Tag

Putin

Browsing

Las cosas no van bien para Putin. No logró capturar la capital, Kiev, ni ninguna de las ciudades principales de Ucrania, como pretendía hacerlo fácil y rápido cuando invadió el país a finales de febrero.

Tampoco ha podido capturar más zonas del este de Ucrania de las que ya tenía con la invasión del 2014. Ha destruido, si. La ciudad de Mariupol parece que le pasó una aplanadora por encima.

Esta semana la información de parte del gobierno británico es que aparentemente Rusia ha perdido una tercera parte de las fuerzas militares que envió a Ucrania y las imágenes de tanques rusos hechos añicos en el río Donets son muestra clara del daño.

Más allá del fracaso en el plano militar, la invasión ha logrado lo opuesto de lo que Putin ha luchado por años en otros dos frentes, uno en cuanto a la cohesión de la alianza occidental y el segundo en el personal y lo celosamente que ha escudado su vida familiar.

En lugar de debilitar a la OTAN, la invasión ha generado nuevas adhesiones. Que Suecia y Finlandia hayan comenzado formalmente su incorporación a la alianza Atlántica es un tremenda derrota para Putin.

Simplemente la incorporación de Finlandia hace que la frontera de Rusia con la OTAN sea del doble de tamaño. Será la novena ocasión en que la OTAN crezca desde su creación en 1949 y esto ocurre cuando apenas hace seis años el presidente ruso se estaba saboreando la desaparición de la alianza con las amenazas que hizo Donald Trump como presidente al respecto.

La transformación del panorama de seguridad europeo es una pesadilla para Putin que él mismo generó. Así lo dijo claramente, Sauli Niinistö, el Presidente de Finlandia, al anunciar su incorporación a la OTAN.

Y en esta unión de occidente no se puede dejar de lado el enorme compromiso y esfuerzo por los Europeos y Británicos por terminar con su dependencia a los energéticos Rusos.

Pero la derrota que le debe doler personalmente mucho a Putin es como se ha venido derrumbando la muralla que tan cuidadosa y celosamente construyó Putin para mantener a su familia fuera de los reflectores.

El viernes pasado el gobierno británico anunció sanciones en contra de quien ha sido considerada su amante por varios años, Alina Kabaeva, y de su ex esposa Lyudmila Ocheretnaya.

Para un Putin que llevó a la desaparición de Nezavisimaya Gazeta, el diario que dio a conocer el divorcio de Putin y su relación con Kabaeva, una gimnasta olímpica que en ese momento tenía 24 años, la edad de sus hijas, no debe ser fácil aceptar que ahora gobiernos de occidente se metan en su vida privada.

Ahora, unos días después de la invasión, comenzó a circular una petición en Lugano para que el gobierno Suizo repatríe a Kabaeva a quien comparan con Eva Braun, la pareja de Adolf Hitler. Y en abril Estados Unidos le impuso sanciones a dos de las hijas del presidente ruso.

Evidentemente las sanciones a sus familiares no le causan gran daño financiero a Putin pero sí intentan mandar un mensaje de que la invasión ha sido la gota que ha derramado el agua.

Son tres derrotas para Putin en un contexto que aún no concluye. La gran pregunta es qué estrategia sigue para que el hombre fuerte de Rusia las pueda revertir.

Columna completa en El Universal

El presidente ruso, Vladímir Putin, denunció este lunes que en Ucrania se crean componentes de armas biológicas y que Rusia ha obtenido “pruebas documentales” de ello durante la que ha llamado una operación militar especial en su país vecino.

“Ahora, durante la operación especial en Ucrania, hemos obtenido pruebas documentales de que en la proximidad de nuestras fronteras se creaban en esencia componentes de armas biológicas”, dijo Putin en una reunión en el Kremlin con los líderes de la postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).

Según el presidente ruso, además de esas actividades, que violan las convenciones que prohíben las armas biológicas y tóxicas, en esas instalaciones “se elaboraban métodos y mecanismos para desestabilizar la situación epidemiológica en el espacio postsoviético”.

Putin insistió en que por ello hay que prestar mayor atención al problema de la seguridad biológica en el espacio de la OTSC, que agrupa, además de Rusia, a otras cinco antiguas repúblicas soviéticas: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.

“Hace tiempo que activamos las alarmas por las actividades biológico-militares de Estados Unidos en el espacio postsoviético”, dijo el mandatario ruso al comienzo de la reunión, dedicada al 30º aniversario de la OTSC, que fue transmitido en directo por la televisión rusa.

Añadió que en esta “región común” el Pentágono “ha creado decenas de laboratorios biológicos y centros que no se ocupan precisamente de prestar asistencia médica a la población de los países donde desarrollan sus actividades”.

Sostuvo que su principal tarea es recabar material biológico y estudiar, para sus propios objetivos, el carácter específico de la propagación de virus y enfermedades peligrosas.

Putin hizo un llamamiento a sus colegas de la OTSC a respaldar a la iniciativa rusa crear en el marco de la alianza un organismo dedicado a esta problemática.

El gigante estadounidense de comida rápida, McDonald’s, que cerró sus establecimientos en Rusia a inicios de marzo, anunció este lunes que se retirará del país y venderá todas sus operaciones luego de 30 años de presencia, en reacción a la invasión de Ucrania.

Muchas empresas occidentales se han retirado de Rusia desde la invasión de Ucrania iniciada por Moscú en febrero pasado.

Horas antes del anuncio de McDonald’s, el fabricante de automóviles francés Renault anunció que había entregado sus activos rusos al gobierno de Moscú, marcando la primera nacionalización importante desde la imposición de sanciones contra Rusia por la invasión.

La cadena de comida rápida cerró en marzo los 850 restaurantes que tenía en el país, donde emplea a 62,000 personas.

Pero este lunes dio un paso más: “Después de más de 30 años de operaciones en el país, McDonald’s Corporation anuncia que saldrá del mercado ruso y ha iniciado un proceso para vender su negocio en Rusia”, dijo la compañía en un comunicado.

“La crisis humanitaria causada por la guerra en Ucrania, y el precipitado e impredecible entorno operativo, han llevado a McDonald’s a concluir que la continuidad del negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es coherente con los valores de McDonald’s”.

“Estamos comprometidos con nuestra comunidad mundial y debemos permanecer inflexibles en nuestros valores”, declaró el director general del grupo, Chris Kempczinski, citado en un comunicado de la empresa. “Respetar nuestros valores significa que no podemos seguir manteniendo” McDonald’s en Rusia, añadió.

La compañía informó de que está en negociaciones para vender toda su cartera de restaurantes en Rusia a un comprador local.

La empresa añadió que, tras la operación, los restaurantes no podrán usar el nombre, el logotipo, la marca ni ofrecer los productos de McDonald’s.

La compañía gestiona directamente más del 80% de los restaurantes que llevan su nombre en Rusia, donde obtiene el 9% de sus ingresos y el 3% de sus beneficios operativos.

McDonald’s se comprometió a seguir pagándole a sus empleados en Rusia hasta que se concrete un traspaso, y quiere asegurarse de que los trabajadores sean retomados por el futuro comprador.

Desde que el presidente Vladímir Putin ordenó la entrada de tropas en Ucrania el 24 de febrero, varios países occidentales impusieron sanciones sin precedentes contra Moscú, lo que desató un éxodo de empresas extranjeras como H&M, Starbucks e Ikea.

Las autoridades dijeron que estaban dispuestas a nacionalizar activos extranjeros, como ya ha ocurrido con Renault, y algunos funcionarios aseguraron a los ciudadanos que van a tener alternativas nacionales ante la huida de marcas extranjeras.

Foto: Twitter @NatalieSuB

El presidente ruso, Vladimir Putin, no tiene la intención de poner fin a la guerra de Ucrania con la campaña de Donbás, y quiere extenderla hacia Transnistria, una región de Moldavia que se separó en 1990, dijo este martes la directora de inteligencia estadounidense, Avril Haines.

“Estimamos que el presidente Putin se está preparando para un conflicto largo en Ucrania, durante el cual todavía tiene la intención de lograr objetivos más allá de Donbás”, declaró Haines ante el Congreso.

Los servicios de inteligencia estadounidenses consideran que el ejército ruso quiere “extender el puente terrestre (en el sur de Ucrania) a Transnistria”, añadió.

Es “posible” que las fuerzas rusas consigan este objetivo en los próximos meses, pero “no podrán llegar a Transnistria e incluir a Odesa sin decretar una forma de movilización general”, añadió.

Putin “cuenta probablemente con un debilitamiento de la determinación de Estados Unidos y la Unión Europea, cuando se agudice la escasez de alimentos y aumenten los precios de la energía”, advirtió.

Las ambiciones de Putin superan las capacidades del ejército ruso y eso probablemente significa que en los próximos meses evolucionaremos por una trayectoria más impredecible y potencialmente una escalada, agregó Haines.

La tendencia actual aumenta las posibilidades de que el presidente Putin recurra a medidas más drásticas, incluida la instauración de la ley marcial, la reorientación de la producción industrial o una posible escalada militar para liberar los recursos necesarios para lograr sus objetivos, dijo.

“Seguimos creyendo que el presidente Putin solo autorizará el uso de armas nucleares si percibe una amenaza existencial para el Estado o el régimen ruso”, añadió.

No obstante, el presidente Putin podría recurrir a ellas “si cree que está perdiendo la guerra en Ucrania y la OTAN interviene o se prepara para intervenir”, precisó. Pero, incluso en esta hipótesis, “es probable que envíe señales” antes de hacerlo, señaló Avril Haines.

En tanto, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, afirmó este martes que la adhesión de su país a la Unión Europea (UE) es un asunto de “guerra y paz” en el continente europeo.

“Quiero destacar que la pertenencia de Ucrania a la UE es un asunto de guerra y paz en Europa”, dijo Kuleba en una rueda de prensa en Kiev junto a su par alemana, Annalena Baerbock, quien sumó su apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa.

Kuleba consideró que una de las razones por las cuales esta guerra empezó, es que el presidente ruso estaba convencido de que Europa no necesitaba a Ucrania.

Kuleba se congratuló por otra parte por el “cambio de postura” de Alemania respecto a su oposición inicial al embargo sobre las importaciones de petróleo ruso y a la entrega de material militar al gobierno de Kiev.

Baerbock anunció que Alemania volvería a abrir su embajada en Kiev, cerrada poco después del inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero. La delegación contará en un principio “con una presencia mínima”, precisó.

Poco antes, Baerbock visitó localidades de los suburbios de Kiev donde los ucranianos acusan a los rusos de haber cometido atrocidades contra civiles.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, participó hoy junto a miles de ciudadanos, por primera vez desde 2019, en el Regimiento Inmortal, la marcha por las calles de Moscú y otras ciudades en las que los rusos portan retratos de sus familiares que combatieron en la II Guerra Mundial.

Es la sexta vez que el jefe del Kremlin participa en la marcha, dado que en 2020 y 2021 el Regimiento Inmortal se celebró únicamente en formato digital debido a la pandemia del coronavirus.

En esta ocasión se sumó a la columna en la Plaza Roja portando como ya es tradicional un retrato de su padre, un soldado que luchó en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, según las fotografías distribuidas por el Kremlin.

La marcha, que se celebra anualmente con motivo del aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, comenzó pese al mal tiempo -que ya impidió el sobrevuelo de aviones en el desfile militar previo en la Plaza Roja-, a las 12.00 GMT en una ruta que se extiende a lo largo de siete kilómetros.

Los participantes en la acción llevan impermeables, paraguas y banderas tricolor de la Federación Rusa, además de banderas rojas como la que se alzó sobre el Reichstag alemán y otras con el lazo de San Jorge de color negro y naranja, símbolo militar ampliamente reconocido en Rusia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó hoy que no hay duda de que Rusia conseguirá sus objetivos en su campaña militar en Ucrania, y aseguró que todos los planes para ello están siendo implementados.

En una reunión con el padre de Vladímir Zhoga, soldado ruso que falleció el 5 de marzo en Volnovaja, en la región de Donetsk, el mandatario sostuvo que los “muchachos están luchando con valentía, heroicidad, profesionalidad”.

“Todos los planes se están implementando. El resultado se logrará, no hay duda al respecto”, aseguró Putin tras el desfile militar en la Plaza Roja.

El mandatario hizo estas declaraciones pese a no haber logrado aún tomar el Donbás tras más de dos meses de ofensiva militar en Ucrania.

“Si hubiera una sola oportunidad de resolver este problema (del Donbás) por otros medios pacíficos, nosotros, por supuesto, la aprovecharíamos, pero no nos dejaron esta opción, simplemente no la dieron”, dijo Putin.

Momentos antes en su discurso, Putin acusó a Occidente y a la OTAN de haber preparado una “invasión de los territorios históricos de Rusia, incluida Crimea”, por lo que no tenía otra opción que efectuar un ataque “preventivo” en Ucrania.

El jefe del Kremlin entregó al padre del soldado fallecido la estrella de Héroe de Rusia.

El padre, por su parte, también militar, aseguró que la autoproclamada república de Donetsk, reconocida como independiente por Putin días antes de lanzar su ofensiva militar en Ucrania, “hará todo lo posible para llevar el asunto hasta el final y ganar”.

“Dios quiera que ya no perdamos a nuestros seres queridos y amigos, que el precio de esta victoria sea menor, pero la victoria será nuestra”, dijo, según la agencia Interfax.

Rusia no ha vuelto a dar cifras de los soldados fallecidos en Ucrania desde el 25 de marzo, cuando cifró en 1,351 efectivos a los muertos en la llamada “operación especial militar”. Posteriormente, el 22 de abril, admitió un muerto y 27 desaparecidos en el hundimiento del crucero de misiles “Moskvá”, hasta entonces el buque insignia de la Flota del mar Negro de Rusia.

El discurso de Putin en la Plaza Roja sorprendió, pues no hubo anuncios de guerras formales o movilizaciones adicionales como se esperaba, solo un aviso que continuará con la invasión a Ucrania a la que llamó “nuestra tierra”.

En Broojula, el ex embajador de México en Rusia, Rubén Beltrán, nos ayuda a entender qué significa el Día de la Victoria para Rusia y Putin, que este año se da en medio de la invasión a Ucrania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, se disculpó hoy con el primer ministro israelí, Naftali Benet, por los comentarios que esta semana hiciera el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, quien aseguró que Adolf Hitler tenía sangre judía.

“El primer ministro aceptó la disculpa del presidente Putin por los comentarios de Lavrov y le agradeció haber aclarado la visión del presidente sobre el pueblo judío y la memoria del Holocausto”, señaló en un comunicado la oficina de prensa de Benet.

Las declaraciones de Lavrov, que llegó a afirmar que los peores antisemitas eran judíos, provocaron la reacción del ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, quien calificó esas palabras de “imperdonables e inaceptables”, y exigió una disculpa a todas las víctimas del Holocausto y convocó al embajador ruso en Israel.

Este intercambio de declaraciones ha provocado el momento más tenso en las relaciones entre los dos países desde que comenzó la guerra en Ucrania, sobre la que el Estado israelí ha mantenido una postura neutra para no afectar la alianza estratégica que ambas naciones tienen en Siria, por la que Moscú permite a Israel bombardear posiciones de milicias iraníes y de Hizbulá.

Según el Kremlin, Putin habló con Benet sobre “la memoria histórica, el Holocausto y la situación en Ucrania”, sin mencionar una disculpa.

Benet también propuso a su par ruso varias opciones para la evacuación de la planta de Azovstal en Mariúpol, el último reducto de la resistencia ucraniana en esa ciudad portuaria del sur de Ucrania donde se estima que han muerto más de 20,000 civiles.

Esa “petición humanitaria” se produce después de que Benet hablara ayer con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y Putin se comprometió a permitir la evacuación de civiles mediante un corredor humanitario de Naciones Unidas y Cruz Roja, según la oficina del primer ministro israelí.

El presidente ucraniano indicó ayer en su cuenta de Twitter que también había abordado con Benet los “comentarios escandalosos y completamente inaceptables” de Lavrov.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó hoy que la “guerra relámpago” de Occidente con su política de sanciones contra el país por la operación militar rusa en Ucrania ha fracasado, dado que, aseguró, la economía rusa está estabilizándose mientras que los estándares de vida de los europeos está bajando.

El cálculo de Occidente fue “socavar rápidamente la situación financiera y económica de nuestro país, provocar el pánico en los mercados, el colapso del sistema bancario, un desabastecimiento masivo de productos en las tiendas”, dijo en una reunión con miembros del Gobierno sobre la situación económica del país.

Putin aseguró, sin embargo, que “ya podemos decir con confianza que tal política hacia Rusia fracasó, la estrategia de guerra relámpago económica fracasó”.

Sostuvo que las sanciones tuvieron un impacto en los propios países que las impulsaron, en cuanto a la “subida de la inflación y el desempleo, el deterioro de la dinámica económica en Estados Unidos y los países europeos, la caída del nivel de vida de los europeos, la devaluación de sus ahorros”.

“Rusia ha resistido esta presión sin precedentes. La situación se está estabilizando, el tipo de cambio del rublo ha vuelto a los niveles de la primera quincena de febrero y está determinado por una balanza de pagos objetivamente fuerte”, afirmó Putin.

En el primer trimestre, dijo, el superávit por cuenta corriente en la balanza de pagos superó los 58,000 millones de dólares, “y este es un máximo histórico”, dijo Putin. El rublo se cambiaba hoy a mitad de jornada a 76.12 dólares y 82.04 euros. Cuando Rusia inició su campaña militar en Rusia el rublo se desplomó casi un 30% frente al dólar y el euro, una caída no vista desde al menos 1993 y 1994.

En opinión de Putin, también la inflación “se está estabilizando ahora”, a pesar de haber aumentado los precios al consumo solo en un mes y medio un 9.4%, para situarse a fecha de 8 de abril en el 17.5% en términos interanuales.

Asimismo, señaló Putin, “las divisas están regresando al sistema bancario del país y el volumen de los depósitos de los ciudadanos está creciendo”, un 1.6% en los diez primeros días de abril, según dijo hoy la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiúllina.

El presidente ruso afirmó además que el número de desempleados sigue siendo relativamente bajo, una aseveración que argumentó con el hecho de buenos indicadores sobre el uso de generación de electricidad.

En cuanto al consumo, el jefe del Kremlin afirmó que, “después de un breve auge en una serie de productos, y esto sucede en tales situaciones siempre, la demanda minorista ha vuelto a la normalidad”.

También instó al gobierno a acelerar la transición a contratos de comercio internacional en rublos y las divisas de aquellos países que son considerados “socios fiables”.

Mientras Putin sostiene esto, bombardeos rusos en Járkov, Ucrania, causaron al menos tres muertos este lunes, según las autoridades locales, al día siguiente de ataques en esta localidad del noreste que dejaron seis fallecidos.

Un día antes, los bombardeos causaron seis muertos y 24 heridos, según el último balance facilitado por la oficina del gobernador. Otras tres personas fallecieron en ataques en la región.

Járkov, con casi 1.5 millones de habitantes antes de la guerra, ha sido objeto de violentos combates durante varios días en el inicio de la ofensiva rusa, pero sigue estando bajo control de las fuerzas ucranianas.

También se informó que las tropas rusas entraron en Kreminna, según las autoridades de esta localidad del este de Ucrania, mientras el pueblo vecino de Rubizhne está bajo ataque de las fuerzas ucranianas. Kreminna está a unos 50 kilómetros al noreste de Kramatorsk, la capital ucraniana del Donbás y es uno de los blancos de Moscú en esta región.

Adicional, Rusia lanzó una serie de “potentes” ataques con misiles en Leópolis, ciudad en el oeste de Ucrania, que dejaron al menos siete muertos, mientras concentra sus fuerzas para un inminente asalto en el este.

Situada lejos del frente y cerca de frontera con Polonia, Leópolis se ha convertido en refugio para los desplazados. En ella se encuentran además varias embajadas occidentales, trasladadas desde Kiev. En pocas ocasiones Leópolis ha sido blanco de bombardeos, a diferencia del este de Ucrania, donde se concentran actualmente los ataques.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, declaró ayer por la noche que “las tropas rusas se preparan para una ofensiva en el este de nuestro país en el futuro cercano. Ellos quieren literalmente acabar y destruir Donbás”.

“Así como los militares rusos destruyen Mariúpol, quieren arrasar otras ciudades y otras comunidades en las provincias de Donetsk y Lugansk”, en el Donbás, insistió el mandatario. “Hacemos todo lo posible para asegurar la defensa”.

En Mariúpol los últimos combatientes, atrincherados en el complejo metalúrgico de Azovstal, desoyeron el ultimátum de Moscú para que cesen el fuego y evacuen el lugar. En medio de esta pugna por Mariúpol, la televisión estatal rusa difundió el lunes un video de dos prisioneros, identificados como los ciudadanos británicos Shaun Pinner y Aiden Aslin, capturados en combates en Ucrania, pidiendo al primer ministro Boris Johnson negociar su liberación.

Los dos hombres piden ser intercambiados por Viktor Medvedchuk, un rico empresario ucraniano cercano al presidente ruso Vladimir Putin que fue detenido en Ucrania. Kiev, por su parte, difundió un video de este empresario en el que pide ser canjeado “contra los defensores de Mariúpol y sus habitantes”.

Mariúpol se ha convertido en el símbolo de la feroz resistencia ucraniana ante el ejército ruso. “La ciudad aún no ha caído”, sostuvo el primer ministro Denys Shmyhal.

El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió este miércoles que se desarrollen nuevas salidas para los combustibles fósiles producidos por su país, en un momento en que los países europeos están considerando ampliar sus sanciones contra sus hidrocarburos.

“Se abren a nosotros oportunidades, opciones y caminos alternativos. En cuanto al petróleo, el gas y el carbón rusos, vamos a poder aumentar su consumo en el mercado interior (…) e incrementar la entrega de recursos energéticos a las demás regiones del mundo que realmente los necesitan”, dijo Putin en un discurso.

“Debido a las acciones de países hostiles, las cadenas de transporte y de logística se han visto interrumpidas (…) Esto nos crea dificultades, pero tenemos los recursos y las oportunidades para encontrar rápidamente soluciones alternativas”, afirmó.

Putin no especificó a qué países hacía referencia, pero China, cuyas necesidades en hidrocarburos no dejan de crecer, es fronterizo con Rusia.

Estas declaraciones tienen lugar en un momento en que la Unión Europea (UE) está considerando la posibilidad de reforzar sus sanciones contra los sectores energéticos rusos, en respuesta a la intervención militar de Moscú en Ucrania.

Un posible embargo sobre el gas ruso es objeto de acaloradas discusiones entre los Estados miembros de la UE, siendo Alemania uno de los principales opositores a un cese inmediato de estas importaciones de las que es muy dependiente.

La UE, Estados Unidos y Japón han anunciado un embargo sobre el carbón ruso, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó que propondrá el objetivo de una independencia de la UE respecto a los combustibles fósiles rusos de aquí a 2027.

Adicional, el Kremlin afirmó que era “inaceptable” que el presidente estadounidense Joe Biden acuse a las fuerzas rusas de cometer un “genocidio” en Ucrania.

“Estamos completamente en desacuerdo y consideramos inaceptable cualquier intento de distorsionar la situación de esa forma”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, a la prensa.

Y es que ayer, Biden acusó al presidente Vladimir Putin de cometer un “genocidio” en Ucrania, en la primera vez que usa esa palabra para describir la situación en el país invadido por Moscú.

Biden aclaró que la última palabra la tendrían las cortes para determinar si las acciones de Rusia en la antigua república soviética, que incluyen acusaciones sobre atrocidades cometidas contra civiles, constituyen un genocidio. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también ha empleado el término.

Este cruce de acusaciones se produce tras las masacres de Bucha y otras ciudades ucranianas, donde han aparecido más de 400 cadáveres, muchos de ellos de civiles maniatados, y en la estación de Kramatorsk, donde perdieron la vida más de 50 personas.

Hace una semana, cuando la prensa preguntó a Biden si creía que lo ocurrido en Bucha era un genocidio, el mandatario respondió que no. “No, creo que es un crimen de guerra”, dijo.

El presidente ruso Vladimir Putin afirmó este martes que la economía rusa ha logrado resistir las sanciones que le ha impuesto Occidente por invadir Ucrania.

Durante una visita a la instalación espacial Vostochny, Putin afirmó que la economía y el sistema financiero del país habían resistido “el blitz” de las sanciones y que el rublo se ha recuperado de su reciente caída.

Añadió que las sanciones resultarán contraproducentes. Como ejemplo, mencionó que las restricciones a las exportaciones de fertilizantes rusos y bielorrusos harán aumentar los precios de ese producto, llevando a escasez de alimentos y mayores flujos de inmigración.

“El sentido común deberá imponerse”, declaró Putin, añadiendo que Occidente “debe volver en razón y tomar decisiones equilibradas sin humillarse”. “No podrán cerrar todas las puertas y ventanas”, sostuvo.

Argumento que la decisión de privar a Rusia de productos tecnológicos la llevará a desarrollar sus propias alternativas en ese campo y que eso “nos dará una nueva ventana de oportunidad”.

Insistió en que la operación militar en Ucrania seguirá hasta que Rusia cumpla con sus objetivos y que las potencias extranjeras no lograrían aislar a Rusia.

Sobre la operación militar, Putin calificó de “información falsa” el hallazgo de decenas de cadáveres de civiles en la ciudad de Bucha, cerca de Kiev, después de la retirada de las tropas rusas a finales de marzo.

Putin comparó estas acusaciones a las que se hicieron contra el régimen de Bashar al Asad en Siria por el supuesto uso de armas químicas durante la guerra en aquel país y dijo: “Tenemos la misma falsa información en Bucha”.

Putin añadió que la acción militar del ejército ruso en Ucrania busca garantizar la seguridad de Rusia y prometió que los objetivos se conseguirán.

El líder ruso denunció que Ucrania se había convertido en la “vanguardia antirrusa” donde “se estaban cultivando brotes de nacionalismo y neonazismo”. Kiev y sus aliados occidentales han negado estas acusaciones calificándolas de excusas para la agresión.

La visita de Putin a Vostochny es su primer viaje público fuera de Moscú desde que Rusia inició su operativo militar en Ucrania el 24 de febrero. El mandatario recorrió las instalaciones junto a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko.

Paralelamente, el ejército de Rusia informó haber atacado arsenales ucranianos con misiles de crucero de largo alcance.

El vocero del Ministerio de Defensa, el mayor general Igor Konashenkov, explicó esta mañana que el ejército empleó misiles lanzados desde el aire y el mar para destruir un depósito de munición y un hangar reforzado para aviones de guerra en Starokonstantinov, en la región de Jmelnitski.

Según Konashenkov, otro ataque destruyó otro depósito en Havrylivka, cerca de Kiev.

En tanto, un vocero de los separatistas del este de Ucrania, respaldados por Moscú, niega el uso de armas químicas para expulsar a las tropas ucranianas de la ciudad portuaria de Mariúpol.

Las fuerzas separatistas “no han usado ningún arma química en Mariúpol”, dijo Eduard Basurin, según fue citado por la agencia noticiosa rusa Interfax.

Las palabras de Basurin siguen a su declaración previa en la televisora estatal rusa, cuando afirmó que los rebeldes usarán “tropas químicas” contra los soldados ucranianos atrincherados en posiciones reforzadas en una enorme planta de acero en Mariúpol “pasa sacarlos de allí”.

Una unidad ucraniana que defiende Mariúpol afirmó sin aportar pruebas que un dron había arrojado una sustancia venenosa sobre sus posiciones. No hubo heridos graves, indicó.

Finalmente, el Ministerio de Defensa británico indicó que Rusia sigue reubicando sus fuerzas para atacar el este de Ucrania, y espera que los combates en la zona se intensifiquen en las próximas dos o tres semanas. Además, agregó que las tropas de Moscú se están retirando de Bielorrusia, para respaldar la ofensiva en el este de Ucrania.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó este miércoles que en la Alianza no tienen indicios de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, haya abandonado su “ambición” de controlar “toda Ucrania”.

“No tenemos indicios de que el presidente Putin haya cambiado su ambición de controlar toda Ucrania y también de reescribir el orden internacional”, declaró el político noruego al llegar a la reunión de ministros de Exteriores aliados que se celebra hoy y mañana en Bruselas.

En cualquier caso, reiteró que Moscú prepara una ofensiva en el este de Ucrania para controlar todo el Donbás.

Dado que la OTAN no ve indicios de que el Kremlin haya abandonado su ambición de controlar toda Ucrania, Stoltenberg instó a estar “preparados” para el largo plazo.

“Necesitamos apoyar a Ucrania, mantener nuestras sanciones y fortalecer nuestra defensa y disuasión porque esto puede durar mucho tiempo y necesitamos estar preparados para eso”, dijo, para después recordar que en la reunión participará el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba.

Stoltenberg aseguró que la guerra “debe terminar ahora” y que Putin puede finalizarla retirando sus tropas y fuerzas y dejando de atacar un país independiente soberano, Ucrania, y sentándose de buena fe para encontrar una solución política.

“Pero, al mismo tiempo, tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que esto puede durar mucho tiempo, durante muchos meses, durante incluso años, y esa es la razón por la que también tenemos que estar preparados para el largo plazo”, comentó.

Asumió que, con independencia de cuándo termine el conflicto bélico, la guerra tiene “implicaciones a largo plazo para nuestra seguridad” porque se ha visto “la brutalidad, la voluntad del presidente Putin de usar la fuerza militar para alcanzar sus objetivos”.

Advirtió que todo lo que se ha vivido ha cambiado la realidad de la seguridad en Europa para muchos años.

El secretario general aliado afirmó que en la actualidad el conflicto armado se encuentra “en una fase crítica”.

“Vemos que Rusia está retirando sus fuerzas del norte para reforzarlas, reabastecerlas, rearmarlas y moverlas al este, donde esperamos una gran ofensiva. El objetivo del presidente Putin es intentar controlar todo el Donbás y establecer una conexión terrestre entre el Donbás y Rusia”, comentó.

Por otra parte, se refirió a la matanza de civiles en Bucha que, según dijo, muestra la verdadera naturaleza de la guerra de Putin.

“Fijar como objetivos y matar a civiles es un crimen de guerra y por tanto los aliados de la OTAN están apoyando los esfuerzos internacionales para establecer todos los hechos, investigar y asegurar que los perpetradores son castigados”, evidenció.

Al respecto, el presidente Vladímir Putin, calificó este miércoles de “provocación grosera y cínica” de las autoridades ucranianas el descubrimiento de cadáveres de civiles en Bucha tras la retirada de las fuerzas rusas.

Durante una entrevista con el primer ministro húngaro Viktor Orban, Putin habló del tema, tratándose así de la primera reacción del presidente ruso por este caso que ha provocado indignación internacional.

El presidente Joe Biden, anunció este viernes que 30 países se unirán a Estados Unidos para poner “decenas de millones” de barriles de petróleo en el mercado para frenar la subida de precios por la guerra en Ucrania.

“Las naciones se están uniendo para impedir que (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin use como arma sus recursos energéticos”, afirmó el mandatario en declaraciones a la prensa en La Casa Blanca.

Biden reveló que este mismo viernes 30 naciones llegaron a un acuerdo para aumentar la oferta de petróleo en el mercado, satisfacer la demanda e intentar bajar los precios.

No reveló de qué naciones se trata, pero ayer La Casa Blanca adelantó que Estados Unidos estaba conversando con la treintena de países que forman parte de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Los miembros de la AIE celebraron este viernes una reunión extraordinaria para discutir posibles acciones para dar estabilidad al mercado petrolero internacional.

Esa reunión se produce solo un día después de que Biden ordenara la liberación de una cantidad récord de la reserva de petróleo de su país (un millón de barriles diarios durante los próximos seis meses) para intentar frenar la subida de precios.

El plan de Biden servirá para añadir al mercado global un total de 180 millones de barriles de petróleo (1 millón al día durante 180 días o 6 meses), pero el impacto podría ser relativo porque la aportación de Estados Unidos solo supone un 1% de la demanda global.

Además, Rusia ha dejado de poner en el mercado unos 3 millones de barriles al día.

Biden reveló ayer que estaba coordinándose con sus aliados de todo el mundo y esperaba que otras naciones aportaran entre 30 y 50 millones de barriles de crudo.

La AIE ya acordó el pasado 1 de marzo, una semana después de la invasión rusa de Ucrania, liberar 60 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de sus miembros en todo el mundo. En ese momento, Estados Unidos puso en el mercado 30 millones de barriles de crudo, justo la mitad de lo que acordó la AIE.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió este jueves que suspenderá los contratos de suministro de gas si los países “inamistosos” no pagan el combustible en rublos y no abren una cuenta en la moneda nacional rusa en Gazprombank.

“Hoy firmé un decreto que establece las reglas para el comercio del gas natural ruso con los llamados países inamistosos y que entrará en vigor el 1 de abril”, señaló el líder ruso poco antes de una reunión con la industria de la aviación.

“Ofrecemos a esos países un mecanismo claro y transparente: para comprar gas natural de Rusia, deben abrir cuentas en rublos en bancos rusos. Los pagos por el gas suministrado se realizarán a partir de estas cuentas a partir de mañana”, dijo Putin.

En el decreto, el presidente ruso especifica que el banco autorizado para ello es Gazprombank, una de las pocas entidades financieras de Rusia que no ha sido sancionado por la Unión Europea (UE) porque procesa, junto a Sberbank, gran parte de las operaciones energéticas con el bloque.

El mandatario ruso afirmó que Rusia no hará “obras de caridad” en lo que concierne el suministro de gas a Europa y otros países. Si no se realizan dichos pagos, se considerará eso como un incumplimiento por parte de los compradores con todas las consecuencias resultantes, advirtió.

“Nadie nos vende nada gratis y tampoco haremos obras de caridad. Eso significa que los contratos existentes (en caso de falta de pago del gas en rublos) se suspenderán”, recalcó.

Putin señaló que Rusia suministró “a los consumidores europeos nuestros recursos, en este caso gas, lo recibieron, nos pagaron en euros, que ellos mismos luego congelaron”.

En este sentido, señaló que hay una razón para creer que suministraron parte del gas a Europa prácticamente gratis, y dijo que así no se puede continuar.

Sin embargo, en el decreto otorga a la Comisión para el Control de Inversiones Extranjeras la autoridad para conceder “permisos a compradores extranjeros para que satisfagan sus obligaciones con los suministradores rusos por los suministros de gas natural sin tener que cumplir el procedimiento establecido” sobre el pago en rublos.

Recordemos que el gobierno ruso adoptó el pasado 8 de marzo una lista de países y territorios inamistosos, que incluye a Estados Unidos, Canadá, todos los países miembros de la UE, el Reino Unido, Ucrania, Montenegro, Suiza, Albania, Andorra, Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega, San Marino, Macedonia del Norte, Japón, Corea del Sur, Australia, Micronesia, Nueva Zelanda, Singapur y Taiwán.

En respuesta, el canciller alemán, Olaf Scholz, reiteró este jueves que los pagos por el suministro de gas procedente de Rusia se seguirán realizado en euros.

Scholz afirmó que en su conversación de ayer con el líder ruso dejó claro que Alemania no está dispuesta a cambiar la forma de pago, según dijo en una rueda de prensa conjunta con su homólogo austríaco, Karl Nehammer, en Berlín.

“Qué es lo que pretende Putin, lo analizaremos, pero lo que está en vigor para las empresas es que pueden pagar en euros y así lo harán,” aseguró.

No obstante, tanto Scholz como Nehammer rechazaron una vez más la imposición de un embargo energético contra Rusia debido a la dependencia de sus países del gas procedente de Moscú.

El error de cálculo del presidente lo tiene arrinconado. Igor Girkin, un ex coronel de la Agencia de Inteligencia Rusa, la FSB, declaró esta semana que Rusia cometió una evaluación catastróficamente errónea sobre la debilidad de las fuerzas ucranianas. “El enemigo fue subestimado en todo y cada uno de los aspectos evaluados”, dijo Girkin.

Esto, lejos de ser una buena noticia, significa que las cosas se van a poner mucho peor en Ucrania. Conforme pasan los días queda claro que la decisión la tomó Vladimir Putin sin consultar a nadie y ahora la salida de la guerra atraviesa por el camino de mayor violencia y mayor destrucción.

Rusia envió a pelear a Ucrania a alrededor de 190 mil tropas pensando en una invasión rápida. Como el Plan A falló, ahora viene el Plan B: destruir Ucrania. Para ello Putin se está apoyando en más de 400 mercenarios del Grupo Wagner que han sido enviados específicamente para asesinar al presidente Zelensky y para instaurar terror entre los ucranianos.

Estos mercenarios no existen en papel por lo que no tienen que respetar las reglas que un ejército formal debe seguir en una guerra. Se sabe que fueron fundados por Dmitry Utkin, un exsoldado ruso que irónicamente está todo tatuado por símbolos nazis. Irónicamente porque Vladimir Putin justifica la invasión como un rescate de los nazis que están en el poder en Ucrania, cuando el presidente Zelensky es judío y cuando los mercenarios de Putin demuestran simpatía precisamente con el nazismo. Tanto así que el nombre del Grupo Wagner proviene del compositor favorito de Adolf Hitler.

Quien financia a estos mercenarios es Yevgeny Prigozhin, un oligarca que además es dueño de la Agencia de Investigación de Internet que es la más grande granja de bots y trolls que usa Putin para difundir sus mentiras y desacreditar las verdades que le incomodan. Prigozhin se ha beneficiado a través del trabajo de sus mercenarios en guerras como las de Siria o la República Centroafricana que le han permitido adueñarse del petróleo o minas de diamantes en esos países.

La palabra que define la situación actual es impasse. Esto significa violencia por tiempo prolongado para ver quien se cansa primero, los rusos de atacar al país vecino en medio de fuertes pérdidas, o los ucranianos de ver y vivir la destrucción de su país. Para dimensionar las pérdidas que han tenido las fuerzas rusas oficiales, las cifras que reporta el gobierno de Biden es que han muerto 7 mil rusos, entre solados y altos mando, en menos de un mes. En casi una década de conflicto en Chechenia murieron en total 11 mil fuerzas rusas. A ello habría que sumar las bajas dentro de este Grupo Wagner, que según me comentó en entrevista Joshua Yaffa, corresponsal del New Yorker en Rusia y Ucrania, han sido importantes también.

Todo esto no significa que Putin le vaya a poner fin pronto a la guerra que va perdiendo. Al estar arrinconado puede recurrir a acciones más desesperadas, me comentó Yaffa. Putin le ha vendido esta guerra a la opinión pública rusa como definitiva para el país y les ha pedido que se preparen para un conflicto prolongado.

Apostilla: Los monarcas del sudeste asiático tenían elefantes blancos como señal de poder y riqueza. Mostraban que ese monarca y sus mandatos estaban bendecidos. Pero en realidad, el elevado costo de cuidar a estos animales era más bien una maldición. Por eso se llama a los proyectos de infraestructura cuyos costos son mayores que su utilidad elefantes blancos. Ayer el semanario del Economist recordó esta historia para presentar su reportaje sobre el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

Columna completa en El Universal

Las autoridades de Ucrania han anunciado este viernes la imposición de un nuevo toque de queda en la capital, Kiev, en medio de la ofensiva militar iniciada el 24 de febrero por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin.

La Administración Militar de la Región de Kiev indicó en un breve mensaje en su cuenta en la red social Facebook que “se impone el toque de queda en toda la región de Kiev desde las 20:00 horas de este 18 de marzo hasta las 7:00 horas del 19 de marzo”.

“No salgan ni vayan a espacios públicos”, se lee en el mensaje, aunque aclara que quienes cuenten con pases especiales pueden hacerlo. “La defensa de la región de Kiev continúa. Por favor, muestren comprensión ante el toque de queda. Son medidas forzadas y destinadas a garantizar la seguridad de la población de la región”.

El anterior toque de queda, decretado por el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, estuvo en pie entre el martes y la mañana del jueves ante el avance de las tropas rusas en las inmediaciones de la ciudad.

Y es que desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania hace tres semanas, 222 personas, incluidos 56 civiles, y de estos, cuatro niños, han muerto en Kiev.

También han resultado heridas un total de 889 personas, incluidos 241 civiles, dijeron las autoridades locales en Telegram.

Entre los heridos se encuentran 18 niños, tres conductores de ambulancias y un médico de urgencias, según el ayuntamiento, que también reportó daños en 36 edificios residenciales y diez escuelas.

Las tropas rusas han tomado el control de algunas áreas alrededor de la capital, que esperan rodear por completo eventualmente, si bien por el momento su avance se ha estancado, según el ejército ucraniano.

Kiev acusa a las fuerzas rusas de realizar ataques casi diarios contra áreas residenciales de la capital, la mayoría de las veces al amanecer, una táctica denunciada por las autoridades ucranianas como dirigida a aterrorizar a la población y desmoralizar a quienes defienden la ciudad.

Las acciones de las tropas rusas siguen activas en territorio en otras partes del país. Varios misiles cayeron sobre un centro utilizado para reparar aeronaves militares y dañaron otro de arreglo de autobuses en Leópolis, indicó en Telegram el alcalde, Andriy Sadovyi, quien no reportó víctimas.

Los misiles que alcanzaron Leópolis se dispararon desde el mar Negro, pero dos de los seis fueron derribados, explicó el mando occidental de la fuerza aérea ucraniana en Facebook.

Adicional, se informó que más de 130 personas pudieron ser rescatadas del teatro de Mariúpol bombardeado por el ejército ruso, pero “centenares” siguen bajo los escombros, según dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien dijo que las operaciones de rescate seguirían “pese a los bombardeos” que persisten en esta gran ciudad portuaria.

En Járkiv, un enorme incendio arrasó un mercado local tras un bombardeo ayer. Un bombero murió y otro resultó herido en otro ataque mientras el personal de emergencias combatía las llamas, contaron las autoridades.

En tanto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha comparecido en persona ante más de 100,000 simpatizantes en el estadio Luzhniki de Moscú, más otras decenas de miles en los aledaños de la instalación, para defender la invasión de Ucrania como un acto de salvación ante un genocidio en Donestk y Lugansk.

La presencia de Putin representó el colofón a un macro concierto celebrado con motivo del octavo aniversario del referéndum celebrado en Crimea que ratificó su incorporación a Rusia en 2014, un plebiscito no reconocido por la comunidad occidental, que a su vez acusó a Moscú de anexionarse por la fuerza la península.

“La razón principal de esta operación especial”, ha declarado Putin usando el término oficial con el que Rusia denomina esta invasión, “es el de ahorrar sufrimiento a la gente, y de evitar este genocidio contra la población” del este de Ucrania, sobre las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, afines a Rusia.

El presidente de Rusia aplaudió la valentía demostrada por el Ejército ruso en combate. “Codo con codo, nuestros soldados se ayudan, se apoyan mutuamente y, si es necesario, protegen a sus compañeros de las balas con su propio cuerpo en el en el campo de batalla. No hemos tenido tal unidad en mucho tiempo”, declaró.

Putin aludido a la figura histórica del almirante zarista Fiodor Ushakov, nacido el mismo 24 de febrero que comenzó la invasión de Ucrania y canonizado como santo patrón de la Armada rusa. “Tormentas como ésta siempre irán a la gloria de Rusia. Así fue entonces, así es hoy y así será siempre”, ha parafraseado ante sus simpatizantes mientras enarbolaban cientos de banderas rusas.

Sobre Crimea, Putin defendió la anexión como un acto de “necesidad” para “sacar a Crimea de esa posición humillante, de ese estado humillante en el que estaba inmersa cuando formaban parte de otro estado (Ucrania)”.

“Somos el pueblo multinacional de la Federación Rusa, unidos por un destino común en nuestra tierra: éstas son las primeras líneas de la ley fundamental de Rusia, la Constitución, y cada palabra está llena de un significado profundo y es de gran importancia”, declaró Putin.

También dijo ante los cientos de miles de simpatizantes que “sabemos lo que tenemos que hacer, cómo hacerlo y a qué precio. Y cumpliremos absolutamente todos nuestros planes”.