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Salir de la Unión Europea (UE) a final de mes es “prioridad” en el gobierno británico, afirmó este lunes la reina Isabel II al abrir las sesiones del parlamento.

El mensaje de la monarca se da cuando las negociaciones se encuentran en un difícil momento, y cuando al ruta del Brexit entra en una semana crítica.

“La prioridad de mi gobierno siempre ha sido asegurar la salida del Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre”, dijo Isabel II. Londres “tiene la intención de trabajar hacia una nueva asociación con la Unión Europea, basada en el libre comercio y la cooperación amistosa”, agregó leyendo palabras escritas por el ejecutivo.

Y es que británicos y europeos están actualmente inmersos en una difícil negociación de un acuerdo de divorcio que según el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, podría alcanzarse antes de la fecha de salida, prevista en dos semanas y media.

Como dicta la tradición, Isabel II, de 93 años, presentó en su discurso el programa legislativo del gobierno de Boris Johnson.

Aprobado en referéndum por 52% de votos en 2016, el Brexit debía haberse realizado el pasado marzo. Pero el reiterado rechazo del parlamento británico al acuerdo negociado por la anterior primera ministra Theresa May, provocó dos aplazamientos.

Johnson presentó la semana pasada una contrapropuesta con la que busca modificar su punto más conflictivo: cómo mantener abierta la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la vecina Irlanda, país miembro de la UE, para no amenazar el frágil acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de conflicto.

Johnson prometió que el país saldrá de la UE a final de mes “cueste lo que cueste”, pese a una ley que le obliga a solicitar un nuevo aplazamiento si el sábado no ha logrado un tratado con Bruselas o la más que improbable luz verde del parlamento para un Brexit brutal.

Los negociadores de la Unión Europea y Reino Unido han iniciado este viernes una fase de “negociaciones intensivas” para tratar de  alcanzar un acuerdo en los próximos días que evite un Brexit abrupto el próximo 31 de octubre.

“La Unión Europea y Reino Unido han acordado intensificar las negociaciones durante los próximos días”, ha informado la Comisión Europea en un comunicado, en el que se aclara que el bloque no ha cambiado de posición y que sigue viendo necesario que la alternativa a la salvaguarda irlandesa sea creíble y operativa.

Se trata de un nuevo esfuerzo que lleva las conversaciones a una última fase conocida como “túnel”, que supone que las partes se concentran sin filtraciones, ni consultas externas, en la tarea de detallar los términos de un acuerdo.

En una reunión informativa con los embajadores de los Veintisiete, el negociador en jefe europeo, Michel Barnier, les ha pedido su apoyo para dar este paso.

Barnier ha reiterado la determinación del bloque por dar con una solución a tiempo y ha advertido de que en los últimos contactos ha visto un “interés genuino” en el Gobierno de Boris Johnson para salvar los últimos escollos.

Londres entregó la semana pasada a los negociadores europeos un texto legal con una alternativa a la salvaguarda irlandesa que prevé el acuerdo de retirada y que provoca el rechazo frontal de los británicos.

Sin embargo, la UE rechazó la propuesta al considerar que no ofrecía las garantías necesarias evitar la vuelta a una frontera dura en el Úlster, ni para proteger la integridad del Mercado Único; paralelamente, censuró a Johnson por recurrir a un “juego estúpido” de cruce de  responsabilidades.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se verán los próximos 17 y 18 de octubre en una cumbre en la capital europea y, aunque los Veintisiete no han señalado en público una fecha para el punto de no retorno, en Bruselas se da por hecho que si no hay una propuesta creíble y legalmente operativa antes de esa cita, no habrá margen para evitar el fracaso de las negociaciones.

El gobierno británico dio a entender este martes que la negociación sobre el Brexit está a punto de derrumbarse por culpa de la Unión Europea (UE), lo que irritó al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, quien criticó el “estúpido juego de reproches”.

Una fuente de Downing Street dijo a los periodistas que la canciller alemana Angela Merkel advirtió por teléfono al primer ministro Boris Johnson de que es “abrumadoramente improbable” alcanzar un acuerdo a menos de que Londres acepte lo inaceptable: mantener la provincia británica de Irlanda del Norte en una unión aduanera con la UE.

Para Londres, esta exigencia hace que un acuerdo sea “esencialmente imposible”, agregó la fuente, subrayando que Johnson defendió ante Merkel haber presentado una propuesta razonable.

Y es que recordemos que la semana pasada, Londres presentó a Bruselas su esperado plan de divorcio y pidió a sus 27 socios que hicieran concesiones para llegar a un acuerdo. De lo contrario, Johnson prometió retirar a su país de la UE el 31 de octubre de forma abrupta.

Los europeos señalaron dos puntos “problemáticos” en su propuesta: la necesidad de controles aduaneros entre Irlanda del Norte e Irlanda, país de la UE, y el veto acordado al parlamento autónomo norirlandés.

En respuesta, los británicos presentaron ayer un nuevo texto con “aclaraciones” que sin embargo “no responden” a las demandas europeas, según fuentes implicadas en la negociación. El enviado británico David Frost debía reunirse de nuevo hoy con la negociadora europea Paulina Dejmek-Hack.

“Boris Johnson, lo que está en juego no es ganar un estúpido juego de reproches. Lo que está en juego es el futuro de Europa y del Reino Unido, así como la seguridad e intereses de nuestros ciudadanos”, tuiteó Tusk dirigiéndose al primer ministro.

Otra fuente cercana a Johnson, que muchos sospechan se trata de su consejero especial Dominic Cummings, había declarado previamente a la revista conservadora The Spectator que Londres preveía el fracaso de las negociaciones.

Los líderes europeos, que se reúnen en cumbre el 17 y 18 de octubre, se habían fijado como plazo el final de esta semana para considerar si hay base para un acuerdo con el Reino Unido.

Tras el referéndum de 2016, el Reino Unido debía haber abandonado el bloque el pasado marzo. Pero ante el reiterado rechazo del Parlamento británico al acuerdo de divorcio negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, la fecha fue retrasada dos veces, hasta este 31 de octubre.

El primer ministro británico, Boris Johnson, pedirá a Bruselas un aplazamiento del Brexit si no hay un acuerdo de aquí al 19 de octubre, gracias a una ley reciente, según un documento presentado ante un tribunal.

Ese aplazamiento entraría en contradicción con el discurso oficial de Johnson, que hasta ahora ha asegurado que Reino Unido abandonará la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo.

El documento salió a la luz pública como parte de una demanda judicial lanzada en Escocia por un empresario junto a la diputada escocesa Joanna Cherry y el abogado Jo Maugham, que exigen al gobierno conservador que acate la ley aprobada por el parlamento en septiembre, y que le obliga a pedir un aplazamiento de tres meses si no hay acuerdo.

Según Jo Maugham, un documento presentado por la defensa del primer ministro indica que éste solicitará efectivamente un aplazamiento a la UE.

Maugham indicó que no comprendía cómo Boris Johnson podía conciliar sus declaraciones, según las cuales no pedirá un aplazamiento, “con la promesa que ha hecho hoy ante la justicia”.

Boris Johnson presentó el miércoles sus propuestas a la UE sobre el tema de la frontera irlandesa, la principal traba para obtener un acuerdo. Previamente insistió que preferiría estar “muerto en el fondo de un foso” antes de pedir un nuevo aplazamiento del Brexit, el tercero desde que fue aprobado en referéndum.

Tras presentar a Bruselas lo que calificó como la “propuesta final” del Reino Unido para alcanzar un acuerdo de divorcio antes del 31 de octubre, el primer ministro británico Boris Johnson compareció ante la Cámara de los Comunes.

Indicó que presentó “propuestas constructivas y razonables” que demuestran la seriedad de Reino Unido, sin embargo, reconoció que “no cumplen con todo lo que hubiéramos deseado”, pero con estas “concesiones” hacemos “un verdadero intento de superar el abismo, de reconciliar lo aparentemente irreconciliable”.

Reiteró que si los 27 miembros de la UE no muestran la misma disposición, el Reino Unido abandonará el bloque de forma brutal sin pedir más aplazamientos.

Pero, advirtió, “ese resultado sería un fracaso del que todas las partes serían responsables”.

El plan de Johnson consiste en rescatar el denostado Tratado de Retirada firmado en noviembre por la anterior primera ministra, Theresa May, con Bruselas y modificar su punto más conflictivo: cómo mantener abierta tras el Brexit la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE.

El acuerdo de May, que los líderes europeos calificaron como “el mejor posible, el único posible”, fue rechazado tres veces por los diputados británicos.

La nueva propuesta no difiere mucho de las primeras versiones de ese texto: Irlanda del Norte se mantendría en el mercado único europeo en lo relativo a las mercancías, a diferencia del resto del país. Y todo el Reino Unido saldría de la unión aduanera europea para poder negociar grandes acuerdos comerciales con terceros países como Estados Unidos.

La Comisión Europea, que señaló “puntos problemáticos” en su propuesta, dijo este jueves que le corresponde al gobierno británico solventarlos. “Queda trabajo por hacer”, afirmó la portavoz del ejecutivo europeo Natasha Bertaud. Y “este trabajo debe ser realizado por el Reino Unido, no al revés”, dijo en Bruselas.

La salida británica de la UE, aprobada por referéndum en 2016, estaba inicialmente prevista para el pasado marzo, pero debido al bloqueo político fue aplazada dos veces.

El primer ministro británico Boris Johnson, que presenta este miércoles su “propuesta final” sobre el Brexit a la Unión Europea, pidió a Bruselas “alguna concesión” para alcanzar un acuerdo porque de lo contrario su país, enfatizó, abandonará el bloque brutalmente a final de mes.

“Hoy presentamos en Bruselas lo que creo que son propuestas razonables y constructivas”, dijo Johnson ante los miembros de su Partido Conservador al clausurar su congreso anual en Mánchester.

“El Reino Unido está haciendo concesiones y realmente espero que nuestros amigos europeos lo entiendan y hagan alguna concesión a su vez”, añadió al reiterar su promesa de no pedir más aplazamientos. Dijo que el país abandonará la UE el 31 de octubre, “pase lo que pase”.

Su principal objetivo es reemplazar la controvertida “salvaguarda irlandesa” por otro sistema que permita evitar una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE, para preservar el acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en la región.

Su propuesta excluye controles aduaneros en la línea fronteriza, aseguró Johnson. La víspera ya había adelantado que estos podrían realizarse, por ejemplo, en las instalaciones de la empresa importadora o exportadora.

Más de tres años después del referéndum de 2016, el complicado proceso del Brexit ha sumido en una profunda crisis política al Reino Unido.

El acuerdo difícilmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, fue rechazado tres veces por el parlamento británico: los euroescépticos consideraban que hace concesiones “inaceptables” a la UE mientras que para los proeuropeos sus condiciones son peores a las que tiene actualmente el país como miembro del bloque.

Inicialmente previsto para el pasado marzo, el Brexit ya fue aplazado dos veces, una decisión que requiere la aprobación unánime de los otros 27 miembros de la UE.

El parlamento británico aprobó en septiembre una ley que obliga a Johnson a solicitar otra prórroga a falta de un acuerdo el 19 de octubre, justo después de la cumbre europea.

El primer ministro Boris Johnson prometió este martes hacer “muy pronto” nuevas propuestas sobre el Brexit a Bruselas, pero tras tres años de un proceso caótico los responsables europeos no dejan su escepticismo a un mes de la fecha para que se concrete la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).

“Vamos a hacer una muy buena oferta, vamos a hacerla formalmente muy pronto”, declaró Johnson a la radio BBC desde Mánchester, donde se celebra el tercer día del congreso anual de su Partido Conservador. Según algunos medios la nueva propuesta podría presentarse este jueves.

La salida del bloque estaba prevista para el pasado marzo, pero ante el rechazo del parlamento británico al acuerdo difícilmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, la fecha fue aplazada dos veces, siendo la nueva fecha este 31 de octubre.

Johnson, que llegó al poder a finales de julio al reemplazar a May como líder del Partido Conservador, quiere renegociar con la UE el punto más conflictivo del texto: la denominada “salvaguarda irlandesa” o cómo evitar una nueva frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE.

Hoy se filtraron a los medios varias versiones de las propuestas que habría hecho el equipo de Johnson. Según una de ellas, el ejecutivo británico contempla realizar los controles aduaneros a varios kilómetros de la línea fronteriza. Las mercancías transportadas de un lado al otro se controlarían en tiempo real mediante dispositivos de seguimiento colocados en los camiones, explicó la radiotelevisión pública irlandesa RTE.

La idea fue inmediatamente rechazada por el vice primer ministro irlandés, Simon Coveney, quien pidió a Londres que haga una “oferta seria”.

Johnson declaró sin embargo a la BBC que lo publicado “no es exacto” y desmintió que su plan incluya “centros aduaneros descentralizados”.

Adelantó que su propuesta prevé “un territorio único para la agricultura, las industrias agroalimentarias, sanitarias y fitosanitarias, lo que constituye una concesión importante del gobierno británico”. Reiteró asimismo su determinación a llevar a cabo el Brexit el 31 de octubre, incluso si no hay acuerdo.

Recordemos que el Parlamento aprobó de urgencia en septiembre una ley que obliga al primer ministro a pedir otra prórroga a la UE si, tras la cumbre europea del 17 y 18 de octubre, no ha logrado un acuerdo con los 27 que debería aún ser aprobado por los diputados. Johnson asegura que no lo hará.

El ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, aseguró este viernes que la negociación de divorcio entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido avanza “con ímpetu”, después de meses de bloqueo del acuerdo de retirada.

“Estamos avanzando con ímpetu, las discusiones continuarán la próxima semana entre los equipos técnicos”, aseguró Barclay, tras reunirse en Bruselas con el negociador de la UE, Michel Barnier, a poco más de 40 días de la fecha del Brexit.

Para llegar a un acuerdo y alejar el temido escenario de un divorcio abrupto, el gobierno británico, liderado por Boris Johnson desde julio, exige la retirada del mecanismo de último recurso conocido como salvaguarda irlandesa.

Su predecesora, Theresa May, pactó con la UE este mecanismo que busca evitar la reintroducción de una frontera para bienes entre Irlanda, país del bloque, y la provincia británica de Irlanda del Norte.

El acuerdo cerrado en noviembre preveía que todo Reino Unido permanecería en una unión aduanera con la UE si, tras un período de transición, no se hallaba una alternativa mejor en el marco de un acuerdo de libre comercio entre ambos.

Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo de divorcio entre May y Bruselas, en parte por la salvaguarda que impediría a Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países.

El ‘premier’ británico y el titular de la Comisión, Jean-Claude Juncker, decidieron el lunes acelerar las discusiones. Johnson tiene previsto reunirse el lunes en Nueva York con el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Los europeos urgieron al gobierno británico a presentar alternativas a la salvaguarda que permitan respetar los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y preserven la integridad del mercado único europeo.

Barclay y Barnier discutieron tres documentos presentados por Londres con ideas sobre cómo reemplazar el mecanismo para Irlanda en el acuerdo de divorcio, pero “todavía queda mucho trabajo por hacer”, según el ministro.

Casi un 52% de los votantes británicos apoyó el Brexit en un referéndum celebrado en junio de 2016, pero, tres años después, Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo.

El encuentro entre el primer ministro británico, Boris Johnson, y el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, este lunes, no logró despejar el temido escenario de un Brexit sin acuerdo, a 45 días de la ‘fatídica’ fecha.

“El presidente Juncker recordó que compete a Reino Unido presentar soluciones jurídicamente operativas que sean compatibles con el acuerdo de retirada (…) Estas propuestas aún no se han hecho”, aseguró el ejecutivo comunitario en un comunicado tras el encuentro en Luxemburgo.

Casi un 52% de los votantes británicos apoyó el Brexit en un referéndum celebrado en junio de 2016, pero, tres años después, el Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo tras más de 45 años de membresía en el bloque.

El último problema en el divorcio sigue siendo la llamada ‘salvaguarda irlandesa’ (backstop), un mecanismo de último recurso que busca evitar una frontera para bienes entre Irlanda, país de la Unión Europea (UE), y la provincia británica de Irlanda del Norte, tras el Brexit.

La predecesora de Johnson en el número 10 de Downing Street, Theresa May, pactó con la UE que este mecanismo entraría en vigor al término de una período de transición posbrexit, si Bruselas y Londres no logran una alternativa mejor en el marco de un eventual acuerdo de libre comercio.

Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo cerrado en noviembre en parte por la salvaguarda, que impediría a Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países al continuar dentro de una unión aduanera con la UE.

El actual jefe de gobierno británico, Boris Johnson, advirtió que no aprobará un nuevo acuerdo si este mecanismo se mantiene, y, pese a que su Parlamento se lo solicitó, se niega a pedir una nueva prórroga del Brexit, determinado a sacar a su país de la UE el 31 de octubre sin pacto.

El gobierno británico explicó por su parte que ambos líderes coincidieron este lunes en la necesidad de “intensificar” los contactos de cara a lograr un acuerdo y avanzó “reuniones diarias” entre los equipo de negociación de ambos lados del Canal de la Mancha.

La reunión estuvo precedida por una ofensiva del gobierno británico defendiendo “enormes avances” en sus discusiones con Bruselas para desbloquear el acuerdo del Brexit, una visión desmentida por la Unión Europea que ya pedía “propuestas concretas”.

Londres no presentó todavía alternativas viables a los términos actuales del acuerdo de divorcio cerrado en noviembre con la Unión Europea (UE), dijo la Comisión Europea tras el almuerzo de Juncker y Johnson.

Aún cuando es poco el tiempo que queda para alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre el Brexit, La canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que todavía es posible una solución negociada para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Acompañada del primer ministro británico Boris Johnson, la jefa de gobierno de Alemania dijo que aún puede hallarse una solución al controversial tema de la frontera irlandesa antes del 31 de octubre, la fecha programada para que Gran Bretaña abandone el bloque europeo.

Por su parte el premier británico, Boris Johnson dejó en claro que el gobierno de su país “no puede aceptar” el acuerdo actual de “divorcio” con la UE y volvió a reclamar la supresión del denominado “backstop”.

Se trata de un mecanismo previsto para impedir la creación de una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el Brexit.

Hoy en París, Boris Johnson se reunirá con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para buscar el apoyo que evite un “divorcio” abrupto con Bruselas.

 

 

Boris Johnson, el favorito para ocupar el cargo de primer ministro británico, prometió sacar a Reino Unido de la Unión Europea (UE) para el 31 de octubre, asegurando que la única forma de evitar un adiós no pactado es prepararse para un Brexit sin acuerdo.

Johnson, ex secretario de Relaciones Exteriores y ex alcalde de Londres, es el claro favorito para sustituir a Theresa May. La tarde de ayer obtuvo el respaldo de 114 de los 313 parlamentarios conservadores en la primera ronda de votaciones, casi tres veces más que su rival más cercano.

La contienda está siendo dominada por la cuestión en torno a cómo y cuándo abandonará Reino Unido la UE, en la que es la mayor crisis política en una generación.

En su primera entrevista transmitida desde el comienzo de la campaña, Johnson se comprometió de forma inequívoca con una resolución del Brexit para su plazo final del 31 de octubre, indicando que Londres debe prepararse para un adiós no pactado, algo que descartó vaya a ser un desastre.

“Todos los que dicen que deberíamos aplazarlo (…) creo que se arriesgan a causar un daño terminal a la confianza en la política. Debemos continuar y culminarlo. Tenemos que estar fuera para el 31 de octubre”, afirmó Johnson en entrevista con la BBC radio este viernes.

Johnson aseguró que no quiere un adiós no pactado, pero descartó extenderlo más allá del plazo del 31 de octubre.

Recordemos que May dimitió como líder del Partido Conservador tras fracasar tres veces en su intento de que el Parlamento aprobara su plan de divorcio con la UE.

Goldman Sachs estimó este lunes que la economía británica ha perdido casi el 2.5% del PIB en relación a su trayectoria de crecimiento previa al referéndum de mediados de 2016 sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), afectando también en el proceso a otras economías avanzadas.

“La incertidumbre generada por la futura relación política y económica con la UE ha tenido costos reales para la economía de Reino Unido, que se ha extendido a otras economías”, escribieron los economistas de Goldman Sachs en una nota a clientes.

El banco de inversión estadounidense dijo que la incertidumbre en torno al “Brexit” ha sido clave para provocar una menor producción económica.

En un “Brexit” sin acuerdo, un escenario que Goldman ve en un 15% de posibilidades, Reino Unido vería muy afectada su producción y sufriría un “sustancial” impacto en la confianza global marcada por una fuerte depreciación de la libra esterlina.

Los economistas estimaron que los países europeos estarían más expuestos a este escenario y podrían ver pérdidas de producción de alrededor del 1% de su PIB real.

El anuncio de Goldman Sachs llega a la par que ninguna de las cuatro alternativas al “Brexit” que votaron esta noche los diputados de la Cámara de los Comunes británica ha logrado una mayoría.

La opción que recabó más apoyos, 280 votos a favor y 292 en contra, fue la que solicita al Ejecutivo de la  conservadora Theresa May que, en el caso de que el Parlamento apruebe un acuerdo de salida, este tenga que ser ratificado por el pueblo británico en un referéndum.

Se trata de la segunda vez en menos de una semana en la que el Parlamento del Reino Unido no logra ponerse de acuerdo en alguna de las vías para desbloquear la crisis del “divorcio” entre Londres y Bruselas.

La primera ministra británica, Theresa May, reiteró este domingo que mantendrá su proyecto de relación comercial estrecha entre Reino Unido y la Unión Europea (UE) tras el Brexit, a pesar de la fuerte oposición de los políticos más euroescépticos.

En julio pasado, May presentó un “libro blanco” en el que propuso, entre otras cosas, la creación de una nueva zona de libre comercio con la UE, basada en un conjunto de reglas comunes sobre los bienes y el sector agroalimentario.

El llamado plan de Chequers suscitó inmediatamente la oposición de los partidarios de un Brexit duro, que lo consideran como una traición a los resultados del referéndum de junio de 2016, con el que la mayoría de los británicos eligieron abandonar la UE.

El proyecto de May provocó la dimisión de dos liderazgos del gobierno británico, el ministro para el Brexit, David Davis, y el de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, ambos en desacuerdo con esa línea que consideraban muy blanda.

“No me veré obligada a aceptar compromisos respecto a las propuestas del plan de Chequers que no respondan al interés nacional”, escribió la primera ministra en el diario The Daily Telegraph.

Recordemos que la salida de Reino Unido de la UE se hará efectiva el 30 de marzo de 2019, y Londres y Bruselas quieren alcanzar un acuerdo para organizar su separación y sentar las bases de su futura relación.

 

Con información de AFP / Foto: Archivo APO

Nigel Farage, ex líder del partido eurófobo británico UKIP, ha sido designado vicepresidente del movimiento proBrexit Leave Means Leave, junto al cual manifestó este sábado su determinación para relanzar la batalla para obtener una ruptura dura con la Unión Europea (UE).

Farage indicó en declaraciones al diario The Daily Telegraph que su objetivo es combatir el “plan de Chequers” presentado por la primera ministra británica Theresa May, a su entender una propuesta “fraudulenta” con la que busca conservar lazos comerciales estrechos con la UE tras el Brexit.

Este plan constituye “una traición cobarde” e impediría al Reino Unido “retomar el control de sus fronteras, de sus derechos de pesca” o de “comerciar a nivel mundial”, estimó Farage en su colaboración publicada por el periódico.

Nigel Farage participará activamente en la próxima campaña de Leave Means Leave (Partir significa partir),  reviendo en particular concentraciones y una gira en autobús por el Reino Unido.

“Durante los últimos meses, y sobre todo tras la traición de Chequers, numerosas personas me han parado en la calle para preguntarme ‘¿cuándo vuelve (al ruedo)?'”, explicó. “Y, bien, ustedes tienen ahora la respuesta: estoy de regreso”.

Farage había abandonado al UKIP poco después del referéndum del 23 de junio de 2016 favorable a la salida de la UE, al estimar que había alcanzado su objetivo político.

El plan de Chequers prevé la creación de una zona de libre comercio para los bienes y productos agrícolas entre Reino Unido y la UE, y en un principio el mantenimiento del alineamiento de Londres con Bruselas en estos ámbitos.

 

Con información de AFP / Foto: Archivo APO

El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció el diálogo entre Estados Unidos y la Unión Europea pero rechazó la negociación de un “amplio acuerdo comercial” ante la actual falta de un contexto de equilibrio y reciprocidad.

Macron se refirió así en una rueda de prensa conjunta con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al acuerdo comercial anunciado por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ante el que el Gobierno francés ya había expresado sus dudas.

“Tenemos dudas que aclarar con nuestros socios. No estoy a favor de empezar a negociar un amplio acuerdo porque el contexto no lo permite”, aseguró.

El mandatario francés añadió que si bien la conversación fue útil, porque rechaza la tensión que había con Estados Unidos, “un buen diálogo comercial solo puede basarse en una relación de equilibrio y reciprocidad, y en ningún caso bajo la amenaza”.

Por su parte Pedro Sánchez indicó que aspectos como la política agraria común no da tranquilidad a la región, por lo que dijo, se defenderá tal y como está definida hasta ahora. “No queremos ninguna guerra comercial, pero la Unión Europea ha logrado avances que deben ser preservados”.

 

Con información de Agencias / Foto: Twitter