Los estadounidenses tienen trescientos diez millones de armas de fuego, aproximadamente un arma por persona. Ningún otro país tiene una tasa de propiedad de armas tan alta (el número dos es Yemen, donde la tasa es la mitad de la de los Estados Unidos). Pero las motivaciones detrás del hábito de tener armas han cambiado dramáticamente a lo largo de los años, en parte por los acontecimientos mundiales y en parte por la venta de armas de fuego.

 

¿Por qué los estadounidenses compran armas en tan grandes cantidades? ¿Cómo esperan usarlas? ¿Cómo han evitado los fabricantes de armas un control de armas más estricto?

 

 

 

 

Texto publicado en The New Yorker por Evan Osnos

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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