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Tras estar una semana en la cárcel como parte de una investigación por corrupción, el expresidente brasileño Michel Temer fue puesto en libertad este miércoles.

Un juez en Río de Janeiro aprobó la excarcelación y Temer salió del cuartel policial donde llevaba detenido desde el 9 de mayo.

Cuatro jueces votaron el martes por unanimidad a favor de dejar en libertad al político de 78 años de edad, al considerar que las circunstancias no justificaban una detención preventiva. El veredicto definitivo será emitido por un tribunal superior más adelante.

Temer es investigado por acusaciones de haber aceptado sobornos de la empresa constructora Odebrecht a cambio de contratos para construir una planta nuclear en el estado de Río de Janeiro. El exmandatario niega haber cometido ilegalidad alguna.

Esta es la segunda vez desde que dejo la presidencia el 1 de enero en que Temer es arrestado y dejado en libertad.

Un tribunal brasileño ordenó que el expresidente Michel Temer vuelva a la cárcel debido a la investigación en curso en su contra por acusaciones de corrupción.

Temer fue presidente desde 2016 (tras la destitución de Dilma Rousseff por una presunta malversación) y hasta fines de 2018, cuando fue arrestado como parte de una investigación sobre sobornos en la construcción de una planta nuclear.

Durante su mandato, los fiscales acusaron a Temer de corrupción en tres ocasiones. Pero la cámara baja del Congreso nunca dio su consentimiento para retirarle la inmunidad para que fuera enjuiciado. Su inmunidad terminó cuando dejó el cargo.

El abogado de Temer, Eduardo Carnelos, comentó a la televisora Globo que sólo podía “lamentar” la decisión del tribunal. Dijo que Temer se presentaría ante las autoridades este jueves.

La policía federal de Brasil reveló que una unidad de aire acondicionado fue “la causa principal” del incendio que destruyó el Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro.

Expertos en incendios presentaron las conclusiones de una investigación de siete meses sobre el siniestro ocurrido el 2 de septiembre del año pasado, que comenzó en el auditorio del museo y se extendió rápidamente al resto del edificio, destruyendo la mayoría de sus 20 millones de artefactos.

Los investigadores dicen que no saben qué desató el incendio dentro de la unidad, pero subrayaron que aparte de los extintores, el museo carecía de la mayoría de los dispositivos recomendados contra este tipo de siniestros, tales como mangueras, rociadores suficientes y puertas antillamas.

De acuerdo con la organización sin fines de lucro Open Accounts, que monitorea gastos, el museo había dedicado apenas 4 mil dólares a equipo de seguridad entre el 2015 y el 2017.

En el incendio, el museo perdió la mayor parte de su acervo, que estaba conformado por colecciones históricas, que incluían artefactos egipcios y el fósil humano más antiguo encontrado en Brasil.

El expresidente de Brasil, Michel Temer, fue acusado este viernes de nuevos cargos de corrupción, un día después de haber sido imputado en otro caso similar, informó la oficina de la fiscalía federal en Río de Janeiro.

Temer, quien fue presidente desde 2016 hasta fines de 2018, fue arrestado la semana pasada como parte de una investigación sobre sobornos en la construcción de una planta nuclear. Posteriormente fue liberado.

Los fiscales han dicho que Temer dirigió una “organización criminal” que actuó durante los últimos 40 años y que podría haber cobrado sobornos por más de mil 800 millones de reales, equivalentes a 462 millones de dólares, como parte de numerosos esquemas de corrupción.

El cargo de este viernes está relacionado con el complejo de la central nuclear de Angra en la costa de Río de Janeiro y otras empresas estatales.

El jueves, Temer fue acusado de corrupción por cargos de usar un intermediario para obtener una maleta llena de dinero en efectivo del mayor productor de carne del mundo, JBS SA .

El expresidente de Brasil, Michel Temer, fue arrestado este jueves, en el marco del amplio proceso anticorrupción conocido como ‘Lava Jato, informó a la agencia Reuters una fuente implicada en el caso.

Temer fue presidente entre 2016 y 2018, en reemplazo de la mandataria electa Dilma Rousseff, quien fue destituida en un juicio político.

Una vocera de la fiscalía de Río de Janeiro dijo a The Associated Press que el juez Marcelo Breitas emitió la orden. La vocera habló bajo la condición reglamentaria de anonimato.

El juez Breitas supervisa una parte de la gran investigación de sobornos a políticos y funcionarios públicos.

Desde su inicio en marzo de 2014, la llamada investigación ‘Autolavado’ (‘Lava Jato’) ha enviado a la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, además de prominentes empresarios y políticos.

El Gobierno brasileño y el de Estados Unidos firmaron un acuerdo en Washington que permite al país norteamericano lanzar cohetes espaciales, satélites y misiles desde la base brasileña de Alcántara, situada en el estado de Maranhao. Representantes de ambos gobiernos firmaron el Acuerdo de Salvaguardas Tecnológicas (AST), que posibilita el uso comercial de la base brasileña, en una ceremonia con la presencia del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Este acuerdo de cooperación es el primer resultado concreto de la visita oficial de Bolsonaro a Estados Unidos, que culminó ayer con la reunión con su homólogo estadounidense, Donald Trump.

Dicho acuerdo protege el contenido de tecnología estadounidense usado en el lanzamiento de cohetes y misiles a partir de la base de Alcántara, y destaca la no proliferación de tecnologías de uso dual, es decir, cuando estas son usadas para fines civiles o militares.

El 80% del mercado espacial utiliza tecnología estadounidense, por lo que la ausencia de un acuerdo limitaba el uso de la base brasileña. Su proximidad con la línea del ecuador convierte a la base de Alcántara en un lugar estratégico, ya que gracias a su posición geográfica se economiza en un 30% el consumo de combustible en los lanzamientos.

“Tendremos en Alcántara un espacio para protección de tecnología estadounidense, pero sigue siendo de jurisdicción brasileña. No es cesión de territorio para nadie”, explicó en una entrevista al diario ‘O Estado’ el embajador de Brasil en Estados Unidos, Sergio Amaral.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que siempre soñó con “liberar” a Brasil de la “nefasta ideología de izquierda” y agradeció la inspiración que recibió del escritor Olavo de Carvalho, el “gurú” de la derecha.

Asimismo, Bolsonaro consideró que Venezuela “debe ser liberada” para lo que se cuenta con el apoyo de Estados Unidos, país al que, junto con Canadá, Australia y Japón, exentó los visados para visitar la nación sudamericana.

“Yo siempre soñé con liberar a Brasil de la nefasta ideología de izquierda”, dijo, según un video divulgado por su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro.

El líder brasileño se encuentra desde el domingo en Estados Unidos, donde se reunirá con su homólogo Donald Trump para tratar, entre otros temas, la crisis en Venezuela. “Debemos resolver el problema de nuestra Venezuela. Venezuela no puede seguir así. Deben ser liberados. Y obviamente creemos y contamos con el apoyo de Estados Unidos para lograr este objetivo”, dijo en un discurso ante la Cámara de Comercio.

Bolsonaro, quien sobrevivió a un atentado durante la campaña electoral, agradeció a Dios por iluminarlo mientras “Brasil se encaminaba hacia el socialismo, hacia el comunismo”. “Si eso no ocurrió fue gracias a dos milagros: haber sobrevivido a una puñalada en el abdomen, y haber ganado la elección”, dijo, afirmando que se propone “deshacer” el legado de gobiernos anteriores.

“Brasil no es un terreno abierto donde pretendemos construir cosas para nuestro pueblo. Tenemos que deshacer muchas cosas, para después empezar a hacer”, enfatizó durante una cena en la embajada brasileña en Washington a la que asistieron el propio De Carvalho y Steve Bannon, el ultraderechista exasesor del presidente Trump.

Fuera de la agenda que tenía prevista en la capital estadounidense, el presidente brasileño se reunió con autoridades de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para tratar estrategias contra el crimen organizado y el narcotráfico.

Bolsonaro rompió, además, la tradición de los mandatarios brasileños de realizar su primer viaje al extranjero a Argentina, lo hizo a Estados Unidos, un gesto que Trump correspondió alojándolo en Blair House, la residencia oficial para huéspedes situada frente a la Casa Blanca.

Este jueves, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó, al recibir al jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, que su Gobierno no cejará en la búsqueda de “lo que los venezolanos desean: democracia y libertad”.

En un pronunciamiento conjunto tras una reunión privada, el jefe de Estado brasileño afirmó que Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por Brasil y otros cincuenta países, es “una esperanza” en el proceso de recuperación de la democracia y la “libertad”.

“A veces nos preguntamos cómo puede un país rico y próspero, con un pueblo maravilloso, llegar a la situación caótica” de Venezuela, planteó Bolsonaro, quien responsabilizó de ello a “esa izquierda a la que le gustan tanto los pobres que acaba multiplicándolos”.

Bolsonaro sostuvo que Brasil “estaba en un camino similar, pero el pueblo se despertó en parte” en las elecciones del año pasado y le dijo no a ese populismo y la demagogia barata que conduce a donde se encuentra Venezuela”.

Guaidó llegó a Brasilia esta madrugada, procedente de Bogotá, a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, tras salir de su país por tierra hacia Colombia el pasado viernes.

El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, visitará Brasil el jueves y se reunirá con el presidente de ese país, Jair Bolsonaro, y otros funcionarios del gobierno, anunció este miércoles su representante en Brasilia, María Teresa Belandria.

Belandria, que llegó a la capital de Brasil hace dos semanas y presentó credenciales de embajadora, dijo por teléfono que la reunión en el Palacio del Planalto está confirmada para las 14:00 horas. Pero el portavoz presidencial Rego Barros dijo que la agenda de Bolsonaro del jueves aún no estaba definida.

Brasil y decenas de otras naciones han reconocido a Guaidó como el presidente interino de Venezuela, aumentando la presión sobre el mandatario Nicolás Maduro, que enfrenta un cerco diplomático y sanciones a la industria petrolera estatal venezolana por parte de Estados Unidos.

Según el diario venezolano El Nacional, Guaidó irá a varias naciones de la región para hablar sobre la crisis en su país.

El Gobierno brasileño, en un esfuerzo encabezado por el canciller Ernesto Araújo, participó en la operación de ayuda humanitaria impulsada por Estados Unidos, acumulando 200 toneladas de alimentos y medicinas en la ciudad norteña de Boa Vista, cerca a la zona limítrofe con Venezuela.

En la frontera entre ambos países el fin de semana pasado hubo incidentes entre manifestantes opositores y fuerzas de seguridad venezolanas, que dispararon gases lacrimógenos y balas de goma cuando se intentaba cruzar la ayuda en camiones.

Ante una epidemia de violencia homicida y corrupción implacable, los gobiernos recién elegidos en América Latina han presentado ambiciosos planes de reducción de la delincuencia. A pesar de provenir de gobiernos tanto de izquierda como de derecha, estos planes tienen un sorprendente denominador común: prescriben una intensificación del enfoque de la mano dura en la seguridad pública que implica una postura cada vez más dura sobre la aplicación de la ley y una fuerte dependencia de los militares.

En Brasil, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, lanzó una nueva estrategia contra la delincuencia a principios de febrero, apenas cuatro semanas después de la toma de posesión del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. El paquete es un extenso conjunto de medidas diseñadas desde la perspectiva de un juez. Las estrategias van desde la criminalización de fondos no declarados utilizados para campañas electorales (una práctica comúnmente conocida en Brasil como caixa dois) y el permiso legal para desplegar policías en investigaciones relacionadas con el lavado de dinero, el tráfico de drogas y el contrabando de armas ilegal.

Las reacciones al plan por parte de expertos en seguridad han variado de un elogio cauteloso a una preocupación abierta, aunque algunos aspectos del paquete se han ganado los elogios de las asociaciones profesionales de seguridad pública y justicia penal. Algunos de los otros jueces de Moro, por ejemplo, han elogiado los cambios propuestos a los procedimientos de sentencia en prisión y ciertas medidas contra la corrupción. Otros han notado mejoras en la recopilación y análisis de datos que son cruciales para las investigaciones criminales, como la expansión de las bases de datos nacionales de medicina forense y balística.

Andrés Manuel López Obrador, o AMLO como se conoce al presidente de México, fue elegido en parte para revertir el enfoque militarizado de sus antecesores para combatir el crimen. Y no sin una buena razón. Doce años han pasado desde que el entonces presidente Felipe Calderón desplegó por primera vez las fuerzas armadas en el estado de Michoacán para enfrentar a las organizaciones de narcotraficantes. El sucesor de Calderón, Enrique Peña Nieto, tampoco logró contener niveles sin precedentes de delitos violentos y corrupción generados por poderosos cárteles de la droga, además de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos cometidos por los militares.

Pero el nuevo plan de seguridad de AMLO ha sido rápidamente cuestionado por los críticos del enfoque de mano dura. Existe la preocupación de que sea similar, en muchos aspectos, a medidas anteriores que han dejado más de 200,000 mexicanos muertos y otros 37,000 desaparecidos. Los críticos acusan a AMLO de sostener, en lugar de revertir, la militarización de la seguridad pública, de no abordar el problema de la impunidad rampante del país (más del 90 por ciento de los crímenes en México quedan impunes), y de no invertir lo suficiente en la profesionalización de las numerosas fuerzas policiales del país. La propuesta de AMLO de ofrecer amnistía a los acusados ​​de corrupción no ha sido bien recibida entre los mexicanos que están frustrados con la supuesta colusión entre el gobierno y los cárteles de la droga.

¿Por qué los líderes latinoamericanos de izquierda y derecha continúan insistiendo en un enfoque de línea dura que no solo no se ha cumplido sino que en realidad ha aumentado la delincuencia y la corrupción? En todo el hemisferio, incluso en Brasil y México, los políticos a menudo explican la espiral de violencia argumentando que el enfoque de línea dura no ha funcionado correctamente, precisamente porque la mano no es lo suficientemente dura. Señalan los aumentos en homicidios, desapariciones y otros abusos al defender el asalto en lugar de intentar enfoques menos desencadenantes que impliquen una implementación efectiva y enfoques alternativos a la política de drogas. Incluso AMLO, que ha propuesto legalizar la posesión y el uso recreativo de pequeñas cantidades de marihuana, está presentando medidas de mano dura.

Parte del problema es que el legado de los gobiernos militares todavía tiene una gran importancia en el enfoque de las jóvenes democracias de América Latina para combatir el crimen. La fuerte influencia de las fuerzas armadas, más evidente ahora en el caso de Brasil, cuyo nuevo gobierno está encabezado por dos ex militares e incluye a otros ocho como ministros, también favorece las prácticas de seguridad militarizadas. En ambos casos, independientemente de la orientación política de estos gobiernos, los paquetes propuestos muestran que el pensamiento innovador en seguridad pública sigue siendo muy necesario para enfrentar la epidemia de violencia en América Latina.

 

 

Con información de americasquarterly.org

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ingresó este domingo en un hospital de Sao Paulo para iniciar los procedimientos médicos de cara a la cirugía a la que será sometido el lunes para retirarle la bolsa de colostomía que carga desde el atentado que sufrió en septiembre.

Bolsonaro, quien el sábado visitó el área afectada por la tragedia minera en Minas Gerais, llegó al hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo procedente de Brasilia y lo hizo acompañado por su mujer, Michelle Bolsonaro, y una comitiva integrada por el ministro Jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, Augusto Heleno Ribeiro, y algunos asesores.

El mandatario brasileño, de 63 años, será sometido a su tercera cirugía desde que fuera apuñalado en el abdomen el pasado mes de septiembre cuando era cargado en hombros por una multitud durante la campaña electoral.

El ataque le impidió participar en diversos actos de cara a los comicios, los cuales ganó con un 55% de los votos frente al progresista Fernando Haddad, sucesor del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la carrera electoral.

De acuerdo con el cronograma presentado por el Gobierno, Bolsonaro será operado el lunes, en un procedimiento que suele durar entre tres y cuatro horas, y deberá permanecer 48 horas en absoluto reposo.

Durante ese lapso de tiempo, será reemplazado por su vicepresidente, el general Hamiltón Mourao, pero está previsto que pasadas las 48 horas, Bolsonaro retome el trabajo desde el mismo hospital, donde recibirá a sus ministros.

La operación ya estaba programada desde hacía varias semanas, pero coincide con una grave tragedia ocurrida en el estado de Minas Gerais, donde al menos 37 personas han muerto después de que los diques de un complejo minero de la compañía Vale se rompieran el pasado viernes.

Al menos nueve muertos y 300 desaparecidos dejó la rotura este viernes de una presa en el municipio de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais, al sureste de Brasil.

El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, admitió que la probabilidad de encontrar supervivientes es mínima y señaló que el número de víctimas puede ser mayor que hace tres años, cuando la rotura de unos diques de la minera Samarco provocó la muerte de 19 personas en el mismo estado.

El alcalde de Brumadinho, Avimar de Melo Barcelos, indicó que 100 personas que inicialmente fueron reportadas como desaparecidas ya fueron localizadas con vida.

La minera Vale, dueña de la represa Córrego do Feijão en la que se almacenaban aguas residuales, confirmó que había trabajadores en el área que resultó afectada por una gran corriente de lodo.

“El rescate y la atención a los heridos se están realizando en el lugar por el Cuerpo de Bomberos y Defensa Civil, aunque no hay confirmación sobre la causa del accidente”, dijo Vale en un comunicado.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene previsto sobrevolar este sábado la región afectada por el desastre, mientras los bomberos retomaron las labores de rescate en una región próxima a Brumadinho.

 

 

Con la llegada de Jair Bolsonsaro a la presidencia de Brasil, también han llegado nuevos colaboradores y titulares a los Ministerios de gobierno; y es la nueva titular del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos quien ha tomado relevancia por sus recientes declaraciones.

La tarde de ayer, Damares Alves asumió la titularidad del Ministerio, y al referirse a los presentes que la acompañaban, afirmó que comenzaba una nueva era en el país respecto a los temas que le tocarían supervisar.

“Atención, atención. Comienza una nueva era. Los niños visten de azul, las niñas de rosa”, indicó la nueva funcionaria, minutos después de asumir el cargo. Sus palabras fueron aplaudidas por los presentes.

Las declaraciones de la colaboradora de Bolsonaro rápidamente se viralizaron en las redes sociales, causando un gran rechazo al grado de iniciarse una campaña que utilizó el hashtag #MeninosVestemRosa (los niños visten de rosa).

Líderes políticos, sociales, activistas de derechos humanos, así como diversos líderes de opinión, condenaron las declaraciones de Alves. Al respecto, la funcionaria salió en su defensa y explicó que “hice una metáfora contra la ideología de género, pero los niños y las niñas pueden vestir de azul, rosa, con colores, en fin, como mejor les parezca”.

Y aunque intentó explicar sus declaraciones y hacer frente a las críticas, dejó clara su postura al sostener que si bien “el Estado es laico (…) esta ministra es terriblemente cristiana”. Alves es una pastora evangélica de la Iglesia Cristiana Cuadrangular.

Foto: Twitter

El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio inicio a sus primeras actividades al frente de su país, y aprovechó una reunión con funcionarios estadounidenses para anunciar la implementación de un programa conservador y de realineamiento con el de Estados Unidos, país dirigido por Donald Trump.

Indicó que se trata de una alianza de dos de los principales exponentes de la ola nacional-populista mundial.

“Ha habido una larga tradición en Brasil de elegir presidentes que por alguna razón eran enemigos” de Estados Unidos, dijo Bolsonaro a periodistas estadounidenses tras reunirse con el secretario de estado Mike Pompeo. Indicó que ahora con él en el poder, será todo lo contrario, “somos amigos”.

Recordemos que Bolsonaro indicó durante su primer discurso como presidente, que pondría en marcha una cruzada de valores conservadores contra la criminalidad, la corrupción y las ideologías de izquierda. “Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica”.

El también ex capitán del Ejército propuso un “pacto nacional” para encontrar nuevos caminos para lograr un “nuevo Brasil”. Sostuvo que se volverá a valorar a la familia, así como que se respetará las religiones; prometió que se combatirá la ideología de género, “conservando nuestros valores”.

Bolsonaro afirmó que su llegada al poder marcaba “el día en que el pueblo empezó a liberarse del socialismo, a liberarse de la inversión de valores, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto”.

 

Jair Bolsonaro ya es el nuevo presidente de Brasil. La ceremonia de investidura del político ultraderechista se prolongó varias horas y, a petición del mandatario, inició con una ceremonia religiosa como novedad. Desde el Congreso Nacional, después de ser investido como presidente, Jair Bolsonaro inició su discurso agradeciendo a Dios por estar vivo, ya que sufrió un atentado con arma blanca durante un acto de campaña antes de la elección general.

Bolsonaro prometió construir una sociedad sin discriminación y con mayor seguridad, donde los policías serán respetados por proteger a los ciudadanos. Afirmó que el sector agropecuario será apoyado, al mismo tiempo que se protegerá el medio ambiente.

Además, hizo un llamado a un pacto nacional entre la sociedad y los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para construir un nuevo Brasil.

El ritual de investidura comenzó a las 14.30, hora local, con la llegada de Bolsonaro y de su esposa Michelle a la Catedral Metropolitana de Brasilia, para concluir con una recepción en la sede de la Cancillería.

Entre la Catedral y la Cancillería, Bolsonaro y su vicepresidente, el general de la reserva del Ejército Hamilton Mourao, pasaron por la sede del Congreso, donde fueron formalmente investidos, y por el Palacio presidencial de Planalto, donde el nuevo gobernante pasó revista a las tropas, recibió la banda presidencial, pronunció un discurso ante el público, fue saludado por los jefes de Estado invitados y juramentó a los miembros de su gabinete.

 

Seguidores del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva llegaron a Curitiba, al sur de Brasil, para celebrar el Año Nuevo en las inmediaciones de la sede de la Policía Federal, donde el exmandatario de izquierda cumple una condena de 12 años y un mes de prisión.

Será la primera vez que Lula, de 73 años, reciba el año en su celda especial ubicada en el cuarto piso de la PF, puesto que el 7 de abril empezó a cumplir su condena por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Desde que fue encarcelado, decenas de seguidores mantienen activa una vigilia frente a la sede policial. Desde el pequeño terreno se observa la ventana del fundador del Partido de los Trabajadores y sus simpatizantes le cantan canciones o realizan reuniones en el lugar.

Personal del PT en la capital de Paraná afirma que esperan unas 1,500 personas para celebrar el fin de año.

La agenda contempla actividades culturales, saludos al expresidente, un acto político y un acto religioso. A partir de las 23:00 horas, la militancia junto a algunos dirigentes como Gleisi Hoffmann, presidenta del PT, esperarán la llegada del Año Nuevo.

La fecha es especialmente simbólica para Lula, quien el 1 de enero de 2003 se convirtió en el primer presidente de izquierda de Brasil, en un emotivo acto en Brasilia ante unos 200 mil seguidores.