Aunque el presidente Donald Trump cambia de ideas con el paso de las horas del día, las historias más importantes de la Casa Blanca se cuentan de noche.

 

Los invitados de Trump discuten con las luces apagadas. En el Ala Oeste casi vacía y con pocas luces encendidas, se encuentra el principal estratega de Trump, Stephen Bannon, un estratega, quien suele terminar sus días de 16 horas de trabajo imaginando nuevas líneas de ataque.

 

Por lo general, llegada la tarde, Trump se va a la residencia para descansar y usar Twitter de vez en cuando. Como su esposa, Melania, y su hijo más joven, Barron, están en Nueva York, casi siempre está solo. Cuando Trump no está viendo televisión ni hablando por teléfono con sus antiguos empleados y asesores de campaña, en ocasiones se pone a explorar los rincones de su nueva casa.

 

Durante sus primeras dos semanas vertiginosas en el cargo, Trump, un presidente ajeno a la política que trabaja con un equipo sorprendentemente pequeño de no más de media decena de asistentes que prácticamente no tienen experiencia alguna en la Casa Blanca o el gobierno federal, preocupó a su país y al mundo con una serie de órdenes ejecutivas diseñadas para cumplir promesas de campaña y provocar a varios líderes mundiales.

 

“Estamos haciendo grandes cambios con rapidez”, dijo Bannon, cuando le preguntaron acerca de la conmoción de esas primeras dos semanas. “No vinimos aquí para hacer pequeñeces”.

 

Pero algo es evidente para sus aliados y sus oponentes: cuando se trata de gobernar, hacer las cosas rápidamente no siempre es garantía de que sean un éxito.

 

Este recuento de los primeros días de Trump en la Casa Blanca se basa en entrevistas con decenas de funcionarios de gobierno, asistentes del congreso, antiguos miembros del equipo y otros observadores de la nueva administración, muchos de los cuales prefirieron permanecer en el anonimato. El protagonista de esta historia, según estas fuentes, es un mandatario determinado a hacer grandes cambios pero cada vez más frustrado por los esfuerzos de su pequeño equipo para contener las reacciones negativas.

 

“¿Qué vamos a hacer con esto?”, le dijo Trump a un asistente la semana pasada, un periodo de caos brevemente interrumpido por la exitosa nominación del juez Neil Gorsuch a la Corte Suprema de Estados Unidos.

 

Chris Ruddy, el director general de Newsmax Media y un viejo amigo del presidente, dijo: “Creo que, en su mente, el éxito se medirá a partir de los números en las encuestas. Si siguen siendo malos o bajan más, entonces alguien tendrá que cargar con algo de la responsabilidad”.

 

“Personalmente, pienso que no están viendo todo el panorama”, dijo Ruddy acerca del equipo de Trump. “Ahora él y su administración están tan atrapados en el caos que los demócratas, los manifestantes y los medios advierten su debilidad”.

 

 

 

Texto completo en The New York Times

Foto: Archivo APO

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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