El gobierno chileno criticó con dureza el discurso de Luis Silva, uno de los constituyentes que en nombre del partido ultraderechista “Republicanos” redactarán la nueva Constitución, quien valoró de forma positiva la dictadura del general Augusto Pinochet.

En declaraciones a una televisora lcoal, Silva, el candidato más votado en las elecciones al nuevo Consejo Constituyente, describió al dictador como “un gran estadista” y pidió que “se haga una lectura ponderada de su gobierno”.

“Hay un dejo de admiración porque el hecho de que creo que fue un gran estadista, un hombre que supo conducir el estado”, afirmó antes de subrayar que “no se debe “simplificar o reducir con toda la gravedad que tiene esos 17 años a las violaciones de los derechos humanos”.

“Porque creo que entonces nos privamos como chilenos de una comprensión equilibrada de nuestra historia y cuando eso ocurre somos muy malos intérpretes del presente. Hay un desafío ahí, especialmente para las generaciones jóvenes, de superar esa lectura dicotómica del gobierno de Pinochet”, agregó.

Silva integra el grupo de 51 constituyentes que deben sugerir un texto que sustituya la Carta Magna vigente, escrita en 1981, en plena dictadura.

Tras difundirse los comentarios, la ministra portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, expresó “la gran preocupación” por este tipo de discursos e insistió en que el objetivo debe ser hacer un ejercicio de memoria, de reconocer lo que sucedió, de no negarlo, de reparar, de señalar la verdad, y hacer justicia, pero a la vez pensar también en el presente, y en el futuro.

“Más allá de las declaraciones en particular (de Luis Silva), en los 50 años del golpe, no solo valoremos la democracia y el respeto a los derechos humanos, sino que trabajemos en el presente por fortalecerla. Porque todos los problemas de la democracia hay que solucionarlos, como decía el presidente, con más democracia, y nunca con menos, y nunca con salidas fáciles o autoritarias”, agregó.

En la misma línea, la ministra de Interior, Carolina Toha, hija de un ministro del gobierno derrocado durante el golpe de estado de 1973, opinó que “ningún dictador merece admiración. Ciertamente, Pinochet que lo conocimos de cerca no, ni él ni ningún otro”.

A las críticas se sumó el gobierno chileno, Gabriel Boric, quien a través de sus redes sociales dijo que Pinochet fue un dictador, esencialmente antidemócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto.

“Fue también corrupto y ladrón. Cobarde hasta el final hizo todo lo que estuvo a su alcance x evadir la justicia. Estadista jamás”, puntualizó.

La polémica estalla 24 horas después de que se publicara el resultado del reconocido Barómetro CERC-MORI, que examina la transición chilena desde 1989, en le que se apuntó que más de un tercio de los chilenos apoyan el legado de un régimen autoritario que se hizo con el poder a través de las armas en 1973 y emprendió una sangrienta represión de la que todavía hoy, medio siglo después, miles de familias de detenidos desaparecidos sufren sus consecuencias.

La controversia coincide, además, con la noticia de que un grupo de diputados oficialistas prepara una propuesta de proyecto de ley que tipifica y sanciona el negacionismo de violaciones a los Derechos Humanos, incluso con penas de prisión de hasta 61 días.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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