México, la proyección de crecimiento para este año es del 2.5% mientras que para 2023 es del 1.7%. Si solo se toma a América Central, las proyecciones cambian a 3.9% para 2022 y a 3.1% para 2023.

Para México en concreto, la previsión es del 1.9% para este año y del 1.1% para el próximo. En su análisis previo, la CEPAL esperaba que México creciera 1.9% este 2022, por lo que mantiene sin cambio dicha proyección.

Para el caro del Caribe, excluyendo a Guyana, la previsión de crecimiento es del 4.3% para este año y del 3.1% para 2023.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró ligeramente sus previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe para este año a 3.5%, aunque bajó el pronóstico para 2023 a 1.7%, en un contexto donde persiste una alta inflación y el conflicto armado en Ucrania.

El informe de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO) advierte que los riesgos siguen siendo “inusualmente grandes”. El FMI sostiene que se debe “mantener el rumbo” de la política monetaria para restablecer la estabilidad de precios.

Lo que más le preocupa al organismo crediticio es la persistente inflación, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes.

En el documento se anota que el índice promedio alcanzará 6.6% a nivel global a finales de año, y eso sin contar los precios de los alimentos y de la energía, más volátiles, que se dispararon como consecuencia de la guerra en Ucrania.

Para 2022 la estimación para América Latina y el Caribe es de 3.5% de crecimiento del PIB, es decir un aumento de 0.5 puntos porcentuales en comparación con los pronósticos de julio, mientras que para 2023 es de 1.7% (-0,3 puntos menor), anunció el FMI con motivo de sus reuniones anuales en Washington.

La mejora de la región este año se debe a una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022.

Sin embargo el FMI prevé una desaceleración a finales de 2022 y 2023 a medida que “se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones financieras se endurecen, y los precios de las materias primas se moderan”.

Brasil y México, primera y segunda economía regionales respectivamente, crecen menos de la media pero salen bien libradas en los pronósticos en comparación con otras naciones emergentes.

Para Brasil, en plena campaña para la segunda vuelta de la elección presidencial programada para el 30 de octubre, el FMI anticipa un crecimiento de 2.8% para 2022 y de 1% en 2023.

La proyección para nuestro país es de 2.1% este año, lo que implica 0.3 puntos porcentuales menos que la estimación previa, y de 1.2% para 2023, que deja la previsión sin cambios.

Para los principales socios comerciales de la región: Estados Unidos, China y Europa, el FMI dibuja un panorama sombrío. Rebaja las previsiones de crecimiento del país norteamericano siete décimas hasta el 1.6% y mantiene el dato del que viene en el 1%.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó este martes su proyección de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe para 2022, con “significativos” recortes para Brasil y México, las dos principales economías de la región.

En 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil sólo crecerá 0.3%, y el de México 2.8%; en ambos casos 1.2 puntos porcentuales menos que lo previsto en octubre, en tanto que el PIB regional se expandirá 2.4%, dio a conocer el FMI.

“Tenemos una rebaja significativa tanto para Brasil como para México”, dijo a periodistas la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath. Entre los factores que pesan en el recorte mencionó presiones inflacionarias, interrupciones en la cadena de suministro y la variante Ómicron del coronavirus.

Al actualizar sus “Perspectivas de la economía mundial” (WEO), el FMI señaló que en Brasil, “la lucha contra la inflación ha provocado una fuerte respuesta de política monetaria, que pesará sobre la demanda interna”. Y agregó que “una dinámica similar tiene lugar en México, aunque en menor medida”, en alusión a los incrementos de tasas de interés por parte de los bancos centrales de los dos países.

“Además, la rebaja de la previsión de crecimiento de Estados Unidos trae consigo la perspectiva de una demanda externa de México más débil de lo esperado en 2022”, apuntó.

Gopinath destacó que en el caso de México habrá un crecimiento más débil de lo anticipado en los últimos dos trimestres “debido a nuevas interrupciones en el suministro”.

El FMI espera que en 2022 la expansión del PIB de Latinoamérica y el Caribe sea dos puntos porcentuales menor que la del PIB global, revisado a la baja a 4.4% debido principalmente a la desaceleración en Estados Unidos y China; la proyección es 0.5 puntos porcentuales menos que lo estimado anteriormente.

El crecimiento global se desacelerará a 3.8% en 2023, un aumento de 0.2 puntos porcentuales desde el pronóstico anterior emitido en octubre, dijo el FMI, pero añadió que esta alza será en gran medida un reflejo “mecánico” luego de las dificultades actuales que deberían ceder en la segunda mitad de este año.

En general, el organismo proyectó que la pandemia resultará en pérdidas económicas acumuladas de 13.8 billones de dólares hasta 2024, en comparación con el pronóstico anterior de 12.5 billones de dólares.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este martes que la persistencia de la pandemia de COVID-19 y la desigual distribución de vacunas siguen frenando la recuperación económica mundial y siguen afectando las perspectivas para los países en desarrollo.

Así, el organismo ajustó sus previsiones, e indicó que el crecimiento mundial para 2021 se proyecta en 5.9%, frente al 6% estimado en julio pasado, una baja “marginal”, explicó el FMI al presentar su informe trimestral “Perspectivas de la economía mundial” (WEO). Para 2022, el FMI mantuvo su estimación de crecimiento global en 4.9%.

Sine embargo, las nuevas proyecciones muestran grandes retrocesos en algunas naciones, alertó la economista en jefe del FMI, Gita Gopinath, señalando que “las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han ensombrecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia”.

Se indicó que a la ola de infecciones de COVID-19, especialmente por la variante Delta, se suma una tasa de vacunación marcadamente más baja en los países en desarrollo. Alertaron que cerca del 58% de la población en las economías avanzadas ya está completamente inmunizada, en comparación con el 36% en las economías emergentes y menos del 5% en los países pobres.

Las previsiones del FMI llegan en el marco de sus reuniones anuales con el Banco Mundial (BM) esta semana en Washington, Estados Unidos.

El FMI redujo el pronóstico de crecimiento para 2021 para Estados Unidos a 6%, frente al 7% anticipado en julio. Pero lo revisó al alza para 2022, a 5.2%, teniendo en cuenta los esfuerzos en el gasto previstos por el gobierno de Joe Biden.

Por el contrario, el Fondo revisó al alza su previsión de crecimiento para 2021 para la zona euro con anunciar 0.4 puntos más, para quedar en 5%; aunque dicho crecimiento no será homogéneo. El crecimiento para Francia será de 6.3%, mientras que para Alemania se redujo 0.5 puntos para quedar en 3.1%.

China, la segunda potencia económica del mundo y donde comenzó la pandemia a fines de 2019, seguirá impulsando el crecimiento global con un 8%, junto con Estados Unidos e India que crecerá al 9.5%.

Para Latinoamérica y el Caribe, una región muy afectada por la pandemia, el Fondo mejoró su pronóstico de crecimiento para este año aumentándolo en 0.5 puntos para situarse en 6,3%; pero recortó su proyección para Brasil y México, las dos principales economías de la región, estimando una expansión del PIB de 5,2% y 6.2%, respectivamente, en ambos casos un 0.1 puntos porcentuales menos que lo pronosticado anteriormente.

Todas estas previsiones, sin embargo, siguen siendo muy inciertas, sostuvo Gopinath, recordando que se basan en particular en un objetivo de vacunación del 40% de la población mundial para finales de este año y del 70% para el primer semestre de 2022. La experta señaló que es muy claro que “la pandemia no termina en ningún lado hasta que termine en todas partes”.