El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó a sus enemigos políticos de tratar de asesinarlo en medio de un discurso en público el sábado con aviones no tripulados cargados con explosivos, lo que despertó muchas interrogantes sobre el ataque y quien podría estar detrás de la acción.

Cualquiera que sea el resultado de la investigación, las acusaciones de Maduro recayeron sobre el espectro de vehículos aéreos no tripulados que están siendo utilizados por grupos de la milicia u otros para lanzar bombardeos, ataques químicos o biológicos, una táctica que por mucho tiempo ha preocupado a los expertos en seguridad.

El mercado de drones ha florecido en los últimos años cuando existe una vasta disponibilidad de unidades y sus precios han bajado.

Los llamados “cuadricópteros” -drones con cuatro rotores- que pueden operarse desde distancias superiores a una milla por más de 20 minutos, generalmente pueden transportar una carga limitada.

Grupos milicianos como el Estado Islámico han utilizado drones para atacar con granadas o estrellarlos contra infraestructuras.

También se han reportado incidentes que elevan la posibilidad de ataques contra jefes de Estado. En enero de 2015 un dron se estrelló contra el jardín de la Casa Blanca luego de que su operador perdiera el control, lo que generó preocupaciones acerca de que la residencia presidencial estadounidense podría ser vulnerable.

Unos meses después, un hombre que protestaba contra la política nuclear de Japón estrelló un dron, que transportaba arena radiactiva del desastre nuclear de Fukushima contra la oficina del primer ministro, aunque la cantidad de radiación fue mínima.

El mes pasado, las fuerzas de seguridad de Arabia Saudita derribaron un dron en un área recreativa cerca del palacio real, lo que provocó brevemente especulaciones sobre un intento de golpe de Estado.

Algunos grupos de activistas también han usado drones para protestar. En julio, el grupo ambientalista Greenpeace estrelló un dron con forma de Supermán contra una planta nuclear francesa en un intento de demostrar la vulnerabilidad de las instalaciones ante un ataque.

En Venezuela, no hay antecedentes del uso de drones para ataques, pero si fueron populares en el uso recreativo para la toma de videos y fotos. También fueron utilizados en las marchas de la oposición para documentar el número de personas asistentes.

En Estados Unidos, los funcionarios han advertido que las leyes actuales no contemplan sanciones ante posibles delitos que sean causados por el uso de sistemas de aeronaves no tripuladas incluidos ataques convencionales, ataques cibernéticos, contrabando de drogas y vigilancia.

“Esta es una amenaza muy seria, inminente y que actualmente no estamos preparados para enfrentar”, escribieron dos funcionarios de alto rango del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, David Glawe y Hayley Chang, en un testimonio al Congreso en junio, donde solicitaron más poder para rastrear e inhabilitar drones.

“Hoy no podemos contrarrestar eficazmente el uso indebido de los drones porque estamos obstaculizados por las leyes federales promulgadas años antes de que la tecnología de drones estuviera disponible para uso comercial y de consumo”, agregaron.

Pero los defensores de las libertades civiles se oponen a otorgarle al gobierno amplias facultades para atacar el uso de los drones de manera preventiva.

Expertos afirman que los efectos psicológicos de un ataque pequeño, pero exitoso podrían sobrepasar el daño físico real, logrando el objetivo de sembrar el terror que muchos grupos como Estado Islámico y al Qaeda tienen como misión.

“Con una cuenta de Twitter y un dron de juguete, realmente puedes causar mucho pánico”, dijo Colin Clarke, analista de RAND Corporation. “Eso es en gran parte el terrorismo, el aspecto psicológico. Incluso si no se puede matar a un gran número de personas, aún se puede causar miedo”, afirmó.

 

 

Con información de Reuters

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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