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Vladímir Putin no sólo fue reelecto para un quinto mandato presidencial en las elecciones del pasado fin de semana y que han sido rechazadas por la oposición y las cancillerías occidentales por su falta de transparencia, sino que superó el plebiscito de la guerra.

Putin aseguró que los principales desafíos del Kremlin son cumplir con los objetivos de la llamada operación militar especial, es decir, ganar la guerra en Ucrania, y reforzar el potencial de las Fuerzas Armadas con armamento moderno.

Poco importa que una mayoría de rusos esté cansada de la campaña militar y abogue por abrir negociaciones de paz con Kiev, y que la movilización sea muy impopular entre la población.

El Kremlin lo había dicho antes de la campaña electoral. Putin necesita una victoria que no deje lugar a dudas de que la guerra debe seguir su curso.

Para ello, la comisión electoral redujo a tres los rivales de Putin frente a los siete de 2018, de los que solo uno era líder de su partido. Además, no registró a los candidatos por la paz que aglutinaron el apoyo de la oposición y de los pacifistas.

“El 87% (apoyo ciudadano) después de 24 años en el poder es un resultado sin precedentes”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial.

Antes de morir en prisión, el líder opositor, Alexéi Navalni, aseguró que los comicios eran en realidad un plebiscito de apoyo a la política militarista del Kremlin. “Para Putin las elecciones de 2024 son un referéndum para aprobar sus acciones, para aprobar la guerra”, señaló.

Los analistas sospechan que el comandante supremo de las Fuerzas Armadas rusas aprovechará la victoria para anunciar una segunda ola de movilización, pese a la indignación de las esposas de los reservistas que combaten actualmente en Ucrania.

La nueva ideología del Kremlin es la “Victoria”. Si hasta ahora, esa palabra se limitaba a los desfiles del 9 de mayo y a los libros de historia sobre la Gran Guerra Patria, ahora se ha convertido en la estrategia nacional. “Todo por la victoria”, es el mantra de los sectores leales al Kremlin.

Ante la falta de grandes éxitos en el frente, con la excepción de la toma del bastión de Avdivka (Donetsk), el Kremlin se sacó de la manga que, en realidad, el ejército combate contra la OTAN, lo que amenaza con alargar el conflicto.

“Los soldados de los países de la OTAN están allí presentes. Lo sabemos”, dijo en la noche electoral Putin, quien añadió que “mueren en grandes cantidades”.

La oposición mantiene que Putin tiene secuestrados a los rusos desde que declarara la guerra a su vecino el 24 de febrero de 2022 al ordenar la intervención militar.

Por ello, algunos dirigentes opositores en el exilio mantienen que la única salida de esta espiral de violencia e involución es contribuir a la derrota de Rusia.

Aunque las encuestas le otorgaban una victoria por encima del 80%, el resultado ha provocado una gran desmoralización entre las filas de la disidencia, dentro y fuera de Rusia.

Pese a esto, la oposición defiende que tanto en los funerales de Navalni como en la campaña de firmas al candidato por la paz, Boris Nadezhdin, y la campaña Mediodía contra Putin del domingo, participaron decenas de miles de personas.

“Intentaremos lograr que nadie en el mundo reconozca a Putin como legítimo presidente, que nadie se siente con él en la mesa de negociaciones. Que con la mafia putinista se combata igual que con el crimen organizado. Que todos entiendan que Putin no es Rusia”, dijo Yulia Navalnaya, viuda de Navalni, en un vídeo en YouTube.

Los chilenos definirán este domingo en un plebiscito si mantienen la Constitución de la dictadura de Pinochet o adoptan más conservadora que podría eliminar la restringida ley de aborto y endurecer el trato hacia la migración irregular.

Recordemos que Chile inició hace cuatro años un proceso para reemplazar la Constitución que en 1980 elaboró el régimen de Augusto Pinochet, ante las protestas de 2019 en reclamo de mayor igualdad social.

Cuando el país se vio envuelto en masivas y violentas manifestaciones, las fuerzas políticas acordaron iniciar el proceso de reforma. Un año más tarde, en 2020, con el 80% del respaldo de los chilenos, se  aprobó iniciar el camino hacia una nueva Constitución.

La propuesta de la asamblea constituyente, dominada por la izquierda, preveía cambios de fondo, como el derecho al aborto. Pero el proyecto fue a plebiscito en septiembre de 2022 y fue rechazado por un contundente 62%.

Entonces, se inició un segundo proceso constitucional liderado por un consejo elegido por voto popular y que terminó dominado por el ultraderechista Partido Republicano, que sedujo a los ciudadanos con su discurso de mano dura contra la inseguridad que asocia principalmente con la migración venezolana.

El gobierno de Boric apoyó con fuerza el primer proyecto de Constitución, pero se ha mantenido al margen de la discusión sobre la segunda propuesta.

Las encuestas, que por ley se dejaron de difundir hace dos semanas, anticipan un nuevo rechazo, aunque el alto número de indecisos podría cambiar la tendencia.

Aunque la actual Constitución pasó por varias reformas que eliminaron sus normas más autoritarias, todavía divide a este país de casi 20 millones de habitantes, con un 70% que nació después de la dictadura.

En los últimos cuatro años, los chilenos han acudido a nueve elecciones, entre ellas las presidenciales en la cual resultó electo el mandatario Gabriel Boric, de 37 años, que apoyó el primer proyecto.

En ese sentido, desde la oposición, la elección se ha planteado como un referéndum sobre la gestión de Boric, quien en marzo llegará a la mitad de su mandato. “¡Boric vota en contra; Chile vota a favor!”, señala la publicidad opositora.

Los 50 consejeros que escribirán la nueva Constitución de Chile, en su mayoría de derecha, se instalaron este miércoles para iniciar la redacción del texto que reemplazará a la carta magna vigente desde la dictadura militar.

Es el segundo proceso constitucional que vive el país en nueve meses. El primero concluyó en septiembre con un contundente rechazo del electorado a un proyecto escrito por una convención izquierdista.

La Comisión Constitucional, se instaló en la antigua sede del Congreso en la capital chilena, donde trabajará hasta el 7 de noviembre próximo, cuando entregará un texto que será sometido a un plebiscito el 17 de diciembre.

A la ceremonia asistieron lideres de los tres poderes, incluido el presidente Gabriel Boric, quien durante una breve intervención dijo que esperaba que las distintas partes sean capaces de “ceder lo que sea necesario” y escribir una Constitución “donde quepan todos”.

Y es que el órgano redactor estará dominado por el ultraderechista Partido Republicano que ganó 22 de los 50 escaños del consejo. Esa fuerza obtuvo, además, el poder de veto del texto. La derecha tradicional obtuvo 11 escaños, mientras que la izquierda más cercana a Boric logró 16. Además hay un consejero indígena.

A diferencia del proceso anterior, en el actual predomina la ultraderecha. Si logra sumar fuerzas con la derecha tradicional tendrían los anhelados tres quintos de los votos que les permitirían incorporar, rechazar o modificar normas, ante una minoría oficialista.

Tras elegir a su directiva el órgano redactor recibió un anteproyecto constitucional elaborado por un Consejo de Expertos con 12 bases constitucionales, entre ellas que Chile es un Estado social y democrático de derecho, que existe separación de poderes y que reconoce a los pueblos indígenas como parte de la nación.

Los cinco derechos sociales incluidos en el anteproyecto: la salud, educación, seguridad social, vivienda y agua, fueron aprobados por unanimidad.

Si el texto es aprobado en el referendo popular de diciembre, será promulgado por Boric y entrará en vigor con su publicación en la gaceta oficial. Ese mismo día la carta magna vigente desde hace 42 años quedará derogada.

Si se rechaza, seguirá vigente la actual y un posible tercer proceso debería ser aprobado por el Congreso, aunque el mandatario señaló que ante una eventual desaprobación durante su gobierno no iniciará otro intento.

Chile decide este domingo si aprueba una nueva Constitución tras un debate que inició en 2019, producto del enojo popular contra el modelo de “éxito económico” que acusan, trajo grandes desigualdades sociales.

La Carta Magna sometida a referéndum busca reemplazar una vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet, que a pesar de varias reformas en democracia dejó atada a las leyes del mercado la educación, la salud y el sistema de pensiones, sin que el Estado pueda regular la actividad privada.

Según la mayoría de las encuestas, publicadas hasta el pasado 20 de agosto, el NO al plebiscito tiene una ventaja a días de que los chilenos acudan a las casillas.

Sin embargo, en las calles la campaña del voto negativo no ha movilizado a su gente. Al contrario, el SÍ ha convocado multitudes en fiestas en distintos puntos del país.

Será la primera elección con voto obligatorio en una década y en un país con altísima tasa de abstención en las consultas más recientes. La firma Criteria indicó que 84%, es decir, 12.6 millones de personas tendrían intenciones de ir a votar, lo que podría significar una “revolución participativa”.

La campaña por el Rechazo del grupo “Amarillos por Chile” quitó del primer plano a grandes figuras de la derecha para exponer mejor las dudas de intelectuales y dirigentes de centro e izquierda.

La última evaluación del texto realizado por Criteria indicó que 42% de los encuestados reprueba su contenido según lo que ha escuchado o leído; un 28% lo aprueba aunque lo considera regular y 26% le da una nota sobresaliente.

Los defensores del nuevo texto creen que con este se cambiará un país otrora conservador y con marcadas fracturas sociales por el origen étnico y económico. Consideran que se sientan las bases para un Chile más equitativo. Sus detractores temen en cambio que con su aprobación Chile se dirija al abismo.

Si bien los chilenos dieron señales electorales claras de voluntad de cambio tras el estallido social de 2019, aprobando con 79% de apoyo la redacción de una nueva Constitución por independientes e integrantes electos por la ciudadanía, llegan al cierre de este ciclo sin certezas sobre el resultado del domingo.

Los cambios que mayores divisiones crearon e hicieron que el NO ganara terreno fueron los ajenos a la demanda de derechos sociales, donde hay respaldo transversal.  Pero el planteamiento de una mayor autonomía para los indígenas, derecho a decidir la interrupción del embarazo y controles más estrictos en el poderoso sector minero u otras industrias, en beneficio del cuidado medioambiental, atemorizaron a muchos.

Todo ello en un escenario de desaceleración económica y alta inflación, que ronda el 13% anual.

A solo tres días del plebiscito, el periodista Simón Boric, hermano del presidente de Chile Gabriel Boric, fue agredido por manifestantes en el centro de Santiago, en medio de protestas aisladas pero varias con mucha violencia.

La Convención Constitucional chilena le entregó este lunes al presidente Gabriel Boric una propuesta de nueva constitución que será plebiscitada en septiembre y, si es aprobada, reemplazará a la impuesta por la dictadura militar hace 41 años.

La propuesta, con 388 artículos y 57 disposiciones transitorias, fue entregada al mandatario por la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros, en un acto formal en el ex Congreso de la capital chilena. En la misma ceremonia Boric firmó el decreto que convoca a un plebiscito de participación obligatoria el próximo 4 de septiembre.

“Me siento honrada de presidir este momento histórico”, dijo Quinteros antes de entregarle a Boric una edición de la propuesta. Añadió que ésta “nos devuelve la esperanza al permitirnos hablar en la constitución de dignidad, inclusión, de igualdad”.

“Más allá de las legítimas diferencias que puedan existir sobre el contenido del texto”, todos deben estar orgullosos de que en la profunda crisis de 2019, con un estallido social y multitudinarias protestas, “los chilenos y chilenas optamos por más democracia, no por menos”, enfatizó el mandatario tras recibir la propuesta.

Boric destacó que el plebiscito no es ni debe ser un juicio al gobierno, sino que es el debate sobre el futuro y el destino de Chile, en alusión a su desaprobación, que no deja de subir y se ubicó en un 61% frente a una aprobación de 34%, según la encuesta semanal Cadem, empujada especialmente por la inseguridad ciudadana ante un incrementó de la delincuencia armada y a una oleada inflacionaria que en doce meses acumula un 11.5%.

Concluido el pleno y a un año de su instalación, la Convención se disolvió. El martes comenzará la campaña electoral para el referendo.

La propuesta señala en su primer artículo que “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico”, con una democracia paritaria. Además, reconoce la existencia de 11 pueblos originarios que representan el 12,8% de los 19 millones de habitantes.

Los chilenos tendrán dos alternativas en el plebiscito de septiembre: votar “Apruebo” y aceptar la Ley Fundamental propuesta por la Convención, integrada mayoritariamente por izquierdistas, o votar “Rechazo” y quedarse con la constitución impuesta por la dictadura militar de 1973 a 1990 que, aunque ha sufrido decenas de reformas, sigue siendo ilegítima en su origen.

Hay incertidumbre sobré qué opción triunfará en el referendo. Sondeos públicos de comienzos de año daban un claro triunfo la aprobación, aunque desde abril a la fecha indican que ganaría el rechazo.

La nueva carta magna también incluye nuevos derechos, entre ellos “a una vivienda digna y adecuada” e igual remuneración por igual trabajo para hombres y mujeres.

El 4 de septiembre ganará la opción que obtenga la mitad más uno de las preferencias de los 15 millones de chilenos convocados a votar, en un país en el que la abstención bordea el 50%.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó este lunes una reforma a la Constitución para habilitar la realización de un plebiscito ciudadano que decida sobre la posibilidad de redactar una nueva Carta Magna en el país.

El mandatario realizó la firma del documento en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, en donde explicó que la consulta servirá para ver si los chilenos quieren una nueva Constitución o reformar la actual, creada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

“Esta reforma abre las puertas y define el camino para lograr un gran acuerdo constitucional que nos dé ese marco institucional sólido, legítimo y compartido para poder enfrentar como país los formidables desafíos del presente y las magnificas oportunidades del futuro”, indicó Piñera.

Durante su declaración, el presidente chileno ahondó en la historia constituyente del país y las causas que han llevado al histórico acuerdo político entre el oficialismo y la oposición, que se cerró el pasado 15 de noviembre para iniciar el proceso.

La redacción de una nueva Carta Magna es una de las principales demandas del estallido social, que deja al menos 24 fallecidos y que culpa a la actual de ser el origen de la grandes desigualdades del país, pues le concedió al Estado un rol “subsidiario” (secundario) en la provisión de recursos básicos, lo que favoreció su privatización.

“Quizás lo que hemos vivido en los últimos 66 días, desde el 18 de octubre, es una clara y elocuente muestra de este cambio. Por eso hoy es que por primera vez tenemos la oportunidad de lograr, con total libertad y en plena democracia, un gran acuerdo constitucional con amplia y efectiva participación ciudadana”, añadió Piñera.

En ese sentido, destacó que será la ciudadanía la que tome la decisión en el plebiscito habilitado hoy, que se realizará el 26 de abril, y del mismo modo, si se considera redactar una nueva Constitución, ratificar el texto al final de todo el proceso constituyente en otra consulta.

“Tendremos no solamente la primera palabra de respecto a la naturaleza y el mecanismo de este acuerdo constitucional a través de un plebiscito de entrada, sino que también tendremos, si así lo decidimos, la última palabra respecto a los principios y contenidos de esa nueva Constitución a través de un plebiscito ratificatorio”, señaló el mandatario.

El acuerdo parlamentario de noviembre incluye la convocatoria de un plebiscito para preguntarle a la ciudadanía si quiere una nueva Constitución y qué mecanismo prefiere para redactarla: una convención mixta, formada a partes iguales por los actuales parlamentarios y ciudadanos electos; o una asamblea integrada solo por personas escogidas únicamente para ese fin.

Si el plebiscito es aprobado, la elección de los miembros de una u otra instancia se realizará en octubre de 2020, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales, y la nueva Constitución se ratificará en otro plebiscito con sufragio universal y voto obligatorio.

“La Constitución no es una vara mágica que resuelve en forma instantánea todos los problemas. Sí puede darnos el marco institucional adecuado para poder avanzar con las políticas públicas y la participación de toda la sociedad hacia un país con mayor capacidad de atender y satisfacer las necesidades de los ciudadanos”, afirmó Piñera.

Asimismo señaló que es importante aplacar cualquier incertidumbre que se pueda generar sobre la elaboración de la nueva Carta Magna y garantizó “un proceso constitucional limpio, libre, transparente y democrático”.

Tras realizarse el plebiscito sobre el apoyo a la Asamblea Constituyente en Venezuela por parte de los grupos de oposición, el gobierno de México se posicionó al respecto y pidió sea escuchada “la voluntad del pueblo venezolano”.

 

A través de un comunicado, el gobierno mexicano hizo un reconocimiento al “alto nivel de participación en la consulta popular (…) en Venezuela y en distintas ciudades del mundo a convocatoria de la Asamblea Nacional de ese país”.

 

De acuerdo al texto publicado, el gobierno también lamentó y condenó “los incidentes de violencia registrados durante la jornada,”, toda vez que se informara que dos personas fallecieron y cuatro resultaron heridas, luego de que se suscitara un ataque por un supuesto grupo paramilitar en contra de un centro de votación de la capital venezolana.

 

“México espera que los  resultados de la consulta popular, reflejo de la voluntad del pueblo venezolano, sean escuchados y debidamente tomados en cuenta por las partes en la búsqueda de una solución negociada que les permita restaurar el orden democrático en ese país lo antes posible”, finaliza el comunicado.

 

Foto: Twitter

Mientras en 2015 (último reporte que se tiene) la población con capacidad para votar era de más de 19 millones, y en 2013 el actual presidente Nicolás Maduro fue elegido con 7.5 millones de votos, el plebiscito que organizó la oposición venezolana este domingo, logró poco más de 7 millones de votos quienes dijeron “NO” a la Asamblea Constituyente.

 

De acuerdo a los resultados anunciados por Cecilia García Arocha, rectora de la Universidad Central de Venezuela, vocera del grupo de rectores garantes del ejercicio democrático, con el 95% de las actas escrutadas, la oposición contó 7.186.170 votos. 

 

“Con los votos que hoy manifestó el pueblo venezolano matemáticamente Nicolás Maduro está revocado el día de hoy, ese era el miedo que se le tenía al referendo revocatorio y por eso se impidió, por eso el Gobierno no quiere hacer elecciones más nunca (…) cumpliremos el mandato. Ojalá quienes tienen el poder entiendan el grito del pueblo de ‘no queremos una Constituyente'”, aseguró el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges.

 

Resultados del plebiscito

Las boletas que se ocuparon para la consulta, constaba de tres preguntas, las cuales arrojaron los siguientes resultados:

 

 

1.- ¿Rechaza y desconoce la realización de una constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela?

Sí: 98.4%
No: 0.13%

2.- ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?

Sí: 98.5%
No: 0.12%

3.- ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los poderes públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como a la conformación de un gobierno de Unión Nacional para restituir el orden constitucional?

Sí: 98.3%
No: 0.14%

 

Con información de CNN / Foto: Twitter

Este domingo, en el marco de la consulta que la oposición realiza en Venezuela sobre la Asamblea Constituyente que propone el presidente Nicolás Maudro, diversas figuras en México han reaccionado y manifestado su apoyo a través de las redes sociales, algunos han ocupado el tema para arremeter en contra de otras figuras políticas de nuestro país.

 

El escritor e historiador Enrique Krauze es uno de los mexicanos que durante esta jornada de consulta en Venezuela se ha posicionado a través de sus redes sociales. “Ningún tirano puede sostenerse contra todo un pueblo. Vencerán!”, indicó en referencia a Nicolás Maduro.

 

 

La aspirante panista a la Presidencia de la República, Margarita Zavala, reiteró su apoyo al decir “¡Vamos Venezuela!”, y citar a varios de los líderes opositores del país sudamericano.

 

 

El ex presidente de México, Felipe Calderón aprovechó la situación para arremeter contra el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien tachó de no posicionarse sobre la violencia que vive Venezuela. Calderón calificó a AMLO como “cómplice” del régimen de Nicolás Maduro.

 

 

El politólogo Luis Pazos aseguró que “los defensores de Derechos Humanos callan su violación en Venezuela”, y la hipocresía que impera en muchos de los que dicen defender la causa, pero deciden no actuar contra el régimen de Nicolás Maduro.

 

 

Vicente Fox ha sido uno de los políticos mexicanos más activos en redes sociales durante este domingo, quien en uno de sus últimos mesnsajes aseguró que “comparto la gran fiesta democrática del pueblo de Venezuela”.

 

Foto: Archivo APO

La oposición de Venezuela dio inicio a la consulta ciudadana que comenzó desde las 7:00 am de este domingo en un plebiscito simbólico para decidir si se acepta o rechaza el plan del presidente Nicolás Maduro sobre una nueva Constituyente.

 

 

Los centro de votación abrieron en todo Venezuela, en donde incluso antes de la hora marcada, ya había filas de venezolanos que habían llegado a emitir su voto.

 

 

La consulta se produce luego de que Maduro convocara a una votación el próximo 30 de julio para elegir a los miembros de una Asamblea especial que reformaría la Constitución que rige a Venezuela y que data de 1999, y que fue instaurada por Hugo Chávez.

 

 

Los centro de votación no sólo se instalaron en Venezuela; las representaciones activas en todos los países del mundo, montaron centro de votación para los venezolanos que viven en el extranjero. Países como México, Estados Unidos, España, Suiza, Argentina y más, recibirán este domingo los votos de todos los ciudadanos.

 

 

Se habla que son más de 2 mi centros de votación los que se han instalado y que ya comienzan a recibir las papeletas con su opinión. Las papeletas incluyen tres preguntas con opciones de respuesta “sí” o “no”:

  • si rechazan la Asamblea Constituyente
  • si quieren que las fuerzas armadas respalden al Congreso
  • si apoyan la conformación de un gobierno integrado por partidarios y oponentes de Maduro

 

 

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de la oposición venezolana, se ha informado que este plebiscito no tendrá validez legal, por lo que se suma a las tensiones que hay entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro, un capítulo más a un movimiento de más de 100 días de protestas antigubernamentales que han dejado más de 90 muertos.

 

 

 

Foto: Twitter

“¡Fuerza Venzuela!”, indicó el ex presidente de México, Vicente Fox, quien anunció que estará “participando en la etapa final y definitiva en la lucha por la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos. Estaré participando junto a esto héroes venezolanos para evitar la imposición convocada por el dictador Maduro a un Constituyente el próximo 31 de julio”.

 

 

Indicó que todo el mundo sabe que si la Constituyente se lleva a cabo, Venezuela enfrentará “la consolidación y perduración de una dictadura y la etapa final de la destrucción de “ese hermoso país”. 

 

El mandatario afirmó que estará en Venezuela en compañía del “presidente Pastrana, a Tuto Quiróga, a la presidenta Chinchilla y a otras voces latinoamericanas”, quienes se suman a los héroes que están luchando con su vida por su nación. Reconoció la labor de “Liliana Tintotri, Leopoldo López, Corina Machado, Capirles y otros muchos que son grandes amigos”.

 

Indicó que se Venezuela debe liberar a todos los presos políticos y poner fin a la violencia que se vive en las calles desde hace más de tres meses, y regresar al país a un camino democrático y una ayuda humanitaria urgente para todas las familias del país. “Un respeto absoluto a la autonomía del Congreso que ha sido violado, que ha sido agredido y violentado”.

 

Fox hizo un llamado a toda latinoamerica para “no dejar pasar esta situación y poner un punto final a esta catástrofe. Todos debemos hacer hoy lo que queremos evitar que el día de mañan pueda pasar en nuestro propios países, vamos, fuerza Venezuela”.

 

Foto: Twitter

Autoridades venezolanas ordenaron a las empresas de radio y televisión abstenerse de “promocionar” el plebiscito simbólico que celebrará la oposición este domingo próximo, o de lo contrario se enfrentarán a una serie de sanciones, así lo dio a conocer el gremio de la prensa al considerar la medida como un acto de “censura”.

 

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) rechazó esta “arbitraria e inconstitucional decisión (…) de prohibir a los medios de comunicación radioeléctricos publicar informaciones que hagan referencia a la ‘consulta popular'”.

 

De acuerdo a directivos del medio, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) citó el miércoles a los representantes de emisoras de radio y televisión para exhortarlos a tener “cuidado con el tratamiento de esta cobertura”, pues de acuerdo con el presidente Nicolás Maduro, es una “actividad al margen de la Constitución, por lo cual el medio podría ser sancionado si promueve alguna actividad fuera de ese marco”.

La medida prohíbe además difundir publicidad sobre la consulta. “Vamos a poder cubrir el evento, lo que no podemos hacer es llamados a participar”, añadió la fuente consultada por la agencia AFP. 

En contraste con estas restricciones, Conatel pidió a los medios “colaborar con la promoción de la Constituyente”, cuyos integrantes serán elegidos el 30 de julio, comentó León.

 

Con información de AFP / Foto: Twitter

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, encabezó esta tarde un anuncio de parte de los partidos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y grupos de oposición al gobierno de Nicolás Maduro, para la celebración de un plebiscito en donde sean los ciudadanos quienes decidan si aceptan o rechazan la formación de la nueva Asamblea Constituyente.

 

 

“Que sea el pueblo el que decida si rechaza o desconoce la Constituyente convocada inconstitucionalmente por Nicolás Maduro”, sostuvo Borges en un acto público.  “Toda las organizaciones que suscriben este documento expresan lo siguiente: De tal manera, solicitamos a la Asamblea Nacional que, de acuerdo con el artículo 71 de la Constitución nacional convoque a un proceso de decisión soberana para que sea el pueblo quien decida el rumbo que debe asumir el país”.

 

El referéndum se realizará el próximo 16 de julio y será a partid de este resultado resultado que se activará “el levantamiento democrático en la totalidad del territorio nacional”.

 

 

Ese referéndum incluiría dos preguntas más; una sobre el papel que de acuerdo a la ciudadanía deben desempeñar los funcionarios y las fuerzas armadas en cuanto al “orden constitucional”, y una más sobre si los ciudadanos apoyan la renovación de los poderes públicos.

 

Con información de El País /  Foto: Twitter