Chile decide este domingo si aprueba una nueva Constitución tras un debate que inició en 2019, producto del enojo popular contra el modelo de “éxito económico” que acusan, trajo grandes desigualdades sociales.

La Carta Magna sometida a referéndum busca reemplazar una vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet, que a pesar de varias reformas en democracia dejó atada a las leyes del mercado la educación, la salud y el sistema de pensiones, sin que el Estado pueda regular la actividad privada.

Según la mayoría de las encuestas, publicadas hasta el pasado 20 de agosto, el NO al plebiscito tiene una ventaja a días de que los chilenos acudan a las casillas.

Sin embargo, en las calles la campaña del voto negativo no ha movilizado a su gente. Al contrario, el SÍ ha convocado multitudes en fiestas en distintos puntos del país.

Será la primera elección con voto obligatorio en una década y en un país con altísima tasa de abstención en las consultas más recientes. La firma Criteria indicó que 84%, es decir, 12.6 millones de personas tendrían intenciones de ir a votar, lo que podría significar una “revolución participativa”.

La campaña por el Rechazo del grupo “Amarillos por Chile” quitó del primer plano a grandes figuras de la derecha para exponer mejor las dudas de intelectuales y dirigentes de centro e izquierda.

La última evaluación del texto realizado por Criteria indicó que 42% de los encuestados reprueba su contenido según lo que ha escuchado o leído; un 28% lo aprueba aunque lo considera regular y 26% le da una nota sobresaliente.

Los defensores del nuevo texto creen que con este se cambiará un país otrora conservador y con marcadas fracturas sociales por el origen étnico y económico. Consideran que se sientan las bases para un Chile más equitativo. Sus detractores temen en cambio que con su aprobación Chile se dirija al abismo.

Si bien los chilenos dieron señales electorales claras de voluntad de cambio tras el estallido social de 2019, aprobando con 79% de apoyo la redacción de una nueva Constitución por independientes e integrantes electos por la ciudadanía, llegan al cierre de este ciclo sin certezas sobre el resultado del domingo.

Los cambios que mayores divisiones crearon e hicieron que el NO ganara terreno fueron los ajenos a la demanda de derechos sociales, donde hay respaldo transversal.  Pero el planteamiento de una mayor autonomía para los indígenas, derecho a decidir la interrupción del embarazo y controles más estrictos en el poderoso sector minero u otras industrias, en beneficio del cuidado medioambiental, atemorizaron a muchos.

Todo ello en un escenario de desaceleración económica y alta inflación, que ronda el 13% anual.

A solo tres días del plebiscito, el periodista Simón Boric, hermano del presidente de Chile Gabriel Boric, fue agredido por manifestantes en el centro de Santiago, en medio de protestas aisladas pero varias con mucha violencia.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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