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En el marco de la conferencia “Instrumentación de las Reformas Estructurales de México”, José Ángel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señaló que el  presidente Enrique Peña Nieto logró el consenso político necesario a través del Pacto por México, sin precedentes en la historia del país y añadió el aspecto político al diseño técnico para impulsar y hacer que aprobaran las reformas estructurales.

 

 

 

“El presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado su determinación para cambiar a México e introdujo el paquete de reformas más ambicioso de los países de la OCDE”, aseguró Gurría, quien añadió que desde hace años se esperaban estas reformas y había mucha oposición por los intereses creados, por lo que agradeció el acercamiento de Peña Nieto con el organismo para avanzar en ese aspecto.

 

“Se puede usted enorgullecer de estas reformas porque ya han dado sus frutos y seguirán dando frutos”, dijo el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos al Presidente mexicano.

 

Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto destacó que las diversas reformas estructurales que se impulsaron en México desde el inicio de su administración, son la plataforma para el desarrollo y crecimiento del país, y destacó que la estabilidad macroeconómica en México ha facilitado la instrumentación de esos cambios trascendentales.

 

Sin embargo, Peña Nieto aseveró que el riesgo para el gobierno radica en no estancarse en los logros pasados, “hay que sentir satisfacción por lo alcanzado sin dejar de visualizar que adelante siempre habrá nuevos retos y nuevas reformas que promover”.

 

Con información de Notimex / Foto: Twitter

En la editorial del semanario Desde la Fe publicado este domingo, la Arquidiócesis de México aseguró que las reformas estructurales, impulsadas por el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, han sido un fracaso.

 

“Se percibe el fracaso de las fórmulas tradicionales propuestas por la clase política cuando lo que tanto se prometió con las reformas estructurales en realidad sólo asoma la cabeza hacia el fracaso”, asegura la Iglesia católica.

 

En el texto titulado “La Felicidad de los Mexicanos”, se detalla que una de las causas de la infelicidad de los mexicanos es la parte económica, pues puntualizaron que el crecimiento financiero que ha presumido el gobierno, no se ve reflejado en los bolsillos de millones de ciudadanos.

 

 

Con información de Reforma / Foto: Archivo APO

Luis Rubio

Reforma

 

 

 

Somos peculiares los mexicanos, al menos nuestros gobiernos. Llevamos décadas de reformar, pero evitamos cambiar para convertir a las reformas en una palanca implacable hacia el desarrollo. El resultado es la mediocridad en que nos encontramos: reformas de gran realce pero una realidad cotidiana que no se resuelve; un sistema educativo al que se le reforma una y otra vez, pero la práctica cotidiana sigue siendo la misma y los resultados peores; una economía con enorme potencial que no se traduce en crecimiento, empleos atractivos o mejora en las expectativas; y, sobre todo, un entorno social de desesperanza en lugar de optimismo, enojo en lugar de satisfacción y un millón de oportunidades desperdiciadas. Nuestra circunstancia me recuerda aquella famosa cita que relata Kolakowski al subirse a un tranvía: “por favor muévase hacia adelante para atrás”.

 

Esto ha sido posible por una razón muy sencilla: por décadas contamos con dos instrumentos que permitieron que las cosas caminaran al mínimo, sin crear una crisis social o económica, preservando el statu quo político y los privilegios que le acompañan. Esos dos instrumentos -la migración hacia EUA y el TLC- ya no resolverán el problema en el futuro y eso nos deja una sola salida: hacer la chamba que por décadas ha sido obvia, pero nadie ha querido llevar a cabo y que no es otra sino la de elevar los niveles de productividad, la única forma que existe para elevar los niveles de vida. La salida no reside en más de lo mismo ni en regresar a lo que no funcionó en el pasado pero que tanta nostalgia genera.

 

En lugar de una discusión seria sobre las medidas necesarias para dar ese paso adelante, tenemos dos discursos contrapuestos. Por el lado gubernamental, toda la retórica de 2012 en adelante se concentró en las “grandes” reformas que se implementarían por sí mismas y con eso entraríamos al nirvana. Pero es en la implementación donde se han atorado, disminuyendo sus beneficios potenciales. Por el lado de AMLO, la propuesta es concentrarnos en el mercado interno, crear empleos bien pagados y retornar a un entorno económico con protecciones del exterior, favoreciendo a los productores. Ambas visiones tienen su sentido, pero ninguna es adecuada.

 

El país requiere una estrategia de desarrollo que debe comenzar por crear condiciones para que éste sea posible. De nada sirven muchas reformas si no existe el entorno idóneo para que éstas avancen y de nada sirve la promoción del mercado interno si no se eleva la productividad. Es decir, no hay contradicción entre reformar y promover el mercado interno: la contradicción radica en la pretensión de que se puede imponer el desarrollo sin crear condiciones para que éste sea posible. Las reformas -de Peña o de AMLO- son meros instrumentos; sin una estrategia que las articule, el desarrollo es imposible. Y, por supuesto, cualquier estrategia de desarrollo debe contemplar tanto al mercado interno como a la globalización de la producción: dos caras de una misma moneda, ambas necesarias para elevar los niveles de vida.

 

Las dos anclas del statu quo de las últimas décadas, la migración y el TLC, ya no serán viables en el futuro. La migración ha cambiado en parte porque había disminuido la demanda de mano de obra en EUA, pero también porque la curva demográfica en México se ha transformado; además, las crecientes dificultades para cruzar la frontera ciertamente desalientan la migración. Por su lado, la realidad es que la trascendencia del TLC ha disminuido de manera radical: con Trump desapareció la noción de que es intocable y eso ha provocado que se colapse la inversión.

 

Sin inversión, la economía no va a crecer por más que se hagan reformas o se enfatice el mercado interno. Lo único que queda como posibilidad es la creación de condiciones que hagan posible el desarrollo y eso no es otra cosa que elevar la productividad. ¿Cómo hacer eso? La productividad es resultado de un mejor uso de los recursos tecnológicos y humanos y eso requiere de un sistema educativo que permita desarrollar conocimientos, habilidades y capacidades para el proceso productivo; es decir, se requiere que la educación deje de estar al servicio del control político que ejercen los sindicatos para su beneficio y se concentre en el desarrollo de las personas para prepararlas para una vida productiva y exitosa. El mismo caso es para infraestructura, comunicaciones, el trato que la burocracia le da a la ciudadanía y, por supuesto, el poder judicial. El punto es que el desarrollo no es gratuito ni se puede imponer por decreto: es resultado de la existencia de un entorno que hace posible elevar la productividad y todo debe dedicarse a ello.

 

Nuestro sistema de gobierno ha hecho imposible el desarrollo porque todo está diseñado para que unos cuantos controlen procesos clave que generan poder y privilegios, como es el caso de la educación. Mientras eso no cambie, la economía seguirá estancada, sea el proyecto uno de grandes reformas o del mercado interno. Da igual. Lo que ha cambiado es el entorno: los subterfugios que sirvieron para evitar acciones proactivas han desaparecido; hacemos la chamba o nos quedamos atorados. “La mejor manera de predecir el futuro -escribió Peter Drucker- es crearlo”.

@lrubiof

En una entrevista con el portal Viva México, el ex presidente Vicente Fox aseguró que en 2012, cuando se vivía la campaña presidencial, pactó con el actual mandatario Enrique Peña Nieto (EPN) para ir en contra de la candidata de su propio partido Josefina Vázquez Mota.

 

 

De acuerdo a lo que el ex mandatario relata, el pacto que fraguó con EPN se debió a que el priísta prometió impulsar reformas que consideró ayudarían a México, tales como la educativa, la fiscal y la energética. “Tenía un acuerdo con él, lo apoyé contra la candidata de mi partido y lo hice porque él se comprometió conmigo a mover dentro del PRI reformas a favor de México”.

 

Reconoció que a pesar de haber pactado con EPN, “por desgracia” su gobierno no ha respondido como esperaba, pues si bien las reformas se impulsaron, “México todavía tiene dos tumores cancerigenos” que no le permiten despuntar, “la corrupción y la violencia generada por el tráfico de drogas”, problemas que “Peña Nieto debe atender, tomar el toro por los cuernos”.

 

Durante la entrevista opinó sobre la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, tachándolo de un “líder mesiánico”; adicional manifestó su rechazo al presidente Donald Trump sobre quien indicó que es “realmente estúpido” por haber creído que México pagaría por su “maldito” muro, el cual está en libertad de construir, pero con dinero propio”.

 

 

Con información de Viva México / Foto: Youtube

La Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR) dio a conocer esta tarde su reporte de “Estimaciones Nacionales de Comercio” (NTE) 2017, el primero distribuido por la administración Trump.

En dicho reporte, hizo un reconocimiento al gobierno mexicano por la implementación de las regulaciones energética y de telecomunicaciones, ya que permitieron una mayor competencia y precios más bajos.

“En 2016 se completaron las regulaciones para implementar la ley aprobada en 2013, que incluyó ambiciosas reformas en el sector energético de México y que allanó el camino para nuevas inversiones de empresas de Estados Unidos en exploración de aguas profundas y ultra-profundas”.

La USTR aplaudió que la reforma energética abriera el sector del petróleo y gas natural a la participación privada, ya que permitió una mayor inversión privada en México. Al referirse a la reforma en telecomunicaciones, indicó que se eliminaron barreras de acceso a mercados, y puso fin al dominio cuasi-monopolístico en telefonía terrestre, radial y medios electrónicos.

Con información de 24 Horas / Foto: Archivo APO

Luego de que el secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer, afirmara que “la reforma educativa estaría en riesgo si el tabasqueño gana la Presidencia en 2018”, Andrés Manuel López Obrador agradeció a Nuño, porque “así es, es como si lo estuviese diciendo yo. O sea, él lo hace para meter miedo, como si fuera una cosa muy buena la reforma educativa. Hasta risa me da”.

 

En el marco de un evento público en Veracruz, el tabasqueño sostuvo que cuando Morena gane en 2018 serán revisadas las reformas estructurales, la laboral, educativa, fiscal y energética, porque con ellas “engañaron al pueblo de México” al decirl que iban a bajar los precios de las gasolinas. “¿No es así, Peña Nieto? Los engañaste. Decías que con la reforma energética iba a bajar el precio de la luz, iba a bajar el precio de las gasolinas. Miren lo que sucedió”.

 

Subrayó que “es una gran irresponsabilidad aplicar la política privatizadora en la educación y luego cerrarle la puerta a los jóvenes, después de manera hipócrita. Los corruptos se rasgan las vestiduras diciendo: Qué barbaridad, cuánto inseguridad hay, cuanta violencia”.

 

 

 

Con información de El Universal / Foto: Archivo APO