El Papa Francisco lamentó este jueves que los traficantes de armas ganen “con la sangre de los hombres y de las mujeres”, e instó al mundo a detener las espirales de violencia que sólo benefician a unos pocos “señores de la guerra”.

 

En una entrevista con el diario italiano “La Repubblica” dijo que el pecado  de hoy se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diferentes formas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles. Y los que pagan la factura siempre son los últimos, los inermes.

 

El Sumo Pontífice consideró que responder a la violencia con violencia conduce a migraciones forzadas y a enormes sufrimientos, porque grandes cantidades de recursos son destinados a objetivos militares y sustraídos a las exigencias cotidianas de los jóvenes, de las familias en dificultades, de los ancianos, de los enfermos, de la gran mayoría de los habitantes del mundo.

 

“En el peor de los casos puede llevar a la muerte, física y espiritual, de muchos, cuando no de todos”, puntualizó.

 

El Papa recordó que el siglo pasado “estuvo devastado por dos guerras mundiales homicidas, conoció la amenaza de la guerra nuclear y un gran número de otros conflictos”, mientras actualmente “nos enfrentamos a una terrible guerra mundial por partes”.

 

“¿La violencia permite alcanzar objetivos de valores duraderos? ¿Todo lo que se obtiene con la guerra no desencadena represalias y una espiral de conflictos letales que solo dan beneficios a los pocos señores de la guerra?”, se pregunta el pontífice.

 

 

Con información de Agencias/ Foto:

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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