El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió este miércoles que se desarrollen nuevas salidas para los combustibles fósiles producidos por su país, en un momento en que los países europeos están considerando ampliar sus sanciones contra sus hidrocarburos.

“Se abren a nosotros oportunidades, opciones y caminos alternativos. En cuanto al petróleo, el gas y el carbón rusos, vamos a poder aumentar su consumo en el mercado interior (…) e incrementar la entrega de recursos energéticos a las demás regiones del mundo que realmente los necesitan”, dijo Putin en un discurso.

“Debido a las acciones de países hostiles, las cadenas de transporte y de logística se han visto interrumpidas (…) Esto nos crea dificultades, pero tenemos los recursos y las oportunidades para encontrar rápidamente soluciones alternativas”, afirmó.

Putin no especificó a qué países hacía referencia, pero China, cuyas necesidades en hidrocarburos no dejan de crecer, es fronterizo con Rusia.

Estas declaraciones tienen lugar en un momento en que la Unión Europea (UE) está considerando la posibilidad de reforzar sus sanciones contra los sectores energéticos rusos, en respuesta a la intervención militar de Moscú en Ucrania.

Un posible embargo sobre el gas ruso es objeto de acaloradas discusiones entre los Estados miembros de la UE, siendo Alemania uno de los principales opositores a un cese inmediato de estas importaciones de las que es muy dependiente.

La UE, Estados Unidos y Japón han anunciado un embargo sobre el carbón ruso, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó que propondrá el objetivo de una independencia de la UE respecto a los combustibles fósiles rusos de aquí a 2027.

Adicional, el Kremlin afirmó que era “inaceptable” que el presidente estadounidense Joe Biden acuse a las fuerzas rusas de cometer un “genocidio” en Ucrania.

“Estamos completamente en desacuerdo y consideramos inaceptable cualquier intento de distorsionar la situación de esa forma”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, a la prensa.

Y es que ayer, Biden acusó al presidente Vladimir Putin de cometer un “genocidio” en Ucrania, en la primera vez que usa esa palabra para describir la situación en el país invadido por Moscú.

Biden aclaró que la última palabra la tendrían las cortes para determinar si las acciones de Rusia en la antigua república soviética, que incluyen acusaciones sobre atrocidades cometidas contra civiles, constituyen un genocidio. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también ha empleado el término.

Este cruce de acusaciones se produce tras las masacres de Bucha y otras ciudades ucranianas, donde han aparecido más de 400 cadáveres, muchos de ellos de civiles maniatados, y en la estación de Kramatorsk, donde perdieron la vida más de 50 personas.

Hace una semana, cuando la prensa preguntó a Biden si creía que lo ocurrido en Bucha era un genocidio, el mandatario respondió que no. “No, creo que es un crimen de guerra”, dijo.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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