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La Unión Europea (UE) criticó este jueves la decisión “unilateral” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de prohibir entrar en su país a los extranjeros procedentes de varios países de Europa, como medida pata contener la propagación del coronavirus, Covid-19.

“La UE desaprueba el hecho de que (…) la prohibición de viajar se haya adoptado unilateralmente y sin consulta”, indica la declaración de la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de su par del Consejo Europeo, Charles Michel.

Ayer, el presidente estadounidense anunció la prohibición de entrada por 30 días a partir de mañana para los extranjeros procedentes del espacio de libre circulación europeo Schengen, una medida que desató una nueva tormenta en los mercados.

El espacio Schengen incluye a la mayoría de países de la UE, salvo Irlanda, Bulgaria, Rumanía, Croacia y Chipre, así como a Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. El Reino Unido queda fuera del ámbito de aplicación de la medida.

Los responsables europeos indicaron que la UE está adoptando medidas enérgicas para limitar la propagación del virus, que es, a su juicio, una crisis mundial, no limitada a ningún continente y requiere cooperación en lugar de una “acción unilateral”.

“El nacionalismo no es la respuesta a la COVID-19, porque a los virus no les importan las fronteras ni las nacionalidades”, indicó el eurodiputado liberal y ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, expresando el molestia por el bloqueo.

Incluso, el Reino Unido, que ya no forma parte del bloque, expresó sus dudas sobre la decisión, ya que, en palabras del ministro de Finanzas Rishi Sunak, “no se ha demostrado” que este tipo de medidas “tengan algún efecto real”.

Alertaron que la decisión de Trump podría implicar una “perturbación económica”.

El departamento de Estado estadounidense exhortó además a los estadounidenses a que no viajen al extranjero.

Aunque la negociación posbrexit entre Londres y Bruselas no ha comenzado, el gobierno de Boris Johnson ya dejó clara este jueves su posición: rechazará alinearse con las reglas de la Unión Europea (UE) y podría abandonar las conversaciones en junio si no ve avances.

Tras la salida oficial del Reino Unido de la UE el pasado 31 de enero, ambas partes deben emprender el lunes próximo la segunda, y más compleja, fase de negociación: la de su futura relación comercial.

Se trata de alcanzar un acuerdo de libre comercio que Londres desearía fuese tan amplio como el que los 27 tienen, por ejemplo, con Canadá.

Sin embargo, Bruselas, que teme encontrarse con un poderoso competidor desleal a sus puertas, ya advirtió de que el corto periodo de tiempo previsto no permitirá alcanzar un acuerdo completo. En ese sentido, recordemos que Johnson se niega a ampliar el periodo de transición más allá de finales de año.

El ejecutivo británico publicó este jueves el documento con sus directrices negociadoras, dos días después de la aprobación por la UE de su propio mandato para unas complejas conversaciones que comenzarán en Bruselas antes de trasladarse a Londres a finales de mes.

En él, a cambio de un amplio acceso al mercado único europeos, los exsocios de Johnson exigen que el Reino Unido respete reglas a largo plazo en materia de subvenciones estatales, derechos laborales, medioambiente o fiscalidad.

Pero el gobierno británico ve las cosas de otro modo: “no negociará ningún acuerdo en el que el Reino Unido no tenga el control de sus propias leyes y de su vida política”, afirman sus directrices, en las que el ejecutivo de Johnson afirma “esperar” que “las líneas generales de un acuerdo” se establezcan en junio.

De lo contrario “el gobierno tendrá que decidir si la atención del Reino Unido debe desviarse de las negociaciones y centrarse en la continuación de los preparativos” para romper bruscamente los lazos con la UE el 31 de diciembre.

Este anunció bastó para hacer desplomarse la divisa británica, la libra esterlina, frente al euro.

Una ruptura de la negociación equivaldría al temido escenario de un Brexit sin acuerdo, que los círculos empresariales británicos denunciaron con vehemencia durante los meses de caos político previos al divorcio debido a sus caóticas consecuencias económicas.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, abogó este martes en Bruselas para que los británicos que así lo deseen puedan mantener su ciudadanía europea y los derechos inherentes a pesar del Brexit.

“Muchos londinenses han quedado descorazonados desde que salimos de la Unión Europea. Pero todavía tenemos el sentimiento de pertenecer a la familia europea, somos europeos”, señaló el alcalde laborista, quien mantuvo reuniones con varios funcionarios de la Unión Europea (UE), incluido su jefe negociador del Brexit, Michel Barnier.

Confió en que cuando el Reino Unido y la UE comiencen su próxima etapa de negociaciones, la cuestión de una ‘ciudadanía de asociación’ esté en el centro de las discusiones.

Según un comunicado difundido por la alcaldía de Londres, dicha ciudadanía ofrecería a los británicos que la reclamen la posibilidad de conservar muchos de los derechos de los que han disfrutado hasta ahora como ciudadanos de la UE, indicando que lo más importante, el de circular y trabajar libremente en los diferentes Estados miembros.

“Seamos francos: hay mucho por hacer aquí en Europa para convencer a los Estados miembros. La mayoría cree que la ciudadanía europea sólo es posible si es consecuencia de la ciudadanía nacional”, reaccionó el eurodiputado Guy Verhofstadt (del grupo Renovar Europa, demócrata-liberal), tras reunirse con Khan.

El ex primer ministro belga, no obstante, se declaró favorable a esta idea, bajo condición de “reciprocidad”, o sea, que el Reino Unido ofrezca a los ciudadanos de la UE que también lo deseen los mismos derechos que los ciudadanos británicos.

Esta condición parece imposible que sea aceptada por el Reino Unido, que abandonó la UE sobre todo a causa de la libre circulación de personas.

El pleno del Parlamento Europeo aprobó este miércoles por 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones el acuerdo de retirada del Reino Unido de la Unión Europea.

Finalizado también el proceso en Londres, el voto de hoy en la Eurocámara concluye la ratificación parlamentaria de este acuerdo y pone fin a casi tres años de negociación de la separación entre Londres y Bruselas, de forma que el Reino Unido saldrá de la Unión Europea de forma acordada en la medianoche del 31 de enero al 1 de febrero.

El voto se produjo pasadas las 18.30 hora local, en el pleno de la Eurocámara, de forma solemne, y fue sucedido por buena parte del hemiciclo cantando a coro el poema escocés “Auld Lang Syne”, usado tradicionalmente en Nochevieja para despedir el año, pero también en funerales.

Finalmente, tras una renegociación del acuerdo entre Londres y Bruselas y unas elecciones el pasado 12 de diciembre, el Parlamento británico concluyó la ratificación del acuerdo durante el mes de enero.

La luz verde de la Eurocámara era el penúltimo paso en Bruselas para que el Reino Unido pudiera abandonar la Unión Europea con un acuerdo, y tras este voto favorable solo queda la adopción del texto por parte del Consejo, que sucederá entre el jueves y el viernes y donde no debería haber ningún obstáculo para su aprobación por mayoría simple.

Tras el voto, el presidente del Parlamento Europeo acogerá una ceremonia de despedida en el propio Parlamento con los diputados británicos que participan hoy y mañana en su último pleno de la Eurocámara.

Los líderes de las instituciones europeas firmaron este viernes el acuerdo del Brexit antes de su ratificación por la Eurocámara, a una semana de que el Reino Unido y la Unión Europea (UE) pongan fin a casi medio siglo de tumultuosa relación.

El presidente del Consejo Europeo “Charles Michel y yo acabamos de firmar el Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE, abriendo el camino a su ratificación por la Eurocámara”, tuiteó la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

En las imágenes oficiales de la ceremonia, a la que no se permitió el acceso a la prensa, los rostros serios de ambos, acompañados por el negociador europeo Michel Barnier, protagonizan la firma del Tratado de Retirada.

En la ruta para concretar el Brexit, el primer ministro Boris Johnson firmó horas más tarde el acuerdo de retirada. “Hoy he firmado el Acuerdo de Retirada para que el Reino Unido abandone la UE el 31 de enero, honrando así el mandato democrático del pueblo británico”, anunció Johnson en Twitter.

El Reino Unido se encamina a abandonar el bloque el 31 de enero como decidieron los británicos en un referéndum en 2016 y tras más de tres años de negociaciones y dos elecciones legislativas británicas para tratar de sacar adelante el acuerdo.

La reina Isabel II dio el jueves el consentimiento real el proyecto de ley que regula los términos del Brexit, tras su aprobación por el Parlamento británico, por lo que la pelota está ahora del lado europeo. La ratificación por el pleno de la Eurocámara está prevista para el próximo miércoles.

La votación aparece como un mero trámite después que la comisión parlamentaria competente lo aprobara el jueves por 23 votos contra 3, “un momento histórico, aunque no sea agradable ni bueno”, dijo su presidente Antonio Tajani en un debate entre tristeza y felicidad británica.

El Reino Unido pondrá fin a 47 años de membresía el 31 de enero, protagonizando el primer divorcio de un país en más de seis décadas de proyecto europeo, aunque seguirá cumpliendo con las reglas hasta finales de año sin participar en las decisiones.

Durante este período de transición, que busca evitar una ruptura abrupta y que puede prorrogarse, Londres y Bruselas deberán alcanzar un acuerdo sobre la futura relación a ambos lados del Canal de la Mancha, sobre todo en el aspecto comercial.

La reina Isabel II promulgó este jueves la ley del Acuerdo de Retirada que garantiza una salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea el  próximo 31 de enero, en línea con el compromiso adquirido por el  gobierno de Boris Johnson tras las elecciones de diciembre.

La firma ha sido anunciada por la mayoría ‘tory’ en el Parlamento y  por el vicepresidente de la Cámara de los Comunes, Nigel Evans, que  ha leído ante los diputados el denominado ‘consentimiento real’.

El texto concluye así una tramitación que el miércoles había recibido el  último visto bueno parlamentario.

La ratificación, no obstante, no estará completa hasta que no se haya pronunciado también la parte europea. La Comisión de Asuntos  Constitucionales de la Eurocámara ha dado el visto bueno este jueves, lo que permitirá a los eurodiputados adoptar el acuerdo de divorcio el próximo jueves en sesión plenaria.

Después, los gobiernos de los veintisiete deberán dar su visto bueno, aunque se hará por procedimiento escrito para agilizarlo.

La firma simbólica del texto por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el responsable del Consejo, Charles Michel, tendrá lugar este viernes.

Poniendo fin a años de caos y división, los diputados británicos aprobaron este jueves, en una sesión histórica, el acuerdo para sacar al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de enero.

La Cámara de los Comunes, ampliamente dominada por los conservadores del primer ministro Boris Johnson, dio por 330 votos contra 231 su aprobación definitiva al proyecto de ley que traduce a la legislación británica el acuerdo de divorcio con Bruselas.

Recordemos que días después de las elecciones generales en las que ganó Johnson, los diputados ya habían dado su visto bueno preliminar a un texto que permitirá al Reino Unido romper sus lazos con el bloque comunitario el próximo viernes 31.

El texto se someterá ahora al escrutinio de los Lores, donde el Gobierno no cuenta con una mayoría asegurada y su tramitación podría sufrir retrasos. Si los Lores modifican el texto, la legislación deberá volver a ser votada en los Comunes. En otro caso, estará lista para recibir el asentimiento final de la reina Isabel II.

Un portavoz de Downing Street pidió a los parlamentarios que no entorpezcan la aprobación. “Este país envió un mensaje muy claro (en las elecciones) de que quiere que el ‘brexit’ quede resuelto”, indicó ese portavoz, que urgió a la Cámara Alta a dar su visto bueno con tanta celeridad como sea posible.

Durante once meses, el Reino Unido se mantendrá integrado en las estructuras comunitarias y cumplirá las normativas de la Unión Europea.  Pasado ese periodo de transición, deberá entrar en vigor un nuevo tratado bilateral entre Londres y Bruselas a fin de evitar un escenario similar al de un “brexit” sin acuerdo.

Tras poner en diciembre el acuerdo de Brexit de Boris Johnson en la vía de una aprobación asegurada, los diputados británicos retoman este martes con paso firme los trámites para su histórica salida de la Unión Europea a final de mes.

El primer ministro espera que su proyecto de ley, que traduce a la legislación británica el Tratado de Retirada negociado con Bruselas, sea definitivamente aprobado por los diputados el próximo jueves.

Decidida por 52% de votos en un referéndum en 2016, la salida británica del bloque europeo debía inicialmente tener lugar en marzo de 2019 pero el bloqueo por un Parlamento fragmentado obligó a tres aplazamientos, ahora hasta el 31 de enero a las 23 hora local.

Ahora, gracias a una sólida mayoría conservadora, el Reino Unido pondrá fin en poco más de tres semanas a 47 años de complicada relación con la UE.

Por su parte la Unión Europea perderá por primera vez en su historia, a un país miembro y ganará un poderoso competidor comercial y financiero.

Para marcar el momento, un grupo de legisladores euroescépticos presentó una petición para que el Big Ben, el reloj más famoso del mundo con siglo y medio de antigüedad, desconectado desde hace tiempo debido a una gran restauración, toque excepcionalmente su campana a final de mes.

Un intento anterior había sido bloqueado por el entonces presidente de la Cámara de los Comunes, el controvertido John Bercow, conocido por su teatral grito de “¡Orden, orden!”. Pero este fue reemplazado en noviembre por Lindsay Hoyle.

De regreso de sus vacaciones de fin de año, los diputados retoman el debate este martes por la tarde. El calendario acelerado definido por el gobierno prevé que el proyecto de ley sea adoptado por la cámara baja en tres días antes de pasar a la cámara alta, la de los Lores, que tampoco debería poner contratiempos.

El acuerdo de Brexit incluye un período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020 en el que, en la práctica, las relaciones entre ambas partes permanecerán inalteradas para evitar roturas brutales hasta que se pueda acordar una nueva asociación económica.

Londres y Bruselas emprenderán inmediatamente una segunda fase de negociación, la de su futura relación, que Johnson prometió terminar antes de finales de este año, aunque los responsables europeos aseguren que el tiempo es insuficiente.

La nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el negociador jefe europeo, el francés Michel Barnier, viajarán el miércoles a Londres para su primer encuentro desde que la alemana tomó las riendas de la institución europea en diciembre pasado.

El Parlamento británico, con mayoría conservadora, aprobó este viernes el proyecto de ley del acuerdo de retirada de la Unión Europea (UE), a fin de que el Reino Unido pueda salir del bloque en la fecha prevista del 31 de enero.

Los diputados de la Cámara de los Comunes autorizaron por 358 frente a 234 votos que el texto auspiciado por el primer ministro, Boris Johnson, pase a su siguiente trámite parlamentario, la fase de comités, donde podrá ser enmendado antes de su aprobación definitiva, ya en 2020.

Horas antes de ser votado, Boris Johnson dijo que cumpliría su promesa de “cerrar la votación del Brexit para Navidad” después de su contundente victoria electoral.

A más de tres años desde que Reino Unido votó a favor de salir de la UE en un referendum de 2016, la profunda incertidumbre sobre el Brexit había sido reemplazada por un plazo claro establecido para el 31 de enero.

“Este es el momento en que avanzamos y descartamos las viejas etiquetas de ‘salir’ y ‘permanecer’ (…) ahora es momento de actuar juntos como una nación revitalizada, un Reino Unido”, dijo Johnson al Parlamento antes de la votación.

Las últimas etapas de la ratificación se realizarán después de Navidad y la Cámara baja del Parlamento tiene hasta el 9 de enero para aprobar la ley, lo que le da poco más de tres semanas para que pase por la Cámara alta y que reciba el consentimiento real.

Después de dejar la UE, Reino Unido necesitará lograr nuevos acuerdos de comercio con el bloque, o una futura amistad, según el primer ministro.

Johnson busca hacer algunos cambios a la Ley del Acuerdo de Retiro para asegurarse de que no exista opción legal de extender esas negociaciones más allá de fines del próximo año.

El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró hoy que el Reino Unido saldrá de la Unión Europea (UE) el próximo 31 de enero, tras señalar que el acuerdo que se negociará con el bloque comunitario será “como ningún otro”.

“Estaremos fuera de la UE y esto es lo más importante”, afirmó el líder conservador en una entrevista con la cadena británica BBC, como parte de la campaña para las elecciones generales del 12 de diciembre.

Johnson defendió el acuerdo de retirada que negoció con la UE y dijo que espera que el nuevo Parlamento lo apruebe porque permitirá a los británicos recuperar “su dinero, sus fronteras, sus leyes, podrán hacer acuerdos de libre comercio y, lo más importante, el Reino Unido en su conjunto saldrá” de la UE.

El “Brexit” permitirá al Reino Unido hacer cosas “de otra manera, alcanzar acuerdos de libre comercio, estaremos fuera y esa será una gran oportunidad para nuestro país”, añadió.

Asimismo, resaltó que el acuerdo que se negociará con la UE será “como ningún otro” que el bloque haya hecho porque lo hará con un país que “ya está en perfecta armonía con sus arreglos (de regulación)”.

Johnson sostuvo que no hay ninguna razón por la que, entre enero y finales del año próximo (el periodo de transición tras el brexit) no completen el  libre acuerdo comercial y tengan una “maravillosa” nueva relación con la UE basada en tarifas cero, cero cuotas.

Según el primer ministro, lo importante es que las empresas podrán tener “certeza” de que hasta finales de 2020 regirán “los mismos arreglos” y “tarifas cero” con “nuestros amigos europeos”.

De acuerdo con las recientes encuestas, el Partido Conservador de Boris Johnson ha logrado afianzar su ventaja sobre el Partido Laborista de Jeremy Corbyn , y mantiene una ventaja de 14 puntos (42% a 28%), cuando faltan cuatro semanas para elecciones del 12 diciembre.

Johnson cuenta con suficiente ventaja no sólo para revalidar su estancia en Downing Street, sino para lograr su ansiada mayoría parlamentaria y poder culminar el Brexit el 31 de enero.

El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo este miércoles que no tuvo “otra elección” más que convocar elecciones anticipadas en el Reino Unido debido a que el Parlamento “rechazó una y otra vez cumplir con el Brexit.

Tras una reunión con la reina Isabel II para comunicarle la disolución de las cámaras parlamentarias, el líder conservador marcó el inicio oficial de la campaña con un discurso a las puertas de su despacho en Londres, en el que pidió a los ciudadanos: “Vengan con nosotros”.

Johnson, que gobierna en minoría tras llegar al poder en julio sin pasar por las urnas, aseguró que “no deseaba” convocar los comicios del 12 de diciembre pero lo hizo porque desde el referendum de 2016 sobre el Brexit los diputados han impedido “una y otra vez” cumplir con el mandato del pueblo de salir de la Unión Europea (UE).

El “tory” subrayó  en su mensaje que, si regresa al Gobierno con una mayoría suficiente en la Cámara de los Comunes, “ejecutará el Brexit en la fecha prevista del 31 de enero, con el acuerdo “recién salido del horno” que negoció con la UE el pasado octubre.

Se espera que esta noche presente en un acto en Birmingham el manifiesto del Partido Conservador, donde, además de la retirada del bloque europeo, prometerá, según se ha adelantado, inversión en los servicios públicos.

Pese a que es favorito en las encuestas, Johnson ha empezado de mala manera la campaña, debido a varias polémicas en su partido que amenazan con empañar su mensaje de tono optimista.

El primer ministro británico, Boris Johnson, informó este lunes que aceptó la prórroga flexible hasta el próximo 31 de enero que le han dado sus socios europeos para llevar a cabo el Brexit, recalcando en una carta remitida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que no aceptará nuevas prórrogas.

En su misiva, Johnson ha subrayado que la nueva prórroga, la tercera, le ha sido “impuesta” a su Gobierno “contra su voluntad” y que él considera que es “dañina para nuestra democracia y para la relación entre nosotros y nuestros amigos europeos”.

Johnson ha dejado claro que aunque no tratará de “perturbar deliberadamente” el funcionamiento de la UE en los meses adicionales en que Reino Unido siga siendo miembro, seguirá protegiendo los intereses de su país, “incluido en la toma de decisiones de la UE”.

Por otra parte, Johnson ha indicado a Tusk que le hubiera gustado que el Parlamento hubiera ratificado el acuerdo alcanzado hace dos semanas. “Desgraciadamente, me temo que este Parlamento nunca lo hará mientras tenga la opción de seguir demorándolo”, ha subrayado.

Por ello, ha añadido, busca la convocatoria de elecciones generales anticipadas para lograr un “nuevo Parlamento que sea capaz de resolver la cuestión conforme con nuestras normas constitucionales”.

En caso de que también se opusiera, ha añadido, reclamaría a sus socios europeos que dejaran claro que “una prórroga adicional después del 31 de enero no es posible”.

Según Johnson, aún queda “mucho tiempo” para que el acuerdo sea ratificado y para evitar que la Cámara de los Comunes “amplíe nuestra permanencia una y otra vez”.

La confirmación por parte de Johnson de que acepta la prórroga abre el procedimiento escrito necesario para que se formalice la prórroga en las capitales, un trámite que llevará 24 horas.

Por su parte la Unión Europea a 27 aprobó conceder a Reino Unido la nueva prórroga para evitar una ruptura caótica este 31 de octubre; la prórroga tiene previsto que el divorcio pueda consumarse antes si Londres logra que el acuerdo de retirada sea aprobado previamente por la Cámara de los Comunes.

El primer ministro Boris Johnson advirtió a los diputados británicos que si este martes rechazan su agenda para llevar a cabo el Brexit, a final de mes retirará su proyecto y optará por elecciones anticipadas lo que implica un nuevo aplazamiento.

Johnson intentó dos veces sin éxito en los últimos días obtener la aprobación de los diputados al acuerdo alcanzado, contra todo pronóstico, la semana pasada con Bruselas.

Totalmente contrario a posponer por tercera vez la salida de la Unión Europea (UE), ahora prevista para el día 31, Johnson volvió a la carga sometiendo al Parlamento el proyecto de ley que debe traducir este texto a la legislación británica, en un intento de que sea adoptado contrarreloj en sólo tres días.

“Si aprobamos este acuerdo y la legislación que lo posibilita, podemos pasar página y permitir a este Parlamento y a este país empezar a sanar” de unas divisiones que se agravan desde que en 2016 un 52% de británicos optó por el Brexit en un referéndum, afirmó Johnson.

Pero, consciente de la hostilidad que predomina, lanzó un ultimátum: “si el Parlamento se niega a permitir que ocurra el Brexit (…) el proyecto de ley tendrá que ser retirado y tendremos que avanzar a elecciones generales”.

En el poder desde hace menos de tres meses, Johnson intenta convocar legislativas anticipadas desde que en septiembre perdió la mayoría por la rebelión de 21 diputados conservadores.

Pero para adelantar los comicios, previsto en 2022, necesita el respaldo de dos tercios de los diputados y la oposición se lo niega hasta estar segura de impedir un caótico Brexit sin acuerdo a finales de mes.

Johnson se vio obligado el sábado por los legisladores a pedir una nueva prórroga de tres meses a la UE, y es difícil imaginar que frente al riesgo de una dolorosa salida brutal sus 27 socios europeos se la nieguen.

El plan del primer ministro británico de sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea a fines de este mes sufrió un descalabro cuando el presidente de la Cámara de los Comunes rechazó el pedido de Boris Johnson para realizar otra votación sobre el acuerdo.

Faltando apenas 10 días para la fecha estipulada para la salida británica, el gobierno de Johnson iba a pedir “una votación clara” sobre el pacto al que llegó con la UE.

El pedido surgió apenas dos días después de que el Parlamento votó a favor de pedir una prórroga para la salida. El titular de la cámara parlamentaria, John Bercow, tiene la autoridad de denegar tal solicitud ya que por lo general las normas del Parlamento no permiten considerar dos veces una misma cuestión dentro de una misma sesión parlamentaria, a menos que haya cambiado sustancialmente.

Bercow declaró que la propuesta presentada por el gobierno es “esencialmente la misma” que la considerada en la votación del sábado y sería “repetitivo e inapropiado ” permitir una nueva votación el lunes.

El gobierno de Johnson pasará ahora a su Plan B: pedirle al Parlamento que apruebe la legislación necesaria para implementar el acuerdo. El gobierno anticipa publicar el texto este lunes y tenerlo en vigencia como ley antes de la fecha estipulada del Brexit, el 31 de octubre.

Sin embargo, es una incógnita si la propuesta será aprobada por el Parlamento e incluso en tal caso, la oposición podría proponer enmiendas que podrían frustrarla o postergarla.

El ministro a cargo de asuntos del Brexit, Stephen Barclay, llamó a los legisladores a aprobar las propuestas y “permitir que el Parlamento vuelva a centrar su atención en los asuntos que conciernen al pueblo como la salud, la educación y la seguridad”.

“Esta es la oportunidad de salirnos de la UE el 31 de octubre”, declaró Barclay. “Si el Parlamento desea respetar los resultados del referéndum, debe aprobar la propuesta”.

Ante la proximidad de la fecha y la durabilidad del debate interno sobre el divorcio, Johnson se ha visto obligado a pedirle a la UE una prórroga de tres meses.

Así lo hizo, aunque a regañadientes, para acatar una ley aprobada por el Parlamento que obliga al gobierno postergar el asunto en lugar de arriesgar una crisis económica derivada de una salida sin pacto. Johnson, no obstante, acompañó la carta a la UE pidiendo la prórroga, que no firmó, con una que sí firmó aclarando que él personalmente se opone a postergar la partida.

Reino Unido y la Unión Europea (UE) anunciaron este jueves un “justo y equilibrado” acuerdo sobre el Brexit, que ya generó rechazo entre los diputados británicos, antes de una cumbre crucial de mandatarios para alejar el temido divorcio a las bravas el 31 de octubre.

“Cuando hay voluntad, hay un acuerdo. ¡Tenemos uno! Es un acuerdo justo y equilibrado para la UE y Reino Unido (…) Recomiendo al Consejo Europeo que respalde este acuerdo”, anunció el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Desde Londres, el primer ministro británico, Boris Johnson, celebró un “excelente nuevo acuerdo que retoma el control”, en referencia a las promesas de los partidarios de salir de la UE en el referéndum de junio de 2016 sobre tomar el control de sus leyes y política comercial.

Sin embargo, el rechazo al pacto por el Parlamento británico, como ya ocurrió con el precedente acuerdo cerrado en noviembre por la entonces primera ministra británica Theresa May, reapareció con la oposición de aliados y rivales de Johnson.

El laborista Jeremy Corbyn, líder del primer partido de la oposición, llamó rápidamente a “rechazar” el nuevo acuerdo, al considerar que “la mejor forma de resolver el Brexit es darle a la población la última palabra a través de un voto popular”.

Los aliados parlamentarios de Johnson, los unionistas noirlandeses del DUP, mantenían su oposición expresada durante la mañana, según una fuente interna, al temer que la provincia de Irlanda del Norte quede aislada del resto de Reino Unido, en la isla de Gran Bretaña.

Más de dos años después del inicio de las negociaciones, Londres y Bruselas buscaban cómo garantizar un intercambio fluido de bienes entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, sin necesitar la reintroducción de una frontera física.

Para lograr ese objetivo, Johnson abandonó la idea de su predecesora de mantener a todo Reino Unido en una unión aduanera con la UE tras el Brexit mientras se lograba una solución mejor en el marco de un acuerdo de libre comercio durante el período de transición.

El nuevo plan prevé que Irlanda del Norte siga respetando las reglas del mercado único europeo. Respecto a las aduanas, esta provincia británica seguirá vinculada a Reino Unido, pero al mismo tiempo se evitarán controles aduaneros dentro de la isla de Irlanda.

De conseguir el visto bueno de los mandatarios, el tiempo apremia para ratificar un eventual acuerdo tanto por el Parlamento británico como por la Eurocámara, a dos semanas del Brexit, previsto el 31 de octubre.

Londres, que tenía hasta el sábado para lograr un acuerdo o de lo contrario pedir una nueva prórroga, deberá convencer ahora a su Parlamento británico, que debería pronunciarse el sábado en un voto orientativo, de aprobar este pacto.

La Unión Europea (UE) y Reino Unido aseguraron este martes que es “posible” llegar a un acuerdo sobre el Brexit esta semana, y con ello alejar el temido divorcio sin acuerdo previsto para el próximo 31 de octubre, aunque todavía quedan puntos por acordar.

“Las conversaciones no han parado durante el fin de semana y lunes y aunque parezca cada vez más difícil es posible lograr un acuerdo esta semana”, dijo el negociador europeo Michel Barnier a su llegada a una reunión con ministros de la UE para informarles sobre la situación.

Desde Luxemburgo, el ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, que no estaba invitado a la reunión de los ministros de Asuntos Europeos, también consideró “muy posible todavía” un acuerdo, precisando que las “discusiones siguen en curso”.

Barnier debe reunirse así en el Gran Ducado con Barclay, su contraparte en las negociaciones, para intentar avanzar de cara a la cumbre de mandatarios europeos de jueves y viernes, que se espera sea clave a dos semanas de la fecha límite del Brexit.

El canciller irlandés, Simon Coveney, destacó también los avances, pero advirtió que la negociación tiene que progresar “de forma significativa” este martes, si se quiere llegar a un acuerdo que Barnier pueda presentar a la UE el miércoles antes de la reunión de mandatarios.

El primer ministro británico, Boris Johnson, tiene como “prioridad” sacar a su país de la UE ese día, tres años después del referéndum en el que los británicos votaron a favor de abandonar el bloque, confirmó la reina Isabel II al presentar el programa gubernamental la mañana de ayer.

Johnson heredó de su predecesora Theresa May, que no logró que el Parlamento británico aprobara su acuerdo cerrado en noviembre con sus 27 socios europeos, el principal problema: cómo evitar una frontera para bienes entre Irlanda, país de la UE, y la británica Irlanda del Norte.

Los dos puntos de desacuerdo son la manera de evitar la aplicación de controles aduaneros y el derecho de control dado a las autoridades de Irlanda del Norte sobre el acuerdo de divorcio, que debe salvaguardar el mercado único europeo y los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998.

Para los europeos, “Reino Unido va a convertirse en un nuevo competidor a las puertas de Europa”, tal y como aseguró este martes la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, para quien la UE se enfrentará “al desafío de ser competitiva y asumir su responsabilidad geopolítica”.

El viernes, ambas partes decidieron intensificar las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo esta semana, que pueda ser ratificado tanto por Westminster como por la Eurocámara antes del 31 de octubre, plazo difícil de respetar, según fuentes diplomáticas.

Johnson tiene como límite el 19 de octubre para lograr un acuerdo, según la ley aprobada por su parlamento contra su opinión que le obliga a pedir entonces una nueva prórroga del Brexit, la tercera desde marzo de 2019 y algo a lo que se muestra reticente.