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Esta mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se refirió a las peticiones que han hecho diversos líderes de opinión, analistas e incluso algunos periodistas, de que el subsecretario Hugo López-Gatell debía presentar su renuncia si es que “tuviera honor profesional”, esto tras confirmar sus vacaciones de fin de año en una playa del país.

El presidente aseguró que los llamado de diversos personajes y grupos conservadores para que el subsecretario de salud renuncie, no son más que politiquería.

Dijo que para el gobierno ha sido de mucha ayuda la participación de López-Gatell, incluso dijo que no cree que “haya un funcionario en el mundo con esas características, aunque se enojen y ya sé lo que me van a contestar, a replicar. Es de primera el doctor Hugo López-Gatell, preparado, es un gran profesional”.

AMLO pidió a Jesús Ramírez proyectar el currículum del subsecretario, para señalar que la preparación y trayectoria de López-Gatell no se puede comparar con los que anteriormente estuvieron al frente de la Secretaría de Salud.

Resaltó que el subsecretario es especialista en pandemias, además de que es una persona preparada, con cultura general y con capacidad de exposición, además de que es honesto y honrado.

El presidente dijo que con toda la capacidad y conocimiento que tiene López-Gatell “¿cómo vamos nosotros a deshacernos del doctor?”, incluso cuestionó quiénes son los que piden su renuncia. Dijo que uno de los que la ha solicitado es el historiador Enrique Krauze.

Insistió en que hay toda una campaña de desprestigio en contra del subsecretario, la cual consideró injusta, ya que aseguró que el funcionario ha estado aplicado de tiempo completo a atender el tema de la pandemia.

“Imagínense la presión, lo que significa estar conduciendo acciones en contra de la pandemia con todo el dolor, con toda la tristeza, porque él es un hombre sensible, humano. Y golpes y golpes y golpes. Entonces, se me hace injusto”.

López Obrador finalizó indicando que su administración considera un extraordinario servidor público a López-Gatell.

El hijo del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, Hunter, informó esta tarde que es objeto de una investigación federal en el estado de Delaware sobre su situación fiscal.

“Me tomo esto muy en serio y confío en que una evaluación profesional y objetiva demostrará que he manejado mis asuntos de manera legal y adecuada”, dijo el hijo del demócrata en un comunicado.

En el mismo escrito, el equipo de transición de Biden aseguró que el presidente electo “está extremadamente orgulloso de su hijo, quien ha tenido que enfrentar terribles desafíos, incluidos viles ataques personales de los últimos meses, solo para salir fortalecido”.

Recordemos que el presidente Donald Trump acusó durante la campaña electoral a la familia Biden de ser una “empresa criminal”, señalando particularmente los asuntos de Hunter Biden en Ucrania y China cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama entre 2009 y 2017.

El mandatario acusa a Joe Biden de haber logrado la destitución de un fiscal ucraniano para proteger a una empresa de gas investigada por corrupción llamada Burisma, en la que su hijo Hunter era miembro de la junta directiva.

Conforme avanzan los días, y su deseo de revertir los resultados electorales que han dado como ganador de la presidencia a Joe Biden se sigue diluyendo, el presidente Donald Trump ha manifestado abiertamente su deseo de buscar La Casa Blanca en 2024.

“Han sido cuatro años increíbles. Estamos tratando de hacer otros cuatro años (de mandato). De lo contrario, los veré en cuatro años”, dijo Trump el martes en la noche, durante una fiesta navideña en La Casa Blanca.

El evento, al que asistieron funcionarios del Partido Republicano, no estaba abierto a la prensa, pero poco después empezó a circular un vídeo del discurso del mandatario.

Y es que casi un mes después de las elecciones del 3 de noviembre, Trump sigue negándose a admitir su derrota.

Trump ha limitado sus apariciones públicas, por lo que la única comunicación presidencial ha sido a través de redes sociales, con polémicos tuits donde ha insistido en el fraude electoral, aunque hasta ahora no han sido probados. Incluso el fiscal General William Barr ha expresado que “no hemos visto algún fraude cuya magnitud fuera capaz de cambiar el resultado de las elecciones”.

Según la cadena NBC, Trump sugirió a familiares y amigos la posibilidad de anunciar el lanzamiento de su campaña presidencial para 2024 el 20 de enero, el mismo día que Biden jurará como nuevo presidente de Estados Unidos, evento al que Trump no asistiría.

Un anuncio de candidatura para 2024 le permitiría atraer los reflectores a corto plazo, pero el temor que inspira entre los republicanos y la atención de los medios de comunicación que recibe disminuirán considerablemente pues se convertirá en el expresidente.

En teoría, nada le impide buscar la presidencia en 2024. La Constitución de Estados Unidos prohíbe asumir la presidencia por más de dos períodos, pero hacer dos sin que sean consecutivos es una posibilidad.

Sólo un hombre ha ganado con dicha apuesta: Grover Cleveland, a finales del siglo XIX. Elegido en 1884, fue derrotado en 1888, y luego reelegido en 1892. Él es, en los libros de historia, a la vez el presidente de Estados Unidos número 22 y el 24. Cleveland tenía 56 años al comienzo de su segundo mandato. Donald Trump tendría 78 años.

Luego de que el exdirector de Odebrecht en México, Luis Meneses Weyll, negara los señalamientos de Emilio Lozoya en relación al apoyo que recibió Enrique Peña Nieto durante su campaña presidencial, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, aseguró que EPN sí recibió apoyos de la empresa brasileña.

A través de sus redes sociales, Duarte dijo desconoce la razón por la cual Meneses Weyll “está declarando falsedades en relación a los apoyos económicos que hicieron en favor de la campaña presidencial” del priísta.

El exgobernador de Veracruz dijo que en 2012, siendo ya presidente electo de México, Peña Nieto realizó una gira por Sudamérica y uno de los puntos que visitó fue Sao Paulo en Brasil, donde sostuvo una reunión con Marcelo Odebrecht en su casa.

En el marco del encuentro, Duarte asegura que Peña Nieto lo llamó vía telefónica para instruirle que acelerara todos los trámites y obras que el gobierno del estado tuviera pendiente para que Etileno XXI pudiera arrancar lo antes posible, pues “ya que él tenía un compromiso muy grande con estas personas por el apoyo que había recibido para su campaña presidencial”.

Lo expresado por Duarte coincidiría con lo que declaró Emilio Lozoya ante la Fiscalía General de la República (FGR).

Javier Duarte concluyó su mensaje indicando que tiene toda la disposición para declarar todo lo que le consta sobre el caso, aclarando que no buscará acogerse al “criterio de oportunidad” o beneficio alguno.

“Lo hago simplemente con la intención de aclarar y apoyar en la investigación de este caso y sobretodo que se sepa la verdad”, dijo el expriísta.

Y es que de acuerdo a una entrevista que Quinto Elemento Lab realizó a Meneses Weyll, desmintió los dichos de Lozoya Austin sobre lo apoyos que Odebrecht habría dado a la campaña de Peña Nieto.

“Ni hubo dinero por parte de Odebrecht para la campaña de Enrique Peña Nieto, ni hubo sobornos para que los legisladores aprobaran la reforma energética, ni hubo pagos para obtener contratos para una planta de etano en el gobierno de Felipe Calderón, aseguró Meneses Weyll a través de su abogado, Carlos Kauffmann”, publicó el medio.

La campaña del presidente Donald Trump anunció este miércoles que pedirá un recuento de votos en el estado clave de Wisconsin. Aunque la mayoría de los medios ha preferido no emitir una proyección sobre el ganador en dicho estado, CNN la ha dado a favor del demócrata. El ejercicio de la agencia AP también ha dado como ganador a Biden.

“El presidente está dentro del margen para pedir un recuento y lo haremos inmediatamente”, dijo el jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, en un comunicado.

Con el 98% escrutado en Wisconsin, el candidato demócrata, Joe Biden, tiene una ventaja de apenas 20,533 votos sobre Trump, un margen de solo el 0.6% que ha provocado que ningún medio estadounidense se atreva aún a declarar un ganador en el estado.

La administradora de la Comisión de Elecciones de Wisconsin, Meagan Wolfe, dijo a la prensa que todos menos uno de los municipios del estado han entregado ya recuentos provisionales de sus votos, y apenas falta por recibir el de un pueblo donde votaron menos de 400 habitantes.

Wolfe subrayó que los resultados oficiales en el estado no se certificarán hasta el 1 de diciembre, siguiendo la legislación estatal.

Bajo la ley estatal, los candidatos pueden solicitar un recuento si el margen de ventaja del ganador es menos del 1%, y la campaña de Trump está decidida a acogerse a esa posibilidad, tras subrayar que siempre esperó que el margen entre ambos candidatos fuera “ínfimo”.

“Ha habido informes sobre irregularidades en varios condados de Wisconsin, que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados”, aseguró el jefe de campaña de Trump, sin dar detalles o aportar pruebas.

Según funcionarios de ambos partidos en Wisconsin, si Biden mantiene su ventaja actual cuando se acabe el recuento, el presidente lo tendrá difícil para dar la vuelta al resultado en un recuento.

“20.000 (votos) es un obstáculo muy alto”, tuiteó el exgobernador republicano de Wisconsin Scott Walker, quien recordó que otros recuentos en el estado han cambiado los márgenes de victoria por unos pocos centenares de sufragios, pero no miles.

En 2016, Trump ganó por un estrecho margen de más de 22,000 votos en el estado de Wisconsin, que reparte 10 delegados en el colegio electoral y que el demócrata Barack Obama ganó en 2012 y 2008.

Paralelamente, la campaña de Donald Trump anunció que presentó una demanda en Michigan para detener el recuento de votos en las elecciones presidenciales.

“Hemos presentado hoy (miércoles) una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Michigan para detener el recuento hasta que se conceda un acceso significativo. También exigimos que se revisen las papeletas que fueron abiertas y contadas mientras no teníamos un acceso significativo”, dijo la campaña en un comunicado.

No hay un claro ganador en el estado, que tiene 16 votos electorales.

Joe Biden tiene una muy cerrada ventaja en Michigan, donde se ha contado el 92% de los votos esperados. El demócrata registra el 49.5% de los votos, contra un 48.8% de Trump.

Este lunes es el último día de la campaña electoral, en que los estadounidenses deberán decidir entre el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden para dirigir La Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Más de 93 millones de personas ya han votado y ambas campañas aseguran que tienen las de ganar, aunque las opciones de Biden para conseguir los 270 votos del Colegio Electoral son más amplias.

Trump apuesta a que un repentino entusiasmo de sus militantes se traducirá en votos.

Hoy, Trump participará en cinco mítines desde Carolina del Norte hasta Wisconsin. Biden estará la mayoría del tiempo en Pensilvania donde si gana, Trump quedaría casi sin opciones para ganar. Biden pasará tiempo también en Ohio, un estado que Trump ganó por 8 puntos porcentuales cuatro años atrás.

En las últimas horas de la campaña, ambos candidatos se acusaron mutuamente no ser aptos para ejercer la presidencia del país, y pintaron un cuadro apocalíptico de lo que será el futuro de la nación si su rival llegase a ganar.

“Biden convertirá a este país en un campo de detención donde ustedes tendrán que estar confinados a sus casas mientras los amotinados ultraizquierdistas quedarán libres para saquear y quemar”, exclamó Trump ayer en un mitin en Iowa.

Biden, por su parte, vaticinó que el país está a punto de poner fin a una presidencia que ha avivado las llamas del odio. “Cuando se escuche la voz del pueblo, el mensaje quedará claro: es hora de que Donald Trump empaque sus maletas y se vaya”, expresó Biden en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, el estado que bien podría decidir la contienda.

La campaña llega a su final en momentos en que la pandemia del coronavirus está en auge, al haber matado a más 231,000 personas en el país y haber dejado a unas 20 millones sin empleo.

Ha sido un año extraordinario, en que Trump fue enjuiciado por el Congreso, la candidatura de Biden sufrió una dura prueba durante las primarias y la pandemia del coronavirus trastocó totalmente el panorama electoral.

La cantidad de personas que ya han votado es inédita en la historia del país, ya sea de forma temprano o por correo, algo que podría demorar el conteo.

Al respecto, Trump ha pasado meses lanzando denuncias, sin ofrecer evidencia alguna, de que las elecciones podrían ser fraudulentas, y se ha negado a prometer una transición pacífica del poder en caso de que pierda.

La guerra al interior de Morena continúa, y ahora fueron diputados afines a Mario Delgado quienes acudieron este jueves a la Fiscalía Especial en Delitos Electorales (Fede) a presentar una denuncia en contra de Porfirio Muñoz Ledo, por el “gasto millonario” que realizó en redes sociales, específicamente en Facebook, como parte de su campaña a la dirigencia de Morena.

“Aquí las tenemos todas las pruebas, un millón 300 mil pesos pagados por él de su cuenta, con su tarjeta de crédito y queremos saber de dónde salió ese dinero”, indicó el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien encabezó el grupo de legisladores que presentaron la denuncia.

El morenista indicó que nadie puede estar al margen de la ley, por lo que la intención es que las autoridades investiguen si Muñoz Ledo ha gasta más que lo que ellos han podido identificar.

Al ser cuestionado sobre el hecho de que ambos grupos se acusan de lo mismo (gasto excesivo durante la campaña), Gutiérrez Luna señaló que ellos tienen ese gasto documentado, mientras que la gente que apoya a Muñoz Ledo refiere cantidades “absurdas”. “Habló de mil 500 millones de pesos, una cantidad totalmente aberrante e incongruente”.

Sobre la acusación contra Mario Delgado por la colocación de espectaculares, indicó que algunas personas los han prestado, regalado o ayudado a colocar. Detalló que militantes que tienen imprentas han ayudado con las impresiones, mientras que otras han prestado los espacios. “Entonces pudieran no ser caros, pudieran ser regalados”.

Los diputados indicaron que la mayoría de los legisladores que apoyan la candidatura de Mario Delgado han aportado cantidades entre los 2 y los 3 mil pesos, con lo que se han solventado todos los gastos de sus recorridos por el país.

“Son falsas las acusaciones, por supuesto que está haciendo Porfirio Muñoz Ledo. Y nosotros vamos a demostrar que con voluntad podemos llegar y ganar la dirigencia de este partido”, declaró la diputada María de los Ángeles Huerta del Río.

Gutiérrez Luna afirmó que Porfirio Muñoz Ledo es un político que la mayor parte de su vida ha estado al servicio del sistema, por lo que le cuesta tanto trabajo entender la transformación que se está viviendo en el país y en Morena.

“Para él es muy sencillo difundir, calumniar, mentir, descalificar a los demás militantes de este movimiento. Lo único más grande que la obsesión de Porfirio Muñoz Ledo por el poder es su ego, por eso se le ha hecho muy sencillo denunciar y contravenir al Presidente Andrés Manuel López Obrador”, remató.

La candidata demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, canceló este jueves sus viajes de campaña hasta el domingo próximo, después de que dos personas de su entorno cercano dieran positivo a Covid-19.

Sin embargo, su equipo de campaña no cree que estén en riesgo ni ella ni su compañero de fórmula, el candidato Joe Biden.

“Anoche a última hora me enteré de que un miembro de la tripulación de mi avión, que no pertenece a mi personal, y una integrante de mi campaña dieron positivo por Covid”, escribió Harris en su cuenta oficial de Twitter.

En su mensaje indicó que no estuvo en contacto cercano con ninguno de las personas infectadas en los últimos días.

La senadora, que tenía previsto viajar este jueves a Carolina del Norte y mañana a Ohio, decidió cancelar todos sus viajes hasta este domingo “para extremar las precauciones”. Por el momento no planea hacer cuarentena, e indicó que seguirá haciendo campaña “de forma virtual”.

“Esta semana he dado negativo en dos pruebas, y no tengo síntomas (…). Seré transparente con ustedes sobre cualquier resultado de pruebas que reciba”, añadió Harris, cuya campaña precisó que este mismo miércoles se hizo la última prueba de Covid, adelantando que este jueves planea hacerse otra.

La directora de comunicación de Harris, Liz Allen, es una de las dos contagiadas, mientras que el miembro de la tripulación no fue identificado por la campaña demócrata, que precisó que ambos llevaban mascarilla de tipo N95 cuando estuvieron cerca de la senadora.

El anuncio de Kamala Harris no impactará en la agenda de Biden, quien tiene previsto participar este jueves en un encuentro con votantes en Filadelfia, Pensilvania, el cual será transmitido por la cadena televisiva ABC.

El presidente Donald Trump participará en un evento televisado este jueves, día en el que debería haberse celebrado el segundo debate presidencial junto al candidato demócrata Joe Biden, quien también tendrá una participación, en el mismo horario, en otro programa de televisión.

Ambos eventos tendrán lugar a las 20:00 horas. La cadena NBC News recibirá al inquilino de La Casa Blanca, mientras que la cadena ABC News lo hará con el candidato demócrata.

NBC News ha explicado que las pruebas diagnósticas de COVID-19 muestran que Trump ya no puede contagiar. Según un comunicado enviado a la cadena por el director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), Clifford Lane, los test realizados al mandatario indican “con un alto grado de confianza” que “no propaga” el virus.

La presentadora Savannah Guthrie moderará el evento, de una hora de duración y el cual se celebrará a las afueras del Museo de Arte Pérez, en Miami, en el que también participará un grupo de votantes de Florida. La moderadora y el candidato republicano estarán separados por más de 3.6 metros de distancia.

De la participación de Biden no se han revelado mayores detalles.

Recordemos que Trump rechazó participar en el segundo debate, debido a la  decisión de la Comisión de Debates Presidenciales de cambiar el formato tras su contagio por COVID-19. La propuesta era que se realizara de manera virtual por cuestiones de seguridad.

Aún queda un tercer debate entre ambos, el 22 de octubre, pero no está totalmente confirmado que se vaya a celebrar ni en qué formato.

El primer debate, el 29 de septiembre en Cleveland, Ohio, se caracterizó por las continuas interrupciones y la imposibilidad de abordar en profundidad cuestiones de interés para los votantes.

El presidente Donald Trump retoma este lunes sus actos de campaña fuera de La Casa Blanca, luego de haber contraído COVID-19. Su primer evento tendrá lugar en Sanford, Florida.

“Nos vemos en Sanford, Florida, esta noche para un gran mitin”, escribió esta mañana el mandatario en su cuenta oficial de Twitter, y tras declarar a la cadena Fox el domingo de que es “inmune” al coronavirus; Trump ha venido insistiendo en que está “en muy buena forma para pelear las batallas”.

El mensaje del mandatario llega tras el informe que emitió el fin de semana su médico en La Casa Blanca, Sean Conley, en el que indicó que el republicano “ya no se considera un riesgo de transmisión para otros”, aunque no respondió a la pregunta de cuando fue la última prueba de coronavirus en la que el presidente dio negativo.

El mitin de Trump en Florida lo celebra una semana después de abandonar el hospital militar Walter Reed y tras un primer acto público con simpatizantes efectuado el sábado en un balcón de La Casa Blanca luego de contraer la enfermedad.

El evento en Sanford ha motivado críticas hacia el presidente, por el peligro de que aun pueda ser un agente de contagio, y hasta una demanda judicial con miras a su cancelación interpuesta por el abogado Daniel Uhlfelder, debido a que el acto “es una molestia”.

Al respecto, el candidato demócrata, Joe Biden, señaló este lunes que el mitin de Trump en Florida llevará solo “una conducta imprudente, una retórica divisiva y más miedo”.

“No trae un plan para controlar este virus que ha matado a más de 15.000 floridanos, no trae un plan para proteger el cuidado médico de los floridanos de los ataques de su administración en contra de la Ley de Cuidado de Salud Asequible” (Obamacare), agregó en una declaración el exvicepresidente.

Además del mitin en Florida, el presidente tiene previsto esta semana otros actos de campaña en los estados de Pennsylvania y Iowa.

De acuerdo a un sondeo difundido el domingo por la cadena ABC News y el diario The Washington Post, Biden aventaja por 12 puntos a Trump en la intención de voto popular, mientras que según el promedio de encuestas que realiza RealClear Politics, el demócrata lleva una ventaja de 10.6 puntos porcentuales.

Recordemos que Florida otorga 29 votos en el Colegio Electoral, donde se requiere un mínimo de 270 para ganar la elección; un reciente sondeo de la Universidad de Quinnipiac colocó a Biden delante del presidente con 11 puntos de diferencia, mientras que el promedio de RealClear Politics refleja una ventaja de 3.7% a favor del demócrata.

Este lunes, la oficina de campaña del presidente Trump ha lanzado en Florida un anuncio publicitario en español en el que vuelve a vincular a la candidatura de la fórmula Biden y la aspirante a vicepresidenta Kamala Harris con el “Castrochavismo”, y en el que se señala que el exvicepresidente “le dio la espalda a los venezolanos”.

El presidente Donald Trump se preparaba para volver a la campaña electoral al tener la intención de realizar un par de mítines este fin de semana, después de que fue diagnóstico de COVID-19.

Contraer el virus lo dejó una semana al margen de la carrera electoral por La Casa Blanca contra el demócrata Joe Biden.

Trump, quien hace una semana anunció que tenía COVID-19 y pasó tres noches en un hospital militar recibiendo tratamiento, dijo que se sentía “realmente bien” y que, con la bendición de sus médicos, iba a hacer campaña en Florida el sábado y en Pensilvania el domingo.

Un regreso a los eventos con público buscaría convencer a los votantes de que está lo suficientemente sano como para hacer campaña y gobernar.

Si bien Trump ha publicado varios videos en Twitter, no ha aparecido en público desde que regresó el lunes a La Casa Blanca.

Trump tiene programada una entrevista televisiva con Fox News esta noche, la primera desde que fue diagnosticado; su equipo informó a la cadena de televisión que probablemente le harían una nueva prueba este mismo día.

La Casa Blanca se ha negado a decir cuándo fue la última vez que dio negativo para la enfermedad.

De acuerdo a las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), las personas que están gravemente enfermas con COVID-19 podrían necesitar quedarse en casa hasta 20 días después de que aparezcan los primeros síntomas.

Pese al entusiasmo de Trump, sus asesores dijeron que el corto plazo de aviso dificultaba la organización de los eventos. La portavoz de la Casa Blanca Kayleigh McEnany dijo que el presidente estaba trabajando duro y listo para salir en cuanto obtenga la aprobación de su médico. “Quiere hablar con el pueblo americano, y quiere estar ahí fuera”, dijo a Fox News.

En contraste, Joe Biden, aspirante demócrata a la Casa Blanca ha seguido haciendo campaña y este viernes visia Las Vegas, Nevada.

El exvicepresidente, quien ha criticado duramente el manejo de la pandemia por parte de Trump, supera al republicano en las encuestas, aunque esa ventaja es menor en algunos de los estados que pueden determinar el resultado de las elecciones, los llamados estados visagra.

El médico de La Casa Blanca, Sean Conley, dijo en un documento publicado ayer que Trump había completado su tratamiento para el COVID-19, se mantuvo estable desde que abandonó el hospital y podría reanudar los compromisos públicos el sábado.

El presidente Donald Trump y su rival en las elecciones, el candidato demócrata Joe Biden, se enfrentan esta noche en su primer cara a cara, en su primer debate en la carrera por llegar a La Casa Blanca.

La ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio, ha extremado las medidas de seguridad antes del primero de los tres debates entre los dos candidatos, que comenzará a las 21:00 y durará 90 minutos.

Los candidatos debatirán desde podios situados a una distancia superior a la habitual debido a la epidemia de COVID-19, no se darán la mano, como es habitual en este tipo de debates, y hablarán ante un público reducido, de unas 80 ó 90 personas, todas ellas sometidas previamente a pruebas de coronavirus.

Para acceder al recinto de la Universidad de Case Western Reserve donde se celebrará el debate, los miembros de las campañas, invitados y periodistas también han tenido que someterse a pruebas rápidas para descartar que puedan ser portadores del coronavirus que causa el COVID-19.

Aunque el Servicio Secreto de Estados Unidos se encargará de la seguridad en el lugar del debate, las autoridades de Cleveland han cerrado al tráfico un perímetro de varias cuadras alrededor de la universidad, y han activado a los reservistas de la Guardia Nacional de Ohio por si surgieran disturbios.

Activistas de Black Lives Matter tienen programada una manifestación tres horas antes del debate para exigir “el final del reinado de terror de Trump contra la gente negra, las comunidades negras y las comunidades de color”, según una convocatoria en la red social Facebook.

Pese a que la mayoría de estadounidenses ya han decidido por quién votarán en noviembre y muchos ya han enviado por correo sus boletas, el debate puede ser significativo en los estados en los que las preferencias están muy ajustadas, como Ohio, donde se celebra el encuentro.

En 2016, Trump ganó ese estado por 8 puntos, pero en las últimas semanas Biden ha ido recortando distancias y ahora le saca una ventaja de apenas un punto porcentual, dentro del margen de error, según la media de encuestas de la web FiveThirtyEight.

Biden publicó este martes su declaración de impuestos del año pasado previo al primer debate, esto ante la polémica que envuelve a Trump, debido a sus escasas contribuciones al fisco.

En una llamada con la prensa, la directora de comunicación de la campaña del demócrata, Kate Bedingfield, desveló la publicación por parte de Biden y de su esposa, Jill, de su declaración de impuestos relativa al año 2019, de manera que hasta ahora han divulgado las declaraciones de 22 años.

La aspirante a la Vicepresidencia, la senadora Kamala Harris, y su marido, Douglas Emhoff, publicaron también su declaración de impuestos de 2019, con lo que los ciudadanos estadounidenses ya pueden acceder a las declaraciones de sus últimos 15 años para saber cuánto pagaron al fisco.

El presidente Donald Trump aseguró que Estados Unidos se puede convertir pronto en una Venezuela, si es que Joe Biden llegara a ganar las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

“Podemos ser una Venezuela también”, subrayó el republicano en el evento de “Latinos por Trump”.

“Lo empecé a decir hace dos años, esto realmente puede suceder”, agregó Trump durante la mesa redonda que acogió a puertorriqueños, colombianos, centroamericanos y cubanos y en la que dijo que Biden se había reunido con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sin aclarar si fue algo reciente o, como sucedió realmente en 2015, durante su vicepresidencia.

Recordemos que el encuentro Biden-Maduro tuvo lugar en Brasilia durante la toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil.

La nicaragüense Carla Salvatierra le dijo a Trump que ella sabía de primera mano qué es “escapar del comunismo”. “Sucede rápido”, le aseguró, a lo que Trump contestó que “sí”.

Relatos como el de la centroamericana dominaron la jornada en la ciudad de Doral, la que el presidente llamó la “Pequeña Venezuela” por su gran población venezolana y donde tiene su club Trump National Doral, donde se celebró el evento.

Más que preguntas, Trump recibió constantes elogios de los latinoamericanos, incluso el salón se inundó de aplausos cuando Salvatierra dijo que nadie más que él se merecía el Premio Nobel de la Paz.

“Gracias por todo lo que ha hecho por Israel”, manifestó la inmigrante.

Los participantes en el foro resaltaron la ayuda oficial a los pequeños negocios durante la pandemia de la COVID-19, las sanciones a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua y los “millones” para la reconstrucción de Puerto Rico tras el huracán María en 2017.

Del tema de Cuba y Venezuela no enfatizaron mucho los congregados y prevalecieron los relatos de boricuas, que en Florida ya alcanzaron una población de más de 1.3 millones y se inclinan más por los demócratas.

Activistas colombiados dijeron a Trump que necesitan “cuatro años más” de su gobierno, no solo por Estados Unidos, sino por América Latina, “porque usted está contra el comunismo”.

Durante el discurso previo a la mesa redonda, Trump criticó en varias ocasiones el respaldo del gobierno del presidente Barack Obama y su vicepresidente Biden al proceso de paz en Colombia impulsado por el expresidente Santos.

Trump por otro lado se mostró muy confiado del apoyo del voto cubano en Florida, un estado que según los demócratas tiene que ganar si no quiere perder un segundo mandato.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

 

Han concluido las dos convenciones nacionales partidistas en Estados Unidos y estamos ya en la antesala del arranque de la campaña general y las diez semanas críticas que definirán el futuro de la democracia estadounidense, pero también el de la vitalidad democrática en otras naciones.

Políticamente, tanto Demócratas como Republicanos parecen haber obtenido lo que necesitaban de sus respectivas convenciones. Hace diez días los Demócratas y Joe Biden hilaron una narrativa eficaz y demoledora de lo que ocurrirá si Donald Trump se reelige, convirtiendo su convención en un referéndum sobre el presidente. Los favorables del ex vicepresidente incluso subieron cinco puntos porcentuales como resultado, mientras que los de Trump no se han movido. Por ello, el objetivo del GOP la semana pasada era apremiante y simple: que el mayor número de votantes posibles olvidasen que más de 180,000 estadounidenses han fallecido a causa de una pandemia bajo la gestión -o ausencia de ella- de este presidente (cada tres días están muriendo el mismo número de estadunidenses que perecieron en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001) y que el país encara una dislocación económica y social inédita. En un intento por recuperar votantes suburbanos y mantener incólume su voto duro con votantes blancos en zonas rurales, querían proyectar imágenes de ciudades gobernadas por Demócratas como convulsas y caóticas; las manifestaciones y disturbios en respuesta al tiroteo a otro afroamericano en Kenosha, Wisconsin (estado en el cual Biden tiene la ventaja más estrecha sobre Trump de los 5 o 6 estados bisagra clave en juego para la elección de este año) les cayeron como anillo al dedo para enmarcar esa narrativa. Trump, el pirómano en jefe, necesitaba subrayar que los Demócratas son un peligro para este segmento del electorado y para el bienestar y la seguridad del país: ahondar el factor miedo de la fórmula Biden-Harris, principalmente usando los disturbios y protestas por la brutalidad policiaca como botones rojos; las “ciudades santuario” como focos de criminalidad; argumentar que Biden dejaría entrar a los “yihadistas”, derribaría el muro y soltaría a los criminales, eliminando los presupuestos para departamentos de policía en el país; ciudades vs suburbios y zonas rurales como la falla tectónica a explotar.

El GOP esencialmente celebró y destacó una país pre-COVID, y por ende la plétora de mentiras o medias verdades para proyectar esa imagen hicieron de sus discursos un festín para los verificadores de datos de los medios. La convención también buscó, con su deleznable alcahueteo de una ceremonia de naturalización de inmigrantes y un desfile de más diversidad étnica a lo largo de cuatro días de discursos que la que contiene su gabinete entero, que Trump sea más potable para votantes indecisos en los suburbios que podrían sentirse repugnados por su retórica pero a quienes les gustan algunas de sus políticas. Es decir, que se tapen la nariz y se sientan con menos remordimiento pensando que al final del día están votando por alguien que quizá no sea tan racista o misógino como sugiere el tufo que despide el mandatario.

Y sí, es realmente alarmante que el presidente haya utilizado de manera facciosa y bananera monumentos y sitios emblemáticos del país (Fort McHenry, el Monumento a Washington y la Casa Blanca) con fines político-electorales y partidistas en un quiebre con la tradición, las normas políticas y el marco legal y con integrantes del gabinete ya sea fungiendo como oradores o presentes en el discurso de aceptación del presidente, en flagrante violación del Acta Hatch que prohíbe a funcionarios participar en actos proselitistas. El discurso de aceptación de Trump en los jardines de la Casa Blanca fue la demolición final de los límites que habían existido en EE.UU entre el Ejecutivo y una campaña política. Y, ¿plataforma? ¿Cuál plataforma? El partido de Lincoln por primera vez no tiene una propuesta de política pública para la campaña: la plataforma es Trump y lo que diga Trump. El GOP lamentablemente enfrenta hoy el mismo dilema que el Dr. Frankenstein: qué hacer con su monstruo.

Con el paso del verano, se ha ido volviendo más viable que Biden pueda vencer al presidente Trump en las urnas. Con un mandatario que parece estar crecientemente fuera de sintonía con el estado de ánimo nacional -desde su manejo de la pandemia hasta sus respuestas y posturas ante el racismo y la brutalidad policiaca contra ciudadanos afroamericanos- sin mencionar una amplia gama de otros temas incluyendo la erosión de la investidura presidencial y su petulancia e injurias que solo van en aumento, Biden arrancará la campaña general con moméntum y tracción electoral. Y si bien las encuestas nacionales a fines de agosto son un baremo aún incompleto, éstas no favorecen a Trump, e incluso en los cinco o seis estados decisivos, los llamados estados bisagra (en esta elección presidencial particular, Wisconsin, Pennsylvania, Michigan, Florida, Arizona y potencialmente Carolina del Norte) para el Colegio Electoral, Trump ha perdido terreno -tanto en términos de números en las encuestas como del perfil socio-demográfico de la coalición de votantes que requiere obligadamente para ganar- que no le será fácil recuperar.

Pero lo que parece probable en este momento no elimina la posibilidad de que Trump pudiese dar de nuevo, el día de la elección, el campanazo y quedarse con la presidencia por un segundo periodo, ni que el pasado -lo que ocurrió en los comicios de 2016- pueda ser prólogo. Tampoco ha sido tan infrecuente, históricamente, que las encuestas en Estados Unidos cambien radicalmente entre fines de agosto y el día de las elecciones. Y éstas se cerrarán más de lo que ya están. En ese contexto, es probable que el presidente tenga una ventaja con una elección competitiva debido a que el Colegio Electoral favorece estructuralmente a los Republicanos y que el rompecabezas de votos electorales tiende a beneficiarlos (particularmente por el número de estados agrícolas). Ello significa que Biden bien podría necesitar colocarse por lo menos cuatro puntos por delante en los resultados nacionales para estar seguro de la victoria en el Colegio Electoral.

En muchos sentidos, Trump y Biden están librando la campaña de 2020 como si fuera 1968, cuando las calles se convirtieron en campos de batalla, la nación se convulsionó social, política y culturalmente y Richard Nixon hizo un llamado a “la ley y el orden”, basado en el miedo de una “mayoría silenciosa”. Ambas campañas presidenciales están usando lo que ocurre hoy en las calles estadounidenses para validar su teoría de lo que la mayoría de los estadounidenses cree y quiere. Pero ninguna puede controlar los eventos que han alimentado una potencial primavera estadounidense, repleta de disturbios y descontento social en Estados Unidos, por lo que están tratando de controlar la narrativa. Así arrancará la campaña general con todo a partir del día del Trabajo (que este año cae el lunes venidero), y será en ese momento en el que habrá que seguir, ahora sí de cerca y de manera más granular, las encuestas (particularmente las que son a nivel estatal) para ver cómo se decanta ese 13 por ciento determinante del electorado que a estas alturas parece no haber tomado aún una decisión sobre cómo votará el 3 de noviembre.

El Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados valora interponer una impugnación legal para evitar que el presidente pretenda convertirse en el jefe de campaña de Morena en los próximos comicios, lo cual indicaron los perredistas, transgrede la Constitución y las leyes electorales.

La coordinadora de la bancada del PRD, Verónica Juárez Piña, acusó que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está decidido a convertirse en jefe de campaña de Morena, rumbo a las elecciones federales intermedias de 2021.

“Ese es el principal objetivo de los spots que ya se están difundiendo en las televisoras con motivo del segundo informe, en los cuales Andrés Manuel López Obrador recicla las principales frases de sus campañas a la Presidencia y alude también al eslogan de la coalición electoral con la que ganó en 2018”.

SPOT 2018 – CAMPAÑA A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

La perredista indicó López Obrador debería de ocuparse en resolver las crisis económica y sanitaria, que enfrenta el país, y “no en andar favoreciendo a su partido o creando cortinas de humo para desviar la atención de los malos resultados de su administración en estos dos años”.

Señaló que dentro de ese “apoyo” que busca darle a su partido, es que no ha soltado el tema de impulsar una consulta ciudadana para preguntar si se debe enjuiciar a los expresidentes, en el marco de las elecciones de 2021, cuando precisó, es claro que no procede poner a consulta los derechos humanos de alguien.

Juárez Piña afirmó que el presidente no tiene voluntad real para combatir la corrupción,, pero si quiere obtener rentabilidad política de este tema, como en el caso Lozoya, que lo ha convertido en un “reality show”, armando un juicio mediático paralelo al proceso legal.

SPOT 2020 – SEGUNDO INFORME DE GOBIERNO

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Salud (Sectur), retiró de sus redes sociales un vídeo que incitaba a los turistas a salir de fiesta y a saltarse las “reglas” en el puerto de Acapulco, esto tras las críticas contra el contenido de la campaña en plena pandemia de COVID-19.

“El vídeo mostrado durante la presentación de la campaña generó diversas reacciones en los medios de difusión, por lo que se tomó la decisión de quitarlo de las redes sociales de la Secretaría de Turismo federal”, informó este jueves la dependencia en un comunicado.

El polémico vídeo, publicado en internet en enero pasado, y relanzado esta semana con motivo de la temporada turística de verano, muestra un Acapulco de fiesta y desenfreno.

“Acapulco es un icono del turismo mundial. Hoy dejamos de ser una postal del pasado, hoy cambiamos las reglas. De hecho, no hay reglas”, relata el vídeo junto a una estridente música electrónica.

En los últimos años, las campañas turísticas habían intentado atraer al turismo familiar y contrarrestar la imagen de excesos que tiene esta ciudad en el mundo.

A través de Twitter, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, lamentó “la equivocada campaña de promoción de Acapulco; inoportuna, insensible e imprudente”, y pidió que no “perjudiquen” a la ciudad.

“Visitantes, como lo hemos dicho siempre, cuando esto pase, aquí los esperamos”, añadió en referencia a la pandemia de COVID-19.

En un comunicado, la Secretaría de Turismo federal respondió que el vídeo fue realizado por la Secretaría de Turismo de Guerrero y el Fideicomiso para la Promoción Turística de Acapulco como una campaña que buscaba “un concepto innovador, fresco y disruptivo”.

“Como acontece con todas las campañas promocionales que por su cuenta realizan los diferentes destinos turísticos del país, la Secretaría de Turismo federal contribuye exclusivamente a difundirlas a través de sus redes sociales, lo que también sucedió en este caso”, justificó.

Acapulco reabrió en julio playas y hoteles tras tres meses de cuarentena por la pandemia del coronavirus, si bien los bares y discotecas en el país todavía no pueden abrir.