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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió este viernes a sus aliados “acelerar” el apoyo a Ucrania, a casi un año de la invasión rusa, en un discurso por video ante la Conferencia de Seguridad de Múnich.

“Necesitamos acelerar. Velocidad para concluir nuestros acuerdos, velocidad de entregas para reforzar nuestra lucha, velocidad de decisiones para limitar el potencial ruso. No hay alternativa a la velocidad, porque de ella depende la vida”, afirmó el líder ucraniano.

Tras un año de guerra, no hay señales de que los combates vayan a terminar pronto y las posibilidades de una resolución diplomática del conflicto son casi nulas.

Desde el comienzo de la ofensiva, el número de muertos se ha elevado a decenas de miles y la OTAN teme una nueva ofensiva rusa.

En este contexto, Zelenski estimó además que “no hay alternativa a la victoria ucraniana” y denunció que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, “intenta ganar tiempo para su agresión”.

“Está claro que Ucrania no será su última etapa. Va a continuar su ofensiva hacia otros Estados del antiguo bloque soviético”, afirmó.

Por su parte el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, presente en esta conferencia anual de tres días sobre cuestiones de seguridad internacional, aseguró a Ucrania el apoyo de Alemania, tanto financiero como humanitario y militar. Dijo que Berlín y sus aliados apoyarán a los ucranianos “todo el tiempo que sea necesario”.

El canciller pidió a los países occidentales que puedan enviar tanques a Kiev “que lo hagan realmente ahora”.

Recordemos que después de que todas las partes le instaran a entregar tanques Leopard 2 de fabricación alemana, el sucesor de Angela Merkel dio luz verde a finales de enero. Pero las conversaciones posteriores con los socios de la OTAN aún no han permitido completar un batallón de unos 30 tanques Leopard 2A6, más modernos.

Estados Unidos y sus aliados están preparando “un nuevo gran paquete de sanciones”,programado para el 24 de febrero, declaró Victoria Nuland, secretaria de Estado adjunta.

Las drásticas sanciones ya en vigor contra Rusia desde su invasión de Ucrania afectan a los más altos niveles del Estado ruso, así como a su industria, a sus bancos y a su sector petrolero.

Los países europeos, sobre todo Alemania y Francia, siguen esperando convencer a China, aliada de Moscú, de que presione al presidente Vladimir Putin para poner fin a la guerra.

La presidenta de Moldavia detalló este lunes lo que calificó como un plan ruso para derrocar su gobierno con saboteadores extranjeros a fin de poner al país “a disposición de Rusia” y frustrar sus planes de incorporarse algún día a la Unión Europea.

El anuncio de la presidenta Maia Sandu ocurre una semana después de que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que su país había interceptado planes de los servicios secretos rusos de destruir Moldavia, lo que fue luego confirmado por funcionarios de la inteligencia moldava.

“El plan para la próxima fase involucra acciones de saboteadores con entrenamiento militar, camuflados con ropa de civil, que emprenderían acciones violentas, atacando edificios públicos e incluso tomando rehenes”, declaró Sandu en conferencia de prensa.

Desde que Rusia invadió Ucrania hace casi un año, Moldavia, una exrepública soviética de unos 2.6 millones de habitantes, ha tratado de acercarse a Occidente.

En junio pasado se le confirió estatus de país candidato para ingresar a la Unión Europea, el mismo día que a Ucrania.

Sandu sostuvo que el propósito del supuesto plan ruso era “derrocar el orden constitucional, cambiar el poder legítimo (de la capital de Moldavia) a uno ilegítimo … que colocaría al país a disposición de Rusia a fin de frenar el proceso de integración europea”.

Con tono desafiante, añadió: “Los intentos del Kremlin de sembrar la violencia en nuestro país no prosperarán”.

Sandu afirmó que entre octubre y diciembre la policía y el Servicio de Inteligencia intervinieron en “varios casos de elementos de crimen organizado y frustraron intentos de violencia”.

En el último año, Moldavia se ha visto aquejada por diversos problemas, entre ellos una severa crisis energética luego que Moscú redujo drásticamente los suministros de gas, una inflación galopante y la detección de misiles que han cruzado su espacio aéreo.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, designó hoy a Nikolái Sofinski como nuevo embajador ruso en México, que reemplazará a Víktor Koronelli, quien estuvo a cargo de la legación diplomática rusa desde el 2018.

El  decreto por el cual se formaliza el nombramiento fue publicado hoy en el portal de informaciones legales del gobierno ruso.

Además, en otro decreto presidencial publicado este mismo viernes, Sofinski fue designado como embajador concurrente de Rusia en Belice.

Sofinski, de 65 años, cuenta con una experiencia diplomática de más de tres décadas; fue embajador en Perú y Uruguay, además de ser consejero delegado en la Embajada de Moscú en España y cónsul general en Houston, en Estados Unidos.

Para Rusia, el trato con México y América Latina en general son de gran importancia, declaró el pasado 18 de enero el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, quien destacó que “las relaciones con América Latina están en auge”.

El anuncio llega en el marco de que el gobierno de nuestro país ha afrontado la invasión rusa a Ucrania con “pasividad”, sin imponer represalias económicas a Rusia como la mayoría de los países de Occidente, limitándose a llamar al diálogo y la mediación para frenar la guerra.

Vladímir Putin aseguró este jueves que Rusia tiene “con qué responder” al envío de tanques a Ucrania por parte de sus aliados de Occidente, y advirtió de que no solo será con (tanques) “blindados”.

“Nosotros no enviamos tanques a sus fronteras, pero tenemos con qué responder” dijo el jefe del Kremlin en Volgogrado, durante un acto conmemorativo del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania en la batalla de Stalingrado.

La respuesta “no se limitará al uso de (tanques) blindados”, dijo el jefe del Kremlin, que depositó previamente una ofrenda floral ante la llama eterna en la Sala de la Gloria Militar del complejo memorial “Mamayev Kurgán” y rindió tributo a la memoria de los soldados soviéticos muertos en Stalingrado con un minuto de silencio.

En ese sentido, Putin lanzó una advertencia a los que “arrastran a países europeos, incluida Alemania, a una nueva guerra con Rusia” y quienes “esperan ganar a Rusia en el campo de batalla”.

“Por lo visto, no entienden que la guerra moderna con Rusia será completamente diferente para ellos”, afirmó.

Putin hizo especial mención a los tanques alemanes Leopard que Berlín enviará a Ucrania y que también podrán suministrar a Kiev otros países europeos que los tienen en su poder.

“Increíble, pero cierto: nos vuelven a amenazar con los tanques alemanes Leopard”, dijo.

Según Putin, “la ideología del nazismo, ya en su forma moderna, una vez más está creando amenazas directas a la seguridad” de Rusia.

Las declaraciones del líder ruso podrían interpretarse como una alusión al poderío nuclear del país del que Moscú y que sus dirigentes han presumido en múltiples ocasiones, sobre todo, tras alargarse el conflicto en Ucrania.

A la vez, Putin aseguró en varias ocasiones, la última a finales del año pasado, que Rusia “bajo ninguna condición” sería la primera en emplear sus armas nucleares, ya que su doctrina militar prevé tales ataques solo en forma de respuesta.

El presidente aprovechó también su intervención para negar el aislamiento de Rusia y asegurar que el país sigue teniendo muchos amigos. Señaló que “pese a los esfuerzos de la propaganda” occidental, Moscú tiene amigos “en todo el mundo”, incluido en Norteamerica y Europa.

El máximo responsable de la Unión Europea, Josep Borrell, considera que el alto el fuego unilateral declarado por Rusia en Ucrania no es más que un intento del Kremlin para “ganar tiempo para reagrupar sus tropas y tratar de restaurar su reputación internacional gravemente dañada”.

El Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, de visita en Marruecos, habló también del impacto de la guerra en la economía mundial, en especial en el Mediterráneo.

“Debemos tener en cuenta que las repercusiones negativas de esta guerra van más allá de las fronteras de Europa y son globales”, manifestó.

En este aspecto, Borrell aprovechó para condenar la “propaganda” rusa; una campaña que “quería hacernos creer que las sanciones europeas fueron las responsables del aumento de los precios de la energía y los alimentos”.

“Fue el Ejército ruso el que destruyó los silos de grano, destruyó y sembró minas en los campos, destruyó las carreteras y bloqueó los puertos de Ucrania”, señaló Borrell.

Recordemos que Putin ordenó un alto el fuego de 36 horas a partir de este viernes a las 12:00 hora local de Moscú, en toda la línea de frente en Ucrania, en repuesta al llamado del patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, para establecer una tregua de Navidad, que los creyentes ortodoxos celebran mañana 7 de enero.

Quien también criticó el anuncio del gobierno ruso fue Francia, quien calificó la medida como una nueva prueba de “cinismo” por parte de Vladímir Putin.

El gobierno galo insistió en que Rusia demuestra una vez más desde la invasión de Ucrania en febrero que no quiere la paz.

Un portavoz del Ministerio francés de Exteriores subrayó este viernes en una conferencia de prensa que ese anuncio unilateral “no puede engañar a nadie” y que en realidad “constituye una burda tentativa de Rusia para ocultar su responsabilidad”.

Precisamente -señaló la cartera- porque Rusia sigue “multiplicando las exacciones y bombardeando sin descanso el conjunto del territorio ucraniano, atacando en particular, en pleno invierno, las instalaciones fundamentales y a la población civil”.

En tanto, la OTAN recordó fue Rusia quien comenzó la guerra en Ucrania y que el presidente ruso, Vladimir Putin, “puede detenerla hoy” sacando sus tropas del país.

El presidente Volodimir Zelenski acusó a Rusia de querer “usar la Navidad como una tapadera” para detener el avance del ejército ucranio en el Donbás y acercar equipos y municiones a sus posiciones.

El presidente ruso Vladimir Putin no llevará a cabo su conferencia de prensa anual este mes, un cambio para esa antigua tradición que especialistas atribuyen a los reveses que las fuerzas rusas han sufrido en su operación en Ucrania.

Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, confirmó que Putin no realizaría el evento por primera vez en 10 años.

El funcionario no dio razones de la cancelación, pero algunos especialistas lo atribuyeron a la renuencia del líder ruso de encarar preguntas incómodas sobre lo que él llama “operación militar especial” en Ucrania.

La conferencia anual ha sido usada por el Kremlin para limpiar la imagen de Putin. El encuentro con los medios, meticulosamente programado y televisado en vivo, ha durado hasta cuatro horas y media, en las que Putin habla sobre un amplio abanico de temas nacionales e internacionales.

Analistas han señalado que Putin optó por cancelar el evento porque no tiene nada que decir desde el punto de vista estratégico.

En Twitter, el Ministerio de Defensa británico señaló que “la conferencia de prensa se ha convertido en una cita fija en el calendario público de Putin y frecuentemente ha sido usada como oportunidad para demostrar la supuesta integridad de Putin”.

“Si bien las preguntas casi seguramente son seleccionadas a priori, la cancelación probablemente se debe al aumento de la actitud antiguerra en Rusia”, dijo el ministerio.

Además, señalaron que funcionarios del Kremlin son conscientes de la posibilidad de que cualquier evento al que Putin asista pueda ser opacado por una discusión desautorizada sobre la ‘operación militar especial’.

Recordemos que Putin ordenó la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, afirmando que buscaba “desmilitarizar” y “desnazificar” al país, y acusando la negativa de la OTAN de prometerle a Rusia que Ucrania no sería invitada a unirse a la alianza.

Gran parte de la comunidad mundial han criticado la acción rusa, calificándola de agresión injustificada. México ha optado por guardar silencio, al menos en el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien se ha negado a denunciar la actuación del gobierno ruso, y se ha opuesto a aplicar sanciones contra Moscú.

Ucrania prepara una “poderosa” contraofensiva en el campo de batalla, mientras presiona a Occidente para que le entregue más sistemas antimisiles, ante los bombardeos contra infraestructura civil por parte de Rusia.

“Estamos analizando las intenciones de los ocupantes y estamos preparando una contramedida, una contramedida aún más poderosa” que las reciente en las regiones de Járkov y Jersón, señaló el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sin revelar más detalles.

Ucrania mantiene un contraataque en la región de Lugansk, donde ha recuperado 13 localidades, y está inmersa en una operación para liberar la península de Kinburn, a donde se retiraron las tropas rusas tras replegarse de la región sureña de Mykolaiv y el tercio norte de Jersón.

Según los expertos militares, Rusia necesita de 7 a 14 días para preparar un octavo ataque masivo contra Ucrania, por lo que Kiev está en alerta máxima después del último registrado el 23 de noviembre.

Y es que los ataques han dañado la mitad del sistema energético de Ucrania y tras el último bombardeo la situación sigue siendo muy difícil en la capital y en las regiones de Kiev, Vinitsa, Leópolis, Odesa, Jmelnitski y Cherkasi, según Zelenski. Aún hay unos 6 millones de ucranianos sin electricidad, dijo.

Las afectaciones a la infraestructura eléctrica llega cuando el invierno comienza a resentirse en la región, lo que podría debilitar a los ucranianos debido a las bajas temperaturas.

Tanto Estados Unidos como Europa se han movilizado para ayudar a Ucrania a protegerse mejor de los misiles rusos.

Por su parte el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, sostuvo hoy que Rusia bombardea la infraestructura energética de Ucrania porque permite a los países occidentales “inundar de armas mortales a Ucrania para matar a rusos”.

Moscú continúa concentrando sus principales esfuerzos en su ofensiva en las zonas al sur de Bajmut, en la región oriental de Donetsk, donde tomó ayer Andriivka y Pershe Travnya, y hoy también Kurdiumivka, según aseguró el Ministerio de Defensa.

Denís Pushilin, líder en funciones de Donetsk, sostuvo que este movimiento permitirá a las fuerzas rusas bloquear las rutas de suministro de las tropas ucranianas.

Los bombardeos rusos han cobrado la vida de al menos 15 personas y obligaron a evacuar los hospitales de la ciudad ucraniana de Jersón, en una ofensiva que en los últimos días dejó sin luz, agua y calefacción a muchas grandes ciudades del país.

Según el presidente ucraniano, Volodimir Zeenski, había aún este viernes por la noche “más de seis millones” de hogares sin electricidad, pese a los esfuerzos de reconexión a la red en momentos en que las temperaturas tocan los cero grados centígrados debido a la llegada del invierno.

Los bombardeos del viernes siguieron destruyendo Jersón, la primera gran ciudad en caer en manos rusas tras la invasión el pasado 24 de febrero, pero recuperada por los ucranianos el 11 de noviembre, en el último gran revés de la ofensiva del presidente ruso, Vladimir Putin.

“Hoy murieron 15 habitantes de la ciudad de Jersón y 35 resultaron heridos, entre ellos un niño, debido a los bombardeos del enemigo”, dijo Galyna Lugova, una funcionaria de la administración militar local. Los “constantes” ataques rusos también obligaron a evacuar hospitales de la ciudad, añadió.

Otro bombardeo ya había causado 11 muertos y casi 50 heridos el jueves por la noche en esta localidad.

Zelenski denunció la estrategia de destruir las infraestructuras energéticas en momento en que las temperaturas han descendido por la llegada del invierno como un “crimen contra la humanidad” y sus aliados occidentales la definieron como “crímenes de guerra”.

Rusia asegura que solo apunta contra infraestructuras militares y acusa a la defensa antiaérea ucraniana de los apagones.

Putin proclamó el viernes que Rusia va a “alcanzar sus objetivos” en Ucrania y denunció a los “enemigos del área informativa” que buscan “depreciar, desacreditar” la operación militar rusa.

El mandatario hizo esas declaraciones al reunirse por primera vez con un grupo de madres de soldados rusos muertos en Ucrania, a quienes les dijo que compartía su “dolor”.

La excanciller alemana Angela Merkel aseguró que intentó convencer a sus socios europeos de la necesidad de encontrar un formato europeo propio para dialogar con el presidente ruso, Vladímir Putin, en relación con Ucrania pero que se dio cuenta de que ella ya no tenía influencia.

Merkel reveló en una entrevista que publica este jueves el semanario alemán “Der Spiegel” que tuvo esa iniciativa porque el Protocolo de Minsk, un acuerdo firmado en 2014 por Ucrania, la Federación Rusa, Donetsk y Lugansk bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que pretendía una solución política del conflicto, había quedado obsoleto.

“El Acuerdo de Minsk se quedó vacío. En el verano de 2021, después de que los presidentes (Joe) Biden y Putin se reunieran, yo quería establecer un formato de debate europeo independiente con Putin nuevamente y con Emmanuel Macron en el Consejo de la UE”, recuerda Merkel en la entrevista.

“Algunas personas pusieron objeciones y ya no tuve fuerzas para imponerme porque todos sabían que desaparecería en otoño”, dije Merkel a propósito de su entonces inminente salida de la cancillería, ya que no era candidata al cargo en las elecciones alemanas de septiembre de 2021.

La excanciller revela que en las conversaciones mantenidas con otros líderes de la Unión Europea preguntó “a otros en el Consejo (Europeo), ¿por qué no intervienes?, ¡pero di algo! Uno me dijo: me queda grande. Otro se limitó a encogerse de hombros: eso lo tienen que hacer los grandes”, relató.

Merkel asegura que si hubiera sido de nuevo candidata en septiembre en las elecciones alemanas “habría insistido más”.

“Pero ya no tenía fuerzas para seguir adelante, porque, al fin y al cabo, todo el mundo lo sabía: ella se va en otoño”, añadió.

También reveló que el ambiente que rodeó su última reunión con Putin en el Kremlin, adonde acudió como visita de despedida antes de abandonar la Cancillería, “la sensación estaba muy clara: en términos de poder, estás acabada”.

“Para Putin solo cuenta el poder”, dice Merkel, quien cuenta que a esa reunión con Putin, con quien solía reunirse a solas cuando ambos departían, el presidente ruso llegó acompañado del ministro de Exteriores Sergéi Lavrov.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reiteró este miércoles la postura de México a favor del diálogo para conseguir la paz en el conflicto entre Ucrania y Rusia, y confió en que la resolución pacífica está cerca.

“Yo pienso que hay que evitar más tensiones en la zona de conflicto y que es indispensable abrir el diálogo para conseguir la paz, que ya no se tarden porque no hay otra salida y desde luego que es la más racional y la más humana el conseguir la paz, el parar la guerra”, afirmó el mandatario.

López Obrador dijo estar convencido de que hay voluntad colectiva para alcanzar la paz en el conflicto armado, que se ha prolongado ya por cerca de 9 meses.

“Yo estoy convencido de que ya hay una especie de voluntad colectiva que no había, ya hay un acuerdo, no abierto pero sí interno en muchos países, incluso en gobiernos, de que debe de buscarse el diálogo para la paz”, añadió el mandatario.

Señaló que desde su perspectiva no considera que tarde mucho ese momento en llegar la solución.

“Lo que hay que hacer es que se logre pronto (el diálogo), no veo que escale el conflicto, que se agrave, siento que ya va a ir descendiendo la confrontación y se va hacia la paz”, enfatizó.

Asimismo, dijo que los pueblos en Europa están a favor de conseguir este diálogo y sostuvo que, a su parecer, ya no hay condiciones para la confrontación.

Destacó que México mantendrá su postura en favor de una solución pacífica y recordó que ayer se votó en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que Rusia pague las reparaciones a Ucrania por la guerra.

“Es una decisión de la embajada de México en Estados Unidos, yo no puedo estar pendiente de todo o que me pregunten todo o me consulten todo, hay libertades. Pero el titular del Ejecutivo en México, que es el que de acuerdo a la Constitución tiene a su cargo la política exterior, sostiene que en este conflicto nuestra postura es la de la paz y la neutralidad”, enfatizó.

Ayer, en el marco de la cumbre del G20, México pidió a los países presentes promover un diálogo “inmediato” para terminar con la guerra en Ucrania y encontrar “una mediación indispensable en el corto plazo”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, informó este miércoles que las investigaciones preliminares apuntan a que es “probable” que la muerte de dos personas en Polonia por el impacto de misiles en una localidad fronteriza cerca de Ucrania fuera provocado por las defensas antiaéreas ucranianas, descartando así que se haya tratado de un ataque directo por parte de Rusia.

“El análisis preliminar sugiere que es probable que el incidente fuera provocado por un misil de las defensas antiaéreas ucranianas para defender el territorio de un ataque ruso”, afirmó el líder europeo en conferencia de prensa.

Las declaraciones de Stoltenberg se dan luego de la reunión de emergencia de embajadores aliados convocada para examinar el incidente registrado en la localidad de Przewodow, en el este de Polonia, que encendieron todas las alarmas por las implicaciones de un posible ataque contra un miembro de la OTAN.

Stoltenberg descartó que se esté ante un ataque ruso contra un miembro de la Alianza Atlántica.

“No hay indicaciones de que haya sido el resultado de un ataque deliberado y no tenemos indicaciones de que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la OTAN”, declaró.

Sin embargo, insistió que Moscú es el responsable final de este episodio. Dijo que para la OTAN este incidente es “resultado directo” de la guerra de agresión contra Ucrania y se produjo en plena oleada de ataques rusos contra ciudades ucranianas.

“Esto no es culpa de Ucrania”, ha insistido el ex primer ministro noruego, para subrayar que las fuerzas ucranianas ejercen su derecho a defenderse de la ofensiva rusa.

Desde los cuarteles generales de la OTAN, se ha hecho hincapié en que el episodio registrado en Przewodow demuestra “los peligros que conlleva la guerra en Ucrania” y justifica el aumento de la presencia de la organización militar en el flanco oriental, aunque Stoltenberg ha insistido en que no cambia la evaluación fundamental de la amenaza contra los aliados de la OTAN.

“Seguiremos manteniendo consultas y vigilando la situación muy de cerca. La OTAN permanece unida y siempre haremos lo necesario para proteger y defender a todos los aliados”, insistió.

Al respecto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se manifestó en el mismo sentido al decir que Rusia es responsable en última instancia de la explosión ocurrida en Polonia, que se produjo, según afirmó, cuando las fuerzas de Moscú atacaron a civiles e infraestructura en Ucrania.

Informes iniciales culparon a misiles rusos por la explosión, que mató a dos personas y generó temores de una gran escalada del conflicto de Ucrania, pero Polonia dijo más tarde que probablemente fue causada por un misil tierra-aire perdido disparado por las fuerzas de Kiev.

“Seguiremos trabajando en estrecha colaboración con nuestro aliado Polonia y otros para recopilar más información, y continuaremos consultando de cerca con nuestros aliados de la OTAN y nuestros valiosos socios”, dijo Austin al inaugurar una reunión virtual del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, compuesto por decenas de países que respaldan a Kiev.

“Lo que sí sabemos es el contexto en el que esto se está desarrollando. Rusia se enfrenta a un revés tras otro en el campo de batalla, y está colocando a los civiles ucranianos y la infraestructura civil en la mira”, agregó.

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, quien representó al presidente Vladimir Putin, abandonó este martes la isla de Bali antes de que concluya mañana la cumbre del G20.

Según informan las agencias rusas, Lavrov partió este martes en avión rumbo a su país tras completar su programa de reuniones en territorio indonesio.

Además de participar en varias reuniones sobre seguridad energética y alimentaria, y sanidad, el jefe de la diplomacia rusa se reunió con el secretario general de la ONU, António Guterres, además de con los líderes francés, Emmanuel Macron, y alemán, Olaf Scholz.

Sin embargo, lejos de haber servido su asistencia para encontrar rutas que ayuden a poner fin a la guerra en Ucrania, Lavrov se va denunciando a Kiev de no cooperar en las negociaciones.

“Kiev se niega categóricamente a cualquier negociación y presenta condiciones que son a toda vista irreales e inadecuadas dada la situación”, dijo Lavrov a la prensa rusa al término de su participación en la cumbre.

Por otra parte, Lavrov criticó la duración del discurso del líder ucraniano, Volodímir Zelenski, en el G20, que se alargó durante “veinte minutos” y consideró “irreales” sus propuestas para un arreglo, que incluyen la retirada de las tropas rusas de Ucrania.

Pese a la oposición de Moscú, el borrador del comunicado final de la cumbre que se espera se conozca mañana menciona la “guerra de Ucrania” y destaca el “inmenso sufrimiento humano” y los problemas que acarrea a escala global, aunque también se hace eco de las diferentes posturas al respecto entre los 20 países.

Coincidiendo con el G20, el Ejército ruso lanzó esta tarde su mayor ataque aéreo contra Ucrania desde el inicio de la guerra en febrero, cuyo objetivo principal era dañar la infraestructura energética de este país antes de la llegada del invierno.

Además, se investiga si estos misiles habrían impactado territorio polaco.

Foto: Twitter @william_jengu

Rusia lanzó este martes alrededor de un centenar de misiles sobre Ucrania, la mayoría de ellos sobre infraestructuras energéticas y otros objetivos civiles, según el mando militar ucraniano, esto mientras los líderes del G20 se reunían en una cumbre dominada por la guerra.

La alarma antiaérea se activó en todo el país y la situación en las instalaciones energéticas es “crítica”, informó el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yurii Ignat, según refleja el portal Ukrinfrom.

La presidencia de Ucrania, a través de su jefe adjunto, Kyrylo Tymoshenko, calificó asimismo de “crítica” la situación en que han quedado las infraestructuras energéticas en buena parte del país tras los ataques masivos rusos.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que no hay electricidad en “muchas ciudades” después de los ataques rusos.

El suministro eléctrico ha quedado cortado en varias regiones y ciudades de Ucrania, entre ellas Leópolis y Járkov, añadió el informe de Ukrinform, que cita a sus respectivas autoridades regionales.

“Ataque a la capital. Según informaciones preliminares, dos edificios residenciales fueron alcanzados en el distrito de Pechersk. Varios misiles fueron derribados por la defensa aérea sobre Kiev”, escribió en un mensaje en Telegram el alcalde de la capital, Vitali Klitschko.

“Los misiles rusos están matando gente y arruinando la infraestructura de Ucrania ahora mismo. Esto es lo que Rusia tiene que decir sobre las conversaciones de paz”, dijo por su parte en Twitter el ministro ucraniano de Exteriores Dmytro Kuleba.

También los jefes de las administraciones regionales de Kryvyy Rih, Oleksandr Vilkul; Mykolaiv, Vitaly Kim; Chernihiv, Viacheslav Chaus; Cherkasy, Ihor Taburets; Poltava, Dmytro Lunin; y Járkov, Oleh Sinegubov, informaron del ataque con misiles por parte de Rusia y llamaron a la población a permanecer en los refugios.

Sin embargo, horas después se supo que el gobierno de Polonia, un país miembro de la OTAN, convocó este martes una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad Nacional, tras la publicación de informes sobre caídas de misiles rusos cerca de su frontera con Ucrania.

“Debido a la situación de crisis, el primer ministro Mateusz Morawiecki (…) convocó una reunión de la oficina de Seguridad Nacional”, dijo el portavoz del gobierno, Piotr Muller, a los periodistas.

Y es que medios de comunicación polacos informaron este martes sobre el impacto de dos posibles misiles perdidos en territorio polaco, que dejaron la muerte de dos personas en la localidad de Przewodow.

Agentes de la Policía, la Fiscalía y el Ejército polaco se desplazaron hasta el lugar de los hechos para hacer los análisis correspondientes.

Al respecto, el portavoz del Pentágono, el general Pat Ryder, señaló que Estados Unidos no tiene información suficiente para confirmar el impacto de los dos misiles en territorio polaco.

“No tenemos información ahora mismo que corrobore que haya habido un ataque con misiles. Lo estamos investigando”,indicó en conferencia de prensa el portavoz del Pentágono, quien ha recordado que Estados Unidos tiene “una gran variedad de medios para verificar la información”, por lo que informará de la situación si se confirma.

México pidió este martes a los países del G20 promover un diálogo inmediato para terminar con la guerra en Ucrania y encontrar una mediación indispensable en el corto plazo.

“México participará en todo esfuerzo que lleve a ese resultado y llamamos a nuestros colegas de la Federación Rusa y de Ucrania, en nombre de todo el mundo y de nuestro país, para que de inmediato puedan iniciar pláticas que conduzcan a la paz”, dijo el canciller Marcelo Ebrard.

Ebrard, quien representó al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la Cumbre de Líderes del G20 en Indonesia, denunció que “el conflicto Rusia-Ucrania está provocando muy importantes impactos en todo el mundo respecto a seguridad alimentaria, seguridad energética y al aumento de inflación”.

El canciller, quien estuvo sentado en la primera jornada de sesiones junto al ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, pidió concentrarse en “contribuir a que la guerra cese”.

El titular de la SRE también recordó en su intervención el compromiso que hizo México en la cumbre climática de la COP27 para incrementar las metas de reducción de emisiones del 22% hasta un 40% en 2030, al duplicar la capacidad doméstica de producción de energías limpias en solo ocho años.

Aprovechó para urgir a las potencias a “redoblar sus esfuerzos” para movilizar recursos financieros a los países en desarrollo, por al menos 100,000 millones de dólares anuales hasta 2025, para combatir la crisis climática y garantizar la seguridad energética.

“Sé que eso podría implicar reformas al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo, diversas fórmulas, el Fondo Monetario Internacional, pero, otra vez, los medios que debemos poner para el muy alto fin de garantizar la seguridad energética global pareciera estar a nuestro alcance y no veríamos ninguna razón para no hacerlo”, dijo Ebrard.

Las tropas ucranianas entraron este viernes en la ciudad de Jersón, donde volvió a ondear la bandera azul y amarilla poco después de que el Ejército ruso completara su retirada.

“Haga lo que haga Rusia, Ucrania ganará”, escribió en Twitter el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.

Kiev abandonó así el escepticismo inicial con el que recibió hace dos días la noticia sobre la retirada rusa y clamó victoria en Jersón, la mayor que ha tenido en casi nueve meses de la intervención militar rusa.

Simultáneamente, funcionarios, periodistas y blogueros ucranianos comenzaron a publicar imágenes de la ciudad de Jersón y otras localidades de la región donde ya ondea la enseña ucraniana.

En particular, estas imágenes fueron difundidas en las redes sociales del Parlamento ucraniano. También el departamento de Defensa de Kiev publicó imágenes con ciudadanos de Jersón recibiendo a los primeros soldados que portaban en manos la bandera nacional.

Mientras, la Inteligencia Militar ucraniana emitió un comunicado en ruso en el que anunció que “Jersón vuelve a control de Ucrania” y las rutas de retirada de la ciudad están al alcance del fuego de su artillería.

“Cualquier intento de oponer resistencia a las Fuerzas Armadas de Ucrania será repelido. Todo soldado ruso que resista será aniquilado”, advirtieron los militares, que pusieron en duda la completa retirada de las tropas rusas y llamaron a las fuerzas del enemigo que presuntamente permanecen en la zona a “entregarse inmediatamente”.

Por su parte el Ministerio de Defensa de Rusia dio en su parte diario detalles del repliegue de Jersón que, según la versión oficial, concluyó en menos de 48 horas.

“Hoy, a las cinco de la mañana hora de Moscú, en el frente de Jersón concluyó el traslado de las unidades rusas a la margen izquierda del río Dniéper”, anunció el portavoz castrense, Ígor Konashénkov.

El general ruso precisó que “ni una sola pieza” militar había quedado en el lugar del repliegue, para evitar críticas como las que afrontaron por dejar una gran cantidad de armamentos tras una retirada caótica de la región de Járkov, en septiembre pasado.

En total, según el Ministerio de Defensa ruso, más de 30,000 soldados rusos abandonaron el norte de Jersón para ser desplegados en las posiciones defensivas erigidas anteriormente en el margen izquierda del río más grande de Ucrania.

En paralelo, en las redes sociales se filtraron imágenes del destruido puente Antonovski sobre el Dniéper, la única vía terrestre para la salida a pie de la ciudad de Jersón.

Pese a la entrada de los ucranianos en Jersón, Moscú descartó renunciar a la urbe y la parte norte de la homónima provincia, que fue anexionada por Rusia en septiembre.

“Es un sujeto de la Federación de Rusia. Esto está acuñado y definido por la ley, aquí no puede haber ningún cambio”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Reiteró que “la operación militar especial” en Ucrania sigue en marcha y continuará hasta alcanzar sus objetivos.

También el expresidente ruso Dmitri Medvédev, autor de varias declaraciones polémicas sobre la campaña militar rusa, aseguró este viernes que “el concepto de la soberanía territorial no ha desaparecido” y que “todo volverá a casa, a la Federación Rusa”.

Rusia completó la movilización de 300,000 reservistas convocados hace un mes para reforzar la ofensiva militar en Ucrania, anunció el viernes el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en una intervención televisiva junto al presidente Vladimir Putin.

“La tarea de reclutamiento de 300,000 personas se ha cumplido” y 41,000 de esos efectivos ya se integraron en unidades militares en Ucrania, le informó Shoigu a Putin, quien elogió el “patriotismo” de los reclutas.

El funcionario dijo que se detuvo la notificación de ciudadanos, y adelantó que no se planean “tareas adicionales”.

Según los datos facilitados por Shoigu, unos 82,000 rusos han sido movilizados hasta el frente ucraniano. Rusia continuará reclutando tropas solo aceptando voluntarios y candidatos para el servicio militar bajo contrato.

Recordemos que el 21 de septiembre, el presidente Vladímir Putin anunció la movilización de reservistas, en una medida que buscaba contrarrestar lo que llamó el “chantaje nuclear” de la OTAN, que se proponía “destruir” a Rusia.

“Al día de hoy nuestras Fuerzas Armadas actúan a lo largo de una línea de combate que supera los mil kilómetros, combaten no sólo contra formaciones neonazis, sino prácticamente contra la máquina militar del Occidente colectivo”, dijo Putin durante un discurso televisado.

La Unión Europea dijo que era una reacción “desesperada” en reconocimiento al fracaso de la “operación militar especial” en Ucrania.

Para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la movilización fue “una tragedia, ante todo, para el pueblo ruso”, y también un resultado de la “incapacidad del Ejército profesional” de Rusia.

Según los analistas, con la movilización de reservistas, Putin admitió sin mencionarlo textualmente que su país estaba en guerra.

Los reservistas debían haber cumplido el servicio militar obligatorio, tener experiencia en combate o alguna especialidad militar que necesiten las Fuerzas Armadas. Andréi Kartapólov, el jefe del comité de Defensa de la Duma o Cámara de diputados, indicó que los primeros movilizados serían suboficiales de reserva de menos de 35 años y oficiales de menos de 45 años.

Los reservistas movilizados no tenían elección. El Parlamento ruso aprobó recientemente leyes que endurecen hasta con diez años de cárcel el castigo por deserción, rendición voluntaria o negarse a entrar en combate.