Pablo Hiriart

El Financiero

 

 

 

El costo de las principales promesas de campaña de López Obrador que pone en su libro 2018, la salida, es de un billón 20 mil 400 millones de pesos.

 

Puesto en números: $ 1,020,400,000,000.00, como lo detalló ayer en estas páginas el reportero Héctor Gutiérrez.

 

Tal cantidad es difícil de escribir, pero es todavía más difícil conseguirla, ya que se trata de dinero que no está en el presupuesto.

 

Es una locura. Otra tomada de pelo del mismo personaje que llega a vender espejitos de vidrio a los sectores pobres y medios cada seis años.

 

Dice en su libro que el costo de sus promesas (becas, apoyos a la población, obras) tendrían un costo de 550 mil millones de pesos.

 

Sin embargo, ahí no contabiliza la reconfiguración de tres refinerías y la construcción de dos, una en Campeche y otra en Tabasco.

 

Ese, el de construir dos refinerías, es el peor disparate de todos.

 

Cada una tiene un costo de diez mil millones de dólares, lo que equivale a 420 mil millones de pesos por las dos.

 

Las reconfiguraciones (que sí son necesarias algunas, para aprovecharlas), tienen un costo de 50 mil 400 millones de pesos.

 

Olvidémonos de dónde va a sacar el dinero (más deuda, si es que le prestan), y veamos el para qué.

 

¿Qué sentido tiene construir dos refinerías en el país y gastar esa monstruosidad de dinero?

 

Hay sobreoferta de refinación en el mundo. Sobran las refinerías.

 

Apenas hace diez años en Estados Unidos había 300 refinerías. Hoy quedan 150. Y son muchas.

 

Supone López Obrador que al construir refinerías aquí la gasolina nos va a salir gratis a los mexicanos.

 

Durante sus recorridos por el país se habrá podido dar cuenta que en Paracho no regalan las guitarras, ni en Veracruz los huachinangos ni en Uruapan los aguacates.

 

¿Por qué va a salir gratis la gasolina si la producimos en Tabasco o en Campeche?

 

¿O por qué va a costar más barata por el hecho de producirla aquí, y no va a tener el precio del mercado?

 

Sí nos ahorraríamos el costo transporte Texas-México, pero eso es todo. 

 

¿O por qué cree que el sector privado no hace filas para construir refinerías en México, ahora que se puede? 

 

Porque no es negocio. Y cuando lo era, López Obrador amenazaba con incendiar el país si se abría la petroquímica básica al sector privado. Nos abrimos tarde, a destiempo.

 

Y si quiere refinerías, es más barato comprarlas en el extranjero. Hay ofertas precisamente porque ya no es buen negocio la refinación.

 

La fiebre de gasto extra presupuesto que trae López Obrador nos llevaría a la bancarrota absoluta. La quiebra del país. Ahí están sus números.

 

Fue así como los gobiernos populistas derrocharon el dinero en la construcción de fábricas de bicicletas, hoteles, equipos de futbol puentes donde no había ríos. Y quebraron a México.

 

Nos ha costado décadas iniciar una recuperación, con caídas por errores internos y situaciones externas, y AMLO nos propone otra vez regresar a la época de los elefantes blancos.

 

¿Sabrá López Obrador que miente?

 

Pienso que sí. Cuando dice que en Guatemala la gasolina (16.7 pesos por litro) es más barata que en México (15.99 pesos por litro), está mintiendo.

 

Sus promesas son incumplibles. Cuando esté en el gobierno, si llega, y no pueda hacer lo que prometió, correrá por la puerta populista (de izquierda): expropiaciones y conflicto con el mundo (de izquierda y de derecha).

 

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



Escribe un comentario