Emmanuel Macron y Marine Le Pen han iniciado ya con sus campañas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas del próximo 24 de abril, luego de que ayer fueron los ganadores de la primera vuelta, buscando atraer a los votantes de los candidatos que no avanzaron.

Según el recuento de votos que concluyó este lunes, muestra que Macron logró imponerse con un 27.84% de los votos, frente a un 23.15% que obtuvo Le Pen. Ambos mejoraron sus registros de la primera vuelta de 2017, e incluso el presidente logró un margen ligeramente mayor.

En tercera posición terminó el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, de la Francia Insumisa, con un 21.95%. También por encima del 19.58% que había conseguido en 2017, cuando había finalizado en cuarta posición por detrás del que fue entonces el pretendiente de Los Republicanos (LR), François Fillon.

Esta vez, la cuarta posición con un 7.07% de los sufragios correspondió al ultraderechista Éric Zemmour, que fue el gran fenómeno mediático durante varios meses de la precampaña pero que se desinfló después, en parte desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

Por detrás de Zemmour y ya por debajo del umbral del 5%, que da derecho al reembolso de los gastos electorales, quedaron Valérie Pécresse de LR (4.78%); el ecologista Yannick Jadot (4.63%); el defensor del mundo rural Jean Lasalle (3.13%); el comunista Fabien Roussel (2.28%), el soberanista Nicolas Dupont-Aignan (2.06%); la socialista Anne Hidalgo (1.75%), el trostkista Philippe Poutou (0.77%) y la también trostkista Nathalie Artaud (0.56%).

La abstención fue relativamente alta para una primera vuelta de las presidenciales en Francia (26.31%), pero sin llegar a los niveles récord de 2002.

Los sondeos de intención de voto divulgados hasta ahora coinciden en una victoria de Macron el próximo 24 de abril, pero por un margen mucho más estrecho que el contundente 66.1% vs 33.9% de 2017. Ahora, la reelección del presidente sería por una diferencia de entre 2 y 8 puntos porcentuales, según cuatro institutos demoscópicos.

Tras conocer los resultados, los candidatos del arco político que va desde la derecha moderada hasta el comunismo hicieron llamamientos a votar a Macron, o al menos a no votar por Le Pen. Se trata de una nueva edición del llamado “frente republicano”, como se llama en Francia al cordón sanitario para evitar que la ultraderecha llegue al poder en cualquier nivel de gobierno.

El hundimiento de las dos grandes formaciones tradicionales de centroderecha (Los Republicanos) y centroizquierda (Partido Socialista) hace que los dos aspirantes al Elíseo tengan que buscar votos entre electores más radicalizados o en la abstención, que fue la segunda más alta en una primera vuelta.

Los resultados del domingo muestran que Le Pen fue la más votada en 20,484 poblaciones, por las 11,788 de Macron, mientras que Mélenchon logró 2,970. Esto confirma la posición dominante de Le Pen entre las clases populares de pequeñas poblaciones, que se sienten desatendidas por el gobierno y alejadas de los beneficios de la globalización.

En cambio, las ciudades medianas y grandes han estado dominadas claramente por Macron y Mélenchon.

La primera vuelta ha puesto en evidencia, además, la progresión del electorado de extrema derecha, que suma ya casi un tercio (un 32%) en tres candidaturas, con un claro dominio en la regiones del norte, centro, este y sureste del país.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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