Cientos de personas despidieron este viernes a Alexéi Navalny en un funeral celebrado en Moscú bajo una fuerte presencia policial.

Según sus seguidores, varias iglesias de Moscú se negaron a celebrar la misa del hombre que luchó contra la corrupción oficial y organizó multitudinarias protestas que lo llevaron a convertirse en el principal enemigo político del presidente del país, Vladímir Putin.

Muchos líderes occidentales culparon al mandatario ruso de la muerte de su rival luego de que se confirmara su muerte en una cárcel del ártico; la acusación ha sido rechazada por el Kremlin.

El equipo de Navalny obtuvo finalmente permiso en la Iglesia del Ícono de la Madre de Dios Alivia mi Sufrimiento, que estuvo rodeada de barreras para el control de multitudes. Horas antes del servicio, cientos de personas esperaban para entrar a la iglesia.

En la larga fila se pudo ver a diplomáticos occidentales y a los políticos locales Boris Nadezhdin y Yekaterina Duntsova. Ambos aspiraban a enfrentarse a Putin en las elecciones presidenciales que tendrán lugar a mediados de marzo y que se oponen a la guerra en Ucrania. Sin embargo, sus candidaturas no fueron aprobadas.

Tras llegar en un coche fúnebre a la iglesia, el ataúd salió el vehículo entre aplausos y cánticos de “¡Navalny! ¡Navalny!”. Algunos gritaron “¡Tú no tenías miedo, nosotros tampoco!”.

Una foto tomada dentro del templo mostraba un ataúd abierto con el cadáver de Navalny cubierto de flores blancas y rojas, y a su madre sentada al lado sosteniendo una vela. El padre del opositor también estaba presente, pero no estuvo claro quién más de su familia acudió.

Su viuda, Yulia Navalnaya, pronunció un discurso hace apenas dos días ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia. Su hija estudia en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y se desconoce el paradero de su hijo.

Todos los colaboradores más cercanos a Navalny se han marchado de Rusia por la presión y siguieron el funeral, que se emitió en vivo por su canal de YouTube, desde el extranjero.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, pidió a quienes se congregaron en Moscú y en otros lugares que no incumplieran la ley y apuntó que cualquier “concentración (multitudinarias) no autorizada” constituye una violación.

Más tarde se llevó a cabo el entierro en el cercano cementerio Borisovskoye, donde también había una fuerte presencia policial.

La madre del opositor pasó ocho días intentando que las autoridades le entregaran el cuerpo de su hijo. Las autoridades rusas no han anunciado la causa de la muerte de Navalny, que tenía 47 años. Incluso el propio viernes, la morgue donde se encontraba el cadáver demoró su entrega, indicó Ivan Zhdanov, un estrecho colaborador de Navalny y director de su Fundación Anticorrupción.

En un primer momento, las autoridades alegaron que no podían entregar el cadáver porque debían realizar pruebas post mortem. Navalnaya, de 69 años, le pidió al presidente a través de un video la devolución de los restos mortales de su hijo para poder enterrarlo con dignidad.

Un director de una funeraria dijo que se le “prohibió” trabajar con los partidarios de Navalny. El equipo del opositor también tuvo dificultades para encontrar un coche fúnebre.

El opositor estaba preso desde enero de 2021, cuando regresó a Moscú para enfrentar una detención segura luego de recuperarse en Alemania de un envenenamiento con un agente neurotóxico del que culpaba al Kremlin.

Foto: X @sandro_pozzi

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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