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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró este lunes que el atentado del pasado viernes en una sala de conciertos a las afueras de Moscú fue obra de islamistas radicales, un suceso ha dejado hasta ahora un balance de al menos 139 personas sin vida.

“Sabemos que el crimen fue cometido por manos de islamistas radicales, con la ideología de la que el propio mundo islámico ha estado luchando durante siglos”, dijo Putin durante una rueda de prensa con motivo de las medidas adoptadas por las autoridades rusas tras el atentado.

Sin embargo, el mandatario ruso insistió en su teoría de que las autoridades de Ucrania podrían estar relacionadas con el ataque y ha exigido que las investigaciones avancen para esclarecer “quién se beneficia” del suceso.

“Nos interesa saber quién es el cliente”, manifestó el presidente ruso según recoge la agencia Interfax. “Hay una cosa absolutamente clara: el terrible crimen cometido el 22 de marzo en la capital de Rusia es un acto de intimidación. La pregunta surge inmediatamente. ¿Quién se beneficia de ello?”, añadió.

Putin no dejó de vincular lo ocurrido con quienes se han enfrentado a Rusia “de manos del régimen neonazi de Kiev desde 2014”.

“Los nazis, como bien es sabido, nunca han desdeñado los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos. Especialmente hoy, cuando su anunciada contraofensiva ha fracasado por completo”, sostuvo.

Recordemos que una sala de conciertos ubicada a las afueras de Moscú fue el viernes escenario de un ataque terrorista perpetrado por cuatro sujetos armados que cobraron la vida de al menos 139 personas, según el último balance confirmado este mismo lunes por las autoridades rusas.

Las fuerzas de seguridad rusas lograron la captura de los cuatro supuestos autores de los disparos, que han reconocido su culpabilidad ante la Justicia. El director del Comité de Investigación de Rusia, Alexander Bastrikin, ha anunciado la detención de otros tres supuestos colaboradores.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) manifestó este lunes su “solidaridad” con el pueblo de Rusia y los familiares de las víctimas de los atentados, que dijo, fueron llevados a cabo por el grupo yihadista Estado Islámico.

“(Fue) muy lamentable ese atentado. También nuestra solidaridad con el pueblo de Rusia, con su Gobierno, desde luego, un abrazo a los familiares de las víctimas”, expresó el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

AMLO dijo que México está en contra de “atentados, de terrorismo, de la guerra”. “Nosotros estamos a favor de la paz siempre”.

Y es que a través de la agencia Amaq, órgano de propaganda del Estado Islámico, la organización terrorista reivindicó la autoría de los hechos.

La Fiscalía de Moscú advirtió sobre las consecuencias de participar en la protesta convocada por varios opositores rusos para el mediodía del próximo domingo, último día de las elecciones presidenciales rusas, donde es un hecho la reelección de Vladímir Putin.

La protesta a la que se ha convocado consiste en acudir a esa hora a los colegios electorales para expresarse en contra del presidente ruso.

“Por cuanto estas acciones ilegales pueden obstaculizar a los ciudadanos ejercer su derecho al voto y obstaculizar el trabajo de los colegios electorales, advertimos de que la comisión de estas conlleva responsabilidad penal”, señaló la Fiscalía en un comunicado.

Las elecciones presidenciales en Rusia se celebran a partir de hoy 15 de marzo y se extenderán hasta el domingo 17, que todo indica darán a Putin su quinto mandato.

La Fiscalía señaló que durante el monitoreo de internet en las redes sociales “se detectaron publicaciones con llamados a acudir en grupos a las 12:00, hora de Moscú, el 17 de marzo a acciones públicas masivas no autorizadas a los colegios electorales de Moscú con el fin de violar la legislación electoral”.

La Fiscalía indicó que estas actividades, cuyo lugar y horario no ha sido acordado con las autoridades del modo establecido y legal, están penadas por la ley rusa. Según las leyes, la correspondiente causa penal podría conllevar penas de hasta cinco años de cárcel.

La iniciativa fue propuesta el año pasado por el exdiputado ruso Maxim Reznik, actualmente en el exilio, y apoyada por el líder opositor ruso, Alexéi Navalny, antes de morir en una prisión ártica. Ahora ha sido respaldada por la esposa de Navalny, Yulia Navalnaya.

Una gran cantidad de opositores rusos, entre los que destacan el exoligarca ruso Mijaíl Jodorkovski y el exdiputado Dmitri Gudkov, han expresado su apoyo a esta acción, conocida como “mediodía contra Putin”.

La participación en las elecciones presidenciales alcanzó este viernes el 24.41% a las 16:30 hora de Moscú, según el último informe de la Comisión Electoral Central (CEC).

Han votado ya más de 27 millones de los rusos de un censo electoral cifrado en más de 112 millones de personas, según el vicepresidente de la CEC, Nikolái Buláev.

Las elecciones presidenciales rusas se dan en medio de la guerra con Ucrania y tras la muerte de Alexéi Navalny, el principal opositor político del Kremlin. ¿Qué se busca con estas elecciones? En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Rainer Matos Franco, internacionalista por El Colegio de México, sobre la jornada electoral en Rusia.

La guerra en Ucrania cumple dos años con Rusia a la ofensiva en casi todos los sectores del frente, mientras Ucrania intenta compensar la falta de armamento occidental relevando al jefe de su Ejército, Valeri Zaluzhni, una maniobra de resultado incierto.

Si el primer aniversario de la contienda fue positivo para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el segundo llega lleno de dudas para Kiev, que ha decidido apostar por la “defensa estratégica” ante la superioridad enemiga en hombres y munición.

La tan esperada contraofensiva ucraniana de junio, que permitió a los ucranianos avanzar principalmente en la región sureña de Zaporiyia, se estancó en verano y allanó el terreno para una nueva ofensiva rusa.

Sin escatimar ni hombres ni equipos, los rusos han logrado avanzar más en el Donbás durante la campaña invernal que en los anteriores dieciocho meses de combates.

Primero tomaron la estratégica localidad de Márinka, que se encuentra a cinco kilómetros al suroeste de Donetsk, capital de la homónima república popular anexionada por Moscú. Fue su mayor éxito desde la toma de Bájmut en mayo de 2023.

Después, los rusos centraron todos sus esfuerzos en conquistar el bastión de Avdivka, situado en una de las zonas más militarizadas de los más de mil kilómetros de frente ruso-ucraniano.

Al principio, Kiev optó por resistir hasta el final los embates enemigos, como hiciera antes en Mariúpol y después en Severodonetsk y Lisichansk, pero finalmente se tuvo que rendirse. Los defensores de la ciudad recibieron la orden de retirarse.

“Es una decisión muy lógica y profesional para salvar el mayor número posible de vidas ucranianas”, dijo Zelenski, quien estimó que por cada soldado ucraniano que ha muerto en esa zona del frente, siete rusos han perdido la vida. Zelenski añadió: “¿Qué ha conseguido Rusia? La extenuación de su ejército”.

El presidente ruso, Vladímir Putin, clamó victoria en mensajes con tintes claramente electorales; necesita éxitos en el campo de batalla para legitimar su reelección en los comicios presidenciales de próximo mes.

Pero no se conformó con ello. Putin llamó a aprovechar la iniciativa actual para avanzar hacia otras plazas fuertes ucranianas, en clara alusión a Sloviansk y Kramatorsk, pero también Vugledar, todas en la región de Donetsk.

El segundo aniversario de la invasión rusa llega justo después del relevo del hasta ahora jefe del Ejército ucraniano, que fue destituido por el presidente después de meses de desencuentros públicos.

El cese de Zaluzhni, en el que confiaban, según las encuestas, nueve de cada diez ucranianos, fue muy criticado por la oposición y provocó malestar en buena parte de la sociedad.

El nuevo jefe del Ejército, Oleksandr Sirski, tiene ante sí la difícil tarea de ganarse la confianza de sus compatriotas en un momento de poco propicio, a priori, para Ucrania, donde la unidad en torno Zelenski se desgasta ante la ausencia de buenas noticias del frente.

Ucrania entra en el tercer año de la guerra con la incertidumbre de si seguirá recibiendo asistencia militar de Estados Unidos, donde congresistas republicanos bloquean el paquete de 60,000 millones de dólares propuesto por la Casa Blanca para seguir apoyando a Kiev a lo largo de 2024.

Para Zelenski, la aprobación de esta partida es capital para que Ucrania pueda seguir defendiéndose con garantías de los ataques de Rusia, tanto en el campo de batalla como en la retaguardia. Kiev también está pendiente de recibir prácticamente la mitad del millón de proyectiles para artillería del calibre 155 que la Unión Europea (UE) se comprometió a entregar a Ucrania antes de marzo de este año.

A este segundo aniversario de la guerra, se suma la muerte del líder opositor, Alexéi Navalni.

Pero, ¿qué sucede en Ucrania y que se espera para los próximo meses? ¿Putin y Zelenski mantienen sus apoyos? En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Brenda Estefan, analista internacional, sobre la guerra y los dos años de la invasión rusa a Ucrania.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes que Washington decretará más de 500 nuevas sanciones contra Rusia, en un intento de aumentar la presión sobre Moscú con motivo del segundo aniversario de su guerra en Ucrania.

Estados Unidos también impondrá nuevas restricciones a la exportación a casi 100 entidades por prestar apoyo a Rusia y tomará medidas para reducir aún más los ingresos energéticos de Rusia, dijo Biden.

Las medidas buscan responsabilizar a Rusia por la guerra y la muerte del líder opositor Alexéi Navalni, dijo Biden, en momentos en que Washington busca seguir apoyando a Ucrania aun cuando enfrenta una aguda escasez de municiones y la ayuda militar estadounidense se ha demorado durante meses en el Congreso.

Las medidas irán dirigidas contra personas relacionadas con el encarcelamiento de Navalni, así como contra el sector financiero ruso, la base industrial de defensa, las redes de adquisiciones y los evasores de sanciones en varios continentes.

Las sanciones se suman a otras medidas de Estados Unidos y sus aliados por la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, que ha causado decenas de miles de muertos y destruido ciudades.

“Dos años después del inicio de esta guerra, el pueblo de Ucrania sigue luchando con tremendo coraje. Pero se están quedando sin municiones. Ucrania necesita más suministros de Estados Unidos para mantener la línea contra los implacables ataques de Rusia, que son facilitados por armas y municiones de Irán y Corea del Norte”, dijo Biden.

Biden sostuvo que las nuevas sanciones buscan garantizar que Putin pague un precio aún más elevado por la agresión a Ucrania y la represión en su país.

“Si Putin no paga el precio de la muerte y destrucción que provoca, continuará” actuando, advirtió Biden.

Según Biden, el presidente ruso “creía que podía fácilmente doblegar la voluntad y quebrar el coraje de un pueblo libre. Que podía invadir una nación soberana y el mundo le daría la espalda. Que podía sacudir los cimientos de la seguridad en Europa y en otros lugares”.

“Años después, es aún más evidente que el primer día: Putin cometió un grave error de cálculo”, dijo el demócrata.

Envenenado, encarcelado, condenado y hoy muerto en prisión. Alexéi Navalni pagó con su vida su lucha contra el presidente ruso Vladimir Putin, denunciando sin tregua la represión y la corrupción de su régimen.

“El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalni A.A. se sintió mal después de un paseo y prácticamente perdió el conocimiento”, indicó el servicio penitenciario de la región ártica de Yamal en un comunicado.

“Todos los gestos de reanimación necesarios fueron practicados pero no dieron un resultado positivo. Los médicos de urgencias constataron la muerte del paciente. Las causas de la muerte están siendo esclarecidas”, precisó el texto.

Navalni, quien se encontraba tras las rejas desde enero de 2021, fue condenado de nuevo el pasado agosto, esta vez a 19 años por “extremismo”, que debía cumplir en una de las cárceles más duros del sistema ruso. Esta mañana se informó que el líder opositor falleció luego de una caminata de rutina.

Navalni quedó físicamente marcado por el envenenamiento que sufrió en 2020, una huelga de hambre y las repetidas estancias en aislamiento.

Durante las audiencias y en mensajes difundidos a través de sus abogados, Navalni no cesó de denunciar a Vladimir Putin, a quien describió como un “abuelo escondido en un búnker”. Durante su juicio por “extremismo” de agosto de 2023 condenó “la guerra más estúpida y sin sentido del siglo XXI”, en referencia a la invasión a Ucrania.

En sus mensajes en línea bromeaba sobre la intimidación a la que le sometía la administración penitenciaria. Entre otras cosas, le obligaban a escuchar el mismo discurso de Vladimir Putin día tras día.

A lo largo de 12 años, el abogado Navalni, que durante un tiempo fue muy próximo al nacionalismo, se consolidó como el detractor número 1 de Putin y de su “partido de ladrones y estafadores”, como solía describirlo.

En 2013, quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad. Navalni, acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó en los años 2010 una notoriedad en internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en vídeo virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.

Navalni consiguió afianzar una base entre la juventud rusa, urbana y conectada, pero su popularidad a escala nacional y entre generaciones permaneció muy limitada. Vladimir Putin se negaba incluso a pronunciar su nombre.

Cuando fue envenenado en agosto de 2020 en Siberia, en plena campaña para las elecciones regionales, recibió el apoyo sin fisuras de todos los opositores, las ONG’s y los países occidentales. A punto de morir, fue trasladado a Alemania para recibir tratamiento, con el acuerdo del Kremlin.

Una vez curado y sin signos de estar amenazado, Alexéi Navalni protagonizó un gran regreso en diciembre de 2020 al tender una trampa a un agente ruso que admitió, por teléfono, que los servicios secretos estaban detrás de su envenenamiento.

Acto seguido y negándose al exilio, el opositor regresó el 17 de enero de 2021 a Rusia sabiendo que sería detenido, lo que ocurrió nada más llegar al aeropuerto, ante las cámaras de todo el mundo. Las autoridades parecían decididas a hacerle la vida imposible al opositor que dijo estar decidido a no rendirse jamás.

Los médicos de un hospital del norte de Rusia estuvieron más de “media hora” intentando reanimar al político opositor Alexéi Navalni, según los primeros reportes difundidos este viernes agencias de noticias rusas.

“Los médicos que llegaron a la prisión, prosiguieron con el protocolo de reanimación, que ya habían aplicado los médicos de la colonia (centro) penitenciaria. Continuaron haciéndolo más de media hora”, indicó el Hospital de Labytnangi, según la agencia Interfax.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. La Casa Blanca afirmó este viernes que la muerte en prisión del principal opositor ruso, Alexéi Navalni, es una “terrible tragedia”.

Hablando en la cadena NPR, el asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, añadió que “el largo y sórdido” historial del Kremlin acosando a sus opositores “despierta reales y obvias preguntas acerca de lo que pasó aquí”.

Sullivan agregó que Washington está intentando confirmar la información por su lado antes de decidir “los pasos a seguir”.

En 2021, Biden había lanzado una advertencia a Vladimir Putin, al cabo de una reunión con el líder ruso en Suiza. “Le dejé claro (a Putin) que creo que las consecuencias para Rusia serían devastadoras”, declaró Biden en esa ocasión, al ser interrogado sobre una hipotética muerte de Navalni.

En tanto, Antony Blinken fue más claro al señalar que Rusia es “responsable” de la situación que llevó a la muerte al opositor Alexéi Navalni.

“Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo aplicados a un solo hombre subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido. Rusia es responsable de esta situación”, declaró Blinken al margen de una conferencia sobre seguridad en Múnich, Alemania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció su primera entrevista a un periodista occidental tras casi dos años de guerra en Ucrania. En ella se mostró dispuesto a negociar el final del conflicto, pero se negó a entrar en el debate político interno estadounidense.

El periodista estrella de la ultraderecha estadounidense, Tucker Carlson, expresentador de la cadena conservadora Fox News, fue el elegido para llevar a cabo la entrevista de dos horas, que tuvo siempre un tono amable, a veces entre risas, sin que Carlson le hiciera ninguna pregunta incómoda.

Carlson le preguntó hasta en dos ocasiones si creía que “otra administración después de Joe Biden podría restablecer la comunicación” entre los dos países, y Putin no quiso seguir por esa línea, aun admitiendo que en su carrera ha tenido buena relación con algunos presidentes, como George W. Bush o Donald Trump.

“No se trata de quién es el líder o de la personalidad de uno en concreto, sino de las élites mismas: es la idea de la dominación a toda costa basada en las fuerzas dominantes de la sociedad estadounidense”, reflexionó.

Según diveros analistas, la entrevista resultó decepcionante, pues no solo no quiso hacer comentarios sobre el futuro político en Estados Unidos, como se esperaba, sino que tampoco hizo propuestas concretas para acabar con la guerra en Ucrania, más allá de mostrar una voluntad genérica de negociación.

Esta voluntad se topa con unas supuestas “instrucciones de los países occidentales a las que obedece” el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que lo han llevado incluso a firmar un decreto para prohibir negociar con Rusia, pero en todo caso tampoco Putin puso alguna oferta sobre la mesa.

Aseguró que hay “mercenarios estadounidenses” combatiendo en Ucrania, siendo el grupo más numeroso tras el de los polacos, y advirtió contra cualquier idea de enviar soldados regulares de EUA, algo que “traería a la humanidad al borde de un conflicto global muy serio”.

Volvió a insistir en el interés de EUA por una negociación: “Ustedes tienen problemas en las fronteras con la inmigración, problemas con la deuda nacional de más de 33 billones de dólares… ¿Y no tienen nada mejor que hacer? (…) ¿No sería mejor negociar con Rusia para llegar a un acuerdo?”.

Putin, al que se vio muy relajado durante la entrevista y que pudo explayarse sobre algunos de sus temas favoritos: la historia, el espacio vital ruso, la religión, entre otros; dedicó buena parte de la entrevista para criticar el uso que supuestamente hace Estados Unidos del dólar “como herramienta de lucha en política exterior”, algo que para él supone “uno de los mayores errores estratégicos”.

Según él, este uso político del dólar se aplica a la lógica de las sanciones: “El hecho de que Estados Unidos aplique medidas restrictivas a ciertos países tal como restringir sus transacciones, congelar sus cuentas, etcétera, causa una gran preocupación y envía una señal al mundo entero”, apuntó.

Puso como ejemplo que en su propio país las transacciones antes de empezar la guerra en Ucrania eran en un 80% en dólares y euros, pero que el porcentaje ha bajado en favor del rublo y el yuan, que juntas ya suman el 68%.

Según Putin, con las sanciones de Estados Unidos sobre su economía “creyeron que eso nos llevaría al hundimiento total, pero nada se hundió. Es más, otros países lo están pensando y acelerando sus pagos de petróleo en yuanes”.

En la entrevista se tocó el tema de la Inteligencia Artificial. El líder ruso opinó que la investigación genética es una amenaza para la Humanidad hasta el punto en que “ahora es posible crear un superhumano”, y después comentó que el empresario Elon Musk “ya ha implantado un chip en el cerebro humano en Estados Unidos.”.

“Creo que Elon Musk es imparable, hará lo que considere necesario. No obstante, tienen que encontrar una base común con él, buscar maneras de persuadirlo. Creo que es una persona inteligente, verdaderamente. Así que necesitarán llegar a un acuerdo con él, porque este proceso necesita ser formalizado y sujeto a ciertas reglas”, sostuvo.

Putin también afirmó que podría ser posible liberar al periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, que está a la espera de juicio acusado de espionaje, a cambio de un preso ruso.

Dijo que los servicios especiales rusos y estadounidenses estaban discutiendo el caso y habían hecho algunos progresos. Sugirió que, a cambio, Moscú quería que Alemania liberara a Vadim Krasikov, condenado por el asesinato en 2019 de un disidente checheno en Berlín.

“Estamos dispuestos a resolverlo, pero hay ciertos términos que se están discutiendo a través de los canales de los servicios especiales. Creo que se puede llegar a un acuerdo”, dijo Putin, subrayando que los socios de Rusia tenían que dar lo que él llamó pasos recíprocos.

A raíz de la entrevista, el asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podoliak condenó la aparición de Putin, la cual calificó como “un intento incuestionable” de legitimar la agresión militar rusa contra Ucrania y sus consecuencias.

“Cualquier conversación/entrevista con la entidad (sic) Putin es un intento incuestionable de legalizar ‘las reglas del caníbal ruso’ (asesinatos masivos, violencia ejemplarizante, confiscación/robo de propiedades ajenas, destrucción) en la tradición política occidental”, escribió Podoliak en su cuenta de la red social X.

El asesor de Zelenski, que es conocido por sus mensajes filosóficos sobre actualidad política y suele ejercer de portavoz oficioso de la Administración del presidente Volodímir Zelenski, agregó que “el intento” de Putin de “justificar” el genocidio de ucranianos no cambia la realidad de la guerra ni “devuelve a Rusia a la civilización”.

El opositor ruso Alexei Navalny hizo este jueves un llamado a la ciudadanía para protestar contra la reelección del presidente Vladimir Putin, durante la jornada electoral tendrán lugar en marzo próximo, pidiendo que acudan simultáneamente a los centros de votación durante la fecha señalada.

El plan, conocido bajo el nombre de ‘Mediodía contra Putin’, incluye que aquellos que se opongan a que Putin continúe en el poder acudan a las urnas de forma coordinada el 17 de marzo a las 12:00 en todo el país.

“Será una verdadera protesta de toda Rusia que tendrá lugar no solo en cada ciudad, sino en cada distrito de cada ciudad. Acción política en el mundo real, no en Internet”, dijo Navalni a través de un mensaje de Telegram.

Así, ha subrayado que el plan combina la protesta y la campaña “a través de la acción” mediante la presencia física y la “solidaridad con quienes estarán en los colegios electorales”, al tiempo que ha destacado que se trata de una medida “completamente legal y segura” que es “imposible de impedir”.

“¿Qué van a hacer? ¿Cerrar los colegios electorales a las 12:00? ¿Organizar una contramedida ‘a las 10 de la mañana por Putin’? ¿Anotar a todos los que acudan al mediodía y añadirlos a la lista de personas poco fiables? (…) Esta será una protesta nacional contra Putin, que tendrá lugar cerca de su casa. Está disponible para todo el mundo, en todas partes. Millones podrán participar en ella. Y decenas de millones serán testigos de ella”, detalló Navalni en u mensaje.

Por su parte, el director de la Fundación Anticorrupción, Ivan Zhdanov, ha indicado que aunque en un inicio la idea “parecía débil”, posteriormente “nos sentamos e hicimos cuentas”, según informaciones del diario ‘The Moscow Times’.

“Hay 2,058 colegios electorales en Moscú. Incluso si medio millón de personas acuden al mismo tiempo, eso son 250 personas afines en cada colegio electoral, eso ya es mucha gente en cada colegio electoral”, subrayó Zhdanov.

Previamente, el equipo de Navalni presentó su estrategia para las elecciones presidenciales rusas. En particular, pidieron una campaña masiva contra Putin. En su opinión, “hacer campaña es más importante que votar” porque “de poco servirá votar si nadie sabe de tu voto”. El equipo de Navalni también llamó a votar por cualquier candidato que no fuera Putin.

El presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed, abordó hoy la guerra en Ucrania con su homólogo ruso, Vladímir Putin, y le transmitió que su país apoya la solución de los conflictos “a través del diálogo y la diplomacia”.

En una reunión en Abu Dabi, ambos líderes abordaron “la evolución de la crisis ucraniana”. Bin Zayed apuntó que la política emiratí se basa en “apoyar la paz, la cooperación y la estabilidad a nivel regional y global”, indicó la agencia de noticias oficial emiratí, WAM.

Durante el encuentro, Bin Zayed y Putin también “intercambiaron opiniones” sobre la guerra en la Franja de Gaza y coincidieron en “la necesidad de que la comunidad internacional adopte medidas para lograr un alto el fuego”, así como para proteger civiles y afianzar la llegada de ayuda humanitaria al enclave palestino.

“Ambas partes subrayaron la importancia de trabajar para encontrar un horizonte claro para una paz permanente e integral en la región basada en la solución de dos Estados”, añadió WAM.

El presidente ruso llegó hoy a Abu Dabi, en su primera visita al golfo Pérsico desde 2019, en un avión que fue escoltado por cuatro cazas rusos Su-35C durante el vuelo que le llevó a los Emiratos, según informó el Kremlin.

Al entrar al espacio aéreo emiratí, el avión de Putin fue entonces escoltado por cazas de la Fuerza Aérea del país árabe.

El presidente ruso, Vladimir Putin, visitará Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita mañana miércoles, antes de recibir al presidente iraní en Moscú el jueves, continuando su regreso a la escena internacional a pesar de los intentos occidentales de aislarlo desde la ofensiva en Ucrania.

Objeto de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por la “deportación” de niños ucranianos, Putin decidió reservar uno de sus pocos viajes al extranjero a sus aliados más cercanos.

“Las visitas de trabajo del presidente Putin a Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita tendrán lugar mañana miércoles. Todo esto tendrá lugar en un solo día”, dijo a los periodistas el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.

Putin ha estado ausente de las últimas grandes reuniones internacionales: la cumbre del G20 en India en septiembre y la de los BRICS en Sudáfrica en agosto.

Entonces explicó que evitaba estas reuniones para no “causar un problema” a los organizadores.

Según el Kremlin, Putin se reunirá con el presidente Mohamed bin Zayed al-Nahyan en Emiratos para discutir sobre cooperación y sobre la situación en Medio Oriente. En Riad será recibido por el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salmán, para hablar sobre comercio, inversiones y política internacional.

Peskov confirmó que el presidente ruso abordará el conflicto israelo-palestino, así como las reducciones en la producción de petróleo en el marco de la alianza OPEP+ de la que Rusia forma parte.

Putin ha criticado a Israel desde el comienzo de la guerra con Hamás, denunciando la “catástrofe” humanitaria en Gaza y pidiendo la creación de un Estado palestino.

Después de su visita a Medio Oriente, Vladimir Putin recibirá al presidente iraní, Ebrahim Raisi, en Rusia el jueves. “Habrá conversaciones ruso-iraníes el 7 de diciembre”, dijo el portavoz del Kremlin. Según la agencia oficial iraní de prensa Irna se abordarán entre otros “la situación en Gaza”.

Los países occidentales acusan a Irán de participar en el esfuerzo bélico ruso al suministrarle grandes cantidades de drones explosivos Shahed y otras armas, que Rusia utiliza para llevar a cabo su campaña de bombardeos de ciudades ucranianas.

Finalmente, se informó que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, visitará Rusia antes de finales de este año.

“Hace mucho tiempo que acordamos la posibilidad de la visita del señor Maduro a Moscú en diciembre de este año”, declaró a la prensa rusa el asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov. Y añadió: “Las fechas concretas, evidentemente, las confirmaremos en los próximos días”.

El asesor del Kremlin no descartó que el mandatario venezolano visite otras ciudades rusas además de Moscú, un tema que “es objeto de conversaciones”.

Maduro apoyó desde un principio al presidente ruso, Vladímir Putin, en su antagonismo con la OTAN y en su campaña militar en Ucrania. En tanto el Kremlin respaldó al líder bolivariano en su pulso con la oposición y condenó la injerencia estadounidense.

Venezuela y Rusia mantienen estrechos lazos en ámbitos tan diversos como el petróleo, el turismo y la cooperación militar que se gestaron durante el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez.

El presidente Vladimir Putin advirtió este viernes que no se debe permitir que Occidente desarrolle un monopolio en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), y afirmó que en breve se aprobará una estrategia rusa mucho más ambiciosa para el desarrollo de dicha tecnología.

Y es que China y Estados Unidos lideran el desarrollo de la IA, que muchos investigadores y líderes mundiales creen que transformará el mundo y revolucionará la sociedad de forma similar a la introducción de la computadora en el siglo XX.

Moscú también aspira a convertirse en una potencia de la IA, pero sus esfuerzos se han visto frenados por la guerra de Ucrania, que obligó a muchos especialistas talentosos a abandonar Rusia y desencadenó sanciones occidentales que han obstaculizado las importaciones de alta tecnología del país.

En su intervención en una conferencia sobre IA celebrada en Moscú junto al presidente ejecutivo de Sberbank, German Gref, Putin afirmó que intentar prohibir la IA era imposible a pesar de las consecuencias éticas y sociales, a veces preocupantes, de las nuevas tecnologías.

“No se puede prohibir algo; si lo prohibimos, se desarrollará en otro lugar y nos quedaremos atrás”, dijo Putin aunque afirmó que las cuestiones éticas deben resolverse en referencia a la cultura rusa “tradicional”.

Putin advirtió que algunos sistemas de búsqueda en línea y modelos generativos occidentales ignoran o incluso anulan la lengua y la cultura rusas. Tales algoritmos occidentales, dijo, esencialmente pensaban que Rusia no existía.

Según la mayoría de las clasificaciones, China y Estados Unidos están muy por delante de otros países en lo que respecta a la investigación en IA, aunque también figuran en ellas un segundo grupo de países europeos, así como India, Rusia, Israel, Corea del Sur y Japón.

“En todas las esferas de nuestra vida, la humanidad está comenzando un nuevo capítulo de su existencia”, dijo Putin sobre la IA, añadiendo que Rusia necesitaba redoblar sus esfuerzos en IA, tanto en ambiciones como en ejecución.

“En un futuro muy próximo, como uno de los primeros pasos, se firmará un decreto presidencial y se aprobará una nueva versión de la estrategia nacional para el desarrollo de la inteligencia artificial”, dijo Putin en la conferencia.

Agregó que la nueva estrategia introduciría cambios significativos, entre ellos “ampliar la investigación fundamental y aplicada en el campo de la inteligencia artificial generativa y los grandes modelos lingüísticos”.

El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió hoy que “hay que pensar en cómo detener esta tragedia”, en alusión a la guerra en Ucrania durante su intervención en la cumbre virtual de líderes del G20.

“Por supuesto, las acciones militares son siempre una tragedia para personas y familias concretas, y para el país en general. Sin lugar a dudas, hay que pensar en cómo detener esta tragedia”, dijo Putin durante al tiempo que añadió que Rusia “nunca” se ha negado a entablar negociaciones de paz con Kiev.

En ese sentido, el mandatario ruso recordó que fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien prohibió por decreto dialogar con Rusia para poner fin a la contienda que Moscú inició en febrero de 2022.

Además, aludió a sus homólogos que se mostraron “conmocionados” con las consecuencias de la “agresión” rusa contra el país vecino.

“Entiendo que la guerra, la muerte de personas, no puede no conmover. ¿Y el golpe sangriento en Ucrania en 2014 que desembocó en la guerra del régimen de Kiev contra su propio pueblo en el Donbás ? ¿Eso no conmueve?”, dijo.

Aprovechó para manifestarse sobre lo sucedido en Medio Oriente. Preguntó a los presentes: “Y el exterminio de la población civil en Palestina, en la Franja de Gaza, ¿no impresiona? Y el hecho de que médicos tengan que operar a niños (…), utilizar escalpelos en cuerpos de niños sin anestesia, ¿no impacta?”.

También cuestionó si las declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, sobre que Gaza se ha convertido en un gran cementerio infantil, no conmueve.

Putin no acudió a las últimas tres cumbres del G20 en Italia, Indonesia y en septiembre pasado en la India. En esta última fue representado por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Ahora sí participa, dado que se realiza de forma virtual.

La reunión se celebra a puerta cerrada, excepto por la apertura y el cierre, y reúne a los líderes de las principales economías del mundo, así como a los representantes de organismos internacionales como Naciones Unidas, la Unión Europea o la Unión Africana.

Por su parte el primer ministro de la India, Narendra Modi, también abordó el conflicto en Gaza durante la cumbre de líderes del G20. Manifestó su preocupación por la muerte de civiles, al tiempo que reclamó la puesta en libertad de los rehenes.

“En los últimos meses han surgido nuevos desafíos. La situación de inseguridad e inestabilidad en la región de Asia occidental es motivo de preocupación para todos nosotros. Creemos que el terrorismo es inaceptable para todos nosotros. La muerte de civiles, dondequiera que ocurra, es condenable”, dijo en su intervención inicial el primer ministro indio.

Y es que se espera que la guerra entre Israel y Hamás ocupe un papel primordial en la cumbre, que coincide con el anuncio este miércoles de una tregua temporal de carácter humanitario que ha recibido el respaldo masivo de la comunidad internacional.

El presidente Vladimir Putin firmó este jueves una ley por la que se retira la ratificación de Rusia del tratado mundial que prohíbe las pruebas de armas nucleares, una medida condenada por la organización que promueve la adhesión al histórico pacto de control de armamentos.

La medida, aunque esperada, es una prueba de la ruptura entre Estados Unidos y Rusia, cuyos lazos están en su nivel más bajo desde la crisis de los misiles cubanos de 1962, debido a la guerra en Ucrania y a lo que Moscú considera intentos de Washington de obstaculizar el surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar.

Moscú afirma que su desvinculación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares sólo pretende alinear a Rusia con Estados Unidos, que firmó el tratado pero nunca lo ratificó. Autoridades aclararon que Rusia no reanudará las pruebas nucleares a menos que Washington lo haga.

Tampoco cambiará la postura nuclear de Rusia, que tiene el mayor arsenal nuclear del mundo, o la forma en que comparte información sobre sus actividades nucleares, ya que Moscú seguirá siendo signatario del tratado, señalan.

Recodemos que Putin dijo el pasado 5 de octubre que no estaba preparado para decir si Rusia debería o no reanudar las pruebas nucleares tras los llamamientos de algunos expertos en seguridad y legisladores rusos a probar una bomba nuclear como advertencia a Occidente.

De producirse, esta medida podría dar paso a una nueva era de pruebas nucleares por parte de las grandes potencias.

La Rusia postsoviética no ha realizado ninguna prueba nuclear. La Unión Soviética lo hizo por última vez en 1990 y Estados Unidos en 1992. Ningún país, salvo Corea del Norte, ha realizado una prueba con explosión nuclear en lo que va de siglo.

La aprobación por Putin de la ley de desratificación se publicó en un sitio web del gobierno en el que se decía que la decisión entraba en vigor inmediatamente. El Parlamento ruso ya había aprobado la medida.

El presidente ruso, Vladímir Putin, dirigió hoy desde el Kremlin maniobras por tierra, mar y aire de las fuerzas nucleares rusas.

El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, informó al jefe del Kremlin sobre la marcha de los ejercicios, que incluyó el lanzamiento de misiles balísticos y de crucero, y la participación de submarinos nucleares y de dos bombarderos estratégicos Tu-95.

Durante las maniobras “se lanzó un ataque nuclear masivo de las fuerzas ofensivas estratégicas en respuesta a un ataque nuclear enemigo”, explicó.

A su vez, un misil balístico intercontinental Yars, que tiene hasta 12,000 kilómetros de alcance, fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, que se encuentra a casi 800 kilómetros al norte de Moscú.

El misil fue lanzado con destino al polígono de Kura en la península de Kamchatka, a más de 6,000 kilómetros del lugar de lanzamiento.

Además, el submarino de propulsión nuclear Tula lanzó un misil balístico Sineva desde el mar de Barents, en el Océano Glacial Ártico.

“Las misiones que figuraban en el programa de las maniobras fueron cumplidas en su totalidad”, informó el Kremlin.

Los ejercicios coinciden con la decisión en el Senado ruso de aprobar el proyecto de ley que revoca la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT).

Rusia argumenta que se ha visto obligado a dar ese paso ante la necesidad de restablecer la paridad nuclear con Estados Unidos, que no ratificó el CTBT en 23 años.

Las autoridades rusas han recalcado que la revocación no significa que el Kremlin vaya a reanudar los ensayos nucleares, al menos de momento, pues “la moratoria permanece” en vigor.

Mientras, el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, indicó hoy que Moscú ha recibido una propuesta de Estados Unidos para reanudar el diálogo sobre estabilidad estratégica y control de armamento.

Explicó que Moscú no está preparado para retomar el diálogo si no se producen cambios en “la política profunda y fundamentalmente hostil de Estados Unidos hacia Rusia”.

Recordemos que Rusia suspendió en febrero pasado el cumplimiento del START III, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EUA.

El presidente ruso, Vladímir Putin, viajará la próxima semana a China, donde tendrá lugar los días 17 y 18 el III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, según informó hoy el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia rusa, Yuri Ushakov.

Ushakov señaló a los medios que la visita de Putin está planificada para la próxima semana, después de estar mañana y el viernes en Kirguistán, en lo que supone el primer viaje al exterior desde inicios de 2023 y desde la orden de arresto que emitió la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo pasado en su contra.

Fue el pasado 20 de septiembre cuando el jefe del Kremlin aceptó la invitación de China para participar en el foro, en cuyos márgenes se prevé además una reunión entre Putin y el presidente chino, Xi Jinping.

El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, afirmó que Putin prevé mantener conversaciones “sustanciales” con Xi.

En tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a principios de mes que la agenda de la visita de Putin al vecino asiático incluye la discusión de temas que ya están claros y que “son bastante voluminosos”, como el comercio bilateral, la cooperación económica y la situación mundial y regional.

En febrero de 2022, poco antes del comienzo de la intervención militar rusa en Ucrania, Putin y Xi proclamaron en Pekín la “amistad sin límites” entre sus naciones.

En marzo de este año, durante la visita de Xi a Rusia, el mandatario chino intentó convencer a Putin de su iniciativa de paz de 12 puntos y, según el Financial Times, advirtió a su homólogo ruso contra el uso de armas nucleares.

El III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda conmemorará los diez años del lanzamiento de la “Belt and Road Initiative”, como se denomina en inglés, el programa estrella multilateral de China para afianzar su influencia internacional mediante proyectos de cooperación e infraestructura en otros países.

El presidente ruso, Vladimir Putin, sugirió este jueves que el desplome aéreo en el que murió el jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, fue causado por la detonación de granadas de mano en el interior de la aeronave, y no por un ataque con misiles.

El avión privado Embraer en el que Prigozhin viajaba a San Petersburgo se desplomó el pasado 23 de agosto al norte de Moscú, causando la muerte de las 10 personas que iban a bordo, entre ellas otros dos altos cargos de Wagner, los cuatro guardaespaldas de Prigozhin y una tripulación de tres personas.

Putin sugirió que el avión fue volado desde dentro, compartiendo así lo que el jefe del comité de investigación ruso le había informado hace unos días.

“Se encontraron fragmentos de granadas de mano en los cuerpos de los fallecidos en el accidente”, dijo Putin en una reunión del Club de Debate Valdai en la localidad turística de Sochi, en el mar Negro.

“No hubo impacto externo en el avión, eso es un hecho establecido”, dijo Putin, desmintiendo los señalamientos de funcionarios estadounidenses, que apuntaban que lo sucedido pudo haberse tratado de un derribo.

Putin no dio más detalles sobre cómo pudieron detonarse una o varias granadas a bordo, pero dijo que creía que los investigadores se equivocaban al no haber realizado pruebas de alcohol y drogas a los cadáveres de los fallecidos en el accidente, dado que en el pasado se habían encontrado cantidades de cocaína en la oficina de Wagner en San Petersburgo.

Los investigadores a cargo de lo ocurrido aún no han informado públicamente sobre la causa del desplome.

Recordemos que el motín de Prigozhin supuso el mayor desafío al Gobierno de Putin desde que el exespía del KGB llegó al poder en 1999. Los diplomáticos occidentales afirman que puso de manifiesto las tensiones que sufre Rusia por la guerra de Ucrania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, recibió este viernes a su homólogo y aliado bielorruso, que insinuó que Minsk podría sumarse a los esfuerzos de Moscú para revivir una antigua alianza con Pyongyang luego de la cumbre de esta semana con el mandatario norcoreano Kim Jong Un.

El presidente Alexander Lukashenko hizo la propuesta durante su reunión con Putin en Sochi, sobre el Mar Negro, donde el mandatario ruso dijo que le entregará un informe sobre las conversaciones con Kim en el puerto espacial de Vostochny, en el extremo oriente ruso.

“Quisiera informarle de la discusión sobre la situación en la región, que fue muy importante, y también mencionar el problema más grave, la situación en Ucrania”, afirmó Putin al iniciar el encuentro.

Lukashenko respondió que “podríamos pensar en la cooperación tripartita”, y añadió que “pienso que se podría encontrarle una tarea a Bielorrusia allí también”.

Kim Jong-un continuó su viaje por Rusia este viernes con una visita a una fábrica de aviones en la ciudad de Komsomolsk del Amur a fin de conocer los cazas rusos de última generación. Mañana se espera su arribo al puerto de Vladivostok para ver los buques de la flota del Pacífico y visitar una universidad.

Estados Unidos y aliados creen que Kim probablemente suministrará municiones a Rusia para usar en Ucrania a cambio de armas o tecnología de Moscú, un acuerdo que violaría las sanciones de la ONU a Pyongyang que vedan el comercio de armas con Corea del Norte.

Putin dijo después de la reunión con Kim que Rusia acatará las sanciones de Naciones Unidas y lo reiteró este viernes.

“Nunca violamos nada y en este caso no tenemos la intención de violar nada”, sostuvo Putin ante los medios. “Pero, sin duda, buscaremos oportunidades para desarrollar las relaciones ruso-norcoreanas”.