Este martes se presentó la edición más reciente del Semáforo Delictivo que comprende el tercer trimestre de 2017, que confirma al 2017 como el peor año en inseguridad en la historia reciente de México.
A septiembre 2017, suman 13,513 ejecuciones del crimen organizado, lo que significa un incremento del 53% en comparación contra el mismo periodo del año pasado. Adicional indica que se han reportado 18,505 homicidios, con más de 22 mil víctimas, lo que representa un incremento del 23%.
De acuerdo a la cifras acumuladas de todo el año, 2017 cerrará con más de 24 mil homicidios y 18 mil ejecuciones, lo que confirmaría que estamos en el peor año de la historia reciente en materia de seguridad.
Los estados más golpeados por la inseguridad son: Colima, Guerrero, las dos Baja Californias y Chihuahua; sin embargo se reportaron incrementos de este delito en 27 de los 32 estados. Los top 5 en incremento son Nayarit, con 346%, Baja California Sur con 153%, Aguascalientes con 121%, Quintana Roo con 101% y Baja California con 72%.
En cuanto a los delitos que monitorea el Semáforo Delictivo, la extorsión y el robo de auto han incrementado 16% en el año, las lesiones dolosas 14%; el secuestro, 9%; y el robo a casa 3%.
“Lo grave no son tanto los números”, comenta Santiago Roel, director del Semáforo Delictivo, “me preocupa mucho más que México se encuentra inmóvil ante el gran fracaso de la estrategia de seguridad. El Presidente ya no tiene iniciativa al respecto, aunque en verdad, nunca la tuvo, sólo continuó el Plan Mérida, la misma guerra que había iniciado su antecesor; y todos los políticos de todos los partidos en un silencio cómodo o cómplice”.
Roel planteó que la regulación de drogas en México, es la única alternativa para bajar los índices de violencia extrema. “Sabemos que la prohibición de drogas no resuelve nada y sí complica todo, al crear una economía informal con promoción libre de drogas en manos de las mafias. Sube todo: violencia, corrupción y consumos. El pequeño maleante ahora se vuelve el gran capo que ahora controla a la sociedad y al gobierno. No hay nada que una autoridad estatal pueda hacer al respecto. Lo único que puede reducir radicalmente esto es la regulación de las drogas”.
