Iniciaron las campañas presidenciales en Brasil, en la que ha sido considerada como una disputa de electoral de alto voltaje, con el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva como protagonistas de la contienda más polarizada en décadas.

El presidente Bolsonaro encabezó un mitin en la misma esquina en la que fue apuñalado en la campaña de 2018, en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais: “La ciudad donde renací”, dijo al inicio de su discurso cargado de declaraciones patrióticas y alusiones a Dios y a la Biblia.

Bolsonaro reiteró su promesa de luchar contra la inflación de dos dígitos, el aborto, las drogas y defender la “propiedad privada”, advirtiendo de una “amenaza comunista” en Brasil si pierde los comicios.

Su esposa, Michelle Bolsonaro, suscitó igual o incluso más entusiasmo. “Ella es la persona más importante aquí”, dijo el mandatario sobre la primera dama, una ferviente evangélica que cobró protagonismo en la precampaña.

Por su parte, Lula encabezó un acto también cargado de simbolismo en una fábrica automotora en Sao Bernardo do Campo, región metropolitana de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años 1970.

El expresidente, de 76 años, líder de las encuestas, recuperó sus derechos políticos en 2021 tras la anulación de sus condenas en la trama anticorrupción “Lava Jato”-

La consultora IPEC indicó ayer que Lula reúne 44% de las intenciones de voto en la primera vuelta que está programada para el 2 de octubre, frente a un 32% de Bolsonaro, según su última encuesta. El Instituto Datafolha colocó el mes pasado a Lula con 47% y a Bolsonaro con 29%, lo que muestra que la ventaja del izquierdista se ha recortado.

Bolsonaro ha definido la campaña como una batalla entre el “bien y el mal”, asegurando que la vuelta de Lula al poder podría significar la instalación del “comunismo” en Brasil.

Lula promete restaurar los logros sociales para las clases más vulnerables que caracterizaron su gobierno, a la vez que ataca duramente a Bolsonaro por las 680,000 muertes en Brasil durante la pandemia.

La principal preocupación de los brasileños, según las encuestas, es la situación económica, marcada en los últimos años por altos niveles de desempleo y una inflación que ha restado popularidad a Bolsonaro.

Además del pedido explícito de votos en actos públicos, a partir de este martes queda permitida la propaganda por internet, donde especialmente Bolsonaro cuenta con millones de seguidores en redes sociales.

Más de 156 millones de brasileños están habilitados para votar el 2 de octubre, primera vuelta de unas elecciones en las que también se disputan cargos de diputados, senadores y gobernadores de los 26 estados del país.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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