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Kamala Harris, la candidata demócrata a la presidencia, le dio una paliza a Donald Trump en el debate del 10 de septiembre. Dos semanas después, hay encuestas que muestran que a pesar de ese muy buen desempeño, Harris no logró un brinco igual de simbólico en las preferencias electorales.

¿Por qué?

Al concluir el debate el New York Times encuestó a votantes probables, tanto demócratas como republicanos, y el 67 por ciento opinó que Harris ganó el debate. Entre votantes independientes un 68 por ciento opinó que ella le ganó a Trump.

El debate lo vieron 67 millones de personas en Estados Unidos. Fue un récord. Como comparativo, el juego de la NFL que más personas han visto en la historia logró 29 millones de televidentes.

Pero en las encuestas que se han publicado habiendo pasado unos días del debate hay buenas noticias para ambos candidatos y, en conclusión, el resultado pinta para ser muy cerrado. En la encuesta nacional del New York Times Trump y Harris están empatados en 47%. En un promedio de las 12 principales encuestas Harris mejoró 1.5 por ciento a nivel nacional.

¿Cómo es posible? No solamente le fue bien a Harris en el debate. La vicepresidenta ha tenido muy buenas semanas con eventos llenos, recaudación récord de fondos y apoyos de personalidades como Taylor Swift. Bueno, hasta en economía ha tenido buenas noticias con el anuncio de la FED de bajar tasas. Esto, aunque la FED quiera estar ajena a la política, ayuda a quien está en La Casa Blanca porque abarata el costo del dinero en un momento en que la economía puede ser el tema que defina el voto de los que aún están indecisos.

Y al mismo tiempo a Trump le ha ido muy mal. En el debate y después. Durante el debate Harris mostró lo fácil que es arrinconar a Trump. Simplemente hay que cuestionar el número de personas que atienden sus mítines o su inteligencia para que el expresidente se salga de su carril, pierda toda disciplina política y comience a decir barbaridades como que los haitianos se comen a las mascotas en Ohio.

Su mala racha post debate ha incluido un segundo atentado a su vida. Después, con su candidato a gobernador de Carolina del Norte, Mark Robinson, implosionando por declaraciones escandalosas que hizo en un sitio de pornografía, Trump ha tenido que malabarear en un estado que es crucial para que el republicano llegue a los 270 votos del Colegio Electoral.

Lo que indican estas encuestas es, por un lado, que Estados Unidos está polarizado y que cambiar las preferencias del electorado es muy complicado. Si vemos las encuestas de los estados columpio, Harris ha logrado una ventaja nada despreciable en Pensilvania, que es fundamental para ella. Pero Trump ha avanzado en Arizona y Georgia.

¿Qué tiene a su favor Harris rumbo a las elecciones? Entre más la conocen los estadounidenses, más sube la opinión favorable sobre ella. ¿Qué tiene a su favor Trump? Un sistema electoral que ha tendido a favorecer a los republicanos. Por eso, a pesar de que los demócratas han ganado el voto popular en cinco de las últimas seis elecciones, solo han ganado el Colegio Electoral en tres ocasiones.

Harris ha logrado colocarse como la candidata que representa el cambio y la esperanza. Trump es el candidato del enojo y del odio. En un momento en que los votantes indecisos están pesimistas sobre el rumbo de su país, esto puede ayudar a Trump.

A 41 días de las elecciones, la contienda es un volado. Ambos candidatos tienen posibilidades de ganar. Nate Silver, el famoso encuestador de FiveThirtyEight considera que es la elección más cerrada en la historia de EUA.

Columna publicado en El Universal

Ayer fue la noche más importante en la carrera política de Kamala Harris. En el primer debate, y probablemente el único, que tenga con Donald Trump, su tarea era que los estadounidenses la conocieran.

A pesar de ser actualmente la Vicepresidenta, ésta es una oficina que permite muy poco foco para quien la ostenta. La labor de un vicepresidente es precisamente la de no opacar al jefe.

En una contienda tan cerrada como está actualmente la presidencial de Estados Unidos, el debate de anoche era crucial. Sabemos que la fecha de la elección es el 5 de noviembre pero la votación anticipada arranca ya, este próximo lunes 16 de septiembre, en nada más y nada menos que un Estado crucial para Harris: en Pennsylvania.

Cada uno tenía una tarea fundamental que cumplir. Harris, como ya decía, tenía que mostrar quién es ella y sacudirse la imagen que Trump ha querido plasmar sobre la demócrata. El expresidente ha dicho que Harris es básicamente una comunista y por ello la ha llamado “camarada Kamala”.

Trump debía disciplinarse y durante noventa minutos atacar a Harris sobre temas específicos como economía; migración y seguridad y no meterse en ataques personales a su contrincante.

¿Logró anoche Harris que los estadounidenses la conozcan por quien es y no por quien dice Trump que es ella?

Si. Harris se mostró como una mujer preparada que supo frenar las mentiras de Donald Trump sobre ella. Notablemente cuando reafirmó que tanto ella como su compañero de fórmula son dueños de armas y no planean quitarle su derecho a portar armas plasmado en la Segunda Enmienda a los estadounidenses. También cuando quiso pintarla como la culpable del caos en la frontera. Ahí Harris fue clara al decir que cuando había una propuesta bipartidista para poner orden, fue Trump quien pidió que los legisladores republicanos la rechazaran para no darle un triunfo político a los demócratas.

¿Logró Trump disciplinarse y no atacar personalmente a Harris?

Mas o menos. No la atacó por su risa. Sí la llamó Marxista. Pero en donde definitivamente perdió el control Donald Trump fue cuando Harris comentó que los asistentes a los mítines del expresidente se salen temprano porque se aburren de escucharlo. Ahí Trump se salió de su casilla de disciplina al grado de desviarse para hablar de una teoría de conspiración sobre inmigrantes haitianos que se comen los perros de la población de Springfield, Ohio.

Esto evidentemente hizo reír a la vicepresidenta.

Trump se vio enojado: con los migrantes; con los resultados electorales del 2020 que sigue diciendo que fueron fraudulentos; habló de una América en declive y de que vamos encaminados a la Tercera Guerra Mundial.

Harris logró poner a Trump a la defensiva. Y lo hizo de forma decidida, firme y elegante. Habló de un Estados Unidos que quiere darle la vuelta a la página de los conflictos trumpianos; de un país que debe apoyar a empresas pequeñas y medianas; con una persona en La Casa Blanca que se preocupe por los estadounidenses, no por sí mismo.

En el debate quedó claro que Trump es el candidato del odio y del enojo y Harris es la candidata del futuro y de la esperanza. Ambos son sentimientos potentes para ganar elecciones. Veremos cuál de los dos sentimientos es el que resuena en los votantes estadounidenses que comenzarán a elegir desde el lunes próximo.

Apostilla: Al terminar el debate el equipo de Trump recurrió a la clásica herramienta de quien pierde, culpar a los moderadores.

Columna publicada originalmente en El Universal

Mañana será el primer debate entre Donald Trump y Joe Biden de esta segunda campaña presidencial que disputan ambos candidatos. La apuesta no puede ser más importante. No es una exageración afirmar que el triunfo de uno u otro marcará una ruta diametralmente distinta para Estados Unidos.

Falta mucho tiempo para las elecciones. Actualmente las encuestas nacionales se han cerrado con Trump aventajando a Biden con solo un punto. Pero Trump aventaja en las encuestas de los seis estados que se prevé definirán la elección: Arizona, Georgia, Pennsylvania, Wisconsin, Nevada y Michigan.

La importancia del debate está en que ambos candidatos tienen muchos negativos y se enfrentan a ciudadanos que, o odian a ambos, o han ya decidido por quién van a votar y prácticamente no hay nada que pueda decir o hacer el oponente para convencerlos de cambiar de opinión.

¿Qué estrategia deberán adoptar Biden y Trump ante un electorado tan polarizado? Del lado de Trump es fácil anticipar que va a llegar a decir que Estados Unidos es un desastre y que él necesita regresar para hacer América grande otra vez. Va a acusar a Biden de querer utilizar el aparato de justicia para descarrilar sus aspiraciones presidenciales y va a cuestionarlo por su edad y por tener un hijo que ha sido declarado culpable de haber mentido sobre sus adicciones para comprar un arma.

¿Qué debe de hacer Biden? ¿Atacar a Trump o defender sus logros en lo que va de su presidencia? Biden puede hablar de la baja en la inflación; de cómo ha evitado que la economía entre en una recesión y de cómo han bajado los costos de las medicinas en su presidencia. Puede presumir su Acta para Reducir la Inflación que ha sido sumamente exitosa aun cuando su aprobación no contó con el respaldo republicano.

Creo que sería un error que Biden ataque a Trump por haber sido declarado culpable en una corte en Nueva York. Para la base de Trump, esto solo refuerza sus simpatías hacia el magnate. Tampoco considero que Biden debe de perder el tiempo en decir que él representa la defensa de la democracia. Es un concepto demasiado abstracto en un momento con los ánimos tan álgidos.

Si va a atacar a Trump es mejor hacerlo por el lado del aborto. Gracias a los jueces que él nominó a la Corte, el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo fue revertido. Eso le puede sumar a dos segmentos de la población muy importantes: mujeres y jóvenes.

Si Trump ataca a Biden por el lado de su hijo Hunter, será un error. Biden seguramente contará con la empatía de miles de estadounidenses que han lidiado con un problema de adicción, ya sea personalmente o de algún familiar. Es un tema que no le es ajeno a la mayoría de los ciudadanos de EUA y en donde ver la unión y el apoyo familiar que recibió Hunter hace de Joe Biden un humano mucho más cercano a los problemas de la gente común y corriente.

Dicho lo anterior, el reto más importante de Biden es que no solo tiene que debatir con Trump sino con la caricatura que han hecho de él de manera muy exitosa los republicanos mostrándolo como un viejo senil.

Esto último será una tarea sumamente complicada gracias a las redes sociales que permiten editar cualquier momento del encuentro y hacer un video que se viralice con el contenido que su creador quiera. Estamos en la era de la desinformación que se dispersa fácilmente. El spin post-debate será crucial y complicado de manejar en tiempos de TikTok; X e Instagram.

Interesante e importante este debate que ocurre de forma inusualmente anticipada con dos candidatos que ofrecen un destino diametralmente distinto para Estados Unidos.

Columna disponible en El Universal

Tras el primer debate entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la CDMX hubo quien vio a Clara Brugada, la candidata de Morena-PT-PVEM, como la ganadora. No por su espectacular desempeño frente a Santiago Taboada, candidato del PAN-PRI-PRD, y de Salomón Chertorivski, de MC. Más bien porque al ser la puntera y no haber recibido un nocaut durante los 90 minutos del encuentro, pues la conclusión de algunos fue que Brugada ganó.

Pero en los debates no solamente se gana durante los minutos que dura el encuentro. En especial con el formato de debates que tenemos en México. No son debates. No vemos a los candidatos teniendo que responder a las preguntas de los moderadores. Por el contrario. En el colmo de los colmos, a lo largo del debate los moderadores les preguntaban a los candidatos si querían responderles sus preguntas. Tampoco tienen que responder a los cuestionamientos que se hacen entre ellos. Son monólogos en los que ofrecen el oro y el moro y no tienen nada que perder.

Ya sabemos que prometer no empobrece pero en el caso de las campañas políticas en México, prometer es justo el juego de los candidatos. Podrían decir que si ganan van a hacer que lluevan chispas de chocolate sin que tengan que responder ¿cómo le vas a hacer? O ¿cómo lo vas a pagar?

Dado el esquema tan pobre de los debates, es muy difícil realmente que alguno de los candidatos cometa un nocaut. Es justo por ese miedo de los contendientes a que les saquen sus trapitos al sol o a que cometan un error que se han empeñado a un formato acartonado y aburrido.

Por ello, el post debate se vuelve interesante. Y en el caso del Debate Chilango la que ha tenido que salir a defenderse ha sido precisamente Brugada. En el encuentro del domingo, Taboada le señaló un inmueble que compró en $330 pesos y que encima de todo no lo declaró. Por el formato, después de que Taboada habló de este inmueble de Brugada el tema ya no se volvió a tocar. Los moderadores pasaron al siguiente tema y Brugada feliz de dejarlo ahí.

Pero ha sido en el post debate cuando la candidata de Morena ha salido a admitir que sí hay tal inmueble y que hubo un error ya que consignó primero solamente el costo de la escrituración de la propiedad en lugar del costo del inmueble y por ello aparece como que le costó $330 pesos. La explicación es mala ya que tampoco es creíble que escriturar un inmueble cueste trescientos pesos.

La periodista Laura Bruges publicó un hilo con información adicional sobre esta compra de Clara. La propiedad fue inscrita ante el Registro Público de la Propiedad del entonces DF en octubre de 1993 por la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT), hoy Instituto Nacional del Suelo Sustentable, dependiente de la SEDATU. Brugada adquirió este inmueble a precio de ganga a través de una compraventa el 29 de junio de 1994, y la vendedora fue la misma Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra. Ante tantas irregularidades, se explica porque Clara no declaró su compra.

En el debate Brugada cerró su participación preguntando ¿qué prefieres honestidad o corrupción? Como si el tema de la propiedad de $330 pesos y los señalamientos de malversación de fondos en su programa estrella como alcaldesa de Iztapalapa, las utopías, no se hubieran mencionado unos minutos antes.

Se mencionaron y se presentaron pruebas, pero con un formato acartonado como el que tenemos para nuestros debates, la información ha trascendido poco. Ya estará en Taboada aprovechar o dejar pasar estas irregularidades en el post-debate.

Columna completa en El Universal

Queda claro que Morena quiere el voto ciudadano, pero es un partido que no le gusta uno de los principales pilares de la democracia, el debate de ideas.

Cuándo se llevó acabo el primer debate entre las candidatas por la gubernatura del Estado de México, al que fui invitada por el Instituto Electoral local con la aprobación de todos los representantes de los partidos a fungir como la moderadora, se hizo todo un escándalo previo y posterior al encuentro entre Delfina Gómez y Alejandra del Moral.

Antes del debate, porque los coordinadores de la campaña de Delfina dijeron que ella no acudiría en la fecha señalada por problemas de agenda. La lectura que se le dio es que no quería Horacio Duarte ni Mario Delgado que ella arriesgar a su ventaja en las encuestas en un cara cara con Del Moral.

Al final el debate se llevó acabo y en el post debate el mismo coordinador y el presidente de Morena decidieron culparme de haber sido parcial y emitir juicios de valor por haberle preguntado a la candidata sobre un hecho totalmente probado: ¿Por qué debían de creer los mexiquenses en que ella (Delfina Gómez) combatiría la corrupción como gobernadora así como alcaldesa estaba aprobado que se le había descontado parte de su salario a trabajadores de Texcoco al grado de qué el tribunal multó a Morena?

No haber esta no haber hecho esta pregunta, considero, pudo haber sido motivo de que la campaña de Del Moral me acusara, y con razón, de ser efectivamente parcial en favor de Morena y sus aliados.

Al final, el escándalo le sirvió a la campaña de Delfina Gómez para que el segundo debate fuera uno sin confrontación de ideas. El INE llevaba años intentando lograr que los debates en México fueran eso, debates, y no monólogos escrito por los estrategas para que los candidatos llegaran simplemente a leer al encuentro.

La regresión que vimos en el segundo debate fue solamente una probadita de lo adversos que son a la democracia algunas de las figuras más destacadas de Morena y del actual gobierno.

La siguiente probadita acaba de llegar para confirmar que el debate simplemente no les gusta. En el documento del Acuerdo del Consejo Nacional de Morena que define el método de selección de la candidatura presidencial para el 2024 se especifica que los aspirantes evitarán los debates públicos y las polémicas. También evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversos de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen.

Ahí está, en blanco y negro y escrito por la dirigencia de Morena con la venia del presidente López Obrador, lo que ya sabíamos: no les gusta el debate ideas. Lo pusieron en papel y lo dieron a los medios para que circulara sin pudor alguno.

Ante esta aversión al debate, la gran pregunta es si con los números que tienen de voto duro les alcanza para no solo ganar la Presidencia si no la mayoría de dos terceras partes en el legislativo para poder modificar la Constitución a su antojo.

Si la estrategia de acudir solamente entrevistas con medios afines, van exacerbar las cámaras de eco. Los que ya están convencidos de que AMLO y Morena representen la mejor opción para México ahí seguirán. Pero ¿cómo van a ganar nuevos simpatizantes y votos si no se atreven a ir ante lo que califican como medios reaccionarios?

¿Ya hicieron las cuentas?

Columna completa en El Universal

Que Andrés Manuel López Obrador tenga dos departamentos en Coyoacán, en la Ciudad de México, no tiene nada de malo. Lo absurdo es que no los reportó en su declaración patrimonial como parte de la Ley 3de3. Pero más absurdo aun es que diga que no lo hizo porque son propiedades que está heredando a sus hijos y que actualmente están en ese proceso.

El tema no es menor ya que demuestra ignorancia de AMLO, en el mejor de los casos, corrupción, evasión de impuestos y mentira en el peor.

Los dos departamentos ubicados en Odontología #57 los compró AMLO en el 2002, cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX. No son departamentos lujosos. Nada que se pueda comparar con otras propiedades de otros políticos.

Cuando en 2003 murió Rocío Beltrán, la primera esposa de AMLO, lo hizo intestada y por ello el título de propiedad de los departamentos se encuentra en proceso de herencia. Eso fue lo que explicó Cesar Yañez, cercano a AMLO, al Wall Street Journal cuando el diario reportó el hecho en septiembre del 2016. Una vez publicado ese primer texto, Julio Scherer se acercó al Wall Street Journal para presentar al diario copias de los títulos que indicaban que había transferido el 50 por ciento de los dos departamentos a uno de sus hijos, a Andrés Manuel, en 2005. Con esta información, el Wall Street Journal hizo la ampliación de la información en noviembre de ese mismo año.

Pude platicar con Juan Montes, el reportero del Wall Street Journal que cubrió la nota, y me comentó que el diario decidió ampliar esta información por respeto a los lectores, pero esto fue una ampliación, no una retractación, como ha estado diciendo AMLO desde entonces y como ha repetido ahora que el tema resurgió en el primer debate cuando José Antonio Meade le preguntó por qué no estaban esos departamentos incluidos en su 3 de 3.

Los departamentos siguen estando a nombre de AMLO en el Registro Público de la Propiedad (RPP). No sabemos bien a bien si es por ahorrarse el pago del Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles, el ISAI, que debe hacerse cuando se vende, hereda o dona una propiedad ante Hacienda, o si sea por lo que alguna vez comentó el cercano amigo de AMLO y consejero de Morena, Julio Scherer: que todo se debía a una “pendejada” de Adán Augusto López, el notario encargado de dar fe de la donación que hizo AMLO a sus hijos y de hacer el cambio en el RPP.

Aquí el asunto se pone aún más interesante. Porque Adán Augusto López además de ser el notario de AMLO, es el actual candidato a gobernador de Tabasco por MORENA.

 

Columna completa en El Universal

El discurso de renuncia de Raúl Cervantes a la PGR ante el Senado fue claro y puntual: lo que tenemos no sirve para que en México exista Estado de Derecho. No sirve la institución, pero tampoco el personal ni la mentalidad con la que se quiere procurar justicia en México.

 

Dijo Cervantes: “Para inhibir, frenar y sancionar los delitos que se cometen hoy en México, se requiere de un nuevo servicio profesional de carrera para el personal de la Procuraduría, los Ministerios Públicos y los elementos de la Agencia de Investigación Criminal, uno que les brinde incentivos y seguridades”.

 

“Hoy se trabaja con herramientas – y, necesario decirlo, a veces también con una mentalidad- del siglo pasado, […] También hemos sido testigos de una serie de delitos cuya crueldad y violencia evidencian que, además de contar con instituciones fuertes y eficientes, es necesario invertir en el capital humano y moral del país”.

 

El consenso sobre la falta de funcionalidad de la PGR no está a debate. El problema es que, si creemos que dotando de independencia a la procuración de justicia del poder ejecutivo vamos a lograr el objetivo de cumplir con el Estado de Derecho, el diagnóstico del hoy ex procurador hace evidente ese gran error.

 

 

Columna completa en EL UNIVERSAL