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Canadá incluyó este miércoles al grupo estadounidense ‘Proud Boys’ en su lista de grupos terroristas junto con otras doce entidades, tanto de extrema derecha como del islamismo radical asociadas con Al Qaeda y el Estado Islámico (EI).

Además de Proud Boys, el ministro de Seguridad Pública canadiense, Bill Blair, señaló que Canadá ha añadido en el listado a tres otros grupos de extrema derecha: Atomwaffen Division, The Base y Russian Imperial Movement.

De esta manera, Canadá se ha convertido en el primer país del mundo que considera a Proud Boys como una organización terrorista.

La decisión implica que las instituciones financieras puedan congelar los activos de esos grupos, y que las fuerzas de seguridad pueden imputar a quienes les proporcionen ayuda económica o material.

“Los actos violentos de terrorismo no tienen lugar en la sociedad canadiense o en el extranjero. Las inclusiones de hoy a la lista de entidades terroristas son un importante paso en nuestros esfuerzos de combatir todas formas de extremismo violento”, afirmó Blair, al hacer el anuncio. “No importa la motivación ideológica, todos estos grupos promueven odio, intolerancia y, como hemos visto, pueden ser muy peligrosos”, añadió.

Junto a las cuatro organizaciones de extrema derecha, Canadá ha añadió tres grupos vinculados con Al Qaeda (el Frente al Nusra, Front de Libération du Macina y Ansar Edine), cinco filiales del EI (en África Occidental, en el Gran Sáhara, en Libia, en Asia Oriental y en Bangladesh), así como Hizb al Muyahidín.

De las 73 entidades que hay actualmente en el listado de organizaciones terroristas de Canadá, sólo seis son consideradas de extrema derecha. Además de las cuatro añadidas hoy, el listado ya tenía Blood & Honor y Combat 18.

La decisión de considerar a los Proud Boys como grupo terrorista se produce después de que el Parlamento canadiense aprobase de forma unánime una resolución del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) para prohibir sus actividades en Canadá.

Miembros de Proud Boys supuestamente jugaron un papel fundamental en el asalto al Capitolio estadounidense el pasado 6 de enero. El grupo, que cuenta con una filial canadiense y miembros entre las fuerzas armadas del país, tiene su origen parcialmente en Canadá.

Los Proud Boys fueron concebidos por el periodista canadiense de origen británico Gavin McInnes, fundador de la revista “Vice”. En 2003, en una entrevista en “The New York Times”, McInnes pronunció una frase que luego se convertiría en los cimientos de Proud Boys: “Me encanta ser blanco y creo que es algo de lo que estar muy orgulloso”.

En septiembre de 2016, lanzó en la revista supremacista “Taki”s Magazine” el movimiento Proud Boys, una especie de club en el que no están permitidas las mujeres y en el que los hombres “se niegan a disculparse por crear el mundo moderno”.

Foto: Twitter @sandro_pozzi

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

 

El arranque y la más que bienvenida transición a una nueva administración en Estados Unidos, encabezada por Joe Biden, está preñada de oportunidades para un retorno a la normalidad y para nuevas sinergias y colaboración bilaterales con México. El presidente y su equipo buscarán rápidamente revertir los efectos perniciosos del vandalismo diplomático de Trump estos últimos cuatro años y también intentarán apuntalar y relanzar relaciones bilaterales clave con aliados y socios que fueron dañadas y socavadas en el proceso. Ello incluso ya quedó de manifiesto desde un primer momento con el retorno a los ‘usos y costumbres’ de la diplomacia contemporánea estadounidense cuando Biden, seguido de su secretario de Estado recién confirmado, efectuaron como primer contacto con sus homólogos en el mundo, sendas llamadas con los vecinos y socios estadounidenses, Canadá y México.

Como ningún otro inquilino de la Casa Blanca, Biden llega -producto de sus años en el Senado y su papel como enviado de Obama a Latinoamérica particularmente en los últimos cinco años de su gestión como vicepresidente, con un bagaje de conocimiento y experiencia granulares sobre México y la relación bilateral con el que predecesor alguno en el cargo ha contado. Por si esto fuera poco, el período de dos años de México como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU ofrecería, en circunstancias normales, una legión de oportunidades para crear densidad en la colaboración regional y global entre EE.UU y México y sinergias para promover un sistema internacional basado en reglas. Y dado que Brasil en gran medida ha decidido arrinconarse, tanto en términos de sus ambiciones de política exterior como por el resultado de las políticas de afinidad y el apoyo de Bolsonaro a Trump, esto podría abrir una ventana de oportunidad singular para que México se posicione como el socio estratégico privilegiado de EE.UU en América Latina y el Caribe.

Desafortunadamente, es más fácil decir esto que hacerlo. Para empezar, reinicializar la relación Biden-López Obrador no será fácil, a pesar de las mejores intenciones en Washington y los esfuerzos deliberados de algunos funcionarios del gobierno mexicano. Como en la mayoría de las cosas en la vida, se necesitan dos para bailar el tango o, en el caso de nuestras dos naciones, quizá danzón. Por un lado, el Presidente López Obrador parece empeñado en pintar su raya -e incluso socavar- un relanzamiento de las relaciones con EE.UU. Y por el otro, lo que al principio de su relación con Trump podría haber sido explicado y justificado por algunos como pragmatismo o reflejo de la asimetría de poder entre ambas naciones, al final parece algo mucho peor. Solo hay que ponerse en los zapatos de los Demócratas y del equipo de campaña y transición de Biden para entender cómo se percibe el efecto cumulativo de la larga lista de acciones hostiles y miopes del mandatario mexicano a partir del verano pasado: su tozudez de viajar a Washington para reunirse con Trump en plena campaña electoral estadounidense, su decisión de no reunirse con líderes Demócratas del Congreso y sus declaraciones zalameras en la Casa Blanca; su obstinación en no felicitar (junto con Putin y Bolsonaro, dos lideres que jugaron abiertamente a favor de la elección y reelección de Trump) al presidente electo Biden hasta el 14 de diciembre y su hosca carta de felicitación (sobre todo si se le compara con la meliflua epístola de cuatro páginas enviada a Trump después de su triunfo en la elección mexicana de 2018) trazando líneas en la arena sobre la no intervención y la soberanía nacional; su oferta de asilo a Julian Assange, el hombre que hackeó la campaña Demócrata en 2016; su rotundo silencio y falta de repudio a la intentona de autogolpe de Estado el 6 de enero; y su defensa de Trump luego de que éste fuese expulsado de redes sociales.

Pero Biden no tiene gatos en la panza y su gobierno seguramente va a tener retos mucho mayores con México que potencialmente guardar rencor. Los próximos cuatro años podrían transformarse en una serie de tensiones y desafíos al sur de la frontera con un presidente mexicano que ve a su nueva contraparte con resquemor, sospecha y un dejo de resentimiento (por el hecho de que en su particular visión del mundo, los Demócratas debieran de haberlo apoyado en sus impugnaciones a los procesos electorales de 2006 y 2012). Ya sea en materia de derechos humanos y el Estado de derecho; la criminalidad y procuración de justicia; la erosión de contrapesos, equilibrios e instituciones autónomas; la falta de un piso parejo para empresas estadounidenses con inversiones en México; disputas ambientales y laborales en el TMEC; y políticas y paradigmas energéticos del pasado y basados en combustibles fósiles: todos estos temas que, a diferencia de Trump, ocuparán y preocuparán al gobierno estadounidense, podrían derivar -ya sin el temor pero también la empatía que el ex mandatario estadounidense generó en López Obrador- en posiciones espinosas y chovinistas desde Palacio Nacional en la relación con la nueva administración en Washington. Y por si fuera poco, la arquitectura e institucionalización de la relación bilateral -el andamiaje de mecanismos y protocolos que se han construido en las últimas dos décadas- que permiten que una de las relaciones bilaterales más complejas, fluidas y dinámicas en el mundo mantenga la tracción, el tono muscular y la capacidad de resolución de problemas, se ha ido desgastando durante los últimos cinco o seis años. Ciertamente comenzó con el gobierno de Peña Nieto, pero se ha profundizado con el de López Obrador.

Para un presidente que persiste en subrayar que la mejor política exterior es la política interna y que ve con recelo la posibilidad de que el nuevo gobierno estadounidense se pronuncie, en público o privado, sobre temas que él considera de política interna, la gran paradoja estriba en que son precisamente las debilidades internas -y muchas de sus políticas públicas- las que se erigen en flancos de presión desde el extranjero, particularmente desde Estados Unidos. Y pensar que en el siglo XXI se puede separar en compartimentos-estanco lo interno de lo externo en ambos países es no entender cómo se ha transformado la realidad de la relación entre México y EE.UU en las últimas dos décadas.

El refrán popular sugiere que no se puede mamar y dar de topes. Qué bien que el presidente subraye, con el inicio de la Administración Biden y los primeros contactos con quien será su homólogo durante el resto de su sexenio, que buscará una relación constructiva con EE.UU. Pero entonces sus acciones, decisiones y declaraciones -y las de algunos de sus colaboradores- tienen que ser congruentes con ello. Oportunidades para la sinergia y la colaboración real y efectiva, basada en el paradigma de responsabilidad compartida y en múltiples áreas de la agenda, desde la migración, la competitividad regional, las cadenas productivas y el manejo común de recursos acuíferos transfronterizos hasta la mitigación de la pandemia, la recuperación económica y la seguridad común, abundarán con este nuevo gobierno estadounidense, pero solo si se saben reconocer y aprovechar.

 

Columna completa en El Universal

El presidente Joe Biden firmó este martes una segunda serie de órdenes ejecutivas para revertir las políticas migratorias de su predecesor, el republicano Donald Trump.

Los decretos, relativos a la separación de familias, seguridad fronteriza y migración legal, elevan a nueve el número de acciones ejecutivas de Biden en materia migratoria en sus primeras dos semanas en la presidencia.

Con una propuesta de ley para otorgarles estatus legal y una vía a la naturalización a cerca de 11 millones de personas, Biden se ha centrado rápidamente en muchos de los cambios radicales que implementó el presidente Donald Trump para desalentar la inmigración, tanto legal como ilegal.

La más reciente serie de órdenes no cuentan con grandes cambios inmediatos, aunque la portavoz de La Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el mandatario podrá dar más detalles más adelante y que los cambios tomarán tiempo.

“No estoy creando nuevas leyes. Estoy eliminando las malas políticas”, dijo Biden durante la ceremonia de firma de las órdenes.

Alejandro Mayorkas, cuya nominación como secretario de Seguridad Nacional fue confirmada en el Senado el martes, encabezará a un equipo que abordará la separación de familias migrantes, enfocado en gran parte en reunir a padres y menores que siguen separados. No está claro cuántos, pero en documentos oficiales se ha identificado a casi 5,500 menores que fueron separados de sus padres en la frontera durante la presidencia de Trump, incluidos unos 600 que no han sido localizados por una comisión designada por un tribunal.

La revisión de la seguridad fronteriza incluirá una medida que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México a que llegue la fecha para sus audiencias en cortes migratorias de Estados Unidos. Es un paso hacia el cumplimiento de una promesa de campaña de poner fin a la política Permanecer en México, conocida oficialmente como Protocolos de Protección al Migrante, que registró a casi 70,000 solicitantes de asilo desde que entró en vigor en enero de 2019.

La Casa Blanca señaló que también realizará una “revisión integral de las regulaciones, políticas y lineamientos recientes que han colocado obstáculos a nuestro sistema de migración legal”. Incluirá una revisión a la “regla de carga pública” de Trump, que dificulta obtener las tarjetas de residencia a aquellas personas que reciban subsidios gubernamentales.

Los asesores de Biden han advertido que podría tomar meses revertir las políticas fronterizas de Trump que complican el obtener asilo, lo que ha provocado quejas entre algunos activistas migratorios.

Roberta Jacobson, asesora de Biden en materia fronteriza, pidió el viernes a la prensa de habla hispana que desalentaran a sus audiencias de presentarse en la frontera de Estados Unidos. “Ahora no es el momento”, dijo en español, y añadió que el viaje “es especialmente peligroso ahora en medio de una pandemia. Afirmó que la administración del presidente Biden está comprometida a un procedimiento de “frontera justa, ordenada y humana, pero va a tomar tiempo para ocurrir”.

Las órdenes demuestran que, tal como Trump reformó las políticas migratorias desde La Casa Blanca, Biden puede revertirlas de un plumazo, algunas de ellas de manera más sencilla que otras. Cambios a largo plazo tendrían que ser aprobados por el Congreso, un enorme desafío que ni Trump ni sus predecesores Barack Obama y George W. Bush pudieron conseguir.

México recibió 40,606 millones de dólares en remesas durante 2020, un aumento del 11.4% respecto a los 36,438 millones de dólares que llegaron en 2019, informó este martes el Banco de México (Banxico).

Con esta cifra, México registra un nuevo máximo histórico en la captación de remesas, pese a crisis económica que atraviesa México y el mundo derivado de la pandemia de Covid-19.

De enero a diciembre, la remesa promedio individual fue de 340 dólares, ligeramente superior a los 326 dólares del mismo lapso de 2019, mientras que el número de operaciones pasó de 111.74 a 119.43 millones, la mayoría de ellas transferencias electrónicas.

En diciembre pasado, México recibió 3,661 millones de dólares, una cifra superior respecto a los 3,381 millones de dólares de noviembre y a los 3,598 millones de octubre.

Recordemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha agradecido en varias ocasiones a los poco más de 38 millones de mexicanos que hay en Estados Unidos, a los que califica de “héroes”, al estimar que sus remesas benefician a cerca de 10 millones de familias pobres.

El dinero, que procede principalmente de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, representa la segunda fuente de divisas de México, después de las exportaciones automotrices.

El gobierno federal confía en que las remesas ayuden a la recuperación económica del país, que presentó una contracción de 8.3% en 2020, según datos preliminares divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas fue confirmado este martes por el Senado como el nuevo secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, cargo desde el que deberá impulsar las iniciativas migratorias del presidente Joe Biden.

La nominación de Mayorkas, que ya formó parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y tiene una probada experiencia en el campo legal, recibió el visto bueno de la Cámara Alta con una votación 56-43 .

A diferencia de sus colegas de gabinete, que alcanzaron un mayor respaldo en el Senado, la cerrada votación de Mayorkas pareció un anticipo del largo camino que deberá emprender para llevar a buen puerto la promesa de Biden de convertir de nuevo a Estados Unidos en un país de inmigrantes.

El visto bueno del Senado llegó después de que el Comité de Seguridad Nacional votara el martes pasado 7-4 a favor del designado por Biden.

Mayorkas, quien nació en La Habana en 1959, de donde salió un año después junto a sus padres y su hermana con destino a Estados Unidos, se desempeñó como subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) entre 2013 y 2016.

Fue además director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración, una de las dependencias que maneja el DHS, la agencia que con cerca de 300,000 empleados se encarga de asuntos claves como la seguridad fronteriza y la inmigración.

El Senado también confirmó a Pete Buttigieg como nuevo secretario de Transporte. El exaspirante a la candidatura presidencial demócrata  es el primer secretario abiertamente homosexual en la historia del país.

La semana pasada, el Comité de Comercio del Senado adelantó que Buttigieg, alcalde durante ocho año de la ciudad de South Bend, en Indiana, y veterano del Ejército, había contado con el consenso de la cámara, con tan solo tres votos republicanos en contra, apunta el diario ‘The Hill’.

“Pete Buttigieg es un patriota y alguien que soluciona problemas, un ejemplo de lo que somos como nación”, dijo Biden cuando se hizo oficial su nominación. “Confío en que liderará este trabajo con interés, decencia y una visión audaz, él unirá a la gente para lograr grandes cosas”.

Con la aprobación del Senado, Buttigieg se hará cargo a partir de ahora de una oficina con 55,000 empleados y un presupuesto de miles de millones de dólares que tendrá que hacer frente a un sector ampliamente castigado por la crisis del coronavirus, además de colaborar en las nuevas políticas más respetuosas con el medioambiente que Biden ha prometido.

El exgobernador de Chihuahua, César Duarte, acusado de malversación de fondos, será extraditado a nuestro país, luego de que la jueza del caso anunciara que certificaría la solicitud de las autoridades mexicanas.

En una nota que llegó horas después de que finalizara la audiencia de este martes, la jueza indicó que la solicitud  cumple con los requisitos del Tratado de Extradición México-Estados Unidos, por lo que dio un plazo de 60 días para la entrega del exgobernador.

En lo que la entrega se concreta, Duarte seguirá preso en Miami. Sin embargo, el exgobernador todavía podría apelar la decisión.

Horas antes, al finalizar la audiencia de hoy, la jueza Lauren Fleischer Louis dijo que “no anticipo futuras acciones ante mí”. “Pondré una orden escrita en el expediente judicial tan pronto como pueda para que ustedes puedan emprender los próximos pasos”.

En la audiencia la fiscalía aseguró que existen evidencias de que Duarte cometió los delitos y debe ser extraditado a nuestro país. Su defensa reiteró que son cargos políticos. Morillo, que era “venganza de opositores políticos”, en referencia al sucesor de Duarte, Javier Corral.

“El pedido de extradición detalla la corrupción durante el gobierno de Duarte”, expresó el fiscal Jason Wu al comienzo de su alegato. “El tribunal debe certificar la extradición”.

Duarte, que se desempeñó como gobernador de Chihuahua entre 2010 y 2016, está acusado de peculado y asociación delictuosa para malversar millones de dólares de fondos públicos. México solicitó su extradición a finales de 2019.

La fiscalía se centró en una serie de testigos reservados que trabajaban en el gobierno de Chihuahua y han asegurado que Duarte les ordenaba desviar fondos públicos para fines personales, como pagar impuestos y tarjetas de crédito. Estos testigos son parte de la causa presentada en México y la justicia estadounidense los considera importantes para probar las acusaciones.

Wu dijo que esos testigos, entre ellos un exsecretario de finanzas de Duarte, identificaron al menos 11 transacciones millonarias en las que el exgobernador les habría ordenado desviar fondos públicos a cuentas privadas que sólo él, familiares o cómplices podían administrar.

“Tenía total responsabilidad de los fondos en disputa”, expresó Wu. “Las transferencias beneficiaban a Duarte. Él tenía el control de los fondos públicos”, dijo tras describir varias de esas transacciones, algunas de ellas destinadas a comprar vacas y otras a empresas y cuentas de su familia.

Su defensa pidió a la jueza que no considerara lo que habían dicho esos testigos porque sus declaraciones habían sido bajo amenazas. “Lo que pedimos al tribunal es que evalúe el método, el proceso con el que el gobierno de México obtuvo las evidencias”, expresó el abogado Juan Morillo. “Cuando el testimonio se consiguió de manera ilegal, no se puede considerar”.

Según la defensa, la vida de Duarte correría peligro si regresa a nuestro país para enfrentar un juicio.

La jueza se limitó a decir que estaba “satisfecha” con los argumentos presentados a favor de la extradición, aunque no indicó cuando resolvería el asunto. “La presentación satisface la causa probable”, expresó Fleischer Louis.

Para los fiscales, las pruebas presentadas por Duarte buscan evitar su extradición y que sea juzgado en Estados Unidos en un “mini juicio”.

Duarte asegura que llegó a Estados Unidos a finales de 2016 en busca de un tratamiento médico tras un accidente en helicóptero. Antes de su detención en julio de 2020, pidió asilo político. El exgobernador asegura que desconocía sus acusaciones cuando llegó y que llevaba una vida pública, sin ocultarse, en el país vecino.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo este martes una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin, con el que habló sobre la extensión del acuerdo de desarme nuclear Nuevo START, la situación del opositor Alexéi Navalni y Ucrania.

Biden “llamó al presidente Putin esta tarde con la intención de hablar sobre nuestra disposición a extender el Nuevo START durante cinco años y para reafirmar nuestro fuerte apoyo a la soberanía de Ucrania a la luz de la agresión continua de Rusia”, dijo la portavoz de La Casa Blanca, Jen Psaki.

El mandatario estadounidense pretende extender por cinco años el último tratado de desarme vigente entre ambas potencias nucleares, el Nuevo START, que expira el próximo 5 de febrero.

El Kremlin ya ha dicho que sigue comprometido con la ampliación del tratado durante cinco años y que está a la espera de “propuestas concretas” de Biden.

El Nuevo START limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1,550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.

Durante la llamada de este martes, Biden le manifestó a Putin algunos asuntos que le preocupan como “las informaciones del ciberespionaje de SolarWinds, las recompensas por parte de Rusia (a los talibanes) por soldados de Estados Unidos en Afganistán, la interferencia en las elecciones de 2020 (en EUA), el envenenamiento de Alexéi Navalni y el trato por parte de las fuerzas de seguridad rusas a manifestantes pacíficos”, enumeró Psaki.

El mandatario estadounidense pidió a las agencias de inteligencia que hagan una evaluación a fondo de la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones en Estados Unidos de noviembre pasado, el uso de armas químicas contra Navalni y las recompensas rusas a los talibanes a cambio de matar a soldados estadounidenses en Afganistán.

También ha solicitado que se lleven pesquisas sobre el ciberataque contra varias agencias federales a través de las actualizaciones de un popular programa de la empresa tecnológica estadounidense SolarWinds, llamado Orion y que usan para monitorear redes informáticas tanto el Gobierno como cientos de grandes compañías. Muchos analistas y funcionarios acusan a Rusia de estar detrás de ese pirateo informático.

Psaki destacó que la intención de Biden durante la conversación con Putin ha sido dejar claro que su país actuará firmemente en defensa de sus intereses nacionales en respuesta a las acciones “malignas” de Rusia.

Precisamente sobre Moscú, Biden habló hoy también por teléfono con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Según un comunicado de La Casa Blanca, Biden le transmitió su intención de “consultar y trabajar con los aliados en toda una gama de preocupaciones de seguridad compartidas, incluyendo Afganistán, Irak y Rusia”.

Biden firmará esta tarde un decreto para poner fin a los centros de reclusión privados del sistema federal, dijo Susan Rice, su consejera de Política Interior.

“Las cárceles privadas se benefician de los prisioneros federales y, de acuerdo con un informe de la inspección general del Departamento de Justicia, son menos seguras tanto para los reos como para los guardias” que los centros de detención estatales, dijo Rice en conferencia de prensa.

Para ello, Biden ordenará a la cartera de Justicia que no se renueven los contratos con los operadores privados.

Se trata de la primera medida del nuevo presidente en materia de justicia penal, área en la que se comprometió a operar profundas reformas. En particular, prometió luchar contra las tasas récord de encarcelamiento en el país y contra el enorme número de integrantes de las minorías que encarcelados.

Adicional, esta mañana el Senado de EUA confirmó a Antony Blinken como secretario de Estado, quien tendrá a su cargo la encomienda del presidente Biden de revertir las políticas aislacionistas del gobierno anterior que debilitaron las alianzas internacionales.

Por 78 votos a favor y 22 en contra, los senadores aprobaron a Blinken, antiguo aliado de Biden, como el 71ro secretario de Estado, reemplazando a Mike Pompeo. Es el cargo más importante del gabinete y el cuarto en la línea de sucesión de mando.

Blinken, de 58 años, fue subsecretario de estado y vice asesor de seguridad nacional durante la presidencia de Barack Obama. Ha prometido reestructurar las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo tras la presidencia de Donald Trump, quien cuestionaba la necesidad de diversas alianzas. Blinken iniciará su gestión el miércoles tras ser juramentado, dijeron fuentes allegadas.

“El liderazgo de Estados Unidos sigue siendo importante”, declaró Blinken ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado en su audiencia de confirmación el 19 de enero.

El presidente Joe Biden restableció este lunes la prohibición de entrada al país de personas de Brasil, Irlanda, Reino Unido y otros 26 países europeos a fin de evitar la propagación del coronavirus.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca Jen Psaki indicó que Sudáfrica fue agregada a la lista debido a la presencia en ese país de una variante de la enfermedad. “No es este el momento de levantar las restricciones a los viajes internacionales”, señaló Psaki.

La medida de Biden prohíbe, a partir del martes, la entrada al país a prácticamente todos los ciudadanos extranjeros que hayan estado en alguno de los países señalados en los 14 días previos a su llegada a Estados Unidos.

Los 26 países europeos señalados son parte de la zona Schengen de libre paso e incluyen a Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y Suiza.

El máximo experto en enfermedades contagiosas de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci dijo el lunes que la decisión de Biden era “prudente”. “Estamos preocupados por la mutación del virus que se ha detectado en Sudáfrica”, expresó Fauci en entrevista con la cadena CBS.

Esto coincide con la entrada en vigor de la recomendación del Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, de prohibir la entrada a toda persona procedente del exterior a menos que muestre una prueba negativa a COVID-19 hecha en los tres días previos de abordar el vuelo.

La embajada de México en Washington, recordó a los mexicanos que planeen viajar a Estado Unidos, que a partir de mañana 26 de enero, todas las personas que planeen ingresar por vía aérea deberán presentar la prueba negativa.

Precisan que en caso de haberse recuperado de Covi-19 dentro de los tres meses previos al viaje, se deberá presentar un documento oficial que así lo acredite junto con una carta del médico en la que indique que está autorizado para viajar.

Informó que en caso no cumplir con los requisitos, las aerolíneas tendrán las facultad de negar el abordaje. Sobre la cuarentena que se anunció se pediría a los viajeros que ingresen a Estados Unidos, se explicó que será voluntaria.

Pese a que ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) descartó que fuera a entablar comunicación con el nuevo presidente de Estados Unidos, incluso llegando a decir que no había urgencia, el canciller Marcelo Ebrard informó este viernes que los mandatarios sostendrían una llamada telefónica esta tarde.

“Les comparto que los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joseph Biden sostendrán hoy por la tarde conversación telefónica. La relación bilateral avanza a partir de la comunicación y el entendimiento”, tuiteó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Por su parte la portavoz de La Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó en su rueda de prensa diaria que Biden conversaría con López Obrador, después de hablar con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pues como ya se había informado, el canadiense será el primer líder extranjero con que el demócrata tendrá comunicación.

Ayer, López Obrador insistió en que no hacía falta una llamada con Biden, pues dijo que los funcionarios de ambos gobiernos ya estaban en contacto y coordinando acciones.

“No hace falta, le deseamos lo mejor y con nosotros no va a haber problema. Lo sabe y nosotros sabemos que no vamos a tener ningún problema con su Gobierno”, expresó el mexicano.

Recordemos que López Obrador habló por teléfono con Biden el pasado 19 de diciembre después de que fuera declarado presidente electo; indicó que en esa llamada reafirmaron el compromiso de trabajar juntos por el bienestar de las naciones.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este jueves que los extranjeros que lleguen a Estados Unidos deberán pasar por una cuarentena tras su entrada al país, como parte de una serie de decretos para contener la pandemia que incluyen un endurecimiento de las reglas sobre el uso de mascarillas.

Biden realizó este anuncio como parte de su estrategia integral para contener la pandemia en el país, que es la nación del mundo más golpeada en número de muertos por Covid-19.

“Además del uso de mascarillas, todos aquellos que viajen a Estados Unidos desde otro país deberán realizarse una prueba antes de subirse al avión y realizar una cuarentena cuando lleguen”, informó Biden en una conferencia en La Casa Blanca.

La exigencia de una prueba ya había sido ordenada por el gobierno de Donald Trump, pero el aislamiento era sólo una recomendación.

Biden explicó que esta medida se debe a las nuevas cepas del virus detectadas en otros países, en un momento en que en Estados Unidos hay más de 400,000 muertos por la pandemia, una cifra que supera la cantidad de soldados estadounidenses fallecidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Biden indicó que va a firmar una nueva orden “para extender los requerimientos para el uso de mascarillas en los viajes interestatales, en trenes, aviones y autobuses”.

Estas medidas forman parte de una estrategia nacional explicada en un documento de 200 páginas, que incluyen un plan para acelerar el proceso de vacunación, trabajar para que los estudiantes vuelvan a las escuelas y recuperar la confianza de la opinión pública, entre otros objetivos.

El mandatario también quiere que el Congreso apruebe un plan de alivio económico por 1.9 billones de dólares.

Biden alertó que la cifra de muertos por Covid-19 en su país superará probablemente los 500,000 en febrero, y reconoció que le llevará meses “darle la vuelta” a la estrategia que aplicó Donald Trump.

“Las cosas van a seguir empeorando antes de mejorar”, dijo Biden. “La cifra de muertos probablemente superará los 500,000 el mes que viene (…). Nos va a llevar meses darle la vuelta a esta situación”, añadió.

El pronóstico de Biden coincide con el del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, que calcula que, si continúa la trayectoria actual, Estados Unidos superará el medio millón de muertos el día 19 de febrero y empezará marzo con más de 521,000 fallecidos por la enfermedad.

“A lo largo del último año, no pudimos apoyarnos en el Gobierno federal para que actuaran con la urgencia, la concentración y la coordinación que necesitamos, y hemos visto el coste trágico de ese fracaso”, opinó Biden.

Biden también mandó recurrir a la Ley de Producción de Defensa, una legislación adoptada en 1950 en respuesta a la Guerra de Corea, para movilizar al sector industrial y acelerar la fabricación de máscaras, respiradores y otros equipos contra la pandemia.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió este miércoles a sus funcionarios de que serán despedidos si no se respetan entre ellos, según informó el diario estadounidense The Washington Post.

Biden lanzó la advertencia durante la jura del cargo de unos 1,000 funcionarios de su gobierno, cuyos cargos no necesitan de la confirmación del Senado.

“Si alguna vez están trabajando conmigo y les escucho tratar a otro colega con falta de respeto, hablando mal con alguien, les prometo que les despediré en el acto. En el instante”, dijo Biden.

El presidente, sin referirse directamente a su antecesor, Donald Trump, dijo que el nuevo gobierno tiene “la oportunidad de hacer mejor las cosas”.

Biden también prometió que cuando sea él quien se equivoque, asumirá las responsabilidades. “Voy a cometer errores. Y cuando los cometa, los reconoceré”, aseguró.

Biden se convirtió este miércoles en el presidente 46 de Estados Unidos tras semanas de convulsión política en el país por la negativa de Trump a reconocer su derrota en las urnas.

“Seremos juzgados, ustedes y yo, por cómo resolvamos esta cascada de crisis de nuestra era. ¿Estaremos a la altura de la ocasión? ¿Seremos capaces de superar esta hora extraña y difícil?”, planteó Biden en su discurso de investidura en el Capitolio.

“Estados Unidos ha sido puesto a prueba y saldremos más fuertes”, insistió el nuevo presidente desde la escalinata del Capitolio, donde llamó a poner fin a la “guerra no civil” entre demócratas y republicanos, progresistas y seguidores de Trump.

Tras la ceremonia, Biden participó en un breve acto con los líderes del Congreso, firmó sus primeros documentos como presidente y luego pasó revista a las tropas que ahora dirige como comandante en jefe de Estados Unidos.

A continuación, Biden, Harris y sus respectivos cónyuges, Jill Biden y Doug Emhoff, se dirigieron al cementerio nacional de Arlington, en Virginia, para colocar una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido. La caravana presidencial atravesó después la avenida Pensilvania, flanqueada por cientos de los más de 20,000 militares desplegados en la capital para la investidura, hasta llegar a La Casa Blanca.

Foto: Twitter @ZekeJMiller 

El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este miércoles en su discurso de investidura que “la democracia ha prevalecido” en su país, esto tras el mandato de su predecesor, Donald Trump.

Con la mano sobre la Biblia de la familia, el nuevo mandatario recitó el texto protocolario ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, lo que formalmente culmina una transición convulsa marcada por el rechazo de Trump a reconocer su  derrota.

“Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido”, aseveró Biden en su discurso tras haber jurado como presidente número 46 de Estados Unidos. “Es un día histórico y de esperanza, de renovación y resolución”, agregó.

Biden se refirió a los turbulentos días que ha vivido su país tras el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero por una turba de seguidores del ahora expresidente Trump. En este sentido, aseguró que aún queda mucho para “curar” las heridas del país y llamó a confrontar el “extremismo político, el supremacismo blanco y el terrorismo doméstico”, que aseguró derrotará.

Sobre el asalto al Capitolio prometió que no volverá a pasar “ni hoy ni mañana”. Pidió seguir el “camino de la unidad” para superar las múltiples crisis que enfrenta el país, porque sin ella “solo hay amargura y furia”.

Afirmó que pretender ser presidente de “todos los estadounidenses”, para lo cual ha prometió “trabajar duro” con el objetivo de ayudar también a quienes no le apoyaron en noviembre pasado. A ellos les ha dicho que no es nuevo que haya diferencias, pues eso sucede en una democracia, aunque sí ha dejado claro que “las discrepancias no deben llevar a la desunión”.

Biden destacó que Estados Unidos finalmente completó una transición “pacífica”, pese a que cree que queda “mucho por recorrer”. Considera que el país ha demostrado a lo largo de la historia que es capaz de superar los obstáculos y ha puesto como ejemplo de esta capacidad para avanzar en aras de la igualdad que haya sido una mujer, Kamala Harris, quien haya tomado posesión minutos antes de su discurso como nueva vicepresidenta.

Momentos antes de la juramentación de Biden, llamó la atención que la cantante y actriz Jennifer López introdujo el español en la ceremonia de investidura, al recitar la parte final del juramento de lealtad en español.

“Una nación, bajo un Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos”, recitó la neoyorquina de orígenes puertorriqueños al cierre de su actuación, en la que interpretó “This Land Is Your Land” (“Esta tierra es tu tierra”), compuesta por Woody Guthrie y convertida en un himno nacional, patriótico y antifascista.

En tanto, Lady Gaga fue la encargada de interpretar el himno nacional, mientras que Garth Brooks cantó “Amazing Grace”.

La ausencia de Trump en la ceremonia marcó un hito en 150 años de tradición republicana, aunque su gobierno estuvo representado por el vicepresidente saliente, Mike Pence.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo este miércoles que comparte las prioridades que ha establecido el demócrata Joe Biden para iniciar su mandato en Estados Unidos. Aprovechó la conferencia matutina para desearle éxito en su gestión al demócrata.

“Coincido en sus tres planteamientos principales (…) son muy importantes: (combate a la) pandemia, reactivación económica y migración. Y desde luego, deseándole al presidente Biden que le vaya muy bien en su gestión”, expresó López Obrador.

El presidente confió en que la ceremonia de investidura de Biden “salga muy bien”, y que se realizara “con tranquilidad, con paz”.

Recordemos que López Obrador fue de los últimos en felicitar a Biden por su triunfo en las elecciones de noviembre, pues esperó a la reunión y confirmación del Colegio Electoral, el 14 de diciembre, más de un mes después de los comicios.

Con unos 38 millones de personas de origen mexicano residentes en Estados Unidos, López Obrador consideró que para México uno de los temas más importantes en agenda de Biden es la migración.

“Se debe regularizar a nuestros paisanos que tienen años trabajando en ese país (…) Esto complementado con el apoyo a países de Centroamérica y del sur sureste de México para enfrentar el fenómeno migratorio con desarrollo y bienestar”, señaló.

López Obrador subrayó que México podría beneficiarse de la reactivación en Estados Unidos por la integración económica entre ambos países, en el marco del T-MEC.

A pregunta expresa de la prensa, López Obrador aseguró que con Trump tuvo una “buena relación en beneficio para México” y que siempre fue respetuoso con la soberanía mexicana. Confió en que la relación con Biden “va a ser muy buena” y subrayó que la cooperación debe ser “ordenada y respetuosa”, y principalmente, “que no haya injerencia”.

“Se tiene que buscar que haya cooperación ordenada, respetuosa, y que no haya injerencismo de ningún Gobierno. Que nosotros no nos metamos en asuntos que corresponden a Estados Unidos y que también ellos no vengan a meterse en asuntos que nos corresponden a nosotros. Y como somos vecinos y necesitamos ponernos de acuerdo para trabajar de manera conjunta, tienen que definirse bien las reglas”, dijo el mandatario.

Aseguró que gobiernos anteriores permitieron la intromisión de gobiernos extranjeros, lo cual era indebido y violaba la soberanía de nuestro país por parte de agencias estadounidense. Enfatizó que ahora las cosas serán distintas. “Sí queremos la cooperación, pero con respeto a nuestra soberanía”, remató.

Todo listo para que Joe Biden asuma como el 46º presidente de Estados Unidos. Kamala Harris juramentará como vicepresidenta del país, convirtiéndose en la primer mujer en asumir dicho cargo.

Aquí puedes seguir la transmisión en vivo de la ceremonia.

Minutos antes de que diera inicio la ceremonia, el expresidente Barack Obama utilizó sus redes sociales para felicitar a su excolaborador, ahora próximo presidente, indicándole que “es su momento”.

Joe Biden podría firmar varias órdenes ejecutivas este mismo miércoles, entre las que se espera estén: protección a dreamers; desbloqueo a ciudades santuario, y detener la construcción del muro fronterizo.

Se informó que todos los expresidentes de Estados Unidos que asisten a la investidura ya se encuentran en el Capitolio. George W. Bush y su esposa Laura fueron los primeros en arribar, varias horas antes de la ceremonia de investidura. Poco después arribaron Barack y Michelle Obama y Bill y Hillary Clinton, en caravanas por separado.

Una colección de ‘Sube y Baja’, que han permitido a niños en ambos lados del muro fronterizo que divide México y Estados Unidos jugar juntos, y que se instaló como un acto de protesta a las políticas del presidente Donald Trump, ganó este martes un premio del Museo del Diseño de Londres.

Los tres ‘Sube y Baja’ color rosa salvaje fueron instalados a través de las columnas metálicas del muro: un extremo se situaba en el suburbio Sunland Park de El Paso, Texas, y el otro en Ciudad Juárez, México. La obra permaneció instalada menos de una hora el 28 de julio de 2019 en la frontera.

El Museo del Diseño de Londres declaró al proyecto ganador de la competencia Diseños Beazley del Año 2020, entre 74 proyectos de diseñadores del todo el mundo.

El Muro ‘Sube y Baja’ fue diseñado por los arquitectos californianos Ronald Rael y Virginia San Fratello con ayuda del Colectivo Chopeke de Ciudad Juárez.

“Alentó nuevas formas de relación humana y tocó un acorde que sigue resonando mucho más allá de El Paso en Estados Unidos y Juárez en México”, dijo el director del museo, Tim Marlow, al anunciar el premio. “Sigue siendo un recordatorio original y conmovedor de cómo los seres humanos pueden trascender las fuerzas que tratan de dividirnos”.

Ronald Rael, uno de los creadores de la instalación, afirmó que la obra tenía como fin mostrar como “lo que hace uno en un lado, tiene un impacto en el otro”, esto en referencia a ambos lados de la frontera. , “Eso es lo que es un sube y baja, exactamente eso”.

Los ‘Sube y Baja’ fueron instalados en medio del encendido debate provocado por el plan del presidente Donald Trump de construir un muro a lo largo de la frontera de casi 3,200 kilómetros.

“Pensamos que sería oportuno mostrarle al mundo una realidad muy importante de la frontera, de que la frontera no es un lugar desolado donde no vive nadie”, expresó Rael, profesor de arquitectura de la Universidad de California, Berkeley, a una publicación universitaria en 2019.

Foto: Twitter

En el primer día de su gobierno, el presidente electo de Estados Unidos Joe Biden planea revelar un amplio proyecto de ley de inmigración con el que espera ofrecer a unos 11 millones de personas que viven de manera ilegal en su país una vía de ocho años para naturalizarse.

Medios estadounidenses reportan sobre el tema, lo cual representaría un giro de 180 grados respecto a las duras políticas de inmigración implementadas por el gobierno del presidente Donald Trump.

Se prevé que el proyecto de ley sea presentado luego de que Biden preste juramento mañana, de acuerdo con una persona familiarizada con la medida y quien pidió hablar bajo condición de anonimato.

La iniciativa coloca a Biden en camino para cumplir con una promesa clave de campaña que es importante para los votantes latinos y de otras comunidades de inmigrantes, tras cuatro años de las políticas restrictivas y las deportaciones en masa del gobierno de Trump.

La propuesta contempla una de las vías más rápidas para obtener la ciudadanía estadounidense para quienes viven en el país sin ningún tipo de estatus legal en los últimos años, pero no incluye el tradicional compromiso de una mayor seguridad fronteriza favorecida por muchos republicanos, lo que pone en duda que vaya a ser aprobada en el Congreso.

Como candidato, Biden dijo que las acciones de Trump sobre la inmigración eran un “ataque implacable” contra los valores estadounidenses y afirmó que “desharía el daño” al tiempo que mantendría la frontera bien vigilada.

Bajo la propuesta, quienes hayan vivido en Estados Unidos hasta el 1 de enero de 2021 sin un estatus legal tendrían una vía de cinco años hacia un estatus legal temporal, o una tarjeta de residencia permanente, si aprueban las revisiones de antecedentes, pagan impuestos y cumplen con otros requerimientos básicos. A partir de ese punto, les queda un camino adicional de tres años para naturalizarse, si deciden hacerlo.

Para algunos inmigrantes, el proceso sería más rápido. Los llamados “dreamers”, que son los jóvenes que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal siendo niños, así como los trabajadores agrícolas y la gente bajo el Estatus de Protección Temporal, podrían calificar para obtener la tarjeta de residencia permanente, también conocida como green card, si están trabajando, estudiando o cumplen con otros requisitos.

El proyecto de ley no es tan amplio como la última reforma de inmigración propuesta cuando Biden era vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama. Por ejemplo, no incluye un elemento de seguridad fronteriza robusto, sino que requiere la elaboración de estrategias. Tampoco crea ningún programa nuevo de trabajadores temporales u otros programas de visado.

Sí aborda alguna de las causas de la migración desde Centroamérica hacia Estados Unidos y proporciona subsidios para el desarrollo de la fuerza del trabajo y aprendizaje del idioma inglés.

Está previsto que Biden tome acciones ejecutivas rápidas para revertir otras acciones de inmigración de Trump, como poner fin a las restricciones impuestas a la llegada de personas de varios países predominantemente musulmanes.

Durante las elecciones primarias demócratas, Biden dijo en repetidas ocasiones que la acción en torno a la inmigración sería una de sus prioridades desde el “primer día” de su presidencia y dijo la variedad de poderes ejecutivos que podría invocar para revertir las políticas de Trump.