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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llamó esta mañana a la comunidad hispana en Estados Unidos, a no votar por el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, quien ayer lanzó su candidatura a la nominación republicana a la presidencia de Estados Unidos.

AMLO dijo que el republicano, que enfrentará a Donald Trump, con quien el tabasqueño presume tener una buena relación, contempla políticas que “no respetan” a los migrantes.

“Ojalá y los hispanos de Florida despierten y no le den ni un voto”, dijo. Pidió que no se vote “por los que persiguen a migrantes, por los que no respetan a migrantes, porque el migrante, como se dice en la Biblia, merece respeto”.

Asimismo, criticó la actitud de DeSantis al aseverar que los republicanos en Estados Unidos “son muy hipócritas” ya que seguramente tienen trabajando a migrantes con ellos.

También condenó la propuesta del político estadounidense sobre cerrar la frontera entre ambos países para evitar que pasen drogas hacia Estados Unidos.

“(DeSantis) sacó también lo mismo, lo del fentanilo, pensando que con eso va a obtener votos. Que empiece a ver, porque en una de esas el fentanilo está llegando por Florida y tenemos que estar informando a la gente para que no ofendan a México, que aprendan a respetarnos”, zanjó.

En el acto lanzamiento en el que Ron DeSantis confirmó que disputará la candidatura presidencial republicana, prometió liderar al país rumbo a un “gran regreso”, en caso de llegar a la Casa Blanca; y dijo que combatirá la epidemia de fentanilo y a los carteles de droga al cerrar la frontera sur con México.

Sin embargo, el evento online el cual hizo junto a Elon Musk en Twitter, provocó las burlas de sus rivales y renovó las dudas sobre su viabilidad como candidato nacional. Su campaña ha buscado como minimizar los daños.

El publicitado foro en el que participaron Musk, propietario de Twitter, y otras personas, se vio afectado por problemas de audio y conexión.

DeSantis bromeó en un acto de recaudación de fondos por la noche, horas después del evento online, diciendo que había “roto Internet”.

Su campaña dijo que había recaudado un millón de dólares una hora después de su anuncio presidencial. Pasó el resto de la noche concediendo entrevistas a medios de comunicación conservadores amigos, compartiendo su visión de la campaña.

La entrada de DeSantis en la contienda republicana prepara un enfrentamiento con su otrora aliado, el expresidente Donald Trump, que perdió las elecciones presidenciales de 2020 frente al demócrata Joe Biden.

Las encuestas siguen mostrando a Trump con una ventaja abrumadora sobre DeSantis; algunos concentrados le dan hasta 30 puntos de diferencia.

Ahora, DeSantis planea recorrer los estados de Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur la próxima semana en su primera serie de eventos públicos.

El gobernador de Florida pronunciará discursos y llevará a cabo eventos al aire libre en una gira de cuatro días a través de 12 ciudades y pueblos del 30 de mayo al 2 de junio, comenzando en Iowa y terminando en Carolina del Sur, dijo su campaña.

“Nuestra campaña se ha comprometido a dedicar tiempo a ganar estos estados de nominación temprana”, dijo la directora de campaña, Generra Peck.

El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, hizo oficial este miércoles su candidatura en las primarias del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos.

Tal como se había anunciado, el republicano lo hizo a través de un anuncio en línea, en un evento junto al dueño de la plataforma, Elon Musk.

Sin embargo, el evento estuvo lleno de errores técnicos, que Musk atribuyó a la cantidad de usuarios que buscaban seguir la transmisión.

Las constantes interrupciones llevaron a que el anuncio se retrasara, ocasionando múltiples quejas entre los usuarios de la plataforma.

Horas antes del “desafortunado” anuncio online, se había confirmado la candidatura, pues DeSantis ingresó la documentación requerida ante la Comisión Federal de Elecciones.

El gobernador de Florida es el sexto que se mete a las primarias republicanas, después del expresidente Donald Trump (2017-2021), el primero en formalizar su aspiración, y la exembajadora de EUA ante la ONU Nikki Haley.

Además de ellos, han anunciado que competirán en el proceso de primarias el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, el empresario Vivek Ramaswamy y el senador afroamericano Tim Scott.

Su ingreso formal en campaña, que ocurre poco antes de una reunión con donantes que mantendrá en Miami, lo convierte en el principal rival del expresidente Trump, el favorito entre los aspirantes republicanos y quien le saca de ventaja al gobernador más de 30 puntos, de acuerdos con las encuestas.

DeSantis es el segundo mejor colocado, por delante de Haley, quien publicó un video de campaña en el que afirma que el gobernador de Florida es solo “un eco” de Trump, al que copia literalmente, incluso en los gestos.

El expresidente, quien le dio su respaldo cuando se presentó como candidato a la Gobernación de Florida en 2018, en momentos en que DeSantis era un total desconocido, no ha cesado de atacarlo casi a diario a través de la red social Truth.

De igual modo, un Comité de Acción Política (PAC) afín a Trump ha destinado millones a atacar a DeSantis a través de anuncios en la televisión nacional, en lo que ha sido la antesala de la lucha que sostendrán los dos principales candidatos, antes aliados, en las primarias republicanas.

La congresista republicana María Elvira Salazar y la demócrata Verónica Escobar presentaron este martes un proyecto de ley de reforma migratoria que incluye vías para regularizar a los más de 11 millones de personas indocumentadas en Estados Unidos.

La propuesta legislativa, presentada ante la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, incluye también más fondos para seguridad fronteriza, reformar la manera en la que las personas pueden pedir asilo, al igual que reforzar la seguridad en la frontera.

Salazar, quien representa al distrito 27 de Florida, dijo que el paquete legislativo representa un momento “histórico” en el que “dos legisladoras deciden trabajar en uno de los temas más polarizadores para el país”.

La idea, dijo la republicana, es “dar dignidad a los indocumentados”.

Bajo la propuesta, las personas que se encuentran en una situación migratoria irregular en Estados Unidos, que hayan vivido por cinco años el país y que no tengan antecedentes penales pueden entrar a un programa que les ofrece permiso de trabajo y de viaje por siete años.

En ese periodo, deberán pagar una suma de 7,000 dólares en “restitución” al gobierno. Estos fondos, explicó la congresista, se usarán para “asegurar la frontera” y para compensar a los ciudadanos estadounidenses que consideren que han sido reemplazados en sus puestos de trabajo por migrantes indocumentados.

Durante el periodo del “estatus de dignidad”, como se le llama al tiempo que gozarán delpermiso, las personas no podrán tener acceso a servicios o programas sociales, explicó Salazar y, después de completar los siete años, deberán esperar otros cinco para solicitar la ciudadanía estadounidense.

El proyecto de ley contempla a su vez ofrecer un camino a la ciudadanía para las personas que estén en el programa de acción diferida para los llegados en la infancia (dreamers) y los beneficiarios del estatus de protección temporal (TPS).

Con respecto a la situación en la frontera sur, la propuesta de ley propone la creación de unos “campus humanitarios” para detener a quienes buscan pedir asilo en Estados Unidos, y donde deberán esperar a que un oficial de asilo resuelva su caso en un periodo de 60 días.

A su vez, contempla destinar más fondos para la seguridad fronteriza, incluyendo unos 10 mil millones de dólares para expandir y mejorar los puertos de entrada.

Este proyecto de ley llega dos semanas después de que la administración de Biden levantara el Título 42, que permitía las expulsiones exprés en la frontera, e impusiera mayores restricciones al acceso al asilo para los migrantes que llegan mediante la aplicación del Título 8.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo este martes que espera que la economía mundial no deba esperar hasta última hora por una solución sobre el techo de la deuda estadounidense.

Los negociadores de la Casa Blanca y los republicanos del Congreso intentan resolver el estancamiento en el que se encuentra desde hace meses el aumento del límite de la deuda pública de Estados Unidos, que asciende a 31.4 billones de dólares, con lo que el país se enfrenta al riesgo de un impago en tan sólo nueve días.

En conferencia prensa en Londres, Georgieva afirmó que un impago de Estados Unidos perjudicaría tanto a su economía como a la mundial, lo que supondría un poderoso incentivo para que los negociadores llegasen a un acuerdo.

“Hemos visto históricamente que las discusiones sobre el techo de la deuda en Estados Unidos siempre han sido bastante tensas, pero siempre han llegado a soluciones”, dijo. “Vamos a ver hasta qué punto esto se llevará a la última hora. Esperemos no tener que esperar tanto”, añadió.

En tanto, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, consideró “altamente probable” que el país no pueda hacer frente a sus obligaciones de pago desde principios de junio si el Congreso no actúa para elevar o suspender el limite de endeudamiento.

“Estimamos que es altamente probable que el Tesoro no pueda seguir cumpliendo todas las obligaciones del gobierno si el Congreso no ha actuado para elevar o suspender el límite de deuda a principios de junio y, potencialmente, tan pronto como el 1 de junio”, advirtió Yellen en una carta remitida al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

Recordó que anteriores situaciones de estancamiento en las negociaciones sobre el límite de deuda demostraron que esperar hasta el último momento para suspender o elevar dicho tope pueden causar graves perjuicios a la confianza de empresas y familias, así como aumentar los costos de financiación a corto plazo y afectar de manera negativa al ‘rating’ de Estados Unidos.

“Si el Congreso fracasa en aumentar el límite de endeudamiento, causaría dificultades severas a las familias, dañaría nuestro liderazgo global y cuestionaría nuestra capacidad de defender nuestros intereses de seguridad nacional”, añadió.

El tema no es ajeno a nuestro país. El peso retrocedía esta mañana, por sexta jornada consecutiva, ante un fortalecimiento global del dólar, debido a las crecientes preocupaciones sobre el techo de la deuda.

Y es que ayer, el presidente Joe Biden y el líder republicano Kevin McCarthy se reunieron en la Casa Blanca, para discutir el límite de deuda, sin embargo, no se alcanzó ningún acuerdo.

Los negociadores de la Casa Blanca y los republicanos del Congreso volverán a reunirse este martes para resolver el estancamiento sobre el tema.

En Broojula, Ana Paula Ordorica te presenta los detalles de estas negociaciones sobre el techo de deuda en Estados Unidos. Juan Musi, asesor financiero y analista económico, comenta sobre los acercamientos entre el gobierno y la oposición.

El presidente Joe Biden y Kevin McCarthy, su principal oponente republicano sobre el techo de la deuda, reanudarán este lunes las negociaciones para un acuerdo rápido y evitar un peligroso default de Estados Unidos.

Biden, que regresó de Japón donde asistió a la cumbre del G7, recibirá en Casa Blanca al líder republicano de la Cámara de Representantes.

Ambos conversaron ayer, mientras Biden volaba de regreso a Washington. McCarthy calificó la conversación de “productiva”, según medios estadounidenses, e indicó que los equipos de ambas partes han reanudado desde entonces las conversaciones.

Se trata de la primera señal positiva después de que un desatinado encuentro entre negociadores demócratas y republicanos, el viernes pasado en la Casa Blanca aunque sin Biden, que iba rumbo a Hiroshima, Japón.

Los republicanos exigen bajar el gasto público. La administración Biden se niega y propone reducir ciertos gastos y aumentar impuestos a los más ricos y a las empresas que hoy se benefician de restituciones fiscales.

Los republicanos rechazan cualquier aumento de impuestos.

Biden le advirtió que rechazaría un acuerdo “que proteja los subsidios por miles de millones de dólares a las grandes petroleras mientras se pone en peligro la atención sanitaria de 21 millones de estadounidenses”.

Esta situación inédita, con consecuencias potencialmente catastróficas para la economía de Estados Unidos y la del mundo, podría ocurrir a partir del 1 de junio.

Estados Unidos podría entonces no poder reembolsar a los tenedores de bonos del Tesoro estadounidense, rey de las finanzas mundiales. Asimismo, el gobierno no podría pagar algunos sueldos a funcionarios ni las pensiones de veteranos, entre otros.

Una decisión tomada a última hora podría tener igualmente consecuencias. En 2011, existía sólo la amenaza de caer en bancarrota y esto hizo, por primera vez, que Estados Unidos perdiera su preciosa evaluación crediticia triple A, la mejor de las agencias evaluadoras.

La negociación en Estados Unidos sobre el techo de la deuda entre la administración del presidente Joe Biden y el Congreso se ha estancado, según admitieron este viernes ambas partes.

El principal interlocutor en el equipo negociador republicano, el legislador Garret Graves, indicó hoy al salir de una reunión que han decidido apretar el botón de “pausa” porque las discusiones no estaban siendo “productivas”.

Y desde la misma Presidencia también se admitió la falta de avances: “Hay diferencias reales entre las partes en temas de presupuesto y las conversaciones serán difíciles. El equipo del presidente está trabajando arduamente para lograr una solución bipartidista razonable que pueda ser aprobada por la Cámara y el Senado”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, culpó de este impás a Biden por no haber abordado el asunto antes con el líder de la Cámara de Representantes, el conservador Kevin McCarthy.

“Esperó meses antes de aceptar negociar con McCarthy un acuerdo sobre el gasto. Ellos dos son los únicos que pueden llegar a un pacto. Ya es hora de que la Casa Blanca se ponga seria. El tiempo es oro”, señaló este viernes en Twitter.

El tiempo juega en su contra porque el límite actual, de 31.4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado enero. El gobierno está recurriendo actualmente a dinero en sus reservas para pagar las deudas que ha contraído, pero el Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio.

Pese a lo que se informó, Biden se mostró convencido esta semana de que se llegaría a un pacto, incluso canceló un viaje que iba a efectuar a Papúa Nueva Guinea y Australia tras la cumbre del G7 en Japón para volver antes a Washington y proseguir las negociaciones.

En Broojula, Ana Paula Ordorica te presenta un resumen sobre lo que sucede en torno a la gira de Biden y su cancelación de visitar Papúa Nueva Guinea. Brenda Estefan, analista internacional, comenta sobre el tema.

En el bando progresista, hay ya quien le pide a Biden que use la potestad que le confiere la enmienda constitucional número 14 para elevar el techo de deuda sin pasar por la aprobación del Congreso.

El senador Bernie Sanders admitió este jueves que no es “la solución perfecta”, pero que hacerlo “permitiría a Estados Unidos seguir pagando sus cuentas a tiempo y evitar una catástrofe económica y recortes devastadores para algunas de las personas más vulnerables del país”.

Biden y los líderes del Congreso se reunieron por última vez en la Casa Blanca para hablar sobre el límite de deuda este martes, y a la salida de esa cita McCarthy recalcó que todavía están “lejos” de cerrar una solución satisfactoria para todos.

El gobierno federal denunció este viernes el racismo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, por aprobar ayer una ley que reanuda la construcción del muro fronterizo que inició Donald Trump, así como nuevas medidas antiinmigrantes.

“Esto está organizado porque el año que entra hay elecciones. Entonces, ¿qué es el cemento de estas ideas de quienes promueven esto? ¿Cuál es el cemento? El racismo contra las y los mexicanos, y en general todos los hispanoparlantes”, dijo el canciller Marcelo Ebrard quien participó en la conferencia matutina.

Ebrard criticó el proyecto de ley que impulsó el legislador republicano de Florida Mario Díaz-Balart que reactiva las obras del muro, restringe aún más los procesos de asilo y autoriza drones operativos 24 horas en la frontera con México.

La iniciativa se aprobó por 219 votos a favor de los republicanos y 213 en contra, pero no tiene probabilidades de prosperar porque el Senado está en manos de los demócratas, además de que el presidente Joe Biden ya anticipó que la vetará en caso de avanzar.

Por ello, el canciller acusó a los republicanos de insistir con esta ley “para sacar raja política” rumbo a las elecciones de 2024.

“Nosotros, desde luego, rechazamos eso, pero es importante para la opinión pública aclarar de qué se trata: sacarle raja política, aprovechar el flujo migratorio, culpar a México preparando su campaña político electoral, porque el único cemento de ese partido hoy es el racismo”, sentenció.

El secretario aseveró que “hay una serie de mentiras que manejan” los republicanos, como el que los migrantes trafican fentanilo. También reiteró que “los planteamiento son inaceptables para México”.

“Se provocaría una crisis entre los dos socios principales. Estados Unidos es el principal mercado del mundo y México es el principal socio de Estados Unidos. Sería como si nos pusiéramos a darnos un tiro en el pie entre los dos. Vamos a decir: es absurdo”, manifestó.

El canciller también rechazó las declaraciones del senador republicano John Kennedy, quien afirmó que México “estaría comiendo comida para gatos” sin el apoyo de Estados Unidos, y quien exigió a la Agencia Antidrogas (DEA) que presione para usar militares estadounidenses contra cárteles mexicanos.

“Es una estrategia racista y falsa en contra de nuestro país, y lo vamos a seguir diciendo claramente, porque si no se dice nada y nos quedamos callados, primeramente estaríamos aceptando que pisoteen nuestro orgullo nacional”, comentó Ebrard.

En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que pedirá a los mexicanos en Estados Unidos, donde habitan cerca de 38 millones, que no voten por este tipo de políticos, es decir, por los republicanos que usan a México de ‘piñata’.

“Decirle a nuestros paisanos, a los hispanos, a nuestros amigos estadounidenses, que no voten por personas con esta mentalidad, muy prepotentes, muy ofensivos, muy majaderos”, sostuvo López Obrador.

AMLO descartó represalias o diferencias con el gobierno del presidente Joe Biden, pues dijo, las “imprudencias” que se han cometido, y declaraciones desafortunadas, tienen que ver con la “politiquería” a la que recurren algunos políticos, en referencia a figuras como John Kennedy o el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Legisladores en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, bajo control republicano, debatieron este miércoles un proyecto de ley que busca reanudar la construcción del muro en la frontera con México.

La “ley para el fortalecimiento de la frontera”, presentada por un grupo de 17 congresistas republicanos, ordena al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reanudar la construcción de un muro fronterizo con México, suspendida parcialmente por el gobierno del presidente Biden.

Recordemos que al llegar la presidencia en 2021, Biden emitió una orden ejecutiva para acabar con la declaración de emergencia de su predecesor, Donald Trump, para construir la barrera física, aunque a los pocos meses su Ejecutivo aclaró que cerraría algunas brechas existentes en el muro.

La nueva iniciativa legislativa republicana plantea prohibir que se entreguen fondos del gobierno a organizaciones que ayudan a migrantes en la frontera; suspender el uso de la aplicación móvil CBP ONE para solicitar asilo en los puertos de entrada a Estados Unidos, y pide contratar a más agentes de la Patrulla Fronteriza.

También ordena al DHS y al Departamento de Estado preparar un informe que estudie si algunos cárteles mexicanos, incluyendo los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, pueden ser incluidos en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos.

“Esta propuesta ley obligará a la Administración (de Biden) a hacer cumplir la ley y reducir la migración”, dijo el congresista Mark Green, quien presentó el proyecto y lidera el comité de Seguridad Nacional de la Cámara Baja.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó esta mañana que se postulará para la reelección en 2024, en lo que se espera sea una tensa campaña por la Casa Blanca.

“Cada generación tiene un momento en el que ha tenido que defender la democracia. Defender sus libertades fundamentales”, dice Biden en el video con el que hizo el anuncio.

“Creo que este es el nuestro. Por eso me presento a la reelección como presidente de Estados Unidos. Únanse a nosotros. Terminemos el trabajo”, añadió.

La pieza abre con imágenes de la violenta invasión de partidarios del expresidente republicano Donald Trump al Capitolio el 6 de enero de 2021 y de protestas contra la abolición del derecho al aborto, entre otras, y muestra además a Biden junto a la vicepresidenta Kamala Harris en diferentes situaciones.

Esto también confirmaría que ha elegido como compañera de fórmula a la vicepresidenta Kamala Harris, con la que se presentó y ganó las elecciones de 2020.

Biden aspira a la candidatura del Partido Demócrata sin ningún contendiente real, luego de una serie de grandes victorias legislativas e importantes luchas internacionales en sus primeros años en el cargo.

Sin embargo, deberá enfrentar cuestionamientos por su edad en la campaña. Y es que su edad, que tendría 86 años cuando termine su segundo período en caso de conseguirla, siembra dudas incluso en su propia base electoral, donde muchos creen que es demasiado grande para el cargo.

Una encuesta de NBC divulgada el fin de semana, señalaba que 70% de los estadounidenses, incluido 51% de los demócratas, creen que Biden no debía postularse a un segundo periodo.

Ante esos cuestionamientos, a Biden le gusta responder “Mírenme”. Es una forma de decir que los votantes deben enfocarse en sus victorias políticas domésticas y su conformación de una alianza occidental sin precedentes para ayudar a Ucrania ante la invasión lanzada por Rusia en febrero de 2022.

En el próximo año y medio, Biden tendría la ventaja de estar en el poder, con su partido unificado, mientras que los republicanos apenas comienzan una compleja elección primaria.

El anuncio se hizo hoy, una fecha no escogida al azar. Corresponde al cuarto aniversario del inicio de la campaña que le dio la victoria frente a Trump.

El magnate de 76 años también es candidato a la nominación republicana para las presidenciales de 2024 y tiene posibilidades de ganarlas pese a haber sido procesado por un tribunal de Nueva York por un escándalo de un soborno a una actriz porno y de ser objeto de varias investigaciones judiciales.

Esto llevaría a que de nueva cuenta, Biden y Trump se enfrenten en los comicios del próximo año.

Ante el anuncio de Biden, los republicanos respondieron a su intención de competir en el 2024 con un video generado por Inteligencia Artificial (IA), donde alertan de un futuro tenebroso si es reelegido.

El Comité Nacional Republicano (RNC), el máximo órgano político del partido conservador, difundió la grabación, de 32 segundos y titulada “Beat Biden” (Derrotemos a Biden).

El video comienza con imágenes de Biden cuando ganó las elecciones de 2020 y un mensaje en primer plano que dice: “¿Qué pasaría si el presidente más débil que hemos tenido fuera reelegido?”.

Acto seguido aparece una supuesta invasión de China a Taiwán, filas de personas por un hipotético colapso financiero, una presunta ola de migrantes en la frontera sur e imágenes del aumento del crimen y las drogas, para acabar con una fotografía de Biden apoyando los codos derrotado en la mesa de un despacho.

Quien también reaccionó al anuncio fue Rusia, quien pidió “hechos y no palabras” al presidente estadounidense.

“Partiremos de los pasos prácticos que Washington dé en la política real”, dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores, a la televisión pública.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, reconoció durante su reciente visita a Cuba que Moscú y Washington apenas mantienen contactos bilaterales.

El presidente ruso, Vladímir Putin, que se reunió con Biden en Ginebra en junio de 2021, acusa a Occidente de querer “destruir” Rusia, igual que hizo con la Unión Soviética en 1991.

Biden condenó desde el comienzo la intervención militar rusa en Ucrania e incluso denunció los crímenes de guerra supuestamente cometidos por el ejército ruso en lugares como el norte de Kiev y la región oriental de Járkov.

Putin también tiene intención de presentarse a la reelección en 2024, comicios presidenciales que se celebrarán pese a los intentos de injerencia, según confirmó esta semana el Kremlin.

El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, promulgó un proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa del estado, dominada por los republicanos, para prohibir los abortos después de las seis semanas de embarazo.

La prohibición le representa a DeSantis una importante victoria política entre los votantes de las primarias republicanas, mientras se prepara para lanzar una candidatura presidencial basada en su imagen de defensor de los estándares conservadores.

La prohibición del aborto a partir de las seis semanas sólo entrará en vigor si se mantiene la actual prohibición de las 15 semanas en el Tribunal Supremo estatal, controlado por los conservadores.

La nueva ley también tendría implicaciones a mayor escala en cuanto al acceso al aborto en el sur del país tras la decisión de la Corte Suprema federal del año pasado de anular el fallo del caso Roe vs. Wade y dejar en manos de los estados la decisión en cuanto a la interrupción del embarazo.

Alabama, Luisiana y Mississippi han prohibido el aborto en cualquier etapa de la gestación, mientras que Georgia prohíbe el procedimiento luego de que se detecte actividad cardiaca, lo cual ocurre por lo general alrededor de la sexta semana.

“Tenemos la oportunidad de encabezar el debate nacional sobre la importancia de proteger la vida y darle a cada bebé la oportunidad de nacer y encontrar su propósito”, declaró la representante republicana Jenna Persons-Mulicka, quien impulsó la iniciativa en la cámara baja estatal.

Los demócratas y los grupos a favor del derecho al aborto han criticado la propuesta de Florida, considerándola extrema.

“Esta prohibición evitaría que cuatro millones de mujeres en edad reproductiva de Florida accedan a servicios de aborto después de seis semanas, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas”, afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado emitido después de la votación de ayer en la cámara baja.

“Esta prohibición también afectaría a los casi 15 millones de mujeres en edad reproductiva que viven en estados que prohíben el aborto en todo el sur, muchas de las cuales anteriormente dependían de viajar a Florida como una opción para acceder a la atención”, agregó.

La ley contiene algunas excepciones, incluida la de salvar la vida de la madre. Los abortos en embarazos por violación e incesto estarían permitidos hasta las 15 semanas de gestación, siempre y cuando la mujer cuente con documentos como una orden restrictiva o un reporte policial. DeSantis ha dicho que estas cláusulas son delicadas.

Los fármacos utilizados en abortos inducidos por medicamentos, que comprenden la mayoría de los que se llevan a cabo a nivel nacional, podrán entregarse únicamente en persona o mediante un doctor, según el proyecto de ley del estado.

Las prohibiciones al aborto son populares entre algunos conservadores religiosos que conforman la base de votantes del Partido Republicano, pero el tema ha motivado a muchos otros a votar por los demócratas.

En las últimas semanas y meses, los republicanos han sufrido derrotas en elecciones que giran en torno al acceso al aborto en estados como Kentucky, Michigan y Wisconsin.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se reunió ayer con 12 legisladores y otros representantes del gobierno estadounidense en Palacio Nacional, confirmó el mandatario a través de Twitter.

López Obrador publicó una fotografía sin dar mayores detalles. “Reunión bilateral con 12 legisladores y representantes del gobierno de EE.UU. Se trataron varios temas con respeto mutuo y en beneficios de nuestros pueblos”, escribió.

Sin embargo, fue el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, quien dio algunos detalles. Indicó que se analizaron temas relacionados con migración, tráfico de armas y la lucha contra el fentanilo.

“Terminó la reunión con senadores y diputados de los Estados Unidos, muy bien. Tod@s respetuosos de México y su gobierno. Se abordó desde migración, frontera norte, transítsmico. Tráfico de armas y fentanilo hasta integración económica. Cordial y muy buen encuentro”, publicó en la misma red social.

Al salir del Palacio Nacional, Ebrard dijo que, pese a que algunos legisladores impulsan una iniciativa referente a que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos intervengan en México contra los cárteles de la droga, la propuesta no cuenta con respaldo necesario.

“Yo no vi ninguna intervención de senadora o senador de Estados Unidos apoyando de ninguna manera lo que habían dicho los dos senadores que, por cierto, hoy no vinieron. Nadie de ellos lo planteó”, apuntó.

Expuso que las y los congresistas de Estados Unidos no apoyan la iniciativa que han planteado los republicanos.

“Al contrario nos dijeron que querían cooperación, colaboración, y  trabajo conjunto”, precisó el canciller.

Ebrard Casaubón añadió que en la reunión coincidieron los legisladores y el gobierno de México, en trabajar de manera conjunta para resolver problemas de narcotráfico, drogas, tráfico de armas, migración, y temas económicos, entre otras cosas.

“Nosotros nos quedamos con la impresión de que hay congresistas que quieren estrechar lazos con México y no están para nada en la posición de lo que escuchamos la semana pasada”, sostuvo.

En su oportunidad,  detalló que el tema de la iniciativa estadounidense,

Y aunque dijo que la iniciativa republicano no se abordó de manera expresa, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, otra de las asistentes al encuentro, dijo que lo que sí hubo fueron coincidencias en respetar la soberanía de ambos países.

“Les dijimos que teníamos que ver la problemática de manera integral, porque finalmente somos aliados, somos vecinos, somos socios, y en algunas de las zonas también somos familia”, concluyó la funcionaria.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

Una serie de diatribas y exabruptos la semana pasada de nueva cuenta subrayan lo que ha sido una de las inconsistencias y contradicciones persistentes a lo largo de este sexenio desde el atril presidencial en Palacio Nacional de la Ciudad de México cuando de política exterior se trata. La presión desde Washington a raíz de la política de seguridad pública mexicana, particularmente por el tráfico de fentanilo y sus precursores a través de nuestro territorio, se ha venido acrecentando desde hace meses. Con ello ha resurgido un debate que se ha dado en coyunturas anteriores -algunas veces motivado con ánimo de apoyar a México (Bush, Obama) y en otras como resultado de la fanfarronería (Trump) o de la politización o diagnóstico equivocado (ahora, con legisladores y ex funcionarios Republicanos)- en torno a si la designación de grupos criminales trasnacionales en México como organizaciones terroristas internacionales (mi columna de 2019 en estas páginas explica el proceso y los inconvenientes de esa medida) movería o no la aguja en su degradación operativa. Ahora, ambos temas han sido turbocargados por el secuestro de cuatro -y asesinato de dos- estadounidenses en Matamoros. En respuesta a esta confluencia de eventos, el Presidente López Obrador mandó al diablo los principios de política exterior en los que, como muletilla, se escuda pero observa a contentillo.

Y es que parece que por fin sí vamos a intervenir abierta y proactivamente en los asuntos internos de Estados Unidos. El que López Obrador exija que funcionarios, legisladores, ONG y medios de comunicación estadounidenses no lo hagan en lo que él considera son temas que solo atañen a México y a los mexicanos es lo de menos. El presidente rápidamente dijo el viernes que hará un llamado a los “40 millones” (sic) mexicanos en EE.UU para que castiguen con su voto a los Republicanos que ahora proponen -de manera descabellada e irresponsable, sin duda alguna- acciones militares unilaterales. El que Trump en 2019 hubiese amagado con hacer lo mismo que sus correligionarios del GOP hoy -designar a grupos criminales como organizaciones terroristas- y que luego ya como expresidente haya fanfarroneado con el uso de la fuerza militar en México y el inquilino de Palacio Nacional no dijese ni pío (bueno, si hasta subrayó en ese momento que el ex mandatario “me cae bien”), no deja de ser una incongruencia más. Pero este episodio de renovado brío intervencionista en la política exterior presidencial requiere de dos apuntes.

Primero, los datos duros y la terca realidad. Hay cerca de 39 millones de mexicanos y méxicoamericanos (ciudadanos estadounidenses que tienen raíces u origen mexicano) en EE.UU. De ese total, 11 millones son nacidos en México, de los cuales 5 millones son indocumentados; es decir, evidentemente no pueden votar ahí. Del restante, no todos ostentan la doble nacionalidad y un buen número de ellos son aún menores de edad. Por ende, estamos hablando de cerca de un universo de aproximadamente 15 millones a lo sumo que podrían votar. Si bien la mayoría lo hacen por el Partido Demócrata, y ello explica ganancias importantes en estados como Arizona, Colorado, Nevada y Georgia, en 2016 y 2020 el número de votantes de origen mexicano votando por el Partido Republicano ha aumentado significativamente (sobre todo entre hombres adultos jóvenes) sobre todo en Florida y el sur de Texas. En esta última zona en particular, cabe destacar que el aumento del voto a favor del GOP -y de Trump- en 2020 está relacionado con los abrazos de López Obrador a Trump en la Casa Blanca en plena campaña electoral ese año y el alcahueteo electoral vía spots que la campaña de reelección de Trump hizo de las declaraciones zalameras del mandatario mexicano.

Los hispanos en general, que se estima que 34.5 millones de ellos fueron elegibles (poco más de la mitad de todos los hispanos en el país, 53 por ciento) para votar en 2020, constituyen un 14.3 por ciento del total de votantes elegibles en Estado Unidos. A nivel nacional, emitieron 16.6 millones de votos en 2020, un aumento del 30.9 por ciento con respecto a las elecciones presidenciales de 2016, y apoyaron a Biden sobre Trump por un margen de casi 3 a 1 en Arizona, California, Colorado, Illinois, Nuevo México, Nevada, Nueva York, Pensilvania y Wisconsin. Los hispanos eligieron a Biden sobre Trump con un margen de 2 a 1 o más en los estados de Texas, Georgia, Washington y Florida. Una cómoda mayoría de votantes de origen hispano, aproximadamente el 61 por ciento, apoyó al presidente Biden, pero hubo un giro de aproximadamente 8 puntos porcentuales hacia Trump, según datos a boca de urna comparando candidatos Demócratas y Republicanos en 2016 y 2020.

Segundo apunte. Particularmente en los temas de seguridad binacional, los episodios de tensión tienden a favorecer posiciones de los extremos en ambos países. Asignar culpas nacionales a los que son sin duda problemas trasnacionales ha sido una posición default -y errónea- a ambos lados de la frontera en momentos distintos de la relación bilateral. Si el problema es común, la solución tiene que ser común, y solo avanzaremos si asumimos una responsabilidad compartida. Pero de por sí Trump evisceró ese principio no escrito de la relación bilateral a largo de su mandato; ahora, los legisladores Republicanos que han abogado por acciones unilaterales -y contrarias al derecho internacional- y López Obrador que declara que el fentanilo no es nuestro problema, lo están profundizando. Esta dinámica en la que nos estamos metiendo no conviene a ninguno de los dos países, pero me temo que estamos desafortunadamente en un contexto así en este momento.

Y con sus declaraciones de que México cabildeará en contra de candidatos Republicanos en las elecciones de 2024, el presidente amenaza con contaminar aún más la agenda bilateral con EE.UU camino a dos procesos electorales presidenciales simultáneos en una y otra nación y en el contexto de la peor relación -desde los ochenta- de un titular del Ejecutivo mexicano con el Congreso estadounidense, un actor central y clave de la agenda con nuestro país. De por sí los Demócratas, cabreados por la manera en la cual López Obrador se posicionó con respecto a Trump, la campaña electoral de 2020, la victoria de Biden y los actos sediciosos del 6 de enero de 2021, tienen una larga lista de tintorería. Ahora con este llamado para hacer campaña contra el GOP, junto con sus ataques ad hominem constantes en contra de legisladores Republicanos y Demócratas por igual que se han venido acumulando, el presidente está haciendo que críticas y cuestionamientos legislativos de ambos partidos sobre México y la relación bilateral crecientemente converjan, de paso colocándonos sobre una pista de patinaje de hielo quebradizo cara a 2024, sobre todo si llegase a imponerse un candidato Republicano.

Al final del día, este nuevo y complejo episodio en la relación con EE.UU pone de relieve una gran paradoja. Para un presidente que afirma como posición de arranque que la mejor política exterior es la política interna, son precisamente las debilidades estructurales internas del país y muchas de las políticas públicas del mandatario mexicano las que se erigen como vulnerabilidades y flancos de presión cara al extranjero, particularmente en una relación tan esencial, asimétrica e interméstica (sí, a pesar de lo que quisiera López Obrador, no hay manera de separar los temas de política interna de cada país del impacto e incidencia que tienen en la agenda bilateral) como la que hay con Estados Unidos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rechazó la propuesta de congresistas republicanos estadounidenses que buscan declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas; dijo que la sola propuesta es “irresponsable”.

“Esta iniciativa de los republicanos, además de irresponsable, es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra soberanía”, dijo en su conferencia de prensa matutina que este jueves se llevó a cabo desde el Centro de Inteligencia de la Guardia Nacional.

López Obrador aseguró que no permitirá que un gobierno extranjero, y mucho menos sus Fuerzas Armadas, intervengan en territorio nacional.

“De una vez fijamos postura, nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero, y mucho menos que intervengan Fuerzas Armadas de un gobierno extranjero en nuestro territorio”, sentenció.

Además, lanzó una advertencia al Partido Republicano, promotor de las iniciativas que autorizarían la acción del Ejército estadounidense contra los cárteles mexicanos, de llamar a los connacionales e hispanos residentes en Estados Unidos a que voten en su contra.

“Si no cambian de actitud y piensan que van a usar a México para sus propósitos propagandísticos y politiqueros, vamos a llamar porque no se vote por ese partido por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto”, dijo.

Y es que ayer, se anunciaron nuevos proyectos de ley en Estados Unidos que buscan declarar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas y con ello autorizar el uso del Ejército para combatirlos, estén donde estén, así sea en territorio mexicano.

La polémica ha crecido después de la controversia desatada por el secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados y dos rescatados con vida.

De trasfondo también está la lucha contra el tráfico de fentanilo, un opioide sintético fabricado en México con químicos procedentes China que ha causado cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.

Las propuestas legislativas prohibirían a los integrantes del crimen la entrada a Estados Unidos, autorizaría congelar sus bienes y prohibiría a cualquier persona ayudarles de forma consciente, entre otros mecanismos.

“Lo que dijo este senador (Lindsey Graham) no lo admitimos, a México se le respeta, no somos un protectorado ni colonia, somos un país independiente, soberano y no recibimos órdenes de nadie”, contestó el presidente.

Pese a las propuestas, La Casa Blanca, aseguró que Estados Unidos ya cuenta con todas las competencias legales para combatir al narcotráfico sin la necesidad de declarar como grupos terroristas a los cárteles mexicanos, en un intento por calmar la tensión que el tema ha avivado.

“Declarar a esos cárteles como organizaciones terroristas extranjeras no nos daría ninguna competencia adicional que no tengamos ya en este momento”, expresó en su rueda de prensa diaria Karine Jean-Pierre, portavoz del presidente Joe Biden.

Pero, ¿Qué hay detrás de la lucha contra los cárteles de la droga y la cooperación en materia de seguridad entre México y Estados Unidos? En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Gerónimo Gutiérrez, exembajador de México en Estados Unidos, sobre el tema.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) calificó de “propaganda” la intención de congresistas estadounidenses del partido Republicano de designar como terroristas a los cárteles mexicanos del narcotráfico.

“Es más que nada propaganda porque el día 27 de febrero presentó el Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos al Congreso su informe sobre terrorismo y da a conocer que no hay en México ninguna vinculación con grupos terroristas y que la cooperación en este tema es buena”, expresó AMLO en su conferencia de prensa matutina.

Sus declaraciones se producen luego de que en Washington aumenta la presión por parte de la Republicanos para considerar de forma oficial a los cárteles mexicanos como grupos terroristas.

Y es que fiscales generales de 21 estados gobernados por republicanos pidieron el mes pasado al presidente Joe Biden y al secretario de Estado, Antony Blinken, que declaren “organizaciones extranjeras terroristas”, FTO, por sus siglas en inglés, a los cárteles mexicanos.

López Obrador recordó la iniciativa que el congresista republicano Dan Crenshaw, de Texas, presentó en enero para autorizar el uso de las Fuerzas Armadas contra organizaciones que trafican fentanilo, al nombrar al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El mandatario indicó que estos políticos “siempre están denostando a México para sacar raja electoral, entonces los mexicanos que viven allá, que ya son ciudadanos estadounidenses y que votan, que no se olviden de estas cosas, de estos agravios”.

López Obrador insistió en que todo es “pura propaganda, sin embargo, hay que estar rechazando todas esas pretensiones de intervencionismo. México es un país independiente, soberano”, añadió.

El presidente también cuestionó en general las políticas de Estados Unidos con países que designa en la lista de terrorismo.

“No es ni siquiera aceptable de que nos certifiquen, que digan hay o no hay terrorismo en un país, ¿quién les da esa facultad? Pero bueno, eso es un asunto, una manía, ya habíamos hablado de eso, de considerarse el Gobierno del mundo”, señaló.

“Pero todavía es peor el que quieran utilizar la fuerza militar para intervenir en la vida pública de otro país, o sea, invadir a otro país, con la excusa de que van sobre narcotraficantes terroristas”, agregó.

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, dijo apenas la semana pasada que México podría “hacer más” para controlar el fentanilo y reveló que él “no se opondría” a designar como terroristas a los cárteles.

Sin referirse de forma directa a estas declaraciones, López Obrador pidió acciones en Estados Unidos.

“Si les preocupa lo del fentanilo, como también a nosotros nos preocupa, pues hay que atender las causas, en México y en Estados Unidos, porque puede haber droga, ¿pero por qué hay consumo? ¿Qué está pasando?”, cuestionó.

Nikki Haley levantó la mano para entrar en campaña rumbo a las presidenciales de 2024 en Estados Unidos, lo que rápidamente fue tomado como un desafío al expresidente Donald Trump por la candidatura republicana.

“Soy candidata presidencial”, declaró la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU de 51 años, en un video dirigido a sus seguidores. Indicó que su aspiración tiene como fin dar paso a “una nueva generación” de líderes conservadores.

Hace varias semanas que se esperaba el anuncio, implica en que será probablemente la única mujer precandidata republicana a la Casa Blanca.

Haley cree poder revitalizar el partido, y un país que, según ella, ha perdido el rumbo en los últimos años y sufre tensiones raciales.

La excolaboradora del magnate dice estar convencida de que sus orígenes, como hija de inmigrantes indios, juega a su favor. “Ni negra, ni blanca. Yo era diferente”, dijo en el video grabado en Bamberg, Carolina del Sur, donde nació. “Pero mi madre siempre decía: ‘Tu trabajo no es enfocarte en las diferencias, sino en las similitudes'”.

“Es hora de una nueva generación de liderazgo”, afirma en el mensaje, en el que no duda en criticar el balance de los republicanos en las últimas elecciones legislativas de noviembre pasado.

La exembajadora apuesta por “redescubrir la responsabilidad fiscal, garantizar la seguridad de nuestra frontera y fortalecer nuestro país, nuestro orgullo y nuestro propósito” porque incluso en los días más sombríos “tenemos la increíble suerte de vivir en Estados Unidos”, dijo.

Envuelto en una serie de reveses judiciales, Trump, candidato desde el pasado 15 de noviembre y quien la nombró en la ONU en 2017, carece por el momento del impulso que esperaba.

Nikki Haley no es la única que podría competir contra Trump. Su exvicepresidente Mike Pence, su exjefe de la diplomacia Mike Pompeo o el gobernador de Virginia Glenn Youngkin, no han descartado buscar la candidatura, aunque ninguno lo ha confirmado.

Según las encuestas, Haley, quien se crió en una pequeña ciudad de Carolina del Sur antes de convertirse en gobernadora, no es la principal amenaza para Donald Trump. Tendría que enfrentarse primero a un rival de su estado: el senador de Carolina del Sur Tim Scott, que también analiza su candidatura.

El candidato republicano que salga de las primarias se enfrentará en noviembre de 2024 al nominado por el Partido Demócrata.

“El anuncio de Haley da inicio oficialmente a las primarias desordenadas de los trumpistas de 2024”, afirmó el líder del Partido Demócrata, Jaime Harrison. “Saquen las palomitas de maíz”, agregó, dando a entender que será parecido a una película de acción como las que triunfan en Hollywood.

Del lado de los demócratas, el presidente Joe Biden ha adelantado que “tiene la intención de postularse”, sin que por el momento lo haya confirmado.

Los congresistas estadounidenses decidieron tomarse un receso este viernes, antes de volver a votar para tratar de conseguir elegir al próximo presidente de la Cámara de Representantes, mientras el republicano Kevin McCarthy asegura que para esta noche contará con los votos necesarios.

“Tendré los votos”, aseguró el aspirante en entrevista con CNN, tras concluir la treceava votación, que volvió a perder por un estrecho margen.

A la salida del inmueble, McCarthy aseguró a los medios que gracias al retraso en el proceso, que se ha extendido por cuatro días, el Partido Republicano será “más efectivo y eficiente” cuando opere como mayoría en la Cámara Baja. “Definitivamente el Gobierno va a ser más responsable”, añadió.

Y es que tras cuatro extenuantes jornadas de negociaciones con los veinte republicanos ultraconservadores que le han negado su apoyo, McCarthy está cerca de lograr su cometido, objetivo para el cual el propio expresidente Donald Trump salió a hacer un llamado.

En la votación número 13 que se celebró esta tarde, McCarthy logró un total de 214 votos a favor, con lo que se quedó a sólo dos de lograr la mayoría dado el cuórum que hay hoy en el Congreso. El requisito si es que todos los legisladores estuvieran presentes es de 218.

Así, solo le queda convencer a otros dos del grupo de republicanos ultras, que se oponen a que se convierta en el próximo “speaker” de la Cámara Baja. La aritmética le permitiría que con cuatro votos en contra siguiera saliendo elegido.

McCarthy aspira a convertirse en “speaker” en la votación número 14 que se celebrará esta noche a partir de las 22:00 hora local; dicho cargo es la tercera figura política de mayor rango en el país, entre cuyas funciones está fijar gran parte del calendario legislativo y decidir qué proyectos se votan y cuándo.

La falta de acuerdos que se vive en la Cámara de Representantes ha pasado a la historia, pues no había tenido lugar en los últimos 100 años, cuando en 1923 se necesitó más de una ronda de votación para elegir al presidente. Sin embargo, en 1856, la elección del speaker se tardó dos meses en concretarse.

Esta división y falta de acuerdos ha encendido las alertas, pues deja paralizada la labor de la Cámara ya que, sin presidente, los congresistas no pueden prestar juramento y, por lo tanto, aprobar ningún proyecto de ley.