El líder del partido socialista español y jefe de gobierno saliente Pedro Sánchez fue investido este martes como presidente de un inédito gobierno de coalición de izquierda, tras una ajusta votación en el Congreso de los Diputados que pone fin a meses de parálisis política en el país.
? Hoy, #167Valientes han votado sí, han votado a #PedroSánchezPresidente.
Comienzan cuatro años de una coalición progresista con unos objetivos claros:
⚖ La justicia social
✊ La libertad
? La cohesión territorial
¡ G R A C I A S ! ??✊ pic.twitter.com/R0hGUWchs0
— PSOE (@PSOE) January 7, 2020
Sánchez, de 47 años, recibió 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, una mínima diferencia que fue suficiente para tener éxito en la segunda vuelta donde le bastaba una mayoría simple, es decir más ‘síes’ que ‘noes’.
En un primer voto, el domingo, no alcanzó la necesaria mayoría absoluta de 176 de los 350 diputados.
“Va a haber una coalición progresista, porque así lo han decidido los españoles y la mayoría parlamentaria del Congreso”, dijo Sánchez antes del voto, donde llamó a acabar con el bloqueo político que mantuvo al país por meses “desprovisto de herramientas para abordar sus problemas y para encarar los desafíos de futuro”.
El ínfimo margen con el que se impuso Sánchez hace presagiar una legislatura muy complicada para el socialista, que presidirá el primer gobierno de coalición desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975, al que la derecha y la extrema derecha han prometido hacer una oposición sin tregua.
La expectación se mantuvo hasta el último momento, con los parlamentarios socialistas denunciando “amenazas y coacciones” de partidos de la oposición para que descarrilara la votación.
Llegado al poder a mediados de 2018 mediante una moción de censura que desbancó al conservador Mariano Rajoy, Sánchez ocupará de nuevo la presidencia gracias a los socialistas, la izquierda radical de Podemos, su futuro socio de gobierno, los nacionalistas vascos del PNV y otros pequeños partidos regionales.
Clave en esta segunda votación en un Parlamento muy fragmentado fue la abstención de la formación independentista Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), que significa un voto de confianza aunque con “escepticismo” al PSOE, según dijo en la tribuna la diputada Montse Bassa.