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Un tribunal ruso rechazó la solicitud de liberación del periodista estadounidense Evan Gershkovich, quien fue arrestado a finales del mes pasado acusado de espionaje, por lo que permanecerá en detención preventiva.

A diferencia de muchos otros periodistas estadounidenses que abandonaron Rusia tras iniciarse la ofensiva en Ucrania, Evan Gershkovich, hijo de emigrantes soviéticos, decidió seguir trabajando en territorio ruso.

“No pierdo la esperanza”, dijo en una carta dirigida a sus padres desde la cárcel de Lefortovo, y publicada por el Wall Street Journal (WSJ).

Pese a la decisión del tribunal ruso, una de sus abogadas, Maria Korchaguina, indicó que Evan sigue siendo “combativo”.

En el momento de su detención en Ekaterimburgo, en los Urales, parecía estar trabajando sobre la industria del armamento y el grupo paramilitar Wagner. El sumario está bajo secreto, por lo que es imposible saber en este momento de qué se le acusa exactamente.

El Kremlin se limitó a decir que fue sorprendido “en flagrante delito” de espionaje, pero sin dar más detalles.

Sus amigos y colegas sostienen que Evan Gershkovich estaba haciendo su trabajo, más allá de que supiera que el FSB, el servicio secreto ruso, lo tenía en el radar.

Para Evan Gershkovich, como para otros periodistas occidentales en Rusia, la acreditación entregada por la cancillería rusa parecía una protección suficiente.

El corresponsal del WSJ, perfectamente rusohablante, multiplicó los artículos en los que contaba cómo los rusos viven el conflicto, y se entrevistó con los familiares de soldados muertos y con detractores del presidente Vladimir Putin.

Al ser acusado de espionaje, un cargo que desmiente enérgicamente, el corresponsal del Wall Street Journal, se enfrenta a 20 años de prisión, en un caso de gravedad inédita contra un periodista extranjero.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

 

Foto: Twitter @PjotrSauer

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, insistió en responsabilizar a “Occidente y la OTAN” de la invasión a Ucrania.

Lavrov fue recibido por el canciller brasileño, Mauro Vieira, con quien discutió la intensa relación bilateral, así como asuntos de la agenda global, con énfasis en el conflicto en Ucrania, según ambos explicaron en una declaración ante los periodistas.

El ministro ruso declaró que el Gobierno de Vladímir Putin desea una “solución duradera” que ponga fin a la guerra, pero aseguró que ni los países de Occidente ni la OTAN “contribuyen” a ello.

El funcionario ruso comenzó en Brasil una gira por América Latina, que lo llevará a Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Lavrov acusó a Estados Unidos y Europa de “no cumplir con obligaciones que asumieron hace años”, en una aparente alusión a los acuerdos de Minsk, de 2014 y 2015, que pusieron fin al conflicto en el este de Ucrania, pero que el actual presidente de ese país, Volodímir Zelenski, califica hoy de “concesión”.

El ministro ruso subrayó una y otra vez que la solución a las actuales hostilidades debe ser “duradera” y no “inmediata”, y si bien saludó la propuesta brasileña para intentar crear un grupo de países que facilite una negociación, no se mostró muy abierto con esa posibilidad.

Según la traducción oficial, Lavrov aseguró que Rusia y Brasil “tienen una visión única” en relación al conflicto, aunque Vieira reiteró que la “intención” del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva es “ayudar a una solución pacífica”, mediante un “grupo de países” que permita promover “un cese al fuego inmediato”.

Lavrov le hizo un guiño también a Brasil, al apoyar el viejo reclamo del país suramericano para convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Consideró como una “necesidad” que Brasil se sume con ese estatus a China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, y apuntó que también se debe promover “la presencia del continente africano” en ese organismo para “mejorar” la “gobernanza global”.

El ministro de Exteriores ruso se reúne esta tarde con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

La embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynn Tracy, visitó al corresponsal del The Wall Street Journal (WSJ), Evan Gershkovich, detenido en Rusia acusado de espionaje, en la prisión preventiva Lefórtovo ubicado en la capital rusa.

“Hoy visité a Evan Gershkovich en la prisión de Lefórtovo, es la primera vez que nos dan acceso a él desde su detención ilegal hace más de dos semanas”, señaló Tracy en un mensaje publicado en la cuenta de Twitter de la Embajada estadounidense.

La diplomática agregó que el reportero se siente bien y “se mantiene fuerte”. “Reiteramos nuestro llamamiento para su liberación inmediata”, remató en el breve mensaje.

Rusia admitió la semana pasada que aún no había dado permiso a los diplomáticos de Estados Unidos en Moscú para que visitaran en prisión a Gershkovich, al afirmar que la solicitud estaba bajo consideración.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB), antiguo KGB, acusó formalmente de espionaje al periodista estadounidense el pasado 7 de abril.

Los abogados del corresponsal del WSJ, han apelado su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del código penal, cargo que se castiga con hasta 20 años de prisión.

Tanto la Casa Blanca como The Wall Street Journal han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra su corresponsal y han exigido su liberación inmediata.

Recordemos que fue el 30 de marzo pasado, cuando Gershkóvich fue detenido en Ekaterimburgo mientras realizaba un reportaje, lo que lo convirtió en el primer periodista estadounidense detenido en Rusia acusado de espionaje desde la Guerra Fría.

El gobierno de Rusia ha subrayado que se trata de un arresto legítimo pues fue sorprendido “in fraganti” cuando intentaba conseguir información clasificada como secreto de Estado, aprovechando su condición de periodista.

Además, indicó que Gershkovich está por ahora fuera de cualquier posible canje de presos con Estados Unidos hasta que haya una sentencia firme dictada por un tribunal ruso.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

Foto: Lucy Gilmour vía @WSJPR

El presidente ruso, Vladímir Putin, recibirá mañana, miércoles, las cartas credenciales de 17 nuevos embajadores, entre ellos los de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), además de los jefes de las legaciones de Honduras, Paraguay y México.

Como es tradición, la ceremonia tendrá lugar en la Sala de Alejandro del Gran Palacio del Kremlin.

Se trata del segundo acto oficial para recibir las cartas credenciales de nuevos embajadores en lo que va de campaña militar rusa en Ucrania.

La última fue el 20 de septiembre de 2022, diez días antes de la anexión de cuatro regiones ucranianas: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.

Habitualmente, durante la ceremonia, a la que suele asistir también el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, Putin se dirige a cada embajador con unas palabras.

Este miércoles, al asistir a la recepción la embajadora de Estados Unidos, Lynne Tracy, y el jefe de la legación de la UE, Roland Galharague, Putin constatará las malas relaciones con Washington y el bloque comunitario, a los que acusa de escalar el conflicto en Ucrania con la ayuda militar y financiera que prestan a ese país.

Tracy llegó en enero a Moscú, en tanto que Galharague fue nombrado embajador de los Veintisiete en Rusia ya en septiembre de 2022.

Desde que la embajadora de Estados Unidos aterrizó en suelo ruso ha sido llamada en varias ocasiones al Ministerio de Exteriores para escuchar quejas sobre el curso “antirruso” de su país.

En el caso de la UE, Moscú es especialmente dura con el alto representante de la Política Exterior, Josep Borrell, contra quien carga con especial inquina.

En cambio, se esperan buenas palabras para los embajadores que representan a México, Eduardo Villegas Megías; de Paraguay, Víctor Alfredo Verdún Bitar; y de Honduras, Juan Ramón Elvir.

Eso sí, los tres países latinoamericanos votaron el pasado 23 de febrero a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU que demandaba con ocasión del aniversario de la campaña militar en Ucrania el fin de la misma y exigía que las tropas rusas se retiren de territorio ucraniano.

Finlandia se convirtió este martes en el trigésimo primer miembro de pleno de derecho de la OTAN, tras culminar el proceso de ingreso solicitado a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

La adhesión de Finlandia a la OTAN implica que el país quedará cubierto por el artículo 5 de defensa colectiva de la Alianza.

“Con la recepción de este instrumento de ratificación, declaro que Finlandia es el trigésimo primer miembro del Tratado del Atlántico Norte”, afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante una ceremonia en la sede de la OTAN.

En ese acto, el ministro finlandés de Exteriores, Pekka Haavisto, entregó el último documento que faltaba para completar el proceso de adhesión de su país.

Previamente, Blinken confirmó que había recibido el mismo documento de la parte de Turquía, el último aliado en ratificar la entrada de Finlandia.

Tradicionalmente el acceso de un país a la OTAN se produce al depositar todos los instrumentos de ratificación en el Departamento de Estado de Estados Unidos, que custodia el Tratado de Washington, fundacional de la Alianza, pero en esta ocasión los aliados han decidido que esa entrega se realizara en manos de su máximo representante, Blinken.

De ese modo, el ingreso formal de Finlandia en la OTAN ha coincidido con el día en que la Alianza cumple 74 años y en el que, además, los ministros de Exteriores aliados inician una reunión de dos días en Bruselas.

La entrada de Finlandia en la Alianza ha sido la más rápida en la historia moderna de la organización, recordó Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización.

“No queremos que otros nos digan lo que podemos y no podemos hacer”, indicó por su parte el presidente finlandés, Sauli Niinistö, en un mensaje conjunto con el secretario general de la OTAN.

Recordemos que Finlandia y Suecia solicitaron el ingreso a la OTAN a raíz de la invasión rusa de Ucrania, pero por el momento Hungría y Turquía no han ratificado la adhesión sueca.

“Ahora que somos miembros de la OTAN, tenemos un tarea muy importante: entregarle el instrumento de ratificación de Suecia”, dijo Haavisto a Blinken.

El jefe de la diplomacia estadounidense aprovechó para urgir a Turquía y Hungría a aprobar “sin demoras” la adhesión de Suecia a la OTAN.

“Instamos a Turquía y a Hungría a ratificar los protocolos de adhesión de Suecia sin demoras, para que podamos acoger a ese país en la alianza lo antes posible”, expresó el secretario estadounidense de Estado.

Rusia no tardó en reaccionar a la adhesión. Advirtió hoy de que el ingreso de Finlandia como miembro de pleno derecho de la OTAN no fortalecerá la seguridad del bloque aliado, al tiempo que aseguró que se equivocan “profundamente” los que piensan que Moscú no reaccionará a dicha adhesión.

“Todo será calibrado en consonancia con la coyuntura cambiante, su seguridad no se reforzará, la seguridad de la Alianza Atlántica en general no se fortalecerá”, aseguró el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov en declaraciones a la televisión pública rusa.

El Comité Olímpico Internacional (COI) levantó el veto a los deportistas rusos y bielorrusos, sancionados desde la invasión a Ucrania, y recomendó a las federaciones que autoricen su participación en competencias internacionales como “deportistas neutrales individuales”.

También se solicitó permitir que compitan en el proceso de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024 y los Juegos de Invierno Milán-Cortina 2026, aunque sin garantizar su presencia en esas citas.

De esta manera, la Junta Ejecutiva del COI responde a la solicitud de la 11ª Cumbre Olímpica, que se reunió el pasado 9 de diciembre, tras consultas con miembros del COI, de los Comités Olímpicos Nacionales (CON), de las federaciones y de representantes de los deportistas.

Sin embargo, precisó que la participación de deportistas con pasaporte ruso o bielorruso en los Juegos Olímpicos de París 2024 y en los Juegos Olímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026 “no fue considerada ni en las consultas ni en sus deliberaciones de hoy”.

“El COI se reserva expresamente el derecho de decidir sobre su participación en el momento adecuado, aunque se considerara que se han clasificado de acuerdo con los criterios de clasificación establecidos por sus respectivas federaciones internacionales”, señaló en un comunicado.

Como parte de las reflexiones, se reiteró que los Juegos Olímpicos no pueden prevenir guerras y conflictos, ni abordar todos los desafíos políticos y sociales.

“Los Juegos Olímpicos pueden servir de ejemplo para un mundo en el que todos respeten las mismas reglas y se respeten unos a otros. Pueden inspirarnos a resolver problemas construyendo puentes, lo que
lleva a una mejor comprensión entre las personas. Pueden abrir la puerta al diálogo y la construcción de la paz de una manera que no lo hacen la exclusión y la división”, sostuvo.

A pesar de las medidas adoptadas, el COI insistió en su condena a la invasión rusa de Ucrania, que dijo es “una flagrante violación de la tregua olímpica”, por lo que mantiene sus sanciones a los gobiernos de Rusia y Bielorrusia, entre las que se incluyen no organizar eventos deportivos internacionales en cualquiera de los dos países; no exhibir ninguna bandera, himno u otro símbolo nacional en ninguna competencia internacional; y no invitar a ningún político o mandatario de los dos países a ningún evento deportivo internacional.

Sobre los deportistas rusos o bielorrusos, el COI aseguró que los deportistas que apoyen “activamente la guerra” no podrán competir, como tampoco los que estén contratados por las fuerzas armadas rusas o bielorrusas o las agencias de seguridad nacional.

En este sentido, pidió a las federaciones que consideren la participación de estos “en función de sus méritos deportivos y no por motivos políticos o por sus pasaportes”, recordando que actualmente hay otros 70 conflictos armados y guerras en el mundo y que “nadie está solicitando la exclusión” de los deportistas de esos países por ello.

Por último, reiteró su apoyo a los deportistas ucranianos, para los que ha dotado un Fondo de Solidaridad de hasta 7,.5 millones de dólares.

Estados Unidos y Europa no quieren por ningún motivo que se llegue a negociaciones de paz para poner fin al conflicto en Ucrania, afirmó hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

“Washington, las capitales europeas, pero en primer lugar Washington, no permiten por ningún motivo que se llegue a conversaciones de paz”, dijo Peskov en declaraciones a un programa de la televisión estatal rusa.

Agregó que “a Kiev simplemente no le permiten pensar” en una solución negociada.

Peskov comentó así las declaraciones de John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, quien este lunes afirmó que “cualquier alto el fuego que no aborde la eliminación de las fuerzas rusas de Ucrania ratificaría efectivamente la conquista ilegal de Rusia”.

Y es que Estados Unidos ha declarado que espera que China aproveche la visita de su presidente, Xi Jinping, a Rusia para reiterar los llamamientos a un alto el fuego, pero subrayó que el elemento fundamental para una paz duradera debe ser la defensa y la integridad territorial de Ucrania.

“Ahora, cuando se han despojado de sus máscaras, (los países occidentales) muestran sus dientes de fiera”, dijo el portavoz del Kremlin.

Las declaraciones se dan en el marco de la reunión del presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, en el Kremlin, donde hablan del conflicto en Ucrania y de su relación “estratégica” frente a Occidente.

Junto a responsables de los dos países, los mandatarios empezaron este martes una reunión a puerta cerrada.

Xi y Putin ya habían celebrado un encuentro ayer, con el que quisieron mostrar su alianza como contrapeso a las potencias occidentales.

Este martes, segunda jornada de su visita oficial de tres días, Xi señaló que las relaciones “estratégicas” entre Pekín y Moscú, dos grandes potencias vecinas”, eran una “prioridad” para China.

Xi también dijo que había invitado a su homólogo ruso a China, “este año, cuando pueda”, a pesar de la orden de arresto emitida la semana pasada por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el jefe del Kremlin.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Stephanie Henaro, analista internacional, sobre la la visita de Xi a Moscú, y cómo podría ayudar a encontrar una solución para la guerra en Ucrania.

Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y China, Xi Jinping, se reunieron este lunes en el Kremlin, con la iniciativa de paz china para Ucrania sobre la mesa y las miradas de la comunidad internacional puestas en la visita de Estado.

Los dos mandatarios, sentados uno al lado del otro en el Kremlin, según las imágenes difundidas por la televisión pública rusa, celebrarán primero una reunión “cara a cara” y después continuarán su encuentro con una cena.

Putin dio la bienvenida a Xi, y le felicitó por su reelección como presidente de China. “Estoy seguro de que bajo su liderazgo, China dará más pasos en su desarrollo y logrará los objetivos que se ha fijado”, subrayó Putin.

Añadió que Rusia y China “tienen muchas tareas y objetivos conjuntos”, además de valorar la “gran atención” que Xi presta al desarrollo de las relaciones ruso-chinas.

Putin también consideró que Pekín adopta siempre una postura “justa y equilibrada ante los problemas internacionales más apremiantes”.

El mandatario ruso explicó a Xi que abordará con él el plan de paz chino para poner fin a la guerra en Ucrania.

“Hemos estudiado cuidadosamente sus propuestas para resolver la grave crisis en Ucrania”, dijo Putin. “Por supuesto, tendremos la oportunidad de discutir esto”, subrayó.

Recordemos que China ha mantenido una postura ambigua, ya que defiende por un lado la integridad territorial ucraniana y por otro aboga por tener en cuenta las preocupaciones de seguridad de Rusia.

La iniciativa de paz de China ha sido acogida en Rusia con matices, porque respetar la integridad territorial supondría devolver a Ucrania los territorios ocupados, mientras que en Kiev considera que el plan chino carece de lógica y está lleno de contradicciones, porque no se pueden tener en cuenta los intereses del país agresor.

Putin recalcó que, en general, la interacción de Rusia y China en el ámbito internacional, “por supuesto contribuye a fortalecer los principios fundamentales del orden mundial y la multipolaridad”.

El presidente ruso afirmó además que los dos países tienen muchos temas que discutir en el campo de la cooperación económica. “Mañana podremos hablar de esto con la participación de nuestros socios y colegas” en una reunión en formato ampliado con las respectivas delegaciones, explicó.

Xi a su vez se mostró “muy complacido” por la invitación a Rusia, especialmente inmediatamente después de su reelección.

El mandatario chino, que llamó “querido amigo” a Putin durante sus palabras iniciales, subrayó que China “valora mucho las relaciones con Rusia”, ya que tienen una lógica histórica” como los vecinos más grandes y socios estratégicos, dijo.

Xi destacó además que Rusia, bajo el liderazgo de Putin, ha conseguido “logros significativos”. “El próximo año ustedes celebrarán elecciones (presidenciales). Estoy seguro de que el pueblo ruso le apoyará”, dijo Xi a su anfitrión.

Putin y Xi, que han tenido en los últimos meses unas tensas relaciones con Estados Unidos, celebrarán una rueda de prensa al término de sus conversaciones mañana.

Antes del viaje de Xi, el ministro de Exteriores chino, Qin Gang, mantuvo en la madrugada del jueves una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Dmitró Kuleba, en la que aseguró que China intentará ayudar a “un cese de las hostilidades, el alivio de la crisis y el restablecimiento de la paz entre Ucrania y Rusia”.

Xi aún no se ha comunicado con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, tal y como habían adelantado medios estadounidenses, aunque Kiev ya está preparando dicha videoconferencia.

La Corte Penal Internacional anunció este viernes que ha emitido una orden de detención contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por crímenes de guerra, debido a su presunta implicación en el secuestro de niños en Ucrania.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Rusia no reconoce a la Corte Penal Internacional y considera que sus decisiones son “legalmente nulas”.

Añadió que la decisión de la Corte de emitir una orden de arresto contra Putin es “indignante e inaceptable”.

En un comunicado, el tribunal afirmó que Putin “es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población (niños) y del de traslado ilegal de población (niños) desde las zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación Rusa”.

La CPI también emitió este viernes una orden de detención contra Maria Alekseyevna Lvova-Belova, comisionada para los derechos de la infancia de la Oficina del Presidente de la Federación Rusa, por imputaciones similares.

El presidente de la corte, Piotr Hofmanski, dijo en un video que si bien los jueces de la CPI emitieron las órdenes, dependerá de la comunidad internacional hacerlas cumplir. La CPI no tiene una fuerza policial propia para hacer cumplir las órdenes.

“La CPI está haciendo su parte de trabajo como tribunal de justicia. Los jueces emitieron órdenes de arresto. La ejecución depende de la cooperación internacional”, declaró.

Un posible juicio a algún ruso en la CPI sigue siendo una posibilidad muy remota, ya que Moscú no reconoce la jurisdicción del tribunal, una posición reafirmada a principios de esta semana por el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, y no extradita a sus ciudadanos.

Ucrania tampoco es miembro de la corte, pero le ha otorgado a la CPI jurisdicción sobre su territorio y el fiscal de la CPI, Karim Khan, la ha visitado cuatro veces desde que abrió una investigación hace un año.

La CPI dijo que su sala de cuestiones preliminares halló que existían “fundamentos suficientes para creer que cada sospechoso tiene responsabilidad por el crimen de guerra de deportación ilegal de población y transferencia ilegal de población de las zonas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusia en perjuicio de niños ucranianos”.

Ayer, una investigación respaldada por la ONU mencionó los ataques rusos a civiles en Ucrania, así como tortura sistemática y matanzas en zonas ocupadas, entre otros presuntos actos que constituyen crímenes de guerra y posiblemente de lesa humanidad.

La amplia investigación también descubrió crímenes contra ucranianos cometidos en territorio ruso, como impedir que niños ucranianos deportados se reunieran con sus familias, un sistema de “filtración” que apuntaba a identificar a ucranianos para encarcelarlos, torturarlos y someterlos a condiciones de detención infrahumanas.

Sin embargo, la CPI puso el viernes el rostro de Putin en las denuncias de secuestro de niños.

La orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es “una importante decisión” que marca el inicio de la rendición de cuentas por la guerra en Ucrania, dijo por su parte el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.

“Es una importante decisión de justicia internacional y para el pueblo de Ucrania (…) Es sólo el comienzo del proceso (…) para que Rusia y su líder rindan cuentas por los crímenes y atrocidades que están cometiendo en Ucrania”, añadió Borrell.

El Kremlin aseguró este miércoles que sus relaciones con Estados Unidos se encuentran en un “estado lamentable”, esto luego de los señalamientos de Washington a Rusia por el dron que tuvo que derribar tras ser golpeado por uno de sus aviones en el Mar Negro.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que las relaciones bilaterales están “en su punto más bajo, en un estado muy lamentable”, pero que “al mismo tiempo, Rusia nunca se ha negado a un diálogo constructivo, y no se niega ahora”.

Al respecto, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, admitió que cualquier incidente con Estados Unidos, como el ocurrido el martes entre un dron estadounidense y dos cazas rusos en el mar Negro, conlleva “muy grandes riesgos”.

“Cualquier incidente que provoque un enfrentamiento entre dos grandes potencias, dos potencias nucleares, las mayores del mundo, siempre conlleva riesgos muy grandes. Ellos no pueden no entenderlo”, dijo Lavrov en declaraciones al canal de televisión Rossía-1.

Lavrov aseguró que, siguiendo la lógica de Washington de volar “donde les viene en gana”, entonces “el espacio aéreo en torno a Estados Unidos tiene el mismo estatus que el mar Negro”.

“Pero ellos ignoran totalmente el hecho de que desde el comienzo de la operación militar especial (en Ucrania) se declaró que ciertas zonas del mar Negro (…) tiene un estatus restringido para el empleo de cualquier aparato volador”, señaló.

Por ello, el jefe de la diplomacia rusa sospecha que Estados Unidos intenta constantemente instigar la confrontación, lo que consideró contradictorio con sus afirmaciones de que son una potencia responsable e interesada en la estabilidad estratégica.

El Ministerio de Defensa informó que su titular, Serguéi Shoigú, mantuvo esta tarde una conversación telefónica al respecto con el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. La conversación, la primera que mantienen ambos funcionarios desde octubre de 2022, tuvo lugar a iniciativa estadounidense.

Recordemos que Estados Unidos acusó a uno de los dos cazas rusos Su-27 que escoltó el martes su dron, de golpear la hélice del MQ-9, motivo por lo que éste se precipitó contra aguas internacionales del mar Negro.

En cambio, el Ministerio de Defensa de Rusia negó cualquier contacto entre sus cazas y el dron, que dijo, habría entrado en un brusco vuelo incontrolado y colisionó contra el mar tras perder repentinamente altura.

El incidente tuvo lugar cerca de la anexionada península ucraniana de Crimea, donde el Kremlin ve con malos ojos la presencia de la OTAN, sean buques de guerra o aparatos de inteligencia.

Rusia se mostró este lunes a favor de una prorrogar al acuerdo de exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro, pero sólo por 60 días y no 120 como se hizo previamente.

“La parte rusa (…) no se opone a una nueva prórroga de la ‘iniciativa del mar Negro’ después de la expiración de su segundo mandato el 18 de marzo, pero sólo por 60 días”, declaró el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Vershinin.

Ucrania dijo que este plazo ofrecido por Rusia “contradice” el acuerdo inicial, y dijo esperar ahora “la posición oficial” de Naciones Unidas y de Turquía, garantes de la iniciativa.

Y es que la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 se tradujo en un bloqueo de los puertos ucranianos del mar Negro por parte de los buques de guerra rusos, hasta que se firmó el acuerdo en julio del año pasado.

El pacto fue cerrado por un plazo de 120 días el 22 de julio entre Kiev y Moscú con mediación de Turquía, y contribuyó a aliviar la crisis alimentaria mundial provocada por la invasión rusa de Ucrania.

El acuerdo se renovó luego en noviembre por 120 días más, el cual está próximo a expirar el 18 de marzo, es decir este fin de semana.

Según la ONU, que supervisó también el acuerdo, este ha permitido exportar hasta la fecha más de 24 millones de toneladas de grano. China es el primer destinatario de las exportaciones realizadas en el marco del acuerdo, seguida de España y Turquía.

El Kremlin había mantenido la incertidumbre sobre su autorización a una prórroga, y afirmó que no se ha respetado el pacto paralelo relativo a las exportaciones rusas, en particular de fertilizantes y de productos agrícolas.

En ese sentido, Vershinin dijo este lunes que la “postura futura de Rusia dependerá de los avances tangibles en la normalización de nuestras exportaciones agrícolas”.

La cuestión de estos avances “incluye pagos bancarios, logística de transporte, seguros, ‘descongelar’ actividades financieras y el suministro de amoníaco a través del oleoducto Togliatti-Odesa”.

El Ministerio de Cultura de Rusia anunció hoy la creación de brigadas de agitación y propaganda en colaboración con el Ministerio de Defensa para levantar el ánimo de las tropas en medio de la campaña militar en Ucrania.

“En algunos lugares hay que visitar a los chicos durante la rehabilitación, en otros se trata de grandes conciertos, pronunciar discursos en plazas o viajar a las regiones”, explicó Olga Liubímova, ministra de Cultura.

Liubímova destacó que los artistas que formarán dichas brigadas provendrán de diferentes regiones, géneros artísticos y edades, aunque no mencionó nombres concretos.

Subrayó que los propios artistas rusos se dirigen al ministerio para “participar y contribuir a la causa con lo que mejor saben y les gusta hacer”.

Por orden de la Administración presidencial, brigadas propagandísticas ya visitaron las guarniciones y polígonos militares donde eran instruidos los reservistas en el marco de la movilización parcial ordenada por el presidente, Vladímir Putin.

Rusia ha reconocido oficialmente la muerte de menos de 6,000 soldados en el campo de batalla, aunque otras fuentes rusas y extranjeras hablan de decenas de miles de bajas entre muertos y heridos en acción.

A su vez, la ministra negó que hubiera ordenado la elaboración de una lista negra de escritores que se oponen a la guerra y cuyas obras tienen que ser requisadas de las bibliotecas, entre los que figurarían Boris Akunin, Liudmila Ulítskaya, Joanne Rowling o George Orwell, entre otros.

Recientemente, sustituyó a la directora de la mayor pinacoteca de Moscú, la Galería Tretiakov, Zelfira Tregúlova, por la hija de un general del Servicio Federal de Seguridad que sirvió con el presidente, Vladímir Putin, antiguo oficial del KGB soviético.

En agosto del pasado año diputados y senadores rusos crearon el Grupo de Investigación de Actividades Antirrusas en la Esfera de la Cultura (GRAD), a imagen y semejanza de la comisión creada por el macartismo para perseguir a los comunistas en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.

Diputados y senadores rusos han denunciado que muchas personalidades de la cultura promueven valores y tendencias occidentales, que van en contra de la moral tradicional que promueve el jefe del Kremlin, muy crítico con la defensa occidental de las minorías sexuales y los matrimonios no tradicionales.

Además, esos políticos han instado a las instituciones culturales a darle la espalda a la cultura occidental después de que Estados Unidos y la Unión Europea aprobaran sanciones contra Rusia por la campaña militar en Ucrania y supuestamente intentaran vetar la cultura rusa en Occidente.

La resolución de la Asamblea General que pide el “cese de hostilidades” en Ucrania y la retirada de las tropas rusas ha cosechado este jueves un total de 141 votos a favor y 7 en contra, mientras que 32 países se abstuvieron.

La resolución fue finalmente copatrocinada por 75 países, entre ellos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos y varios latinoamericanos (Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay).

El resultado ha sido muy parecido a las votaciones del pasado marzo y del pasado octubre, también para poner fin a la guerra en Ucrania, y los países que este jueves votaron en contra fueron -como entonces- los aliados más firmes de Rusia en el mundo: Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Mali, Nicaragua y Siria.

Entre los abstencionistas se encontraron China, India, Sudáfrica, Cuba y una mayoría de países africanos.

Durante los dos días de intervenciones, muchos países han lanzado repetidos llamamientos a la paz de forma genérica y la apertura de negociaciones, pero el Alto Representante de la política exterior europea, Josep Borrell, dijo que esos llamamientos eran fruto de la “ingenuidad”, pues insistió en que “Rusia no ha mandado ni la mínima señal de que quiere la paz”.

Los europeos, que promovieron la resolución junto con Ucrania desde el principio, habían advertido de que la abstención no serviría porque sería inmediatamente anotada por Rusia como una postura a su favor, según dijo el miércoles el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.

El punto central de la resolución es el quinto, que pide a Rusia “una retirada inmediata, completa e incondicional de todas sus fuerzas militares del territorio ucraniano dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente”, y llama luego a un “cese de hostilidades”.

Aunque también pide apoyar “los esfuerzos diplomáticos para lograr una paz global, justa y duradera en Ucrania”, también subraya la necesidad de que “se rindan cuentas por los crímenes más graves bajo la ley internacional (…) y que se persigan a nivel nacional e internacional”, una frase que ha sido criticada por varios países.

La resolución partió de Ucrania y fue inmediatamente apadrinada por la Unión Europea, y terminaron sumándose a ella 75 países. En un principio recogía el llamado “plan de paz de Zelenski” pero fue retirado en beneficio de unos términos más diplomáticos o menos “antirrusos”, según explicaron a EFE fuentes europeas.

El resultado de este jueves se acercó mucho al del pasado 12 de octubre, en la votación de la Asamblea tras los referéndums de anexión de cuatro provincias ucranianas: entonces votaron contra la anexión 143 países, 5 lo hicieron en contra (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria) y 38 se abstuvieron, la mayoría de ellos africanos o asiáticos.

Aquel resultado fue incluso más abultado que el conseguido el 24 de marzo, un mes después de la invasión: aquella resolución que exigía “un cese inmediato de hostilidades”, fue apoyada por 140 países, 5 votaron en contra (Rusia, Bielorrusia, Eritrea, Corea del Norte y Siria) y 38 abstenciones.

El recurso a la Asamblea General (aunque sus resoluciones son simbólicas) se ha convertido en habitual desde el comienzo de la guerra ante la inoperancia del Consejo de Seguridad, lastrado por el derecho a veto de Rusia, que ha impedido que se apruebe una sola resolución (que en su caso son de obligatorio cumplimiento).

El presidente Volodimir Zelenski aseguró que “¡Ucrania vencerá!”, previo al primer aniversario de la invasión rusa, y poco antes de que la Asamblea General de la ONU vote una resolución que “exige” una retirada de las tropas rusas.

“No nos hemos quebrado. Hemos superado muchas pruebas y triunfaremos. Pediremos cuentas a todos los que trajeron este mal y esta guerra a nuestra tierra. Todo el terror, todos los asesinatos, todas las torturas y todos los saqueos”, subrayó el mandatario en un mensaje publicado en las redes sociales.

El mensaje de Zelenski se produjo en el marco dela visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien afirmó desde Kiev la determinación de su gobierno de permanecer “al lado de Ucrania y de su gente hasta que la paz regrese a Europa”.

En tanto, el primer ministro de Estonia, Kaja Kallas, afirmó que la defensa de su país, que también fue una república soviética y forma parte actualmente de la OTAN, “empieza en Ucrania”.

La resistencia ucraniana ha contado con un fuerte respaldo militar y financiero de Occidente, quienes este jueves urgieron al FMI a poner en marcha un nuevo paquete de ayuda a Kiev antes de que finalice marzo.

El G7, que está conformado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón, consideró además que las sanciones impuestas a Moscú “han socavado significativamente las capacidades de Rusia en su guerra ilegal”.

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, también destacó el impacto de la sanciones para el gobierno de Vladimir Putin, y se declaró partidaria de una nueva tanda de medidas.

“Rusia tiene ahora un déficit presupuestario significativo” y a su Ejército le “está resultando extremadamente difícil (…) obtener los materiales para reponer su munición y, por ejemplo, reparar los 9,000 tanques destruidos durante la guerra”, declaró.

En ese sentido, Putin prometió aumentar la producción industrial militar y anunció la entrada en servicio este año de misiles balísticos intercontinentales, el Sarmat, un sistema superpotente pero que según fuentes estadounidenses habría experimentado fallos.

“Prestaremos atención prioritaria al fortalecimiento de nuestras capacidades de defensa”, añadió Putin en un vídeo difundido con motivo del Día de los Defensores de la Patria.

La Asamblea General de la ONU se pronunciará este jueves sobre una resolución respaldada por Ucrania y sus aliados que aboga por una paz “justa y duradera” y “exige” la retirada inmediata de las fuerzas rusas y pide un “cese de hostilidades”.

Kiev y sus aliados esperan que el texto, no vinculante, obtenga al menos tantos votos como una resolución de octubre en la que 143 países condenaron las anexiones rusas de varias regiones ucranianas.

Las tres resoluciones vinculadas a la invasión rusa votadas en la Asamblea General en el último año sumaron entre 140 y 143 votos a favor, menos de 40 abstenciones y los votos en contra de cinco países (Rusia, Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea).

En tanto, el gobierno estadounidense anunció que presentará este viernes un nuevo paquete de ayuda humanitaria a Ucrania.

Así lo anunció este jueves la viceadministradora de la Agencia para Desarrollo Internacional (Usaid), Isobel Coleman, que aunque no ofreció detalles del nuevo paquete, precisó que contendrá alguna ayuda relacionada con el sector energético.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Estados Unidos ha destinado 29,300 millones de dólares en ayuda militar a Kiev, lo que le convierte en el mayor donante de asistencia castrense desde el inicio de la contienda.

Biden visitó la capital ucraniana esta semana, en un viaje que se mantuvo en secreto hasta que estuvo en curso, y con el que quiso dejar claro que Estados Unidos permanecerá al lado de Ucrania “el tiempo que sea necesario”.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Stephanie Henaro, analista internacional, sobre la invasión rusa a Ucrania, la resistencia del pueblo ucraniano y las implicaciones de esta guerra a nivel mundial.

El presidente Vladímir Putin ofreció su mensaje anual sobre el estado de la nación ante ambas cámaras del Parlamento ruso, en el que informó que se suspendía el cumplimiento por parte de su país del último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EEUU, Nuevo START o START III.

“Nos quieren asestar una derrota estratégica y se meten en nuestras instalaciones nucleares. Por ello, me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el Tratado sobre Armamento Estratégico Ofensivo”, dijo Putin.

Durante una hora y 45 minutos de discurso no hizo ni una sola mención a un posible diálogo, defendió “el derecho de Rusia a ser fuerte” y acusó a Occidente de ser el único responsable de la tensión geopolítica en el mundo, incluido en Ucrania.

Putin, que insiste en que Moscú dispone de armamento hipersónico sin comparación en el mundo, matizó que “Rusia no abandona, sino que sólo suspende” el cumplimiento del tratado suscrito en 2010, prorrogado en 2021 por el líder ruso y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y que expira en 2026.

Entre otras cosas, el Nuevo START reduce en un 30% el número de cabezas nucleares, hasta 1,550 por país.

Putin adelantó que “si Estados Unidos realiza ensayos nucleares con nuevo tipo de armamento estratégico, Rusia efectuará también pruebas” de esa clase.

“Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo (…). Nadie debe albergar la peligrosa ilusión de que la paridad global estratégica puede ser destruida”, sostuvo.

El líder ruso tachó de “teatro del absurdo” la declaración en la que la OTAN demandó a Rusia que cumpla dicho tratado y abogó por la inclusión de la Alianza Atlántica en el Nuevo START ya que, recordó, Francia y el Reino Unido también cuentan con arsenales estratégicos.

Recordemos que Estado Unidos suspendió el diálogo sobre control de armas tras el inicio hace casi un año de la “operación militar especial” en Ucrania, y el último intento de reanudarlo en noviembre pasado fue pospuesto indefinidamente por Moscú.

Además, Rusia informó en agosto a Washington de su decisión de prohibir las inspecciones estadounidenses in situ de su arsenal nuclear, al alegar dificultades para hacer lo propio en Estado Unidos debido a las sanciones occidentales.

Al respecto, los diputados y senadores rusos rechazaron que la decisión de Putin represente “una amenaza a la seguridad” mundial, sino un aviso a Occidente. “Las potencias nucleares no pierden guerras”, dijo Leonid Slutski, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma.

En su mensaje, el presidente ruso acusó a Occidente de querer “acabar” con Rusia “de una vez por todas”, lo que amenazaría la “existencia del país”, condición para el empleo de armas nucleares, según la doctrina militar rusa.

También denunció que la OTAN quiere convertir un conflicto local en una “confrontación global”. Advirtió que la derrota de Rusia en el campo de batalla “es imposible”.

“Una cosa debe quedarles clara a todos: cuanto mayor sea el alcance del armamento suministrado a Ucrania, más nos veremos obligados a alejar la amenaza de nuestros fronteras”, afirmó.

El líder ruso denunció que “Occidente utiliza a Ucrania como un polígono, como un ariete contra Rusia” y sostuvo que, incluso antes del inicio hace casi un año de la campaña militar rusa, Kiev ya negociaba con sus patrocinadores el suministro de armamento.

Putin no aludió directamente a la campaña militar, en la que el Ejército ruso no toma una ciudad ucraniana importante desde julio de 2022, aunque dio a entender que “va para largo”.

“Y paso a paso, cuidadosa y consistentemente, cumpliremos las tareas que afrontamos”, recalcó, a tres días del primer aniversario de la campaña en Ucrania que él ordenó iniciar el 24 de febrero de 2022.

Insistió en que fue Occidente quien “desencadenó la guerra”, que Rusia hizo “todo lo posible, realmente todo lo posible para resolver este problema por medios pacíficos” y adujo que ha recurrido a la fuerza “para detenerla”.

Al respecto, adelantó que los rusos que combaten en Ucrania tendrán vacaciones de “al menos” dos semanas cada seis meses y propuso crear una fondo estatal para ayudar a los veteranos y a las familias de los caídos en Ucrania, cuyo número el Kremlin se niega a revelar.

Los ciudadanos de México y otros 18 países podrán recibir visados turísticos de hasta 6 meses en Rusia con tan solo reservar un hotel en dicho país.

Según un decreto firmado hoy por el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, además de México, se beneficiarán de esta medida Baréin, Brunéi, la India, Indonesia, Irán, Camboya, China, Corea del Norte, Kuwait, Laos, Malasia, Birmania, Omán, Arabia Saudí, Serbia, Tailandia, Turquía y Filipinas.

Recordemos que en agosto de 2021 Rusia aprobó una ley que simplifica la obtención de visados para los turistas extranjeros y que permite recibir una visa de hasta seis meses en base a una reservación de un hotel.

Posteriormente, en diciembre de 2022 fue aprobada una ley que otorga al gobierno el derecho a aprobar el listado de países cuyos turistas pueden aspirar a un visado simplificado de ese tipo.

Se precisa que los ciudadanos de los países no incluidos en esta lista no disponen de la posibilidad de acceder a esos visados.

Y es que el turismo extranjero se redujo en Rusia considerablemente en 2020 debido a la pandemia del coronavirus y nunca se recuperó debido al comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania.

Por ello, el gobierno busca implementar medidas que ayuden a atraer visitantes, esto cuando se va a cumplir un año de la guerra de Rusia contra Ucrania, que se cumple este próximo viernes.