La firma RISC, especializada en servicios de consultoría relacionados al reaseguro de ramos técnicos y daños, analizó, con base en la información pública disponible, el incendio en las instalaciones del Metro de la CDMX ocurrido el sábado 9 de enero. Concluyó que se trató de un siniestro que se pudo evitar.

De acuerdo con el análisis interno que entregó a sus socios, y al cual tuvo acceso Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), el siniestro que consumió el edificio de cinco pisos, una planta baja y un sótano pudo haberse prevenido si las instalaciones hubieran recibido el mantenimiento mínimo y se acataran disposiciones en materia de protección civil.

“Este evento se presta para un debate más detallado sobre eventos catastróficos que con medidas de prevención se pueden evitar sin duda alguna. Asimismo, nos hace luz (sic) sobre muchos aspectos adicionales que nos indican que en este caso el riesgo, desde un punto de vista integral, no estaba controlado, como un barco sin timonel”, expone RISC en el reporte fechado el 12 de enero.

Recordemos que el incendio de la madrugada del 9 de enero provocó la muerte de una policía, la destrucción del inmueble y dejó a la Ciudad de México sin servicio durante días de la mitad de las líneas que conforman la Red. Tres líneas (1, 2 y 3) tardaron semanas en reincorporarse y no están aún a su plena capacidad. Apenas ayer retomó actividades la línea 2.

El 21 de enero la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y la directora del Metro, Florencia Serranía, donde rechazaron que no se destinaran recursos para el mantenimiento del Metro. “No importa lo que se diga, el mantenimiento en el Metro se está dando, es falso que no se está dando. Se está dando más y se está dando mejor”, sostuvo la directora del Metro.

Sin embargo, de las labores de mantenimiento en el “cerebro” del Metro poco se sabe a pesar de que los cinco transformadores que ahí se ubicaban -y que eran los que permitían la operación de la mitad de todo el sistema- han sobrepasado por mucho su vida útil.

Según el reporte de RISC, en promedio, dichas instalaciones tienen una vida útil máxima de entre 25 y 30 años,  pero los que operaban en la sede del Metro ya acumulan 51 años de servicio.

La consultora también destaca que había que preguntarse con qué regularidad se llevó a cabo el análisis de gases disueltos (DGA) de los propios transformadores y con ello se podrían conocer los componentes químicos en el aceite con el que operan. No haberlo hecho regularmente, expone RISC, habría sido “una falla imperdonable”.

“Evidentemente se ha dado más importancia a la ampliación de la red que a la modernización de los sistemas operativos (…) este caso nos enseña la importancia de un crecimiento y una modernización integral”, señala la consultora.

 

Investigación completa en MCCI

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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