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Un gran jurado de Nueva York acusó ayer a Donald Trump de cargos penales por un pago de 130,000 dólares en efectivo a una actriz porno para comprar su silencio durante la campaña presidencial de 2016.

Esto podría poner al magnate en posibilidad de ser arrestado y vivir lo que ningún otro expresidente de Estados Unidos: que le tomen las huellas dactilares y le hagan la foto para la ficha policial.

Sin embargo, el expresidente niega haber quebrantado la ley y, a través de un mensaje en su red social, acusó al fiscal de distrito de Manhattan que presentó los cargos, el demócrata Alvin Bragg, de emprender una “cacería de brujas” política.

El objetivo, según él, es impedir que el Partido Republicano le nomine como candidato a la Casa Blanca en un momento en el que es el claro favorito, aunque justo este episodio ha dejado ver que habría perdido la capacidad de movilización.

Según sus abogados, el expresidente, que se encuentra en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, se entregará el martes a las autoridades de Nueva York para enfrentarse a los cargos, que se mantienen en secreto.

“El presidente no será esposado”, dijo Joe Tacopina, miembro de su equipo legal, que teme no obstante que sus adversarios se deleiten “haciéndole desfilar”.

Trump se declarará no culpable y hay “cero” posibilidades de que acepte un acuerdo de culpabilidad, adelantó Tacopina.”Eso no va a suceder. No hay delito”.

La inculpación dejó a Trump “conmocionado”, dijo su abogado, pero ahora está “dispuesto a luchar”.

El propio Trump predijo hace días su inculpación y convocó protestas advirtiendo que podrían desembocar en “muerte y destrucción potencial” en el país. Sin embargo, hasta ahora sus partidarios no se han movilizado. Por lo pronto, se ha reforzado la seguridad en el juzgado del centro de Manhattan donde se espera que Trump sea procesado.

“¡Solo presentaron este cargo falso, corrupto y vergonzoso contra mí porque apoyo al pueblo estadounidense y saben que no puedo tener un juicio justo en Nueva York!”, escribió Trump en Truth Social.

Trump ha superado dos juicios políticos mientras estuvo en la Casa Blanca, y parece esquivar otras causas en las que se ve involucrado, como el ataque al Congreso por parte de un turba de simpatizantes en enero de 2021, la desaparición de archivos de la Casa Blanca o las supuestas presiones a un funcionario del estado de Georgia durante las elecciones de 2020.

Su partido, sobre el que nunca ha dejado tener influencia, parece solidarizarse con él.

Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, estimó que la imputación ha “dañado irreparablemente” al país y su exvicepresidente y posible contrincante para 2024, Mike Pence, lo tachó de “ultraje” que “dividirá aún más” a Estados Unidos.

Es “antiestadounidense”, dijo por su parte el gobernador de Florida, Ron DeSantis, otro posible rival.

El presidente del país, el demócrata Joe Biden, que lo derrotó en las urnas en 2020, optó por la cautela: “No tengo ningún comentario sobre Trump”, dijo. Pero la expresidenta de Cámara de Representantes Nancy Pelosi recordó que “nadie está por encima de la ley”.

Recordemos que el exabogado de Trump, Michael Cohen, declaró en 2019 que hizo el pago a Daniels en nombre de Trump para ocultar una relación extramatrimonial de 2006 y que más tarde le devolvieron el dinero.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido acusado en Nueva York de cargos relacionados con pagos realizados durante la campaña presidencial de 2016 para silenciar las denuncias de un encuentro sexual extramarital.

Se trata del primer proceso penal contra un expresidente de Estados Unidos y llega cuando el republicano ha confirmado su deseo de volver a la Casa Blanca en 2024.

La información fue confirmada por el equipo legal del magnate, quien compartió que fueron avisados de la acusación del la decisión tomara por el gran jurado.

La acusación contra Trump es un avance extraordinario después de años de investigaciones sobre sus tratos comerciales, políticos y personales.

Es probable que impulse a los críticos que dicen que Trump mintió y engañó para llegar a la cima, y que al mismo envalentone a sus partidarios que sienten que el republicano está siendo atacado injustamente por un fiscal demócrata.

Apenas ayer se había informado que el gran jurado que debería decidir la imputación del expresidente iba a tomarse un mes de receso.

Sin embargo, el gran jurado no suele comunicar oficialmente su programación ni detalla los casos que aborda cada día.

Según el portal Politico, el jurado había solicitado el testimonio de David Pecker, expropietario de The National Enquirer, para que explicara lo que sabía sobre el pago de 130,000 dólares a Daniels, pues presuntamente él avisó a Trump de que Daniels pensaba publicar su testimonio sobre una relación sexual con el magnate y buscaba un medio de prensa que quisiera hacerlo.

El gran jurado que deberá decidir la imputación del expresidente Donald Trump por un pago a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio, va a tomarse un mes de receso, reportaron este miércoles varios medios estadounidenses.

Este receso del gran jurado, un órgano que estudia varios casos al mismo tiempo y decide si hay base o no para la celebración de un juicio, responde a un calendario acordado previamente, asegura el portal estadounidense Politico, por lo que no se ha decidido específicamente en relación con el caso de Trump.

De hecho, está previsto que mañana se reúna el gran jurado, pero para ver otro caso, y será a partir de entonces cuando se tome una pausa, que coincide con la Semana Santa y la siguiente de Pascua, que son utilizadas por muchos estadounidenses como periodos vacacionales.

El gran jurado no suele comunicar oficialmente su programación ni detalla los casos que está tratando cada día, pero se sabe por filtraciones a algunos medios que el lunes pasado sí trató el caso de Trump, para solicitar un segundo testimonio a David Pecker.

Pecker, expropietario de The National Enquirer, supuestamente fue convocado para que explicara lo que sabía sobre el pago de 130,000 dólares a Daniels, pues presuntamente él avisó a Trump de que Daniels pensaba publicar su testimonio sobre una relación sexual con el magnate y buscaba un medio de prensa que quisiera hacerlo.

En caso de que se confirme esta pausa, se relajará la atención prestada al gran jurado después de que hace diez días el propio Trump asegurara que sus 23 miembros iban a confirmar su imputación y acto seguido sería detenido, lo que finalmente no sucedió.

Si bien el aviso de Trump congregó a numerosos medios en el tribunal donde se reúne el gran jurado, en los últimos días su presencia ha disminuido, como también los grupos de personas que se manifestaban a favor y en contra del expresidente.

El expresidente Donald Trump optó por desacreditar a la justicia estadounidense, al acusarla de parcial en un mitin en Waco, Texas, justo cuando podría ser imputado en Nueva York en un caso por el supuesto pago de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels.

“¡No tienen nada (contra mí)!”, dijo un Trump enfurecido ante la multitud concentrada para verlo en el Aeropuerto Regional de Waco, donde se presentó como una víctima de la justicia y arremetió contra los abogados que llevan su caso en la Fiscalía de Distrito de Manhattan, a los que insultó y tachó de “escoria”.

Aseguró sin pruebas que la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Dragg, está prevaricando y actúa bajo la dirección del Departamento de “Injusticia” del país para intentar imputarlo de algo, según él, que no constituye un delito.

De hecho, fue aun más lejos y afirmó de manera infundada que el Departamento de Justicia ha mandado “operativos” a la oficina del fiscal para garantizar que “se hacen cargo de Trump” y que terminan lo que no “lograron hacer” en Washington.

El expresidente atribuyó esta y otras causas abiertas contra él a una conspiración de los demócratas para que no se presente a la elección de 2024.

Recordemos que la investigación de la Fiscalía de Nueva York, que ha durado casi cinco años, se centra en el supuesto pago por parte del equipo de Trump de 130,000 dólares a Daniels durante la campaña electoral de 2016 que lo llevó a la Presidencia, a cambio del silencio de la actriz porno sobre una relación sexual que tuvieron en 2006.

El caso está ahora en manos de un gran jurado, que debe decidir si imputa o no al exmandatario. Si Trump es acusado se convertirá en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar un cargo penal.

El exgobernante se lanzó también con Daniels durante el mitin de este fin de semana, a la que llamó “cara de caballo” y de la que aseguró que nunca le gustó y que para él la única mujer siempre ha sido “la gran primera dama”, en referencia a su esposa, Melania Trump.

Fiel a su estilo, el magnate neoyorquino criticó a otras instituciones, entre ellas el Tribunal Supremo por decidir en noviembre pasado que sus declaraciones de impuestos no se mantuvieran en secreto, como había solicitado él mismo.

Trump dijo que “cada pieza” de su vida financiera y de negocios ha sido “diseccionada” como la de nadie en el país: “Algo que se supone que no tendría que haber pasado”. También acusó al Supremo por “no haberse atrevido” a declarar inválidas las elecciones de 2020, en las que perdió frente al demócrata Joe Biden y que el entonces presidente republicano denunció sin pruebas que habían sido manipuladas por los progresistas.

Trump también lamentó que su exabogado Evan Corcoran tuviera que prestar declaración el viernes ante otro gran jurado federal por el caso de los documentos clasificados hallados en la mansión en Florida del exmandatario.

En este punto, volvió a acusar a la Justicia de parcial y señaló que los únicos letrados que tienen que comparecer ante grandes jurados investigadores son los de los republicanos.

Trump había promocionado este mitin en Waco como el primero de su campaña electoral para los comicios del próximo año, si bien es cierto que este no es el primero desde que se postuló en noviembre como candidato a la nominación republicana.

La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre rechazó en conferencia de prensa las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en las que acusaba a Estados Unidos de destruir el gasoducto Nord Stream y de intentar “arruinar” la candidatura de Donald Trump de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

Al ser consultada sobre estas dos aseveraciones, la funcionaria contestó: “claramente los dos primeros no son ciertos. Así que quiero dejar registro de ello”.

Las declaraciones de AMLO surgieron en un intento por minimizar lo expuesto por el Departamento de Estado en su informe anual sobre Derechos Humanos.

López Obrador ha señalado que el problema de consumo de fentanilo es un problema estadounidense, y no mexicano, lo que Jean-Pierre negó y por el contrario, dijo que se trata de un “problema global”.

“El tráfico de drogas ilícitas está causando daños en la sociedad, muertes innecesarias y sufrimiento, y no solo aquí, también en México”, sostuvo la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca.

Sobre otro de los señalamientos de AMLO, la portavoz del gobierno estadounidense indicó que es mentira que el gobierno de Estados Unidos haya autorizado un ataque de 2022 a los gasoductos Nord Stream.

Por su parte, el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, respondió al mandatario mexicano, que tachó a la dependencia “mentirosa” y lo acusó de creerse el “gobierno del mundo”, diciendo que su país no intenta ocultar sus problemas internos “bajo la alfombra”.

Finalmente, Jean-Pierre aseguró que Estados Unidos ve en México un “socio vital” y confió en seguir mejorando las relaciones entre ambos países, aunque fue clara en apuntar que “se corregirá” cuando lo expuesto no sea cierto.

Recordó que el presidente Joe Biden visitó nuestro país a inicios de año para reunirse con López Obrador y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

“Fue una cumbre muy buena, con buenas conversaciones bilaterales cuando tuvieron la oportunidad durante la cumbre, por lo que vamos a intentar y continuar haciendo crecer esa relación”, aseguró Jean-Pierre.

Donald Trump es el puntero para quedarse con la nominación republicana para la presidencia en el 2024, pero tiene contrincantes. Formalmente hay una precandidata hasta el momento, Nikki Haley, pero está el gobernador de Florida, Ron De Santis, como una alternativa que utiliza el mismo discurso de Trump pero con la ventaja de que es mucho más joven.

Ahora Trump vuelve a estar en el centro de la atención por la posibilidad de que el jurado del estado de Nueva York lo detenga por no reportar correctamente gastos de campaña, lo que es un delito en Estados Unidos.

El señalamiento es que Trump le pagó 130 mil dólares a la actriz porno, Stormy Daniels, para que mantuviera en silencio una presunta relación amorosa entre ambos. Su abogado al momento de hacer el pago durante la campaña electoral del 2016 era Michael Cohen. Él ha declarado ya ante el jurado que fue quien le pagó de su bolsillo a Daniels este dinero y que Trump después se lo regresó con cheques personales ya siendo presidente.

Las pruebas están ahí. Primero las declaraciones de Cohen y segundo los cheques de Trump. Por ello, cuando el fin de semana Trump decidió publicar en su red social, Truth Social, que el martes sería detenido y que por ello pedía a sus simpatizantes que salieran a las calles a defenderlo, comenzaron las dudas sobre las consecuencias políticas de detener a un expresidente.

Por un lado hay quienes creen que esto victimiza a Trump y lo fortalece rumbo al 2024. Por otro lado están los que creen que las justicia es la justicia y Trump debe de pagar por sus delitos como cualquier otro delincuente.

El New York Times ha publicado varios artículos sobre el tema en estos días y, la versión que me parece más plausible es que en el corto plazo la acusación y posible detención podría ayudar políticamente a Trump que sabe manejarse muy bien en medio del conflicto. Sin embargo, en unos meses, cuando la campaña por el 2024 esté a todo vapor, la suma de esta acusación a los malos resultados de sus candidatos en el 2022 y la pérdida de las elecciones del 2020 pueden poner a varios republicanos a reconsiderar si conviene seguir apoyando a Trump.

Actualmente el líder de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y otros republicanos están respaldando a Trump. Esto vuelve a mostrar el músculo que el expresidente todavía tiene sobre el partido. Llama la atención el silencio de Ron DeSantis que parece preferir no embarrarse con los escándalos de quien lo ayudó en su meteórica carrera política.

Ahora, es importante preguntar: de llegar Trump a una campaña nacional ¿qué tantos independientes y nuevos votantes podrá atraer un político que se encuentra en tanto embrollo legal? Ya sabemos que solamente con sus simpatizantes pierde La Casa Blanca.

Se viven momentos interesantes en la política estadounidense.

Apostilla: Ni tarde ni perezoso, el presidente López Obrador sí salió a defender a Trump. “Están declarando que van a detener al expresidente Trump supuestamente por un asunto amoroso…no nos estamos chupando el dedo. Esto es para que no aparezca en la boleta electoral. Y si digo esto es porque yo padecí de la fabricación de un delito porque no querían que yo fuese candidato y eso es completamente antidemocrático” fue parte de su declaración en la mañanera de ayer. Con esto López Obrador vuelve a apapachar a su amigo Trump, pero además le quitó atención mediática al documento del Departamento de Estado norteamericano que denuncia los abusos a los Derechos Humanos en México; la impunidad con la que opera el crimen organizado y los ataques desde el poder a la prensa.

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) consideró “antidemocrático” el posible arresto este martes del exmandatario estadounidense Donald Trump, por el pago de dinero para silenciar a la actriz de cine porno Stormy Daniels.

“Está declarando el presidente Trump, el expresidente Trump, que lo van a detener, creo que hoy, por un asunto presuntamente amoroso. Si fuese así, pues todo mundo sabría, porque no nos estamos chupando el dedo, que es para que no aparezca en la boleta electoral”, expresó López Obrador.

El presidente hizo estas declaraciones mientras Trump ha convocado a una protestas por el supuesto arresto que se pretende concretar este martes derivado de una investigación de Manhattan sobre un pago de 130,000 dólares a Stormy Daniels presuntamente a cambio de su silencio sobre una relación sexual durante la campaña para las elecciones de 2016.

Trump ha denunciado una “cacería de brujas” y acusó el domingo a su sucesor, Joe Biden, de estar implicado en la investigación en su contra por parte de la Fiscalía de Manhattan que ha durado cerca de cinco años.

López Obrador, quien antes ha presumido una “muy buena relación” con Trump, hizo eco de las voces en Estados Unidos que tachan el caso de una “persecución política”.

“Eso es completamente antidemocrático porque no se le permite al pueblo que sea el que decida, pero todo esto (lo digo) en plan de amigos”, comentó en su conferencia que hoy se llevó a cabo desde Oaxaca.

López Obrador ha causado polémica antes por su respaldo a alegatos de Trump, como en las elecciones estadounidenses de 2016, cuando retrasó su reconocimiento a la victoria de Biden por las denuncias de fraude del candidato republicano, algo que comparó con lo que él dice que padeció en las elecciones mexicanas de 2006.

En esta ocasión, López Obrador comparó la situación de Trump con el desafuero que él vivió como jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2004 y 2005, cuando el gobierno del entonces presidente Vicente Fox pidió quitarle su fuero por el presunto caso de una expropiación ilegal de un terreno.

“Si digo esto es porque yo padecí de la fabricación de un delito porque no querían que yo fuese candidato (a la presidencia)”, indicó el gobernante mexicano.

La plataforma de videos YouTube anunció este viernes que puso fin a la suspensión de la cuenta del expresidente estadounidense Donald Trump, tras más de dos años de prohibición a raíz del asalto de sus seguidores al Capitolio.

El magnate de 76 años, que ya ha anunciado que buscará la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024, no pudo publicar en ese período ningún contenido y sus 2.6 millones de seguidores no pudieron comentar videos antiguos.

YouTube suspendió a Trump días después de que una ola de partidarios suyos atacara el Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 para intentar detener la certificación de su derrota electoral frente a Joe Biden.

Fue suspendido por publicar contenido que, según la plataforma, incitaba a disturbios. Le informó entonces de que le permitiría reutilizarla cuando “el riesgo de violencia hubiera disminuido”.

Trump afirmó durante semanas que le habían robado las elecciones presidenciales y se le acusó de instigar los disturbios.

“A partir de hoy, el canal de Donald J. Trump ya no está restringido y puede subir contenido nuevo”, señaló YouTube este viernes a través de un comunicado.

“Evaluamos cuidadosamente el riesgo continuo de violencia en el mundo real, mientras equilibramos la posibilidad de que los votantes escuchen por igual a los principales candidatos nacionales en el período previo a las elecciones”, añadió la plataforma.

Otras plataformas ya han restaurado las cuentas de Trump tras haberlas congelado por los mismos motivos que YouTube. Meta anunció en enero que restablecería las cuentas del expresidente en Facebook e Instagram con “nuevas medidas de seguridad”.

Su cuenta de Twitter, que tiene 87 millones de seguidores, también fue bloqueada después de los disturbios. Trump abrió entonces la plataforma Truth Social, donde menos de cinco millones de personas lo siguen.

El observatorio de medios de comunicación Media Matters for America se opone a permitir que Trump se beneficie de las redes sociales, dado el papel que tuvieron en su victoria electoral en 2016.

Trump no ha publicado contenido en Facebook, Instagram ni Twitter desde su reincorporación.

El expresidente Donald Trump puede ser demandado por policías o por congresistas por el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2021, declaró este jueves el Departamento de Justicia.

La posición del departamento, de que Trump no es inmune a litigios en este caso, fue presentada en documentos ante un tribunal federal de apelaciones.

El departamento escribió que si bien un presidente tiene amplia autoridad para comunicarse con el público en temas de interés nacional, “ninguna parte de las responsabilidades oficiales de un presidente incluye la incitación a la violencia privada inminente. Por su naturaleza, dicha conducta claramente está fuera de los deberes oficiales y constitucionales de un presidente”.

El documento está firmado por abogados de la División de Asuntos Civiles del Departamento y no afecta la investigación penal que se lleva a cabo sobre si Trump puede ser procesado penalmente por sus intentos de revertir los resultados de las elecciones.

De hecho, los abogados reiteraron que no están tomando posición en cuanto a la vulnerabilidad penal de Trump o de nadie más.

Recordemos que un juez federal en Washington rechazó el año pasado los intentos de Trump de desestimar las demandas presentadas por legisladores y dos agentes de la Policía del Capitolio, afirmando que las declaraciones del exmandatario “probablemente” llevaron al asedio contra el palacio legislativo.

En su fallo, el juez Amit Mehta dijo que las palabras de Trump en el mitin previo a la toma del Capitolio fueron probablemente “palabras de incitación que no están protegidas por la Primera Enmienda”.

Las demandas fueron presentadas por el representante demócrata Eric Swalwell y por los oficiales James Blassingame y Sidney Hemby, aunque luego se sumaron otros representantes demócratas.

El litigio argumenta que Trump y otros realizaron “denuncias falsas e incendiarias de fraude y robo, y como respuesta directa a los llamados de violencia hechos por el acusado en el mitin, una turba violenta atacó el Capitolio estadounidense”.

Nikki Haley levantó la mano para entrar en campaña rumbo a las presidenciales de 2024 en Estados Unidos, lo que rápidamente fue tomado como un desafío al expresidente Donald Trump por la candidatura republicana.

“Soy candidata presidencial”, declaró la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU de 51 años, en un video dirigido a sus seguidores. Indicó que su aspiración tiene como fin dar paso a “una nueva generación” de líderes conservadores.

Hace varias semanas que se esperaba el anuncio, implica en que será probablemente la única mujer precandidata republicana a la Casa Blanca.

Haley cree poder revitalizar el partido, y un país que, según ella, ha perdido el rumbo en los últimos años y sufre tensiones raciales.

La excolaboradora del magnate dice estar convencida de que sus orígenes, como hija de inmigrantes indios, juega a su favor. “Ni negra, ni blanca. Yo era diferente”, dijo en el video grabado en Bamberg, Carolina del Sur, donde nació. “Pero mi madre siempre decía: ‘Tu trabajo no es enfocarte en las diferencias, sino en las similitudes'”.

“Es hora de una nueva generación de liderazgo”, afirma en el mensaje, en el que no duda en criticar el balance de los republicanos en las últimas elecciones legislativas de noviembre pasado.

La exembajadora apuesta por “redescubrir la responsabilidad fiscal, garantizar la seguridad de nuestra frontera y fortalecer nuestro país, nuestro orgullo y nuestro propósito” porque incluso en los días más sombríos “tenemos la increíble suerte de vivir en Estados Unidos”, dijo.

Envuelto en una serie de reveses judiciales, Trump, candidato desde el pasado 15 de noviembre y quien la nombró en la ONU en 2017, carece por el momento del impulso que esperaba.

Nikki Haley no es la única que podría competir contra Trump. Su exvicepresidente Mike Pence, su exjefe de la diplomacia Mike Pompeo o el gobernador de Virginia Glenn Youngkin, no han descartado buscar la candidatura, aunque ninguno lo ha confirmado.

Según las encuestas, Haley, quien se crió en una pequeña ciudad de Carolina del Sur antes de convertirse en gobernadora, no es la principal amenaza para Donald Trump. Tendría que enfrentarse primero a un rival de su estado: el senador de Carolina del Sur Tim Scott, que también analiza su candidatura.

El candidato republicano que salga de las primarias se enfrentará en noviembre de 2024 al nominado por el Partido Demócrata.

“El anuncio de Haley da inicio oficialmente a las primarias desordenadas de los trumpistas de 2024”, afirmó el líder del Partido Demócrata, Jaime Harrison. “Saquen las palomitas de maíz”, agregó, dando a entender que será parecido a una película de acción como las que triunfan en Hollywood.

Del lado de los demócratas, el presidente Joe Biden ha adelantado que “tiene la intención de postularse”, sin que por el momento lo haya confirmado.

El presidente Joe Biden ofreció la noche de ayer su discurso anual sobre el Estado de la Unión, el primero que se da con un gobierno dividido, pues la Cámara Baja está bajo control republicano.

Biden comenzó su mensaje hablando del tema económico; recordó que hace dos años, la economía de los Estados Unidos se encontraba en un punto delicado, luego de la pandemia de COVID-19 que afectó todos los sectores.

Sobre la pandemia, afirmó que el COVID ya no controla la vida de los estadounidenses, y reiteró que en breve se declarara fin a la emergencia de salud pública que se decretó;

Sin mencionar al expresidente Donald Trump, Biden hizo referencia a las amenazas contra la democracia, la cual señaló, hoy permanece intacta.

Destacó que los últimos años, demócratas y republicanos han trabajado juntos en diferentes temas, como en el respaldo y defensa de Europa, esto en referencia a la guerra en Ucrania. También mencionó la aprobación de la ley de infraestructura. Resumió que ha firmado más de 300 leyes bipartidistas desde que asumió la presidencia.

Al retomar el tema económico, Biden sostuvo que desde que llegó al poder, se ha asegurado de que la economía funcione para todos los estadounidenses, especialmente de las clases medias que quedaron olvidadas en los últimos años.

“Mi plan económico es invertir en lugares y personas que han sido olvidados”, que “se han quedado atrás o han sido tratadas como si fueran invisibles”, sostuvo.

Destacó que una tasa de desempleo récord, en los niveles más bajos e los últimos 50 años; el mayor crecimiento en generación de empleos en los últimos 40 años. También mencionó el tema de la inflación, que dijo, está bajando, tanto en energéticos como en alimentos.

Hizo mención especial a los esfuerzos que su gobierno ha hecho para asegurar que todas las comunidades tengan acceso a Internet.

En el tema de la salud, recordó que el gobierno está asumiendo una gran cantidad de intereses para reducir los costos de la atención médica, especialmente contra padecimientos como el cáncer o la diabetes.

Indicó que se ha apostado al medicare, para que negocie los precios de los medicamentos. Precisó que reducir los costos de los medicamentos no solo ahorra dinero a las personas, sino que reduce el déficit federal. Sobre los costos a los medicamentos, lanzó una advertencia a los republicanos.

Biden abordó otros temas  como la crisis climática; las energía limpia; la respuesta a incendios o inundaciones; el impuesto del 15% a las empresas multimillonarias; educación, y los problemas de salud mental.

Reconoció que la pandemia provocó el aumento de la violencia. Ante ello, propuso capacitar a las fuerzas del orden público, con el fin de garantizar la protección de todos los ciudadanos. Recordó la aprobación de la ley de seguridad de armas, que implementó requisitos que “mantengan las armas” fuera del alcance de las personas que representan un peligro para la sociedad.

En el tema de inmigración, Biden afirmó que su gobierno trabaja todos los días para asegurar la frontera, mediante el arresto de traficantes de personas e incautando drogas que llegan a las calles de su país, tales como el fentanilo.

En ese sentido, volvió a abogar por la reforma migratoria que propuso al Congreso.

Finalmente, habló sobre los riesgos internacionales que Estados Unidos enfrenta: la guerra en Ucrania y la amenaza que China representa a su país.

“No se equivoquen al respecto: como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger nuestro país. Y lo hicimos”, dijo refiriéndose al derribo de un globo chino que Washington aseguró que servía para espiar.

 

En respuesta a su mensaje, los republicanos acusaron al presidente Biden de desinteresarse de la “dura realidad” a la que se enfrenta la ciudadanía y lamentaron que su Administración esté “secuestrada” por la izquierda radical.

“La Administración de Biden parece más interesada en fantasías ‘woke’ (políticamente correctas) que en la dura realidad que los estadounidenses afrontan cada día”, dijo la gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, en su réplica al discurso sobre el Estado de la Unión.

Para la republicana, “la mayoría de estadounidenses solo quieren vivir sus vidas en paz y libertad, pero estamos bajo ataque en una guerra cultural de izquierdas que no empezamos y nunca quisimos librar”.

Sanders, exportavoz de La Casa Blanca durante el mandato de Donald Trump, subrayó que su partido cree en un país donde las familias “prosperan en comunidades seguras, el trabajo abunda y los salarios aumentan”.

“Su administración está completamente secuestrada por la izquierda radical. La línea divisoria en Estados Unidos ya no está entre derecha o izquierda, sino entre normalidad y locura. Es el momento de una nueva generación de liderazgo republicano”, sostuvo.

Sanders, de 40 años, fue elegida gobernadora en las elecciones de medio término de noviembre. Hija del exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, fue la primera mujer en llegar a la gobernación en su estado y la persona más joven de todo el país en ocupar ese cargo.

El congresista Juan Ciscomani, representante de Arizona, originario de México y elegido también en esos comicios, se encargó a su vez de dar la réplica a Biden en español.

“Hoy estamos en un punto crítico en la historia de nuestra nación. Ahora, más que nunca, necesitamos luchar agresivamente por los valores que han hecho posible el sueño americano para tantos. Pero, como podemos ver, el presidente Biden y su administración continúan impulsando políticas que lastiman a nuestras familias”, acusó.

El republicano, que emigró de niño con su familia a Estados Unidos, subrayó que el país necesita un gobierno que rinda cuentas a sus ciudadanos.

“No uno con líderes que siempre tengan excusas y se enfoquen más en criticar al otro lado y al otro partido que en buscar soluciones reales. Podemos hacerlo mejor. Debemos hacerlo mejor. Por eso es importante seguir luchando por nuestro país y mis colegas republicanos y yo nos comprometemos a proteger y fortalecer el sueño americano para todos”, añadió.

En su crítica a Biden le reprochó además una falta de liderazgo, alegando que “sigue sin ejercerlo al no presentar ningún remedio viable”.

Sin embargo la sorpresa la dio el expresidente Trump. “No estoy de acuerdo con él en la mayoría de sus políticas, pero expresó en palabras lo que sentía y terminó la noche mucho más fuerte de lo que comenzó. Denle crédito por eso”, escribió Trump en su plataforma Truth Social.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró este lunes que “estima mucho” al exmandatario estadounidense Donald Trump, pese a burlarse en su campaña de cómo presionó a México para aceptar medidas migratorias.

“Yo estimo mucho al presidente Trump porque fue respetuoso con nosotros, fue buena la relación, les puedo decir que fue buena para Estados Unidos, para el pueblo estadounidense, y fue muy buena para el pueblo de México”, manifestó López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

Sus declaraciones se producen después de que Trump, en el discurso inicial de su campaña presidencial, presumió el sábado haber orillado al gobierno de López Obrador a aceptar el polémico programa “Quédate en México”, creado en 2019 para que migrantes permanecieran en nuestro país en lo que se resolvía su solicitud asilo en Estados Unidos.

Trump recordó que, entonces, amenazó con aplicar aranceles a todas las importaciones mexicanas si no aceptaba el programa “Quédate en México” y desplegaba a Fuerzas Armadas para frenar a migrantes.

“Necesitamos 20,000 soldados y queremos que todo el mundo se quede en México y que nadie venga a Estados Unidos. Y le dije, mira, si no lo aprueban, vamos a imponer aranceles a todos los vehículos que están vendiendo en nuestro país, unos aranceles del 25%, y vamos a imponer aranceles del 25% a todos los productos que hacen en México”, dijo Trump a un representante del gobierno mexicano, según contó.

Pese a esta narrativa, López Obrador aseveró que “fue muy buena la relación con el presidente Trump y con su equipo”, por lo que atribuyó lo dicho a las campañas electorales.

“Claro, ya empezaron las campañas en Estados Unidos, y ya empiezan a decir que ellos iban a ponernos en cintura, que ellos sí saben cómo someternos, que ya nos habían doblado, y que ya saben cómo hacerlo”, mencionó entre risas el presidente.

Añadió que las llamadas que tuvo con Trump fueron “respetuosas” y que, en solo una de ellas, abordaron el tema del muro fronterizo.

Aún así reconoció que “el momento más crítico fue cuando la amenaza de los aranceles”.

“Afortunadamente se llegó a un acuerdo y (el canciller) Marcelo (Ebrard) hizo un buen trabajo. Fue una semana muy difícil porque él fijó una fecha para iniciar el cobro de impuestos o de aranceles a mercancías de México”, recordó AMLO.

La polémica creció desde que Mike Pompeo, exsecretario de Estado con Trump, escribió en su nuevo libro “Never Give An Inch” (“Nunca cedas ni una pulgada”) que Ebrard aceptó el “Quédate en México”, pero pidió mantener oculto el acuerdo.

Cuestionado sobre si es falso lo que afirma Pompeo, López Obrador evadió una respuesta directa.

“No me meto en eso. O sea, amor y paz. Yo ya escribí sobre este tema. Creo que tuve con el presidente Trump un solo encuentro en Washington muy productivo y hablamos como once o doce veces por teléfono”, esgrimió.

Un juez de Estados Unidos ordenó al expresidente Donald Trump pagar una multa cercana al millón de dólares al considerar que la demanda que presentó contra rivales políticos, entre ellos Hillary Clinton, era frívola y solo buscaba una “venganza política”.

El republicano afirmaba en la querella que la ex secretaria de Estado, su rival política en las elecciones de 2016, y otras personas involucradas en la investigación sobre la intervención de Rusia en dichos comicios conspiraron para dañar su reputación.

En el fallo, el juez federal Donald Middlebrooks, de una corte de West Palm Beach, Florida, arremete contra el expresidente y lo multa al igual que a su abogada Alina Habba con el pago de 938,000 dólares a un total de 18 acusados en el caso.

“Este caso nunca debería haber sido presentado”, señaló Middlebrooks en el fallo. “Su inadecuación como pretensión jurídica fue evidente desde el comienzo. Ningún abogado razonable lo habría presentado. Destinado a un propósito político, ninguno de los cargos de la demanda enmendada establecieron un reclamo legal cognoscible”, agregó el juez, que ya había desestimado la demanda en septiembre pasado.

“Trump es un litigante prolífico y sofisticado que utiliza repetidamente los tribunales para vengarse de sus adversarios políticos”, añade la decisión del juez.

Trump “es el autor intelectual del abuso estratégico del proceso judicial, y no puede ser visto como un litigante que sigue ciegamente los consejos de un abogado”, agrega el fallo.

El juez resolvió así a favor de una moción presentada en octubre pasado por los abogados de Clinton, que solicitaron a la corte imponer “sanciones contra el demandante (Trump) y su abogado por honorarios de abogados, costos y otras reparaciones que el tribunal considere justas”.

Trump demandó a Clinton supuestamente por conspirar junto con altos funcionarios de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

La Organización Trump fue condenada este viernes en Nueva York a pagar una multa de 1.6 millones de dólares por fraude fiscal y financiero, según el fallo del fiscal de Manhattan.

La empresa de Donald Trump fue multada como castigo por un fraude en el que los principales ejecutivos del expresidente evadieron impuestos sobre la renta personal en lujosas bonificaciones laborales, infligiendo un golpe simbólico y apenas grave para una empresa que presume de tener miles de millones de dólares en activos.

Una multa era la única sanción que un juez podía imponer a la Organización Trump luego de haber sido declarada culpable el mes pasado de 17 delitos fiscales, incluida asociación ilícita y falsificación de registros en los libros contables.

La cantidad impuesta por el juez Juan Manuel Merchan fue la máxima permitida por la ley, equivalente al doble de los impuestos que un pequeño grupo de ejecutivos evitó en prestaciones que incluyeron apartamentos de alquiler gratuito en los edificios de Trump, autos de lujo y matrículas en escuelas privadas.

El propio Trump no fue juzgado y negó tener conocimiento de que sus ejecutivos evadieran impuestos ilegalmente.

La Organización Trump fue acusada a través de dos de sus subsidiarias: Trump Corp., que recibió una multa de 810,000 dólares; y Trump Payroll Corp., que fue multada con 800,000 dólares.

Si bien la multa, menos de los que cuesta un apartamento en la Torre Trump, no es lo suficientemente grande como para afectar las operaciones de la compañía o su futuro, la declaratoria de culpabilidad mancha la reputación del republicano como un hombre de negocios inteligente mientras afina detalles de su campaña para regresar a La Casa Blanca.

Ni el expresidente ni sus hijos, que ayudaron a dirigir y promover la Organización Trump, estuvieron en la sala del tribunal para la audiencia de sentencia.

El fiscal Joshua Steinglass dijo que la multa constituye “una fracción de los ingresos” de la Organización Trump y que el fraude fue “de gran alcance y descarado”.

“Todas estas prácticas corruptas eran parte del paquete de compensación ejecutiva de la Organización Trump, y ciertamente era más barato que pagar salarios más altos a esos ejecutivos”, agregó.

El presidente estadounidense, Joe Biden, se encuentra más cerca que nunca de un escándalo de proporciones “trumpistas” después de la revelación esta semana de que fueron encontrados documentos clasificados, correspondientes a su periodo como vicepresidente de Estados Unidos, en varias oficinas privadas y en su propia casa.

El caso, aunque con importantes diferencias, recuerda al del expresidente Donald Trump, que está siendo investigado por el Departamento de Justicia por tener en su posesión documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Esto les ha dado a los republicanos un nuevo motivo de ataque: han tratado de equiparar ambas situaciones.

El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, aseguró la tarde de ayer que el Congreso estadounidense debería investigar el hallazgo de los documentos clasificados de Biden, a quien acusó además de utilizar al Departamento de Justicia para acosar al expresidente Trump.

La realidad es que ni Trump ni Biden deberían de haber tenido en su poder documentos clasificados de sus respectivas Administraciones, ya que la ley obliga a que todos los registros presidenciales sean entregados a los Archivos Nacionales.

Hay que tomar en cuenta que la posesión en sí misma de estos documentos no es delito, si que no se demuestra que fueron ocultados conscientes de ello.

Aquí es donde radica una de las diferencias clave entre los dos casos: fueron los propios abogados de Joe Biden quienes avisaron a las autoridades de que habían encontrado documentos clasificados entre las posesiones del presidente.

En el caso de Trump, hizo falta un polémico cateo del FBI en Mar-a-Lago para recuperar un centenar de documentos, algunos de ellos clasificados como de alto secreto.

Los Archivos Nacionales, encargados de salvaguardar todos los documentos presidenciales, llevaban más de un año tratando de recuperar registros que el expresidente se había llevado a su residencia personal.

Por eso, Trump se enfrenta también a una investigación por posible obstrucción a la Justicia, lo que hace su caso mucho más complejo que el de Biden.

Hasta ahora, las autoridades no han dado ninguna indicación de que este último fuera consciente de que tenía documentos clasificados en su poder, algo que el propio mandatario pareció confirmar el martes durante su estancia en nuestro país en el marco de la X Cumbre de Líderes de América del Norte.

“La gente sabe que yo tomo en serio lo del material secreto. Cuando los abogados estaban despejando mi oficina en la Universidad de Pensilvania me pusieron una oficina segura en el Capitolio. Cuatro años después de ser vicepresidente fui profesor en Penn y encontraron algunos documentos en una caja, en un gabinete o en un ropero, y cuando los encontraron se dieron cuenta que había varios documentos secretos en esa caja. Hicieron lo que debían de haber hecho, llamaron a los archivos e inmediatamente les entregaron los documentos a los archivos. Y a mí me informaron sobre este descubrimiento y me sorprendió enterarme de que hubiera registros del gobierno llevados a ese lugar, a esa oficina (…)  Entregué las cajas, ellos han entregado las cajas a los archivos y estamos cooperando plenamente, cooperando plenamente con la revisión”, dijo en la sesión de preguntas y respuestas en Palacio Nacional.

Lo que sí se le reprocha a Biden es la falta de transparencia. La primera parte de los documentos fue descubierta en noviembre pasado, justo antes de las elecciones de medio mandato, en una oficina que el presidente usó entre 2017 y 2020.

En ese sentido, se acusa que La Casa Blanca esperó hasta esta semana para hablar del tema, cuando la noticia ya había aparecido en los medios.

Desde el primer descubrimiento, los abogados de Biden han vuelto a encontrar documentos de su etapa como vicepresidente de Barack Obama en otra oficina usada por el mandatario y más recientemente en el garaje de su casa de Delaware.

Los recientes hallazgos han llevado al fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, a designar a un fiscal especial para investigar el caso.

Garland también designó a un fiscal especial para investigar el hallazgo de documentos en Mar-a-Lago, que actualmente trata de determinar si Trump se llevó los registros clasificados a sabiendas y si obstruyó a la Justicia al no entregarlos todos a los Archivos Nacionales cuando se los solicitaron.

El gobierno del presidente Joe Biden, anunció este jueves que aceptará a más de 30,000 migrantes al mes, provenientes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití, con lo que expandirá su programa por el que ya concede actualmente permisos humanitarios a venezolanos.

El presidente Biden, quien ofreció un discurso en materia de seguridad fronteriza, indicó que la idea es promover y alentar la migración ordenadas, por las vías legales, y sancionar a quienes busquen burlar la ley.

Como parte de las medidas anunciadas, Estados Unidos expulsará de inmediato a México, a través del Título 42, una normativa instaurada por Trump, a los migrantes de esos países que intenten cruzar a su territorio de manera irregular.

Una vez que que finalice el Título 42, se procederá a realizar las expulsiones ‘exprés’ a través del Título 8.

Biden anunció también que el domingo visitará la frontera sur de su país, específicamente en la zona de El Paso, Texas, por primera vez desde que es presidente. La visita se producirá antes de trasladarse a la Ciudad de México, donde participará en la Cumbre de Líderes de América del Norte.

Sobre el anuncio del presidente Biden, su antecesor, Donald Trump publicó un video en el que acusa al demócrata de estar “del lado de los carteles” de la droga debido a su política migratoria.

“Las políticas en la frontera de Biden son una traición mortal a nuestra nación. Cuando yo sea presidente, la política de Estados Unidos será la de acabar con los carteles, de la misma manera en que acabamos con el Estado Islámico”, dijo el exmandatario en su red social Truth Social.

El republicano, que en noviembre anunció que se presentaría como candidato a la Casa Blanca en 2024, defendió su política migratoria cuando estaba al frente del gobierno, asegurando que la frontera era mucho más segura que ahora.

Trump también dijo que, de ser elegido, pedirá al Congreso que permita aplicar la pena de muerte contra traficantes de drogas y de personas.

Y es que el gobierno de Estados Unidos se enfrenta a una llegada sin precedentes de migrantes en la frontera con México, por las crisis económicas, sanitarias y políticas que viven en sus países de origen.